Acabo de repasar la prensa española, concretamente los principales periódicos de Madrid y Barcelona. En todos ellos, se habla, se escribe, sobre la próxima consulta a realizar en Barcelona acerca de la independencia de Catalunya. Lo hacen más o menos extensamente, con mayor o menor profundidad. En todos los casos, se trata de escritos puramente sesgados, parciales, contrarios y, sobre todo, cargados de temor, diría de miedo, angustia, hacia el incuestionable resultado que se producirá favorable al sí y en las futuras consecuencias que ello conllevará.
Los periódicos madrileños son prudentes y escuetos en sus apreciaciones, pero denotan preocupación y desasosiego. Intentan aparentar un estado de tranquila jocosidad, de burla, hacia lo que los miles de voluntarios han conseguido, con su esfuerzo, con escasos recursos, con tozudez y perseverancia. Apelan a su Constitución, siempre dispuesta para la salvación de las esencias patrias, que, naturalmente, no acepta la secesión, ni el ejercicio de la autodeterminación. Claman que la justicia española debe descargar toda su contundencia, para mejor preservar la unidad de la patria y como no, instan al Tribunal Constitucional a pronunciarse sobre la osadía que unos ciudadanos catalanes muestran con el único objeto de conseguir la libertad de su país.
Advierten ostentosamente que la catástrofe económica que se cernería sobre Catalunya sería de dimensiones colosales y finalmente, nos dicen que la Unión Europea no aceptará jamás a Catalunya como estado de pleno derecho en su seno.
Todos, absolutamente todos los argumentos que utilizan, supongo que para disuadir a los díscolos catalanes, se reducen a la amenaza, a la burla, al escarnio, a la manipulación malintencionada del tipo: "¿Quién está detrás, moviendo los hilos?" o ¿De donde han sacado el dinero que cuesta este montaje?". De nada sirven las explicaciones que los promotores han dado. Detrás de este movimiento ciudadano solo hay ciudadanos, libres y con ansias de soberanía. Los recursos invertidos han salido de sus propios bolsillos. Solo derrochan grandes dosis de entusiasmo y esperanza.
Los medios madrileños, pero, no se ciñen a la verdad. No les importa nada desinformar y falsear, con el único objeto de desacreditar lo que miles de ciudadanos están haciendo. No quieren ver la realidad catalana tal y como es. Solo ven aquello que quieren ver y escuchan lo que quieren escuchar. No es de extrañar que los ciudadanos españoles, carezcan de una información veraz sobre Catalunya, lo que produce la lamentable reacción que puede leerse en los comentarios de texto, en las páginas digitales de los periódicos capitalinos.
En los medios de Barcelona, solo la prensa en catalán ofrece información veraz, objetiva y extensa. Es penoso que La Vanguardia y El Periódico, pero, ignoren o denigren las consultas, en claro seguidismo a la "prensa del movimiento" de Madrid.
La Vanguardia apenas ofrece información, hasta la fecha, como si quisiera ocultar lo que pasará próximamente. Su actitud es fría, distante. Puede afirmarse, sin dudar, que reafirma su regionalismo más casposo y propio del siglo pasado. No se han dado cuenta que Catalunya se encamina con rapidez hacia el ejercicio de la autodeterminación y solo con el impulso de la sociedad civil. Bien es cierto que la sociedad civil de la Catalunya actual, es más que la sociedad civil a la que pertenece La Vanguardia, la formada por la élite burguesa y temerosa del siglo XX, ya sobrepasada por la realidad presente de este país.
En cuanto a El Periódico, su situación es todavía más penosa. Escribe editoriales denigradores hacia el movimiento soberanista, insulta la inteligencia de sus lectores (así se deduce de los comentarios de texto) y combate, sin éxito, en una batalla que ya tiene perdida. Se manifiesta claramente pro-socialista, pro-españolista y anti-independentista. No es menos cierto que su credibilidad va de baja, tanto, como lo hace este españolismo trasnochado que emplea el unionismo, para intentar detener lo inevitable: la próxima independencia de Catalunya, dentro del seno de la Unión Europea.
Por cierto, aconsejo a los lectores madrileños y españoles en general, que si quieren tener una información más ajustada a la realidad sobre este asunto, podrán hacerlo en la prensa internacional. No teman, no está escrita en catalán. Solo se requiere entender el inglés, el francés, el alemán, el italiano... y, como no, el español con acento latinoamericano.
Excelente exposición!!
ResponEliminaEls arguments que s'exposen són molt interessants i crec que els diaris, com a mínin els catalans, haurien de donar suport a Catalunya
ResponElimina