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dimecres, 6 d’octubre del 2010

PERIODISTAS, TERTULIANOS Y ESPECIES ASOCIADAS.

El periodismo es una profesión muy respetable. Desgraciadamente, algunos profesionales parece que no tienen esta opinión  de si mismos. También es cierto que son pocos, pero muy activos, muy visibles, muy descarados. Cínicos, al fin y al cabo.

Tomemos el ejemplo de las tertulias políticas de la televisión. "El gato al agua", "Catalunya Opina", "Alto y claro", "Els matins", "Los desayunos", "Las mañanas de cuatro", son solo algunos ejemplos que ilustran el éxito de este tipo de programas. Algunas cadenas programan este formato por la mañana, por la tarde y por la noche.  Consecuentemente, no hay suficientes tertulianos para tantos programas, lo que hace que algunos se multipliquen en sus apariciones televisivas, lo que provoca que los televidentes les conozcamos perfectamente. Podemos distinguir con claridad sus preferencias políticas, sus filias y fobias, e incluso sus reacciones ante determinados hechos. Son absolutamente previsibles, lo cual no se si es bueno o malo en un tertuliano.

Algunos de estos tertulianos no pueden ser nombrados como periodistas, aunque tengan la titulación universitaria pertinente. Algunos de estos programas, no pueden ser catalogados como informativos, ni siquiera como muestrario de opiniones personales. He visto a tertulianos insultar a consejeras de sanidad, a mentir descaradamente sobre políticos contrarios a las tesis que defiende el tertuliano. Algunas tertulias están formadas por tres o cuatro personas de derechas frente a una de izquierdas. Y encima el moderador se alinea en contra del solitario defensor progresista. Esto sucede en las tertulias de Intereconomía, fundamentalmente en "El gato al agua". En la tertulia del mediodía, todos los asistentes son de la misma opinión, por lo que se pasan el rato remachando el clavo. El presentador propone el tema y los tertulianos se ensañan, ya sea con Zapatero, con " la Chacon", con Montilla, con Carod, con el nacionalismo, vasco o catalán. En realidad, poco importa el tema. la cuestión es insultar, descalificar, manipular frases, denigrar. Y todo ello para defender sus posiciones políticas y contentar a los espectadores afines que envían SMS que son publicados a pie de pantalla, sin  filtros ni censura. A mi se me ocurrió un día enviar un mensaje de protesta por la publicación de graves insultos a Catalunya y a los catalanes y sólo apareció la última frase que naturalmente no tenia ningún sentido.

Algunos tertulianos utilizan técnicas  perfectamente descriptibles para imponer sus tesis. Gritan, interrumpen al que está en poder de la palabra o, simplemente, sueltan un torrente de frases huecas y reiterativas, al objeto de acaparar tiempo y no permitir la réplica del contrincante. Algunos moderadores son más sibilinos.Dan la palabra a "los suyos" y se la quitan "a los otros", con el pretexto de dar paso a la publicidad. O interrumpen sus exposiciones, con preguntas o comentarios perfectamente prescindibles. Tal es el caso de "Catalunya Opina". Algunas tertulias aparentan mas objetividad. Eligen a sus participantes con equidad (derechas e izquierdas equilibradamente) pero, los temas a veces requieren más matices. No es lo mismo hablar de la independencia de Catalunya con representantes (porque no son otra cosa) de la derecha españolista y de la izquierda federalista (aun existen ilusos), sin poder oír los puntos de vista de un independentista desinhibido.

Lo cierto es que muchas de las tertulias políticas que pueden verse por la televisión, manipulan, mienten y fomentan el enfrentamiento y el odio. Subjetivamente, creo que las tertulias de Intereconomía, Veo y Tele Madrid, son las más peligrosas. Se escudan en la libertad de expresión, en el pluralismo y en la libertad individual de cada uno, para lanzar sus soflamas propagandistas, carentes de la objetividad necesaria para que los ciudadanos reciban TODA la información, verídica, que es necesaria para configurar la opinión personal de cada ciudadano, de manera libre, justa y soberana.

Yo, por si acaso, continuaré viendo todas las tertulias que me sea posible, especialmente las más perniciosas.

Quiero saber de que "mal voy a morir".