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divendres, 30 de novembre del 2012

PERSISTIR EN EL ERROR... ¿INDEFINIDAMENTE?.

El resultado de las elecciones celebradas el pasado domingo 25 de noviembre, admiten múltiples interpretaciones. Las reflexiones que se hacen desde el Madrid oficial, como es habitual, resultan notablemente erróneas. Podríamos resumirlas en dos contundentes frases: El proceso soberanista catalán ha sido derrotado Artur Mas debería dimitir.

Algunos políticos españoles creen que el independentismo catalán está tocado de muerte. Muchos periodistas madrileños opinan que la deriva soberanista impulsada (¿?) por Artur Mas ha naufragado, pues su liderazgo ha sido desautorizado por los electores catalanes. La  ignorancia (voluntaria) de la que hacen gala todos ellos es notable. Es decir, los político-funcionarios cutres y anticuados, propios del siglo XX y absolutamente trastabillados, y los periodistas cavernarios, siempre pretenciosos y esclavos de sus servidumbres políticas y miserias intelectuales, se niegan pertinazmente aceptar que el independentismo catalán ha salido ampliamente reforzado, tras el 25N. No acaban de reconocer que Artur Mas no impulsó la magna manifestación del 11 de septiembre; ni siquiera comprenden que el proceso soberanista es obra exclusiva de la sociedad catalana, en base al pluralismo y transversalidad que la caracterizan. El proceso se inició al margen de partidos políticos y liderazgos personales, puesto que ambos son circunstanciales; y se vieron arrastrados por la marea desatada. El señor Mas, como otros, se vió sobrepasado por la realidad. Una inmensa ola de ciudadanía, rebosante de esperanza e ilusión, pasó por encima de políticos, periodistas adscritos a la Santa Alianza, y de las "fuerzas vivas" -y "muertas"- barcelonesas, que abarcan desde la anticuada burguesía decimonónica, hasta la decadente gauche divine. Creían controlar y modular (en connivencia con Madrid) a su antojo a toda la sociedad catalana. Los anhelos y aspiraciones de este selecto club, pasaban por ser los anhelos y deseos de todos los catalanes. Y un buen día, el 11 de septiembre, se dieron de bruces con la realidad. La auténtica sociedad civil de Catalunya  conformada por las clases medias, por profesionales liberales, pequeños y medianos empresarios, y universitarios, junto a jubilados, trabajadores y desocupados, abuelos y abuelas, matrimonios, hijos y nietos, familias enteras en definitiva, levantaron la voz y exclamaron al unísono: ¡Basta!. ¡Independencia!. Y tomaron las riendas de su destino con irrefrenable entusiasmo. Las formaciones políticas y sus dirigentes no tuvieron más remedio que sumarse a la ola. Artur Mas, interpretando acertadamente el clamor popular lanzado por un millón y medio de gargantas, optó por asumir el liderazgo de la marea soberanista. Y el resto de políticos partidarios del unionismo o del soberanismo, tuvieron que tomar posición -y partido- ante la realidad que se manifestaba tan explícitamente ante ellos. Definitivamente, el debate sobre la independencia había alcanzado la hegemonía y centralidad en el seno de la sociedad catalana.

Aquellos que intentan analizar desde el centro de la península  lo que está ocurriendo en Catalunya, no deberían basar sus conclusiones sobre premisas erróneas. Los resultados de las elecciones del pasado domingo arrojan la siguiente realidad: Votos a favor del ejercicio del derecho a decidir, 2.15 millones, incluyendo CiU, ERC, ICV, CUP y SI; votos a favor del unionismo, 1.35 millones, incluyendo PSC, PP, C's, PxC y UPyD. Es decir, el 61% -sobre el total de votantes-, son partidarios de ejercer el derecho de autodeterminación; el 37% se definen como unionistas. La suma de votos estrictamente soberanistas asciende a 1,8 millones (medio millón más que los unionistas). Es evidente que este escenario no se corresponde con afirmaciones como el proceso soberanista catalán ha sido derrotado. Como tampoco es pertinente pedir la dimisión del señor Mas, ya que la apuesta soberanista ha recibido el apoyo muy mayoritario de los electores. Los ciudadanos, empero,  hemos decidido que nuestro proceso no debe estar en manos exclusivamente del presidente de Catalunya. Debe estar también en manos del primer partido de la oposición, por lo menos. Y el liderazgo, en poder de los ciudadanos catalanes.

Esta es la lectura que mayoritariamente comparte la prensa internacional: clara victoria del soberanismo. Es cierto que también destacan el voto de castigo recibido por Artur Mas. Pero cabe atribuirlo al desconocimiento de los entresijos de la realidad social catalana. Este error será subsanado en el próximo futuro cuando perciban la idiosincrasia de Catalunya directamente, sin pasar por los filtros madrileños. En realidad, esto ya es así tanto en los mass-media de Europa -excepto España-, como de América. El proceso independentista puesto en marcha no admite ni paradas, ni retrocesos. Estas son las conclusiones a las que han llegado los analistas internacionales.

Los filtros madrileños pretenden distorsionar la realidad catalana. No solo no quieren entender el resultado electoral, sino que también intentan retorcerlo a su antojo. ¿Que es sino el desvarío político del Partido Popular, invadiendo los colegios electorales de Catalunya con centenares de apoderados afines, venidos de Castilla, Aragón, País Valenciano y Madrid?. ¿Que intenciones albergaban?. ¿Tal vez manipular el escrutinio?. ¿Vigilar, influir, amedrentar?. Lo cierto es que muchos electores denunciaron burdos intentos de manipulación, al encontrarse papeletas del PP dentro de sobres, o mezcladas en los montones de otras candidaturas. También se denunció que estos apoderados venidos de España cambiaban las listas de CiU por listas de elecciones pasadas para provocar la nulidad del voto. Papeletas del 2010, sobres llenos, papeletas manipuladas con escritos y por tanto invalidadas, o mezcladas en los montones de CiU, ERC, SI, CUP.... Una auténtica vergüenza. This is Spain....!. Por cierto, sobre este peculiar comportamiento de los nacionalistas españoles en la prensa madrileña no dijeron ni mu.

La prensa española estaba ocupada en seguir acarreando mierda sobre el candidato Artur Mas. Siguen creyendo que decapitando al líder, matarán el proceso. ¡Pobres ilusos!. La porquería torpedeada por el panfleto -fuertemente amarillo- El Mundo, iba dirigida contra la linea de flotación del independentismo plenamente asumido por CiU. Cabe reconocer que los infundios divulgados por el periódico de Pedro J. Ramírez distorsionaron y condicionaron la campaña electoral absolutamente en su tramo final. No me atrevo afirmar que la naturaleza del bulo propalado influyó y condicionó el resultado de las votaciones. Pero Pedro J. sí lo cree. Se jacta de haber ganado las elecciones catalanas. "Quién nos iba a decir que en la redacción de El Mundo tendríamos la sensación de haber ganado unas elecciones autonómicas en Catalunya!", escribe en twitter. ¡Estos son los principios democráticos que exhibe Pedro J. Ramírez y buena parte de la nomenclatura madrileña.!. La pregunta que cabe hacerse ante semejante hazaña es: ¿De verdad creen haber ganado las elecciones?. Si la respuesta es sí, la situación para el Estado es más grave de lo que parece: los principios democráticos no existen en la España madrileña. Cuando algunos destacados personajes se vanaglorian de haber manipulado los resultados de unas elecciones, el abismo se abre a los pies de la pobre democracia española. Cuando la verdad y la realidad brillan por su ausencia, el peligro es inminente. A este paso, un buen día despertarán y observarán, incrédulos y espantados, como los catalanes gritamos henchidos de alegría y esperanza, un definitivo ¡ Adeu, Espanya!. ¡No se habrán enterado de nada!. Cuando ya sea demasiado tarde, se percatarán de la realidad y por fin reconocerán la verdad. Ocurrió el pasado 12 de septiembre, después de la manifestación; y volverá a ocurrir en el próximo futuro.

A esta cordial y definitiva despedida, también habrá que añadir y agradecer el justo mérito adquirido no solo por la Caverna madrileña y la Brunete Mediática, por la impagable contribución hecha para la consecución del hito catalán. El mérito será extensible también al Partido Popular y el Gobierno del señor Rajoy -y antes de Zapatero-, por la siembra realizada en toda la piel de toro sobre la causa catalana. A saber: Reiterados incumplimientos de los compromisos adquiridos con Catalunya; recogida de firmas contra el estatuto catalán previamente cepillado; y consecuentemente contra Catalunya; promover el boicot a productos catalanes; ignorar y menospreciar el referéndum de aprobación del texto estatutario; recurso ante su Tribunal Constitucional, absolutamente deslegitimado; posterior y humillante sentencia de inconstitucionalidad; hostigamiento en Catalunya y además, menosprecio en el País Valenciano, en las Islas Baleares y en la Franja de Aragón, del idioma catalán; ahogo financiero y económico;  secular y reiterado incumplimiento de inversiones del Estado en Catalunya; etc... Estas son algunas de las medallas que puede exhibir altaneramente la España del PP y del PSOE. Así como el actual Gobierno de España, por las continuas insinuaciones y amenazas del ministro Montoro y de la vicepresidenta Saenz de Santamaría, dando pábulo a la fabulación publicada en El Mundo. Todos ellos obtendrán el recuerdo y la más sincera correspondencia del señor Mas, entre otros. Y el infinito reconocimiento del mundo soberanista catalán, por habernos mostrado la auténtica naturaleza que caracteriza a España: magra democracia y carencia de principios. Y mucha mala leche.... Ante todo ello, ¿existe para Catalunya una alternativa distinta a la independencia?.

¡Pobre España!. Muchos españoles todavía creen en esta prensa amarilla que les (des)informa y cuyas fuentes catalanas son exclusivamente Alicia Sánchez-Camacho -13% de votos- y Albert Rivera -7,58%-. ¡Ignoran olímpicamente las opiniones y anhelos del 80% de catalanes!; también creen en supuestos periodistas faltos de ética y que no dudan en inventar relatos y fábulas, bien para vender más o para manipular la política y a los políticos; y en políticos aislados dentro de su propia burbuja y cargados de prejuicios, y por tanto fuera de la verdad y realidad cotidianas; y  creen así mismo en un Gobierno desleal e hipócrita con los ciudadanos, conformado por necios que presumen de listos y listillos que dicen y hacen auténticas estupideces. Reitero, ¿todavía no entienden porqué deseamos tan fervientemente alcanzar la independencia de nuestra nación, de Catalunya?. Y a poder ser, ¡lo antes posible!.

dissabte, 24 de novembre del 2012

CLOACAS Y OTRAS PORQUERÍAS.

Toda  nación democrática que se precie tiene como característica principal la confrontación de argumentos políticos, la exposición de alternativas y la noble pugna que se establece entre las distintas formaciones políticas para alcanzar el apoyo de la mayoría -con total respeto a las minorías- de ciudadanos. Estos aceptan, en juego plenamente democrático, los resultados que se producen. Y acatan las consecuencias que de ello se deriva: la formación de Gobierno y puesta en práctica del programa electoral vencedor en las votaciones previamente celebradas.

Los principios democráticos en España, empero, están mediatizados por el apellido que los define: democracia española. Por ello, adquiere unos rasgos particulares -típicamente hispanos-, fruto de la injustamente glorificada transición, desde una dictadura pura y dura como la de Franco -cuya legitimación además de la guerra civil se sustentaba en una estrafalaria democracia orgánica-, hacia una democracia normalizadapero encorsetada por el conocido atado y bien atado dimanado de las perennes Leyes Fundamentales del Movimiento Nacional. 

La plácida muerte de Franco -que no del franquismo- en su lecho, provocó que la suma de intereses del poderoso e influyente ejercito español y del aparato burocrático del régimen dictatorial, formado por señeros falangistas reconvertidos en probos altos funcionarios, y presuntos empresarios y periodistas afectos al Movimiento Nacional, prevalecieran por encima de los sencillos principios democráticos universalmente aceptados. Principios que por otra parte, fueron tímidamente defendidos por las fuerzas de la oposición del antiguo régimen. Formaciones que estaban más ocupadas y preocupadas en obtener una ventajosa posición de partida en la linea de salida de la carrera política que se vislumbraba en el horizonte, antes que intentar permanecer fieles al hecho auténticamente democrático y libres de las corruptas y nefastas influencias del franquismo, que eran la razón de ser y existir del régimen recién fenecido (aparentemente). El resultado de esta transigencia y debilidad inicial fue la aprobación de una Constitución con los artículos más significativos escritos directamente de puño y letra por los generales franquistas, según manifestaron posteriormente  fuentes cercanas a uno de los padres constitucionales. Otro acontecimiento característico de la época fue la de cerrar los ojos ante los desmanes que la dictadura había cometido durante casi cuarenta años contra los ciudadanos, así como propiciar la absolución por olvido de los crímenes cometidos en la posguerra, condenando a millones de agraviados a permanecer -ignominiosamente- con las heridas abiertas para toda la eternidad.

Es en nuestros días cuando aparecen con mayor nitidez los tics pre-democráticos de la actual España constitucional. En efecto, los llamados aparatos del Estado se muestran implacables ante el desafío planteado desde Catalunya. Se entiende por aparatos del estado, el propio Gobierno de la Nación, así como los partidos políticos de ámbito nacional, altas instituciones judiciales, fuerzas de orden público, ejército, etc..... ¡Y las cloacas del Estado!Las cloacas están habitadas, entre otros, por los servicios (secretos) de propaganda y desinformación, también conocidos como Inteligencia. Y estos suelen utilizar sicarios a sueldo. Es decir, para alcanzar sus objetivos, utilizan a vulgares gacetilleros con apariencia de periodistas, así como de burdos panfletos con pretensiones de prensa seria. Por supuesto, sin importar en absoluto la moralidad o inmoralidad, la justicia o injusticia, la verdad  o mentira, ni el calibre o alcance de las armas, ni los argumentos, siempre falaces, de los que se sirven en favor de sus razones de estado.

Un medio de comunicación que siempre se muestra presto a colaborar desinteresadamente con las cloacas del estado es El Mundo. Acaba de hacer público un supuesto borrador de informe policial, sin fecha ni firma, refrito de antiguos informes ya en poder de la justicia, aderezado con insinuaciones, falacias y anónimos ilocalizables, todo ello convenientemente fabulado por un supuesto relator que responde al nombre de Eduardo Inda. El mismo que en sus no tan lejanos tiempos como periodista forofo del Real Madrid, se permitió aconsejar que "hay que parar a Messi por lo civil o por lo criminal". Pues bien, este personaje ha montado una esperpéntica trama inquisitorial con el único objeto de parar a Artur Mas por lo civil o lo criminal. Una vez más, la caverna madrileña en calidad de brunete mediática, se han erigido en salvadores de la patria. Y para frenar las ansias de libertad de los catalanes, se han mostrado dispuestos a sabotear la campaña electoral para que las votaciones del próximo domingo 25 de noviembre, se vean alteradas a favor de las tesis unionistas. O en su defecto, pudieran ser consideradas como ilegítimas.  Tirar mierda sobre políticos (en este caso, catalanes), se está convirtiendo en una seña de identidad de Pedro J. Ramirez, director de El Mundo, medio de desinformación típicamente español. Recordemos que este panfleto propagandístico todavía hoy defiende que la autoría del atentado del 11 de mayo de 2004 en Madrid fue obra de ETA. Para que la porquería sea más eficaz, acusan a los señores Mas y Pujol y a sus esposas e hijos, de haber cobrado comisiones del Palau en cuentas suizas. Revelan que las cuentas suizas del señor Más ascienden a 137 millones de €. Informan que el hijo del señor Pujol, Oriol Pujol Ferrusola casualmente secretario general de CiU, se exhibe ostentosamente por la calles de Barcelona a bordo de un lujoso Lamborghini, alternándolo con un Ferrari (¿tal vez amarillo, rojo, verde?). El director Ramirez, retador y chulesco, dudaba que el señor Mas denunciara a El Mundo por injurias y calumnias. Pero cuando se presenta la denuncia ante un juzgado de Barcelona, Pedro J. se apresta a instar a sus amigos para que sea sustanciada en Madrid, donde sin duda se sentirá más protegido. En consecuencia, el Fiscal General del Estado, riñe públicamente al Fiscal del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya, por haber iniciado diligencias contra las mentiras, calumnias y falsedades recogidas por el periodismo de investigación del que se vanagloria Eduardo Inda y El Mundo, urgiendo al desautorizado fiscal  del TSJC a trasladar las diligencias a la Audiencia Nacional, con sede en Madrid.

Entretanto, el Ministro del Interior desconoce la existencia y autoría del texto policial  y confiesa que el supuesto informe no es tal, sino un refrito convenientemente aderezado con anónimos, comentarios de internautas, tweets y otras zarandajas similares. Un sindicato policial -UFP- afirma, avergonzado, sobre el informe en cuestión que "un policía no puede haber hecho esto". Mientras, otro sindicato -SUP- corrobora la existencia del supuesto informe, pero afirma que en el mismo no se menciona ni a Mas, ni a Pujol. Reconoce que el texto publicado por El Mundo omite una referencia a la FAES -fundación del PP- que se benefició de más de un millón de € provinientes de los fondos del Palau. Después de todo este espectáculo, el Ministro del Interior no ha dimitido. Continua firme en su puesto de mando, en una nave que hace aguas y se hunde irremisiblemente.

Coincido con el señor Duran i Lleida cuando constata que lo que está aconteciendo en España no es obra solo de las cloacas del estado. En realidad, el estado es una inmensa cloaca, con un gobierno de España pringado de porquería antidemocrática hasta las cejas. Con un Partido Popular cuyos únicos argumentos consisten en mentir y propalar el miedo contra el soberanismo catalán, a la vez que vierten insinuaciones contra Artur Mas, en base a la desinformación que brinda El Mundo. Con unos ministros del Gobierno de Rajoy, que se permiten interpretar a su antojo el principio de presunción de inocencia, exigiendo al presidente de la Generalitat que demuestre que no es culpable de las acusaciones vomitadas por la caza de brujas inspirada por Inda y Ramirez. Con unos servicios exteriores que han puesto tales impedimentos a los catalanes desplazados en el extranjero que deseaban ejercer el derecho al voto, que no podrán hacerlo por culpa de la estulticia y malas artes de unos funcionarios españoles, más preocupados en impedir que facilitar el ejercicio de los derechos democráticos.

Mentiras, falsedades, manipulaciones. Estos son los argumentos ofrecidos a Catalunya para que continúe unida a España. Porquerías. Cloacas del Estado, en un estado que en sí es una maloliente cloaca, merced el proceder del aparato neo-franquista siemprevivo. ¿Y todavía no entienden porqué Catalunya desea tan fervientemente ser independiente?. Esperemos que el resultado de las elecciones de mañana, 25 de noviembre, hagan que los dirigentes españoles no solo abran los ojos, sino que también recuperen los principios democráticos tan vergonzosamente perdidos. Que asuman de una vez la auténtica democracia. Sin apellidos. En cualquier caso, los catalanes seguiremos nuestro camino. Democráticamente. 

divendres, 16 de novembre del 2012

UNIÓN EUROPEA: GRAN FIASCO.

Resulta evidente el orgullo europeístico que habitualmente exhibimos los catalanes, incluso con una cierta dosis de irrefrenable arrogancia. Desde la lejana fundación del Mercado Común Europeo siempre hemos mirado embelesados hacia Europa. Al principio sentíamos sana envidia, pués considerábamos que solo en su seno podríamos alcanzar la plenitud democrática, que el franquismo nos hurtaba pertinazmente. También lo hacíamos con  ilusión y esperanza, ya que Europa representaba el progreso económico y social que nos permitiría superar el atávico subdesarrollo que, el Estado Español -y dentro de él, Catalunya-, sufríamos desde siempre. Atrasos históricos de todo orden y condición. Posteriormente, ya bajo su amparo, han comenzado a evidenciarse las limitaciones y desequilibrios que surgen irremediablemente en cualquier club formado por estados soberanos, cargados todos ellos de buenas intenciones pero que jamás olvidan sus orígenes constitutivos y sus particularismos nacionales. Así pues, aún resultando compresible que el egoísmo económico individual domine sobre los intereses comunes de todos los miembros del club, este hecho no es por ello menos condenable. Puesto que imperan realmente los intereses económicos, sociales y políticos del estado más poderoso, sobre el resto de socios. En el caso que nos ocupa, Alemania. He aquí la madre del cordero. En su afán por controlar las finanzas, en su empeño por imponer sus principios económicos y sociales y con la convicción que tiene de su relevancia y prevalencia nacional, Alemania y su dilecta hija frau Merkel, están arruinando el sueño europeo. La Unión Europea se está transformando a pasos agigantados en el Gran Fiasco continental.

Ni en mis peores pesadillas hubiera imaginado soñar ni de lejos que mis convicciones europeístas pudieran verse cuestionadas. Pero lo más preocupante es que esta impresión se extiende entre buena parte de la ciudadanía catalana. Un creciente desapego -uno más- sobre el ideal europeo. Bien sea por causa de la crisis económica, bien por las continuas, torpes y malintencionadas apelaciones que hace España sobre la futura e inevitable expulsión de Catalunya del seno de la UE, lo cierto es que la decepción e irritación hacia ella están aflorando de forma inequívoca y contumaz.

En efecto, la influencia germana sobre la UE está resultando apabullante para el resto de socios. El Banco Central Europeo y el Euro han pasado a formar parte de la idiosincrasia de la Alemania moderna, que se siente dueña y señora de ellos. Es frau Merkel la que impone la política financiera del BCE, para salvaguardar los intereses económicos alemanes, y singularmente los de su banca. Si conviene que los préstamos que se canalizaron desde Alemania hacia los paises del sur reciban las máximas garantías, se cambian gobiernos y constituciones si es menester, y se imponen recortes en sanidad, educación, bienestar social y pensiones en aquellos estados que los recibieron y malgastaron tan alegremente, según criterio germánico. A pesar que fueron debidamente aleccionados a ello, no hace muchos tiempo, a cambio de los pingües beneficios que hincharon -e hinchan todavía hoy- las cuentas de resultados de las avariciosas entidades prestatarias. Reciben pingües beneficios y férreas garantías,  prescindiendo de los riesgos que asumieron al concederlos y de los derechos de los ciudadanos cuyos paises son calificados despectivamente como PIGS. Por tanto, dignos de ser humillados inmisericordemente. En mi opinión, son más pigs los directivos que gobiernan las entidades financieras, bien alemanas, bien del resto del continente e incluso mundiales (lease Fondo Monetario Internacional), que los pobres paisanos que ven como sus derechos son esquilmados en nombre de los intereses de la que en el pasado recibiera el pomposo nombre de Heiliges Römisches Reich (del 962 a 1806 A.D). También conocido con Sacro Imperio Romano Germánico, ya que es precisamente esta renacida actitud imperial de los políticos alemanes la que condiciona negativamente el bienestar de todos los europeos -incluyendo los alemanes-. A la emperatriz Angela Merkel, al honorable Wolfgang Schäuble y a todos los cortesanos de la Unión Europea, entre los cuales descuella Mario Draghi en calidad de bufón real, a todos ellos cabría preguntarles: ¿Es la UE en la actualidad un sueño o una pesadilla, para millones de europeos?. ¿No creen que están tensando las cuerdas del bienestar ciudadano hasta extremos insoportables?. ¿Qué les preocupa más, el bienestar de familias, pensionistas, escolares, estudiantes y enfermos, o los intereses monetarios de las entidades financieras que nos han sumido a todos en la miseria social?. ¿No creen que también es necesario implementar políticas económicas que favorezcan la creación de empleo estable y justamente remunerado, junto a la contención de los gastos?. ¿La contención del gasto público no sería más efectiva -y justa- si fuera más realista en cuanto a plazos y flexibilidad en el cumplimiento y en cuanto al reparto equitativo de las cargas?. Finalmente, ¿porqué la devolución de los préstamos a la banca -alemana- tiene prioridad sobre cualquier otra circunstancia?.

Cuando desde la UE se muestren dispuestos a reflexionar y contestar estas y otras muchas cuestiones similares, puede que los ciudadanos ya no queramos escucharles. En realidad, dudo que entre los pensamientos de Bruselas se encuentre dar satisfacción y ser justos con todos los ciudadanos de Europa. Puesto que son incapaces de ver más allá del Euro y la prima riesgo, que tanto bien hacen a las finanzas alemanas; solo entienden de recortes y reajustes indiscriminados en el estado de bienestar de Grecia, Italia, España, Portugal, Irlanda (y  próximamente incluso Francia y Alemania).., cuyos recursos económicos (sociales) son convenientemente desviados hacia los bolsillos de usureros disfrazados de banqueros, así como a los de vulgares y facinerosos especuladores -a menudo, banquero y especulador significan lo mismo-. Cuando los leales siervos de la UE recobren el buen juicio -seny en catalán-, será demasiado tarde. Porqué la decepción y el desapego de centenares de miles de catalanes -millones de europeos- resultará  irreversible. Habremos llegado a la conclusión que la UE no sirve a los intereses de nuestras respectivas sociedades e individuos. Constataremos que la Unión está en manos de un grupo de ineptos funcionarios al servicio de los poderosos y sometidos a los intereses económicos de las agencias de especulación, de lobbys desalmados, banqueros sin escrúpulos y políticos con tics imperialistas y por tanto, trasnochados y hostiles.

Si les sirve de consuelo, sepan los comisarios europeos que sus políticas económicas son la coartada perfecta que utilizan los gobiernos lacayos de cada estado de la Unión, para justificar lo injustificable ante sus conciudadanos. Así, Europa no solo es vista como globalmente inútil. También la percibimos como una auténtica amenaza y culpable de todas las desgracias que nos afligen: desempleo desbocado y subsidios que tienden a desaparecer; deslocalizaciones por cuestiones puramente salariales -es decir, para que las multinacionales aumente sus cuantiosas plusvalías-; perdida de estabilidad laboral e indefensión legal de los asalariados; pensiones menguantes; precariedad educativa; sanidad universal en declive; y vaporización de las ayudas sociales por la dependencia. Y si la UE es más una carga que un alivio, ya no resulta atractiva. Es una molestia. La Unión Europea resulta una enorme decepción. Un Gran Fiasco.


divendres, 9 de novembre del 2012

MANIFIESTOS INSULSOS Y FRÁGILES PRINCIPIOS

La campaña contra el soberanismo catalán arrecia despiadadamente. Menudean las amenazas, se multiplican las falsedades y mentiras, que adquieren carta de naturaleza normalizada en el quehacer cotidiano de todos los ciudadanos del Estado español. La sagrada unidad de España, amenazada por las veleidades soberanistas de unos pocos y equivocados independentistas encabezados por el señor Mas, bien merece este doloroso y desinteresado esfuerzo. El unionismo hispano, de izquierdas y derechas, progresista y conservador, supuestamente federalista y centralista, se moviliza y se manifiesta como un solo ser, con una única voz y un solo e inquebrantable objetivo: España, una (y grande; y libre) y no cincuenta y una.

Para alcanzar esta unicidad de pensamiento utilizan con notable soltura los argumentos de siempre. A saber: Catalunya será desterrada fuera del paraíso de la UE y del Euro, porque veinte estados de la Unión vetarán su permanencia en ella. Perderá el mercado peninsular y sufrirá el boicot de los consumidores españoles; y los aranceles que se le impondrán serán de tal calibre que harán disminuir las importaciones y exportaciones a niveles del País de Nunca Jamás. Las empresas catalanas huirán despavoridas hacia España, en busca de seguridad jurídica, progreso económico y estabilidad social, características proscritas -se supone- de la futura Catalunya independiente. Los pensionistas y parados catalanes dejarán de cobrar las prestaciones, por falta de recursos financieros españoles; y en consecuencia, el estado de bienestar colapsará. Los estudiantes verán como los títulos universitarios catalanes no son reconocidos en el exterior, pués solo España puede expedirlos. Los payeses dejarán de recibir la generosa ayuda del ministro de Agricultura, encargado de distribuir las subvenciones de la UE. El PIB catalán disminuirá tanto, que tenderá a la desaparición, a causa del cateto provincianismo de los gobernantes catalanes y la probada incapacidad económica de los escasos empresarios que permanezcan en la Catalunya soberana. Por tanto, el número de parados aumentará hasta el infinito, la miseria se apoderará de todos.... En definitiva, innumerables desgracias recaerán sobre los hombros y conciencias de los equivocados nacionalistas catalanes. Finalmente, la hecatombe será de tal magnitud que Catalunya se desintegrará irremediablemente, para acabar siendo un lejano, fugaz y entrañable recuerdo en la memoria de todos los buenos, auténticos y cabales nacionalistas que jamás hayan existido sobre la faz de la Tierra: los nacionalistas españoles. Y después, el fin de los días.

Las advertencias y consejos hispanos se canalizan a través de sendos manifiestos impulsados por los periódicos madrileños El Pais y El Mundo, firmados por centenares de intelectuales, algunos de los cuales dan su apoyo a ambos escritos, como no podía ser de otra manera. Uno de los escritos se considera federalista y de izquierdas y el otro es rematadamente centralista y de derechas. Pero no existe nada que una más a los españolistas de pro: la particular y errónea visión que les merece Catalunya. Solo cabe deplorar que estos comprensivos y transversales intelectuales no hayan actuado cuando hubiera resultado más pertinente y oportuno; es decir, en el inicio de la campaña desatada por la derecha sociológicamente franquista -y la izquierda rigurosamente jacobina y pseudo-falangista-, contra los vanos intentos catalanistas por encajar -aunque fuera con calzador- en el Estado español. Con resultados perfectamente descriptibles. También debe tenerse en cuenta la dificultad de identificar los inicios del recidivante anticatalanismo español, pues se remonta a por lo menos 3000 años, según las cuentas -y los cuentos- de Esperanza Aguirre.

Ambos manifiestos hacen el análisis de la actual situación política de Catalunya, partiendo de un supuesto erróneo que incomprensiblemente insisten en atribuir a Artur Mas y a CiU. ¡Craso error!. Todavía no han entendido que el Presidente Mas no ha hecho otra cosa que ponerse al frente de una manifestación que ya había iniciado la marcha, sin esperar el concurso de partidos políticos, dirigentes o del propio gobierno catalán. Hemos sido los ciudadanos de a pie los que nos encaminamos con paso firme, sin titubeos, hacia la independencia. Y no estamos dispuestos a detenernos. Ni con motivo de un posible futuro dictamen contrario a la independencia, pronunciado por un Tribunal Constitucional absolutamente deslegitimado. Ni por una eventual sentencia judicial del Tribunal Supremo, contraria a Artur Mas; bajo inspiración y guía del Gobierno de España, del PP y del PSOE, todos ellos enemigos acérrimos de Montesquieu y la división de poderes. Ni siquiera lograrán intimidarnos los molestos vuelos rasantes del ejercito del aire, ni los abordajes de la armada española a pesqueros catalanes sin la enseña nacional izada. Nada ni nadie podrá detener la marcha, pues nuestra fuerza proviene de la fé en la auténtica democracia. De la Democracia, sin apellidos. Señores progresistas: el creciente secesionismo no ha estado estimulado por CiU, ni por otras fuerzas políticas de afinidad nacionalista. Más bien ha sido al contrario. Las formaciones políticas se han visto arrastradas por la marea independentista formada por centenares de miles de individuos, agrupados en familias, collas de amigos, compañeros de trabajo, de estudios; miles y miles de personas en calidad de novios y novias, abuelos, padres, hijos y nietos, parados, ocupados, desahuciados, propietarios, pequeños y medianos empresarios, comerciantes, solteros, casados, divorciados, escolares, universitarios, etc.... Todos compartiendo una ilusión común: la independencia.  Permanecemos atentos y vigilantes a causa de las dificultades que provoca la crisis económica, y del peligro que se cierne sobre el estado de bienestar. Incluso somos plenamente conscientes de la ignominia causada por las entidades financieras, las agencias de calificación -en realidad, de especulación-, por el Banco Central Europeo, y por los nefastos Mario Draghi y Angela Merkel. Pero... a pesar de todos ellos, tenemos grandes esperanzas y mucha confianza en nuestras propias fuerzas. Porque sabemos que nuestros anhelos no son meras quimeras. Confiamos en nuestros esfuerzos y en nuestra capacidad de trabajo y sacrificio. Y tenemos muy claro que dentro de España nos ha ido de mal en peor. Unida a ella, la nación catalana no tiene futuro. Con España hemos sufrido animadversión y falta de respeto, de consideración, y sobre todo, falta de auténtico sentido de Justicia. Y no se engañen los sabios españoles, para su desgracia las élites gobernantes madrileñas y sus cómplices -entre los cuales se incluyen un buen número de intelectuales que ahora hipócritamente hacen llamamientos a la concordia y al seny-, han sido los que perpetraron en el pasado y perpetran aún en nuestros días, innumerables agresiones y tropelías contra Catalunya. Desde la negación de la condición de Nación; pasando por la hostilidad y acoso hacia la lengua catalana no solo en Catalunya; también en el resto del dominio lingüístico catalán, es decir, en las Islas Baleares, el País Valenciano y la Franja de Aragón; siguiendo por la vergüenza del desmantelamiento del Estatuto de Autonomía -hasta  dejar el adulterado texto en la inoperancia e insolvencia total-, a manos del procaz Tribunal Constitucional, después de ser refrendado por los ciudadanos; continuando por la crónica falta de inversiones en infraestructuras necesarias para la economía catalana, incumpliendo los presupuestos generales del Estado, ¡año tras año!; coronando todo ello con falacias, manipulaciones, amenazas y deslealtades, en boca de políticos de tres al cuarto o de propagandistas faltos de ética, disfrazados de periodistas. Por último, negándonos el derecho democrático de votar a favor de la autodeterminación de Catalunya, en paz y libertad. Todas estas tropelías -y otras muchas- se han hecho en nombre de España. ¡Reiteradamente!. ¡Incansablemente!.¡Vergonzosamente!.

¿Y se atreven a pedir lealtad y osan defender -y santificar- la Constitución, por encima de principios democráticos universalmente aceptados?. Lo hacen desde la óptica del más rancio y apabullante españolismo. Transversalmente y de tradición liberal y socialdemócrata, según proclaman. Pero al fin y al cabo, puro y duro nacionalismo español. Nos declaran amor eterno y comprensión infinita, a la vez que acusan al catalanismo de inventar agravios, para a renglón seguido amenazar con enfrentamientos, instigando rupturas y fractura social en el seno de la sociedad catalana, caso que la mayoría secesionista exija el mismo respeto democrático que los independentistas han mantenido mientras se hallaban en minoría. Lo cual demuestra la fragilidad de las convicciones democráticas unionistas. Invocan la unidad para que no haya fracturas, para a continuación exhibir como un triunfo español la aportación de la inmigración a la prosperidad de Catalunya. ¡Y eso se lo dicen a los que tuvieron que marchar de su tierra a causa del hambre, que saciaron en Catalunya con su trabajo, esfuerzo e integración en la sociedad de acogida!. ¿Acaso ignoran los sentimientos contrapuestos que sufren los catalanes de origen español cuando viajan a sus orígenes siendo tratados como los catalanes -en tono de reproche-, y observan asombrados las autopistas gratuitas sin automóviles, las generosas prestaciones sociales, municipales y autonómicas, la abundancia de empleados públicos, las lineas de AVE's sin pasajeros, los aeropuertos sin aviones, etc... que disfrutan sus antiguos paisanos?. ¡Y en Catalunya, donde se pagan los impuestos a nivel de Escandinavia, las cercanías de Renfe son tercermundistas, el aeropuerto del Prat está al servicio de Barajas y no de Catalunya, y las prestaciones sociales nunca han estado al mismo nivel ni son tan abundantes como las de aquellas comunidades que reciben la generosa contribución de la solidaridad de los catalanes!.

Sabios y resabios españoles: Estos manifiestos que impulsan para informarnos de lo mucho que nos quieren; que advierten de los males intrínsecos del catalanismo; que nos echan en cara lo que España ha hecho por Catalunya, omitiendo lo que Catalunya a hecho por España; de las bondades y virtudes de la Constitución; de las desventuras que nos acarreará la independencia; de todas las equivocaciones que cometen los malsanos nacionalistas catalanes. En fin, que pretenden ilustrarnos de la prevalencia del Derecho del Estado (¿o tal vez es Estado de Derecho?), sobre los principios democráticos; repito, estos manifiestos, transversales, liberales y socialdemócratas, adolecen de un defecto en sus orígenes. Son total y voluntariamente erróneos, manipuladores y absolutamente hipócritas.¿Bajo qué piedra han permanecido escondidos estos centenares de intelectuales, hasta eclosionar, aterrorizados, a causa de la trepidante caminata emprendida por un millón y medio de ciudadanos catalanes?.¿No oyeron las voces del anterior presidente de la Generalitat, José Montilla, para más inri socialista español y orígenes andaluces, cuando advertía desesperadamente a los gobernantes españoles sobre el creciente desafecto hacia España de los ciudadanos catalanes?. ¿No leyeron el dolorido llamamiento de los medios de comunicación catalanes hecho a través de un editorial conjunto, que solo mereció el desprecio de la prensa madrileña?. ¿No entendieron la multitudinaria manifestación contra la sentencia sobre el Estatuto de Catalunya pronunciada por el Tribunal Constitucional, que llevó a centenares de miles de ciudadanos a las calles de Barcelona el 10 de julio de 2010?. ¿No analizaron detenidamente la estupefacción que provocó en los catalanes la falta de lealtad del señor Zapatero, de su gobierno y su partido, y el escaso cumplimiento de la palabra dada -recordemos: apoyaré el texto aprobado por el Parlamento catalán-?. ¿Donde estaban las críticas al Partido Popular y la estrafalaria recogida de firmas contra Catalunya y su Estatuto?. ¿Y los reproches a la propaganda del señor Arenas en Andalucía, contra el estatuto catalán, o los anuncios del señor Guerra y sus aficiones cepilladoras?. ¿No se escandalizaron ante la cruzada contra la lengua catalana, desatada por la caverna mediática madrileña, que prosigue en el presente?. ¿No sintieron vergüenza cuando se mentía impunemente sobre la supuesta persecución del castellano, en Catalunya?. ¿Porqué no han alzado la voz cuando se dicen auténticas animaladas desde la prensa, la radio y la televisión afines a la derecha y extrema derecha y en muchas ocasiones desde medios supuestamente progresistas, indiscriminadamente contra Catalunya y los catalanes?. ¿Porqué cualquier reivindicación hecha desde Catalunya, ha sido calificada como producto del victimismo, o incluso ha sido considerada como chantaje, sin siquiera analizar la certeza y justicia de la exigencia demandada?. ¿Porqué no se escandalizan cuando el gobierno de España, de ayer, de hoy y de siempre, centrifuga el déficit público hacia las comunidades o no paga las deudas contraidas con ellas?. ¿Y cuando invade impunemente competencias autonómicas, recentraliza bajo la excusa de la coordinación y exige recortes y más recortes, sin que se aplique el cuento?. ¿No se ruborizan como colegialas cuando el Gobierno de España sigue manteniendo funcionarios, asesores partidistas y ministerios sin competencias y prosigue con las generosas subvenciones a la fiesta nacional, por ejemplo, o aportaciones económicas para que los estudiantes castellano-leoneses aprendan a cazar conejos adecuadamente?. ¿No les causan bochorno las trabas insalvables que los consulados y embajadas españolas interponen a los catalanes expatriados para poder ejercer el derecho de voto?.

A todos los intelectuales firmantes de los manifiestos. A los dirigentes políticos con sede en Madrid o en las comunidades autónomas, más preocupados de lo que perderán, y no de porqué lo perderán; y siempre dispuestos a la amenaza y a humillar al contrario, y nunca a ejercer la autocrítica. A los altos funcionarios que barren para casa (Madrid) descaradamente, sin importarles un bledo las consecuencias de sus partidistas decisiones. A los falsos periodistas y reales propagandistas, que prefieren influir a favor de sus propios intereses y manipular a favor de sus amigos políticos, antes que ser imparciales y ecuánimes, y que sus crónicas e informaciones estén guiadas por la ética. A los empresarios afectos al régimen, usuarios habituales del palco del Bernabeu, totalmente institucionalizados y de maneras más propias de empleado público que de emprendedores privados. A cónsules y embajadores españoles que propician que no se vote, en libertad y secreto. Y a todos los ciudadanos españoles que han consentido ser manipulados y engañados, antes que asegurarse que las vesanias que se lanzaban -y lanzan- contra Catalunya y los catalanes fueran o no ciertas. A todos ellos informo que lo único que pueden hacer ahora es aceptar el derecho de los catalanes a decidir nuestro futuro. Cualquier otra alternativa llega demasiado tarde. No sigan utilizando el texto constitucional para impedir el normal desarrollo de la democracia, porqué es inutil. Cesen las amenazas, las falsedades y las injurias, porqué se ponen en evidencia. Desactiven a aquellos que, desde las cloacas del Estado, se esfuerzan denodadamente en confeccionar y distribuir dossiers pergeñados de mentiras, contra las figuras e instituciones más significativas del catalanismo político. Muchos catalanes hemos decidido que unidos a España estamos condenados a la consunción por falta de libertad y progreso. Si realmente creen en los principios democráticos, no se opongan a que los ciudadanos catalanes alcancemos la plena soberanía. Entre otras cosas porque si lo hacen, fracasarán estrepitosamente. Cuando un pueblo ilusionado se mueve hacia la esperanza, nada ni nadie puede detenerlo, pues en el horizonte se atisba la independencia. Dentro o fuera de Europa. Pero independientes.









divendres, 2 de novembre del 2012

25 DE NOVIEMBRE DE 2012. Y DESPUÉS, "PELILLOS A LA MAR"

Existen diversas formas de ganar unas elecciones, o una consulta no vinculante, e incluso un referéndum oficial. Se confecciona un programa electoral y se lucha para lograr la aceptación mayoritaria necesaria, entre las diferentes propuestas ofertadas a la sociedad. En el caso de un referéndum -o una consulta-, se propone una pregunta y se defiende la bondad de votar a favor o en contra de una determinada opción. Se pone en marcha una costosa y pesada maquinaria electoral para convencer a los electores, intentando alcanzar el mayor número de adhesiones en torno a las distintas formaciones políticas y programas electorales que concurren a los comicios. Aquella con más votos consigue el poder y puede formar un gobierno democrático, estable y plenamente legitimado. ¡Voilà!

Sin embargo, no todo es tan sencillo y diáfano en el caso que nos ocupa. Los próximos comicios catalanes, a celebrar el 25 de noviembre, presentan algunas peculiaridades que los diferencian del resto de elecciones celebradas hasta el presente. En efecto, tienen un carácter marcadamente plebiscitario. Todos los ciudadanos sabemos que además de votar al partido de nuestras preferencias y un determinado programa electoral, votaremos también a favor del derecho a decidir de los ciudadanos catalanes. Cada formación política recibirá los votos en función de si apoya o no el derecho de los catalanes a pronunciarse en un próximo futuro a favor o en contra de la independencia de Catalunya. Y en tales circunstancias, las maquinarias electorales de los distintos partidos se han puesto en funcionamiento mucho antes del inicio oficial de la campaña electoral. Con inusitada intensidad, dureza e incluso en algunos casos, maneras e intenciones indisimuladamente marrulleras.

Este tipo de marrullerías se aprecian con notable nitidez en la impagable labor que realizan las embajadas y consulados españoles, poniendo todo tipo de obstáculos para dificultar el voto de los catalanes que se hallan en el extranjero: "Llama una catalana por lo de las elecciones, le digo que ya no se puede,¿no?". "Vuelva Vd. mañana". "Ya no puede votar". " Debería haberse registrado cuando se convocaron las elecciones...". Esta es la información que reciben centenares de ciudadanos cuando intentan registrarse para ejercer su derecho a voto. Así lo han denunciado a los medios de comunicación catalanes. Los consulados y embajadas españoles en el exterior no son precisamente una ayuda para aquellos que desean participar en las elecciones. Diríase que están siguiendo al pie de la letra las truculentas triquiñuelas que dispone el Gobierno de España, contra la máxima expresión democrática que existe. Cabe preguntarse: ¿Todo vale para dificultar el ejercicio democrático de votar libremente y en secreto?. Se trata de las elecciones más trascendentales de cuantas se han producido en Catalunya hasta la fecha. Un gobierno -y el partido que lo sustenta- comprometido con los principios democráticos debería facilitar -incluso propiciar- la participación. La obscena actitud de los funcionarios españoles están mostrando fidedignamente la auténtica naturaleza de los gobernantes españoles. Evidencian una realidad españolista profundamente manipuladora y trilera, basada en la imposición y propagación del miedo y sustentada en evanescentes principios democráticos.

La actitud de los nacional-españolistas respecto los anhelos de Catalunya, además de vergonzosa, es absolutamente antidemocrática. Son capaces de todo. Como se ha visto, ponen trabas a los residentes en el extranjero impidiéndoles votar. Presionan a la UE para que se pronuncie a favor de las posiciones españolas -sin conseguirlo plenamente-, con marcada animadversión hacia Catalunya. E incluso amenazan con -o más bien propician-, la ruptura en el seno de la sociedad catalana. Tal es la indisimulada intención del ex-presidente del Gobierno de España, José Maria Aznar. Este falso constitucionalista, típico nacionalista español de voz engolada, tono severo, pretencioso y altivo, de impostado semblante y aires absolutamente cutres y antiguos, se permite amenazar con la ruptura de Catalunya antes que la de España. "Catalunya no podrá permanecer unida si no permanece española". "Quien piense que solo está en juego la unidad de España se equivoca. Antes de esto, está en juego la integridad de Catalunya". Aznar aboga descaradamente por la recentralización del Estado y condena "cualquier fórmula federal, confederal o del tipo que sea, que pretenda o requiera la quiebra de la soberanía nacional. Es inviable". ¡Qué gran futuro espera a las comunidades autónomas españolas!. ¡Qué oscuros presagios anuncia!. ¡Dios!. ¡Qué placer alcanzar la independencia y poder alejarse de la chabacanería e ínfulas que muestra este trasnochado hidalgo castellano!. Y de paso, la secesión permitiría deshacernos de la insultante presencia de la Fundación Francisco Franco, que fiel a sus lúgubres orígenes no cesa de demandar la implicación del ejercito español "para hacer cumplir la Constitución como primera respuesta a la pesadilla soberanista". Se pregunta "si existen españoles capaces de defender la unidad del Estado, cueste lo que cueste". Por último, apela a una moral superior y al patriotismo bueno en defensa de la España eterna. De los principios democráticos, no dice ni mu.

Cuando la chabacanería se transforma en injurias, insultos, mentiras e increíbles manipulaciones, estamos ante la sublimación del nacional-españolismo. Es el caso de los más activos y fervientes integrantes de la caverna mediática, fundamentalmente madrileña. Utilizan los medios de comunicación habituales para alertar a los buenos ciudadanos españoles de los peligros y las maldades que concurren en los separatistas catalanes. De ayer, de hoy y de siempre. Solo falta que griten: ¡Muerte a los catalanistas!. El Mundo insta a Rajoy a gobernar con el cuchillo en la boca. Esta frase, más propia de piratas que de periodistas, se inspira en la que Don Juan Carlos I ha pronunciado recientemente en la India, en el transcurso de un viaje de negocios: "España saldrá adelante con el cuchillo en la boca". Por su parte, Alerta Digital prosigue incansablemente la misión histórica de informar fehacientemente a los pobres catalanes y españoles de todos los males que se cernirán sobre una Catalunya independiente. "La independencia de Catalunya  llevaría al asesinato de niños y al genocidio de españoles". Así mismo, "al hambre generalizada y a la extinción de los catalanes". Ante tales afirmaciones, me pregunto: ¿En España existe un Fiscal General del Estado, capaz de perseguir penalmente a presuntos delincuentes que se escudan en el ejercicio de una supuesta libertad de expresión, que solo utilizan para injuriar, mentir e insultar a centenares de miles de ciudadanos, con total impunidad?. Por lo visto, la fiscalia no está en ello ni por el momento se la espera; está muy ocupada con sus propias cuitas. ¿No se cansan los cavernarios de invocar en vano el Estado de Derecho, la sacrosanta Constitución y su dilecta hija, la democracia española, sin que el rubor aparezca en sus mejillas?. Otro agorero medio informativo, Libertad Digital, prefiere el pragmatismo a las abominaciones. El preclaro catedrático de economía aplicada de la Universidad Complutense de Madrid, Mikel Buesa, ha decidido olvidar por un momento la prima riesgo, la inflación, el déficit público y similares zarandajas, y substituirlos por un sesudo análisis sobre los costes y las necesidades que supondría para España utilizar al Ejercito en la ocupación militar de la secesionista Catalunya. Para el control efectivo de los 32.000 km2 del Principado, este opróbico intelectual calcula una fuerza de ocupación formada por 270.000 soldados. Como sea que el ejercito español está integrado por 135.000 efectivos y la Guardia Civil cuenta con 80.000, a España le faltan 55.000 soldados. Así pues, deberá movilizar también a la guardia urbana de todos los pueblos y ciudades españoles, para que el control de Catalunya sea más efectivo. Además, a ello debería añadirse el coste económico que acarrearía tal desplegamiento bélico, así como los irreparables perjuicios que se causarían a la economía española, a causa de las incertidumbres provocadas, la inseguridad jurídica desatada y el vertiginoso incremento del desprestigio para la marca España. ¿Cuanto tiempo aguantaría España en estas circunstancias?. ¿Un mes?. ¿Una semana?. ¿Un día?. ¡Menos!. Ni la UE, ni USA lo aceptarían. Se trata de viejas, auténticas y consolidadas democracias. Y con notables intereses económicos en España a defender. Incluso en Catalunya.

Menos mal que el gobierno del Partido Popular ha decidido crear una "célula de crisis" contra la independencia. Así pues, ni sermones aznarianos, ni triquiñuelas consulares, ni cuchillos en la boca, ni siquiera 270.000 efectivos ocupando Catalunya como en 1714. Nada de eso. La solución: crear un grupo de trabajo formado por el Ministro de Justicia, el Fiscal General del Estado (¡Sapristi!. ¡Estas son las cuitas referidas anteriormente!), la abogada general y un representante del Ministerio de Interior. Ellos encontrarán los recursos represores legales y policiales para derrotar al señor Mas y los sectarios secesionistas que atentan contra la sagrada unidad de España. Y de paso, se activarán los poceros de las cloacas del Estado para confeccionar y filtrar los pertinentes dossiers contra las personalidades catalanas que se distingan en la lucha pro-independencia. Por supuesto, sin importar lo más mínimo si el contenido de los mismos está trufado de mentiras, falsedades, manipulaciones y de toda la mierda necesaria para mejor defensa de la España eterna. Por el momento esta "célula de crisis" (célula cancerosa en realidad), ya ha logrado que la euro-parlamentaria socialista, la catalana María Badia, se haya visto obligada a renunciar por haber firmado una carta dirigida a la vicepresidenta de la Comisión Europea, Viviane Reding, en la que se denunciaban las "intolerables invocaciones a las Fuerzas Armadas" que determinados personajes de la España constitucional hacen (con auténtico placer). Espero que este grupo de trabajo anti-secesión sea consciente que deberá actuar contra varios centenares de miles de ciudadanos catalanes hartos de impertinencias, mentiras, amenazas, insultos y desconsideraciones procedentes del Estado Español. Porque la independencia es cosa de muchos. Es un sentimiento cargado de ilusión y esperanza, compartido transversalmente por la mayoría de catalanes. Muchos más que 270.000.

Así pues, los próximos comicios catalanes se verán mediatizados por las malas artes de muchos españolistas defensores del unitarismo a ultranza. Lo harán de forma oficial y descarada, y también de forma sin que se note el cuidado. Pondrán obstáculos y triquiñuelas para impedir o dificultar el voto en libertad. Utilizarán manipulaciones y desinformación como argumentos electorales al servicio de la unidad de España. E incluso fomentarán la abstención mediante el inapreciable concurso del Ministerio de Asuntos Exteriores, sumado a las inexplicables decisiones de la Junta Electoral Central. La JEC ha decidido que la Generalitat no puede hacer un llamamiento a la participación, porqué las leyes españolas no lo permitenConcretamente, la JEC considera que constituye una campaña institucional de incentivación del voto "no amparada por la legislación electoral". Y sin embargo, el Estatuto de Catalunya contempla el fomento a la participación. ¿Podemos calificar la resolución de la JEC como propiciatoria de la abstención?. Rotundamente, si. ¿Interesa al unionismo una baja participación?. Por supuesto. Es la forma más elegante de deslegitimar los previsibles resultados. Pero, a pesar de sus ímprobos esfuerzos, fracasarán. Con la misma contundencia que está fracasando la política del Gobierno de España con la pretensión -a buenas horas, mangas verdes- de restablecer un diálogo sobre financiación que rehusó apenas hace unas semanas. ¿Se enterarán de una vez los españoles que solo cabe negociar el cómo y el cuando se convoca el referéndum de autodeterminación?. No pierdo las esperanzas que acaben entendiéndolo. Esperemos que así sea después de la votación y los clarificadores resultados que sin duda se producirán el próximo 25 de noviembre de 2012. Y después, pelillos a la mar.