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dijous, 31 de març del 2011

PREGUNTAS Y PENSAMIENTOS INGENUOS

Suele pasar que, a menudo, nos hacemos algunas preguntas y tenemos algunos pensamientos que bien podrían ser formulados por niños, por adolescentes, incautos e ingenuos, libres de cualquier atisbo de hipocresía y de prejuicios. La infancia es sincera, franca, noble, libre. Desgraciadamente, el ser humano es el único que transforma todo lo que son virtudes en la infancia, en desgraciados defectos en la madurez. Matizamos grandes conceptos como verdad, sinceridad, nobleza, entusiasmo, libertad, en otros que son producto de nuestra experiencia vital, de nuestro "aprendizaje histórico particular", lo que nos lleva a manipular, falsear, a utilizar el cinismo y el miedo para explicar el porqué, el cuando y el como  de las cosas.

Voy a intentar recuperar mi virginidad intelectual  que disfruté en mi infancia y adolescencia. Existen algunos pensamientos y algunas preguntas que me formulo en silencio, pero que ahora haré en voz alta. Naturalmente, elegiré las preguntas y los pensamientos que sean más interesantes para el objeto de este blog. Pido disculpas por esta prueba de madurez. Es uno de los defectos a los que me ha llevado mi "aprendizaje histórico particular".

¿Porqué los ciudadanos catalanes tienen que contribuir tan generosamente al bienestar de los españoles, hasta el punto de vivir peor que aquellos que reciben su forzada y abundante solidaridad?

¿Porqué  querer vivir en catalán, en Catalunya, es tan difícil y requiere un continuo, insistente e infructuoso esfuerzo?

¿Existe alguna ley, naturalmente española, que obligue a un catalano-hablante a ser bilingüe, mientras un castellano-hablante no sufre tal imposición?

¿Tengo, como ciudadano, el derecho a ver cine doblado en catalán, a ser atendido en catalán en los comercios, en las compañías de teléfono o eléctricas, en los tribunales, o por contra, son los comercios, los cines, las grandes compañías o los jueces los que tienen derecho a utilizar su idioma, por aquello de la libertad de empresa, o las libertades individuales en el caso de los funcionarios?

¿Porqué los ciudadanos de Madrid, son constantemente bendecidos con la generosidad del estado español, en forma de obras de arte, bienes culturales,  que continuamente engrosan sus museos, teatros, centros culturales, etc..., sin que se extienda esta generosidad más allá de la capital (y domicilio social y fiscal) del estado?

¿Puedo esperar, como ciudadano, que este estado me proporcione los mismos recursos y oportunidades que a un ciudadano extremeño, andaluz, o madrileño?

¿Porqué en Madrid, Andalucía o Extremadura, existen tantos funcionarios y trabajadores públicos y sin embargo, sufren tanto desempleo y en Catalunya "solo" padecemos la lacra del paro, sin que el sector público contribuya a su disminución?

¿Cabe esperar del gobierno central un trato justo en inversiones, en  infraestructuras, en nivel impositivo, para los catalanes?

¿Dejarán los políticos y los periodistas españoles de utilizar a Catalunya y a los catalanes para propagar e imponer su hipernacionalismo español, excluyente y opresor, sobre los "ciudadanos de bien" de España?

Lo cierto es que podría pasar muchas horas escribiendo preguntas, todas en la misma dirección, sin que las respuestas pudieran satisfacer mis inquietudes. No puedo esperar que desde España, se llegue a comprender el hartazgo que muchos ciudadanos catalanes sentimos. Cada día va incrementándose la sensación de irritación, de hastío, de profunda insatisfacción que arrastramos muchas personas en Catalunya, perplejos ante las mentiras, las manipulaciones, las falsedades que se utilizan desde España contra Catalunya, con el único objeto de anular, de suprimir, de ignorar, las profundas diferencias sociales, políticas, económicas, culturales, idiomáticas, que existen entre ambas naciones y que van incrementándose al mismo ritmo que van produciéndose las continuas estupideces que desde los medios políticos y sobretodo, periodísticos madrileños, sueltan, impertérritos ante la soberbia, complejo de inferioridad y chulería que se gastan las élites madrileñas, dignas herederas de la más pura tradición hispana: hidalgos trasnochados y moralmente arruinados. Por favor, dejen a Catalunya y a los catalanes en paz. Olvídense de nosotros.           







    

dissabte, 26 de març del 2011

CARTA ABIERTA AL M.H.S. ARTUR MAS (2)

Como ya he manifestado, el "Gobierno de los Mejores", no es tal. Debería cesar a la señora vicepresidenta, aunque ello conllevara una tensión evidente con Unió y el señor Duran. El Gobierno de la Generalitat debe ser el formado no solo por los mas capaces, los mejores. Debe parecer (y ser) el gobierno de los más honestos, con más principios. En definitiva, los más éticos.

Señor Mas, ahora llegamos al segundo punto de su discurso que más entusiasmo despertó entre todos los ciudadanos que le votaron: ejercer el derecho a decidir.

La autodeterminación es un derecho grave, fundamental. No es, ni mucho menos, un instrumento para ser utilizado como arma para conseguir otros fines que no sean, propiamente, decidir sobre el futuro colectivo de todo un pueblo. ¿Cree que es tolerable que se emplee para apoyar una reivindicación financiera, como el Concierto Económico para Catalunya? La justicia a la que tienen derecho los ciudadanos catalanes está al margen de la presión, negociación y pacto que Vd. pretende ejercer frente al gobierno de España. Todo el mundo sabe que el Concierto jamás será aceptado por España, por lo menos en los términos que sean equivalentes al vasco. Tal vez consiga un pacto fiscal, mejor que el actual, pero tan mediatizado por la avaricia de España, que será absolutamente descafeinado y por ende, insuficiente para nosotros. Y habremos perdido unos años preciosos y necesarios para dejar atrás esta crisis actual, que nos oprime, que limita nuestra menguada capacidad de decisión, para poder superarla con cierta rapidez y mucha contundencia si dispusiéramos de los recursos que en justicia nos corresponden.

No vale utilizar el derecho a decidir cuando los resultados de esa supuesta petición serán tan descorazonadores. No es cierto que no exista una clara mayoría que apoya la independencia. No es cierto que se pueda poner en peligro la cohesión social de los ciudadanos catalanes. Dando por buenos los resultados que muchas encuestas ofrecen acerca de los votos a favor o en contra, ¿porqué una victoria del sí necesita ser muy mayoritaria sobre el no? Hasta la fecha, con la victoria del no, los independentistas lo hemos aceptado (aun de mala gana, pero en silencio) y la cohesión no se ha resentido. ¿Es que los votantes del no serán menos demócratas, o más violentos, si llegaran a perder?.

El Derecho a la Autodeterminación debe ser ejercido aun en contra de la legislación española, si queremos superar la grave situación en la que se encuentra Catalunya. Tiene Vd. una oportunidad de oro para demostrar su sentido de estado. Próximamente se debatirá en el Parlamento Catalán una proposición de ley sobre la independencia. Den libertad a los parlamentarios a la hora de votarla. Propongan enmiendas, negocien, hablen y decidan en conciencia. Los ciudadanos de este país ya lo estamos haciendo y mayoritariamente, hemos llegado a la conclusión de que si Catalunya fuera un estado libre y soberano, la vida de sus ciudadanos sería más prospera, más democrática y más justa. No se nos ocultan las dificultades de todo orden que esta decisión acarrearía. Pero sabemos que podríamos ser mucho más felices, en comparación a la desoladora realidad de seguir formando parte de un estado, el español, que lo único que quiere de nosotros son nuestros impuestos, liquidar nuestra lengua y cultura y coartar nuestro desarrollo económico en beneficio de un bien superior: España. 



CARTA ABIERTA AL M.H.S. ARTUR MAS (1)

Me permito escribir la presente carta para manifestarle mis inquietudes presentes y mis anhelos futuros, en la seguridad de que son compartidos por cada vez más ciudadanos de este atribulado país. Este escrito es el resultado que yo he percibido, cuando solo han transcurrido unos tres meses desde su victoria electoral y que   resulta,  cuanto menos para mí, decepcionante.

Cierto es que la situación en la que se encuentra Catalunya es realmente compleja, difícil. Y es así, fundamentalmente porque nuestra Nación carece de unas instituciones políticas, con el suficiente grado de soberanía y de recursos, tanto legislativos como financieros, para poder afrontar el reto que la crisis mundial y particularmente, la estatal, producen en nuestra sociedad y en particular, en sus ciudadanos.

Cuando Vd. aceptó liderar el  "Gobierno de los Mejores", para sacar a los catalanes del marasmo en el que nos encontrábamos, pensé que pondría en práctica la máxima que tanto pronunció en la campaña electoral: "ejercer el derecho a decidir".

Bien, el gobierno de los mejores ya tiene una mácula, la señora vicepresidenta. No por minimizar el ridículo de la falsedad del currículum vitae de la supuesta psicóloga, socióloga, o lo que sea, logrará ocultar la gravedad de tal situación. En Alemania, el hecho de plagiar parcialmente una tesis doctoral, ha llevado al ministro de defensa a la rápida e inapelable dimisión de su cargo. Puede que nos gobiernen los mejores, pero lo único cierto es que un miembro de su equipo es una tramposa, y no importa mucho si lo es por acción u omisión. En ambos casos, no resulta aceptable. Ni lo uno, ni lo otro.

Lo más grave, pero, resulta del hecho de que Vd. no haya forzado el cese de esta señora. Y lo es, porque denota su falta de liderazgo en el seno de Convergencia y Unió. Y es así, porque Vd. no quiere incomodar al señor Duran, lo cual provoca que este se aproveche y asuma un protagonismo excesivo, tanto el Catalunya como en España. Es por esta razón que, ante esta impunidad, se produjeron enfrentamientos entre CiU y las patronales automovilistas, debido a que el señor Duran cedió a las presiones de los concesionarios, en perjuicio de los fabricantes de coches y por tanto, en perjuicio de la industria catalana.

¿Está Vd. seguro que el señor Duran defenderá los intereses catalanes, sin matices ni concesiones, ante las futuras negociaciones con el gobierno de Madrid, con el PSOE y el PP, en la comisiones de traspasos, etc...?. A mi me da la impresión, creo que fundada, que el señor Duran i Lleida tiene un ego muy grande, que lo que realmente quiere es ser ministro del Gobierno de España, que pretende re-ligar Catalunya a España y someterla a los intereses españoles, en perjuicio de las necesidades de los catalanes. Lo creo sinceramente y es una creencia muy extendida entre sus votantes.

Señor Mas, ¿acaso ha olvidado que muchos de los problemas y enfrentamientos que se han producido en el seno de Convergencia y Unió, en el pasado, lo han sido a causa del excesivo (e inmerecido) peso de Unió Democrática?. Es muy loable la unidad de acción de dos formaciones políticas cuyo principal objetivo es Catalunya y el bienestar de sus ciudadanos, pero es muy pernicioso que el precio que se paga por ello sea la preponderancia de Unió y del señor Duran, en acusado detrimento de Convergencia, y de su ideario liberal-socialdemócrata. La complicidad entre las dos formaciones se ve matizada por la ideología cristiano-demócrata de Unió, ideología, no lo olvide, que comparte con el Partido Popular. Es por esta razón que el señor Duran se siente más cómodo pactando con el partido popular y no con el partido socialista. Es por esto que se alcanzó el pacto del Tinell, cuyos resultado políticos están en el recuerdo de todos y que llevó a Convergencia a una travesía que ha durado ocho interminables años, que tanto han perjudicado, no solo a la federación, sino sobretodo, a Catalunya.

Señor Más: no soy más que un ciudadano de a pie, que antaño votaba a Convergencia y Unió. En la actualidad, mi voto es para los partidos que sin complejos ni disimulos defienden la independencia de Catalunya. Cuando ganó las últimas elecciones, llegué a pensar que mi voto podría volver a ser para CiU. Siento que en estas primeras semanas de su gobierno, mis anhelos para el futuro no volverán a pasar por Convergencia. Su falta de coraje, tanto con Unió y el señor Duran, como con el Gobierno de Madrid, que sólo entenderá el día que demos un sonoro puñetazo sobre la mesa y, hastiados, gritemos ¡Basta!, su falta de coraje, repito, me causa una terrible tristeza, pues soy consciente que Catalunya no podrá alcanzar la independencia sin la voluntad, firme e incuestionable de Convergencia Democrática de Catalunya, junto a todos aquellos partidos y la sociedad civil que ya hemos  llegado  a la conclusión que el futuro, la prosperidad y la cohesión social de Catalunya y los catalanes pasa ineludiblemente por la independencia y plena soberanía, sin más dilaciones ni excusas (de mal pagador).         

dilluns, 21 de març del 2011

DEL MARASMO A LA REVOLUCIÓN.

¿Como calificar el estado de ánimo que padecen la mayoría de ciudadanos de este pequeño pero inquieto país?. Es decir, ¿como se sienten los catalanes en la actualidad?. ¿Que resultados se producirán en nuestra atribulada sociedad como consecuencia de esta perniciosa situación?. ¿Que respuesta tendrá el humilde y sencillo ciudadano catalán?.¿Será una reacción colectiva, tal vez individual o una combinación de ambas? Estas y otras muchas preguntas que nos hacemos, sobre la actualidad, tienen respuestas complejas, difíciles y en ocasiones, no deseadas.

El estado de ánimo de la mayoría de ciudadanos de Catalunya es de marcado descontento. Estamos hartos de que nuestra voluntad, libremente expresada en las urnas, se vea manipulada por determinados políticos, cobardes y ruines, que tienen miedo de expresar y defender sin paliativos, sin matices, la voluntad y los anhelos de la ciudadanía. Prefieren adoptar posiciones contemporizadoras con los poderes fácticos. Renuncian a sus propios principios, falsean su ideología y obvian sus valores para hacer creer que una apariencia de cambio inspira sus decisiones, sus políticas, para que todo siga igual.

Son un tipo de políticos que no dudan en utilizar a los partidos para colmar sus ambiciones personales, prescindiendo de ideologías, ignorando los contrasentidos en los que suelen caer, falseando la historia, la trayectoria de las formaciones políticas a las que pertenecen y que manosean impúdicamente en beneficio propio y de sus más íntimos allegados, el llamado aparato.

Ante tal situación, ¿qué pueden hacer los ciudadanos?. Lo que hacemos muchos catalanes, rebelarnos aunque sea pacíficamente. Somos cada vez más los que no aceptamos seguir sumisamente el dictado del gobierno de España, de las manipulaciones del Partido Socialista, de las falsedades y del ultranacionalismo del Partido Popular, de los medios de comunicación de la extrema derecha madrileña, de las deslegitimadas instituciones españolas, como el Tribunal Constitucional, la Conferencia Episcopal, el Consejo General del Poder Judicial, etc...

Nuestra revuelta se expresa de forma pacífica. Es una revolución democrática, que utiliza las consultas populares, las masivas manifestaciones callejeras, que denuncia las arbitrariedades, las injusticias, los desmanes que el unionismo hispano más casposo proclama y promueve en contra de una ciudadanía, cada día más amante de la libertad, de los derecho humanos y de la independencia, tanto individual como colectiva.

Nuestra revolución será imparable. Estamos hartos de que por culpa de las políticas españolas, económicas, culturales, fiscales, del estado de bienestar, los ciudadanos catalanes no puedan alcanzar los niveles de bienestar personal, de desarrollo económico y social que nuestro país, por méritos propios debería disfrutar, libres del insoportable lastre que significa para Catalunya, la permanencia en esta España que tan mal sabe "vender" una parte de la sociedad española, formada por unos pocos políticos, funcionarios, periodistas y algunos pseudo-empresarios que si bien son pocos numéricamente, son muy influyentes. Son los poderes fácticos, el mercado, en definitiva, una casta de privilegiados que niegan la auténtica democracia, la libertad y la justicia.

Solo cabe una advertencia, amistosa y sincera. Esta casta no debería olvidar que en el transcurso de la historia, siempre ha sido combatida y vencida por la gente de bien. Primero fueron la Revolución Francesa y   la Americana, siguieron otras muchas y ya a finales del siglo pasado, en Europa nacieron varios nuevos estados, producto todos ellos de las injusticias y opresiones a que las naciones-estado "clásicas" sometían a determinados grupos de ciudadanos, que no tuvieron mas opción en su defensa que constituirse, a su vez, en nuevos estados.

Las revoluciones siempre empiezan de  forma pacifica, por noble iniciativa ciudadana. Desgraciadamente, son reprimidas y en consecuencia, casi siempre acaban, trágicamente, de forma violenta. No permitamos que la revolución catalana acabe así. No somos violentos, no nos repriman. Si son incapaces de colmar nuestras necesidades, anhelos, esperanzas, ansias de justicia y de libertad, apártense discretamente. Su causa unionista está superada. Ya han sido vencidos. Acéptenlo humildemente. Y aquí paz y después gloria.                  

divendres, 18 de març del 2011

DECEPCIONES PRESENTES Y ANHELOS FUTUROS.

Es realmente descorazonador observar el poco sentido histórico que nuestros actuales políticos tienen. Siendo Catalunya un país pequeño, aunque densamente poblado, carecen de autentico sentido de estado. En realidad y teniendo en cuenta la nimiedad que representa  el actual autonomismo, nuestros servidores públicos no son siquiera políticos. Se limitan a gestionar las migajas que sobran en el Madrid político, si bien bajo el  marcaje y dictado castrante que desde el gobierno de España, desde su Parlamento y de sus múltiples instituciones (algunas escandalosamente deslegitimadas), se permite, se tolera (aun a regañadientes). En definitiva, Catalunya para España, no es más que una mera colonia de la cual sacan todo lo que pueden y más. Reprimen los anhelos de libertad, de democracia, de europeismo que, sin duda, caracterizan a la inmensa mayoría de ciudadanos catalanes. Y lo hacen con todo tipo de herramientas: expolio fiscal, preeminencia lingüística castellana, cotillas económicas que dificultan las exportaciones, falta de inversiones en infraestructuras vitales para los catalanes, desprecio hacia la cultura y la lengua catalanas...

El estado español, en su obsesión hacia una pretendida unidad centralizada en la capital, cree que no existe otra vía que uniformar a todos los ciudadanos y territorios entorno a la lengua y cultura de Castilla, prescindiendo de las  realidades distintas de la península, ignorando la pluralidad, la historia, los dominios lingüísticos, los intereses económicos, la diversidad social, las necesidades de los diferentes colectivos.

En esta tesitura, los políticos catalanes se limitan a la gestión administrativa, a la sumisión al dictad madrileño y a arrugar de vez en cuando la nariz para que no puedan reprocharles que no defienden los intereses de sus conciudadanos. Viven en una realidad virtual. Creen que en su parlamento de juguete podrán decidir asuntos importantes, que incidan en bienestar de la población.

¿Dispone Catalunya de capacidad jurídica, de recursos económicos suficientes, para resolver el paro que sufre?. ¿Puede la Generalidad invertir lo necesario en todo tipo de  infraestructuras; acaso le está permitido elegir qué obras públicas, donde, como, cuando hacerlas?.¿Acaso puede decidir plenamente, en sanidad, en educación, en justicia, en cultura, en medios de comunicación, en becas, en peajes, en aeropuertos...?

Todas, absolutamente todas las escasas y limitadas decisiones de la Generalidad, están sometidas al poder unívoco de España, a sus leyes, a sus jueces, en definitiva, a su santa voluntad. Y de ello se encarga diligentemente el Tribunal Constitucional, formado por magistrados afines al partido popular y al partido socialista, cuya principal linea filosófica viene determinada por un rancio nacionalismo españolista, excluyente, ultraconservador y retrogrado, que padece, entre otras, la sociedad catalana.

Todo lo anterior produce decepción, desengaño. Pero también causa irritación, hartazgo. Esta mezcla explosiva, de desengaño, hastío, decepción, irritación, enojo, hartazgo, se ve bendecida por la esperanza, por los anhelos que toda circunstancia negativa que pueda padecerse, causa de forma imparable en los seres humanos, tanto a nivel individual como colectivo. Es así como antaño surgieron las revoluciones. En el presente, la esperanza y los anhelos que sentimos muchos ciudadanos catalanes, desembocarán en  una estallido democrático y pacifico de libertad, de plena soberanía que no podrán  detener ni las flaquezas, ni la lentitud, ni la desconfianza, ni los miedos de los "políticos" catalanes, ampliamente sobrepasados por la gran mayoría de ciudadanos que, impacientes, aguardan el momento para llegar con la máxima rapidez posible a la libertad que nos permita decidir nuestro futuro, de acuerdo con nuestros intereses y con nuestros propios recursos. Nada ni nadie podrá detenernos, ni políticos ensimismados, ni estados pletóricos de soberbia.                

dimarts, 15 de març del 2011

LA CAVERNA.

La caverna es un conjunto de personas que se creen periodistas y de medios de comunicación cuyo único objetivo es económico, así como la defensa y divulgación de unos valores rabiosamente nacionalistas, patrioteros, centralistas y españolistas en el seno de una filosofía política, laxa y extensa,  manifiestamente franquista. Su domicilio social se halla concentrado en Madrid, aunque irradia su influencia en otros puntos de España y sobre otros medios afines, que también beben de las emponzoñadas fuentes capitalinas.

Utilizan el periodismo como arma para defender unas ideas, unas posturas, que solo pretenden falsear la realidad, mentir, manipular, denigrar, acallar e ignorar, incluso insultar, para así conseguir su principal objetivo: controlar la economía, la política, la cultura, en definitiva todo el estado español. Es así como logran mantener una falsa imagen de unidad, de cohesión  y solidaridad entre todos lo ciudadanos del estado y de sus territorios.

Uno de sus principales escenarios de actuación es Catalunya. Combaten a sus ciudadanos, denigrando y mintiendo sobre los políticos de este país. No dudan en mentir sobre las necesidades y anhelos de sus ciudadanos, al objeto de no propiciar lo que ellos llaman privilegios y que no son más que exigencias de justicia y reconocimiento, por parte catalana. Falsean los datos objetivos de las estadísticas, sondeos e informes para hacer creer a los españoles que Catalunya y los catalanes son egoístas, que se lo quedan todo, que explotan y  roban como unos descarnados depredadores fiscales.

¿Como explicar sino esta grosera mentira que propagan, incansables, sobre la supuesta insolidaridad de los catalanes?. ¿Acaso no es una burda mentira que en Catalunya se persiga al castellano?. ¿No es cierto que los ciudadanos de este país, son expoliados cada año en más de veinte mil millones de euros?. ¿No discrimina España a los catalanes en inversión pública (autopistas de peaje, "cercanías", corredor mediterráneo, aeropuerto, etc...)?.

Existen otros ejemplos, tal vez anecdóticos pero ciertamente sintomáticos, que podríamos citar. Critican las supuestas embajadas catalanes y ocultan las de otras comunidades autónomas, incluso más numerosas y aparatosas. Ponen el grito en el cielo por las subvenciones que reciben Omniun Cultural, el Instituto Ramón Llull y otras entidades e instituciones catalanas, e ignoran y ocultan los cuantiosos recursos que aporta el estado español a la Real Academia, al Instituto Cervantes, al Museo del Prado, etc...

Ninguna comunidad autónoma presupuesta recursos destinados al castellano, a su promoción y protección, ya que lo hace el presupuesto general, que aprueban las Cortes Generales y que destinan los impuestos de todos los ciudadanos a tal menester, principalmente los impuestos de los ciudadanos de Catalunya (recuerden el expolio fiscal). ¿Puede alguien decir cuantos recursos dedica este presupuesto español para la defensa y promoción del catalán?.¿Acaso no existen sanciones económicas si no se utiliza el castellano, en determinados ámbitos.?

Los pseudo-periodistas cavernarios y sus retorcidos medios no solo mienten,  falsean, manipulan, ocultan e insultan, también injurian. Desde la Cope (emisora de la Conferencia Episcopal Española) se insinúa que los jugadores del FC Barcelona  han alcanzado sus éxitos deportivos gracias al dopaje. Dicen tener sus fuentes informativas en  el Madrid CF, para seguidamente, pedir disculpas. Primero tiran la mierda para luego arrepentirse y pedir perdón y se dan por satisfechos. ¿Qué podemos pensar de tales personajes?.¿No es habitual en ellos tirar la piedra y esconder la mano, cobardemente?. ¿Es acaso la primera vez que desde esta emisora católica se miente, insulta y manipula con algún tema referido a Catalunya?

Desgraciadamente la caverna mediática está ganando la partida al buen periodismo y a los medios de comunicación honestos y veraces madrileños. Y ello es así a causa de los incomprensibles silencios de los intelectuales madrileños por lo que parece temerosos a la confrontación  de su ética a la falta de principios de los cavernarios. No se dan cuenta que si no utilizan la ética, los principios, la verdad, éstas acaban siendo solo grandes palabras, huecas y sin sentido, conceptos inútiles. El auténtico periodismo madrileño, si no lo remedia, acabará siendo un juguete (roto) en manos de la indecencia cavernaria madrileña. 


                 

dissabte, 12 de març del 2011

ELUCUBRACIONES Y OTRAS HISTORIAS.

Recientemente el señor Aznar ha presentado un informe de FAES, la fundación de Partido Popular, sobre el funcionamiento del estado de las autonomías y las perspectivas de futuro en el contexto de la grave crisis económica que sufrimos. Naturalmente, en su opinión, la situación actual de crisis es debido a la mala gestión y despilfarro de todas las comunidades en general y de Catalunya en particular.

"I ni tan sol de siñes vivim del só del siñes". Este bello fragmento de un poema que no puedo identificar, fue recitado por el señor Aznar cuando hablaba catalán en la intimidad. Este caballero español tiene una querencia muy marcada a todo lo referido a Catalunya. No solo lee literatura catalana habitualmente, sino que también se preocupa de que esta comunidad autónoma se dedique a trabajar y pagar impuestos, que se administran naturalmente desde Madrid, para así repartir el exceso de riqueza generado en aquello que mas bien suelen hacer cierto hidalgos: fijar la cuota de solidaridad obligatoria e indefinida que algunos ciudadanos (de segunda) aportan en beneficio de los ciudadanos con plenos derechos constitucionales, de primera y entre los que no se encuentran, como es obvio, los egoístas ciudadanos catalanes.

Cuando era presidente del gobierno de España, el señor Aznar tuvo un ministro de Fomento que no ocultaba su disposición a invertir preferente y cuantiosamente en el centro de España y hasta trescientos kilómetros alrededor de la capital del estado. Casualmente, Catalunya quedó fuera de este radio y por tanto no recibió ningún trato de favor.

Esta querencia catalana que padece el señor Aznar, se encuentra muy extendida en ciertos medios de comunicación y periodistas madrileños. Un personaje llamado Cesar Vidal se atreve a escribir sin el menor rubor que las únicas autonomías que hacen una aportación neta a la economía del estado son Madrid y las Baleares. Y por tanto que no acepta que con sus impuestos se financien las "embajadas catalanas".

No se trata de un lamentable olvido  del señor Cesar Vidal. Como no es un error que frecuentemente nieguen desde el centro peninsular (que no del mundo) la contribución que los ciudadanos catalanes hacen en beneficio de España y de todo orden. Para ellos, no existe competencia desleal aeroportuaria entre Madrid y Barcelona,  por parte de AENA, ni de ADIF, ni de IBERIA. No es casualidad que RENFE haya invertido el triple en "cercanías" de Madrid que de Barcelona.

¿Es casual acaso que más del noventa por ciento de las obras de arte que recibe Hacienda como pago de impuestos  van a parar a museos madrileños?. ¿Tal vez no es cierto que Madrid está dotada de una tupida red de autopistas libres de peaje, mientras que en Barcelona su red es de pago?.

Estos ejemplos y otros muchos, proporcionan a los ciudadanos de la villa y corte  unos privilegios que no tienen los catalanes entre otros. Estos y otros muchos ejemplos proporcionan a las empresas con domicilio en Madrid  unas ventajas que no tienen las empresas catalanas. El desmesurado endeudamiento del ayuntamiento madrileño, que tantas inversiones ha permitido a su alcalde, me temo que lo acabaremos pagando entre todos. Es decir, que el extenso metropolitano construido en Madrid terminará siendo sufragado por todos los ciudadanos del estado, incluidos, como no, los catalanes.

Ni un euro español paga nada a los catalanes. Nada. Todo lo que el estado invierte en Catalunya y en los catalanes sale del bolsillo de los ciudadanos de este expoliado país.Y además, este injusto estado se queda con 22.000 millones de euros, ¡cada año! en concepto de "solidaridad" de Catalunya para España.

"No la vida del mot sinó la pel del son,// l´antelamen del món a l´obaia des mots..." Sabias palabras del inefable Aznar. Ellas describen y resumen con absoluta precisión la situación de Catalunya y los catalanes dentro de España. Nada más que añadir.            

dijous, 10 de març del 2011

IDENTIDADES

¿Porqué razón, en el ámbito del Partido Popular y de Ciudadanos, está tan mal vista la identidad catalana?.

¿Porqué reniegan del nacionalismo español las formaciones que actúan en todo el territorio estatal?. ¿Acaso carece España de identidad?. ¿Tal vez los partidos españoles están libres de tics nacionalistas? ¿No aman a su patria?.

Estas preguntas y otras muchas en el mismo sentido, en España no se hacen, no se plantean en relación a ella misma. Solo cuando se habla de otra realidad política y administrativa se lo permiten y entonces suelen hacerlo para expresar prejuicios, falacias, mentiras, medias verdades... El  motivo es sencillo de interpretar: se avergüenzan de su nacionalismo por su pasado histórico. En definitiva, reniegan de su auténtica identidad, de su españolismo. Son malos patriotas porque no se aceptan tal y como son y tal y como ellos mismos se han hecho.

El Partido Popular sí es nacionalista, cree en la preeminencia de su identidad castellana por encima de cualquier otra. Por eso no acepta que su estado esté formado, además, por otros pueblos, otras lenguas, otras identidades distintas a la castellana, a la que asimila como española. Por esto no caben Catalunya, Galicia y el País Vasco en su Constitución. Y por ello utiliza a la Justicia para alcanzar aquello que no consigue en buena lid política. Su nación es España. Su estado es España. Su identidad es España. España es el norte de su destino y España quiere decir idioma castellano, historia de Castilla, identidad, cultura y sociedad castellana. Es la España única, unitaria, unipersonal que colma sus anhelos. En definitiva, rehusa tener en su seno a un idioma diferente, una historia distinta, pero complementaria, una identidad no española. Rechaza a Catalunya por ser diferente, por la forma de hablar, sentir, pensar. Quisieran anular el catalanismo, que está satisfecho consigo mismo y sustituirlo por el españolismo vergonzante que practica, sin disimulo, pero con tiento. Y lo hace con todas las armas que tiene a su alcance, aunque sea a costa de perjudicar instituciones (Tribunal Constitucional) o la prosperidad económica, denostando todas las medidas que el gobierno del estado adopta, bajo mandato de la Unión Europea.

Podríamos utilizar similares argumentos para referirnos a Ciudadanos. La razón de ser de esta formación es combatir la identidad catalana en general, y la lengua en particular. Por eso fue creada. Pero su ideología, a la que disfraza con  falso progresismo, es absolutamente nacionalista. Su lerrouxismo es patente en cada una de sus acciones. Dice defender el bilingüismo, el derecho de los padres a elegir el idioma vehicular en la enseñanza, pero en realidad solo pretende que el castellano vuelva a dominar  la escuela para así debilitar el único ámbito en el que el catalán goza de una cierta preeminencia. Defiende el bilingüismo a base de defender el derecho de los ciudadanos, de las empresas, de las instituciones, a utilizar el castellano, pero jamas aceptará que los ciudadanos catalano-parlantes tengan el mismo derecho a ver películas dobladas al catalán (derecho de la empresa a elegir) o que los jueces tengan, en Catalunya, el deber de hablar en catalán. Defienden denodadamente la identidad española, a base de combatir a la catalana, denigrandola con argumentos como que en Catalunya se persigue al castellano. Ultimamente han utilizado su Tribunal Constitucional de la misma forma que hace el partido popular,  como si las resoluciones de sus magistrados fueran un garrote con el que atizar "estopa" a los  prevadicadores políticos catalanes. Ignoran sistemáticamente las votaciones del parlamento catalán, e instan al gobierno a impugnar, por ejemplo, el futuro debate sobre la "Ley de la Independencia". Aplauden entusiasmados cuando se producen resoluciones contra la voluntad mayoritaria del parlamento, del que ellos, desgraciadamente forman parte. Y digo desgraciadamente porque tengo serias dudas sobre el carácter plenamente  democrático de esta formación política.

La soberbia y el desdén hacia la diferencia "adornan" las formas y maneras del Partido Popular y de Ciudadanos. Su identidad, su nacionalismo trasnochado y cutre,  fortalecen  al catalanismo, lo elevan y hacen que cada día haya más y más ciudadanos que no quieren compartir el futuro con esta España que ellos ofertan y que va alejándose de Catalunya al mismo ritmo que las galaxias se alejan unas de otras.     
  

dilluns, 7 de març del 2011

EL PRIMER DÍA (DESPUÉS DE LA INDEPENDENCIA) III

Por lo que atañe a Catalunya, la independencia acarrearía a muy corto plazo cierto retroceso  económico, e incluso una cierta parálisis inicial. Pero casi de inmediato, la actividad sería retomada con más ímpetu, si cabe, y con más éxito. En efecto, superado el golpe inicial que provocaría el presumible boicot comercial de España, la rueda económica comenzaría su andadura sin pausas, con seguridad. Porque no me cabe duda que dicho boicot sería respondido por la sociedad catalana, pagando con la misma moneda, sustituyendo los productos españoles por los de otros países y poniendo en marcha toda la experiencia acumulada en anteriores boicots, que han obligado, afortunadamente, a las empresas catalanas a vender más y mejor al extranjero (actualmente, más del veinticinco por ciento sobre el total del Estado).

Así pues, el choque inicial sería superado rápidamente. No cabe decir que fiscalmente, la hacienda pública catalana recibiría una inyección muy importante de nuevos recursos. Aunque el déficit fiscal (actualmente de 22.000 millones de euros anuales) "disminuyera" por causas obvias de inicial retraimiento comercial, seguiría siendo una aportación neta de recursos que ahora escapan a nuestro control  y que serían utilizados en beneficio exclusivo de los ciudadanos de este "nuevo" y "joven" país.

Existen , además de buenas perspectivas económicas y fiscales, otros efectos colaterales que deberemos tener en cuenta: el reparto de activos del antiguo estado entre la nueva España y Catalunya, las relaciones internacionales y la previsible falta de mano de obra por causa de la drástica disminución de la inmigración que presumiblemente se producirá en Catalunya.

El reparto de activos (y pasivos) entre España y Catalunya permitiría reparar algunas arbitrariedades que la dominación española ha causado en el patrimonio cultural catalán. No ha sido justo que el legado de Salvador Dalí fuera depredado por el estado español en una turbia maniobra, que provocó que el genio de Port LLigat cambiara misteriosamente el testamento en el que legaba su obra al pueblo catalán,  después de recibir la visita del rey y pocos días antes de morir (esta información fue publicada en varios periódicos, hasta que esta noticia desapareció sospechosamente al poco tiempo de que el estado procediera al subjetivo reparto del legado). También se procedería a investigar a fondo la compra del legado Centellas por parte de un Ministerio de Cultura español, sin competencias pero con cuantiosos fondos y el traslado del mismo al Archivo de Salamanca, para escarnio del pueblo catalán que todavía espera la devolución completa del botín que las tropas franquistas hurtaron, robaron y expoliaron a ciudadanos e instituciones de Catalunya. Asimismo, igual impugnación podría hacerse sobre el archivo Balcells y todas aquellas obras de arte que el Ministerio de Hacienda ha ido recaudando como pago de deudas fiscales y que sistemáticamente han ido a parar a Museos e instituciones con domicilio social madrileño, sin tener en cuenta al resto de entidades de fuera de Madrid, en Catalunya, por ejemplo y solo en la parte catalana de dicha recaudación fiscal.

Este reparto de activos debería efectuarse con el pacto y conversaciones leales entre Catalunya y España, al objeto de satisfacer, en justicia, a ambas partes. Por supuesto que este pacto global debería abarcar todo, activos y pasivos del antiguo estado y su justo reparto entre los dos nuevos estados: deuda pública, obligaciones y representaciones internacionales, tratados, bienes públicos, fondo de pensiones, etc...

En inmigración, es previsible que sufra una drástica disminución, ya que la España actual no cesa de repetir que no aceptaría que Catalunya fuera acogida en el seno de Europa como miembro de pleno derecho. Esto provocará en los inmigrantes la necesidad de optar por quedar dentro de Europa, como en la actualidad, o bien sufrir el destierro que auguran a los catalanes y por tanto quedar a la intemperie, fuera de la Comunidad. De nada servirá que se les informe de la inconsistencia y falacia de tal supuesto. Tanto España como Catalunya serán dos nuevos estados, ambos europeos, con los mismos derechos y deberes que el resto de naciones europeas. En definitiva, miembros de pleno derecho de la Comunidad Europea.

En lo referente a las relaciones internacionales, es de esperar que las autoridades catalanas buscarán la complicidad, primero de aquellas "regiones" europeas (de Alemania, Bélgica, Italia y/o Gran Bretaña) que tienen planteadas, por ejemplo, agravios fiscales con sus capitales, caso de Alemania, cuyos landers reivindican la limitación de su cuota solidaria, o Escocia, en un proceso soberanista similar. Al tiempo, deberán buscar el reconocimiento internacional y el aval para el ingreso de Catalunya en las instituciones mundiales. Por supuesto, será primordial dar todo tipo de explicaciones a la Comunidad Europea y adquirir aquellos compromisos que sean beneficiosos para los ciudadanos catalanes y no sean onerosos para Europa.

En definitiva, la tarea es inconmensurable. El trabajo que tienen las autoridades catalanes es inmenso. Requerirán no solo todo su leal saber, también precisarán el apoyo inequívoco e ilimitado de los ciudadanos de Catalunya. No cabe ninguna duda que lo obtendrán y nuestra recompensa: beneficios económicos, comerciales, culturales, en calidad de vida y cohesión social; en el Estado del bienestar, que tan amenazado se encuentra por la grave crisis económica que padece España, dueña hasta la fecha de todos los instrumentos necesarios para poder superarla. Asumiendo estos instrumentos de combate contra la crisis, Catalunya estará no solo en disposición de superarla, sino también de ayudar a España en tan dura tarea. Que así sea. 
  

           

dissabte, 5 de març del 2011

EL PRIMER DÍA ( DESPUÉS DE LA INDEPENDENCIA) II

Quien haya leído mi anterior escrito, estará tentado en pensar que España jamás aceptará la independencia de Catalunya, pues no está dispuesta a perder la gallina de los huevos de oro. Es cierto que económicamente perdería mucho a corto plazo, que en materia de impuestos sus pérdidas serian muy elevadas, pero en  cultura y política, su estado ganaría cohesión y fortaleza. No se olvide que la cuestión cultural y en particular  lingüística, a la vista de la reacción que provoca que el catalán pretenda el mismo tratamiento que tiene el castellano,es uno de los motivos que más  querellas, agravios y enfrentamientos causan entre españoles y catalanes. La desmesura que está instalada en el imaginario español, tanto a nivel político, como jurídico e incluso económico, es de tal calibre que por este único hecho ya resultaría rentable la separación amistosa de España y Catalunya.

Porqué, no nos engañemos. Para una nación, y más si es latina, la cuestión lingüística es el esqueleto sobre el que se viste tanto la historia como la economía de cualquier país. Su sociedad tiende a la cohesión, a la vertebración mediante la lengua. Gracias a compartir un mismo idioma, es posible la comunión de intereses, la solidaridad, en definitiva, a configurar la idiosincrasia que caracteriza a todas las naciones que han  existido y que existirán. Y si esto es así, las ventajas  para la sociedad española serían muy elevadas en el medio plazo y además extensible al plano económico y fiscal. En efecto, podrían concentrar sus esfuerzos en re-centralizar España, potenciar el polo madrileño como único y poderoso motor de arrastre de todo el Estado y en todos los aspectos (financiero, cultural, aeroportuario, comercial, etc...). El cambio en el estado autonómico, con la supresión de las inviables instituciones políticas regionales sería plácida y rápida. Es decir,  solo se trataría de acentuar la realidad actual y hacerla más fluida y nítida, puesto que sin la pesadez de Catalunya y sus pretensiones, todo resultaría mas sencillo, más rápido, más claro.

¿No seria una liberación para España que Catalunya alcanzara la independencia? Por supuesto. Al principio resultaría costoso en términos económicos, pero con la inestimable ayuda de la Comunidad Europea y la aceptación de la mengua del poder económico del Estado español, la dicha, para los ciudadanos que no se han cansado de proclamar en egoísmo, la insolidaridad, el desdén y la antipatía con Catalunya y sus ciudadanos, la dicha, digo, seria inconmensurable. Y los partidos españoles se librarían del continuo chantaje que las formaciones catalanas han sometido a los españoles, pretendiendo sacar réditos de su escasa representación parlamentaría, en las negociaciones para la gobernabilidad, que bien es cierto, nunca han fructificado entre populares y socialistas, incapaces hasta la fecha de pactar las medidas para sacar al país de la crisis en la que se encuentra metido, en buena parte por culpa, como no, de los políticos catalanes y sus despilfarros, del gobierno de la Generalitat, del acoso al que someten al castellano, de la imposición del catalán, de las pretensiones de financiación por concierto, de la voluntad de querer gestionar El Prat de acuerdo con los intereses de los catalanes en competencia con Barajas, de sus inacabables reivindicaciones de inversión en infraestructuras que dicen necesitar o de que las inversiones comprometidas en los presupuestos del estado se cumplan, de querer que sus oficinas comerciales y culturales en el extranjero sean unas embajadas de juguete o en su pretensión intolerable de que los jueces tengan el deber de conocer y hablar el catalán si esta es la voluntad del ciudadano sometido a la justicia española, es decir, a la justicia  castellana.

Decididamente, no comprendo como los ciudadanos españoles, a la llamada de "El gato al agua", "Dando caña", de los señores Aznar y Arenas, de los populares valencianos, de socialistas de pro como los señores Bono, Guerra, Blanco y otros, de los periódicos El Mundo, La Gaceta, ABC, La Razón, e incluso El País (hay silencios que matan), de múltiples emisoras de radio, así como casi todos los canales de televisión españoles y muchos periodistas, no comprendo, digo, como no han salido a la calle en masa para mostrar su repulsa hacia los catalanes, portando un único lema al frente de la multitudinaria manifestación "Fuera Catalunya y los catalanes de la Constitución  Española. Independencia para España"    
       
    

divendres, 4 de març del 2011

EL PRIMER DÍA (DESPUÉS DE LA INDEPENDENCIA) I

Propongo un juego: Supongamos que por fin hemos alcanzado la independencia de Catalunya, de forma pacífica y democrática. ¿Que es lo que sucedería en España y en Catalunya?

De entrada, se habrían creado dos nuevas realidades políticas, diferentes en todo con la situación anterior. España habría perdido la región más avanzada, la más "rica" y sin duda, la más generosa. Al fin los españoles podrían percatarse de lo mucho que los catalanes aportábamos, en concepto de solidaridad forzosa, al bienestar de toda la población española. El desfase de 22.000 millones de euros anuales que Catalunya entrega a España en concepto de impuestos sin retorno, se harían notar. A esta desorbitada cantidad habría que sumarle los muchos millones que cada año el gobierno de España presupuesta para Catalunya, y que jamas ha ejecutado al cien por cien. Por fin se daría cuenta que los catalanes "no se lo quedaban todo", no eran "egoístas, insolidarios, que vivían a costa de la explotación de los buenos ciudadanos españoles".

También se percatarían de que la riqueza de España disminuía, de golpe, en más de un treinta por ciento. Algunas comunidades autónomas verían descender sus ventas a niveles "increíbles". Se darían cuenta de que el fondo de pensiones del Estado dejaría de tener, año a año, superávit. Las exportaciones españoles caerían de repente en más de un veinticinco por ciento. La hacienda pública española sufriría una disminución en sus ingresos tan importante, que debería pedir, por lo menos al principio, ayuda urgente a la Comunidad Europea y otras instituciones financieras internacionales.

Esto y muchas cosas más, pasaría con una España libre al fin de los catalanes, antipáticos, egoístas, insolidarios y que solo hablan catalán para fastidiar. Por fin España podría dedicarse a resolver sus múltiples problemas, con sus propios recursos políticos, económicos y culturales, libres del insoportable fardo del victimismo catalán, de su nacionalismo desaforado, de su idioma "despreciable" y su "provinciana" cultura.

¿Acaso en Catalunya las circunstancias serian mejores? Ni mucho menos. En términos generales, la actividad económica se vería seriamente afectada de forma transitoria. Descenderían las ventas a España, aunque esto se compensaría con la disminución en las compras. En materia fiscal, aumentarían los ingresos de manera importante, aunque solo fuera por la eliminación fulminante del abultado déficit fiscal que padecen los catalanes, pero también aumentarían mucho los gastos, ya que el nuevo estado debería suplir los servicios que hasta la fecha presta el estado español.

En definitiva, tanto para España como para Catalunya, la separación provocaría una notable alteración económica, financiera, política y cultural, que sería mas onerosa para España y más superable a corto plazo para Catalunya. A medio y largo plazo, las ventajas serían muy superiores para los dos nuevos estados, puesto que ambos se verían libres de tener que soportar al otro. En la actualidad, la situación deviene enojosamente irritante para España, mientras que para Catalunya es terriblemente insoportable. Mejor separados con relaciones mutuas fraternales, que formalmente unidos pero enfrentados cainitamente para toda la eternidad.