La meva llista de blogs

divendres, 31 de gener del 2014

"SPAIN IS DIFFERENT"... "CATALONIA IS NOT SPAIN"

¿Cual es el plan contra la independencia de Catalunya?. El Partido Popular ha celebrado el pasado fin de semana en Barcelona una convención antisoberanista, para suministrar a sus más fieles e incondicionales seguidores del Estado una especie de pócima revitalizadora que insufle a todos los desdichados fundamentalistas hispanos existentes, renovadas energías con las cuales poder soportar y enfrentar el desafío planteado por la sociedad catalana. Por supuesto, en la composición de la fórmula magistral del potingue en cuestión no se encuentra ni un ápice de principios democráticos. El presidente del Gobierno de España dijo que tenía un plan, pero en realidad planteó la misma receta de siempre. Es decir, según Rajoy "que quede claro: el referéndum no se celebrará ni se fragmentará España" mientras él sea presidente, puesto que la ley y el orden constitucionales no lo permiten. En su opinión, la secesión causará una auténtica hecatombe en Catalunya y además proclamó que Catalunya es propiedad (¡!) de los españoles... Todas estas consignas fueron acompañadas por estruendosas ovaciones de la concurrencia mientras suplicaban a voz en grito, "no nos abandones""¡viva España!""no nos falles ni nos traiciones". Diríase que han agotado los argumentos racionales con los cuales contrarrestar el soberanismo predominante, ampliamente mayoritario en la pacífica sociedad catalana. Es lo que tiene intentar combatir los sólidos principios democráticos del pueblo catalán con turbados argumentos, siempre falaces y propios de malos leguleyos descaradamente anti-democráticos, como son los españolistas de linaje nacional-católico. Por cierto, como dijo Artur Más, el aquelarre conservador parecía el primer mitin de campaña a favor del NO auspiciado por el Partido Popular, sobre una consulta que según predican no se celebrará jamás.

Cuando no se tienen argumentos convincentes que ofrecer se utilizan amenazas y mentiras, o se manipula la realidad hasta el esperpento. Cristóbal Montoro ha iniciado la descalificación y manipulación del déficit fiscal que Catalunya acumula año tras año a favor de España. Anuncia que cambiará el sistema de cálculo de las balanzas fiscales con el pretexto de que los impuestos los pagan ciudadanos y no territorios. Y aprovecha la ocasión para rebautizarlas con el pomposo título de "cuentas públicas regionalizadas" para poder, según manifiesta, conocer el nivel de ingresos y gastos que corresponde a cada ciudadano del Estado y de paso ocultar el volumen real de impuestos que pagamos lo catalanes a cuenta de una presunta solidaridad forzada e ilimitada. El ministro de Hacienda es capaz de todo, antes que reconocer la vergonzosa y creciente dimensión que alcanza el expolio fiscal -absolutamente esquilmador- que sufrimos los ciudadanos. Imagine el lector los resultados que habrán obtenido los técnicos del ministerio, hasta el punto de tener la necesidad imperiosa de ocultar la magnitud de la tragedia que sufre Catalunya en manos del gobierno popular, compuesto de auténticos trileros de ideología nacional-católica. Incluso niegan a los estudiosos -universitarios y académicos independientes-  los datos que obran en su poder y que permitirían confeccionar las balanzas con rigor y objetividad, como sucede en otros países civilizados del Mundo. Puede imaginarse el clamoroso rechazo que el anuncio de Montoro ha cosechado entre la sociedad catalana, tanto por parte de ciudadanos particulares como de empresarios. Ha sido tan sonoro como unánime y ha causado auténtica indignación.

Este increíble disparate desinformativo dispensado por el ministro Montoro ante la escandalizada opinión pública, se ha visto incrementado por los habituales insultos y mentiras que suelen utilizar tanto Alicia Sánchez-Camacho como Mª Dolores de Cospedal, cuando hablan en público sobre el proceso catalán. En el discurso de bienvenida pronunciado en  la desmedida jarana popular en calidad de anfitriona, Alicia la maravillosa vinculó una vez más el proceso soberanista catalán con ETA. "El PP ha padecido mucho en el pasado en Euskadi y ahora estamos padeciendo también, de diferente forma, pero con la misma exclusión y rechazo social". Advirtió que "nos quieren decir como hemos de vivir, como hemos de educar a nuestros hijos o como hemos de gobernar. O estás con ellos o no eres catalán". Y prosiguió sus embustes sobre los cuantiosos beneficios que produce el comercio entre Catalunya y España, la supuesta falta de libertad, la caritativa contribución del Gobierno Rajoy en el sostenimiento de las finanzas de la Generalitat, la solidaridad de los españoles con los catalanes, y otras falaces verdades populares referidas a Catalunya... No solo insulta a la inteligencia de los tranquilos y pacientes ciudadanos catalanes, además ocasiona un sentimiento de auténtica vergüenza ajena. Aprovechó la intervención para declararnos terroristas, asesinos y viles acosadores de niños, que impedimos la educación de sus hijos y el buen gobierno del Partido Popular... En cuanto a las opiniones expresadas por la secretaria general del partido nacionalista español, Mª Dolores de Cospedal, también conocida como la indemnizadora en diferido, sus palabras merecen ser destacadas como decididamente absurdas. "Los populares no consentiremos que se salgan con la suya quienes quieren separar España a golpe de machete y pretenden robar la historia conjunta de Catalunya y España". No comentaré las intenciones de quienes quieren separar España a base de machetazos, ya que este es un grave problema que compete exclusivamente a los españoles. Si diré que esta señora debería saber que los catalanes no utilizamos machetes, ni siquiera para cortar el pan. Nuestras únicas armas son la democracia y el referéndum. Y también actuar de forma sosegada y pacifica. En lo que se refiere a robar la historia conjunta.... ¿para qué?. Precisamente es la historia en común y la experiencia acumulada a lo largo de los últimos tres siglos lo que nos ha servido para llegar a la conclusión más lógica y beneficiosa para nosotros: la independencia. Puesto que peor que ahora no podremos estar. Por cierto, gracias señora Cospedal por considerar que Catalunya y España son dos realidades distintas. Ya era hora. En cualquier caso, tanto Alicia como Mª Dolores desvarían y pierden el juicio más a menudo de lo deseable, como el presidente popular de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, cuando insultó a Artur Mas diciendo que "ha perdido la razón"... ¡Cuanto despropósito por el mero hecho de querer votar democráticamente sobre el futuro político de Catalunya!... ¡Madre mía!. ¡Cuanto desatino!. ¡Cuanta necedad y estupidez!.

Sin duda, en la cúpula de la formación conservadora sufren una grave conmoción mental de afectos y creencias, puesto que siempre están apelando a un supuesto desgarro emocional en la sociedad, que califican como altamente nocivo para Catalunya. Así, se refieren al fractura que sufren las familias catalanas, a la falta de sentido común de Mas, Junqueras, etc..., a las divisiones y enfrentamientos en el seno de la sociedad, a la irreal persecución del idioma castellano, o a la imposibilidad de que los españoles puedan vivir en paz y libertad en Catalunya. Incluso la Conferencia Episcopal Española se ha pronunciado contra el proceso catalán declarándolo inmoral e inadmisible. Y el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ruega a Santa Teresa de Jesús para que interceda "para España en estos tiempos recios", mientras la ministra Fátima Bañez ruega a la Virgen del Rocío para poder vencer la crisis de España... ¡Jesús!. Como dijo el Quijote: "¡Con la Iglesia hemos topado, amigo Sancho!"... ¡Pretenden que el Cielo se ponga contra los catalanes!. Dios nos asista y proteja, especialmente de la Iglesia española y del gobierno de España.

La Convención popular ha sido un festival de amenazas, según Artur Mas. Albert Bosch de ERC la califica como "aquelarre del miedo". Por su parte, el consejero de Economía, Andreu Mas-Colell se ha declarado "harto de un gobierno español perdonavidas". Y denuncia que "Catalunya se está defendiendo de una agresión, de un asalto por tierra, mar y aire contra el autogobierno".

Esta denuncia ha sido plenamente corroborada por el coronel retirado Martínez Inglés, al revelar el operativo militar que tienen preparado las fuerzas armadas españolas -de Tierra, Mar y Aire- para detener lo que califican como rebelión catalana: la "Operación Estela". La cual contaría con la real aquiescencia, la aprobación de Rajoy y las bendiciones de la Conferencia Episcopal. Según este coronel, el discurso pronunciado por Mariano Rajoy en el encuentro popular marcó el día D de la ofensiva antisoberanista. Hasta el mes de octubre las escaramuzas serán mediáticas, políticas y sociales, es decir, fundamentalmente financieras y a través de los medios de comunicación afectos al régimen. Si durante los próximos meses Artur Mas no recula -¿como hacerlo, si no depende de él?-, Martínez Inglés afirma que: "Los planes, según los datos de que dispongo provenientes de fuentes castrenses de toda solvencia, pasarían por ocupar, no más tarde del 20 de octubre de 2014, por sorpresa, de noche y a cargo de unidades de élite del Ejército español (paracaidistas y Legión), todos los centros de poder político y mediático
tanto de Barcelona como del resto de las capitales de provincia de la Comunidad catalana, a la vez que se decretaría el estado de excepción a toda Catalunya y se dejaría fuera de la ley al actual gobierno de la Generalitat. El gobierno del señor Rajoy, una vez acabada la operación nocturna (hacia las 8 de la mañana del día D+1) daría explicaciones de forma urgente al Congreso en una sesión plenaria de las Cortes españolas, facilitando toda clase de explicaciones al pueblo español y prometiendo una rápida y "democrática" salida al conflicto". Prosigue afirmando que:"Esta salida
pasaría por formar de urgencia un gobierno autonómico títere formado por traidores (catalanes) de confianza, que devolvieran al Estado central las competencias en Educación e Interior dejando el autogobierno catalán reducido a la mínima expresión. El golpe de timón contaría con el visto bueno de la Zarzuela y de la oligarquía monárquica de Catalunya, que brindaría inmediatamente el soporte económico y mediático a la nueva situación para evitar protestas y sanciones internacionales", concluye Martinez Inglés. 

Como puede apreciarse, el plan de Rajoy incluye un auténtico golpe de estado, de una impecable factura clásica. Y de larga tradición española.

Spain is different. Capaz de crear y filtrar informes policiales falsos sobre ciudadanos inocentes, porque son catalanistas. El Estado cuenta con la contribución incondicional de la caverna mediática madrileña para esparcir su propia porquería sobre algunos ciudadanos catalanes acusados de ser corruptos sin pruebas, para desprestigiarles. Las cloacas del Estado porfían incansablemente inventando falsos dossieres, filtrándolos a periodistas a sueldo para darles publicidad o denunciando ante fiscales de confianza o jueces afines supuestos delitos que alargan su instrucción tanto en tiempo como propagandísticamente, cargándose la presunción de inocencia, la imparcialidad y un mínimo sentido de justicia. Los servicios de información dan publicidad a sus planes antisoberanistas a través de la prensa amiga, como aviso a navegantes y consuelo de compatriotas: "Horizonte Después". Y ahora, la "Operación Estela".... Decididamente, España es diferente. Por esto, Catalonia is not Spain.... ¡Ni en broma!.


dijous, 23 de gener del 2014

EL PLAN DE RAJOY CONTRA LA INDEPENDENCIA DE CATALUNYA.

El unionismo españolista está invadiendo territorios manifiesta e irritantemente indecentes. "Yo trabajaré para intensificar los lazos que siempre han unido... las personas que viven en Catalunya y no han nacido en Catalunya con el conjunto de españoles". ¿Como cabe interpretar esta frase -literal- pronunciada por Mariano Rajoy en la entrevista emitida por Antena 3 TV, el 20 de enero en prime time?. La naturaleza de la afirmación marianista es de una vileza apabullante. Roza la xenofobia. No solo pretende que la sociedad catalana se vea confrontada -parece que pronostica el uso de la violencia- entre malos catalanes de nacimiento y buenos españoles de origen, sino que además determina que los primeros no merecen consideración ni respeto alguno, pues son desdeñados como sujetos activos y directos de su acción de gobierno (de su trabajo). Este nefasto político conocido como Mariano Rajoy Brey, ¡presidente del Gobierno de España, nada menos!, ha perdido definitivamente un mínimo sentido de decencia que tal vez en un pasado muy remoto hubiera podido poseer.

Fue él quien no hace tanto tiempo movilizó a sus compatriotas para que se manifestaran y firmaran contra Catalunya, como respuesta a la presentación ante las cámaras legislativas españolas de la reforma del Estatuto de Autonomía aprobado en el parlament por más de dos terceras partes de los diputados catalanes. Consiguió la adhesión de más de cuatro millones de españoles como justificación para denunciar la supuesta destrucción de España que en su opinión representaba el texto catalán. Propuso la celebración de ¡un referéndum, nada menos! -absolutamente ilegal, por cierto-, para que el pueblo español se pronunciara contra Catalunya. No contento con haber cultivado e impulsado el reforzamiento entre sus más fieles seguidores de la más inmoral catalanofóbia que tan largo recorrido histórico tiene entre el nacionalismo español, se dispuso a dar la última gran batalla ante su Tribunal Constitucional, al objeto de que el Estatuto fuera convenientemente enmendado -en realidad, violentado- en manos de sus magistrados afines. La  caverna mediática madrileña se encargaría de señalar y realzar la presunta inconstitucionalidad de aquellas partes del texto que deberían ser convenientemente cepilladas -Alfonso Guerra dixit- o ilegalizadas, indicando la hoja de ruta a seguir por los miembros del Alto Tribunal, los cuales gustosamente darían empaque académico y una pretenciosa apariencia legal a los deseos y voluntad estrictamente política del Partido Popular, cuya doctrina había sido previamente derrotada en las respectivas sedes parlamentarias, de Catalunya y de España... Esta sonora debacle sin paliativos sufrida por los populares, fue lo que incrementó la disparatada y antidemocrática reacción -una auténtica rabieta política-, contra el texto estatutario y de paso, contra Catalunya. Dilaciones e injerencias políticas directas en el TC, tanto a cuenta del PP como también del PSOE, aunque en menor medida -justo es reconocerlo-; recusación y neutralización de miembros contrarios al dictado de los populares; vacantes por fallecimiento no cubiertas; impedimentos y triquiñuelas en la renovación de los integrantes con mandato caducado, para no alterar la correlación de fuerzas imperante -casi la mitad de miembros del tribunal ejercieron fuera de plazo-; alargamiento agónico de las deliberaciones contra el Estatuto, hasta forzar los consensos convenientes a sus intereses políticos. Estas fueron algunas de las maniobras que utilizaron los nacionalistas españoles para propiciar una sentencia favorable a sus tesis. ¿El resultado?. Una sentencia escandalosa, ignominiosa, humillante y absolutamente ilegítima, cuyo texto presuntamente inconstitucional había sido escrupulosamente respetuoso con la legalidad española vigente en la forma y el fondo y aprobado en referéndum por los catalanes. Y unas consecuencias imprevistas e indeseadas, tanto por parte de Mariano Rajoy, principal protagonista de la farsa en cuestión, como por sus intransigentes, ignorantes y trasnochados asesores -y palmeros- políticos. Aquella fue la gota que colmó la paciencia de la sociedad catalana. De ofrecer un texto de mínimos con el cual encajar una vez más Catalunya con España y visto el renovado fracaso en el intento, la mayoría de ciudadanos optaron por exigir directamente la independencia de Catalunya. Entre España y Catalunya se abrió un foso que cada día se hace más amplio y profundo. La unión entre España y Catalunya se demostró por enésima vez como imposible de alcanzar, ya que España pretende someter, imponer y diluir a los catalanes y al catalanismo de grado o por fuerza, mientras un creciente e imparable número de catalanes se resisten con uñas y dientes a la imposición y asimilación castellanas.

El señor Mariano Rajoy Brey y sus secuaces -aquellos que siguen el partido, la doctrina y la opinión del jefe- son los máximos responsables de todo lo que acontece en el presente en Catalunya y España, si bien es cierto que no son los únicos culpables. En una clara deriva autoritaria pretendieron entrometerse y reprimir los deseos de mayores cotas de autogobierno y autosuficiencia fiscal de los catalanes expresados en el reformado texto estatutario, que ellos decidieron no respetar pero si combatir con brutal ensañamiento. Este autoritarismo popular en la actualidad deviene como claramente antidemocrático. Usa y abusa de la posición de mayoría absoluta que dispone en las Cortes españolas, imponiendo a machamartillo su ideario político, económico y social, de forma avasalladora y contumaz. Y si ello no fuera suficiente, utiliza todos los resortes del Estado, incluyendo los ilegales, inmorales y bastardos, para impedir el ejercicio del derecho de autodeterminación. Defiende e impone la re-centralización política y administrativa del Estado para reprimir y diluir las molestas comunidades autónomas y aniquilar su autonomía política y financiera, por muy precarias que estas sean; aprueba una reforma laboral contra los trabajadores y a favor de los patronos; impulsa la devaluación salarial, excepto para los poderosos; precariza la contratación laboral con graves perjuicios económicos y sociales para los contratados; impulsa el vaciado de competencias sindicales en materia de negociación colectiva y propicia el desmantelamiento de los sindicatos; dedica ingentes cantidades de fondos públicos desviados desde las políticas sociales, como son prestaciones a desocupados, enseñanza, sanidad, dependencia y pensiones, hacia las entidades bancarias que se hallan con problemas económicos a causa de la temeridad y mala gestión que practicaron en tiempos de la alegre burbuja financiera e inmobiliaria; renueva e intensifica el acoso mediático, económico, judicial y político sobre la lengua catalana y los símbolos identitarios o reivindicativos en el País Valenciano, Baleares y la Franja aragonesa; censura o asola los medios de comunicación de expresión no castellana en el dominio lingüístico catalán para propiciar su desaparición y la consecuente prevalencia castellana; promueve la LOMCE de Wert -más propia del anticuado franquismo que del siglo XXI-, así como la nueva ley de seguridad ciudadana -también de inspiración nítidamente franquista- con la pretensión de entorpecer el derecho de manifestación, y la proposición de ley del aborto cuyas fuentes nos retrotraen, ¡una vez más!, directamente al nacional-catolicismo imperante durante la dictadura de Franco. Todo ello rematado con una contundente y reiterada negativa a los catalanes sobre cualquier iniciativa o propuesta proveniente de Catalunya, porque la mayoría de ciudadanos nos declaramos hartos ya de esta España, una, grande, libre y cutre que aparece como añorada reminiscencia de un pasado muy presente entre las filas del Partido Popular. Y particularmente en el actual Gobierno de España.

Rajoy dice que tiene un plan contra la independencia de Catalunya. A la vista del proceder popular hasta la fecha, puede suponerse en qué consistirá y por tanto el fracaso estrepitoso que cosechará. Además, los catalanes tenemos nuestro propio plan a favor de Catalunya. Y sin duda, triunfará. Rajoy dice que mientras sea presidente "no habrá independencia". Y efectivamente, la dependencia a la voluntad, exigencias e intereses ajenos a España no cesa de aumentar. En un claro desliz antidemócratico también afirma que el referéndum "no se celebrará jamás". A pesar del clamor que el 80% de ciudadanos catalanes manifestamos a favor de ser consultados. "Yo no llamaré a Artur Mas para hablar", pero apuesta por el diálogo...¿Como se habla con quien no quiere?. ¿Propone un diálogo de besugos, tal vez?. "Mi plan para Catalunya es la ley y la Constitución"... Es decir, la misma cantinela de siempre. Por todo esto, su plan fracasará. Como ha fracasado él mismo y su partido en Catalunya. Como está fracasando su Constitución y las instituciones españolas, ambas manoseadas impúdicamente por los populares. Todo este desastre es consecuencia directa de los ímprobos y desinteresados esfuerzos y dedicación de Mariano Rajoy Brey y los suyos.

Sus políticas no transmiten confianza ni seguridad. El futuro que se vislumbra en el horizonte es incierto y descorazonador. Las medidas implementadas por el actual gobierno nacional-católico de España son garantía de que nada halagüeño sucederá en el tormentoso porvenir que se avecina. Cada día que pasa los españoles son más pobres, menos libres y están más cabreados. Mientras, la independencia ofrece a los catalanes esperanza e ilusión. Catalunya si tiene un plan. La plena soberanía de nuestra nación sí es garantía de prosperidad, justicia, libertad y auténtica democracia. Sabemos que nada será fácil, que el trabajo a desarrollar por la sociedad para superar la crisis económica, social y política se adivina como agotador, casi abrumador. Máxime cuando esperamos la rabiosa hostilidad que el Estado Español en manos de españolistas ultramontanos dispensará al futuro Estado soberano catalán. Pero venceremos. Confiamos en nuestras propias fuerzas, recursos y capacidades. No tenemos dudas y sí mucho coraje. Y al final, nuestros anhelos se verán colmados. La independencia de Catalunya nos hará por fin realmente libres. Y mucho más felices.


divendres, 17 de gener del 2014

ANTE EL "ORDENO, MANDO Y EJECUTO", DEMOCRACIA.

Las continuas afirmaciones efectuadas por el presidente Rajoy y diversos miembros de su gobierno contra la futura independencia de Catalunya están adquiriendo tintes notablemente patéticos. Utilizan argumentos absolutamente negativos, incluso meridianamente grotescos, del tipo "el separatismo rompe la convivencia", "nunca la sociedad catalana ha vivido desgarro y fractura social como ahora", "una Catalunya independiente quedaría ipso facto fuera de la Unión Europea", "la independencia de Catalunya no se producirá jamás". Es ciertamente sintomático que sea el ministro de Asuntos Exteriores el más destacado adalid movilizado contra la independencia catalana. Recientemente, el canciller Margallo ha remitido a 129 embajadas y 92 consulados que España tiene desperdigados por todo el mundo, un documento sobre -contra- Catalunya en el cual se analiza la cuestión catalana desde la óptica política, cultural, económica y judicial, con la única pretensión de facilitar la tarea a sus diplomáticos, a modo de guión o argumentario constituido por preguntas y respuestas, para rebatir las razones soberanistas que empiezan a despertar el interés de diversas naciones, libres y soberanas, que mantienen relaciones con España. El texto, convenientemente filtrado a El País, ocupa 210 páginas y consta de una introducción general de 10 folios, y seis anexos. A saber: 1. Aspectos jurídicos y constitucionales. 2. Marco jurídico internacional. 3. Aspectos históricos y culturales. 4. Sobre la lealtad a los ciudadanos y las instituciones. 5. Aspectos económicos. 6. Por la concordia, frente la voluntad de no convivir: exigencias de la ética cívica.

Lo más insólito es que el gobierno de España no se cansa de repetir que la independencia de Catalunya es un asunto que no está presente en la agenda internacional. Entonces, ¿a santo de qué remite al cuerpo diplomático español 46.410 folios, que ya se anuncian como ampliables, atiborrados de argumentos con los cuales rebatir un asunto que no está presente en la agenda internacional?. Por otro lado y a la vista de los distintos anexos del documento en cuestión, cabe preguntarse. 1. ¿Se explicita en el mismo que existen diversas fórmulas plenamente constitucionales y por tanto absolutamente legales -hasta cinco-, que posibilitan la celebración del referéndum?. ¿Se informa a los diplomáticos que no se trata de una cuestión meramente jurídica, sino de voluntad política y respeto a los principios democráticos universalmente aceptados?. 2. Si el marco jurídico internacional está en contra del proceso soberanista catalán, ¿por qué el ministro Margallo insta a sus embajadores y cónsules para que boicoteen el esfuerzo catalán de explicar a la comunidad internacional las pretensiones absolutamente democráticas que abriga la anunciada consulta?. ¿No será que nuestra exigencia de plena soberanía es consecuencia directa de sentirnos un pueblo oprimido y explotado por España?. Los continuos ataques a la lengua catalana a cargo de la influyente y mentirosa caverna mediática madrileña, la parcialidad de la judicatura castellana y la hostilidad de muchos políticos, singularmente del PP pero también del PSOE, C's y UPyD en el País Valenciano, Aragón, las Baleares y en la misma Catalunya, así lo acreditan; la deslealtad del gobierno español, mezquino e incumplidor con las inversiones en infraestructuras y moroso con los compromisos financieros adquiridos con Catalunya, así lo avalan; y todo ello plenamente rubricado mediante el insostenible expolio fiscal que sufrimos los ciudadanos desde tiempos inmemoriales, sin posibilidad alguna de remisión. 3. Los aspectos históricos y culturales, ¿consisten en negar y combatir la historia propia del Principado, su identidad nacional, el modelo de enseñanza actual o el intento de genocidio lingüístico y cultural perpetrado por los mandatarios castellanos -y las tropas de ocupación y funcionarios borbónicos desplazados a Catalunya a tal efecto-, tras la derrota sufrida en Barcelona en la guerra de sucesión de 1714 (Decreto de Nueva Planta)?. ¿No es este Decreto una auténtica muestra, ejemplo y manual de uso para el buen colonizador?. ¿La LOMCE no es el enésimo intento de españolizar (descatalanizar) a los escolares catalanes, en cumplimiento del decreto mencionado, el cual por lo visto continua plenamente vigente en el imaginario jurídico castellano?. 4. En cuanto a lealtad, ¿se refiere a la que el gobierno del señor Rajoy  y su partido no tienen con Catalunya?. Por lo visto, se trata que los leales sean los otros, es decir, los catalanes. Nunca puede ni debe exigirse lealtad a los trasnochados hidalgos hispanos, ya que se les supone. ¡Ja!...Y mientras, el gobierno español incumple o re-interpreta sentencias del TC favorables a Catalunya -becas, asignación a fines sociales del IRPF, políticas activas de empleo, entre otras- apropiándose o invadiendo las competencias autonómicas, y abusando de los recursos de inconstitucionalidad en una burda y trilera maniobra obstruccionista ante máximo tribunal, que los populares no dudan en manipular y condicionar (presidente del TC anticatalán y ex-militante del PP; diversos magistrados vinculados a la FAES) con absoluta desfachatez, a la vez que entienden y aplican la Constitución a su antojo y capricho; o se niega a cumplir los compromisos financieros adquiridos (hasta 9000 millones de €) con la Generalitat. El colmo de la deslealtad española consiste en acaparar para sí (para el gobierno central) casi todo el margen permitido por la UE en materia de déficit público -que al final siempre acaba incumpliendo- y a cambio exigir a las comunidades autónomas, especialmente a Catalunya, recortes imposibles de asumir en el presupuesto de la comunidad. Entretanto, permanecen incólumes ministerios sin competencias y miles y miles de funcionarios ociosos o infra-ocupados pero con los salarios garantizados ad infinitum a cargo de los impuestos pagados por todos los ciudadanos. Y prosiguen las inversiones anti-económicas en AVE's superfluos y submarinos que no flotan. Esta es la clase de lealtad que aplica la España de hoy, en manos del Partido Popular. 5. En materia económica hallaremos el auténtico quid de la cuestión: la independencia de Catalunya causará al Estado Español una disminución de casi un tercio de su PIB actual, más de una cuarta parte de las exportaciones e ingresos por turismo, así como la pérdida de más de un tercio de los impuestos y cotizaciones sociales recaudados cada año por la hacienda española. Ello entra en contradicción con lo que Mariano Rajoy ha declarado ante el presidente Obama: "La independencia es mala, sobre todo para el pequeño"... Salvo que el pequeño a que se refiere sea precisamente España. 6. En cuanto a la concordia y convivencia, sería bueno que el ministro Margallo, el resto del gobierno y sus compañeros de partido dejen de instigar la catalanofobia entre sus intoxicados compatriotas y se abstengan de amenazar con el diluvio universal y las diez plagas de Egipto que asolarán una Catalunya independiente; singularmente, que renuncien a poner cizaña y tratar de emponzoñar miserablemente la sociedad catalana, fomentando confrontación, peleas y divisiones que solo mentes calenturientas y enfermizas son capaces de imaginar. Y la apelación que hacen a las exigencias de la ética cívica, no son ciertamente el Partido Popular los más indicados en reivindicarla, vista la ignominia mostrada ante los escándalos de corrupción más vergonzosos que les afectan directamente, a nivel individual y colectivo: el caso PePe (Gürtel, Bárcenas, sobresueldos y cajas B, entre otros turbios asuntos).

La gran mayoría de catalanes tenemos muy claro nuestro objetivo: Alcanzar la independencia de Catalunya. No ahorraremos fuerzas ni medios hasta conseguir nuestra meta. Conocemos las dificultades de toda índole que surgen ahora y surgirán en el futuro impulsadas por España y toleradas por la Comisión Europea, en el vano intento de impedir o entorpecer nuestros anhelos soberanistas. Pero venceremos, ya que confiamos firmemente en nuestras propias capacidades y en el fruto de nuestro trabajo, de nuestro esfuerzo. Poseemos cantidades inmensas de esperanza e ilusión depositadas en el futuro. A raudales. Por que sencillamente, creemos en la democracia... Pero, ¿y España?. ¿Cree realmente en la democracia?. Sus partidos, los funcionarios, las instituciones, sus políticos, ¿son auténticamente demócratas?. Tengo serias dudas de que sea así, puesto que sustituyen esperanza, ilusión, autoconfianza y democracia por amenazas, manipulación, mentiras e imposiciones. ¿Es así como pretenden ganar la razón y el corazón de los ciudadanos catalanes?. Si así lo hicieran -en realidad, así lo hacen-, España ya habría perdido la batalla de antemano. Por más argumentarios que se inventen, por más deslealtades que cometan, por más trompazos que aticen con su pétrea Constitución, no lograrán retenernos. Y en cuanto a utilizar la fuerza bruta -lo que resultaría ser la última necedad en que incurriera el nacionalismo español-, esperemos que no hagan semejante temeridad. Solo lograrían aplazar lo inevitable por un breve lapso de tiempo. Además, el precio que pagaría España por tamaño disparate sería de tal calibre que pondría en riesgo la existencia misma del Estado Español... Resulta más barato practicar juego limpio y confiar en los principios democráticos que imperan en las sociedades avanzadas (en el Reino Unido, por ejemplo), antes que utilizar el ordeno, mando y ejecuto, propio de países atrasados, negligentes y en declive. En definitiva, en países antidemocráticos... ¿Como España?.




dissabte, 11 de gener del 2014

"QUIEBRA SOCIAL Y HUMANA EN LA SOCIEDAD CATALANA".

Jorge Fernández Díaz, actual Ministro del Interior del Gobierno de España, es natural de Valladolid y vecino de Barcelona. Hombre profundamente religioso, simpatizante del Opus Dei, de misa diaria y adicto al rezo del Santo Rosario no es, pero, una persona precisamente prudente ni piadosa en sus juicios. En calidad de homo politicus es capaz de dar pábulo a informes falsos fabricados en su propio ministerio sin hacerse responsable de las porquerías que supuestos funcionarios bajo sus órdenes vierten sobre algunos ciudadanos por el mero hecho de ser adversarios políticos o abrazar principios distintos a los sostenidos por el nacional-catolicismo españolista que tan fervientemente practica. No le tiembla el pulso ni se le quiebra la voz cuando amenaza en sede parlamentaria a diputados de otros grupos con la aparición -filtración- de información supuestamente incriminatoria contra ellos o sus partidos, como si del mismísimo Cristóbal Montoro se tratara. No duda en avivar el odio contra los abertzales vascos y dar cobertura política a los que desean sustituir la ecuanimidad de la Justicia por un despiadado y rabioso instinto vengativo....

Recientemente se ha permitido opinar -una vez más- sobre el proceso soberanista suscitado en Catalunya. Lo ha hecho de forma descarnada, rebosante de mala leche y por supuesto, mintiendo y falseando con total impunidad sobre la realidad social catalana. Como es habitual  entre muchos seguidores del Partido Popular, utiliza los argumentos del miedo y se sirve de vulgares amenazas y patrañas en defensa de la sagrada unidad de la patria. Acusar a Artur Mas en particular y a los independentistas en general de "fracturar la sociedad y contaminar la convivencia" a causa del proceso soberanista, es una enorme falacia. Afirmar que ha comprobado que "existen familias o amigos que esta Navidad han optado por no reunirse" por culpa del independentismo, es una burda mentira. Decir que se está produciendo una "quiebra social y humana en la sociedad catalana" es una auténtico y peligroso desvarío. El señor ministro, desde que vive y trabaja en Madrid, ha perdido perspectiva y capacidad de discernimiento sobre la realidad  del país que le acogió siendo niño. Aprovecha todas las oportunidades que tiene y puede para alentar el enfrentamiento entre favorables y contrarios a la independencia. Su misión fundamental en la vida consiste ahora en avivar -desear- la confrontación entre Catalunya y España y meter miedo a los catalanes, así como desinformar y manipular a sus compatriotas españoles, como si de un pizpireto seguidor de Albert Rivera se tratara... Pero niega reiteradamente el derecho de los catalanes a decidir democráticamente sobre el futuro político de nuestra nación. Lo único que está consiguiendo con tamaña estupidez es ponerse en evidencia ante toda la opinión pública y mostrar la mezquindad que sustenta su más bien escasa ética política. Por supuesto, no creo que estos disparates le ayuden precisamente a ganarse el paraíso de los justos. Es un obstinado transgresor, manipulador e imposibilitado para respetar a los adversarios y mucho menos empatizar con sus anhelos, por más virtuosos y positivos que estos pudieran ser. Es un cínico contumaz. Un significado y fiel representante de la maltrecha marca España (del señor Rajoy y del PP; de Bárcenas-Gürtel, Caja Madrid-Blesa, BANKIA, Nóos o Sacyr). Es un redomado hipócrita. En última instancia -primera para él- es un fenomenal pecador, carente de piedad y misericordia hacia el prójimo e incapaz de ver la viga en su propio ojo.... ¡Que Dios le perdone!.

"Acabo de vivir situaciones muy tristes que nunca llegué a pensar que viviría en Catalunya", dice Jorge Fernández-Díaz. Yo también. Y el resto de catalanes. Y los españoles. Pero lo que vemos y vivimos los ciudadanos normales son situaciones distintas, pero reales, a las que se inventa Jorge Fernández. Son pobreza, vulnerabilidad, injusticias, incluso hambre y miseria. Decenas de miles de familias arruinadas y sin hogar, desahuciadas por los bancos y alimentadas gracias a la beneficencia ciudadana. Enfermos que no reciben la asistencia sanitaria en tiempo y forma adecuados, a causa de los recortes sanitarios impulsados por el Gobierno de España. Pensionistas que no pueden pagar las medicinas -el maldito copago de los jubilados- que aliviarían sus dolencias, porque tienen que alimentar ¡nuevamente! a sus hijos (parados sin prestaciones) y nietos, con las escasas pensiones que perciben; y que además han sido ruinmente congeladas por el señor Rajoy. Trabajadores sin derechos laborales, con contratos precarios y salarios devaluados día a día, temerosos de perder el empleo por culpa de la draconiana Reforma Laboral aprobada por el PP (siempre a favor de los intereses de los empresarios). Centenares de miles de jóvenes desocupados y sin posibilidad de iniciar o proseguir estudios superiores porque no tienen derecho a becas; obligados a emigrar (déjà vu) para poder vivir -como hicieron sus abuelos durante la dictadura franquista-. Clases medias en riesgo de extinción, apabullados por la subida indiscriminada de impuestos, de la cesta de la compra y los desenfrenados incrementos de los recibos de luz y agua, aumentos que permiten acumular pingües beneficios a las empresas que prestan estos servicios básicos. Y entretanto, los bancos van amontonando beneficios en sus cuentas de resultados o socializando pérdidas con recursos financieros y avales públicos, a cargo de los impuestos pagados por todos los ciudadanos; y continúan acaparando viviendas vacías que se deterioran inexorablemente por desuso.... Estas son las situaciones que dividen y fracturan a la sociedad catalana. Y a la española. Son las políticas antisociales implementadas por el Partido Popular las que están contaminando y destruyendo la sociedad. Son la falta de humanidad y decencia de las entidades financieras sólidamente amparadas por el Gobierno español las que impiden a las familias reunirse en lo que fueron sus hogares, para celebrar las fiestas navideñas entorno una mesa dignamente surtida. Es esta inmoralidad la que no permite festejar los aniversarios, bautizos y primeras comuniones, ni desarrollar una mínima vida familiar normal. Son los recortes en sanidad, educación y dependencia los que rompen la cohesión social y propician la confrontación y la miseria. Es el cabreo y la impaciencia de millones de ciudadanos a los que no se nos permite votar para decidir sobre el futuro de nuestra nación....¡ya que la Constitución no lo permite!. Estas son las responsabilidades de Jorge Fernández-Díaz. Y de Mariano Rajoy y el resto de sus torpes ministros. Y del Partido Popular y su avasalladora mayoría absoluta. También de sus amigos y socios de la banca, de las empresas eléctricas y grandes constructoras que pululan por el palco presidencial del Bernabeu en busca de nuevos negocios y en defensa de sus particulares intereses. Todos ellos cómplices necesarios de tantas injusticias y abusos cometidos por los populares. La indignación, la ira y el hastío de familias y personas, catalanas o no, son también consecuencia de la corrupción en forma de sobres repletos de dinero sucio generosamente repartidos entre los miembros de la cúpula popular; del pago de indemnizaciones en diferido a empleados deshonestos; de honorarios profesionales sin IVA y en negro, y contabilidades y cajas B muy bien surtidas de euros de orígenes inciertos.

Antes de acusar al independentismo de dividir y confrontar a las familias, pregúntense si no será el gobierno de Madrit el auténtico culpable de los males que aquejan a la sociedad catalana (y del Estado en general). ¿No serán el Partido Popular y sus escasos principios democráticos los que causan el malestar y la ira entre la población?. ¿No será la ineptitud demostrada en la gobernanza del Estado, así como la corrupción que propician -y practican- ahora y siempre, el auténtico origen del desapego ciudadano?. Sepa el señor Fernández-Díaz y sus cofrades que la independencia de Catalunya es motivo de esperanza e ilusión para la inmensa mayoría de catalanes. Es convicción y plena confianza en un futuro mejor y más justo. Y se presenta como la única alternativa posible al desastre que esta España bajo la égida del Partido Popular, ha causado a tantos y tan buenos ciudadanos y familias, que nos hallamos expectantes ante este año recién iniciado el cual sin duda será el último de la dependencia castrante y forzosa de Catalunya respecto España. Deseamos que la independencia de Catalunya ponga punto final a esta insoportable pesadilla, que el Partido Popular no hace más que magnificar y agravar.