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dimarts, 20 d’octubre del 2015

LA INJUSTICIA ESPAÑOLA.

La justicia, en España, no es fiable. Sé que decir esto es grave..... ¡Ciertamente, es espantoso!. Pero puedo afirmarlo debido al comportamiento que estos últimos años han tenido jueces y magistrados, fiscales, el Consejo General del Poder Judicial, el Tribunal Supremo, la Audiencia Nacional o el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya. Si añadimos otras instancias concernidas al mundo de la justicia, como el Tribunal Constitucional, o la Policía Nacional y la Guardia Civil, brazos armados de la judicatura y represores de supuestos delincuentes, el cuadro que se nos presenta ya está completo. Y resulta poco halagüeño.

Esta reflexión se ve plenamente confirmada si leemos -¡atónitos!- el comunicado que el TSJC ha hecho público el 13 de octubre y que también hace suyo el CGPJ -o tal vez ha sido inspirado por el mismo Consejo-, en el cual se quejan amargamente del "ataque directo y sin paliativos a la independencia judicial", ante la convocatoria de manifestaciones y concentraciones a las puertas del Palacio de Justicia los días que Artur Mas, Irene Rigau y Joana Ortega han tenido que declarar como imputados por los hechos ocurridos el 9 de noviembre del año pasado. Nos recuerdan que "la independencia judicial no es un privilegio de los jueces sino una garantía para los ciudadanos". Acaban insistiendo que "no se puede promover la desconfianza social y presionar a los jueces ya que constituyen una negación de las bases de la convivencia política". Piden "respeto a los valores democráticos" y reclaman "responsabilidad a aquellos que tienen el deber de garantizar la convivencia en paz y libertad".

Nunca jamás antes los jueces se han visto amenazados cuando por ejemplo el señor Camps, presidente de la Generalitat valenciana, fue acompañado por el gobierno valenciano en pleno y buena parte de la cúpula del PP hasta los tribunales valencianos, cuando fue juzgado -y exonerado- por corrupción. Ni se han quejado por la inhabilitación de algunos jueces que investigaban la corrupción de Gürtel o Bárcenas, o por la destrucción de pruebas ejecutada por el PP, o por los discos duros borrados de los ordenadores confiscados propiedad del mismo partido. O cuando García Albiol fue a declarar como imputado acusado de xenofobia y racismo rodeado de todos sus compañeros del PP catalán hasta las puertas de los juzgados. O por el apoyo dado de forma explícita por el entonces presidente del Gobierno español Felipe González al ministro Barrionuevo y al subsecretario de estado Rafael Vera, acusados y condenados por la guerra sucia desatada contra ETA. Y si hablamos de las filtraciones a la prensa amiga de secretos de sumario, que pasan a exhibirse impúdicamente o de las investigaciones policiales contra personas a las cuales se les vulnera sistemáticamente la presunción de inocencia, haciendo públicos informes reales o ficticios y pasando las informaciones a periodistas sin escrúpulos..... Incluso ahora el Estado está maniobrando entre bambalinas para garantizarse un TSJC más duro contra el proceso independentista. Para ello, el CGPJ prepara la substitución del juez Gimeno, presidente del TSJC, por alguien más próximo y sumiso a las tesis del gobierno del PP, partido el cual, a su vez, controla el CGPJ.

¡Pues bien!. Todo ello no les ha causado la mínima sensación de ataque a la independencia judicial, ni les ha parecido una vulneración de las garantías de los ciudadanos, ni se han lamentado jamás de presiones a los jueces, ni falta de respeto a los valores democráticos. Nunca han pedido responsabilidades a los que tenían el deber de garantizar la convivencia en paz y libertad..... ¡Solo se sienten amenazados cuando los ciudadanos muestran su apoyo a tres políticos imputados por hacer política!.

La justicia castellana no es de fiar. Es subjetiva, Es partidista. No es ecuánime. Y se deja manipular por el poder político, ante el cual a menudo se doblega..... Por tanto, es injusta, farragosa y lenta.

¿O tal vez los magistrados del TSJC y los miembros del CGPJ pensaban que ante unas imputaciones -y amenaza de enjuiciarlos- por unos hechos puramente políticos, inducidos por el gobierno de España, instigados por el Partido Popular y aceptados por la judicatura -ahora quejumbrosa- a instancias de una fiscalía fracturada y con miembros destituidos o dimitidos, se pensaban, digo, que los ciudadanos permanecerían callados, impávidos y sumisos ante tantas arbitrariedades?.

Cuando el mundo judicial se deja manipular por el poder político y los periodistas, pasan cosas como las que están pasando ahora: La gente no confía ni se fía de ella. Y desde la falta de confianza a la falta de respeto solo hay un paso. Si la judicatura entra en el juego político, de grado o por fuerza, haciendo imputaciones políticas y buscando consecuencias políticas, la judicatura resulta injusta, inepta y despreciable. Lo más grave es que puede que solo se manifieste en las altas esferas judiciales, pero el mal se esparce por toda la judicatura. Por todas las instancias. Por todos los jueces. ¡Una verdadera tragedia!. Y un auténtico atentado al Estado de Derecho.....

Para mi, el comportamiento de la justicia española es una de los más importantes motivos que me han impulsado hacia la independencia: quiero respetar a los jueces, los fiscales, la ley y la Justicia. Pero los que imparten justicia en España no son de fiar. Prefiero una justicia de nuevo cuño que sea justa, imparcial, rápida y cuidadosa con los derechos de las personas. En España esto no pasa.... ¡Porqué los jueces españoles hasta el momento han permitido y tolerado que así sucediera!.










dimarts, 13 d’octubre del 2015

EL PORQUÉ DE LAS COSAS......

España se halla atrapada en una realidad que no sabe como asumir. El hecho que desde Catalunya se haya iniciado el camino hacia la independencia de forma decidida y sin posibilidad de dar marcha atrás, ha descolocado al Estado español hasta un punto de auténtica locura.

Primero intentó ignorar el problema haciendo aquello que se dice que hacen los avestruces cuando se sienten amenazados: esconder la cabeza en un agujero bajo tierra y no reconocer la existencia de las demandas catalanas. Después decidieron que lo mejor que podían hacer era tomárselo a broma y por ello ridiculizaron y se burlaron de las formaciones políticas y entidades sociales que apoyaban e impulsaban el proceso. A continuación intentaron descabezar y aniquilar a los líderes del movimiento catalanista mediante la manipulación mediática, desatada y dirigida por las ratas que pululan dentro de las cloacas del Estado, a base de dossiers apócrifos y noticias falsas publicadas por los diarios afectos al nacionalismo español institucional y por periodistas que les iba la marcha, aun traicionando su ética profesional de forma vergonzosa. No contentos con ello y dada la imposibilidad metafísica de utilizar el texto constitucional como herramienta para hallar una solución justa y democrática al contencioso catalán, decidieron que la única manera de hacer servir el pétreo libro sagrado era en calidad de bate de béisbol para aporrear la cabeza de más de dos millones de ciudadanos catalanes, pletóricos de renovadas esperanzas e ilusiones, con la única intención de hacernos recular hacia la resignación sumisa y el sometimiento incondicional a la España eterna e inmutable. Finalmente, han acabado desplegando toda la artillería legal, alegal e ilegal a su alcance, servida sin manías ni escrúpulos por jueces, fiscales, abogados del estado y las diversas instancias judiciales, hasta llegar al Tribunal Constitucional, los cuales són utilizados como muro de contención anticatalán, cadalso de la libertad y verdugos de la democracia.

Hay que decir que se han negado sistemáticamente a hablar, dialogar y razonar con los legítimos representantes de Catalunya -Generalitat, comisión del parlament en las Cortes, presidente Mas-, excusándose con una supuesta falta de respeto por parte catalana, del Estado de Derecho español. Es decir, han cambiado las reglas del juego y lo han transformado en el derecho del estado -el derecho de Madrit- para imponer sus normas en defensa de sus intereses -de toda índole-, como si los ciudadanos catalanes ya no formásemos parte de este Estado y por tanto no se tuvieran que atender nuestras demandas.... Nunca han querido escuchar el clamor de los catalanes cuando nos hemos quedado sin voz exigiendo democracia y justicia. En definitiva, han substituido los códigos democráticos universalmente aceptados por el código penal español, con la sana intención de solucionar de esta forma las reivindicaciones catalanas..... ¡Una locura!. ¡Una verdadera locura!.

Pero los catalanes no desfallecemos. Más del 70% de los ciudadanos con derecho a voto defendemos el derecho de autodeterminación, a pesar de algunos que hasta ahora también lo defendían se hayan pasado al bando de los botiflers. El 50% de los ciudadanos queremos directamente la independencia ya, sin contar el 60% de los votos de ciudadanos residentes en el extranjero -doscientos mil de los cuales 14000 votantes pudieron hacerlo a pesar de las triquiñuelas diplomáticas que sufrieron; el 64% votaron listas independentistas- y las decenas de miles de ciudadanos que votaron opciones indefinidas -Unió Democrática y CSQEP-. Las últimas Diades, el 30% de los habitantes de Catalunya nos hemos manifestado año tras año gritando con esperanza e ilusión a favor de la independencia.

¿Se imaginan que el 30% de ciudadanos alemanes, franceses, ingleses, americanos o andorranos se manifestaran reiteradamente por las plazas y calles de sus respectivas capitales y el gobierno de turno hiciera oídos sordos a sus reivindicaciones?.

¡Pues bién!. Todo esto está pasando en el Estado español. Un gobierno de sordos que no sabe ni quiere hablar. Unos políticos españoles que han renunciado a hacer política y en cambio utilizan la ley y los jueces para conseguir aquello que no pueden obtener con votos. Una judicatura partidista y que no conoce la objetividad, la ecuanimidad y el verdadero sentido de justicia. Un TC que hará el trabajo de la policía, torturador con sentencias lentas y de partido, y verdugo. Un Estado que tiene miedo de la democracia y que antepone su derecho a la justicia y libertad de los ciudadanos. Y unos medios de comunicación serviles y deudores con los poderes políticos, financieros y burocráticos que mandan por encima de todo y de todos.

¿Porqué queremos la independencia?. ¿Alguien necesita más argumentos?. Hace trescientos años perdimos la guerra de sucesión. Catalunya perdió los derechos nacionales y la libertad. Desde entonces estamos viviendo en un perpetuo armisticio artificial salpimentado de episodios de violencia y represión, dentro de un Estado que además de conquistarnos ha querido aniquilarnos y aplastarnos como cultura y como pueblo. Desde 1714 se está aplicando sobre los ciudadanos catalanes el Decreto de Nueva Planta, aquel que pide que "se consiga el efecto sin que se note el cuidado". Este decreto se ha convertido en una especie de biblia la cual el nacionalismo español sigue al pie de la letra, siglo tras siglo y régimen tras régimen. Hasta ahora. A pesar de todo, el encaje de Catalunya dentro del Estado español jamás se ha logrado. Catalunya no es Castilla. Pero España si es Castilla. Y esta España castellana nunca aceptará compartir el poder político, económico, financiero, cultural y burocrático con nadie. Y menos con Catalunya, por una mezcla de celos, envidia y soberbia.

Como sea que quisieron conseguir el efecto sin que importara en absoluto si se notaba o no el cuidado, los catalanes abrimos los ojos y el intelecto y gritamos: ¡Basta!. El 10 de julio de 2010 más de un millón de catalanes entendimos el mensaje que nos envió el TC e iniciamos el camino que nos ha de llevar a la plena soberanía de Catalunya. Llegamos a la conclusión que dentro de España, para Catalunya, no existe futuro, ni esperanza, ni ilusiones.... ¡Ni libertad!. ¡Ni democracia!.

Por todo ello queremos la independencia......













dilluns, 5 d’octubre del 2015

MI LECTURA DEL 27 DE SEPTIEMBRE.

Los catalanes ya hemos hablado. Lo hemos hecho con suficiente contundencia y claridad. Casi dos millones de ciudadanos -el 48% de los votos- hemos apoyado a los partidos inequívocamente independentistas. Un millón y medio -el 39% sobre el total- votaron las opciones inexorablemente unionistas, mientras que cuatrocientos cincuenta mil -11,5% de los votos- decidieron votar a aquellas opciones que no se han pronunciado con claridad ni a favor ni en contra -aún están deslumbradas con la tercera vía, que no acaba de cuajar-. Se trata de formaciones indefinidas: puede que si, puede que no..... Esta es la única lectura correcta -no partidista- que debe hacerse de los resultados del domingo 27 de septiembre de 2015.

La jornada fue una auténtica fiesta de la democracia, hecha con tranquilidad, libertad, rebosante de ilusiones y también de impaciencia. Eso es lo que se puede leer en cualquier manual del buen demócrata. Pero Spain is different -según decretó el ministro franquista Manuel Fraga Iribarne en plena dictadura-, de forma que las elecciones también están repletas de angustias y negras sombras que se ciernen sobre los ciudadanos. Sombras y angustias desgraciadamente previsibles. Cosas propias de un Estado que se autoproclama de derecho pero que verdaderamente se halla en manos de trileros, embaucadores y estafadores sin escrúpulos, desde tiempos inmemoriales.

Los unionistas más exaltados negaron durante la campaña electoral la naturaleza plebiscitaria de las elecciones. Ahora se apresuran en señalar que la independencia ha perdido porqué el 52% de los votantes no lo hicieron a favor de la independencia. De nada sirven las quejas de CSQEP y de Unió Democrática los cuales no quieren que sus votos sean contados como opuestos a la secesión, puesto que piden se haga un referéndum oficial y vinculante pactado con el Estado y se oponen a una Declaración Unilateral de la Independencia. Por cierto, DUI que sólo defendían las CUP y a la cual ya han renunciado. Pero los unionistas, no contentos con hacer esta apropiación política indebida, suman además los votos nulos y en blanco a favor de su causa..... Resultado: 52% de votos favorables al no. ¡Una auténtica estafa democrática!.  Una vez más, la manipulación ha sido la principal arma utilizada por los poderes fácticos de Madrit para intentar desdibujar y aniquilar la abrumadora victoria obtenida por el independentismo.

A la vez, no se avergüenzan en absoluto de haber impedido que doscientos mil catalanes residentes en el extranjero no hayan podido votar libremente por culpa del comportamiento partidista mantenido por el Estado. En realidad y sin eufemismos, por culpa de la mala praxis y prevaricación cometidos por el servicio exterior de España. Por ejemplo, se extraviaron los votos emitidos por los residentes en Italia o no pudieron registrarse en los consulados para poder solicitar el voto debido a las martingalas que les pusieron; o por la negligencia del servicio de correos ya que casi todas las papeletas llegaron a los ciudadanos después de celebradas las elecciones; y por la parcialidad y el sectarismo de la Junta Electoral Central, cuando alargaron el plazo para que pudieran votar los militares en misión en el extranjero, tal vez porque eran fácilmente manipulables por cuestiones de jerarquía y negaron en cambio el mismo trato para los civiles catalanes emigrados fuera de Catalunya, pero con un criterio propio no manipulable -más del 64% de los pocos votos emitidos lo hicieron a candidaturas independentistas-....

No merece la pena hablar del favoritismo o la arbitrariedad demostrada por las televisiones y radios privadas -y la pro-gubernamental TVE- las cuales sistemáticamente se olvidaron de invitar a las candidaturas soberanistas en los muchos espacios dedicados a las elecciones autonómicas, pero si lo hicieron ampliamente con el PP, PSC, C's, Unió e incluso CSQEP, por aquello de la proximidad ideológica con los partidos tradicionales españoles..... y con PODEMOS. Por contra, la Junta Electoral Central si se atrevió a imponer la programación electoral de TV3 para compensar a los partidos unionistas por la retransmisión efectuada el Once de Septiembre. "Muera la libertad de información", debieron pensar los patrióticos magistrados de la JEC..... De la prensa escrita cavernaria vale más no decir nada de nada. Solamente felicitar a La Razón por su capacidad premonitoria cuando anunció el plena jornada de reflexión que Artur Mas seria imputado después del 27S. Así ocurrió dos días después de la jornada electoral. ¡Lógico!. Como la realidad siempre acaba por imponerse, el gobierno de España ha activado nuevamente la imputación política contra Artur Mas, Irene Rigau y Joana Ortega -aún no han digerido la consulta realizada el 9 de noviembre de 2014-, para cumplir su propia hoja de ruta antidemocrática. Pretenden descabezar el proceso como si este dependiera de un solo hombre. Creen que como en España existe una pulsión histórica autoritaria innata la cual hace y deshace lo que quiere, al gusto de un caudillo, el resto del Mundo también padece esta patología.... ¡Pues no!, Los catalanes elegimos nuestros líderes en función del servicio que puedan prestar a los ciudadanos. Y cuando uno falla, escogemos otro. Es decir, el liderazgo, en nuestro caso, es de los ciudadanos. Y francamente, no creo que España sea capaz de cortar la cabeza a más de dos millones de ciudadanos que amamos la democracia casi tanto como amamos a nuestra nación..... La cual queremos libre y soberana. ¡Somos así!. Y no cambiaremos porqué a España no le guste....

A pesar de este comportamiento tan antidemocrático e inmoral del unionismo españolista, la independencia ha ganado holgadamente. Sin las triquiñuelas prevaricadoras practicadas sobre los votantes del exterior, la mayoría absoluta en votos y escaños hubiera resultado apabullante. ¡Esto va a misa....!. Y como sea que nuestra hoja de ruta es plenamente respetuosa con la democracia, es justa, ilusionante y esperanzadora, acabará imponiéndose por encima de los trileros, embaucadores y estafadores nacionalistas españoles.