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dimarts, 21 de desembre del 2021

SENTIRNOS AGRAVIADOS..... ¿HASTA CUÁNDO?.

Todo aquel a quien esto de la independencia de Catalunya no le acaba de hacer el peso puede empezar -o acabar, he aquí- a hacerse una serie de preguntas cuyas respuestas pueden ayudar a aclarar el porqué de todo ello...

Hay muchas preguntas, no referidas estrictamente al hecho político de la independencia, que pueden hacerse para averiguar si sería bueno obtener o no la plena soberanía respecto de un Estado que, como mínimo, es absolutamente agotador e incompetente -¡incluso peligroso!- cuando gobierna contra Cataluña y los catalanes. Tener un Estado en contra no es nada provechoso para un pueblo pacífico que ame la libertad, la democracia y la justicia... Entre otras razones, porque ya estamos hartos de recibir patadas en las espinillas, porrazos en el hígado y violentos ataques a nuestra dignidad con la pétrea constitución española en funciones de vil garrote porque nos duele la cabeza, el alma y el bolsillo.

¡A ver!. Si uno quiere que su escasa pensión -600 euros la más baja- sea aumentada a un nivel justo de acuerdo con el coste de vida de Catalunya, ¿querrá seguir dependiendo de España donde subirla es imposible?. Y quien dice pensión, dice financiación de la sanidad, educación o inversiones en infraestructuras. Todo esto depende directamente del gobierno central. Y ya sabemos cómo se las gasta el estado más descentralizado y solidario del mundo pero que realmente nunca lo ha sido ni lo será. Mejor dicho, quien recibe el golpe de la insolidaridad española es la autonomía más forzadamente solidaria -dieciséis mil millones de veces al año- y religada -prisionera 155 veces al día- que se haya conocido nunca. Lo podemos comprobar con las inversiones prometidas en la red de cercanías, el corredor mediterráneo o la red viaria que han quedado en eso, promesas y compromisos nunca cumplidos.

¡A ver, a ver!. Si actualmente para recibir atención con algún tratamiento médico y cirugía mayor o menor hay listas de espera de años y más años, ¿qué puede hacer un gobierno autonómico para reducirlas?. ¿Construir más hospitales?. ¿Disponer de más camas hospitalarias?. ¿Contratar más enfermeras y médicos?. ¿Comprar más equipamientos médicos?. ¡Pues sí!. Todo esto es lo que debería hacer. Pero..... ¡ailás!. Los recursos financieros para hacerlo no dependen de la Generalitat, sino del gobierno de Espanya y de los presupuestos generales del estado. Y si el gobierno autonómico decidiera, osadamente, hacer una ley de Sanidad para Cataluña, reorganizar la asistencia sanitaria y reclamar más recursos para implementarla, ¿adivinen qué pasaría?. La ley muy probablemente acabaría ante los magistrados del Tribunal Constitucional que, como es sabido, no están precisamente demasiado predispuestos a defender los legítimos intereses de los catalanes. Más bien todo lo contrario. Recordemos que casi la totalidad de leyes aprobadas por el Parlamento de Cataluña han acabado siendo declaradas anticonstitucionales total o parcialmente, o recortadas por el correspondiente tribunal inquisitorial, también conocido como Tribunal Supremo. Aunque a menudo también se apuntan a este perverso juego de quien recorta más iniciativas catalanas la Audiencia Nacional y el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya. Así como otras instancias judiciales o administrativas como son el Tribunal de Cuentas -¡cuentos!- y la fiscalía afinadora, que disfrutan sumándose a la fiesta. Los propios magistrados, fiscales y funcionarios que recortan derechos civiles, no cejan en el empeño de hacer juicios políticos dictando sentencias injustas, arruinando patrimonios familiares, vulnerando el derecho de defensa o prohíbiendo que en un parlamento se parlamente sobre todo lo que los diputados consideren oportuno. Así, sin capacidad para legislar, ni de invertir un solo euro que no haya sido previamente aprobado por el estado, ¿qué podemos hacer? ¡Nada!. ¡Eh!. Aunque esto no quiere decir que el estado acabe cumpliendo los compromisos de todo tipo adquiridos con Cataluña y los catalanes, como desgraciadamente nos enseña la historia.

¡A ver, a ver, a ver!. Hablemos de enseñanza, de educación -y de buenas maneras- y de cultura. Si el Parlamento catalán aprueba una ley de educación la cual garantiza que una vez terminada la estancia de una chica o un chico dentro del sistema de enseñanza catalán, habiendo recibido clases de matemáticas, historia, física, castellano y catalán o de cómo hay que zurcir un calcetín agujereado, unos padres exigen que buena parte de todo esto debe hacerse en castellano porque su hijo es español, castellanohablante y no habla habitualmente en catalán, vuelvan a rascarse el caparazón y díganme qué pasará..... Ya se lo digo yo. Dieciséis jueces de un juzgado comen hígado de un ahorcado. Para aclarar la situación: El hígado del pobre ahorcado catalán que se comen los jueces es la lengua catalana. Y el juzgado es la Santa Inquisición, versión 4.0. Pero aquí no termina nada. Esto ha pasado y ocurre todavía a día de hoy: si un solo alumno universitario se apunta a una clase que se anuncia en catalán y levanta la mano pidiendo que se haga en castellano porque es de Granada, o Madrid, o de Don Benito y por tanto no entiende el catalán, el profesor muy servicialmente -¡servilmente!- cambiará la lengua vehicular y hará la clase magistral en castellano, para que no sea dicho. No hacerlo sería tomado como producto de la mala educación y de odio hacia España. Y el resto de alumnos, ¡que se jodan!. Como se joden los alumnos catalanes de primaria o secundaria ante unos padres exageradamente españolistas que exigen y obtienen vía fiscalía y judicatura -poder judicial que pulveriza la ley catalana, por cierto- que al menos un 25% -¡por ahora! de la enseñanza se realice en el idioma de Cervantes. Por no hablar del generoso reparto de las becas que hace el Ministerio, que siempre quedan cortas para los alumnos de Catalunya. En cuanto a la cultura en general, ni Netflix ni ninguna otra plataforma de TV, ni los cines, ni las telas privadas consideran que los catalanes tenemos el mismo derecho que los castellanos a ver las películas de John Wayne -en paz descanse- o del director de cine James Cameron -aun vivo, gracias a Dios-, correctamente dobladas al catalán al igual que se hace en castellano en todas las películas que se estrenan en el estado. Y que nadie me salga con la cantinela que no lo hacen por una cuestión puramente económica o porque no hay demanda, porque no es verdad y no me lo creo. Lo que no hay es oferta de catalán ni ganas de ofrecerlo, ¡ya sea cine, tele o plataformas!.

Por cierto, ¿sabe dónde van a parar todos los impuestos pagados en especie provenientes de herencias, compuestos por cuadros de pintores de renombre, o esculturas famosas, o libros valiosos, o las adquisiciones de obras de arte que hace el estado con los dinero de todos?. ¡Pues sí! Todos los pagos que hacen los afortunados herederos a la Hacienda española en especie, así como las compras estatales, van a parar a museos de Madrid, ya que no se quedan allí donde deberían estar. Ya sea la Dama de Elche a Madrid o el arte sacro religiosamente adquirido y pagado conservado en el museo diocesano de Lleida hacia Huesca. Incluso un pintor ampurdanés que había legado sus obras de arte a Cataluña, cambió misteriosamente el testamento después de recibir la visita de un rey mágico, dejándolo todo al pueblo español. Pocas horas después de la egregia visita al pintor, que desde hacía días se le marchitaban los bigotes y el entendimiento, firmó el nuevo testamento y después, descansó en paz. Y como quién parte y reparte se queda la mejor parte, el grueso de la parte más valiosa de la colección de obras de arte -56 cuadros- legadas por el señor de la barretina fueron a parar al Museo Reina Sofía, que casualmente se ubica en Madrid.

Podría pasarme horas y días escribiendo agravios, injusticias o hablando del expolio financiero y de todo tipo que sufrimos los ciudadanos de este pequeño y atribulado país de Europa, pero no lo haré. Al fin y al cabo, el memorial de agravios ya se publicó en 1885 y lo más caliente todavía se encuentra en el fregadero. El antepasado del rey Felipe VI, Alfonso XII, receptor del documento entregado por los prohombres catalanes, inauguró la manera más provechosa para España de escuchar las reivindicaciones i gemidos del pueblo: Lo que le entraba por la oreja derecha salía velozmente por la izquierda, sin ningún tipo de consecuencias, de obstáculos ni remordimientos. Ni siquiera le subieron los colores a sus reales mejillas. Al igual que ocurre en estos momentos, ciertamente.

Sentirse agraviado cansa mucho. Y más si el agravio dura demasiado. Si esto ocurre es porque no hacemos lo suficiente para librarnos del causante del agravio que sufrimos todos sin excepción, tanto  unionistas como independentistas. Aunque no creo que seamos masoquistas, este tipo de abrumado colonialismo anticuado y cutre que nos aplasta dura desde hace más de trescientos años. Y eso sí que es demasiado tiempo.

¿Hasta cuándo nos morderemos la lengua?. ¿Hasta cuándo pondremos la otra mejilla?. ¿Hasta cuándo bajaremos la cabeza humillados? ¿Hasta cuando obedeceremos sumisamente al amo como hacen los esclavos? ¿Cuándo diremos?: ¡ESTO SE HA ACABADO!.

Alcémonos erguidos la cabeza y digamos muy alto, muy claro y orgullosamente en catalán: ¡BASTA!, de una puñetera vez.

dilluns, 6 de desembre del 2021

EL JUEGO DE LOS DISPARATES.

ERC ha decidido pactar con los Comuns la retirada de la enmienda a la totalidad a los presupuestos. Las CUP decidieron mantenerla siguiendo el mandato que dio la asamblea soberana de esta formación, visto que el govern no satisfizo las demandas que propusieron. Mientras, Junts se lamenta amargamente por el nuevo guantazo que ha recibido por parte del presidente Aragonés, quien asumió personalmente la negociación con los Comunes sin la participación voluntaria de ningún conseller de Junts, en respuesta a la decisión unilateral tomada por el presidente de la Generalitat.

Me pregunto: ¿A qué narices juegan ERC, Junts y las CUP?. ¡Sin duda, al juego de los disparates!.

En cuanto a las CUP, poco hay que decir. Es una formación política anclada en el asamblearismo de los años 60-70, cuando las aulas universitarias hervían de aprendices políticos ansiosamente inquietos y las fábricas se llenaban de trabajadores justamente indignados, todos ellos dispuestos a arreglar el mundo, combatir la dictadura y hacer la revolución que, desgraciadamente, todavía se halla pendiente..... Pues aquí se encuentran las CUP: esperando hacer la revolución pendiente y no haciendo nada útil para implementarla. No puede imponerse el 100% de las propuestas de una formación política con 9 diputados de 135. Hay que negociar. Se debe ceder. Se debe respetar a los otros socios que suman 65 diputados con la misma intensidad que tú quieres ser respetado. ¿Es viable negociar ágilmente con la losa previa de una asamblea que a menudo escasea en asistentes?. ¿No sería mejor primero negociar, llegar a acuerdos y después, con calma y tranquilidad, someterlo a la asamblea facilitando la máxima participación de la militancia? ¿No sería mejor implicarse mucho más en la gobernabilidad del país en lugar de mirarlo desde la barrera, silbando lo que no te gusta pero sin aplaudir lo que si te gusta?. ¿No sería mejor asumir tareas de govern en vez de asumir tareas de oposición pero queriendo que el govern haga lo que a ti te parece bien?

Las CUP nunca han votado a favor de ningún presupuesto de la Generalitat. Utilizan la papelera de la historia para lanzar a los políticos que no les hacen el peso o para menospreciar torpemente las propuestas que les hacen. Mas, Puigdemont, Turull, Sánchez o Torra, que curiosamente también son independentistas, son un claro ejemplo de ello. Aún siendo compañeros de viaje en el camino emprendido hacia la liberación de Cataluña han sufrido la intolerancia de las CUP. Por todo ello y mucho más, las CUP nunca favorecerán ninguna acción que dé estabilidad y fuerza al govern, no importa que sea independentista o soberanista, porque son incapaces de comprometerse en la gobernabilidad del país. Están deslumbrados por una pretenciosa pureza política y por ansias revolucionarias juveniles, las cuales nunca se consiguen del todo porque no son lo suficientemente numerosos y porque son poco realistas. En realidad, ¡defienden lo imposible!. Ser anticapitalista y vivir intensamente dentro de un sistema capitalista no sirve para nada. Es una pérdida de tiempo. Incluso el partido comunista más fuerte que nunca ha existido, el chino, ha colocado a su país, China, encabezando la lista por delante de los países capitalistas históricos, sin ningún tipo de manías.

Si hablamos de Junts, la cosa es muy distinta. De entrada arrastran el pesado lastre histórico de Convergència Democràtica de Catalunya. De nada sirve que la antigua formación del president Jordi Pujol ya no exista. Ni tampoco que los antiguos militantes de CiU se hayan cobijado principalmente dentro del PDCat, Units, la Lliga o el Partit Nacionalista. Es cierto que dentro de Junts también hay ex-militantes de Convergència pero no se puede otorgar a la nueva formación liderada por Carles Puigdemont la etiqueta de post-convergentes o neo convergentes, puesto que no tienen nada que ver ni con Jordi Pujol ni con Duran y Lérida, ni con las políticas que ambos defendían. Actualmente hay otras formaciones políticas que despotrican de Convergència pero hacen políticas y propuestas mucho más convergentes -e incluso de Unió Democràtica- que Junts.

Lo que sí le ocurre a Junts es que no ha asumido que ya no es la formación independentista hegemónica, según los resultados de las últimas elecciones. También muestran muchas contradicciones internas. Por ejemplo, habla de confrontación inteligente sin decir cuál, cómo o cuanto se debe hacer esa confrontación que reclama tan encarecidamente. Lo que no es muy inteligente, por cierto. Se aferra al poder con la misma intensidad que ERC lo que provoca el fortalecimiento de gobierno Aragonés, pese a que el presidente de Esquerra no tiene reparos en menospreciarles, vetarles o ignorarles cuando a ERC le conviene. No hace valer su fuerza electoral para hacerse respetar debidamente e influir mucho más en la gobernabilidad de Cataluña, porque está más preocupado en recuperar la hegemonía dentro del independentismo y construir el partido y el Consejo de la República -absolutamente necesario- antes que gobernar prioritariamente a favor de la independencia.

Junts podría hacer mucho más, hacerse valer y confrontarse mucho mejor de lo que realmente hace. Desgraciadamente, está malgastando el capital político acumulado y preservado por Carles Puigdemont desde el exilio. Mientras, los contrarios a la independencia van ganando espacio aunque van perdiendo la razón.

Por fin puedo referirme a ERC, el partido que he tenido como referencia electoral y que ha dejado de serlo. Son los principales responsables de la deriva alocada que ha tomado el independentismo. Esta formación está empeñada en conseguir y consolidar la hegemonía dentro del independentismo y ser referencia en la izquierda nacional y estatal. Estos son sus actuales objetivos prioritarios, no la independencia. Para llegar están dispuestos a hacer lo que más les aproxime a su meta. Lo camuflan diciendo que quieren ensanchar la base independentista acercándose a los Comunes y haciendo la rosca al gobierno de coalición más progresista de la historia. Por todo ello son capaces de pactar con la formación de la alcaldesa Colau, decir que no apoyarán el presupuesto de Barcelona y acabar apoyándolo 48 horas después, eso si, tragándose  el correspondiente sapo. Lo mismo que ha ocurrido con el presupuesto del estado. Tampoco tiene reparos en vetar a los representantes nombrados por Junts en la mesa de negociación con el Estado porque el gobierno no acepta hablar con presos políticos. No es la primera vez que ERC menosprecia a Junts. Ya pasó con Puigdemont como candidato a la presidencia, vetado por Torrent. O cuando dejaron bajo los cascos de los caballos al president Torra con la inhabilitación por lo de la pancarta. O cuando decidió negociar y pactar primero con las CUP el acuerdo de gobierno y después con Junts, haciendo que entonces los sapos se lo tragaran los junteros.

ERC es la nueva Convergència. Prefiere aparcar 50 años la independencia mientras utiliza el cesto de Roca y Duran para llenarlo de peces -¡una sardina!- que nunca acabará dentro de la cesta..... Prefiere esforzarse en pactar con los Comunes menospreciando la opinión de Junts y descartando las razones de las CUP. Dice que quiere ensanchar la base independentista mientras la empequeñece aumentando la base unionista. No quiere sumarse al Consell de la República hasta que se reforme para poder campar y manipular a gusto. Asimismo, los más significados militantes del partido se dedican a mal hablar de los socios teóricamente preferentes mientras abonan el jardín donde debiera florecer el nuevo-viejo tripartito, uno de los anhelos al parecer más codiciados por la formación republicana. Esto les permitiría consolidarse en el govern, decantarse decididamente hacia la supuesta izquierda y recibir apoyo de socios naturales: PSOE y PODEMOS.

No sé si veremos un nuevo tripartito de izquierdas, puesto que ni socialistas ni podemitas no parecen serlo. No creo que ERC consolide la hegemonía independentista que tanto desea. Ni que seduzca a los partidos nacionalistas españoles autores del 155 para que admitan -¡ni siquiera quieren negociar sobre ello!- la autodeterminación y la amnistía. Lo único que sé es que en el intento de conseguirlo han resquebrajado la mayoría del 52%, se han alejado de las CUP y han dañado las relaciones bastante dañadas ya en estos momentos con quien debería ser su principal socio para llegar a la independencia: Junts.

Los unionistas dicen que pese a que el 52% de votantes somos independentistas, no somos  suficientes ya que hay tener en cuenta los abstencionistas y encuestas con muestras 1200 entrevistados que no dan la mayoría a la independencia. ERC también dice que no somos suficientes y por eso quiere construir un frente amplio. Que no somos suficientes suena a excusas de mal pagador. ¿Qué tiene más credibilidad, las encuestas con muestras de 1200 entrevistados o los resultados electorales donde ha votado el 53,42% del censo electoral, es decir, con una muestra de más de 2,8 millones de entrevistados?

Entre unos y otros están despreciando la mayoría independentista obtenida en las últimas elecciones. Entre unos y otros están defraudando a los electores independentistas. Entre todos están fortaleciendo el autonomismo, el españolismo y abonando el unionismo. ¡Todo un disparate monumental!.

Va siendo hora de que los independentistas de verdad empecemos a pasar olímpicamente de este grupo de pardillos que en lugar de llenarnos de esperanza e ilusión nos están defraudando día tras día. ¡Aunque nunca conseguirán desmotivarnos!. Va siendo hora de volver a tomar las riendas del independentismo. Va siendo hora de hacer lo que el 52% de los censo electoral queremos, sin más dilaciones ni excusas. Va siendo hora de hacer una candidatura unitaria, transversal, apartidista, ganadora y prescindir de los pusilánimes. Va siendo hora de una DUI definitiva.....

Es la hora de la independencia, ¡ya!. Cuanto antes, mejor.