ERC ha decidido pactar con los Comuns la retirada de la enmienda a la totalidad a los presupuestos. Las CUP decidieron mantenerla siguiendo el mandato que dio la asamblea soberana de esta formación, visto que el govern no satisfizo las demandas que propusieron. Mientras, Junts se lamenta amargamente por el nuevo guantazo que ha recibido por parte del presidente Aragonés, quien asumió personalmente la negociación con los Comunes sin la participación voluntaria de ningún conseller de Junts, en respuesta a la decisión unilateral tomada por el presidente de la Generalitat.
Me pregunto: ¿A qué narices juegan ERC, Junts y las CUP?. ¡Sin duda, al juego de los disparates!.
En cuanto a las CUP, poco hay que decir. Es una formación política anclada en el asamblearismo de los años 60-70, cuando las aulas universitarias hervían de aprendices políticos ansiosamente inquietos y las fábricas se llenaban de trabajadores justamente indignados, todos ellos dispuestos a arreglar el mundo, combatir la dictadura y hacer la revolución que, desgraciadamente, todavía se halla pendiente..... Pues aquí se encuentran las CUP: esperando hacer la revolución pendiente y no haciendo nada útil para implementarla. No puede imponerse el 100% de las propuestas de una formación política con 9 diputados de 135. Hay que negociar. Se debe ceder. Se debe respetar a los otros socios que suman 65 diputados con la misma intensidad que tú quieres ser respetado. ¿Es viable negociar ágilmente con la losa previa de una asamblea que a menudo escasea en asistentes?. ¿No sería mejor primero negociar, llegar a acuerdos y después, con calma y tranquilidad, someterlo a la asamblea facilitando la máxima participación de la militancia? ¿No sería mejor implicarse mucho más en la gobernabilidad del país en lugar de mirarlo desde la barrera, silbando lo que no te gusta pero sin aplaudir lo que si te gusta?. ¿No sería mejor asumir tareas de govern en vez de asumir tareas de oposición pero queriendo que el govern haga lo que a ti te parece bien?
Las CUP nunca han votado a favor de ningún presupuesto de la Generalitat. Utilizan la papelera de la historia para lanzar a los políticos que no les hacen el peso o para menospreciar torpemente las propuestas que les hacen. Mas, Puigdemont, Turull, Sánchez o Torra, que curiosamente también son independentistas, son un claro ejemplo de ello. Aún siendo compañeros de viaje en el camino emprendido hacia la liberación de Cataluña han sufrido la intolerancia de las CUP. Por todo ello y mucho más, las CUP nunca favorecerán ninguna acción que dé estabilidad y fuerza al govern, no importa que sea independentista o soberanista, porque son incapaces de comprometerse en la gobernabilidad del país. Están deslumbrados por una pretenciosa pureza política y por ansias revolucionarias juveniles, las cuales nunca se consiguen del todo porque no son lo suficientemente numerosos y porque son poco realistas. En realidad, ¡defienden lo imposible!. Ser anticapitalista y vivir intensamente dentro de un sistema capitalista no sirve para nada. Es una pérdida de tiempo. Incluso el partido comunista más fuerte que nunca ha existido, el chino, ha colocado a su país, China, encabezando la lista por delante de los países capitalistas históricos, sin ningún tipo de manías.
Si hablamos de Junts, la cosa es muy distinta. De entrada arrastran el pesado lastre histórico de Convergència Democràtica de Catalunya. De nada sirve que la antigua formación del president Jordi Pujol ya no exista. Ni tampoco que los antiguos militantes de CiU se hayan cobijado principalmente dentro del PDCat, Units, la Lliga o el Partit Nacionalista. Es cierto que dentro de Junts también hay ex-militantes de Convergència pero no se puede otorgar a la nueva formación liderada por Carles Puigdemont la etiqueta de post-convergentes o neo convergentes, puesto que no tienen nada que ver ni con Jordi Pujol ni con Duran y Lérida, ni con las políticas que ambos defendían. Actualmente hay otras formaciones políticas que despotrican de Convergència pero hacen políticas y propuestas mucho más convergentes -e incluso de Unió Democràtica- que Junts.
Lo que sí le ocurre a Junts es que no ha asumido que ya no es la formación independentista hegemónica, según los resultados de las últimas elecciones. También muestran muchas contradicciones internas. Por ejemplo, habla de confrontación inteligente sin decir cuál, cómo o cuanto se debe hacer esa confrontación que reclama tan encarecidamente. Lo que no es muy inteligente, por cierto. Se aferra al poder con la misma intensidad que ERC lo que provoca el fortalecimiento de gobierno Aragonés, pese a que el presidente de Esquerra no tiene reparos en menospreciarles, vetarles o ignorarles cuando a ERC le conviene. No hace valer su fuerza electoral para hacerse respetar debidamente e influir mucho más en la gobernabilidad de Cataluña, porque está más preocupado en recuperar la hegemonía dentro del independentismo y construir el partido y el Consejo de la República -absolutamente necesario- antes que gobernar prioritariamente a favor de la independencia.
Junts podría hacer mucho más, hacerse valer y confrontarse mucho mejor de lo que realmente hace. Desgraciadamente, está malgastando el capital político acumulado y preservado por Carles Puigdemont desde el exilio. Mientras, los contrarios a la independencia van ganando espacio aunque van perdiendo la razón.
Por fin puedo referirme a ERC, el partido que he tenido como referencia electoral y que ha dejado de serlo. Son los principales responsables de la deriva alocada que ha tomado el independentismo. Esta formación está empeñada en conseguir y consolidar la hegemonía dentro del independentismo y ser referencia en la izquierda nacional y estatal. Estos son sus actuales objetivos prioritarios, no la independencia. Para llegar están dispuestos a hacer lo que más les aproxime a su meta. Lo camuflan diciendo que quieren ensanchar la base independentista acercándose a los Comunes y haciendo la rosca al gobierno de coalición más progresista de la historia. Por todo ello son capaces de pactar con la formación de la alcaldesa Colau, decir que no apoyarán el presupuesto de Barcelona y acabar apoyándolo 48 horas después, eso si, tragándose el correspondiente sapo. Lo mismo que ha ocurrido con el presupuesto del estado. Tampoco tiene reparos en vetar a los representantes nombrados por Junts en la mesa de negociación con el Estado porque el gobierno no acepta hablar con presos políticos. No es la primera vez que ERC menosprecia a Junts. Ya pasó con Puigdemont como candidato a la presidencia, vetado por Torrent. O cuando dejaron bajo los cascos de los caballos al president Torra con la inhabilitación por lo de la pancarta. O cuando decidió negociar y pactar primero con las CUP el acuerdo de gobierno y después con Junts, haciendo que entonces los sapos se lo tragaran los junteros.
ERC es la nueva Convergència. Prefiere aparcar 50 años la independencia mientras utiliza el cesto de Roca y Duran para llenarlo de peces -¡una sardina!- que nunca acabará dentro de la cesta..... Prefiere esforzarse en pactar con los Comunes menospreciando la opinión de Junts y descartando las razones de las CUP. Dice que quiere ensanchar la base independentista mientras la empequeñece aumentando la base unionista. No quiere sumarse al Consell de la República hasta que se reforme para poder campar y manipular a gusto. Asimismo, los más significados militantes del partido se dedican a mal hablar de los socios teóricamente preferentes mientras abonan el jardín donde debiera florecer el nuevo-viejo tripartito, uno de los anhelos al parecer más codiciados por la formación republicana. Esto les permitiría consolidarse en el govern, decantarse decididamente hacia la supuesta izquierda y recibir apoyo de socios naturales: PSOE y PODEMOS.
No sé si veremos un nuevo tripartito de izquierdas, puesto que ni socialistas ni podemitas no parecen serlo. No creo que ERC consolide la hegemonía independentista que tanto desea. Ni que seduzca a los partidos nacionalistas españoles autores del 155 para que admitan -¡ni siquiera quieren negociar sobre ello!- la autodeterminación y la amnistía. Lo único que sé es que en el intento de conseguirlo han resquebrajado la mayoría del 52%, se han alejado de las CUP y han dañado las relaciones bastante dañadas ya en estos momentos con quien debería ser su principal socio para llegar a la independencia: Junts.
Los unionistas dicen que pese a que el 52% de votantes somos independentistas, no somos suficientes ya que hay tener en cuenta los abstencionistas y encuestas con muestras 1200 entrevistados que no dan la mayoría a la independencia. ERC también dice que no somos suficientes y por eso quiere construir un frente amplio. Que no somos suficientes suena a excusas de mal pagador. ¿Qué tiene más credibilidad, las encuestas con muestras de 1200 entrevistados o los resultados electorales donde ha votado el 53,42% del censo electoral, es decir, con una muestra de más de 2,8 millones de entrevistados?
Entre unos y otros están despreciando la mayoría independentista obtenida en las últimas elecciones. Entre unos y otros están defraudando a los electores independentistas. Entre todos están fortaleciendo el autonomismo, el españolismo y abonando el unionismo. ¡Todo un disparate monumental!.
Va siendo hora de que los independentistas de verdad empecemos a pasar olímpicamente de este grupo de pardillos que en lugar de llenarnos de esperanza e ilusión nos están defraudando día tras día. ¡Aunque nunca conseguirán desmotivarnos!. Va siendo hora de volver a tomar las riendas del independentismo. Va siendo hora de hacer lo que el 52% de los censo electoral queremos, sin más dilaciones ni excusas. Va siendo hora de hacer una candidatura unitaria, transversal, apartidista, ganadora y prescindir de los pusilánimes. Va siendo hora de una DUI definitiva.....
Es la hora de la independencia, ¡ya!. Cuanto antes, mejor.
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