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dimarts, 28 de febrer del 2023

ESPAÑA Y EL PODER OMNÍMODO ESTAFADOR.

Pasan los días y cada vez se entiende menos qué está haciendo ERC. No se puede decir, creo, que las políticas que promueven Oriol Junqueras y Pere Aragonès sean un éxito ni siquiera pírrico a favor de Cataluña y la independencia.

¡Veamos!. Para empezar la mesa de diálogo, que en principio pareció una buena idea apoyada por la mayoría independentista, ha resultado un verdadero fiasco. Pero lo peor es que lo ha sido desde el principio, cuando la parte española anunció sin tapujos que nunca hablaría ni pactaría de amnistía ni autodeterminación, las prioridades plateadas por el independentismo. Y para remachar el clavo, ERC, bajo imposición del PSOE, rechazó a los representantes propuestos por JxCat porque no eran miembros del govern. ¿No fue bien visto por el PSOE que tuvieran que hablar cara a cara con los representantes de Junts sin bajar la mirada, por vergüenza culposa, ante los presos políticos?. Por tanto, este veto vergonzante provocó la salida de la mesa de la formación de Carles Puigdemont.

Entonces ERC ya había iniciado un acercamiento político hacia el Gobierno, apoyando indirectamente sin contrapartidas mínimamente aceptables la investidura de Pedro Sánchez y tejiendo una especie de complicidades y colaboraciones con el PSOE y PODEMOS que culminó con la aprobación de los PGE a cambio de unas migajas para Cataluña las cuales, como siempre, nunca se acabarán cumpliendo.

Este tipo de decisiones políticas de ERC llevó a las CUP a exigir que Pere Aragonés se sometiera a una moción de confianza a la cual se había comprometido en el acuerdo suscrito entre ambos partidos para votar a favor de la investidura del presidente republicano. Naturalmente, ERC se negó bajo el pretexto de que todavía no hacía un año desde la investidura ni de la formación del gobierno de la Generalitat.

Ya entonces JxCat tenía la mosca detrás la oreja por lo que se sumó a la petición de las CUP para que Aragonès aceptase someterse a la moción de confianza y para que el gobierno y ERC cumplieran los compromisos adquiridos con ellos para facilitar la investidura del republicano. Aquello fue tomado por ERC como una falta de lealtad del socio de gobierno y decidió castigar a Junts cesando al vicepresidente Puigneró con un teatral desgarro de vestiduras entre grandes aspavientos. Y como lógica consecuencia Junts decidió salir del govern y pasar a la oposición.

ERC decidió cambiar de socios y se aproximó aún más a Els Comuns y el PSC -furibundos adversarios del independentismo, por cierto- dando excusas de mal pagador, como que debían aprobarse unos presupuestos de la Generalitat i del Estado en beneficio de todos los catalanes.

Desde entonces la deriva de ERC ha ido de mal a peor. Negoció un blindaje del catalán en la escuela que ha durado hasta que un juez ha decidido que de blindaje nada. Insistió en la mesa de diálogo que no se reúne ni para jugar al parchís. Negoció unos indultos para los presos políticos que implicaba el reconocimiento que el 1 de Octubre se cometió un delito y por tanto, el juicio farsa no fue tal y las consecuentes condenas ajustadas. Después ha negociado un cambio en el Código Penal -para eliminar el delito de sedición- con el gobierno sin tener en cuenta que la (imposible) negociación debería haberla realizado con el juez Marchena, ya que fue él quien retorció la ley acomodándola caprichosamente a sus deseos e intenciones: Vengarse y condenar por delitos inexistentes a los líderes independentistas a decenas de años de prisión e inhabilitación, para "general conocimiento y aviso a navegantes".

Después de la aprobación de los cambios del Código Penal algunos miembros del gobierno se apresuraron a justificar, ante la diatriba desatada en contra de la reforma por la extrema derecha y la derecha extrema españolas, que los cambios favorecerían que el presidente Puigdemont fuera por fin extraditado y puesto a disposición del juez Marchena. Y a la vez para jactarse de que los delitos por los hechos ocurridos en octubre de 2017 siguen siendo encarnizadamente  perseguidos y convenientemente juzgados.

¡Ailàs!. Dicho juez aún tenía otra carta escondida entre sus puñetas y escapularios: El cambio aprobado en el delito de malversación, distinguiendo entre meterse el dinero en los bolsillos -malversación agravada, más años de inhabilitación- o destinar recursos públicos a otras actividades no previstas -menos años-, que implicaban la reducción de las penas de inhabilitación, ha sido reinterpretado -nuevamente- de tal modo que no se producirá ningún tipo de reducción de penas para los sentenciados por malversación y por tanto, todo sigue como era antes de la infausta modificación penal en cuestión. Juez que, por tanto, ha decidido que la malversación aplicable es la que conlleva más años de prisión e inhabilitación, lo que no implica ninguna reducción de pena para los sentenciados políticos y que también sirve para pedir malversación agravada para Jové y Salvadó, dos altos funcionarios imputados por los hechos de octubre y que próximamente se sentarán en el banquillo de los acusados. Dicen las malas lenguas que ERC negoció los cambios para favorecer que Oriol Junqueras pudiera presentarse a las próximas elecciones. Si fue así, no contaron con el juez Marchena que es al fin y al cabo con quien en realidad deberían haber negociado, ya que es él -¡ellos, todos los jueces!- quien de verdad corta el bacalao en España.

ERC está tragando tantos sapos que ya está empachada. Le están robando tantas camisas que ya no le queda en el armario. Se ha vuelto tan institucionalizada que resulta más autonomista que independentista. Está dando tantas excusas de mal pagador que ya la han incorporado a la lista de morosos. Está buscando la hegemonía dentro del movimiento independentista que resulta contraproducente para la independencia de Catalunya. Además ha conseguido aprobar los presupuestos de la Generalitat bajándose metafóricamente los pantalones ante las exigencias del PSC, como son la ampliación del aeropuerto de El Prat, continuar construyendo autovías en el Vallès que solo echan de menos las grandes constructoras y aprobando macroproyectos de ocio y juegos de azar para perpetuar un modelo turístico de masas caducado y obsoleto.

A todo ello yo le digo ser voluntariamente cornudo y pagar la bebida y encima agradecer que te aporreen.....

Los republicanos parecen no darse cuenta de que en España no hay separación de poderes. ¡Montesquieu está más muerto que el franquismo, que sigue vivito y coleando!. En España hay un poder omnímodo que está por encima del poder Ejecutivo y Legislativo: se trata del Judicial. En España hay hasta tres cámaras legislativas: el Congreso, el Senado y la Judicatura, que tiene cogidos a las otras dos "por las partes nobles", al igual que ocurre con la inexistente división de poderes. Los jueces, menos impartir justicia, hacen de todo. De oposición, de gobierno, de legisladores, de políticos y de salvadores de la patria.

La actual política de ERC, alejándose del independentismo y propiciando el resurgimiento de un tripartito autonomista de infausto recuerdo, están siendo los poleznyye duraki -tontos útiles- de los enemigos de la independencia de Catalunya.

Un verdadero drama. No tanto para ERC, si no más bien para Cataluña.