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divendres, 17 de gener del 2014

ANTE EL "ORDENO, MANDO Y EJECUTO", DEMOCRACIA.

Las continuas afirmaciones efectuadas por el presidente Rajoy y diversos miembros de su gobierno contra la futura independencia de Catalunya están adquiriendo tintes notablemente patéticos. Utilizan argumentos absolutamente negativos, incluso meridianamente grotescos, del tipo "el separatismo rompe la convivencia", "nunca la sociedad catalana ha vivido desgarro y fractura social como ahora", "una Catalunya independiente quedaría ipso facto fuera de la Unión Europea", "la independencia de Catalunya no se producirá jamás". Es ciertamente sintomático que sea el ministro de Asuntos Exteriores el más destacado adalid movilizado contra la independencia catalana. Recientemente, el canciller Margallo ha remitido a 129 embajadas y 92 consulados que España tiene desperdigados por todo el mundo, un documento sobre -contra- Catalunya en el cual se analiza la cuestión catalana desde la óptica política, cultural, económica y judicial, con la única pretensión de facilitar la tarea a sus diplomáticos, a modo de guión o argumentario constituido por preguntas y respuestas, para rebatir las razones soberanistas que empiezan a despertar el interés de diversas naciones, libres y soberanas, que mantienen relaciones con España. El texto, convenientemente filtrado a El País, ocupa 210 páginas y consta de una introducción general de 10 folios, y seis anexos. A saber: 1. Aspectos jurídicos y constitucionales. 2. Marco jurídico internacional. 3. Aspectos históricos y culturales. 4. Sobre la lealtad a los ciudadanos y las instituciones. 5. Aspectos económicos. 6. Por la concordia, frente la voluntad de no convivir: exigencias de la ética cívica.

Lo más insólito es que el gobierno de España no se cansa de repetir que la independencia de Catalunya es un asunto que no está presente en la agenda internacional. Entonces, ¿a santo de qué remite al cuerpo diplomático español 46.410 folios, que ya se anuncian como ampliables, atiborrados de argumentos con los cuales rebatir un asunto que no está presente en la agenda internacional?. Por otro lado y a la vista de los distintos anexos del documento en cuestión, cabe preguntarse. 1. ¿Se explicita en el mismo que existen diversas fórmulas plenamente constitucionales y por tanto absolutamente legales -hasta cinco-, que posibilitan la celebración del referéndum?. ¿Se informa a los diplomáticos que no se trata de una cuestión meramente jurídica, sino de voluntad política y respeto a los principios democráticos universalmente aceptados?. 2. Si el marco jurídico internacional está en contra del proceso soberanista catalán, ¿por qué el ministro Margallo insta a sus embajadores y cónsules para que boicoteen el esfuerzo catalán de explicar a la comunidad internacional las pretensiones absolutamente democráticas que abriga la anunciada consulta?. ¿No será que nuestra exigencia de plena soberanía es consecuencia directa de sentirnos un pueblo oprimido y explotado por España?. Los continuos ataques a la lengua catalana a cargo de la influyente y mentirosa caverna mediática madrileña, la parcialidad de la judicatura castellana y la hostilidad de muchos políticos, singularmente del PP pero también del PSOE, C's y UPyD en el País Valenciano, Aragón, las Baleares y en la misma Catalunya, así lo acreditan; la deslealtad del gobierno español, mezquino e incumplidor con las inversiones en infraestructuras y moroso con los compromisos financieros adquiridos con Catalunya, así lo avalan; y todo ello plenamente rubricado mediante el insostenible expolio fiscal que sufrimos los ciudadanos desde tiempos inmemoriales, sin posibilidad alguna de remisión. 3. Los aspectos históricos y culturales, ¿consisten en negar y combatir la historia propia del Principado, su identidad nacional, el modelo de enseñanza actual o el intento de genocidio lingüístico y cultural perpetrado por los mandatarios castellanos -y las tropas de ocupación y funcionarios borbónicos desplazados a Catalunya a tal efecto-, tras la derrota sufrida en Barcelona en la guerra de sucesión de 1714 (Decreto de Nueva Planta)?. ¿No es este Decreto una auténtica muestra, ejemplo y manual de uso para el buen colonizador?. ¿La LOMCE no es el enésimo intento de españolizar (descatalanizar) a los escolares catalanes, en cumplimiento del decreto mencionado, el cual por lo visto continua plenamente vigente en el imaginario jurídico castellano?. 4. En cuanto a lealtad, ¿se refiere a la que el gobierno del señor Rajoy  y su partido no tienen con Catalunya?. Por lo visto, se trata que los leales sean los otros, es decir, los catalanes. Nunca puede ni debe exigirse lealtad a los trasnochados hidalgos hispanos, ya que se les supone. ¡Ja!...Y mientras, el gobierno español incumple o re-interpreta sentencias del TC favorables a Catalunya -becas, asignación a fines sociales del IRPF, políticas activas de empleo, entre otras- apropiándose o invadiendo las competencias autonómicas, y abusando de los recursos de inconstitucionalidad en una burda y trilera maniobra obstruccionista ante máximo tribunal, que los populares no dudan en manipular y condicionar (presidente del TC anticatalán y ex-militante del PP; diversos magistrados vinculados a la FAES) con absoluta desfachatez, a la vez que entienden y aplican la Constitución a su antojo y capricho; o se niega a cumplir los compromisos financieros adquiridos (hasta 9000 millones de €) con la Generalitat. El colmo de la deslealtad española consiste en acaparar para sí (para el gobierno central) casi todo el margen permitido por la UE en materia de déficit público -que al final siempre acaba incumpliendo- y a cambio exigir a las comunidades autónomas, especialmente a Catalunya, recortes imposibles de asumir en el presupuesto de la comunidad. Entretanto, permanecen incólumes ministerios sin competencias y miles y miles de funcionarios ociosos o infra-ocupados pero con los salarios garantizados ad infinitum a cargo de los impuestos pagados por todos los ciudadanos. Y prosiguen las inversiones anti-económicas en AVE's superfluos y submarinos que no flotan. Esta es la clase de lealtad que aplica la España de hoy, en manos del Partido Popular. 5. En materia económica hallaremos el auténtico quid de la cuestión: la independencia de Catalunya causará al Estado Español una disminución de casi un tercio de su PIB actual, más de una cuarta parte de las exportaciones e ingresos por turismo, así como la pérdida de más de un tercio de los impuestos y cotizaciones sociales recaudados cada año por la hacienda española. Ello entra en contradicción con lo que Mariano Rajoy ha declarado ante el presidente Obama: "La independencia es mala, sobre todo para el pequeño"... Salvo que el pequeño a que se refiere sea precisamente España. 6. En cuanto a la concordia y convivencia, sería bueno que el ministro Margallo, el resto del gobierno y sus compañeros de partido dejen de instigar la catalanofobia entre sus intoxicados compatriotas y se abstengan de amenazar con el diluvio universal y las diez plagas de Egipto que asolarán una Catalunya independiente; singularmente, que renuncien a poner cizaña y tratar de emponzoñar miserablemente la sociedad catalana, fomentando confrontación, peleas y divisiones que solo mentes calenturientas y enfermizas son capaces de imaginar. Y la apelación que hacen a las exigencias de la ética cívica, no son ciertamente el Partido Popular los más indicados en reivindicarla, vista la ignominia mostrada ante los escándalos de corrupción más vergonzosos que les afectan directamente, a nivel individual y colectivo: el caso PePe (Gürtel, Bárcenas, sobresueldos y cajas B, entre otros turbios asuntos).

La gran mayoría de catalanes tenemos muy claro nuestro objetivo: Alcanzar la independencia de Catalunya. No ahorraremos fuerzas ni medios hasta conseguir nuestra meta. Conocemos las dificultades de toda índole que surgen ahora y surgirán en el futuro impulsadas por España y toleradas por la Comisión Europea, en el vano intento de impedir o entorpecer nuestros anhelos soberanistas. Pero venceremos, ya que confiamos firmemente en nuestras propias capacidades y en el fruto de nuestro trabajo, de nuestro esfuerzo. Poseemos cantidades inmensas de esperanza e ilusión depositadas en el futuro. A raudales. Por que sencillamente, creemos en la democracia... Pero, ¿y España?. ¿Cree realmente en la democracia?. Sus partidos, los funcionarios, las instituciones, sus políticos, ¿son auténticamente demócratas?. Tengo serias dudas de que sea así, puesto que sustituyen esperanza, ilusión, autoconfianza y democracia por amenazas, manipulación, mentiras e imposiciones. ¿Es así como pretenden ganar la razón y el corazón de los ciudadanos catalanes?. Si así lo hicieran -en realidad, así lo hacen-, España ya habría perdido la batalla de antemano. Por más argumentarios que se inventen, por más deslealtades que cometan, por más trompazos que aticen con su pétrea Constitución, no lograrán retenernos. Y en cuanto a utilizar la fuerza bruta -lo que resultaría ser la última necedad en que incurriera el nacionalismo español-, esperemos que no hagan semejante temeridad. Solo lograrían aplazar lo inevitable por un breve lapso de tiempo. Además, el precio que pagaría España por tamaño disparate sería de tal calibre que pondría en riesgo la existencia misma del Estado Español... Resulta más barato practicar juego limpio y confiar en los principios democráticos que imperan en las sociedades avanzadas (en el Reino Unido, por ejemplo), antes que utilizar el ordeno, mando y ejecuto, propio de países atrasados, negligentes y en declive. En definitiva, en países antidemocráticos... ¿Como España?.




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