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diumenge, 19 de juny del 2011

¿QUO VADIS, CONVERGENCIA?

Resulta realmente desesperante la actitud de Convergencia y Unió respecto al Partido Popular. En el transcurso de los últimos años, los convergentes han vuelto a tropezar con los pactos que les unen, una vez más, a los populares, en un abrazo que resultará claramente pernicioso para Catalunya. El gobierno del señor Más vuelve a brindar la enésima oportunidad a las huestes de la señora Sanchez Camacho para que ejerzan su nefasta influencia sobre los ciudadanos de este país, olvidando que, desde siempre, los populares se han caracterizado por combatir con todo tipo de armas, justas e injustas, nobles e innobles, los intereses catalanes, en un delirio de hiper-nacionalismo español sustitutorio del mayoritario catalanismo que profesamos los ciudadanos de este denostado país, objeto de las ancestrales fobias hispanas.

¿Creen en CiU que no recordaremos las actitud de los populares, respecto al mini-Estatuto de Autonomía, o al acoso que somete al idioma catalán, en el País Valenciano, en las Baleares y en la propia Catalunya?.¿No recuerdan en CiU la grotesca campaña impulsada por los populares, en la esperpéntica recogida de firmas contra el misérrimo Estatuto de Autonomía?.¿Acaso olvidaremos todo lo acontecido en el terreno económico, OPA de Gas Natural incluida, o su oscura responsabilidad en los diversos boicots a productos catalanes?.¿Ignoraremos que ostenta la alcaldía de Badalona merced a su flirteo con la xenofobia y el racismo?.¿Tal vez no es cierto que sus posiciones, en materia de Memoria Histórica, o de proyección exterior de Catalunya, es claramente hostil a los intereses de los ciudadanos de este país?.¿Tal vez no ha ocurrido que los populares han dado cobertura a los presuntos corruptos del País Valenciano?.

El Partido Popular es una formación política lastrada por su pasado, heredero directo del franquismo sociológico y de los prejuicios más anti-catalanes que los tiempos han conocido. Los populares combaten el catalanismo con argumentos tan falaces que resultan altamente irritantes. Su no auto-reconocido hipernacionalismo españolista es hijo directo del régimen anterior a la maltrecha democracia que disfrutamos en la actualidad. El Partido Popular viene acompañado de un coro mediático capaz de mentir y manipular la realidad para retorcerla en beneficio propio, es decir, contra todo aquello que no se ajuste a sus deseos, a sus premisas e intereses. Los populares y sus socios, hace tiempo que cambiaron la ética y la moral, por un pragmatismo populista y preñado de obscuros intereses económicos que avergonzarían a los mismísimos capitalistas salvajes del siglo XIX.

Este es el partido que CiU ha elegido como socio preferente en Catalunya. Y el resultado de tamaño despropósito, previsiblemente, será idéntico al que aconteció a raíz del pacto de Tinell, es decir, abocará a los nacionalistas catalanes a ser "condenados", una vez más, por el ostracismo político que los ciudadanos catalanes, moderados y tranquilamente nacionalistas, suelen reservar para aquellos que no aprenden de sus propios errores.

Y no vale la excusa de que es el único partido dispuesto a ayudar al gobierno en la situación en la que se encuentran las finanzas de Catalunya. Si hubieran querido negociar, con ERC, SI, e incluso los socialistas, estoy convencido que lo hubieran logrado. Pero han preferido pagar un precio tan oneroso al Partido Popular, como es el de permitir que un populista presuntamente xenófobo como el imputado Garcia Albiol sea alcalde, o ser cómplices de un partido que da cobijo en sus candidaturas a imputados por presunta corrupción (en el País Valenciano), o que en una orgía pseudolingüística se permite impugnar la inmersión del sistema educativo catalán, o perseguir la precaria normalización en el País Valenciano y en las Baleares. Este es el socio preferente que ha elegido el señor Más y su coalición. Tampoco vale la excusa que sospechemos que ante esa elección se pueda encontrar en señor Durán i LLeida, ínclito conspirador pro-españolista incardinado entre el catalanismo mayoritario, de la coalición y de los ciudadanos de Catalunya.

Se que mis afirmaciones anteriores pueden sonar exageradas, o tal vez excesivamente duras hacia los populares e, incluso, injustas hacia el señor Durán i LLeida, pero es que yo también estoy indignado. Estoy harto que por causa de la excesiva prudencia, de la cobardía y de la falta de reconocimiento de la realidad catalana, dejemos pasar, año a año, oportunidades y posibilidades reales y ciertas de conseguir la tan ansiada independencia de Catalunya. Mientras, permitimos que nos achanten desde el gobierno de Madrid, que nos perjudiquen desde los partidos políticos nacionales de España, desde sus instituciones, Tribunal Constitucional, Consejo General del Poder Judicial, desde la CEOE y los sindicatos. Todo aquello que pueda sonarles como pro-catalanista es susceptible de ser perseguido, ninguneado, rechazado, a-legalizado, es decir, Catalunya nunca alcanzará el grado de normalidad  económica, cultural, fiscal, lingüística y política que se merece como nación, si continua dependiendo de un estado que parece ensimismado en sus propios defectos fundacionales y que se han ido acentuando a lo largo de su azarosa historia.

El señor Más y por extensión CiU, deben escuchar con atención las demandas que la mayoría de ciudadanos de Catalunya les dirige. No queremos seguir sufriendo el desdén de este Estado. No queremos seguir soportando sobre nuestras cansadas espaldas la mayoría del coste económico de la fiesta española. No tenemos porque pagar las frustraciones que España siente como Nación inacabada.

En manos de los convergentes está el presente, y el futuro inmediato, de Catalunya. Deseamos que este presente y este futuro sean el de la independencia. No admite más demora. Sean osados, valientes. Detrás de Vdes. encontrarán a un buen número de ciudadanos, dispuestos a brindarles su apoyo y su entusiasmo para conseguir la tan ansiada independencia. No nos defrauden una vez más.  
         
     

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