LA REALIDAD VIRTUAL ESPAÑOLA (2)

Concluía mi anterior escrito afirmando que solo la independencia, nos libraría de la pesada carga que representa España para los catalanes. Es una carga constituida por el hastío, el hartazgo, el desdén, las fobias y el sectarismo que continuamente nos produce la desconsideración hispana. No se conforman con expoliar, so pretexto de una falsa solidaridad forzosa e ilimitada, sino que procuran cercenar nuestras ilusiones, ya  sean económicas, culturales, deportiva, bajo la acusación de ser egoístas, provincianos, politiqueros, en definitiva, ser unos redomados victimistas, incapaces de ser solidarios y de practicar la xenofobia con todo aquello que sea español.

La caverna española es única en las acusaciones a los otros, a los que no son nosotros. Suelen emplear calificativos que, en realidad, les definen a la perfección. ¿Como sino se entiende que nos tilden, a los catalanes, como egoístas o insolidarios?. ¿Alguien puede explicar porque nuestras legítimas reivindicaciones son consideradas como producto del victimismo?. ¿Defender y promover el catalán en Catalunya es provinciano?. ¿Puede alguien decir que es xenófobo al que solo pretende preservar la personalidad, que la historia y la cultura propias configuran como la realidad que es Catalunya?. ¿Porque querer selecciones catalanas en competiciones oficiales es hacer politiquería y nacionalismo catalán, y celebrar la victoria de la roja, con himno, bandera y exaltaciones patrióticas hispanas, no es ni hacer política con el deporte, ni practicar el más exacerbado nacionalismo español que los tiempos han conocido?.

La hipocresía, la manipulación, el cinismo y las falsedades y mentiras, adornan profusamente a los cavernarios españoles. Una mentira repetida mil veces, no significa ser cierta. Imponer ideas a voz en grito, no es dialogar ni pactar. Acusar de victimistas a quienes reivindican justamente, no significa tener razón, ni elimina la justicia de la reclamación. Cuando las tesis de la caverna madrileña pasan a ocupar un lugar destacado en los discursos políticos, las instituciones, los partidos,  incluso de la sociedad española en general, es que España tiene una grave enfermedad. ¿Acaso puede sensatamente pensarse en querer seguir formando parte de tanta miseria moral?. Por supuesto que no. Los ciudadanos catalanes no queremos seguir formando parte de un proyecto fracasado, dominado por la soberbia y el ilimitado desdén que muestra esta España cutre, provinciana y cainita que han configurado con indudable éxito algunos políticos, periodistas, jueces, empresarios y funcionarios, y que podemos identificar como La Caverna y su realidad virtual.

La lista de agravios hacia los catalanes, se está tornando infinita. Esta España casposa, trasnochada, de la que tanto presumen los cavernarios, no solo ha fracasado como estado-nación, lo ha hecho, también como proyecto común y plural para todos los ciudadanos de bien, que un día creyeron que España podría alcanzar "la gloria" en la Tierra. Desgraciadamente, la corriente histórica que arrastra este estado, ha resurgido para despedazar, inmisericordemente, todas las esperanzas por un futuro de prosperidad, de justicia y de pluralismo. No. España no alcanzará esas metas. La caverna no lo permite. La realidad de la caverna es virtual, y por tanto, irreal. En estas condiciones, es lógico que cada día, más y más ciudadanos catalanes se sumen a la esperanza que significa la independencia. Quizás desde fuera de España seamos capaces de ayudar a los españoles a librarse de la lacra que resulta ser La Caverna Española.