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dilluns, 28 de novembre del 2011

LOS SIETE PECADOS CAPITALES.

La región de Murcia proclama, orgullosa, que "no es Catalunya". En la presentación de las cuentas públicas, el consejero de Economía y Hacienda, Salvador Marín  (PP),  se ha vanagloriado del hecho que no recortarán los salarios de los funcionarios ni pondrán en marcha ningún tíquet sanitario, a pesar de disminuir las cifras del presupuesto murciano un 10%, es decir, unos 400 millones de €. No detalló en que partidas se recortará esta cifra.

Por otro lado, el señor Griñan (PSOE), presidente de Andalucía, presume que el endeudamiento andaluz es muy inferior al de la Generalitat catalana. Critica  los recortes de Catalunya y otras comunidades(!?), porqué producen "enfrentamientos territoriales y forman parte de un disparate general". Como la deuda andaluza es muy inferior a la catalana, esto permite incrementar el próximo presupuesto un 2,5%. Por cierto, año electoral en esa comunidad, es decir, intenta comprar votos.

Como es sabido, los siete pecados capitales son: Lujuria, Pereza, Gula, Ira, Envidia, Avaricia  y Soberbia. El término capital se utiliza porque son pecados que dan origen a otros muchos.

Los señores Marín y Griñan, a pesar de pertenecer a dos formaciones políticas supuestamente distintas, coinciden en utilizar a Catalunya como ejemplo de lo que no debe hacerse en las cuentas y la administración públicas. El consejero murciano no imitará a Catalunya, pero no menciona de donde saldrán los 400 millones de euros que asegura recortará. ¿O no lo hará?. ¿Tal vez todo quedará en mero anuncio propagandístico, inconcreto y de nulo cumplimiento?. Por el momento, la prensa denuncia que Murcia, como antes Galicia -ambas comunidades gobernadas por los populares- retira de forma temporal la tarjeta sanitaria a desempleados de larga duración y extranjeros sin recursos, precisamente dos colectivos especialmente vulnerables. Confiemos que no suceda como ocurrió con los inmigrantes ilegales liberados de los saturados centros de acogida (internamiento) de algunos lugares de España, a los que daban un billete de tren o autobús y se les fletaba hacia la Plaza Catalunya, de Barcelona, donde hallarían -les decían- el auxilio que necesitaran. Naturalmente las instituciones catalanas, a pesar de no recibir ningún tipo de aviso -ni colaboración- de los centros emisores, se hacían cargo y ayudaban a los desventurados ilegales, intentando reparar la arbitrariedad causada por la pereza de los responsables de tal despropósito cargado de ruindad.    

En cuanto el señor Griñan, que presume del bajo nivel de endeudamiento de su comunidad, debería explicar a los ciudadanos porqué esto es así, siendo Andalucía la región española que más solidaridad financiera recibe del resto de la comunidades ricas. ¿Tiene algo que ver el expolio que sufrimos, por ejemplo, los catalanes, parte del cual va a parar a su comunidad?. ¿O no es más que el resultado de haber cobrado la llamada deuda histórica, entelequia esperpéntica original andaluza recogida en el texto estatutario de esta comunidad?. Por cierto, copia literal (traducido) del Estatuto catalán, excepto en lo referido a la cantidad que Andalucía considera que debe pagarle  el Estado para hacer frente a las peculiares circunstancias socio-económicas de la región. El importe de esta supuesta deuda se fijó entre 1.148 y 1.742 millones de €, pero se llegó a un acuerdo con el Gobierno de Madrid de 1.204 millones de €, cantidad que colmó la avaricia de los dirigentes andaluces. Sea como sea, el presupuesto de Andalucía aumentará el 2,5% el próximo ejercicio, no habrá recortes ni en sanidad, ni en educación y su deuda seguirá siendo inferior a la catalana. Y sus campesinos seguirán esclavizados a través del PER. Y la justicia seguirá investigando el escándalo de los ERE's. Y los latifundios seguirán colmando de satisfacción y beneficios a sus propietarios; beneficios provenientes del reparto de subvenciones europeas.

Mientras tanto, una encuesta digital del diario ARA pregunta, "¿cree que Artur Mas podrá conseguir el pacto fiscal?"; obtiene el 14% de respuestas favorables al si; el no asciende al apabullante 86%. Por lo visto, los ciudadanos catalanes no confían mucho que el gobierno de Madrid haga justicia con Catalunya, a pesar de ser, por el momento, la única comunidad que ha aplicado un drástico  -y doloroso- recorte en el presupuesto de 2011 y que anuncia nuevas medidas para reducir las cuentas públicas en el presupuesto de 2012, excitando la ira de los indignados ciudadanos catalanes. El señor Mas debería poner el mismo empeño y determinación en la aplicación de los injustos recortes que promueve y la exigencia del cese del expolio, ante Madrid, en busca de justicia fiscal para Catalunya. Los ciudadanos catalanes estamos cansados de pagar impuestos ilimitadamente en beneficio de otras comunidades, que encima se pavonean de vivir mejor que Catalunya.

Oyendo las peroratas de los políticos españoles, confieso que la ira me invade. El hartazgo que siento, que sentimos muchos catalanes, solo hallará recompensa cuando venzamos y nos libremos de la gula insaciable que exhiben políticos e instituciones españolas; embaucan a sus propios conciudadanos con irrefrenable avaricia, tanto política como económica, de la que hacen pomposa ostentación. Las declaraciones de los nacionalistas españoles están cargadas de chulería, de soberbia. Critican los recortes catalanes, cuando son ellos los que con sincera humildad deberían adelgazar sus presupuestos, saturados de ociosos y onerosos funcionarios y henchidos de dispendios superfluos; cargados de incongruencias, como son sufragar operaciones de cambio de sexo en su sistema sanitario y remitir a la sanidad catalana pacientes que requieren atención médica especializada y de elevado coste económico. Claman contra las subvenciones identitarias catalanas, pero no contra los centenares de millones de euros que dedican a sufragar la fiesta nacional, las ganaderías bravas y las corridas de toros. Se escandalizan porque la televisión pública catalana tiene seis canales, mientras se fomenta la tele-basura en castellano, que ocupa decenas de canales privados, así como la infumable -por sectaria y nacionalista- televisión pública española, con muchos más canales y recursos de los que dispone TV3; por cierto, líder indiscutible de audiencia en Catalunya, modelo de calidad de programación, pluralismo y rigor informativo. Son la avaricia y la envidia las que se manifiestan en boca de políticos, empresas e instituciones, privadas y públicas españolas, en pos de alcanzar hasta el último céntimo del pastel publicitario en Catalunya, a costa de TV3. Siento una enorme pereza por las continuas envestidas anti-catalanas que tanto el PP como el PSOE intentan justificar al amparo de la crisis económica, la solidaridad forzada y la comunión de intereses -inexistentes- entre España y Catalunya. Los políticos españoles manifiestan auténtica lujuria, esto es, pensamientos posesivos sobre otras personas, en nuestro caso, los catalanes; véase sino las declaraciones de Peces Barba -quedarse con Catalunya y dejar Portugal-. Por el momento, se limitan a oprimir y explotar la colonia catalana, para beneficio de España, dicen. La obsesión hispana de fastidiar -joder- lo catalán, ya sea el idioma, la cultura, la economía, las infraestructuras, las finanzas, la política, en exclusivo beneficio de lo español, de España, además de hastío, es la principal causa de las ansias de libertad e independencia que se propala irresistiblemente por toda Catalunya.


Quién esté libre de culpa, que tire la primera piedra, se decía en las lapidaciones públicas de antaño. Catalunya no está libre de culpa. Tal vez no. Pero desde luego, no tiene porqué cargar con los siete pecados capitales a la vez, como sí pueden atribuirse a políticos, partidos e instituciones españoles en el presente. Harían bien en olvidarse, aunque fuera por un rato, de Catalunya y los catalanes. Al fín y al cabo, solo queremos lo que nos pertenece. Por tanto no es envidia y mucho menos lujuria, ni gula; no somos soberbios ni avariciosos, puesto que estamos dispuestos a ser auténticamente solidarios, de acuerdo con nuestras posibilidades, voluntariedad y bajo nuestro estricto control político. Yo particularmente, me declaro culpable de sentir cansancio, pereza, después de transcurridos más de treinta años desde la muerte del dictador; Catalunya y los catalanes nos encontramos todavía en plena e interminable lucha por la supervivencia de nuestra lengua, cultura, autogobierno, en definitiva, a favor nuestra personalidad nacional permanentemente hostigada desde España. Sí, siento ira, es decir, impaciencia con los procedimientos de la legalidad española, que a ojos de un catalán, se fundamenta en la (in)justicia castellana; pero también siento esperanza, ya que la independencia está cada día más cercana.








divendres, 25 de novembre del 2011

ELUCUBRACIONES POST-ELECTORALES.

Las elecciones ya han pasado. Los resultados, en España, han sido los previstos. El Partido Popular ha vencido por  mayoría absoluta. Ha sido la formación más votada en todas las comunidades autónomas, excepto en dos, País Vasco y Catalunya. Es revelador que en estas dos naciones, los populares hayan sido votados por una minoría de ciudadanos, militantes recalcitrantes del nacionalismo español. El Partido Socialista Obrero Español ha perdido más de cuatro millones de votos respecto las elecciones de 2008. La debacle ha sido total, especialmente en Catalunya, donde las perdidas -del PSC- alcanzan los 770.000 votos; es la comunidad donde mayor ha sido el descenso sufrido. Es justo señalar que las pérdidas del PSOE no han ido a parar al PP, que apenas aumenta el número de votantes. Los máximos beneficiarios del descenso han sido pequeñas formaciones regionalistas, Izquierda Unida y la abstención. La aplastante victoria conservadora se produce como consecuencia del hundimiento electoral del PSOE, no por el aumento de votos populares.

Este puede ser el resumen de lo acontecido el pasado domingo, a nivel estatal. Si entramos en el detalle de la anomalía catalana, observaremos el cambio de paradigma que revelan los resultados. Las formaciones más o menos españolistas, los conservadores-regionalistas y los socialistas-autonomistas, en las elecciones de 2008 sumaban 33 escaños, mientras los nitidamente catalanistas eran 14. Pues bien, los resultados del 20N indican que los españolistas han descendido hasta los 25 escaños -14 PSC y 11 PP- y los catalanistas aumentan a  22. Es decir, la diferencia se ha reducido de 19 a 3 escaños; en realidad, la diferencia es favorable al catalanismo, pues no debemos ocultar que buena parte de los 14 escaños obtenidos por el PSC son catalanistas; si nos atenemos a la última encuesta del CEO, casi una tercera parte de los votantes socialistas están a favor de la independencia de Catalunya.


Si nos fijamos en los resultados a nivel de partido, la coalición CiU ha vencido con claridad en Catalunya. Más de un millón de votos, casi el 30%, ha otorgado la victoria a la formación nacionalista. El segundo lugar lo ocupa, por primera vez en la historia de las elecciones al Congreso, en Catalunya, el PSC, con algo más del 26% de los votos. Cabe destacar la pérdida de más de 700.000 votantes en esta formación, de los cuales solo unos 100.000 han elegido como referente político la formación nacionalista española, el Partido Popular, que ocupa el tercer lugar, con el discreto soporte de poco más del 20% de los electores y habiendo cosechado el menor aumento de votos experimentado en todo el Estado. El fiasco de los populares, que aspiraban a disputar la primera posición en Catalunya, es notable; solo la victoria en España les permite disimular la enorme decepción que han sufrido por unos resultados que, sin embargo han significado aumentar en tres escaños la representación alcanzada en 2008. La pretensión de aglutinar el voto españolista entorno al PP ha resultado un fracaso. Lo cierto es que la mayoría de votantes huidos de las filas socialistas, se han repartido entre la abstención, CiU e ICV; solo una pequeña parte se ha revelado como nacionalista español, votando a los populares. ERC ha logrado mantener la representación a tres escaños, frenando el hasta ahora imparable declive electoral; mientras ICV aumenta dos escaños, hasta alcanzar los tres, recogiendo algunos votos de antiguos socialistas.

Bien, ¿y ahora, qué?. El Partido Popular ha comenzado a excusarse-escudarse en la crisis económica para negar el cacareado Pacto Fiscal, demandado por CiU, como si los recursos financieros que necesita Catalunya fuera un capricho ajeno a la propia crisis. El señor Duran i Lleida, recibido la noche electoral al grito de in-inde-independen-ci-a por los militantes de CiU en la sede electoral, empieza las excusas de mal pagador, afirmando que no será un fracaso no alcanzar el Pacto Fiscal; se cura en salud por la mayoría absoluta obtenida por los populares, sabedor que utilizarán la apisonadora para negar las justas reivindicaciones catalanas. Tal es el caso del fondo de competitividad, de 1.450 millones de €, cuya reclamación fue entusiasticamente apoyada por los nacionalistas españoles en plena campaña electoral, pero que ya han empezado a negar al grito de ni en broma -Fernandez Diaz dixit-. En definitiva, la ensoñación del Pacto Fiscal convergente se tornará en pesadilla  ante la realidad españolista. Si alguna vez habían creído la posibilidad que España renunciaría a la recaudación y control de más de la tercera parte del total de ingresos (impuestos más cuotas de la seguridad social) que se generan en el Estado, el señor Duran i Lleida en particular y CiU el general, se mostrarán tal cual son, es decir, ingenuos e incautos.

Convergencia i Unió verá como su estrategia se esfuma, ante el contundente posicionamiento del nacionalismo español. No solo  da largas al pacto fiscal, también ningunea la victoria convergente en Catalunya.  La señora Sanchez Camacho afirma (amenaza) que CiU no es determinante (necesaria) para los populares españoles, mientras que el PP si lo es para la estabilidad del gobierno catalán. Conviene pues que CiU tome conciencia de la actitud popular; deberá explorar y alcanzar apoyos políticos en el Parlamento catalán con ERC e incluso ICV, sin descartar, en un próximo futuro, pactar con los socialistas del PSC, tal vez liberados ya de la losa españolista  que hasta ahora les atenaza, una vez concluya el congreso que este partido debe realizar, para lograr así una completa y auténtica refundación y regeneración. Si el PSC eligiera una dirección nitidamente catalanista, se liberara de las ciegas obediencias al PSOE y recuperara el grupo parlamentario propio en Madrid, el entendimiento catalán frente España resultaría imparable.

En cualquier caso, CiU deberá poner en marcha un plan B, que contemple la respuesta catalana ante el previsible fracaso en la consecución del concierto económico. Dicho plan debe pivotar entorno el ejercicio del derecho de autodeterminación. Este derecho, ajeno a la comprensión intelectual y a la legalidad (anti)democrática española, alcanza un gran consenso entre los distintos grupos parlamentarios catalanes; de hecho, solo se oponen los populares y el marginal sub-grupo de Ciudadanos. El ejercicio del derecho a decidir devendría el único camino posible que nos quedaría para conseguir un mínimo de justicia. Ejerciéndolo a pesar de la previsible oposición española, de una tacada alcanzaríamos la plena soberanía y  control de nuestros recursos financieros, económicos, legislativos y judiciales, con los cuales obtener la libertad, prosperidad y justicia social que nos hurta la unión con España. Y no debe descartarse el ejercicio de este derecho a través de la convocatoria de elecciones anticipadas en Catalunya, llevando como principal punto en el programa electoral, la declaración unilateral de la plena soberanía. Esto permitiría al nuevo ejecutivo de la Generalitat, la convocatoria de un referéndum ratificatorio de la independencia, previamente proclamada en solemne sesión del Parlamento de Catalunya.

Como catalanes, esta es la única opción que nos queda. Porque, ¿creen de verdad que los ciudadanos que han apoyado la ensoñación del pacto fiscal se conformarán con menos de lo que Catalunya y los catalanes necesitan con tanta urgencia?. No podemos persistir en lo imposible. Debemos luchar por lo factible, es decir, por la independencia. Ya ahora existe una amplia mayoria social a favor de la plena soberanía de nuestra Nación. Y no queremos nuevos recortes económicos, como los anunciados por el señor Mas, puesto que son injustos; Catalunya genera suficientes recursos fiscales como para cubrir la totalidad de las necesidades financieras que requiere. No decepcionen a los votantes que tan claramente nos hemos expresado este 20 de Noviembre. La independencia es necesaria, por tanto, es urgente. Comencemos el camino hacia Ítaca.




dilluns, 21 de novembre del 2011

LAS CULPAS CATALANAS Y EL PERRO DEL HORTELANO. (y 2)


Es España la que debe ayudarse a sí misma. Debe controlar sus disparatados gastos; lineas férreas de Alta Velocidad desde Madrid a todas las capitales de provincia; aeropuertos sin vuelos ni pasaje; subvenciones a las autopistas de peaje madrileñas, etc.... Es España la que debe suprimir ministerios con competencias traspasadas a las autonomías; debe eliminar el Ministerio de Cultura, y los fondos financieros para adquisición de colecciones privadas (catalanas) que posteriormente se ubican en el ignominioso Museo de la Guerra Civil, en Salamanca, para vergüenza y escarnio de Catalunya; también debería prescindir de decenas de miles de funcionarios que perviven, tan ricamente, en ministerios sin competencias, como Cultura, Sanidad, Educación, Medio Ambiente, Agricultura, Vivienda, etc... Y si se trata de reducir aportaciones económicas en materia identitaria, para igualar las reducciones ejecutadas por el gobierno catalán, España debería empezar a recortar intensamente en el Instituto Cervantes, en la Real Academia de la Lengua Española y la Real Academia de la Historia, en el Teatro Real y el Museo del Prado, entre otros... ¿o es que los recortes solo debe afectar la identidad catalana?.

Resulta francamente injusto exigir que Catalunya, para contener el déficit, deba disminuir drasticamente la inversión en política lingüística, en subvenciones culturales; o se la conmine a cerrar canales de TV públicos -de unos 60 canales de TDT solo cinco (públicos) emplean el catalán con normalidad; el resto, públicos y privados,  mayoritariamente lo hacen en lengua castellana-. Es irritante esta exigencia, cuando en los presupuestos generales del Estado Español dedican centenares de millones de euros -multiplicando varias veces el dinero que dedica Catalunya a ello- a estos mismos apartados. ¡Y nadie exige el más mínimo recorte!; por ejemplo, el Instituto Cervantes, encargado de la promoción y difusión del castellano por el Mundo, como si de una lengua y cultura débil y minoritaria se tratara. Además, debe tenerse en cuenta que en asuntos identitarios españoles -entre otros, el mundo de los toros (generosamente subvencionado)-, son los presupuestos generales del Estado los que contemplan los gastos, a cargo de los impuestos de todos los ciudadanos, incluido los catalanes; mientras que la identidad catalana la pagamos exclusivamente los catalanes, en los presupuestos de la Generalitat. En realidad, nada, ningún gasto que el Estado efectúa en Catalunya va a cargo de impuestos españoles. Los catalanes nos lo pagamos todo y además, cada año desaparecen de nuestro bolsillo más de 20.000 millones de euros. 

El inefable presidente extremeño, José Antonio Monago, se permite atacar la reivindicación catalana del pacto fiscal rechazando la pretensión que haya comunidades autónomas (Catalunya) que hagan las cuentas. Ha censurado la reivindicación del pacto fiscal con el argumento que si esto se platea, habrían de recordar que un cuarto de millón de extremeños levantan Catalunya. Nuevamente, el nacionalismo español se permite retorcer la realidad, para mantener una posición de privilegio económico, a costa del prójimo. El señor Monago debería saber que los principales perjudicados por el expolio a que somos sometidos todos los catalanes, sin mesura ni límite temporal, son precisamente catalanes de origen extremeño, andaluz, gallego, aragonés, murciano..... y también de origen catalán. El expolio no perdona a nadie, la prueba es que los recortes en sanidad y educación afectan a la totalidad de la población, independientemente de su origen, lengua, religión o filiación política. A todos.  También sería bueno que hicieran autocrítica desde Extremadura, así como desde Andalucía. ¿No les parece extraño que los extremeños y andaluces, en Catalunya, trabajen como el resto de ciudadanos catalanes, progresen socialmente, sean autosuficientes y aprovechen las oportunidades que les ha brindado la sociedad de acogida, es decir Catalunya, con solo su esfuerzo y trabajo?. ¿No será porque los andaluces y extremeños, de Andalucía y Extremadura, carecen de gobernantes eficientes, incapaces de promover, impulsar y arropar a los emprendedores, únicos que crean riqueza y puestos de trabajo?. ¿No será que la clase política de estas dos comunidades prefieren ser campeonas en el número de empleados públicos y funcionarios por habitante?. ¿Quizás no es cierto que en ambas comunidades existen los mayores latifundios de Europa, que acaparan las subvenciones más cuantiosas de la Comunidad Europea, y que solo sirven para reservas de caza y ganaderías bravas?. Y mientras, se protege y esclaviza a decenas de miles de campesinos con el PER, para acallar su ira, en lugar de proporcionar los instrumentos para que puedan salir por si mismo de esta injusta situación, tan conveniente por otra parte, para las clases dirigentes de estos territorios. Solo así se explica que los catalanes de distintos orígenes se escandalicen cuando viajan a la tierra en que nacieron sus padres y observan lo generoso que resulta el estado de bienestar allí, en comparación con las escaseces de aquí. O el lujo que representa circular por autopistas libres de peaje, mientras que ellos, para ir a trabajar tienen que pagar religiosamente el diezmo, cada día. Como es natural, instintivamente se ponen la mano en los bolsillos y se agarran la cartera, enflaquecida por el expolio a que es sometida inmisericordemente por parte  del Estado Español.   

El señor Monago, así como los señores Arenas, Griñan, Rodriguez Ibarra, y la señora Aguirre, y el señor Rajoy, y las señoras Chacon, Leire Pajin y Sanchez Camacho, entre otros, deberían mostrarse más humildes, deberían olvidar la prepotencia; no están investidos de una especie de superioridad moral por encima del resto de los mortales. No pueden dar lecciones de coherencia, ni de austeridad, ni de eficacia, ni de buena administración. Es inmoral que el gobierno de España culpe a Catalunya. Es mezquino exigir más austeridad en las cuentas públicas catalanas, mientras Andalucía, comunidad receptora de la forzosa y generosa solidaridad de los catalanes, incrementa el presupuesto del próximo año (electoral), aproximadamente un 2%. Y el inefable gobierno de España cumple sus compromisos de reducción del déficit público español, traspasando la carga a las comunidades autónomas, es decir, a Catalunya.

España actúa respecto Catalunya como el perro del hortelano, que ni come ni deja comer. Con una variación, España si come del huerto que guarda, hasta la saciedad. Quién no come más que las sobras es el hortelano que trabaja la tierra, es decir, Catalunya. ¿Hasta cuando?.    




LAS CULPAS CATALANAS Y EL PERRO DEL HORTELANO. (1)

Lope de Vega escribió una comedia en la que utilizaba la imagen de un perro para contar las tribulaciones amorosas de Diana, condesa de Belflor y Teodoro, su secretario. El símil de El perro del hortelano, que ni come hortalizas del huerto que guarda, ni deja comer a nadie, es utilizado para explicar que existen personas que ni hacen una cosa ni permiten que los demás la hagan.

Recientemente, la Cámara de Comercio de Barcelona, ha revelado que las transferencias corrientes del estado central hacia las distintas comunidades autónomas se han reducido un 80%, lo que representa 30 puntos más de lo previsto. Traduciendo, esto quiere decir que el Estado Español basa la reducción del desbocado déficit en sus finanzas públicas a cuenta de las autonomías, proclamando que mientras el gobierno hace los deberes en el ahorro, las comunidades autónomas, es decir, fundamentalmente Catalunya, aumenta y agrava el déficit. El Estado Español es tramposo y desleal con Catalunya, puesto que mientras esta ha reducido los gastos en inversión un 42%, el Estado sólo lo ha hecho un 23%, es decir, casi 20 puntos de diferencia a favor de Catalunya. El escándalo alcanza cotas vergonzantes si observamos lo que ocurre en la adquisición de bienes y servicios; Catalunya disminuye el 29% y el Estado, sólo un 4%. Si nos fijamos en la partida de personal, el gobierno de Madrid aumenta un 1%, mientras que Catalunya ha recortado un 5%.

Todos los datos hechos públicos por la Cámara de Comercio de Barcelona no impiden que desde el gobierno de Madrid se culpe directamente a Catalunya del incumplimiento en el objetivo de déficit al cual España se había comprometido con Europa; además, responsabiliza al Gobierno del señor Mas de buena parte del castigo de los mercados a la deuda española, por las manifestaciones efectuadas desde la Generalitat, en el sentido que Catalunya no cumpliría el déficit exigido.

El Estado Español no solo es tramposo y desleal con Catalunya, además, manipula más que nadie. En los últimos meses no se han cansado de criticar, bien a través del PSC, bien directamente desde el Gobierno de Madrid, los recortes del Gobierno Mas en sanidad y educación, tachándolos de draconianos e injustificados; según la opinión nacionalista española, los recortes debían hacerse en partidas identitarias, tales como delegaciones en el exterior, inmersión lingüística, cultura, subvenciones, gastos de propaganda y similares; pero el estado de bienestar, ni tocarlo. Pués bien, desde el gobierno de Madrid, se exigía que la reducción del presupuesto de la Generalitat fuera del 20% respecto el año 2010. Lo cual hubiera significado la inviabilidad financiera, administrativa y política de la autonomía de Catalunya. Lógicamente, el señor Mas se negó rotundamente a las exigencias madrileñas, y limitó los recortes a la mitad, procurando afectar la sanidad y educación lo menos posible. No obstante, desgraciadamente, sanidad y educación públicas sí han sufrido los recortes exigidos, como delata la furia sindical y los temores ciudadanos desatados por las calles catalanas; y eso es así, entre otras cosas, porque el dinero que viene de Madrid para estas partidas -las transferencias- es finalista, es decir, no se pueden destinar a otra cosa. La reducción del 10% afecta a todas las partidas presupuestarias, especialmente las que resultan más odiosas al nacionalismo español, esto es, cultura y lengua catalana, delegaciones exteriores, reducción salarial a los empleados públicos, subvenciones, TV pública, drástica reducción de cargos políticos de confianza, recortes en el Parlamento, en vehículos oficiales, en empresas y organismos públicos, etc.... Las cuentas catalanas han disminuido globalmente el 10%, pero algunas partidas han doblado o triplicado este porcentaje. La única que ha aumentado considerablemente es la partida destinada a pagar los intereses de la deuda pública catalana, a causa del déficit acumulado las dos últimas legislaturas de gobierno socialista en Catalunya. Y no puede olvidarse que el gobierno de Madrid avaló los gastos del gobierno Montilla, aprobando un déficit absolutamente falso en las cuentas catalanas; déficit oculto que hizo aflorar el gobierno del señor Mas.

El gobierno de Madrid exige recortes y amenaza el bienestar de los catalanes, pero no transfiere 1.450 millones de € del fondo de competitividad, ni 750 millones de € de la disposición adicional tercera del Estatuto, aquella que compensa la obra pública aprobada en los presupuestos generales del Estado, pero no ejecutada. Estas cantidades servirían para que los recortes en sanidad y educación fueran menores y en consecuencia, más llevaderos.  Incumple la ley española, manipula las cifras, miente sobre los recortes y culpa a Catalunya de los desmanes provocados por el propio gobierno español.

Las culpas de Catalunya no son tales. De lo único que los ciudadanos catalanes deberíamos arrepentirnos es de nuestra imperdonable cobardía con los gobernantes españoles. Tendríamos que negarnos a aceptar más cargas y responsabilidades de las que, en buena lógica, nos atañen. Deberíamos detener la sangría que representa el hecho que nuestros impuestos vayan -y no vuelvan- hacia España, sin control ni mesura. La Comisión Europea por boca de un portavoz autorizado, ha contestado a la petición del Gobierno Español para que se arbitren ayudas desde las instituciones continentales al objeto de frenar los ataques contra la deuda pública española: Es la propia  España la que debe ayudarse a sí misma.


dijous, 17 de novembre del 2011

DEUDA PÚBLICA, DÉFICIT DEMOCRÁTICO.

Prima riesgo de Portugal, Italia, Grecia, España -Spain-. Diferencial entre el bono alemán, italiano, español. Mercado de deuda pública, eurobonos, Banco Central Europeo, contención del déficit público en la Eurozona. Confianza, rigor, recesión, estancamiento, inflación, agencias de calificación. Estos son algunos de los términos que definen el mundo en la actualidad. Se trata de una especie de vocabulario económico para consumo de ingenuos ciudadanos, cuyo objetivo no es otro que justificar los severos recortes en el estado de bienestar de los paises llamados PIGS -y otros de la Unión Europea-, a causa de la severa crisis económica que nos azota a todos, con mayor o menor intensidad. Como es habitual, las consecuencias recaen sobre las espaldas de estos inocentes ciudadanos, que acaban pagando el coste de los desmanes del capitalismo, así como la humillación e inoperancia ante los mercados, por parte de los gobiernos supuestamente democráticos de estos paises. Cabe destacar también que la Economía ha dejado de ser una ciencia que explica lo que puede suceder en el mundo económico y que proporciona claves para corregir los desajustes, para pasar a ser una materia poco científica, tal vez fantasiosa, que intenta explicar, sin conseguirlo, porqué y como ha sucedido este desastre, sin aportar soluciones justas, asumibles y racionales que corrijan los desvarios actuales. Excesos provocados por banqueros hiper-ambiciosos, especuladores sin escrúpulos y agencias de calificación movidas por oscuros intereses financieros. Se trata del fracaso total del sistema económico basado en el capitalismo salvaje descontrolado que, sin embargo, continua siendo el tótem sagrado de los defensores de la absoluta libertad de movimientos del capital, que podríamos definir como libertinaje del dinero, el cual siempre se acerca allá donde mayores plusvalías pueda obtener, prescindiendo de cualquier consideración mínimamente ética, o simplemente humanista.

Parece que la única solución que los mercados ven con buenos ojos, pasa por tecnócratas apolíticos -curiosamente ex-empleados de Goldman Sachs- que tomen las riendas del poder político en los gobiernos de Grecia -Papademos- e Italia -Monti-, por el momento. Así, en teoría, se restablecerá la confianza en las finanzas internacionales, se frenará la espiral alcista de la deuda pública y los mercados recuperarán el sosiego que tanto necesitan para poder contabilizar los beneficios que, mientras dure la crisis, les seguirán llenando los bolsillos y las carteras tan generosamente. Como es lógico, poco importa que los nuevos gobernantes no sean los mismos que, a través de votaciones democráticas, fueron elegidos por los ciudadanos. Es más, los tecnócratas solo deben satisfacer y defender el interés de los mercados, a los cuales rinden obediencia y sumisión absolutas.

Es paradójico que el primer país europeo que ha perdido el marchamo democrático sea precisamente Grecia, cuna del ideal demos -pueblo- y krátos -poder o gobierno-. Por el momento, le ha seguido Italia, cuya convulsa y rica historia en tiempos del Imperio Romano, constituye un elemento fundamental del desarrollo de Occidente,   así como de Oriente. ¿Será la débil España el siguiente en caer en manos ajenas a la democracia?. Lo más lamentable de todo lo que está sucediendo es el hecho que estos cambios tienen el único aval -e imposición- de Alemania y Francia,  ultra-defensores de la ortodoxia financiera que obliga, en defensa del capitalismo puro y duro, a draconianos ajustes y recortes, que solo perjudican a los ciudadanos de a pie, en exclusivo beneficio de la gran banca -principalmente alemana y francesa-, y para salvaguardar sus posesiones en deuda pública de los PIGS, que han acumulado y estimulado en el pasado. Mientras, el Banco Central Europeo, en manos de Draghi -también ex-monagillo de Goldman Sachs-, se ocupa y preocupa del Euro que, como es sabido, no es más que la moneda europea digna heredera del deutsche mark, propiedad exclusiva de Alemania.

El déficit público de los paises de Europa se está transformando en déficit democrático. Los mercados, el FMI, el Banco Central Europeo, Merkel y Sarkozy, son los que dictan lo que está bien o está mal, lo que está a favor o en contra de sus propios intereses económicos y financieros. Prescinden olímpicamente de la voluntad de la ciudadanía; masacran sus derechos, hasta ahora intocables; mutilan el estado de bienestar, en aras de la confianza, estabilidad, ajustes, rigor, la prima riesgo y del diferencial del bono alemán. El precio a satisfacer, la democracia.

Descendiendo a escala estatal, en España también se dan las mismas condiciones que a nivel europeo. El gobierno de Madrid busca, aparentemente, soluciones financieras, dicta medidas económicas, promueve reformas estructurales, facilita el despido, recorta gastos y derechos sociales; y busca culpables. Preferentemente entre aquellos que no tienen ninguna culpa, pero que resultan enormemente rentables como instrumentos a los que cargar el muerto. Por ejemplo, el gobierno español culpa abiertamente a Catalunya por el déficit acumulado; además, la responsabiliza directamente de buena parte del castigo que infringen los mercados a la deuda pública española. Por lo visto, reconocer la pura realidad, como ha hecho el gobierno del señor Mas, al afirmar que le resultará imposible cumplir con las descomunales exigencias ordenadas por Madrid, ha provocado que los mercados desconfíen y se haya disparado la prima riesgo española. Ya estamos al cabo de la calle; por fin, tenemos culpable: Catalunya. Y así se exonera de cualquier responsabilidad a las entidades financieras por los desmanes provocados, a las empresas públicas y privadas, y las administraciones central y del resto de autonomías, que son las responsables directas de más del 95% de la deuda total acumulada por España, y no por el gobierno de Catalunya. ¡Y todo esto sin tener  en cuenta el expolio fiscal que sufrimos los catalanes, en manos del Estado Español, de más de 20.000 millones de euros al año, cuya disponibilidad posibilitaría la anulación del déficit y evitaría recortes en el estado de bienestar catalán!.

Los mercados prescinden de la verdad. Buscan maximizar sus beneficios, y punto. Quieren seguridad para que sus capitales no corran riesgos innecesarios; quieren que las instituciones que soportan el entramado financiero mundial, manden, ordenen, ejecuten y actúen en favor de sus exclusivos intereses. Y por esta razón asaltan el poder político de Grecia, Italia, ¿España?, ¿Bélgica?, ¿Austria?, ¿Francia?. Y no quepa la menor duda, en un futuro no tan lejano, incluso Alemania puede caer en manos de tecnócratas apolíticos. Es curioso, en el transcurso de los acontecimientos que estamos viviendo, nunca, jamás se ha opinado seria y analíticamente sobre China. No es que sea la culpable de lo que está aconteciendo, pero los graves problemas económicos, financieros, industriales, medio-ambientales, sociales y políticos que presenta ya ahora el imperio mundial In pectore, inciden directamente en el resto de la humanidad. Tal vez ya va siendo hora que las sociedades occidentales empecemos el análisis crítico de la realidad actual del coloso asiático. Lo cierto es que los mercados ya lo han hecho y por lo visto la situación actual juega, nuevamente, a su favor. Es decir, a favor de su bolsillo; es decir, en contra de nuestro bolsillo.

En resumen, ¿hasta cuanto los ciudadanos de a pie, simples mortales, toleraremos esta  nueva modalidad de esclavitud que nos quieren imponer?. I have a dream, tengo un sueño: todo nos empuja hacia un cambio en profundidad en las relaciones entre ciudadanos y paises, trabajadores y empresarios, electores y elegidos. Si todo sigue así, lo mejor está por venir, pues cuando comencemos la marcha, nada ni nadie podrá detenernos. Ni los mercados, ni los tecnócratas.




dimarts, 15 de novembre del 2011

INDEPENDENCIA. ¿UTOPÍA?

Las utopías son motor de cambio; la evolución natural de las personas a nivel físico, desde la infancia hasta la vejez, va siempre acompañada por el cambio mental, fruto de la experiencia personal, de las vivencias y del aprendizaje que vamos acumulando a lo largo de nuestra vida. Las utopías son el motor y el combustible que nos permite avanzar, tanto a nivel personal, como colectivo. Este último caso, el colectivo, es más difícil de conseguir; a menudo se torna en quimera; por muy bueno que sea un plan ideal, un proyecto, se transforma en imposible de alcanzar o realizar. Poco importa que todo esté perfectamente determinado, pero desde el inicio, el proyecto se demuestra como irrealizable.

España deviene como quimera en todo lo referido a la organización política. La acción social o el proyecto pretendidamente común a todos los ciudadanos, acaba resultando como una negación de la realidad histórica, con objetivos que no tienen en cuenta la organización, ni la realidad social. Así, España no será nunca un estado federal, ya que la clase política -y los ciudadanos de a pie- no quieren serlo, puesto que difiere de sus convicciones y deseos políticos históricos; siempre será una realidad política centralista, unicultural, monolingüística y uniforme. Ha sido concebida y educada para ser y desarrollarse a partir de la centralidad geográfica, que se transforma en centralismo anímico común a una buena parte de la ciudadanía española. Los españoles están muy satisfechos consigo mismo, y nada cambiará su forma de ser y pensar, por muy peligroso que pudiera resultar para la sagrada unidad de la patria. La utopía federal ha sido derrotada antes de nacer; el federalismo es irrealizable en España.

En tales condiciones, es fácil entender que, al no existir españoles federalistas, los catalanes federalistas se vean abocados al más estrepitoso fracaso político. Para que pudiera existir un estado federal, deberían existir federalistas en ambas canchas, en Catalunya y en España. Pero no es así. Y a pesar de ello, las fuerzas políticas de la izquierda catalana insisten en defender la utopía federal, anzuelo político que lanzan a los ciudadanos catalanes, como única fórmula de organización política deseable para los electores.

La incongruencia alcanza su cenit en boca del señor Duran i Lleida. El dirigente democristiano se proclama partidario que entre Catalunya y España se establezcan vínculos confederales. Es decir, un Estado, España, donde el federalismo está proscrito, debería confederarse con una Nación, Catalunya, en pie de igualdad y sin el paso previo de alcanzar la plena soberanía de esta Nación. Se llega a ignorar incluso la necesidad de que para que exista una confederación, debe existir dos -o más- realidades independientes que quieran llegar a esta, porqué no decirlo, pura quimera.

Lo que realmente sucede, es que tanto el PSC, como Iniciativa, así como Duran i Lleida, utilizan la utopía del federalismo y la confederación, no como motor y combustible de cambio político, sino como mero instrumento de fijación e inmutabilidad de Catalunya dentro de España. Predicando el federalismo, se intenta neutralizar las ansias independentistas que se han extendido de forma mayoritaria entre los catalanes, desengañados del Estado Español en general y en particular de sus dirigentes, de los partidos políticos, de las instituciones tanto públicas como privadas, de la magistratura, etc..... El Estado Español destila centralismo por todos sus poros; es enemigo del pluralismo y es fiel amante de su auténtica utopía, esto es, alcanzar la uniformidad total en la península, aplastando cualquier atisbo de diferenciación cultural e idiomática. En definitiva, su anhelo no es otro que transformar Catalunya en una región más de España, relegando la identidad catalana al baúl folclórico y perfectamente prescindible de los lejanos recuerdos de lo que fué y ya no es.

Puede opinarse que la independencia representa no más que una quimera, que es la utopía de algunos catalanes, hastiados por la desconsideración y agresiones del nacionalismo español. Nada menos cierto. Han sido precisamente la actitud española, a lo largo de los últimos tres siglos, la que ha desatado entre nosotros, los catalanes, las ansias de libertad y justicia que ahora nos caracteriza. Nuestro proyecto común de acción, que representa la independencia es, precisamente, una afirmación, no una negación, de la realidad histórica que existe a nuestro alrededor. Es un objetivo en sí mismo. Los que defendemos la opción secesionista, lo hacemos a partir de la profunda convicción que tenemos de ser precisamente la plena soberanía la que debe permitirnos alcanzar las más altas cotas de prosperidad económica, justicia social y auténtica libertad colectiva para nuestra Nación, es decir, para nuestros conciudadanos catalanes. El hecho de no seguir dependientes políticamente de España significa lo mismo que representa la real emancipación de un joven, en pos de su futuro entre las turbulencias que implica vivir en la sociedad. Tiempo habrá para cosechar algunos fracasos, pero seguro es que el triunfo, la victoria, solo está al alcance de quien se arriesga y lucha. La esperanza, la ilusión, el trabajo, el sacrificio, siempre dan satisfacción y ayudan alcanzar las más altas metas que el ser humano pueda ambicionar. La independencia no es una utopía. La independencia es el objetivo  que permite a una idea convertirse en realidad como consecuencia de nuestro esfuerzo y entrega individual. Nuestros deseos sí pueden hacerse realidad. Solo tenemos que proponernoslo.

El proyecto colectivo de los catalanes es pues, alcanzar la plena soberanía lo antes posible. Las elecciones al congreso español no son más que un arma propagandística al servicio del unionismo hispano. En nuestras manos está convertirlas en instrumento de liberación nacional. Votemos a formaciones catalanistas, huyamos de los cantos de sirena que entona el unionismo autonomista popular, el frustrante federalismo socialista o el imposible confederalismo democristiano. Con nuestro voto, debemos hacer retroceder la representación de las fuerzas españolistas  en nuestro país. El consecuente aumento del secesionismo nos acercará irremediablemente a la liberación nacional de Catalunya. Confiemos en nosotros mismos y haremos que nuestros sueños se hagan realidad.

dissabte, 12 de novembre del 2011

EL AVE FÉNIX, EL PULPO Y EL MOVIMIENTO NACIONAL. (y 2)

A continuación, podremos leer lo que destacados miembros del nuevo Movimiento social-popular han dicho, no hace excesivo tiempo, sobre un asunto muy concreto como ha sido el Estatuto de Autonomía (r.i.p.). Y en general, de Catalunya y los catalanes.

José María Aznar. Adalid de España como unidad de destino en lo universal.
España se enfrenta a un riesgo real de fractura nacional. Esta semana probablemente se den los pasos decisivos para un cambio de régimen. Diciembre 2003.
Hoy, con la más honda preocupación, solo puedo esperar que la voz de la mayoría obligue al Gobierno a retirar un proyecto que significa la división irreversible de España. Septiembre 2005.
Cualquier persona sabe que millones de españoles, la mayoría de ellos, viven con la angustia que puede, de que existe un riesgo, que España pueda dividirse. Noviembre 2005.
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Ángel Acebes. Máximo defensor de la verdadera verdad.
Se está produciendo un caballo de Troya en la Constitución de todos los españoles. Septiembre 2005.
ETA se convierte en el tutor de la reforma del Estatuto de Catalunya. Noviembre 2005.
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Eduardo Zaplana. Portavoz aquejado de incontinencia verbal.
Estamos en la semana del Estatuto y, en esa semana, ETA quiere estar muy presente. Septiembre 2005.
Es un fraude democrático y a la Constitución. Octubre 2005.
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Federico Trillo. Poeta épico, cantor de hazañas bélicas,  reciclado como Ministro de Defensa.
Es el momento más crítico para la convivencia desde 1977. Octubre 2005. (Un inciso: En Irak, frente a una dotación de soldados de El Salvador, adscritos al ejercito español, al concluir una arenga a la tropa gritó marcialmente: ¡Viva Honduras!. Febrero 2006).
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Mariano Rajoy. Leal  y equivocado líder de la facción derechista del Movimiento.
Parte del PSOE habla con nosotros para hacer descarrilar el Estatuto. Octubre 2005.
En Catalunya se está haciendo con el castellano lo que en época de Franco se hizo con el catalán. Febrero 2006.
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Jorge Trias Sagnier. Fino analista, cargado de errores.
Corta vida va a tener esta farragosa y vergonzante declaración de independencia proclamada por buena parte de la clase dirigente catalana: políticos, intelectuales, obispos y empresarios, todos intentando inventarse una nación por la puerta de atrás. Octubre 2005.
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Javier Arenas. Desinhibido con el dinero ajeno y exagerado "señorito" andaluz.
La propuesta de Catalunya supondrá un coste de miles de millones de euros para Andalucía y Chaves lo sabe, ya que lo que el sistema catalán plantea es trincar toda la "tela" de golpe y después, a ver lo que suelto poco a poco. Octubre 2005.
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Aleix Vidal-Quadras. Higienista de guardia de las esencias nacionalistas españolas.
Lo que de verdad causa este preámbulo corrosivo son quemaduras de tercer grado. Octubre 2005.
El nuevo Estatuto está podrido hasta la médula y nada puede limpiarlo. Octubre 2005.
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Existen otras muchas declaraciones, de políticos y entidades más o menos públicas o privadas, en la linea hasta aquí expuesta. Por supuesto, también de la sección izquierdista del Movimiento. Debemos reconocer la coherencia entre ambas facciones del entramado social-popular.  El mismo señor Arenas, en febrero de 2006, promovió una serie de cuñas radiofónicas en Andalucía, que entre otras barbaridades, advertían: ¿Sabes que ahora las comunidades más pobres son las que dan dinero a las ricas?. Hubo alguna fundación que se atrevió a proclamar: el Estatuto, legaliza el aborto mediante la perversión del lenguaje. Y abre a puerta a la poligamia. Podría citar a Peces-Barba y sus opiniones sobre la necesidad o no del cíclico bombardeo sobre Barcelona cada cincuenta años, o del error que cometió España en 1640, dejando a Portugal y quedándose Catalunya; también podría recordar el homenaje que brindó el Ministro de Defensa señor Bono a la división azul -unidad en la que había servido su padre- durante un desfile de las fuerzas armadas. Me imagino que los ciudadanos de Rusia supervivientes de la Segunda Guerra Mundial, que sufrieron las acciones de dicha unidad no compartieron la oportunidad del homenaje, aunque sí debieron hacerlo los soldados de la Wehrmacht y las unidades nazis, que sí participaron junto a la división azul en la pretendida salvación de los rusos en manos del demoníaco ejercito rojo.

El libro Las mil frases más feroces de la derecha de la caverna, de José Maria Izquierdo, recoge los ataques contra Catalunya de distintos columnistas españoles de diversos medios de comunicación, particularmente los madrileños, dignos merecedores de una mención especial.

Un insigne periodista, como es Cesar Vidal, se despachó de la siguiente guisa: Catalunya lleva tocando el escroto al resto de los españoles desde hace más de tres décadas, y encima es culpa nuestra. Es decir, nos roban, nos insultan, persiguen nuestra lengua y encima es culpa nuestra.  Este señor opina que Catalunya es una profunda cloaca y que el nacionalismo catalán es profundamente inmoral y aliado de ETA. José Garcia Dominguez pensaba (en voz alta) que cuando nosotros hablamos en los términos que hablamos, de ERC y de Laporta, en estos términos de menosprecio democrático, de asco democrático, lo hacemos desde la superioridad moral que tenemos. Como último ejemplo cavernario, esto es lo que lamentaba Manuel Martín Ferrand: Artur Mas, en su condición de macho alfa del nacionalismo catalán, está en plena brama electoral.


No todas las opiniones cavernarias son tan crudas y despiadadas como las vistas hasta ahora. Pablo Molina cuenta que mira por el bien de sus hijos, y el futuro de España sin Catalunya para mis hijos será muy bueno. Yo añado, así sea, y no solo por el bien de sus hijos, sino sobre todo, por el bien de Catalunya y todos los catalanes.

El ave Fénix, resurge de sus propias cenizas  para volver a morir abrasado al poco tiempo por los rayos del Sol. El pulpo sólo  puede ser más inteligente que un congénere y su inevitable timidez le obliga a huir expulsando un chorro de agua y tinta, al menor atisbo de peligro. Pero el Movimiento Nacional ha demostrado un instinto de supervivencia que no podemos ignorar. Resurgen con fuerza conceptos como unidad de destino en lo universal, proclaman la dominación de la cultura y supremacía del castellano por encima de cualquier otra lengua y cultura peninsular, denigran e insultan a naciones y pueblos que no se sienten españoles y acaparan y expolian bienes y recursos financieros de estos mismos ciudadanos, al tiempo que exigen recentralización política, administrativa y económica. Y todo ello debidamente sostenido por el mayor de los nacionalismos que existen -ahora y siempre- en la península Ibérica: el español. Debemos combatir el Movimiento para que no adquiera los poderes de renacimiento ilimitado que tiene el ave Fénix, evitando asimismo que alcance la fuerza, ductilidad y capacidad de mimetización del pulpo y sus brazos con ventosas pegajosas, que se aferran a todo, sin posibilidad de escape. Nos jugamos nuestra supervivencia, como nación catalana y como personas libres y amantes de la democracia. Bueno será que los ciudadanos comiencen a distanciarse de la nefasta influencia de este movimiento, votando, por ejemplo, a formaciones políticas ajenas al conglomerado social-popular. Haberlas, haylas.

















        

divendres, 11 de novembre del 2011

EL AVE FÉNIX, EL PULPO Y EL MOVIMIENTO NACIONAL. (1)

El ave Fénix forma parte de la mitología griega. Se trataba de un ave fabulosa que se consumía por el fuego provocado por los rayos el Sol, para luego renacer de sus cenizas, cada 500 años.
El pulpo es un cefalópodo (marino) y carnívoro. De gran fuerza en comparación con su tamaño, tímido y con una inteligencia notable. Las 2/3 partes de su sistema nervioso se encuentra en el cerebro y el resto en los tentáculos; por esto parece que sus brazos tienen inteligencia propia, de forma individual.
El Movimiento Nacional fue durante el franquismo el único cauce de participación política en la vida  española, a través de lo que se llamó entidades naturales de la sociedad, en concreto,  familia, municipio y sindicato.
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Como es sabido, mi opinión es que el franquismo, en España, sigue más vivo que nunca. Se halla presente en el subconsciente colectivo de la sociedad española, de una forma soterrada, latente, discreta, invisible. Se manifiesta de manera difusa, pero su influencia en la sociedad es de tal magnitud que puede apreciarse, por ejemplo en una parte muy significativa del mundo informativo, en prensa, radio y televisión; algunos periodistas se comportan igual que la Santa Inquisición de la Edad Media y no como informadores objetivos y veraces del siglo XXI. También encontramos influencia de la dictadura entre relevantes personalidades de diversas  instituciones del Estado, en la judicatura, en asociaciones empresariales, en cargos políticos, incluso en sindicatos de clase; muchos de ellos con evidentes tics autoritarios, manifiesta intolerancia y pronunciado sectarismo; en definitiva, puro partidismo. Es curioso, pero el Movimiento Nacional no se reconocía así mismo como partido único; no podía emplearse este nombre para designar a la organización; por tanto, no se creía (ni sentía) partidista, justo lo que les sucede a algunos personajes españoles en la actualidad.

En nuestros días, todos los parlamentarios y concejales son elegidos democráticamente entre una pluralidad de partidos y formaciones políticas, que en realidad, en España, se reducen a dos: Partido Popular y Partido Socialista Obrero Español. La situación es muy diferente en Catalunya y el País Vasco en cuanto al número de partidos, pero la relevancia que desde el centro del Estado se da a esta circunstancia es perfectamente descriptible: no existe; ello no obstante, esta peculiaridad irrita soberanamente al nacionalismo hispano. Existen un buen número de servidores públicos, la inmensa mayoría, que no someten a escrutinio democrático ni el puesto de trabajo,  ni el contenido del mismo. Altos funcionarios, de rancia tradición familiar, altos cargos de empresas públicas, altos miembros del estamento judicial y constitucional, insignes militares, etc..., todos estos altos nombramientos -empleados públicos- lo son por diversas vías de acceso perfectamente regladas, al margen del control democrático de los ciudadanos de a pie. La tradición familiar, la lealtad política, la fidelidad ideológica, son los argumentos que pesan en este tipo de ocupaciones vitalicias, por otro lado espléndidamente remuneradas. No es suficiente garantía que todos los nombramientos, electos, de libre o directa designación, asesores, cargos de confianza, funcionarios, etc... deban jurar fidelidad a la Constitución Española -de grado o por fuerza-; también durante el franquismo la totalidad de cargos políticos, funcionarios, profesores universitarios, miembros de la Reales Academias, directores de Radio y TV públicas, etc..., todos, incluso los de menor rango, debían jurar fidelidad a los Principios Fundamentales del Movimiento, además de acreditarse como afectos al régimen, lo cual no evitó escandalosos casos de corrupción, como sucede en la actualidad. Tanto estos Principios como la sacrosanta Constitución en teoría son inmutables; esta aparente inmutabilidad es un nuevo tic del pasado que emerge en la realidad española actual, más como síntoma de mala salud que de excelencia democrática.

El mito del Ave Fénix se está manifestando ostensiblemente en el sistema político español. El Movimiento Nacional resurge de sus propias cenizas, décadas después de la muerta física del dictador, alentado por la invisibilidad del franquismo siempre latente en España y hasta ahora de semblante tímido. Cada día que pasa va fortaleciéndose; ha adoptado una apariencia democrática y se reencarna en la simbiosis PPSOE. El entramado social-popular ha utilizado, desde el principio, el sistema democrático para extender sus tentáculos auto-inteligentes, como de si un pulpo se tratara, en todos los ámbitos públicos; para acaparar poder político, puestos de trabajo en las esferas de la administración,  alcanzar influencias y favores en las empresas otrora públicas, convenientemente privatizadas a los afines/afectos; también se extiende su predicamento entre jueces, magistrados y fiscales. Los medios de comunicación, especialmente los madrileños, están al servicio de la ideología e intereses que engloba la fusión de facto de populares y socialistas. Aparentemente abarca la totalidad del sistema político, para ser impuesto y en principio aceptado por la mayoría de electores españoles. Así, encontraremos los tics franquistas en comentarios, artículos, discursos, charlas, entrevistas, sentencias judiciales, leyes y decretos, etc..., que destacados miembros del renacido Movimiento vienen explicitando y defendiendo desde los inicios de la transición, pero con especial énfasis en los últimos años, liberados ya de las vergüenzas del pasado y sólidamente asentados en puntos clave de la sociedad actual. Algunos de estos personajes se encuentran al margen de la política activa, después de alcanzar la estabilidad económica y la relevancia social pertinente. Pero otros siguen en la brecha, en pos del futuro esperanzador que el curriculum político que están escribiendo en el presente merezca el pertinente reconocimiento  a sus innatas cualidades en el futuro. Tanto los pasivos como los activos siguen fieles a los principios fundacionales del movimiento nacional social-popular.

Algunos ejemplos, extraídos de "40 barbaridades del PP sobre el Estatuto", escrito por Miquel Iceta, destacado miembro de la corriente izquierdista del mismo Movimiento -sector PSC-, ilustrarán a la perfección  los tics que han exhibido y exhiben aún en la actualidad orgullosamente, determinados personajes de la facción derechista del mismo. Estas y otras manifestaciones del renacido movimiento tentacular español serán el objeto de mi siguiente comentario.
















        


dimarts, 8 de novembre del 2011

LA GRAN FARSA.

Existen en España diversas ficciones que devienen como verdades incuestionables debido el indisimulado apoyo que reciben, para que ello sea así, por parte de determinados poderes fácticos, como partidos políticos, prensa y periodistas, altos funcionarios, personalidades y entidades en el ámbito económico y financiero, etc.... La intención de estos lobbys no es otra de salvaguardar sus propios intereses, en detrimento del bien común, de la justicia redistributiva, en definitiva, contra el interés de la inmensa mayoría de la ciudadanía. Utilizan todo tipo de armas, como las que brindan la democracia, que se transforma en sus manos en mero instrumento de perversión e injusticia. Se trata que todo siga funcionando como hasta ahora, para que la correlación de fuerzas no se vea alterada a causa de los "espurios anhelos" del pueblo llano, de la ciudadanía. Entre estas "verdades" se hallan desde la caja única común, hasta la unidad de la patria, pasando, como no, por toda una serie de tópicos, a cual más variopinto. La fiesta nacional, el mejor sistema bancario del mundo "mundial", la sagrada unidad de mercado, la red de alta velocidad mayor del continente,  la selección de fútbol campeona del Mundo, el mejor sistema sanitario del Mundo, el Estado más descentralizado del Mundo, etc... Mundo, mundo, mundo.... Diríase que un terrible complejo de caduco provincianismo impulsa a tales personajes a querer aparentar más, gastar más -incluso dinero ajeno-, ser más que...  Podríamos enumerar un sinfín de temas cuya importancia fuera tan ociosamente irrelevante para la estabilidad e historia de nuestro planeta, incluso de la propia España, como pudiera representar una gota de agua en un océano. Entre otras falsas verdades del Estado Español, encontramos el bipartidismo, alfa y omega de la realidad hispana: La Gran Farsa.

El Partido Popular y el Partido Socialista Obrero Español fomentan esta falsa idea, al objeto de acaparar todos los votos democráticos habidos y por haber de España. Cuentan con el inestimable apoyo de la Caverna Mediática en particular, y los medios de comunicación madrileños en general, a los que se suman modesta e indirectamente La Santa Alianza, estrafalario ente creado por el submundo unionista en Catalunya, cuya misión no es otra que fortalecer las cadenas que religan y someten a nuestra Nación, en calidad de comunidad autónoma (catalana), al conglomerado español, bajo dominio del Madrid Imperial. El interés de que se consolide la falacia del bipartidismo debemos buscarla en el concepto de Las dos Españas. La idea de dos ciudadanos enfrentados, hundidos hasta las rodillas en un fangal, inmovilizados y golpeándose despiadadamente sin tregua, ilustran a la perfección los miedos españoles. El cuadro de Goya es la gran excusa que utilizan los agoreros capitalinos al objeto de reprimir y reconducir las aspiraciones de los engañados ciudadanos de la desafortunada nación española. ¡Quién si no ellos pueden gobernar el barco de la patria, entre las procelosas aguas de la historia!.

Aquel que predice, sin fundamento, males o desdichas, es una agorero. En la actualidad, apelar a la idea de las dos Españas en beneficio de unos pocos privilegiados, además, es inmoral. El exclusivista conglomerado español, al que me he permitido bautizar como Madrid Imperial, está anclado en los siglos XIX y XX, cuando la historia de la península si estaba cargada de envidias, injusticias, violencia, enfrentamientos; España pasaba de revoluciones, guerras y huelgas, a huelgas, guerras y revoluciones, sin solución de continuidad. Sin embargo, en la actualidad, no parece que los súbditos españoles tengan muchas ganas de poner  en peligro el  estado de bienestar que disfruta -a pesar de los 5 millones de parados-, la seguridad ciudadana que le permite ir al fulbol o al cine, ver tele-basura u oir las estupideces de los candidatos, teóricamente enfrentados, del PPSOE.

La mezquindad del Madrid Imperial se hace más evidente, cuando intenta trasladar a Catalunya sus sombríos vaticinios, sus fatídicos augurios. Por ejemplo, pronosticando una grave división entre la sociedad catalana, caso de proclamar la independencia. Diríase que desean que los ciudadanos catalanes hundamos las rodillas en el fango para vencer al antagonista, a base de garrotazos, para que ellos puedan acudir en nuestra salvación. Menosprecian el sentido plenamente democrático de las gentes de este país, demostrado hasta la saciedad, e ignoran que, hasta no hace mucho tiempo, los independentistas hemos soportado estoicamente la voluntad de la mayoría españolista. ¿Porqué tendría que ser diferente ahora que la mayoría se ha tornado independentista?. ¿Acaso dudan del sentido democrático de la minoría de ciudadanos que actualmente defienden opciones unionistas?. Existe vida más allá de los populares y socialistas. Y más en Catalunya, donde sí practicamos el pluralismo, y la democracia, votando hasta cinco formaciones políticas distintas, incluso para las elecciones al Congreso de Diputados. Por ello, no existe el anhelado bi-partidismo, al menos en Catalunya. Por esto es inmoral intentar que la sociedad catalana reniegue del pluralismo natural que practica, en aras de un bien pretendidamente superior, es decir, a favor de la unidad de la patria, del bi-partidismo, o de los superiores intereses económicos comunes de España.


Es por todo ello que desde la capital se quiere imponer La Gran Farsa. Se organizan pseudo-debates entre Rajoy y Rubalcaba, se modifica la Constitución entre el PP y el PSOE, se anuncian cambios electorales, a fin de librar a estos dos partidos de la dependencia de los llamados nacionalismos periféricos y se envuelve el lote con un lazo de apariencia democrática. Y a la vez, se oculta el pluralismo político, se utiliza la Constitución como arma represora y excluyente y se quiere modificar la ley electoral, al objeto de impedir la real representación de la pluralidad del Estado, para beneficiar a las formaciones nacionalistas españolas, ¡ocultando que la actual ley electoral es claramente favorable a PSOE y PP!. ¿Acaso nos creen tontos?. Es de dominio público, por ejemplo,  que un diputado por Barcelona de CiU, ERC, PSC, ICV, cuesta muchos más votos a estos partidos, que un diputado del PP, o del PSOE, en Cuenca, Zamora, Badajoz, Teruel,  Cáceres, Logroño, Huesca, Lugo, etc...

Hace tiempo que dejé de creer que España es un país plenamente democrático. Parece un Estado de unidad artificial, dependiente de la ignorancia y sumisión de las personas, para preservar unos supuestos valores -que no son más que los intereses políticos y económicos de una minoritaria casta de privilegiados- y que tiene como único objeto el mantenimiento del statu quo actual. ¿Como sino se explica la pervivencia de los latifundios en Andalucía, Extremadura, Castilla...?.¿Porqué se prolonga la vergüenza que significa el PER?. ¿No es un escarnio para los ciudadanos de Catalunya el estar sometidos a un expolio fiscal que les empobrece?. ¿Cual es el real objeto que se busca con el faraónico Plan Hidrológico Nacional, incluyendo el Trasvase del Ebro hacia el sur?. ¿Porqué en el Estado existen tantos aeropuertos inútiles?. ¿Que se pretende con la Red de Alta Velocidad ferroviaria más extensa de Europa?. Mil preguntas. Pocas respuestas. Intereses, privilegios, poder político. La Gran Mentira. La Gran Farsa.





      

    


divendres, 4 de novembre del 2011

EL FUTURO DE CATALUNYA ANTE LAS ELECCIONES DEL 20N. (y 2)

Debemos esperar que la suma de escaños que cosechen el PP y el PSOE en Catalunya, sea inferior a la que obtuvieron en las anteriores elecciones generales. Entre ambas formaciones españolistas, alcanzaron casi el 70% de escaños en Catalunya. Es cierto que entre los 25 escaños de los socialistas catalanes, un significativo número de ellos podrían ser atribuidos claramente al sector catalanista; pero la realidad ha sido que jamás se han significado como tales, subsumidos en el magma españolista del grupo socialista en el Congreso. En definitiva, es previsible que aumente el número de escaños que podemos calificar como inequívocamente catalanistas. Este incremento será mayor o menor, dependiendo del grado de movilización que se produzca. Y esta es la clave, la movilización de los electores. 

Por todo ello, bueno será recordar que ni los socialistas ni los populares son entusiastas defensores del non nato Pacto Fiscal convergente. Dicen que escucharán, proponen modificaciones al sistema de financiación actual, pero no adquieren ningún compromiso sobre en pseudo-concierto catalán, ya que podría significar una notable merma en los recursos financieros de libre disposición que viene disfrutando España, por derecho de conquista, a costa del bolsillo de los catalanes. Ambas formaciones no ocultan y constatan que un trato fiscal para Catalunya semejante al vasco, es inviable, es nefasto....¡para España!

También es necesario recordar el comportamiento de ambos partidos, en cuestiones tales como la lengua y la cultura, la economía, la (des)lealtad institucional, la lectura que hacen del texto constitucional y la justicia, etc... respecto de Catalunya. ¿Acaso el Partido Popular no acosa el idioma catalán en el País Valenciano, en las Islas Baleares, en la Franja aragonesa?. ¿No utiliza sus divisiones acorazadas contra Catalunya a través de los tribunales Supremo y Constitucional?. El Gobierno del señor Zapatero, ¿no impulsó la tercera hora de castellano, contra la inmersión? ¿tal vez, el abogado del Estado, a las ordenes del Gobierno, no proporcionó los argumentos necesarios para que el Tribunal Constitucional se cargara la inmersión en el sistema educativo catalán, a causa de la escasa y deplorable defensa del texto estatutario que hizo?. Este gobierno, ¿ha cumplido con la total devolución de los documentos catalanes depositados en Salamanca, como botín de guerra, o por lo contrario ha agrandado los fondos de este museo, con la compra del legado Centellas?. No debemos olvidar, por otra parte, que mientras el gobierno socialista de Madrid exige recortar -el estado de bienestar catalán, ¿donde sino?-, los socialistas del PSC, se rasgan las vestiduras e ignoran olímpicamente la responsabilidad ganada a pulso por el gobierno del señor Montilla, en el grave deterioro financiero acumulado durante las dos últimas legislaturas catalanas bajo mandato del PSC, con el apoyo y aquiescencia del propio gobierno español, asimismo socialista. El gobierno de Madrid no solo invade competencias autonómicas catalanas como en la infra-financiada Ley de Dependencia, también se comporta con absoluta deslealtad, negando para el año 2011 el llamado fondo de competitividad para Catalunya, lo cual sí aceptó en 2010, o ignorando las peticiones e intereses catalanes sobre el sistema aeroportuario; ¡Y el Gobierno del señor Zapatero era el gobierno amigo!. Podríamos remontarnos una vez más, al comportamiento del Partido Popular, durante años, contra el Estatuto de Autonomía: desató la más furibunda campaña anticatalana que los tiempos han conocido; desencadenó las más bajas pasiones anticatalanas entre los españoles, a causa de la recolección de firmas en pueblos y ciudades de toda España, contra el texto estatutario catalán, que acabaría transformándose en una recogida de firmas contra Catalunya; también ha demostrado reiteradamente escaso talante democrático, en acciones de puro filibusterismo político empleadas contra la renovación del Tribunal Constitucional, activando pasivamente antiguos boicot comerciales contra productos catalanes, o utilizando  con absoluta ilegitimidad los resortes de la  justicia, para conseguir aquello que no había alcanzado en sede parlamentaria, en buena lid democrática.

Lo descrito hasta ahora no es más que una pequeña parte de todo aquello que los ciudadanos catalanes deberíamos recordar, antes de elegir a quién entregamos nuestro voto. Boicot a productos catalanes, manipulaciones informativas, acosos judiciales, falta de respeto e insultos, escasez de inversiones en infraestructuras, ahogo económico y fiscal, incumplimientos clamorosos y deslealtades institucionales intolerables. Estos son los triunfos del nacionalismo español, de derechas e izquierdas. Los ciudadanos catalanes estamos obligados a  pasar factura electoral a estas dos formaciones políticas, que han empujado Catalunya hacia la más dura de las situaciones que un pueblo puede sufrir: los catalanes debemos luchar contra un Estado hostil e injusto en aras de nuestra propia supervivencia. El Estado Español, España si lo prefieren, es una carga demasiado pesada para seguir arrastrándola por toda la eternidad. Nos hemos cansado.

El futuro de Catalunya ante las próximas elecciones pasa por entregar nuestro voto a las formaciones de inequívoca obediencia catalana. Si votamos a partidos que prioricen nuestros intereses, individuales y colectivos, estaremos votando para frenar el drenaje fiscal que estamos sufriendo; nuestro voto servirá para que nuestra cultura, lengua e historia tengan la protección, difusión y respeto que sin  duda merecen, como todas las lenguas, culturas e historias que han existido, existen y existirán. Con el control de nuestros propios recursos fiscales, económicos y legislativos podremos encarar y vencer con mayor eficacia y rapidez la grave crisis que venimos padeciendo y que se agrava por el mero hecho de seguir unidos a España; como ejemplo baste observar los profundos recortes exigidos a nuestro estado del bienestar, a pesar que nuestra nación genera recursos fiscales suficientes como para que no debiera ser así.

Votemos a formaciones catalanas y el futuro será esperanzador; si votamos partidos españolistas, sean de derechas o de izquierdas, el futuro continuará como hasta ahora, es decir, seguiremos expoliados, acosados e insultados. Si lo hacemos a favor de Catalunya, lo haremos a favor de la independencia; si es a favor de España, por la sumisión y dependencia colonial. En mi opinión, la elección es clara y diáfana: por Catalunya

dijous, 3 de novembre del 2011

EL FUTURO DE CATALUNYA ANTE LAS ELECCIONES DEL 20N. (1)

¿Qué futuro nos espera a los catalanes, ante los comicios a celebrar el próximo 20 de noviembre?. El resultado de estas elecciones condicionaran el día a día durante los próximos cuatro años de legislatura y también el devenir del soberanismo en Catalunya en el inmediato futuro. Por consiguiente, el resultado que se produzca tendrá una notable influencia en el porvenir político de nuestra Nación y consecuentemente, en particular, entre la ciudadanía catalana. Pero será sobre todo el apoyo que cosechen las formaciones soberanistas las que marcarán el futuro inmediato de Catalunya.

Todas las encuestas señalan que el Partido Popular alcanzará la mayoría absoluta a nivel español. Incluso se apunta que en la propia Catalunya conseguirá unos resultados espectaculares; esto es así especialmente, si nos fijamos en las encuestas que se publican en medios madrileños, públicos y privados, siempre favorables a los intereses de los partidos  nacionalistas españoles. Fundamentalmente, los populares reciben el entusiasta apoyo publicitario de los medios conservadores y ultraderechistas más cavernarios, mayoría en la capital, los cuales no dudan en cocinar los datos de las encuestas del modo más favorable -y manipulador-, a sus intereses y en concreto a los del candidato Mariano Rajoy; sabido es lo fácil que resulta inducir el voto de la población en un determinado sentido, según se aplique un tipo de cocina u otro. Esta es la intención, en absoluto oculta, pretendida por los medios  periodísticos  -y propagandísticos- de la capital española. 

Pues bien, admitido un notable aumento en la intención de voto del partido conservador en Catalunya, ocurrirá debido  fundamentalmente a la reconcentración del españolismo entorno de los populares. El PSOE catalán posiblemente recibirá un notable varapalo, que le puede hacer perder alrededor de diez escaños, de los cuales aproximadamente la mitad irán a parar a manos populares. A favor del socialismo catalán cabe interpretar que los votantes que permanezcan fieles a la izquierda, lo serán por auténtico catalanismo y progresismo, depurando de su seno a los que priman el españolismo nacionalista por encima del izquierdismo federalista. Los desertores social-españolistas del extrarradio barcelonés  cambiarán su fidelidad  hacia la formación derechista, como ya hicieron en las pasadas elecciones municipales.

Pero, ¿y las formaciones catalanistas?. Es en este ámbito donde puede ocurrir un auténtico salto..... ¿cuantitativo, cualitativo?. La coalición del candidato Duran parece que experimentará un aumento de escaños -así lo pronostican las encuestas publicadas-, que resultará inferior a las expectativas levantadas entre la ciudadanía. CiU tiene un doble obstáculo que le impide recoger  parte de los votantes que huyen del socialismo, así como de aquellos que se declaran plenamente soberanistas. Este doble freno es, de un lado,  el candidato señor Duran i Lleida y de otro, la ambigüedad -en realidad indefinición-, del mensaje político que oferta. El candidato democristiano con sus boutades acerca de la homosexualidad, la inmigración o el soberanismo, pierde caché entre los potenciales votantes catalanistas. El posicionamiento excesivamente escorado a la derecha y la negación que hace del independentismo, le colocan en la periferia de lo que hoy es la centralidad de la sociedad catalana. No reconocer que el independentismo es mayoritario y transversal es una grave y torpe omisión en el mensaje de CiU; si añadimos los guiños del señor Duran hacia los populares y sus irrefrenables e indisimuladas apetencias ministeriales, así como la continua apelación a la gobernabilidad del Estado, unido a la poca fe popular que despierta el llamado Pacto Fiscal, tanto entre el pueblo llano como entre los populares, hallaremos la principal causa del escaso entusiasmo electoral que cosecha el programa convergente. Y aunque rectificar es de sabios, no creo que Duran i Lleida se avenga a modificar el mensaje político de CiU, puesto que iría en contra de los principios unionistas que exhibe, sin el más mínimo rubor, el político democristiano. CiU cosechará unos pocos escaños más, a costa de mostrarse incapaz de defender los intereses y esperanzas de la mayoría de ciudadanos, por otra parte hartos de ambigüedades, de hacer pedagogía por las Españas, de renuncias, humillaciones e insultos, en definitiva, hastiados por la cobardía que muestran algunos de los dirigentes políticos nacionalistas, que parece se someten y entregan gustosamente a la voluntad y deseos defendidos por La Santa Alianza.

Serán las formaciones netamente independentistas las que recogerán, a mi entender, los votos desengañados del soberanismo que ahora recolecta CiU, así como los de aquellos votantes socialistas que han dejado de creer en las utopías federalistas defendidas hasta ahora por el progresismo hispano-catalán. Este será el objeto del próximo comentario, los votos -y la movilización- que imprescindiblemente requiere el independentismo catalán en la ya cercana cita electoral.