La meva llista de blogs

dijous, 28 de juny del 2012

AMORES QUE MATAN.

¿Porqué existe esta desaforada voluntad política y jurídica, por parte del nacionalismo español, de aniquilar el catalanismo?. La respuesta parece obvia. Y no es otra que los ciudadanos catalanes, de forma abrumadoramente mayoritaria, ponemos en cuestión la hegemonía y privilegios castellanos que hasta la fecha se nos han impuesto desde Madrid; y apostamos decididamente por la plena soberanía de nuestra Nación.   

El Tribunal Supremo de España ha decidido una vez más, dictar una sentencia judicial contraria a la inmersión lingüística en catalán. Anula diversos artículos de un decreto de la Consejería de Enseñanza de la Generalitat, que regula el segundo ciclo educativo infantil, de 3 a 6 años. Uno de los artículos anulado hace referencia a los niños extranjeros; pretendía propiciar su integración en el sistema educativo, en la lengua propia de Catalunya: el catalán. Así mismo, el Supremo declara inconstitucional (¡?) la atención individualizada en castellano, puesto que "es discriminatorio". En definitiva, la resolución judicial niega que el catalán, "como lengua propia de Catalunya, se ha de utilizar normalmente como lengua vehicular de enseñanza y aprendizaje y en las actividades internas y externas de la comunidad educativa".

El Tribunal Supremo, actuando más como poder legislativo que judicial, no sólo dicta sentencias sobre si se ha vulnerado o no la legalidad vigente. Tambien se permite ordenar al poder ejecutivo -catalán-, cómo debe aplicar la ley aprobada por el poder legislativo -catalán-, al objeto que se adecue a las interpretaciones y deseos políticos de los miembros de tan alto tribunal, incuestionablemente conformado por españoles de probada pureza de sangre y añeja hidalguía. En definitiva, los deseos de cuatro familias castellano-parlantes residentes en Catalunya, gravemente ofendidas porque sus hijos se ven contaminados por el idioma propio de la comunidad autónoma catalana, elevan su queja al Tribunal, el cual decide cambiar todo el sistema educativo vigente durante los últimos 25 años; y ello para satisfacer a estas cuatro familias visceralmente nacionalistas españoles y anticatalanas de corazón. Contra la voluntad de centenares de miles de familias catalanas. Voluntad expresada reiterada y democraticamente con sus votos, en las sucesivas elecciones al Parlamento de Catalunya, única institución  competente para legislar sobre educación.  Y contra el acuerdo de la comunidad científica nacional e internacional, que han avalado la política lingüística -especialmente el modelo de inmersión- desarrollada por la Generalitat en la enseñanza de primaria y secundaria. Tal es la justicia castellana. Esta es la legalidad española. Es decir, la justicia de la humillación y la legalidad de la imposición. Como si en épocas dictatoriales nos encontráramos.

A la vista del considerable aumento del soberanismo en Catalunya, los nacionalistas españoles decidieron incrementar las hostilidades contra él, con la única pretensión de desactivarlo. Han fracasado. Este objetivo (mantener Catalunya sometida a España indefinidamente) merece, a su juicio, la utilización de cualquier tipo de armas. Incluso provocar el enfrentamiento civil entre ciudadanos y romper la cohesión social, sirviéndose de la lengua castellana como ariete para destruir la preeminencia del catalán en... ¡Catalunya!. Utilizan una técnica de uso muy extendido entre los políticos españoles, que consiste en el "divide y vencerás", frase atribuida al emperador (y dictador) romano Julio Cesar. Procedimiento plenamente vigente en tiempos del dictador Franco (que no emperador) y convenientemente rehabilitado y puesto en práctica en nuestros días por sus secretos seguidores. Esta peligrosa estrategia, en manos de las intransigentes formaciones minoritarias en Catalunya, las españolísimas Partido Popular y Ciudadanos, ha cosechado -afortunadamente- escaso eco entre los catalanes, como demuestran los resultados de las sucesivas confrontaciones electorales celebradas en Catalunya. Desgraciadamente en medios periodísticos fundamentalmente madrileños, si han consentido en magnificar su discurso, acentuando más si cabe la agresividad anti-catalana que contiene. Como era previsible, este soporte se ha traducido en la actual cruzada jurídico-periodística auspiciada por la Caverna mediática contra la lengua de Catalunya. La derrota democrática de este discurso hiper-españolista cosechado en el Principado, ha merecido una interesada, mezquina y subjetiva atención propagandística, así como la complicidad judicial castellana. ¿La intenciones buscadas?. Que el estrepitoso fiasco hispano remonte el vuelo y acabe imponiéndose, hasta aplastar el catalanismo en general y la lengua catalana en particular. Y según Madrid, aquí paz y en la gloria descanse la democracia.

A las hostilidades culturales del Partido Popular se suma la beligerancia económico-financiera, ciertamente compartida por el Partido Socialista Obrero Español. Ambas formaciones (PP y PSOE), han decidido no dar cuartel a Catalunya. Ni en pretensiones lingüísticas, ni en las financieras. Así, el secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, afirma: "Del pacto fiscal se ha de hablar, otra cosa es aprovecharlo para ir hacia el concierto económico". Enmarca el diálogo como una consecuencia lógica del sistema actual, dentro de la LOFCA y por supuesto, negando a Catalunya lo que defiende (de la mano del PP) con uñas y dientes, para vascos y navarros. Opinión compartida por el presidente extremeño, que califica el pacto como un "ejercicio de insolidaridad". El líder autonómico conservador ha declarado que este pacto significa "mas dinero para Catalunya y menos para el conjunto de España, y en ese conjunto está Extremadura". "Si en Europa la insolidaridad la representa hoy Alemania, en España hoy esa insolidaridad y ausencia de cooperación la representa el pacto fiscal catalán". Naturalmente todo esto lo dice "por amor a Catalunya". Por su parte Pere Navarro, delegado en Catalunya del PSOE, se muestra totalmente de acuerdo con el veterano líder socialista español y reafirma su posición declarando, "Mas sera el primer presidente que pondrá en riesgo la unidad civil de Catalunya". Espero que el señor Navarro no se lamente que la división que él percibe en la sociedad catalana, sea la que anuncian las encuestas más fiables. Entre el 75 y el 80 por ciento de la población catalana está de acuerdo que el pacto fiscal -concierto económico-, necesario y querido para Catalunya, debe ser igual al que disfrutan vascos y navarros. Cabe preguntarse a favor de quien se alinearán los socialistas catalanes. ¿Con los ciudadanos, o con la dirección española?. Me temo, para desgracia de los fieles votantes de la izquierda catalana, que la elección ya ha sido tomada. Contra Catalunya y a favor de España.

Lo cierto es que las ambigüedades y contradicciones no se ciñen tan solo al ámbito español. El líder de Unió Democrática de Catalunya, Josep Antoni Duran i Lleida, creyente y fiel seguidor de la Santa Alianza, ha iniciado las renuncias sobre el pacto fiscal, antes que ni tan solo se conozcan las demandas y propuestas aprobadas por el Parlamento de Catalunya. Se muestra dispuesto a que el pacto fiscal no se aplique mientras dure la crisis. E insta que la negociación no se eternice, para que no se repita el "via crucis"  del Estatuto, que "fué letal"  y resultó " uno de los elementos de los últimos años más negativos para España y para Catalunya". El señor Duran no quiere enterarse que lo que resulta letal para Catalunya y los catalanes, es depender de la cambiante magnanimidad del gobierno de España, de la parcialidad de tribunales y jueces castellanos y de los complejos e inseguridades, camufladas por la prepotencia, que padecen las élites madrileñas. ¿O acaso el líder democristiano prefiere  que se eternice el expolio fiscal que sufrimos?. ¿Le parece bien que mientras en Barcelona el Estado apenas invierte en la red de cercanías, en Madrid lo haga tan generosamente, sin vergüenza ni mínimo rubor?. Frecuentemente esta generosidad en las inversiones que atañen a la Villa y Corte, alcanza el 120% sobre lo presupuestado. ¿Comparte las intenciones de la ministra de Fomento, señora Ana Pastor, que para tapar el agujero financiero -3.800 millones de €- en las autopistas de peaje de Madrid, las radiales, el Gobierno de España esté planificando un rescate para el cual todavía no se ha descartado explicitamente prolongar las concesiones de las vias catalanas?. ¿Acaso garantiza el señor Duran que ni un céntimo de los impuestos pagados por los catalanes, ira destinado al rescate madrileño?. ¿Y del rescate de las vias catalanes, hiper-amortizadas hace eones, sabe algo?.


Casi todos los jueces, magistrados, altos funcionarios, intelectuales, periodistas y políticos españoles comparten con el presidente de Extremadura, José Antonio Monago, el infinito amor que sienten por Catalunya. Para demostrarlo, son capaces de todo. Desde velar por la salud mental de nuestros estudiantes, liberándolos del pesado yugo de la lengua catalana, por más propia de Catalunya que sea; hasta combatir los exabruptos de algunos separatistas, que pretenden gestionar los recursos económicos que generan los catalanes, para beneficio de sus compatriotas. ¡Hasta ahí podíamos llegar!, exclaman ofendidos. A cambio nos ofrecen, de grado o por fuerza el idioma castellano, para que todo el mundo pueda entendernos: el castellano debe sustituir el catalán y así los catalanes serán considerados buenos españoles. También nos exigen seguir siendo infinitamente solidarios, hasta que nuestra generosidad nos empobrezca indefinidamente. No desaprovechan tampoco la ocasión, para comparar Catalunya con Alemania. Muchas gracias. Los germanos pueden mostrarse agradecidos. El amor que sienten los nacionalistas españoles hacia Catalunya, es equiparable al que sienten por Alemania. Por tanto, es infinito.

Hay amores que matan. Y el amor que algunos españoles dicen sentir por Catalunya resulta cuanto menos opresor, asfixiante. Para la mayoría de desagradecidos catalanes, insoportable. La respuesta a este amoroso odio español, es el desapego catalán. La consecuencia de este desvarío unionista, es la pura y dura independencia de Catalunya. 


dilluns, 25 de juny del 2012

QUID VIS, CATALONIA?.

Sabemos lo que está haciendo Europa. Está asesinando el Euro; es decir, se está suicidando. ¿Para renacer, como el ave fénix?. Conocemos el lugar en que se encuentra España. Arruinada y al borde del abismo. Visto este demoledor escenario, cabe preguntar: ¿Y tu qué quieres, Catalunya?. ¿Adonde vas?


El actual ministro del Interior de gobierno de las Islas Salomon.... perdón, de España, Don Jorge Fernández Diaz, afirma contundentemente: "la hora de nosotros solos ha pasado a la historia. No es momento de la independencia". Previamente había señalado, perplejo, que "la gente habla en los bares de la prima riesgo. Vivimos en un mundo donde no hay lugar para las independencias".  Finalmente, como no, ha hecho una apelación a la responsabilidad, al recurrente y manido seny catalán: "debemos remar todos al unísono, porque el país (España) lo requiere. Y Catalunya ha de colaborar en el proyecto colectivo español con lo mejor de sí misma".


De entrada, se me ocurre contestar al ministro Fernández que si no es momento y no hay lugar para independencias, ¿porqué se resisten todas las naciones de la Unión Europea a ceder soberanía?. ¿Será acaso porqué no quieren perder independencia?. Puede entenderse que España, Francia, Alemania, incluso Italia, o Portugal...., no vean urgente conseguir la independencia, puesto que ya la tienen. Por ello, resultará más fácil comprender la aspiración de Catalunya, que no es otra que conseguir el mismo grado de soberanía que el resto de países de la Unión. Alcanzar la misma independencia, es decir, el mismo nivel de interdependencia que  disfrutan todos ellos. Pero, ¿para hacer qué?. ¿Porqué la independencia?. Muy sencillo. Seguidamente citaré algunas razones.

Cuando un colectivo de seres humanos que forman parte de un estado, es sistemáticamente discriminado y hostigado por los sucesivos gobiernos de este estado, estos ciudadanos tienen todo el derecho del mundo a buscar y alcanzar la libertad de quienes les oprimen. Tal es el caso de los catalanes. De Catalunya. Discriminados en las inversiones de obra pública responsabilidad del gobierno estatal; por ejemplo, no transformando en autovías las carreteras nacionales -como sí ha hecho en España- que discurren por Catalunya, con las cuales paliar los onerosos peajes de las autopistas catalanas, prorrogados indefinidamente. Ciudadanos esquilmados por un exagerado e insostenible déficit fiscal, para beneficio de una España que se cree grande y que desdeña sentirse libre, puesto que niega tal cualidad a naciones secularmente oprimidas. Expolio fiscal que está condenando a la pobreza a centenares de miles de familias catalanas, es decir, a niños, jóvenes, mayores y ancianos. Maltratados a causa de la deslealtad de un gobierno -de España- que incumple flagrantemente su propio ordenamiento jurídico, que obliga a todos, incluso a él mismo, negándose a pagar miles de millones de euros adeudados al gobierno de Generalitat. Cuya transferencia  permitiría mitigar los dañinos efectos de los recortes presupuestarios en sanidad, educación, función pública, dependencia, etc...., implementados y exigidos desde Madrid. Engañados por este mismo gobierno, que no cumple sus propios compromisos adquiridos, una vez más, con Catalunya, no invirtiendo en la red ferroviaria de cercanías de Barcelona, accesos al puerto y corredor mediterráneo; incumplimientos, que se suman a otros muchos, por la crónica desatención de obras públicas aprobadas en los presupuestos generales del Estado y para desgracia de los catalanes, nunca ejecutadas  en su totalidad.

La desconsideración a personas, instituciones, empresas, es decir, a toda la Nación catalana, es incuestionable. Es general y transversal. Abarca todos los ámbitos de la sociedad. A la política, a la economía, a las finanzas, los impuestos, las infraestructuras, las becas, etc.... Incluso afecta a los discapacitados catalanes. La Generalitat anuncia que  reclamará judicialmente los recursos financieros que son escamoteados con absoluta desvergüenza por Madrid, para poder cumplir así la legalidad española. Recursos económicos que deberían ser destinados a cubrir la mitad -50%- del salario mínimo interprofesional de los empleados en centros especiales, que el Gobierno de España solo garantiza en un 37%. Así mismo, el ejecutivo español ha decidido incumplir nuevamente, una sentencia que obliga a territorializar el importe de la casilla del 0,7% de la declaración de renta. Los catalanes representan el 19% de la población del Estado, aportan el 25% sobre el total recaudado para fines sociales y reciben tan sólo el 14%, con las graves consecuencias que este hecho tiene en la financiación de las ONG catalanas.

Sin embargo, el hostigamiento mayor que recibe Catalunya por parte de esta España hiper-nacionalista y profundamente refractaria al pluralismo, se da en el ámbito lingüístico y cultural. Se ha convertido en una tradición típicamente española la persecución del catalanismo por tierra, mar y aire, mediante todo tipo de argumentos. Jurídicos, sociológicos, educativos, políticos, administrativos, periodísticos; todos ellos falaces y sectarios. Especialmente utilizados por parte del Partido Popular y sus cómplices jurídico-mediáticos. El empleo de cualquier tipo de argucias para combatir la lengua y cultura catalanas, en manos de los conservadores, se ha convertido en todo un (despreciable) arte. No es necesario perder tiempo en mencionar la ignominia que representa la sustracción de los llamados "papeles de Salamanca", propiedad de Catalunya, saqueados por las tropas franquistas y depositados en el Archivo de Salamanca desde 1939; buena parte de los cuales continúan secuestrados allí, 73 años después. A pesar de existir un acuerdo -uno más- de restitución a los legítimos propietarios, naturalmente incumplido por España. Tampoco mencionaré la presunta malversación del Estado Español respecto el legado Dalí. Ni tan siquiera me detendré en el curioso reparto -madrileño- que se hace desde la Villa y Corte, de las obras de arte en poder del Estado por el pago de impuestos. Me ceñiré en las hostilidades desatadas contra en idioma catalán.

La unidad de la lengua catalana, compartida por Catalunya con el País Valenciano, Islas Baleares y la Franja de Aragón limítrofe con el Principado, viene siendo puesta en cuestión por los sectores más ultramontanos del nacionalismo español,  patrocinados directamente por el Partido Popular, a los cuales solícitamente cobija en su maternal seno. Fomentar la ruptura de esta unidad lingüística que se extiende a casi la totalidad de la antigua Corona de Aragón, es el objetivo predilecto de aquellos que niegan la realidad histórica y desoyen las opiniones académicas, o simplemente, van contra el sentido común. Es una reacción propia de quienes sienten un terrible complejo de inferioridad. Todo empezó en la comunidad valenciana, hace ya muchos años; cuyo resultado ha sido colocar el valenciano (catalán), en una situación política y una consideración ciudadana, propias de los tiempos de la dictadura. Diríase que los conservadores, en un ataque de irrefrenable nostalgia, han intentado poner la lengua catalana en el lugar que Franco hubiera deseado: al borde de la extinción. Pero como era previsible, la fortaleza del valenciano se ha incrementado a causa de estas hostiles intenciones y desaforadas agresiones populares. Esta política anticatalana se ha extendido recientemente a las Islas Baleares. Política caracterizada por promover la división -divide y vencerás-, marginación del catalán en la función pública e impulso del ostracismo lingüístico de este idioma en la escuela pública, concertada y privada. Sin embargo, la respuesta, nuevamente de los ciudadanos, ha sido inequívoca y contundente a favor del catalán. Incluso dentro de las filas populares se están produciendo enfrentamientos y divisiones. La dirección de los conservadores isleños se ha metido en un absurdo conflicto lingüístico de imprevisibles consecuencias para la cohesión de su formación política. Los efectos en Aragón son también, tan absurdos como esperpénticos. En una pirueta propia del marxismo -de los hermanos Marx-, la consejera de cultura de la región, ha decidido cambiar el nombre del idioma -catalán- que se habla en la Franja, por lengua aragonesa oriental. O algo así. ¿Cabe mayor ridículo?. ¿Tan devastadora es la enfermedad mental que causa el sencillo y humilde idioma catalán entre las pocas neuronas que utilizan habitualmente los nacional-españolistas, que deben promover el cambio de nombre?. Afortunadamente, no todos los españoles piensan y actúan como los talibanes del PP, si bien cada vez son más. Incluso algún militante o simpatizante de los conservadores, discrepa del discurso oficial.

Tal es el caso del ex-diputado del Partido Popular, Manuel Milián Mestre, que ha lamentado las políticas lingüísticas desarrolladas por los conservadores en Aragón, Baleares y País Valenciano. "Hay gente del PP que han perdido la chaveta". ¡En el PP algunos se han vuelto locos!. Remacha el clavo, cuando acusa "el PP ha entrado en la reducción al absurdo, entró con José María Aznar, porqué no se han dado cuenta que quieren imponer una realidad que no se corresponde al esquema de la realidad. La política cultural que quieren hacer está fuera de registro". "Hay personas que no quieren entender la realidad histórica de este país y se empeñan en hacer algo que es imposible, que es impracticable". El señor Milián cree que "hay gente que está histérica por razones absurdas", lo cual obedece a la intención de "redefinir una vez más qué es la unidad de la patria sobre supuestos culturales, cuando realmente los supuestos culturales son los que son, un mosaico de realidades culturales diversificadas". Finalmente califica las intenciones del PP aragonés sobre la lengua catalana de neurosis, imbecilidad y concluye explicando que "el servilismo del PP a las causas de Madrid -combatir contra el idioma catalán- es absoluto porqué de lo contrario no harás carrera". Manuel Milián Mestre es valenciano; fue estrecho colaborador de Manuel Fraga Iribarne, padre-fundador  de la formación política de los conservadores españoles. Elegido diputado a Cortes en 1989, 1993 y 1996; miembro de la ejecutiva del PP entre 1989-2000.

¿Que quieres, Catalunya?. ¡Por supuesto, la independencia!.


El único argumento que tienen los españolistas contra las justas reivindicaciones catalanas, es acusarnos de ser victimistas. Jamás hacen, ni harán autocrítica, a causa de la trasnochada hidalguía que padecen. Por pura soberbia, nunca aceptarán que alguien ame y prefiera hablar, pensar, leer o escribir en su propia lengua materna, antes que en castellano. Los intereses económicos y financieros de Madrid siempre prevalecerán por encima de los generales del Estado y singular y especialmente, sobre los intereses de Catalunya y los catalanes. ¿Concierto económico a semejanza del vasco?. ¡Nunca; jamás!. ¡Sería la ruina de España, es decir, de Madrid!. ¿Tribunales justos e independientes?. Solo cuando la independencia judicial no signifique recortar privilegios gremiales y permita seguir ajusticiando en clave castellana, como siempre.

¡Qué pocas alternativas le quedan a Catalunya!. En realidad, solo una: la independencia. Y más, si se consuma la implosión de la Unión Europea y el hundimiento del galeote español. En definitiva, con o sin Europa y con o sin España, soberanía e independencia equivalen a supervivencia. Y lo demás, son pamplinas.








dijous, 21 de juny del 2012

UBI SUNT VOBIS, HISPANIA?.

-¿Donde estás, España?.
-¡Al borde del abismo!- gritaron mil voces al unísono desde el infierno.

Durante el primer trimestre de este año, la deuda española se eleva en 436 millones de € al día. La causa de este descontrolado aumento se ha producido por culpa de la administración central. Hasta alcanzar casi 600.000 millones de €; el 55,2% del PIB. Las deudas de los ayuntamientos se han incrementado un 4,06%, hasta acumular 36.860 millones de €; el 3,4% del PIB. En el caso de las comunidades autónomas, hasta ahora marcadas con la cruz estigmatizadora por ser culpables de todos los males del Estado, el crecimiento ha sido del 3,59%, hasta 145.118 millones de €, que representa el 13,5% del PIB estatal. El incremento autonómico ha sido el menor de los tres estamentos estatales, a pesar de contar entre sus onerosas competencias, Sanidad, Educación, Servicios Sociales, Justicia, etc...

Estas mil voces que colocan al Estado Español aferrado a la cornisa, con los pies colgando en el vacío del desastre económico-financiero en que se encuentra metido, no son más que agoreros anuncios de los medios de comunicación internacionales. Han cogido a España entre sus fauces informativas y lógicamente, no sueltan presa. 

"Los costos del endeudamiento del estado español se han hecho insostenibles. España necesita un rescate total, para sostener el gobierno en funcionamiento". The independent, dixit.

"Persiste la preocupación por el estado español. Los bonos se disparan más allá de 7 puntos". Titula The Telegraph.

The New York Times, explica que por el volumen de su economía y por la debilidad de sus bancos, España se ha convertido en la mayor preocupación de la Unión Europea. Basando sus informaciones en fuentes evidentemente madrileñas es decir, falaces, opina que "algunos expertos creen que hay decenas de miles de millones de € en deuda oculta de las comunidades autónomas, por descubrir".


La prensa británica hurga en la herida con saña, anunciando la inminencia del rescate. "Es cuestión de horas". "España e Italia serán rescatadas"."Alemania ya ha dado el visto bueno". "El rescate bancario es insuficiente". No existe tregua, ni se ofrece armisticio para España. Al tiempo, en la cumbre de Rio, se presenta a Mariano Rajoy como... ¡primer ministro de las Islas Salomon!. ¡Encima cachondeo!. Ubi sunt vobis, Hispania?. ¿Donde estás, España?


Los medios de comunicación internacionales se basan en las fuentes de información que solícitamente les suministran (des)interesadamente desde Madrid. Muchos periodistas foráneos desconocen, o no tienen en cuenta, el sesgo ideológico de la capital de España, firmemente condicionado por el centralismo político, administrativo, económico, financiero y cultural que padecen los nacional-españolistas madrileños. Sufren especialmente un anticatalanismo más o menos acentuado, predominante y transversal en todos los estamentos y facciones que integran los poderes fácticos asentados en la capital de España. El detonante de la crisis en las entidades financieras ha sido el escándalo BANKIA, fruto de la incestuosa unión de Caja Madrid y Caja Valencia (Bancaja) y otras entidades menores. La unión de los espurios intereses del Partido Popular en Madrid (E. Aguirre) y Valencia (F. Camps), dió como fruto una empresa nacida para morir matando al cabo de poco tiempo. Las críticas de la perniciosa politización de las cajas de ahorro que surgen de medios conservadores, encuentra su máxima expresión en la villa y corte, de la mano del Partido Popular. Obviando, por supuesto, su responsabilidad en BANKIA cuyos órganos de dirección estaban plagados de miembros relacionados directamente con el PP, o la existencia de lazos familiares de los gestores con dirigentes de este partido. Santiago Alarcó, ex-cuñado de Rodrigo Rato; Claudio Aguirre, primo de Esperanza Aguirre; Ángel Acebes, ex-ministro del gobierno Aznar; la becaría María Zaplana, hija de Eduardo Zaplana; etc.... Todos ellos hijos putativos de José María  Aznar López,  soberbio jefe del clan.  El resto de la historia y las consecuencias, es conocido.

Resulta ocioso mencionar la contribución realizada por los supuestos socialistas hispanos, a mayor gloria de la interminable fiesta española. Baste recordar el aeropuerto de Ciudad Real, Caja de Ahorros de Castilla la Mancha, Caja de Ahorros de Catalunya, ERE's andaluces, etc....

España se encuentra en manos de políticos notablemente mediocres y desconcertados; con una inteligencia  normalita, sin más; carentes de credibilidad, escasa capacidad de comunicación y faltos de empatía. Hijos y nietos de la casta de siempre, con tics y maneras propios del  franquismo sociológico, siemprevivo. Altivos, desmedidamente orgullosos y prepotentes. ¡Que decir de Zapatero, Blanco, Chacón, Pajin, Montoro, Pastor, Guindos, Rajoy...!.  El actual presidente del Gobierno de España, hace unos días se mostró "satisfecho de haber ejercido la presión suficiente para que la UE concediera a España una línea de crédito en inmejorables condiciones", negando que fuera un rescate. Unas horas después, cambia de opinión y afirma que "el rescate ha sido tremendamente dañino", a la vista que los mercados elevan la prima riesgo española mucho más allá de los 500 puntos. ¡Rajoy está haciendo bueno al mismísimo Zapatero!. ¡Y en solo seis meses!.

Entretanto, aumenta el paro descontroladamente. Disminuyen los recursos financieros en sanidad, educación y bienestar social. Los parados van agotando las prestaciones de desempleo, quedando a merced de la caritativa solidaridad de familias, amigos y conocidos. Los pensionistas ven con angustia como vuelven a ser el sostén económico de hijos y nietos, gracias a sus exiguas pensiones, amenazadas por congelaciones y futuros recortes, inútilmente negados por el Gobierno. Los intereses de la deuda pública suben mes a mes, mientras que la deuda privada (de la banca) recibe el generoso aval del Estado, con objeto de socializar convenientemente las malas prácticas de unos gestores que peor no lo pueden haber hecho. Por cierto, ninguno de los cuales quedará al albur de la beneficencia.

El desastre iniciado con Aznar, continuado por Zapatero y culminado por Rajoy, no puede, no debe quedar impune. El Partido Popular y el Partido Socialista Obrero Español, se han servido de la nobleza de la democracia, para dirimir sus cuitas partidistas, acaparando para sí poder y recursos. Se han infiltrado hasta el último recoveco de la sociedad para acabar contaminándola. No han dejado ni un guijarro que tamizar, eligiendo cuidadosamente todo aquello que pudiera ser de utilidad y provecho para el aparato del partido. Han declarado que los votos de los ciudadanos son de su propiedad. Presumen de no tener que rendir cuentas a nadie, excepto así mismos. Rebosantes de soberbia y cinismo, legislatura tras legislatura, han conformado un sistema de intereses políticos, culturales, económicos y financieros que, en nuestros días se están viniendo abajo, estrepitosamente.


-¡Al borde del abismo!- gritaron al unísono mil voces.


Sic transit gloria mundi. Y al final, ¡catacroc!.







dimarts, 19 de juny del 2012

QUID AGIS, EUROPA?.

La Unión Europea ha recibido con alivio el resultado de las elecciones celebradas en Grecia este pasado fin de semana. Los mercados, por el contrario, se muestran expectantes. La prima riesgo de España se sitúa, a primeras horas de la mañana del lunes, en los 550 puntos y subiendo. La satisfacción que expresan tanto la Unión como el Gobierno de España resulta, cuanto menos, precipitada. El resultado de las elecciones helenas, apenas ha influido en la estabilidad y sosiego de la zona Euro, que  continua convulsionada. Así pués, ¿qué está pasando?. ¿Qué hacer?.

Las respuestas a estas preguntas no las conocen ni tan solo los ministros de economía y finanzas de todos y cada uno de los gobiernos de la Unión. Ni siquiera los más prestigiosos economistas en ejercicio, ya sea en empresas públicas, privadas o de la docencia universitaria, pueden explicar con un mínimo de rigor y acierto, qué está ocurriendo y porqué. Por supuesto, la miríada de aficionados y probos aprendices de brujo que en nuestro tiempo nos atrevemos a opinar, aconsejar, proponer y recetar soluciones milagrosas con las cuales combatir y vencer la crisis económica que nos acosa, tampoco tenemos respuesta a las preguntas en cuestión.

Sí se observan algunas certezas incuestionables. Alemania no está dispuesta a seguir pagando la fiesta del sur de Europa. Razón por la cual aplica un severo control, con mano de hierro, sobre la política monetaria del Banco Central Europeo, su Bundesbank particular. Para beneficio de su propio sistema financiero, máximo acreedor de los paises presuntamente insolventes del sur de Europa. Impone ajustes, contención del déficits, reformas estructurales, etc... a su medida y conveniencia; no según las necesidades y posibilidades de los llamados PIGS. Por contra, ahora Grecia exige renegociar las draconianas condiciones del doble rescate sufrido, máxime después que desde España, muy satisfecha de si mismo y por boca de sus absurdos gobernantes, han calificado el suyo como "linea de crédito en condiciones muy ventajosas". Italia esconde sus propias debilidades y vergüenzas tras una manta de invisibilidad, más propia de Harry Potter que de unos gobernantes serios y formales. El primer ministro, Mario Monti, asesor de Goldman Sachs International durante el período en que esta empresa ayudó a ocultar el déficit público del Estado griego, recibe la benevolente complicidad de su tocayo y compatriota, Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo y cuyo curriculum vitae proclama, ufano, que entre 2002 y 2005 ejerció como vicepresidente para Europa y director general de.... ¡Goldman Sachs International!. Portugal e Irlanda, también levantan tímidamente la voz, pidiendo que la señora Merkel y por consiguiente la Comisión Europea, trate ambos paises de forma similar a España. Entretanto, desde la City de Londres, centro financiero mundial, prosiguen su incansable cruzada contra el Euro. Mediante análisis económicos pérfidamente insidiosos sobre los euro-paises; cuyas consecuencias no son otras que incentivar la especulación merced los grandes capitales financieros en permanente tocata y fuga, desde el sur hacia variopintos refugios financieros y recónditos paraísos fiscales, auténticos nidos de piratas, corsarios, bucaneros y filibusteros del siglo XXI. También utilizan la manipulación de la deuda soberana de los distintos estados, todos ellos en vías de acelerado empobrecimiento, para sustraer el último céntimo de sus vacías arcas. Actividades convenientemente orquestadas y bendecidas por las tres malditas marías. A saber: Standard & Poor's, Moody's y Fitch, agencias de rating, al servicio de los intereses financieros del Dolar y la Libra. Agencias de calificación que por cierto prefirieron permanecer con la boca cerrada antes que advertir de lo que nos venia encima. ¿Por ignorancia, por desidia o a sabiendas?. Tanto dá. Las tres alternativas les proporcionan pingües beneficios.

No es equivocado suponer que las consecuencias de las decisiones que están tomando los distintos protagonistas de la función, solo nos conducen al borde del abismo. Están llevando a países enteros a la ruina y con ellos a ciudadanos particulares, honrados y (si pueden) trabajadores, simples paganos de impuestos. El resultado previsible es el aumento de tensiones sociales, de huelgas y protestas, así como el acorralamiento, entre la espada y la pared, de millones de inocentes a los cuales agresivamente empujan hacia la última alternativa a su alcance: la legitima defensa. Incluso violenta. Y todo ello porque los políticos han renunciado a tomar decisiones puramente políticas en beneficio de los ciudadanos, para acabar actuando como simples títeres, en manos de perversos economicistas, al servicio del hiper-capitalismo salvaje y cuyo único objetivo es satisfacer los dictados financieros de vulgares Goldman, Standard, Fitch, Moody's y Mario's, ya sean Monti o Draghi.

Cuando estalló la crisis el año 2008, de infausta memoria, los gobernantes se entregaron en cuerpo y alma a los que la habian provocado. Goldman Sachs fué acusada por la SEC (U.S. Securities and Exchange Commission), de fraude por las hipotecas subprime. Así mismo, como se apunta anteriormente, se considera a Goldman uno de los actores principales en la ocultación del déficit público de Grecia. Todo ello en la goldman-época del inefable asesor Monti, cuya recompensa ha sido el nombramiento de Primer Ministro de Italia; y del entonces respetable vice-presidente Draghi que ejerce en la actualidad, como premio a su brillante trayectoria profesional, de presidente del Banco Central Europeo. Curiosamente, un ex-empleado de Lehman Brothers, director de la filial de este banco de inversión para España y Portugal -hasta llevarlo al absoluto fracaso-, es el actual responsable del Ministerio de Economía de España: Luis de Guindos. Pasó de gestionar la quiebra y bancarrota  de la entidad a causa, como no, de las subprime, hasta alcanzar el cielo del Ministerio de Economía español, en la volátil situación económica de nuestros días. Nos hallamos ante tres profesionales de trayectorias paralelas y singulares. ¡Todo un éxito, sin duda!. La gran pregunta es, ¿cuantas personalidades de similares características rigen los destinos de nuestra atribulada Europa en nuestros dias?.

¿El Mundo se ha vuelto loco?. Los directos responsables del desastre económico-financiero actual, ¿son los que resolverán la crisis?. ¡Jamás!. El supramundo de las altas y lúgubres finanzas, solo pretenden cobrar sus alocados préstamos y de paso seguir obteniendo plusvalías. Los inocentes ciudadanos somos honestos, confiados, fieles, pero no bobos. Puede que los gobiernos tengan deudas que pagar a los mercados. Pero no con nuestro dinero que además es escaso. No a cambio del estado de bienestar, seña de identidad de Europa y auténtico objetivo secreto a destruir, del capitalismo talibán. No para limpiar la mala imagen de aquellos que han estafado, engañado y arruinado a millones de familias, ahora al borde de la desesperación y marginalidad. No a cambio de soslayar impúdicamente los valores democráticos de nuestra sociedad. ¡Y que los mercados y los especuladores se vayan al diablo de una puñetera vez!.






dijous, 14 de juny del 2012

"MEMORIAL DE GREUGES". (y 2)


Me abstendré de mencionar la ingente labor desarrollada por magistrados, jueces, fiscales y abogados del Estado, en su interminable cruzada a favor del castellano y contra el catalán. Pero si criticaré fervientemente la cínica actitud del Partido Popular respecto la nefasta utilización política que hace de las lenguas catalana y castellana. Defienden el bilingüismo, siempre que lo practiquen los catalano-hablantes; por cierto, los únicos que por tradición histórica impuesta a sangre y fuego utilizan con desparpajo ambas lenguas. Recientemente, pretendían aprobar una moción parlamentaria, para obligar que el presidente de la Generalitat y su gobierno, alternen -normalizadamente- el catalán y el castellano en los actos públicos. La diputada conservadora, Maria José Garcia Cuevas, estricta monolingüe castellana, presentó la moción -por supuesto, en la lengua de Cervantes- para que el Gobierno así lo hiciera, como "un símbolo de cortesía con los castellano-hablantes". Es decir, para los "populares" hablar en catalán ante un español, resulta de mala educaciónAdemás, propuso eliminar el uso preferente del catalán en la administración pública. Como era previsible, la inmensa mayoría de parlamentarios han rechazado la propuesta, después de un acalorado debate entre acusaciones de provocadores, analfabetismo castellano, e inútiles, ociosas y absurdas apelaciones del Partido Popular al derecho de hablar en cualquier idioma oficial, sin que nadie  hubiera puesto en cuestión tal derecho. Aquellos que critican con amargura que los nacionalistas catalanes solo se preocupan de los asuntos identitarios y no se ocupan de los asuntos que sí importan a la gente, suelen utilizar con extraordinaria soltura el españolismo identitario -naturalmente no nacionalista- y el más impostado victimismo que haya existido, como irrefutables argumentos contra el catalanismo. Pues bien, tan solo han obtenido el tímido apoyo del minúsculo grupo parlamentario Ciudadanos, de Albert Rivera; eso sí, notablemente mosqueados con el partido conservador, puesto que son encarnizados rivales en estas cuestiones nacional-españolistas, típicamente lerrouxistas.


La perversa utilización política que hacen de las lenguas, ora el Partido Popular, ora Ciudadanos, es cuanto menos estrafalaria; pero también propicia y alienta la división y el enfrentamiento lingüístico en el seno de la sociedad catalana y por tanto, resulta enormemente peligrosa. Máxime si tenemos en cuenta la política lingüística que siguen los gobiernos autonómicos nacional-españolistas de las Islas Baleares y del País Valenciano, comunidades que comparten idioma propio con Catalunya; y ambas, para su desgracia, comparten también el partido de gobierno. El Partido Popular promueve la secesión lingüística y, consecuentemente, la negación de la unidad de la lengua catalana. Con argumentos que podrían ser fácilmente utilizables por gentes de su misma calaña, para postular la diferenciación entre el castellano del mexicano, argentino, peruano, etc.... En el País Valenciano, hacen oídos sordos ante el clamor de padres, alumnos y docentes que no tienen garantizado el derecho a recibir y dar la enseñanza en valenciano (catalán). Alrededor de 100.000 alumnos solicitaron la enseñanza en valenciano; el gobierno popular de la comunidad ignoró la reivindicación ciudadana, de la forma más ignominiosa. Por su parte, el ejecutivo balear suprimió el catalán como requisito en la función pública. Y con la pretensión de arrinconar el catalán en favor del castellano, asimismo decretó que los padres eligieran libremente la lengua en la enseñanza. Pensó que los ciudadanos se decantarían masivamente a favor del español. Cual no sería su sorpresa al comprobar que solo entre el 8% y el 10% de las familias eligieron el castellano como lengua vehicular. Previsiblemente, ya deben estar maquinando cualquier argucia legal para alcanzar el objetivo propuesto: acorralar y desterrar la "molesta lengua catalana" de las Islas Baleares (y del País Valenciano).

El memorial de agravios -memorial de greuges- catalanes se va incrementando día a día. El año 1885, el rey Alfonso XII (bisabuelo de Juan Carlos I) recibió de manos del prohombre catalán, Joaquim Rubió i Ors, la Memoria en defensa de los intereses morales y materiales de Cataluña. Se trataba de una serie de reivindicaciones políticas y económicas en respuesta a varias decisiones adoptadas desde Madrid, sobre convenios comerciales entre España y Reino Unido y los ímprobos intentos castellanos de unificación del derecho civil peninsular. Decisiones que resultaban claramente perjudiciales para Catalunya. Este Memorial de Greuges, fue la inspiración de las Bases de Manresa de 1892, que sentó los cimientos del catalanismo político vigente durante los últimos cien años. A partir de la histórica opresión ejercida por España sobre Catalunya, esta presenta el regionalismo como el movimiento que debiera regenerar el Estado Español, ofertando una reorganización del estado monárquico. Este catalanismo light, trufado de renuncias y auto-represiones, es el que ha fracasado en nuestro tiempo, con una rotundidad impensada por el redactor ponente del Memorial, Valentí Almirall. En definitiva, España no desea ser regenerada; y menos, por Catalunya.

El señor Mas y CiU intentan establecer una renovada relación con España, a partir del llamado Pacto Fiscal -concierto económico- para Catalunya. El señor Más, el gobierno de la Generalitat en pleno, todos los partidos políticos y coaliciones con representación parlamentaria y los ciudadanos catalanes en general, sabemos que nunca será aprobado, en los mismos términos y condiciones que disfrutan vascos y navarros. El Presidente del Gobierno de España, señor Rajoy, ya ha proclamado que "no ve que el pacto fiscal sea ahora importante ni prioritario". Tal vez, despues de la crisis, graciosamente se consiga una simple mejora de la situación fiscal actual, fruto de nuevas y unilaterales renuncias catalanas. Lo cual resultará muy alejado de un auténtico y revolucionario pacto fiscal tipo concierto, tan anhelado por Catalunya. Y una simple mejora resulta cuanto menos inaceptable. Por no decir ofensiva. De poco servirá para la justa consecución del concierto, que los empresarios de Círculo de Economía aplaudieran cálida y entusiásticamente la defensa que hizo el presidente Mas del soberanismo y del pacto fiscal, en las jornadas económicas celebrada recientemente en Sitges. No se tendrá en cuenta que más del 80% de los catalanes apoyan la soberanía fiscal que representa el pacto. Pesarán más los intereses, la voluntad y los partidismos egoístas de Partido Popular y Partido Socialista, clara y absolutamente minoritarios en Catalunya, que la apabullante mayoría de ciudadanos que sí lo apoyan. Ambas formaciones, niegan a los catalanes aquello que, imperturbables, defienden para vascos y navarros. Nos hallamos ante un nuevo hispano-agravio.

Entretanto, la Generalitat deberá seguir mendigando, por supuesto sin éxito, que el gobierno español pague lo que le adeuda. Implorará que el Estado apruebe la emisión de los llamados hispabonos, con el aval del Reino de España, para hacer frente a la refinanciación de 13.000 millones de €  de deuda catalana que vencen este año. Observará impávida que para la salvación del Euro, el gobierno español, la UE, el FMI, Merkel, Obama, todo el Mundo, se han movilizado para conseguir rescatar el sistema financiero español, contagiado de la podredumbre incrustada en la BANKIA del Partido Popular, con sede en Madrid (Caja Madrid) y en Valencia (Bancaja). Anteriormente, la opinión pública había experimentado una profunda desazón, ante los escándalos socialistas en Caja de Ahorros de Castilla la Mancha y el aeropuerto fantasma de Ciudad Real. Mientras, en Catalunya seguiremos recortando en sanidad, educación, bienestar social y salarios públicos. Si; seguiremos obligados a recortar nuevamente, puesto que los 100.000 millones de € que puede costar el rescate bancario, llevan parejos una serie de ineludibles condiciones y exigencias europeas, absolutamente prioritarias. A pesar que el señor Rajoy, eufórico, se empeñe en calificar de éxito haber "acordado una linea de crédito en inmejorables condiciones", lo que en realidad es un rescate financiero de España. Incuestionablemente, un rescate puro y duro. La revista Time, refiriéndose al gobierno, titula "tu dices tomate, yo digo rescate". La prensa internacional trata de forma irónica, condescendiente, la chulesca y ridícula altivez mostrada ante la supuesta "no petición" de ayuda financiera. A causa de esta absurda y trasnochada hidalguía que exhiben los mandatarios españoles -según Rajoy: "no me he sentido presionado, el que ha presionado soy yo"-, supongo que algunos ciudadanos españoles sienten vergüenza ajena. La élite madrileña no sabe lo que son virtudes como la humildad, sencillez, modestia o simplemente, mostrar sincera gratitud por la ayuda recibida. Las pretensiones, la soberbia, el desmesurado orgullo, ha sido la moneda al uso en el palco presidencial del Real Madrid, sede del club de la tragedia española. Lugar en que se hacen negocios, se pactan nombramientos "a cambio de...."; se elevan a los cielos  o se destierran a los infiernos cargos públicos, empresarios adictos al poder y políticos sin escrúpulos ni miramientos. En los últimos tiempos, es allí donde se ha decidido el destino de España y de los españoles. Después del tomate financiero, es precisamente en Madrid donde se ha puesto de manifiesto la impostura de la nomenclatura española político-económico-mediática. Este interminable engaño con apariencia de verdad, ha provocado el fracaso del modelo Madrid, frustrado centro del mundo mundial. Y a causa del centralismo patológico que padece la capital, ha arrastrado tras de sí a España entera. La nueva divisa en el escudo de armas de la flor y nata que rige los destinos hispanos, será a partir de ahora: "Nunca tan pocos causaron tanto daño a tantos inocentes".


El señor Artur Mas i Gabarro, debería tener en cuenta que "una Catalunya soberana sería el cuarto país en renta per cápita" del continente, según datos correspondientes a 2009 facilitados por Eurostat y publicitados por el Cercle Català de Negocis. Una Catalunya independiente resultaría económicamente viable, según opinión generalizada entre distinguidos economistas en ejercicio, o de la docencia universitaria, y también de distintas personalidades de proyección internacional, bien catalanes o bien extranjeros. Y además,  resulta evidente que los estados pequeños superan mucho mejor que los de mayor tamaño, las situaciones de crisis como la actual. Francamente, ante la implosión del modelo Madrid y la renovada acometida anti-catalana que se vislumbra en el horizonte, esgrimiendo como coartada las nuevas exigencias de la UE impuestas al Estado, ¿existe una opción mejor, para Catalunya y los catalanes, que la plena soberanía?. ¿No será la independencia la única alternativa válida de supervivencia?. No existe mejor opción. Es la única alternativa. Es una necesidad. La independencia. Acabemos de una vez  la interminable anotación de agravios en el "Memorial de Greuges"  de Catalunya. Y procedamos a cerrar la página española definitivamente.

    




dimarts, 12 de juny del 2012

"MEMORIAL DE GREUGES". (1)

Últimamente, determinada prensa peninsular ha incrementado las hostilidades contra Catalunya, mediante trastocados artículos periodísticos y furibundos comentarios políticos, expuestos públicamente con renovado descaro. En especial -pero no exclusivamente- desde los mass media conservadores, en manos de la derecha más ultra-españolista. Singularmente en publicaciones madrileñas de gran difusión, en variopintas tertulias de radio y TV y otros programas de opinión. Suelen argumentar sus simplistas análisis y supuestas informaciones, según afirman debidamente contrastados, como consecuencia y al amparo de la grave situación económica, financiera, política y social que padece España en la actualidad. Y que adquiere la máxima intensidad en Madrid, cuna del centralismo sociológico español, estrepitosamente fracasado en nuestros días. ¿Que mejor manera existe, para mantener  alta la moral de los compatriotas, si no es denunciar a supuestos enemigos externos, culpándolos de todos los males que corroen a la sociedad?. Esto permite, además, amagar las responsabilidades propias, así como disimular, e incluso ocultar las carencias, impotencias, errores y estupideces cometidas por los que gobiernan, no olvidemos, gracias a los votos recibidos de los ciudadanos. Quienes a su vez y en última instancia, son también responsables de los desmanes cometidos por los representantes democráticamente elegidos por ellos mismos.

Diríase que se está extendiendo la idea que Catalunya debe ser "expulsada" de España. ¿Porqué?. Muy sencillo. Acusan a Catalunya de acumular una deuda de más de 42.000 millones de €. Como sea que este año los vencimientos se acercan a los 13.000 millones, y los ingresos de la Comunidad son de apenas 17.000 millones (¿?), más 5.000 millones por transferencias del generoso Estado Español, afirman que Catalunya no podrá hacer frente a sus obligaciones, lo cual conduce irremediablemente a la quiebra real de la comunidad. En su opinión, apelar al tópico déficit fiscal catalán no sirve de nada, puesto que "se trata de una falacia nacionalista, fruto de las trampas económicas que Catalunya realiza contra España".

Vaya por delante que me declaro absolutamente dispuesto y a favor que Catalunya sea expulsada del Estado Español. Y si puede ser ayer, mejor que mañana. Cuanto antes. Me alegro que vean en ello la oportunidad del renacer de su nación. Puesto que, si realmente creen lo que dicen, ¿porqué aguantar la pesadez de Catalunya?.  ¿Porqué soportar el supuesto victimismo de los catalanes que, además, ponen en cuestión la sagrada unicidad de España?. Bromas aparte, los desvaríos nacionalistas españoles no pueden ocultar ni disimular la realidad, la verdad, a  Catalunya y a los catalanes. Y lo que representa para esta nación estar sometida a la voluntad e insoportables exigencias de España. En realidad, creo que este tipo de tonterías tan castizamente defendidas por las obsoletas élites madrileñas, no convencen a casi nadie en España. Hallaríamos múltiples argumentos válidos para rebatir las estupideces que propalan tales castas.


Por ejemplo: ¿Saben los españoles que durante el año  2011 las inversiones del Estado en Catalunya, aprobadas en los Presupuestos Generales, fueron 2.435 millones de €, de los cuales sólo se ejecutaron 865 millones, es decir, el 35,53%?. Algún listillo podrá aducir que en una situación de crisis,  es normal que no se pueda ejecutar todo lo presupuestado. Cierto.... si no fuera falso. La Intervención General de Estado despeja cualquier duda que pudiera existir al respecto. Aragón vio ejecutado el 120,28% de lo presupuestado; Madrid el 111,65% (1.509 millones presupuestados, 900 menos que Catalunya; 1685 ejecutados, doble que Catalunya); La Rioja, 108,26%; Navarra, 105,07%; Baleares, 104,20%. Por cierto, por detrás de Catalunya, no encontramos ninguna comunidad autónoma más. Como es habitual en las inversiones del Estado Español desde tiempos inmemoriales, los catalanes no sabemos que es el cumplimiento íntegro de la más importante ley debatida, enmendada y aprobada por el Congreso de los Diputados y el Senado, cada año: los sagrados Presupuestos Generales. Catalunya siempre resulta la última clasificada, entre todas las comunidades autónomas, en el listado territorializado de inversiones ejecutadas. Esta situación intentó ser corregida mediante la disposición adicional tercera del vigente Estatuto de Autonomía. A la vista está el cumplimiento y escasa utilidad de esta Ley Orgánica, tan española como los propios presupuestos. Desde la entrada en vigor del maltrecho Estatuto, España ha acumulado una deuda con Catalunya de casi 2.700 millones de € -diferencia entre lo aprobado y lo ejecutado-. Además, jamás se ha alcanzado el 19% de la inversión total del Estado, de acuerdo con el mandato estatutario. Este porcentaje equivalente a la participación de Catalunya en el PIB de España. Ni siquiera se acerca al porcentaje de población, 16% de catalanes, sobre el total del Estado. ¿Podemos considerar el trato de España a Catalunya, cuanto menos discriminatorio?. Rotundamente, sí. Estamos ante un escandaloso agravio, tan imperecedero como vergonzoso.

¿Quieren conocer los españoles otro ejemplo de lo que representa para los catalanes seguir unidos a España?. Ahí va. Según la memoria de la Agencia Tributaria, Catalunya es la comunidad autónoma en la que el Ministerio de Hacienda realiza mayor número de inspecciones fiscales en todo el Estado. El propio sindicato de inspectores de Hacienda GESTHA, cree que se trata de una situación de desigualdad manifiesta, ya que en Catalunya hay 260 inspectores más que en Madrid, a pesar de que se detectan menos casos de fraude fiscal. Entienden la existencia de mayor número de inspectores, puesto que hay más empresas. Pero no entienden que se recaude más en Catalunya (311 millones el año 2008), mientras que en Madrid, sede social de las mayores empresas del Estado, apenas recauda 155 millones. En definitiva, en Catalunya se realizan el doble de inspecciones fiscales que Madrid y seis veces más que Andalucía. El vicepresidente del sindicato, Josep Maria Mollinedo considera que las inspecciones están mal repartidas ya que se dedican más inspectores a los que menos defraudan. "Las grandes empresas con residencia fiscal en Madrid tienen unos despachos contables que no dejan rastro. En Catalunya existen más emprendedores. Y por lo que respecta a los inspectores, al haber más manos y más ojos, pueden descubrir más fraude". La pregunta que surge a continuación resulta evidente: ¿Porqué no aumenta el número de inspectores allí donde potencialmente existen mayores probabilidades de fraude, es decir, en Madrid?. ¿Será tal vez por culpa de la crisis?. ¡No!. Lo que pasa es que el Gobierno de España, del Partido Popular, confía ciegamente que la amnistía fiscal que recientemente ha decretado, por sí sola, resuelva la gran evasión que algunos optimistas-pesimistas cuantifican entre 80.000 y 100.000 millones de € para todo el Estado Español.

Podría seguir enumerando multitud de cifras, decisiones, estadísticas, todas ellas ejemplificadoras del coste que tiene para Catalunya la forzada unidad con España. Baste mencionar unas pocas más. Discriminación en las subvenciones para los discapacitados catalanes -50% inferior a la media estatal-; en las becas -16% estudiantes estatales, 10% becas del Estado-; casilla 0,7% de la declaración de Renta -aporta el 25%, recibe 11%-. Todo se resume en dos sencillas palabras: expolio fiscal. Desde siempre, Catalunya ha venido transfiriendo en un supuesto acto de solidaridad, entre el 8% y el 11%  de la riqueza que genera, como beneficio neto de España y perjuicio directo sobre los catalanes. Año tras año. Con bonanza económica y en tiempos de crisis. Concretamente, el año 2009 -último conocido-, 16.409 millones de € desaparecieron de los bolsillos catalanes rumbo a Madrid. 1.370 millones de € cada mes. 45 millones € al día. Es decir, 2.241 € por catalán. Catalunya ingresó en las arcas estatales 61.812 millones de €. Catalunya recibió de las arcas estatales 45.403 millones de €. Saldo a favor de España, 16.409 millones de €. Además de las cotizaciones de trabajadores y empresas catalanes, a la Seguridad Social. Recordemos que los vencimientos de la deuda catalana ascienden a 13.000 millones de €. Con el importe de un año de expolio, aun sobrarían 3.000 millones. Con tres años de expolio, se saldaría la deuda y sobrarían 5.000 millones de €.

¿Se ajusta a la realidad cuando un ciudadano catalán afirma que España le roba parte de su bienestar, en absoluto supérfulo, para beneficio de los españoles?. Por supuesto que sí. Gracias a ello, la mayoría de ciudadanos del Estado gozan de mayor bienestar que los catalanes. Resulta  absolutamente cierto el expolio. Y además, un ciudadano catalán no solo debe aguantar esta insostenible sustracción por parte de España. Y la pobreza que ello acarrea. También soporta la agresiva hostilidad de distintos estamentos del Estado español, hacia la cultura y la lengua catalanas.


dijous, 7 de juny del 2012

PROBADA INEPTITUD HISPANA.

Cuando una personalidad política efectúa variopintas declaraciones públicas, que admiten múltiples interpretaciones, cuyo contenido resulta carente de rigor, que son difusas y además realizadas en función de la conveniencia del receptor del mensaje, nos hallamos ante el presidente del Gobierno de España. Concretamente, en la actualidad se trata de Don Mariano Rajoy Brey, registrador de la propiedad, gallego, fumador de cigarros puros y de carácter flemático. Es decir, parsimonioso, cachazudo. Su arma preferida en la toma de decisiones consiste precisamente, en no tomarlas; en dejar que el paso de los días y las semanas arreglen espontáneamente los problemas. Diríase que el lema de su escudo de armas es "el tiempo lo cura todo". Sin embargo, el peligro que encierra adoptar esa actitud es que, a menudo, el tiempo lo pudre todo. Un hombre que goza de tales virtudes, tiene que estar necesariamente arropado en su entorno inmediato por personas predispuestas a descollar menos que él. Tienen que ser más mediocres y tan grises como el jefe, para permitir que figure como primus inter pares. La presidencia del ejecutivo español consolidó tal característica con la ascensión del señor José Luis Rodriguez Zapatero a tan alta magistratura. Un personaje patológicamente optimista y a la vez un redomado y empedernido fabulador socio-político, notablemente inverosímil que, ingenuamente, se creía capaz de aprender los secretos de la economía y las finanzas, estatales e internacionales, en dos tardes de lecciones intensivas. Sería terriblemente injusto no mencionar, también dentro de la nómina de mediocridades gubernamentales, a José Maria Aznar López, socio fundador del club al que pertenecen la pléyade de personajes políticos marcadamente anodinos, que se han esforzado sistemáticamente los últimos dieciséis años, con todo su leal saber y entender, en colocar el Estado Español en el sitio que ocupa en la actualidad: al pairo, aguantando los envites del temporal que amenaza con hacer zozobrar la galera española. Proa al oleaje, con poco trapo.

Los tres presidentes, Aznar, Zapatero y Rajoy, con menguado sentido de estado en su haber político, evidentes carencias culturales e idiomáticas y penurias en inteligencia política y emocional, son los culpables de haber propiciado que toda la población estatal reciba en el presente fuertes puñetazos por cuenta de los mercados, asfixiantes abrazos germánicos y elocuentes y sonoros bofetones de ominosos Comisarios europeos. Mercados, Merkel y Durao Barroso, ejecutores de una supuesta representatividad jamás delegada por los ciudadanos del Estado, los cuales impávidamente resisten abusos, injusticias y trapicheos mil. Y todo ello, por el bien de la patria, sea española, europea o incluso -y sobretodo- por el bien de la patria del dinero.

Los gobiernos del hidalgo Aznar ( arquetipo de castellano rancio), favorecieron lo que más tarde acabaría siendo una enorme burbuja inmobiliaria. Liberalización absoluta del suelo; legislación urbanística laxa; usurpación del paisaje, del medio ambiente y del equilibrio ecológico; favoritismo hacia las grandes, medianas y pequeñas empresas constructoras; privatización de empresas públicas a favor de amigos y conocidos. Estas fueron algunas de las características que inspiraron los gobiernos populares. Propiciaron que los ayuntamientos se financiaran gracias a la especulación y recalificación del suelo y con promociones urbanísticas, con el único sentido económico del enriquecimiento desmesurado de los promotores. Igual que muchas de las inversiones en obra pública manifiestamente antieconómicas, promovidas y ejecutadas por aquellos ineptos, pero espabilados lazarillos aprendices de brujo. Lo cual enriqueció a unos pocos. Y enredó a otros muchos en la tela de araña que unos personajes desalmados, avariciosos y usureros iban tejiendo a su alrededor. También fue en este tiempo cuando se inició la agresiva política descaradamente nacional-españolista y profundamente desleal con las comunidades autónomas. Ciertamente, la hostilidad hacia Catalunya, adquiere durante los gobiernos de Aznar los impulsos más notorios, especialmente con la utilización del disolvente café para todos, insidiosamente promovido y extendido en aquellos días. También desarrolló una política internacional cargada de pretensiones económicas neo-coloniales con América Latina, actuando así mismo como un ridículo y arrogante conquistador de tiempos pasados, quijotesco comparsa de EE.UU y sus pulsiones bélicas. Estas políticas aznaristas  favorecieron el incremento de la corrupción en empresas, instituciones, formaciones políticas y en general, de múltiples y variados arribistas. Debilitó y desreguló la economía en el ámbito privado. Y fundamentalmente público, sector que prácticamente desapareció a favor de los afines. Fue este trasvase de funcionarios -antiguos colegas del presidente-, arribados a la empresa privada a través de convulsas privatizaciones de empresas públicas (siguiendo el modelo ruso), lo que debilitó la musculatura de los emprendedores (privados) españoles. Y también puso las bases que dieron lugar al fortalecimiento de la renovada y menguada casta dirigente española de origen madrileño; aquella que se cita en el  palco presidencial del Santiago Bernabeu, cuna del Real Madrid; y donde hace y deshace negocios e intercambia cromos e influencias. Alea iacta est. También despertó los anhelos soberanistas de los catalanes, alertados ante la arrogancia y avasallamiento mostrados por Aznar y los suyos. Las consecuencias de estas señas de identidad tan populares, esto es, corrupción, hostilidad autonómica, precariedad, insolvencia y pedantería económica e indisimulada arrogancia en política interna e internacional, se han prolongado y acentuado hasta nuestros días.

¡Que decir del Presidente Zapatero!. Destacar, una vez más, la inconsistencia ideológica, la falta de credibilidad y un optimismo exacerbado y enfermizo, que le ha mantenido muy alejado de la realidad. En el ejercicio de su magistratura, desarrolló un discurso notablemente vacuo, superficial, nimio. Naif en definitiva. Era capaz de prometer cosas a todo el mundo, aunque incurriera en flagrantes contradicciones y por tanto, frecuentemente incumplía los compromisos y las palabras dadas por doquier y a todo quisque. Y tal vez lo más grave es que su mal resultó contagioso. Prácticamente afectó a todos sus ministros, al aparato del partido y se extendió a buena parte de los militantes de base socialistas, que supuestamente eran de izquierdas. Capaz de comprometerse con el texto del "Estatuto que apruebe el Parlamento de Catalunya", acabó incumpliendo desvergonzadamente el pacto establecido -¡motu proprio!- con el pueblo catalán. Pasó de la negación de la crisis económica, a traicionar sus propios principios socialdemócratas, sustituyéndolos por la ortodoxia más recalcitrantemente liberal-conservadora existente, de clara influencia franco-alemana. Esta dispersión ideológica fue una constante en él. Especialmente durante su segunda legislatura. La actitud inicial de Zapatero respecto la virulencia de la crisis económica mundial que ya  azotaba al Estado, conllevó la pérdida de muchos meses durante los cuales no se adoptaron las medidas, ni se tomaron las decisiones, que hubieran  podido amortiguar la nefasta intensidad que posteriormente adquiriría. Virulencia e intensidad que se han prolongado y acentuado en nuestros días, hasta colocar a todo el Estado Español al borde del abismo.


En la actualidad, Mariano Rajoy ciertamente ha heredado una realidad complicada. Los problemas que se han prolongado y acentuado en nuestros días, es decir, el estallido de la burbuja inmobiliaria -de orígenes aznaristas-; el revisionismo autonómico y especialmente la hostilidad contra Catalunya, culpabilizando a las comunidades de ser causantes de déficit, desmanes, despilfarros, en definitiva, ser la encarnación de todos los males; la acentuación de la crisis económico-financiera y consecuentemente el progresivo aumento del desempleo; el estallido del caso BANKIA, cuya onda expansiva alcanza y convulsiona al resto del sistema financiero del Estado. Todos estos problemas y otros no mencionados, requieren de gobernantes sólidos, osados, de firmes convicciones y principios, inteligentes. Capaces y predispuestos a enfrentarse a las dificultades, y como mínimo intentar vencerlas. Es lo menos que puede exigirse a un buen gobierno. Pero para desgracia de los ciudadanos de este maltrecho Estado, no tienen un protagonista adecuado en Mariano Rajoy y sus ministros, incapaces -por ineptitud- de liderar el camino que nos conduzca hacia la luz del final de túnel, objetivo que aún resulta inimaginable. Cuando los votantes de un país eligen a políticos mediocres, fútiles y arrogantes, devienen como ellos, es decir, como un pobre y mediocre país, a merced de los incontrolados avatares de la Historia. Y en tales circunstancias los ciudadanos, o reaccionan, o se hunden. Esta es la elección que deben efectuar los españoles. Los catalanes ya hemos elegido: independencia.


        

dilluns, 4 de juny del 2012

"MAREAR LA PERDIZ", O "IR AL GRANO"

Todo el mundo conoce el significado de la expresión "marear la perdiz". Equivale justamente a lo contrario de "ir al grano". Es precisamente marear la perdiz lo que están haciendo las fuerzas políticas con representación en el Parlamento de Catalunya. Concretamente parecen dispuestas, todas ellas, a perder el tiempo inútilmente con la excusa de buscar un amplio consenso sobre pacto fiscal impulsado por el Gobierno catalán y la coalición que lo sustenta. Pero puede ser que no exista tal comunión ni siquiera en  el seno de la propia CiU. Existen serias dudas que los dos miembros de la coalición gubernamental defiendan inequívocamente la propuesta del señor Mas. Oyendo al líder de Unió, diríase que está más próximo a los postulados socialistas, incluso populares, que de Convergència; partido que impulsa el cambio total del fracasado sistema de financiación surgido al albur del "lofcado" café para todos.

Concretamente, el Partido Popular aprovecha la mínima ocasión que tiene para manifestarse ostensiblemente distante sobre el pacto en cuestión, afirmando que ni es importante, ni prioritario. El presidente del Gobierno de España, en la clausura de la 28ª reunión del Circulo de Economía celebrada en Sitges, a preguntas sobre el tema, ha asegurado que "en estos momentos hemos de concentrar el cien por cien de nuestros esfuerzos en lo más importante, en lo que es prioritario". Con el porte propio de un auténtico hidalgo castellano -aun siendo gallego-, ha despachado el asunto en un plis-plas. No consta que los presentes aplaudieran a rabiar, como sí habían hecho la jornada anterior ante la defensa que Artur Mas había hecho del soberanismo que caracteriza su actual proyecto político.

No anda a la zaga Alicia Sánchez-Camacho en fustigar el pretendido concierto económico catalán. Continuamente advierte y amenaza de la necesidad que el Partido Popular participe (y sea determinante) en el consenso político sobre este tema. Por ello, defiende que el sistema de financiación catalán permanezca dentro de la LOFCA y no implique ni hacienda propia, ni el control exclusivo por la Generalitat de la llave de la caja. En definitiva, aboga por una simple mejora del sistema  actual, por más que haya fracasado estrepitosamente. Y exige que se posponga la aplicación para después de la crisis -"no podemos repartir miseria", proclama-. Por contra, los conservadores pretenden que los ciudadanos catalanes sigan empobreciéndose año tras año, para así continuar siendo generosa, forzosa e indefinidamente solidarios con España. Sus irrefutables argumentos coercitivos son: ser la notoriamente minoritaria tercera formación política con representación en el Parlament de Catalunya; pero poseer la arrolladora mayoría absoluta en el español. Y los catalanes, si no tragan, que se aguanten.

Tres cuartos de lo mismo busca el PSC, con su propuesta de pacto fiscal, tan descafeinado como también lo está el Titulo VIII de la Constitución Española. "Que todo cambie para que todo siga igual", porfían incansablemente los otrora progresistas. Los atribulados y desconcertados socialistas ofrecen un modelo con la hacienda compartida -con Madrid-, una llave de la caja en manos de Catalunya y España al unísono, y una relación con el Gobierno del Estado a través de la esencial (para España) LOFCA; aceptando, graciosa e irrelevantemente, que sea una relación de tu a tu. Es decir, una garbosa y jocosa relación Catalunya-España, que resulte una auténtica e inocua bufonada.

Ambas formaciones españolistas aceptan, grosso modo, una mejora en la financiación, pero rechazan contundentemente un concierto económico similar al del País Vasco y Navarra. En una pirueta ciertamente incomprensible para la ciudadanía catalana, niegan ostentosamente a Catalunya, lo que defienden apasionadamente para vascos y navarros. La pregunta es, ¿porqué?. ¿Tal vez porqué España no está dispuesta a renunciar a lo que el político vasco, Iñaki Anasagasti califica como la vaca lechera (Catalunya) de España?.

El Pacto Fiscal a semejanza del Concierto vasco y navarro que propugna el M.H.S. Artur Mas i Gabarró no verá la luz, porqué conservadores y socialistas no quieren que España pierda el control financiero de los dividendos gratuitamente sustraídos a Catalunya, última colonia del periclitado Imperio Español. A lo sumo, permitirá un mero apaño del modelo actual; y gastará toda su energía en publicitarlo como el mejor modelo de financiación logrado por Catalunya. Cantinela repetida hasta el fin de los días, una y otra vez, por tirios y troyanos. El sometimiento de Catalunya es el auténtico oscuro objeto del deseo promovido por el nacionalismo hispano, compartido transversalmente por ambas formaciones, bien en calidad de centralismo, o como jacobinismo. Este fundamento patrimonialista que tienen de la realidad catalana, excluye cualquier posibilidad de consenso dentro de Catalunya. Para ambas formaciones, su prioridad es el bien y prosperidad de España y de los españoles; y para conseguirlo están dispuestas a todo. Pondrán tal cúmulo de exigencias, de condiciones, de trabas, que harán imposible un acuerdo mínimamente aceptable y justo para los ciudadanos catalanes. De nada servirá al Presidente de la Generalitat el apoyo cosechado y los aplausos recibidos del público, en la 28ª reunión del Circulo de Economía. Los asistentes eran empresarios catalanes, políticos y académicos invitados. El presidente de la entidad convocante, Josep Piqué, ex-ministro del gobierno Aznar, intentó que la deferencia mostrada hacia el discurso del señor Mas, fuera a la vez cálido y contenido. Por ello preguntó si "la indefinición soberanista y expresiones como choque de trenes o territorios desconocidos" podían afectar la credibilidad y el "rating" de Catalunya. A pesar de este burdo intento de reconvenir a base de utilizar el miedo (actitud propia de la Santa Alianza), por lo demás frustrado, los asistentes prorrumpieron en un sonoro aplauso ante la defensa del soberanismo contemplado en el proyecto político expuesto por el señor Mas. Este se preguntó a su vez: "¿quien no habla de soberanía?. Si todos hablan, nosotros también podemos hablar. Una gran parte de los debates en Europa son sobre soberanía". Añadió que "este debate está en todos los ámbitos y lo estará siempre. En el fondo es un debate de capacidad de decisión dentro de un proyecto europeo que tenemos muy claro". Aseguró que están dispuestos a ceder una gran parte de la soberanía a Europa en defensa del proyecto en común, pero "a partir de aquí, el resto la queremos toda (la soberanía) o toda la que podamos. Y esto no se si es un capricho o un pecado soberanista, pero es nuestro proyecto". Es aquí cuando los asistentes prorrumpieron en un cálido y sonoro aplauso.

Resulta revelador que aquellos que hasta hace poco no querían siquiera relacionar soberanía y Catalunya, en el presente aplauden con sincera calidez a un político que hable con normalidad sobre ello. ¿Será como consecuencia del cambio generalizado de paradigma que se ha producido en el seno de la sociedad catalana?. Rotundamente, sí. Pero tal circunstancia no es reconocida por el Partido Popular y por el Partido Socialista. Y nunca lo será. La razón de ello es que no forman parte de la centralidad catalanista. Viven inmersos en su propia burbuja extraterrestre, ajenos a la realidad ciudadana. Las deudas y la fidelidad que tienen con España les impide actuar a favor de los catalanes. Cualquier consigna pro-española que pueda dictarse desde Ferraz  y Génova, prevalece sobre los intereses de Catalunya. En tales circunstancias, la mejor manera que tienen de boicotear los anhelos financieros catalanes, es reclamar un consenso imposible. Salvo que las renuncias sean tales, que todo quede en un diluido acuerdo de mínimos, por supuesto bajo un consenso de máximos.

El M.H.S. Artur Mas i Gabarró debería ir al grano, de una puñetera vez. Que el Partido Popular y el Partido Socialista sigan mareando la perdiz, si es de su agrado. Pero los ciudadanos catalanes, hartos del café para todos, de la hidalguía castellana y de sus incongruentes prioridades, y cansados de ser como una exhausta vaca lechera, seca y famélica en manos de España, hemos optado por la plena soberanía, por la necesaria independencia. La verdad, poco nos importa ya la opinión de tirios y troyanos. Que la Santa Alianza descanse en paz. Y Catalunya, en la gloria. Amén.




divendres, 1 de juny del 2012

"NO HAY DINERO"...."EL FINAL DE UNA ODIOSA ENEMISTAD".

"No hay dinero". Esta es la recurrente frase preferida de Cristóbal Montoro, jienense, economista y alucinante Ministro de Hacienda del Gobierno de España. Frase que podría matizar y completar con  un sonoro "... para ti, Catalunya". O disculpándose, diciendo "quiero, pero no puedo". Rizando el rizo, podría añadir, "en esta situación de crisis, no hay alternativa". Excusas, falacias, simplezas. Este afectado catedrático, reciclado como Ministro, de semblante severo, escaso glamour, notablemente impertinente y con aires de sobrada suficiencia, ha tenido a bien obsequiarnos con algunas perlas oratorias dignas de ser tenidas en cuenta por aquellos ciudadanos que gusten de mensajes pletóricos de vacuidad y rebosantes de estulticia. Con todo, pasa por ser uno de los más destacados ministros, en un gobierno de hombres y mujeres prodigiosamente mediocres. Un Gobierno de España, profundamente gris y terriblemente incapaz. Vencido, superado por los acontecimientos, en definitiva.

Cuando se refiere a subir los impuestos, lo hace de la siguiente guisa: "va a cambiar la ponderación del sistema impositivo". Disfraza los mensajes que puedan resultar molestos, o sonar injustos a oidos de los ciudadanos, con anuncios de incremento de la presión fiscal de forma "no inequitativa" (supongo que se refiere a "equitativa"), para poder alcanzar el techo de déficit impuesto por la U.E. En un alarde de erudición, después de admitir una subida impositiva, recurrió a una cita atribuida a Benjamin Franklin: "en este mundo no se puede estar seguro de nada, salvo de la muerte y de los impuestos". Es decir, equiparó los impuestos con la muerte, como figuras insoslayables. La paradoja se halla en que ha sido el gobierno del señor Rajoy el impulsor de la amnistía fiscal a los poderosos, es decir, a los que sí pueden esquivar (por evasión) los impuestos. Después del perdón tributario, los evasores alcanzarán el paraíso. Y si les damos tiempo, incluso serán capaces de soslayar la parca.


Recientemente, en un intento cínicamente conciliador con las Comunidades, el señor Montoro se ha lamentado que los Presupuestos Generales del Estado incumplan las disposiciones de los Estatutos de Autonomía -del catalán y sus copias- con la siguiente parrafada: "Estos presupuestos están marcados por la austeridad y el rigor. Son los que necesita España. Reducir las inversiones no es agradable, pero prima la reducción del déficit. Se ha de renunciar a gastar. Nuestra voluntad es cumplir con los estatutos, pero no hay dinero, señorías, no hay dinero". No hay dinero para cumplir la ley y pagar las deudas a los catalanes, pero si para invertir alegremente en la red ferroviaria de Alta Velocidad para Extremadura y Galicia -casi 1.200 millones de €, según los presupuestos de 2012-. Se soslaya la inversión del corredor Mediterráneo -vital para las exportaciones catalanas y valencianas-, pero siguen apostando por unas lineas de ferrocarril anti-económicas, supérfulas y perfectamente prescindibles, como son la Alta Velocidad. ¿Que prioridades inspiran la inversión en infraestructuras a los gobernantes españoles?. ¿Las puramente clientelares, las que ayudan a la cohesión nacional española o las auténticamente necesarias?. ¿Son estos el rigor y la austeridad pomposamente anunciados por el catedrático Montoro?.

El Gobierno de España, ya sea conservador o supuestamente progresista, siempre muestra gran "deferencia" a los intereses de los catalanes. Véase sino las obras públicas ejecutadas el año pasado. Concretamente el 7,1%, frente el 15,2% presupuestado por el gobierno socialista. Recordemos que la ley marca que el mínimo invertido debería haber sido del 19% del PIB, según la disposición adicional tercera del inoperante -por irrelevante- Estatuto Catalán. Naturalmente, los presupuestos del año 2012 contemplan una inversión equivalente al 11,1%, notablemente inferior. Naturalmente, estos mismos presupuestos apenas recogen la inversión (auspiciada por la UE) en el corredor Mediterráneo. Naturalmente, el nefasto ejecutivo español ha incumplido los convenios firmados en 2005 y 2006 para invertir (hasta 2012) en la red viaria y ferroviaria catalana, por importe de 2.510 millones y 2.360 millones respectivamente, de los cuales solo se han licitado 706 y 701 millones. Naturalmente, todo ello en Euros (aunque dá igual); lo que representa apenas el 28% de lo comprometido por el austero y riguroso Gobierno de España.

Quien leyendo estas líneas, ingenuamente deduzca que el Ministro Montoro tiene razón cuando afirma que no hay dinero y por tanto, es lógico e incluso aceptable que incumpla leyes, sentencias, compromisos y acuerdos, debería intentar explicarse así mismo porqué el Estado español paga un 50% menos a los discapacitados catalanes que a los de otros territorios. Por ejemplo, un discapacitado catalán recibirá del Gobierno español 2.197 €. Mientras, en el otro extremo, un gallego recibirá 10.637 €; un canario 9.946 €; o un murciano 6.396 €. Además, el Gobierno Rajoy incumple, nuevamente, la normativa estatal que obliga a subvencionar el 50% de los salarios -mínimo interprofesional- devengados para conseguir la inserción social merced el derecho al trabajo de los discapacitados. No contento con ello, el Gobierno de España afirma que "no es razonable" la territorialización del 0,7% del IRPF de la declaración de la renta, a pesar que una reciente sentencia del Tribunal Supremo (españolisimo donde los haya) sostiene justamente lo contrario: es absolutamente razonable. El Alto Tribunal atendió la demanda presentada ante la evidencia de lo irracional que resulta el hecho que, siendo Catalunya pagana por el 16% de la población del Estado, aportando el 25% del total estatal -260 millones € en el año 2011-, solo haya recibido 29 millones de € el curso pasado, es decir, el 11%. ¿Es todo ello razonable?. ¿Es riguroso?. ¿Es justo?. ¿Se trata de austeridad?. ¡Por Dios bendito! ¿No es, acaso, absolutamente mezquino y ruin el comportamiento del glorioso Gobierno de España?.

Si hay dinero para proseguir la apasionante aventura de los ostentosamente innecesarios AVE's, con origen y final en Madrid, y cincuenta destinos estatales diferentes, uno por provincia. También para salvar a BANKIA, taponando una sangría financiera que día a día aumenta en progresión geométrica. Por cierto, Mario Draghi, presidente del BCE, ha sacado los colores al gobierno de España porque considera que ha actuado "de la peor manera posible", en el escandaloso rescate de BANKIA. Tampoco podemos olvidar los futuros Juegos Olímpicos en Madrid, cuya única pretensión, además de emular a Barcelona, consiste en saldar la deuda municipal de la ciudad, con cargo a todos los ciudadanos del Estado. No importa la crisis, si se trata de seguir subvencionando generosamente la fiesta de los toros, los museos españoles y academias nacionales -de la lengua, historia...- con sede madrileña, o seguir aumentando indefinidamente el presupuesto de Defensa. Carece de importancia que el presidente del Consejo General del Poder Judicial, señor Divar, eliga hoteles en la Costa del Sol de cuatro estrellas (¡que no de lujo!, dice) para asuntos supuestamente profesionales,  durante múltiples e inacabables fines de semana -de cuatro o cinco días-, con cargo a los presupuestos de tan noble institución. Por no mencionar la sostenida sustracción de los bolsillos catalanes, de más de 15.000 millones de €, ¡año tras año, incluso en tiempos de crisis!. Nada de todo ello resulta vergonzoso, ni despierta la mínima autocrítica, ni mueve a la reflexión, de políticos, funcionarios, prebostes varios y trasnochados y henchidos hidalgos españoles.

Para ser austeros, rigurosos y ruines, siempre  tendremos Catalunya. Por todo lo anterior, rememoro con ternura el final de la película "Casablanca", en que Rick dice, "Louis, presiento que este es el comienzo de una gran amistad". No se me ocurre mejor despedida que "Mariano, presiento que este es el final de una odiosa enemistad".