Catalunya no es España. Esta frase resume con gran exactitud la realidad de los sentimientos que abrigamos muchos catalanes. Los españoles no aceptan en absoluto lo que expresa este eslogan, que en versión inglesa permite proyectar internacionalmente el mensaje con claridad, contundencia y concisión. Catalonia is not Spain, tiene la misma significación que la célebre declaración efectuada por el maestro Pau Casals en sede de Naciones Unidas el 24 de octubre de 1.971: "I am a catalan!".
Como es sabido, nos hallamos en plena antesala de la campaña electoral. La intensidad que los partidos políticos utilizan en sus consignas y mensajes propagandísticos, solo es comparable al grado de desasosiego que muestran algunos candidatos, atenazados por las evidencias que se acumulan ante sus atónitos ojos. Tal es el caso de Jorge Fernandez Díaz, cabeza de lista por Barcelona del Partido Popular, el cual sufre en sus propias carnes la intensa deriva soberanista que se respira entre la mayoría de ciudadanos de Catalunya. Consecuentemente, sus mensajes están trufados de consignas pro-unionistas, que pretenden contrarrestar la magnitud de la tragedia que se avecina ante el incierto futuro de España a causa de la fortaleza del catalanismo independentista. Pero entre los atributos del señor Fernandez no se hallan precisamente dotes de seducción suficientes como para lograr neutralizar los deseos mayoritarios del soberanismo, por lo que intenta trasmitir un mensaje supuestamente amistoso, a la búsqueda de una complicidad que, para su desgracia solo hallará entre los votantes españolistas más recalcitrantes. "Catalunya no saldrá de la crisis sin España". Este mensaje intenta transmitirnos la idea que solo con España será posible superar la crisis. Más allá de esta simpleza, los ciudadanos catalanes, al mostrarnos tan convencidos de nuestra capacidad para superar los avatares económicos que sufrimos, con nuestro propio y único esfuerzo, podemos interpretar que solo se nos permitirá salir de la crisis si arrastramos, cual pesada bola de presos, a España tras nosotros; parece más una amenaza que no una invitación a la superación de la situación actual. También asegura que ofrece la mano extendida a Catalunya. Suena a declaración de intenciones voluntariosa; pero, en realidad poner la mano, ¿tal vez para aumentar la magnitud del expolio fiscal al que estamos sometidos todos los ciudadanos?. Además, el señor Fernandez Díaz es contrario al pacto fiscal propuesto por CiU, pues cree que sería "un pacto para repartir miseria". Como puede verse, el candidato popular ha extendido la mano para abofetear sonoramente el rostro del señor Más, con la negativa al pacto fiscal el cual, supuestamente, debería colmar las necesidades financieras de la maltrecha Catalunya, según CiU. También nos acusa indirectamente de repartir miseria, pues no reconoce que los ciudadanos catalanes aportamos al bienestar de España lo suficiente como para que esta pueda seguir malgastando con absoluta impunidad nuestros recursos, a costa del bienestar y desarrollo económico de los ciudadanos catalanes.
Ha ocurrido también en esta precampaña, que el señor Durán y LLeida, candidato de CiU, ha osado mencionar el PER, atribuyéndole la condición de subsidio perverso para los campesinos, que desmotiva el trabajo y alimenta la pereza y el voto cautivo de los supuestos beneficiarios. No es la primera vez que el señor Durán critica esta prestación, si bien sus palabras no habían alcanzado nunca la contundencia y re-difusión como ahora lo han hecho. Concretamente ha manifestado: "Los campesinos reciben un PER para pasar una mañana o toda la jornada en el bar del pueblo". Como es lógico, políticos de derechas e izquierdas españoles, medios periodísticos, no sólo la caverna mediática, y reputados tertulianos, se han lanzado a degüello sobre el candidato democristiano. Exigen que se humille y autoflagele, se disculpe y entone un sonoro mea culpa para alcanzar la misericordia hispana, sólo por decir lo que la mayoría de ciudadanos, catalanes y españoles, sabemos que ocurre con las peonadas, que no son otra cosa que abusos y corruptelas sin fin. El señor Durán fue tal vez excesivamente duro en sus declaraciones, pero la afirmación de fondo es cierta. Y no tienen ni punto de comparación con la efectuada por la Consejera de Bienestar andaluza, quién afirmó: mientras Catalunya recorta en residencias de ancianos, Andalucía a los ancianos se les ponen suites. Se permitió pavonearse de lo bien que tratan a los mayores andaluces, mientras que la miseria alcanza a los catalanes. Independientemente que los recortes, a día de hoy, no afectan a las residencias de ancianos catalanas, ¿esta señora consejera no puede reconocer, al menos, que si en su comunidad no existen recortes y les sobra estado del bienestar, es precisamente a causa de los fondos que los ciudadanos catalanes aportan a la caja común del Estado obligatoriamente, en beneficio de Andalucía y otras comunidades?. La llamada solidaridad española sirve, entre otras cosas, para que el PER sea viable, para inflar la burocracia y los funcionarios en Andalucía, Extremadura, Castilla, etc... ¡Y todo nace por el falso concepto de solidaridad obligatoria española!; es decir, quitar el dinero a los otrora ricos, por ejemplo los catalanes, y entregarlo a las comunidades españolas atrasadas, que en treinta años de recibir cuantiosos fondos, europeos y catalanes, gozan de unos dirigentes tan inútiles como para que no hayan avanzado nada en la autosuficiencia fiscal, ni apenas en desarrollo económico-social que, sin duda, merecen los andaluces.
No anda muy lejos la señora Chacón, atildada candidata socialista por la circunscripción de Barcelona, en declaraciones que podríamos definir, cuanto menos, de osadamente trasnochadas. El PSC, en su persistente y absurda cruzada pro-unionistaperomenos, se ha inventado el llamado Pacto Fiscal Federal, en contraposición al impulsado por el señor Más. La única pretensión de los socialistas es facilitar la pertinente coartada política al partido madre español, el PSOE, que niega y combate la propuesta convergente de cuasi-concierto, a semejanza del vasco en resultados finales. La señora Chacón vuelve a esgrimir la imposible idea de federalismo, siendo conocido que si algo distingue al socialismo hispano, es precisamente el jacobinismo indisimuladamente centralista que exhibe; además, ignora los fundamentos socialistas clásicos, arrinconados a favor del neoliberalismo que practica y tan del agrado resulta a los pretendidamente progresistas españoles del presente. El Pacto Fiscal Federal viene a ser parecido a lo que yo me atreví a bautizar como Pacto Fiscal Solidario, con "cupo negativo", cuyo objetivo es mantener "ad infinitum" el llamado café para todos, esto sí, convenientemente descafeinado y, por supuesto, dentro de la LOFCA y bajo la autoridad del Consejo de Política Fiscal y Financiera de las Comunidades Autónomas.
Visto el historial del PSC, no es muy comprensible que los votantes de la izquierda catalana entreguen su voto a un partido que en la actualidad ni es federal, ni es socialista y mucho menos obrerista y que practica un catalanismo tan invisible, tan irrelevante que, en realidad, diríase se trata de españcatalismo, es decir, "ni carne ni pescado".
En cuanto al señor Fernandez Diaz y el Partido Popular, el supuesto bonismo pseudo-catalán que abrazan en tiempos de elecciones, solo demuestra la hipocresía y el cinismo que derrochan cuando se encuentran tan cerca de alcanzar el poder. No desperdician ningún argumento, por falaz que sea, ningún eslogan electoral, practican el más ignominioso populismo, retuercen y manipulan ideologías, conceptos y palabras; con tal de lograr hacerse con el poder político, son capaces de engañar y mentir hasta la saciedad. ¿Acaso creen que no recordamos los actos populares, profundamente hostiles practicados contra Catalunya estos últimos años?. Por ejemplo, respecto del Estatuto catalán, o todo lo acontecido entorno al Tribunal Constitucional; les hemos visto practicar el agresivo nacionalismo español -lo único auténtico que tienen- contra la lengua catalana, en Catalunya, en el País Valenciano, en las Islas Baleares y en la Franja. Hemos visto a la señora Sanchez Camacho utilizar ignominiosamente a su propio hijo en defensa de un falso bilingüismo y contra el catalán como única lengua vehicular en la escuela. Oímos el mensaje xenófobo lanzado por el señor Garcia Albiol y el inequívoco apoyo del PP a estas manifestaciones que rozan el racismo. Conocemos la opinión que le merece al señor Aznar, conceptos tales como autonomía, fractura social, cohesión política, nacionalismo -no español-, etc... El inefable señor Aznar declara en el documental Spains secret conflict: "no existe el nacionalismo español; lo que existe es un sentimiento nacional español muy fuerte". Es como decir, no existe el integrismo en Irán; lo que existe es un sentimiento religioso muy fuerte. ¡Pamplinas!. Es increíble como alguien que ha ostentado tan altas responsabilidades políticas, pueda decir tales burradas. Este tipo de veleidades son propias del Partido Popular. No merecen ser tenidos en cuenta como alternativa de poder creíbles. La actitud de los conservadores frente la crisis económica que azota a todo el Estado, puede ser considerada como rácana, miserable, ruin. No han hecho absolutamente nada para ayudar al gobierno -de su propio país, España- para salir de la sima económica en que se encuentra. Sus exacerbadas críticas no han aportado nada positivo. La falta de propuestas alternativas ha sido clamorosa. Y la arrogancia que están mostrando ahora, en la antesala del hundimiento electoral socialista, no solo resulta irritante, además es obscena. Alcanzarán el poder debido al fracaso de sus contrincantes, no por méritos propios. ¿Es esto lo que les llena de satisfacción, de orgullo?.
Catalonia is not Spain. I am a catalan. Este es el triunfo de Catalunya y los catalanes. No solo no nos sentimos españoles, es que estamos cada día más lejos de la España que ellos quieren, propalan y defienden. De nada servirá aglutinar el voto españolista que existe en Catalunya, entorno a conservadores o socialistas. El PPSOE ya ha fracasado entre la mayoría de votantes catalanes, pues tenemos la certeza que ambas formaciones son ajenas a nuestros intereses y a nuestra Nación. Este movimiento nacionalista español ya no engaña a casi nadie; tal vez hallaremos algunas personas incapaces de pensar por sí mismas y en favor de sus propios intereses. A ellas vale la pena decirles que si quieren que todo siga igual, si desean que les sigan engañando y estafando como hasta la fecha, voten al PPSOE. Pero si prefieren alcanzar la prosperidad y la justicia, abran lo ojos y la mente y decidan a favor del catalanismo sin matices ni concesiones, es decir, a favor de Catalunya y los catalanes.
No anda muy lejos la señora Chacón, atildada candidata socialista por la circunscripción de Barcelona, en declaraciones que podríamos definir, cuanto menos, de osadamente trasnochadas. El PSC, en su persistente y absurda cruzada pro-unionistaperomenos, se ha inventado el llamado Pacto Fiscal Federal, en contraposición al impulsado por el señor Más. La única pretensión de los socialistas es facilitar la pertinente coartada política al partido madre español, el PSOE, que niega y combate la propuesta convergente de cuasi-concierto, a semejanza del vasco en resultados finales. La señora Chacón vuelve a esgrimir la imposible idea de federalismo, siendo conocido que si algo distingue al socialismo hispano, es precisamente el jacobinismo indisimuladamente centralista que exhibe; además, ignora los fundamentos socialistas clásicos, arrinconados a favor del neoliberalismo que practica y tan del agrado resulta a los pretendidamente progresistas españoles del presente. El Pacto Fiscal Federal viene a ser parecido a lo que yo me atreví a bautizar como Pacto Fiscal Solidario, con "cupo negativo", cuyo objetivo es mantener "ad infinitum" el llamado café para todos, esto sí, convenientemente descafeinado y, por supuesto, dentro de la LOFCA y bajo la autoridad del Consejo de Política Fiscal y Financiera de las Comunidades Autónomas.
Visto el historial del PSC, no es muy comprensible que los votantes de la izquierda catalana entreguen su voto a un partido que en la actualidad ni es federal, ni es socialista y mucho menos obrerista y que practica un catalanismo tan invisible, tan irrelevante que, en realidad, diríase se trata de españcatalismo, es decir, "ni carne ni pescado".
En cuanto al señor Fernandez Diaz y el Partido Popular, el supuesto bonismo pseudo-catalán que abrazan en tiempos de elecciones, solo demuestra la hipocresía y el cinismo que derrochan cuando se encuentran tan cerca de alcanzar el poder. No desperdician ningún argumento, por falaz que sea, ningún eslogan electoral, practican el más ignominioso populismo, retuercen y manipulan ideologías, conceptos y palabras; con tal de lograr hacerse con el poder político, son capaces de engañar y mentir hasta la saciedad. ¿Acaso creen que no recordamos los actos populares, profundamente hostiles practicados contra Catalunya estos últimos años?. Por ejemplo, respecto del Estatuto catalán, o todo lo acontecido entorno al Tribunal Constitucional; les hemos visto practicar el agresivo nacionalismo español -lo único auténtico que tienen- contra la lengua catalana, en Catalunya, en el País Valenciano, en las Islas Baleares y en la Franja. Hemos visto a la señora Sanchez Camacho utilizar ignominiosamente a su propio hijo en defensa de un falso bilingüismo y contra el catalán como única lengua vehicular en la escuela. Oímos el mensaje xenófobo lanzado por el señor Garcia Albiol y el inequívoco apoyo del PP a estas manifestaciones que rozan el racismo. Conocemos la opinión que le merece al señor Aznar, conceptos tales como autonomía, fractura social, cohesión política, nacionalismo -no español-, etc... El inefable señor Aznar declara en el documental Spains secret conflict: "no existe el nacionalismo español; lo que existe es un sentimiento nacional español muy fuerte". Es como decir, no existe el integrismo en Irán; lo que existe es un sentimiento religioso muy fuerte. ¡Pamplinas!. Es increíble como alguien que ha ostentado tan altas responsabilidades políticas, pueda decir tales burradas. Este tipo de veleidades son propias del Partido Popular. No merecen ser tenidos en cuenta como alternativa de poder creíbles. La actitud de los conservadores frente la crisis económica que azota a todo el Estado, puede ser considerada como rácana, miserable, ruin. No han hecho absolutamente nada para ayudar al gobierno -de su propio país, España- para salir de la sima económica en que se encuentra. Sus exacerbadas críticas no han aportado nada positivo. La falta de propuestas alternativas ha sido clamorosa. Y la arrogancia que están mostrando ahora, en la antesala del hundimiento electoral socialista, no solo resulta irritante, además es obscena. Alcanzarán el poder debido al fracaso de sus contrincantes, no por méritos propios. ¿Es esto lo que les llena de satisfacción, de orgullo?.
Catalonia is not Spain. I am a catalan. Este es el triunfo de Catalunya y los catalanes. No solo no nos sentimos españoles, es que estamos cada día más lejos de la España que ellos quieren, propalan y defienden. De nada servirá aglutinar el voto españolista que existe en Catalunya, entorno a conservadores o socialistas. El PPSOE ya ha fracasado entre la mayoría de votantes catalanes, pues tenemos la certeza que ambas formaciones son ajenas a nuestros intereses y a nuestra Nación. Este movimiento nacionalista español ya no engaña a casi nadie; tal vez hallaremos algunas personas incapaces de pensar por sí mismas y en favor de sus propios intereses. A ellas vale la pena decirles que si quieren que todo siga igual, si desean que les sigan engañando y estafando como hasta la fecha, voten al PPSOE. Pero si prefieren alcanzar la prosperidad y la justicia, abran lo ojos y la mente y decidan a favor del catalanismo sin matices ni concesiones, es decir, a favor de Catalunya y los catalanes.
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