Iniciativa per Catalunya es un grupo de entusiastas y verdes ciudadanos que me inspiran grandes dosis de optimismo. Despiertan muchas simpatías sobre todo entre los jóvenes y los profesionales con veleidades progresistas. Pero esto es todo.
Para su desgracia, sus principios políticos y anhelos sociales, están fuera de la implacable realidad que las sociedades actuales padecemos. Somos presa del más descarnado capitalismo. Padecemos la terrible opresión de los mercados, entes inmateriales que condicionan nuestras vidas y nos encaminan, aborregados, hacia la más absoluta miseria, es decir, hacia la inmisericorde globalización y el falso multiculturalismo. Ante todo ello, los de Iniciativa no son más que unos boy-scouts enfrentados a la armada prusiana. Tienen todos los números para perder. Heroicamente, pero no podrán vencer a tal enemigo.
Además, sus mensajes a veces resultan contradictorios. No se puede ser ecologista y promover el pleno empleo. ¿Acaso el empleo no resulta comprometido cuando a una empresa se la somete a un acoso medio-ambiental?.¿Tal vez los ciudadanos no salen perjudicados cuando se combate la construcción de nuevas infraestructuras?. ¿No perjudica al paisaje, al medio ambiente y a la economía doméstica promover la construcción de desaladoras?. Estas y otras preguntas similares no son fáciles de contestar por parte de Iniciativa. Lo cierto es que con el volumen de paro que sufre actualmente Catalunya, Iniciativa "lo tiene crudo" para poder hacer compatible su discurso ecologista con el izquierdista.
No reconocer que la globalización y multiculturalismo son lo mismo, que el ecologismo que ellos defienden es terriblemente clasista y que el aparente progresismo que exhiben no es más que el complemento ideal que necesita el capitalismo salvaje para machacar a los ciudadanos de este atribulado mundo, es no ser consciente de la ingenuidad que sus ideales (y la forma que tienen de luchar por ellos) encierran.
Pero cuando les escuchas, cuando analizas sus propuestas, Iniciativa te insufla grandes dosis de optimismo y despierta una cierta nostalgia hacia la infancia vivida y la ingenuidad que gozábamos cuando contemplábamos nuestro incierto futuro, siempre verde de esperanza y rosa de ilusión. Por todo ello, gracias.
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