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dilluns, 23 d’abril del 2012

SERÀ QUE NO.... JA N'HI HA PROU (va a ser que no; ya basta). (1)

El Gobierno de España ha optado por quitarse el antifaz y mostrar su cara tal cual es. Ha decidido aprovechar la absolutísima mayoría parlamentaria que posee para iniciar con total desvergüenza una especie de contrarreforma socio-política, de inspiración pretendidamente luterana (¿Merkel?), con el inconfesable objetivo de potenciar el nacionalismo hispano, desballestar el estado de bienestar y apabullar, hasta su desaparición, las autonomías que configuran el Estado Español.

Ha aprobado no hace muchos días una Reforma Laboral, a medida de las peticiones e intereses patronales. Esta reforma ha provocado en los dos primeros meses de este año, el crecimiento del número de expedientes de regulación de empleo en Catalunya de más del 74%, lo que significa que se han visto afectados un 126% más de trabajadores; todo ello con respecto al mismo periodo del nefasto año pasado. Como resulta evidente, se han alcanzado los peores vaticinios antes de lo previsto, lo que parece llenar de plena satisfacción a la CEOE y de indisimulado orgullo al Partido Popular. 

Este mismo Gobierno acaba de anunciar unos recortes en Sanidad y Educación, que para los ciudadanos catalanes representa aumentar la presión y precariedad sobre el Estado de Bienestar, hasta límites rotundamente inaceptables. Recordemos que en Catalunya, por iniciativa propia, ya existe un marco de austeridad impulsado por el Gobierno de la Generalitat, al que inexorablemente deberán sumarse las medidas impuestas desde el Estado Español. Puede afirmarse que estamos ante un auténtico desmantelamiento del Estado de Bienestar catalán. Asimismo, el ejecutivo de España considera que no debe rebajar salarios a los empleados públicos de la administración central, como sí ha hecho la Generalitat con los de su competencia,  cumpliendo las exigencias e imposiciones previas del gobierno central. Esto representa una nueva afrenta y discriminación para los funcionarios autonómicos catalanes.

La hostilidad que muestra el Gobierno de Madrid hacia las autonomías y singularmente hacia Catalunya, se traduce en unos Presupuestos Generales que pueden ser inequívocamente calificados como ofensivos y sobre todo, injustos. No contemplan ninguna asignación económica destinada a afrontar las deudas contraídas por el Estado con Catalunya, que ascienden alrededor de 11.000 millones de € -incluyendo las inversiones pendientes en la red de cercanías Barcelona-. Tampoco recogen ninguna dotación para la construcción del Corredor del Mediterráneo, infraestructura declarada como prioritaria por la UE. En su conjunto, la inversión en obra pública para Catalunya desciende un 45% respecto el año pasado -récord en todo el Estado autonómico-. Lo asignado equivale al 11% sobre el total de las inversiones estatales, ocho puntos por debajo de lo legalmente establecido. Resulta inutil denunciar que todas estas decisiones del Gobierno de España, se basan en un sistemático incumplimiento de Leyes españolas. Todo ello coronado por una obscena deslealtad institucional para con el Gobierno de Catalunya. Es altamente llamativo que esta hostilidad y deslealtad, cuando se trata de las todopoderosas entidades financieras, o de la Patronal, se transforma en complicidad, en comunión de intereses y recetas, para que el pato lo paguen los de siempre: las clases medias (en vías de extinción) y especialmente los ciudadanos catalanes. Una infamia de utilización habitual por parte de los políticos españoles. En definitiva, uso y abuso normalizado del españolismo ultramontano.

Comprensiblemente, CiU anuncia una enmienda de totalidad contra los presupuestos populares. Que sin duda provocará una airada reacción del señor Rajoy en Madrid, y de la señora Sanchez-Camacho en Barcelona. El PP pretendía el apoyo de los nacionalistas catalanes, en busca de una especie de plus de legitimidad, para no aparecer como solitarios adalides de las tijeras, contra el resto del mundo. Con todo, es previsible que cómplices no le falten. Son conocidas las dotes de persuasión que tiene los gobiernos españoles, independientemente del color político que luzcan. Si no persuaden con la seducción y las carantoñas, lo hacen con presiones, amenazas y chantajes, armas muy apreciadas en el escenario parlamentario español, junto a la infamia descrita anteriormente . 

Las primeras advertencias ya han sido anunciadas. Desde el Ministerio Hacienda alertan que "cualquier autonomía puede ser sometida a una intervención inmediata", caso de no ajustarse a los planes de austeridad dictados por Madrid. A semejanza de lo que Bruselas (Merkel) hace respecto España, que por cierto, le sirve de coartada perfecta. En esta ocasión, empero, sí utilizarán la legalidad española, la Ley de Estabilidad recién aprobada, como soporte y cobijo de decisiones y acciones desvergonzadamente adoptadas, sin miramientos ni remordimientos de ningún tipo. También se anuncia la intervención del tramo autonómico de la cesta de impuestos traspasados, que pasaría de nuevo a manos del Gobierno de Madrid. Por su parte, la señora Sanchez-Camacho anuncia una concertación de intereses lingüísticos castellanos, entre populares, Ciudadanos y Convivencia Cívica Catalana (¡del inefable Caja!). Les invita a sumar esfuerzos comunes en la innecesaria defensa de la lengua castellana, en Catalunya. ¡Curioso modo de presionar a la Generalitat!. Utilizando la cuestión lingüística, como no hace mucho tiempo hizo la oronda (satisfecha de sí misma) Alicia, manipulando a su propio hijo, con los mismos  ociosos y espurios fines.

Sin embargo, la realidad es tozuda y FUNCAS (Fundación de las Cajas de Ahorro) prevé que la tasa de paro alcance en todo el Estado, más del 26% y que la economía retroceda el 1,5% del PIB, el año 2013. La razón es que los primeros presupuestos del señor Rajoy no contemplan ninguna medida de estímulo para activar la economía; al contrario, provoca consolidación e incremento de la recesión. Recortar no favorece la creación de empleo; ni crecimiento económico; ni que fluya el crédito a las empresas. Pero permite aparecer ante los mercados como un aplicado y obediente alumno, que espera las merecidas palmaditas de aprobación de su severa profesora. Igualmente, consigue centrifugar el déficit público del Gobierno de Madrid hacia las autonomías (Catalunya), para que estas resulten culpables del déficit español, inviables financieramente y por tanto, perfectamente prescindibles previa torticera intervención.

Bien. Hasta aquí la actuación política del Partido Popular. Del señor Rajoy y la señora Sanchez-Camacho. Del Gobierno de Madrid. De España. Pero esta falsa apariencia de firmeza, de serenidad, de autoconfianza, que muestra el nacionalismo español en su conjunto, no oculta la escasez de ideas que tiene, la flaqueza del discurso que emplea, ni la debilidad de los argumentos que utiliza. Ni siquiera disimula los miedos, los temores, las inseguridades que envuelven su atribulado y desconcertado espíritu. Puesto que la realidad, es tozuda. Y en Catalunya, más.


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