La meva llista de blogs

dijous, 5 d’abril del 2012

LLANTO, CRUJIR DE HUESOS Y RECHINAR DE DIENTES.

La presentación de los Presupuestos Generales del año 2012, han causado una auténtica conmoción en el mundo político y las instituciones, tanto públicas como privadas, de Catalunya. Por un lado, estos presupuestos contemplan una disminución de las inversiones en infraestructuras, hasta el 45% respecto el año anterior. Se trata del recorte más elevado de todas las comunidades autónomas del Estado. Tan llamativo resulta este hecho, que la Patronal catalana acusa al Gobierno de Madrid de "falta de lealtad hacia Catalunya". Debemos tener en cuenta que tampoco contabiliza los recursos que el Estado Español adeuda a esta Comunidad; 759 millones correspondientes al año 2008 y 219 millones del año 2009. En los actuales presupuestos, solo se destina el 11,1% del total de la inversión, cuando según en vigente Estatuto de Autonomía debería alcanzar el 18,7% sobre el total de inversiones territorializadas del Estado. Lo cual representa más de 1.000 millones que deben sumarse a la cuenta de la vergonzosa morosidad española. Por no figurar, no figura tampoco cantidad alguna dedicada al Corredor Ferroviario Mediterráneo, a pesar de que la UE considera este trazado como prioritario para la red europea. En total y solo en infraestructuras, el importe de la deuda estatal asciende a más de 2.100 millones de €. Para remachar el clavo, la Patronal catalana denuncia que el plan de inversiones en la red de Cercanías de Barcelona comprometido por el Gobierno de Madrid, solo lleva ejecutados en el presente ejercicio poco más del 1%, a dos años de cumplimiento del plazo establecido. Además, los 1.450 millones del Fondo de Competitividad están desaparecidos; de ellos, nunca más se supo. Recientes cálculos han cifrado el total de la deuda española con los catalanes, en más de 11.000 millones €.

La acumulación de impagados del Estado Español con Catalunya resulta escandalosa. Deudas que deben sumarse al inacabable expolio fiscal, en realidad robo, que padecemos los ciudadanos de esta Nación, uno de los últimos enclaves coloniales de Europa.

El portavoz del Gobierno catalán, se limita a constatar que los presupuestos del Estado "no nos gustan nada". Sin embargo, se muestra predispuesto a negociar con Madrid las cifras que ahora se niegan, puesto que "ahora comenzará una tramitación en las Cortes y el ejecutivo catalán utilizará todos los medios a su alcance". ¿Es esta la actitud (dignidad) que cabe esperar del ejecutivo catalán?. 

Me pregunto: ¿Qué más tiene que suceder para que los políticos catalanes se den cuenta que Madrid no ha sido, ni será nunca leal con Catalunya?. Al Gobierno de España, sea del partido que sea, no le importa nada incumplir la ley orgánica (española) que resulta ser el Estatuto de Autonomía catalán. Tampoco pone reparos en ignorar los propios compromisos contraídos, no importándole lo más mínimo la índole de los mismos. El sentido de justicia y solidaridad que tiene el Estado, es perfectamente descriptible: nacional-españolismo de tomo y lomo. Todo lo que se aparte de su percepción unidimensional y uniforme, debe ser combatido con saña y sin tregua; el castellano debe sustituir a las llamadas "lenguas vernáculas", por ser consideradas como una molestia y de rango infinitamente inferior a la universal y gloriosa lengua "española". Para el Estado Español, la auténtica Cultura -con mayúsculas- es la española, de raíz castellana. Cualquier otra manifestación cultural peninsular resulta una enojosa anomalía folclórica, que no merece el más mínimo respeto ni consideración. Así, los idiomas y las culturas no españolas, deben ser aniquiladas con todas las armas que estén a disposición del Estado: Leyes y reglamentos, decretos y normas, pronunciamientos constitucionales, persecución política, judicial, económica, etc... Repito: ¿Qué más tiene que suceder para que los políticos catalanes se den cuenta que Madrid no ha sido, ni será nunca leal con Catalunya y sus ciudadanos?.

Entre los años 1986 al 2009, el déficit fiscal -o expolio, o robo- acumulado por Catalunya, asciende a casi 215.000 millones de €, según fuentes absolutamente fiables. Por cierto, cantidad muy superior a la que Europa ha trasferido a España, hasta la fecha, en calidad de fondos estructurales. Es decir que, graciosamente, alrededor por lo menos el 8% del PIB anual de Catalunya, va a parar a las arcas españolas, sin contrapartida alguna. A esta cantidad deben sumarse las inversiones presupuestadas y nunca ejecutadas. No es un dato muy conocido, pero el promedio de incumplimiento presupuestario con Catalunya se eleva al 25% anual; es decir, cada cuatro años las inversiones del Estado en Catalunya, siempre y cuando se produzcan, salen gratis. Así se explica que las infraestructuras catalanas competencia del Gobierno de Madrid den auténtica pena, por falta inversiones. Son propias de un país tercermundista. Por otro lado, en Catalunya apenas existen autopistas libres de peaje. El 90% son de peaje. ¡Y recientemente la ministra de Fomento Ana Pastor se ha permitido amenazar con prolongar las concesiones de las autopistas catalanas, para que el Estado compense el rescate de las vías de peaje madrileñas, en situación de quiebra total por falta de usuarios!. Es la misma ministra que se empeña en priorizar el Corredor Ferroviario Central, descartado en dos ocasiones por la UE. ¿El desdén mostrado sobre el Corredor Mediterráneo en los presupuestos de este año, tal vez es la represalia de la señora ministra por la decisión adoptada en la Unión Europea sobre su corredor?.

Hace treinta años que luchamos en defensa de la lengua y cultura catalanas. El fracaso ha sido total. No se han logrado ni respeto, ni difusión, ni protección jurídica por parte de las instituciones del Estado Español. Al contrario, solo muestran desprecio y odio hacia el catalán; fomentan la división lingüística en el País Valenciano y en las Baleares; constriñen la difusión de la lengua catalana, a base de ignorar los derechos de los alumnos valencianos que así lo exigen en la enseñanza, o anulando la condición de requisito obligatorio para el catalán, en la administración pública de las Baleares. Censuran las emisiones de TV3 en Valencia. Y todo ello remachado con un absurdo e interminable acoso judicial, por parte de una judicatura decantada exclusivamente hacia el castellano y por lo visto, deudora de las mentiras lingüísticas que propalan desde la caverna mediática madrileña.

En este mismo periodo se han ido incrementando, año tras año, los déficit en obra pública de Catalunya que son de exclusiva competencia del Estado; lo cual ha pasado a formar parte de la típica tradición española y de su prolija Historia. Legislatura tras legislatura, el Gobierno de la Generalitat y los partidos políticos catalanes se han ganado una merecida fama de poseer un exacerbado (e inútil) sentido de Estado, que desde los medios madrileños no han dudado en calificar como puro mercadeo, chantaje, egoismo, insolidaridad, etc... No se les ha ocurrido pensar que cuando se gobierna en minoría, los pactos y acuerdos entre grupos son totalmente democráticos, necesarios y justos. Siempre, Incluso con formaciones catalanistas. La pedagogía desarrollada por la sociedad catalana, a la busca de comprensión, complicidad, simpatía, para Catalunya y los catalanes, ha resultado un monumental fiasco. La restauración de la Generalitat en los inicios de la frustrada transición, fue contestada con la nefasta LOAPA y el café para todos. El "si lo tienen los catalanes, yo también lo quiero" se ha convertido en una singular seña de identidad, que caracteriza la construcción del insostenible (por absurdo) estado autonómico español. Formaciones políticas que se auto-califican como liberales, pretenden estrangular el autogobierno catalán, despojándole las escasas competencias políticas que posee, eso sí, en aras de una supuesta amenaza a la cohesión social y la sagrada unidad de mercado de España. Otros se declaran fervientemente federalistas, al tiempo que se muestran partidarios de la uniformidad, de mendaz igualitarismo y de falaz solidaridad obligatoria, todo ello bañado con abundantes dosis de jacobinismo.

Presión lingüística y cultural. Estrangulamiento financiero del Govern de Catalunya. Múltiples incumplimientos presupuestarios, gubernamentales e institucionales. Acoso  político y social. Persecución judicial y constitucional. Y expolio a los ciudadanos catalanes, en nombre de una falsa y cínica solidaridad hispana, que nos está empobreciendo. Es cuanto podemos esperar del Gobierno e instituciones de España. A los hechos me remito. Los ciudadanos de este pequeño país que es Catalunya ansiamos, anhelamos libertad y justicia. No queremos seguir en esta especie de infierno que ahora padecemos. Estamos hartos de lágrimas amargas y dedazos ajenos en ojos catalanes. Nuestros huesos están cansados de soportar un peso tan descomunal, que nos impide respirar y nos aplasta. La desprotección y hostilidad del Estado Español cansa nuestras mandíbulas, agotadas de permanecer con los dientes eternamente apretados, en actitud de inagotable resistencia. ¿Qué más tenemos que soportar para que nuestros políticos se decidan a ser valientes de una vez?. ¿No se dan cuenta que nuestro aguante ha llegado al límite?. ¿Existe entre nosotros, los catalanes, algún iluso que siga creyendo que es posible permanecer unidos al Estado Español, sintiéndose, pensando, hablando y actuando, exclusivamente como catalán?. ¿Alguien conoce alguna alternativa válida, sustentada en la Justicia, Libertad y Democracia, distinta a la Independencia, que garantice prosperidad, desarrollo económico y social y auténtica equidad cultural, legislativa, fiscal, educativa y sanitaria?.

En el pasado, las autoridades francesas no supieron contestar a preguntas parecidas. El resultado fue una revolución. En la misma época, el hartazgo americano por los abusos de la metrópolis, desembocó en una épica guerra de independencia; los colonizadores no dieron respuesta a preguntas semejantes a las anteriores. Más recientemente, numerosas naciones europeas han recuperado la libertad y soberanía, que un imperio con pies de barro y escasos principios, les había hurtado durante décadas. Otras naciones, optaron por negociar la separación a base de diálogo, pactos y democracia. Algunas, desgraciadamente, alcanzaron la plena libertad después de crueles y fratricidas guerras. ¿Como logrará Catalunya la independencia?. Esperemos que sea ejerciendo la plenitud democrática. Solo depende de los políticos, las formaciones catalanas y las instituciones, públicas y privadas,  si son capaces de responder con valentía y determinación al tipo de preguntas como las que se han formulado más arriba. Si no es así, los acontecimientos acabarán sobrepasándoles. Y el tiempo se agota.

  

    

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada