Desde que el Partido Popular obtuvo la contundente victoria electoral el pasado mes de noviembre, las noticias sobre el replanteamiento del Estado autonómico han aumentado considerablemente. La tarea iniciada por el último gobierno socialista (jacobino a ultranza) y el obsceno intento de culpabilizar a las comunidades autónomas (especialmente Catalunya) de todos los males que sufre la economía española, han dado lugar a la insostenible situación actual en que se encuentra el llamado problema catalán. En efecto, el Partido Popular ha retomado el rumbo de colisión y se ha abocado a la pura y dura confrontación contra Catalunya. Dirige todos sus esfuerzos hacia la recentralización y recuperación de competencias y recursos autonómicos. En esta renovada cruzada, recibe el inestimable apoyo e impulso de la prensa madrileña, decidida por lo visto a de-construir el Titulo VIII de la sacro-sancta Constitución Española. Encamina firmemente sus pasos hacia la imposición de la idea de España como única realidad nacionalista válida para los intereses del Estado. Se trata en definitiva, de proseguir la interminable consolidación de la hegemonía castellana, con sede en Madrid, tanto en ámbito idiomático y cultural, como económico y financiero.
Resulta evidente que la toma de La Moncloa por parte del Partido Popular, ha incrementado la hostilidad contra Catalunya. Ahogo financiero de la Generalitat; continuar incumpliendo las obligaciones presupuestarias contraídas; proseguir la histórica discriminación sobre Catalunya de inversiones estatales en infraestructuras; subasta y desmantelamiento del sistema financiero catalán; acoso judicial contra la lengua catalana; hostilidad y discriminación lingüística contra el catalán en el Pais Valenciano, Islas Baleares y Franja aragonesa. En definitiva, un sinfín de decisiones que hacen de la vida de los ciudadanos catalanes un auténtico infierno, lo cual nos afecta notablemente. No solo a causa de los estragos de la crisis económica general, sino también y sobretodo por las obscenidades y atropellos cometidos por el Gobierno Español contra los catalanes. La pregunta es, ¿porqué?. ¿Cual es la razón de tanta animadversión contra Catalunya?. ¿Se busca aniquilar cualquier atisbo de diferencia que pueda existir con la España castellana?. La respuesta es fácil. Estamos ante la inacabable construcción de la Nación Española, uniformemente castellana y geográficamente centralista. Y en este proyecto Catalunya es un incordio, una molestia. Excepto en aquellos frutos (catalanes) que puedan ser de provecho para España. Es decir, los impuestos sustraídos a los catalanes. Esta es la razón que Catalunya sea considerada por parte del Estado Español como una mera colonia a la cual explotar ilimitadamente. Como a cualquier colonia, se le niegan la libertad, la disponibilidad financiera, el desarrollo económico, la autonomía política y se la somete a una aplastante imposición cultural e idiomática, sustitutoria de la autóctona. Y como sea que el Estado de las Autonomías resulta un obstáculo para conseguirlo, se incrementan las hostilidades, tendentes a retomar las riendas en beneficio de la España eterna, es decir, centralista en lo económico, financiero, político, cultural, educativo, deportivo, etc... España una y no diecisiete; España grande con domicilio en Madrid; España libre y uniformemente castellana. Voilà!.
Artículos en la prensa madrileña, sesgados programas en TV pública y privadas, informes y dossieres de fundaciones partidistas y españolistas, sonoras y solemnes declaraciones políticas de representantes conservadores y/o progresistas y la impúdica irrupción en política por parte la judicatura, con ignominiosas resoluciones judiciales cargadas de corporativismo, parcialidad y nacionalismo español. Estos son algunos elementos que caracterizan la cruenta ofensiva anti-catalana en nuestros días. Destinada a poner punto final al experimento iniciado a finales de la década de los 70 del siglo pasado. La Constitución fué un intento -que ahora podemos calificar como rotundamente fallido-, para acomodar entre otras realidades nacionales, a Catalunya como parte de un proyecto plural, que entonces resultaba esperanzador y se mostraba integrador y respetuoso con sensibilidades no castellanas. Pronto apareció el desencanto y las tensiones contrapuestas. El golpe de Estado de Tejero y Milans truncó las ilusiones, por lo menos las catalanas. Se impulsó el café para todos para frenar y diluir el autogobierno de vascos y catalanes y se inició un proceso anti-autonómico in crescendo, que culmina en nuestros días. Por supuesto, la reformulación de las autonomías se hará de forma "que se consiga el efecto sin que se note el cuidado" ("Instrucción secreta" del fiscal del Consejo de Castilla -1716- a los corregidores de la recién conquistada Catalunya).
La respuesta de Catalunya ha sido el notable incremento a favor del soberanismo entre sus ciudadanos. En nuestros días, alcanza proporciones casi hegemónicas. Por lo menos, son claramente mayoritarias (y transversales) en la sociedad catalana. Consecuentemente, la independencia es la única alternativa que ofrece garantías para combatir y vencer la grave situación económica y socio-política en que nos encontramos. Y la extensión y profundidad de este movimiento soberanista es de tal magnitud, que hacen inútiles los intentos de la Santa Alianza en sus propósitos a favor del marchito y caduco unionismo pro-español.
Este fracaso unionista se aprecia en la prensa madrileña, así como algunos periódicos al servicio del ideal español que se publican en Barcelona, en forma de artículos y comentarios supuestamente plurales y realmente uniformadores. También participan en esta ceremonia de indisimulada hispanofilia tertulianos de radio y TV, de derechas, centro e izquierdas. Palabras ambiguas, frases con doble sentido, conceptos engañosos, manifiestas falsedades y manipulación de estadísticas, son algunos de los recursos empleados por los unionistas. Las falacias y la desinformación son utilizados en favor de la unidad de España, contra las comunidades autónomas y apoyando y justificando las decisiones del Gobierno de Rajoy sin aceptar alternativas de ningún tipo. "Al fin y al cabo, hace lo que le mandan desde Europa". El objetivo: lograr la complicidad y apoyo de los ciudadanos españoles en la renacida cruzada nacionalista. Las consecuencias: promover la hostilidad contra Catalunya, atizar la catalanofobia, en definitiva, alentar la confrontación y división que generan conflicto social, internamente entre ciudadanos catalanes y especialmente entre españoles contra catalanes.
Lo que en realidad reflejan estas actitudes, por otro lado, tan hispanas, no es más que la certeza que tienen de lo que está aconteciendo en Catalunya. Que no es otra cosa que una imparable avalancha de soporte social a la constitución de un estado propio. La sola idea de la independencia de la Nación catalana, les pone de los nervios. Este irrefrenado temor inspira a la FAES -think tank que supuestamente alimenta de ideas al Partido Popular- a viajar hacia Escocia, donde analizarán el referéndum anunciado, para prevenir las repercusiones que pueda tener en Catalunya. Por fín aceptan que el soporte al estado propio ha pasado de ser un pensamiento sacrílego, a ser el tema entorno el cual gira la realidad catalana en nuestros días. ¡Y, además resulta ser la única alternativa válida!. Ahora solo falta, por su bien, que cambien la consideración que les merece Catalunya y los catalanes y empiecen a actuar como el Gobierno Británico respecto Escocia: con sentido común y de forma auténticamente democrática. Puesto que no hacen mella en nuestras firmes convicciones, las invectivas, mentiras, manipulaciones y amenazas con las cuales España pretende seguir siendo nuestra dueña. El peculiar modo de seducción empleado por España con Catalunya, rebosante de violencia y agresividad, ha resultado un rotundo fracaso. Las paparruchadas que encierran las afirmaciones de A. Sanchez-Camacho, Maria de los Llanos de Luna, M. Rajoy, el PP, A. Pérez-Rubalcaba, P. Navarro, C. Chacón, el PSOE-PSC, la FAES y la Caverna Mediática entre otros, no hacen más que alimentar y fortalecer el soberanismo catalán. Y la inacabable pugna entre España y Catalunya esta a punto de concluir. A favor de Catalunya. ¡Al fín!.
Este fracaso unionista se aprecia en la prensa madrileña, así como algunos periódicos al servicio del ideal español que se publican en Barcelona, en forma de artículos y comentarios supuestamente plurales y realmente uniformadores. También participan en esta ceremonia de indisimulada hispanofilia tertulianos de radio y TV, de derechas, centro e izquierdas. Palabras ambiguas, frases con doble sentido, conceptos engañosos, manifiestas falsedades y manipulación de estadísticas, son algunos de los recursos empleados por los unionistas. Las falacias y la desinformación son utilizados en favor de la unidad de España, contra las comunidades autónomas y apoyando y justificando las decisiones del Gobierno de Rajoy sin aceptar alternativas de ningún tipo. "Al fin y al cabo, hace lo que le mandan desde Europa". El objetivo: lograr la complicidad y apoyo de los ciudadanos españoles en la renacida cruzada nacionalista. Las consecuencias: promover la hostilidad contra Catalunya, atizar la catalanofobia, en definitiva, alentar la confrontación y división que generan conflicto social, internamente entre ciudadanos catalanes y especialmente entre españoles contra catalanes.
Alicia Sanchez-Camacho ha dado ordenes en su partido para que se responda y rebatan contundentemente los argumentos soberanistas. Así, afirman que Catalunya pasaría a ser uno de los países más pobres de la Unión Europea. Amenazan veladamente con el boicot español a productos catalanes y con la implantación de onerosos aranceles a las exportaciones. Anuncian la exclusión de la Unión Europea y el veto español a las negociaciones de una hipotética adhesión de la Catalunya independiente. Advierten que se producirá una fractura en la sociedad catalana y consecuentemente, la generación de enfrentamientos y conflictos sociales, especialmente a causa de la persecución que por lo visto (?) sufrirán los ciudadanos castellano-parlantes. La Caverna Mediática también aporta su granito de arena a través de sesudos artículos para que los lectores reflexionen acerca de la gran aventura que es España. Tal es el caso de Bieito Rubido, de ABC, en el cual no dan cabida al desquiciado desafío de los nacionalismos periféricos de Catalunya y País Vasco -contra el nacionalismo centralista, se supone-. Para alcanzar sus objetivos, apoyan incondicionalmente la profunda tarea reformista que Mariano Rajoy ha puesto en marcha -a pesar que ha llevado a España al borde del abismo, por méritos propios en tan solo tres meses-. Remachan el clavo afirmando pretenciosamente que España conforma un continente en pequeño. España encierra en sí un Universo: la unidad en la diversidad. Lo uno en lo vario. Tanto en la cultura como en la naturaleza, la diversidad es factor de riqueza, estabilidad y equilibrio. Una diversidad no destructiva ni exclusiva. ¡"Sabias", falaces y huecas palabras, frases y conceptos, los que exhiben desde España!. Comparto plenamente otra frase leída en La Razón y firmada por Jesús Fonseca, en su escrito Independencia a costa de España "(sic)": Catalunya proclamará su independencia más pronto que tarde. Añado que será así, a pesar de la mendacidad que caracteriza el proceder del nacionalismo más destructivo que existe en nuestro días: el español.
Lo que en realidad reflejan estas actitudes, por otro lado, tan hispanas, no es más que la certeza que tienen de lo que está aconteciendo en Catalunya. Que no es otra cosa que una imparable avalancha de soporte social a la constitución de un estado propio. La sola idea de la independencia de la Nación catalana, les pone de los nervios. Este irrefrenado temor inspira a la FAES -think tank que supuestamente alimenta de ideas al Partido Popular- a viajar hacia Escocia, donde analizarán el referéndum anunciado, para prevenir las repercusiones que pueda tener en Catalunya. Por fín aceptan que el soporte al estado propio ha pasado de ser un pensamiento sacrílego, a ser el tema entorno el cual gira la realidad catalana en nuestros días. ¡Y, además resulta ser la única alternativa válida!. Ahora solo falta, por su bien, que cambien la consideración que les merece Catalunya y los catalanes y empiecen a actuar como el Gobierno Británico respecto Escocia: con sentido común y de forma auténticamente democrática. Puesto que no hacen mella en nuestras firmes convicciones, las invectivas, mentiras, manipulaciones y amenazas con las cuales España pretende seguir siendo nuestra dueña. El peculiar modo de seducción empleado por España con Catalunya, rebosante de violencia y agresividad, ha resultado un rotundo fracaso. Las paparruchadas que encierran las afirmaciones de A. Sanchez-Camacho, Maria de los Llanos de Luna, M. Rajoy, el PP, A. Pérez-Rubalcaba, P. Navarro, C. Chacón, el PSOE-PSC, la FAES y la Caverna Mediática entre otros, no hacen más que alimentar y fortalecer el soberanismo catalán. Y la inacabable pugna entre España y Catalunya esta a punto de concluir. A favor de Catalunya. ¡Al fín!.
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