La meva llista de blogs

diumenge, 29 d’abril del 2012

LA HORA. EL DÍA.

Una diputada del PP cree que Catalunya puede acabar "como Kosovo". Más claro, agua. Los nacionalistas españoles no pueden ocultar los temores que obnubilan su raciocinio. Estas desquiciadas advertencias, mentiras y manipulaciones que utilizan a modo de discurso absurda y bochornosamente unionista, están alcanzando unos niveles de histerismo, propio de quienes ven el futuro con mirada espantada ante la próxima independencia de Catalunya. La deslenguada diputada, Maria José García Cuevas afirma que "el separatismo tiene consecuencias dramáticas, desastrosas". Las indisimuladas amenazas que profieren desde el Partido Popular y aledaños, las continuas y falsas noticias sobre Catalunya y los catalanes publicadas en medios adscritos a la Caverna Mediática madrileña -para erosionar el soberanismo-, así como los insultos llenos de inquina, de mala leche, que lanzan desde emisoras españolas privadas (y públicas) de Radio y TV y que a todas horas bombardean los ingenuos y crédulos ciudadanos españoles, no son más que el reflejo de la plena toma de conciencia que políticos, periodistas y funcionarios españoles perciben, ante la inexorable realidad política catalana. Realidad que no pueden controlar ni reconducir hacia postulados más favorables a sus intereses e ideales nacionales.

Este es el problema que tienen los prohombres españoles. Han construido su inacabada Nación a costa de unos territorios y ciudadanos que hasta no hace mucho tiempo, permanecían callados, sumisos y a su entera disposición. Dicho en otras palabras, creen que su existencia, su historia, tiene el origen en la sagrada misión que el Creador les encomendó al principio de todo; esto es, extender allende los mares la cristiandad, la civilización y la explotación colonial en lo que antaño fué un basto Imperio, poblado de impíos salvajes. Que actualmente se reduce al expolio (y sometimiento) de los territorios y personas de habla no castellana en la Península Ibérica: Catalunya, País Valenciano, Islas Baleares y en menor medida, País Vasco y Galicia.

Estas trasnochadas veleidades imperialistas son el mayor problema que tiene España en la actualidad. La clase dirigente española está formada por políticos y empresarios con alma de funcionarios y funcionarios con vocación política; de derechas e izquierdas, genéticamente centralistas y jacobinos; esencialmente, de tan conservadores como son, inmovilistas. Hablan y actúan como si la realidad española de nuestros días, fuera semejante a la vieja Castilla de glorioso pasado. Entienden que su trabajo consiste en conseguir y asegurar las finanzas del Reino, consolidar la hegemonía cultural y lingüística castellana y someter a los súbditos de la periferia, aun por fuerza, para que no se dispersen, ni especulen con hipótesis de libertad, justicia y prosperidad. Así, controlan los flujos financieros y económicos del Estado y los distribuyen y regulan a su antojo, en beneficio de los intereses de su nación, con domicilio social y vital en la ciudad de Madrid. Se sirve de la secular justicia castellana para que acote y sojuzgue las pretensiones culturales e idiomáticas de territorios bajo dominio de la España castellana. Para impedir que otras naciones, ahora sometidas, puedan ofrecer al Mundo una imagen diferente a la considerada como típicamente española. Cierra el circulo de agresividad imperial con armas políticas, jurídicas, económicas y culturales, de todo calibre y condición, que utiliza para aplastar y uniformar a los ciudadanos no españoles en una especie de orgía nacionalista, excluyente, acaparadora y destructora. Por cierto, objetivo nunca alcanzado por la Castilla de antaño, ni por la España de hogaño.

Ante este renacido aquelarre españolista que caracteriza tan dramáticamente el Partido Popular y el Partido Socialista Obrero Español, los ciudadanos catalanes hemos optado a favor de la libertad, la auténtica justicia y el rigor económico-financiero. Sabemos que actualmente carecemos de las armas que necesitamos para alcanzar los niveles de prosperidad económica y desarrollo social y cultural que merecemos como Nación y que España continuamente nos hurta. No aceptamos más imposiciones de Madrid, pues solo ofrece exigencias de recortes, requerimientos de déficit cero, amenazas de intervención autonómica y actitudes político-legislativas partidistas, de aires absolutistas y profundamente centralizadoras. Al tiempo, el Gobierno de España y el partido que lo sustenta, siguiendo una vieja tradición gubernamental incumple sus compromisos electorales. Aumentando los impuestos, reduciendo recursos en sanidad y educación, apoyando reformas del mercado de trabajo a medida de los intereses patronales, soslayando impúdicamente a los sindicatos  y culpando de todos los males de España a las Comunidades Autónomas; es decir, a Catalunya. Todo esto, para los catalanes, significa llover sobre mojado. Y como estamos calados hasta los huesos, hemos decidido ponernos a resguardo, lejos de las nefastas influencias de esta España cutre, anticuada, anquilosada y autodestructiva, que tan bien representan los partidos de ámbito nacionalista español.

Se acerca la hora. El día de la independencia aparece espléndido en el esperanzador horizonte. Frente a Catalunya, a nuestro alcance. Los catalanes sabemos que nada será gratuito. Que el precio de la libertad es caro. Conocemos las argucias, las amenazas y las artimañas que desde España lanzarán -lanzan- para tratar de impedir que logremos la plena soberanía de nuestra Nación. Pero nuestra decisión está tomada. Y nada podrá detener nuestra firme voluntad de ser y existir, al margen y junto a España y el resto de naciones del Mundo. Para seguir siendo catalanes. Para alcanzar la libertad. Para poner el destino en nuestras propias manos.

No. Catalunya no acabará como Kosovo. Espero, deseo que España no actue y acabe como Servia.

dimarts, 24 d’abril del 2012

SERÀ QUE NO.... JA N'HI HA PROU (va a ser que no; ya basta). (y 2)


La situación en Catalunya se está acelerando cada día que pasa. Al aparente desencuentro entre PP y CiU, le sigue el entendimiento entre CiU y ERC y ambos, con Solidaritat per la Independencia (¡?)El PSC sigue ausente, a la espera de recuperar el rumbo existencial y las ideas políticas. En cuanto ICV, su filosofía y actuación puede resumirse en una frase: ser o no ser. A las deslealtades financieras del PP, se contraponen los acuerdos sobre el improbable (por imposible) Pacto Fiscal entre las formaciones catalanistas. Y a todo ello, se suma el hartazgo de empleados públicos y el indisimulado recelo de los asalariados que aun conservan empleo; la indignación de universitarios, estudiantes de secundaria y docentes; los temores de jubilados, viudas y pensionistas en general, y de ciudadanos de a pie, ante el incierto futuro; junto a empresarios frustrados por las restricciones crediticias, y parados, jóvenes y adultos, sin recursos ni ayudas sociales; miles de ellos despojados de sus viviendas y condenados a perpetuidad a pagar sus deudas hipotecarias a los bancos, hasta sumergirse en la gloriosa indigencia. Así como investigadores abocados a la emigración, a causa de los injustificables recortes en I+D que ha perpetrado José Ignacio Wert, ignorante e inútil Ministro de Educación, Cultura y Deportes -todas ellas, competencias traspasadas a las comunidades autónomas-; también instituciones catalanas de toda índole, públicas y privadas y formaciones políticas con representación parlamentaria o no, cansados de los juegos de trileros del Gobierno de España y ansiosos de alcanzar los recursos económicos y políticos que se niegan sistemáticamente a Catalunya, desde el centro de España. Hastiados todos de Madrid, del Gobierno central, del PP y PSOE, de los tribunales Constitucional y Supremo, etc.... Estamos de acuerdo de forma casi unánime, que el desafío españolista debe tener una contundente y definitiva respuesta por parte catalana.

¿Tenemos acaso que seguir aguantando las imposiciones españolas en materia de recortes en el estado de bienestar catalán?. Rotundamente, no. En España, el Gobierno no rebaja salarios públicos, ni prescinde de miles de funcionarios adscritos a ministerios sin competencias (traspasadas a las autonomías). Los presupuestos españoles de este año contemplan aumento de asignaciones a Museos y entidades culturales con sede madrileña y mantiene las aportaciones al mundo del deporte, mientras recorta las correspondientes a entidades culturales de Catalunya. ¿Adivinan que ministro ha adoptado estas decisiones?. Efectivamente, José Ignacio Wert. Por otro lado, España sigue empeñada en que Madrid acoja los Juegos Olímpicos del 2020 -el ministro Wert dixit-, con los gastos de promoción e inversiones de la candidatura incluidos, a pesar de que la Capital del Reino sufre el endeudamiento municipal mas elevado del Estado. Esto es, 7000 millones de €; más del 18,5% sobre el total de la deuda municipal española; siete veces más que la de Barcelona. Rebaja las inversiones catalanas a niveles vergonzosos, pero se mantienen y aumentan las del supérfulo AVE a Galicia y Extremadura. Mientras, la red de cercanías de Barcelona se cae a pedazos, porque el Gobierno de Madrid "no tiene recursos para cumplir el compromiso adquirido". Amenaza con prorrogar las concesiones de las autopistas de peaje en Catalunya, para compensar las pérdidas acumuladas por las absurdas y escasas autopistas de pago que circundan Madrid, paralelas a las numerosas autopistas libres de peaje. El Gobierno de España, tanto el anterior, que se autocalificaba como socialista sin serlo, o el actual, que resulta ser maldítamente conservador, sigue optando por vertebrar España, contra criterios inspirados por un mínimo sentido común, con inversiones antieconómicas y políticas centralizadoras, para mayor gloria y beneficio de Madrid y de los afectos al régimen. ¡Y todo ello a costa de recursos financieros producto fundamentalmente del expolio que sufrimos los catalanes y la manifiesta deslealtad practicada con el Gobierno de la Generalitat!. Catalunya y los catalanes, en tales circunstancias, no tenemos futuro en el seno del Estado Español.

La unidad con España acarrea falta de inversiones públicas justas, necesarias, rentables y provechosas para la actividad económica. Inversiones en cualquier caso, precarias e insuficientes. Carecemos de una Sanidad y Educación acordes con los impuestos que pagamos los catalanes. Nuestros pensionistas resultan empobrecidos por el elevado coste de vida que padecemos en Catalunya, a causa de pensiones vergonzosamente bajas. A la vez, las cotizaciones de la Seguridad Social de los catalanes sirven, entre otras cosas, a modo de supuesta solidaridad con otros jubilados, en comunidades que pueden ofrecer mejores y mayores prestaciones a sus ancianos, al ser receptoras netos de la riqueza esquilmada a los egoístas catalanes. Cotizaciones sociales que siguen pasando a engrosar el fondo de pensiones de España, sin que desde Catalunya podamos incidir en la gestión y administración del mismo; acumulados, antes y ahora, gracias y sobre todo a trabajadores y empresas catalanes. En definitiva, sufrimos precariedad de inversiones públicas, boicot económico, expolio fiscal, doble ración de recortes en Sanidad y Educación y progresivo desmantelamiento del Estado de Bienestar; así como menosprecio y desatención premeditado a la cultura y persecución y acoso judicial y político de la lengua catalana. Y ahora, intervención y entrometimiento sobre nuestro ínfimo autogobierno político. Es cuanto los catalanes podemos esperar de España. ¡Que no es poco!.

Pero como estamos hartos, decimos: Va a ser que no;... ya basta. Catalunya cuenta con suficientes recursos humanos, económicos, financieros, culturales e históricos como para ser un gran país, libre, soberano y próspero. Esto solo se podrá alcanzar con la independencia de Catalunya, que tan merecida tenemos. Y a la vista de la realidad actual de España, es absolutamente necesario y urgente conseguirlo. ¡Imprescindible!. Para nuestra supervivencia como Nación, para nuestra felicidad como ciudadanos y para volver a tener esperanza en el futuro de Catalunya.


   

dilluns, 23 d’abril del 2012

SERÀ QUE NO.... JA N'HI HA PROU (va a ser que no; ya basta). (1)

El Gobierno de España ha optado por quitarse el antifaz y mostrar su cara tal cual es. Ha decidido aprovechar la absolutísima mayoría parlamentaria que posee para iniciar con total desvergüenza una especie de contrarreforma socio-política, de inspiración pretendidamente luterana (¿Merkel?), con el inconfesable objetivo de potenciar el nacionalismo hispano, desballestar el estado de bienestar y apabullar, hasta su desaparición, las autonomías que configuran el Estado Español.

Ha aprobado no hace muchos días una Reforma Laboral, a medida de las peticiones e intereses patronales. Esta reforma ha provocado en los dos primeros meses de este año, el crecimiento del número de expedientes de regulación de empleo en Catalunya de más del 74%, lo que significa que se han visto afectados un 126% más de trabajadores; todo ello con respecto al mismo periodo del nefasto año pasado. Como resulta evidente, se han alcanzado los peores vaticinios antes de lo previsto, lo que parece llenar de plena satisfacción a la CEOE y de indisimulado orgullo al Partido Popular. 

Este mismo Gobierno acaba de anunciar unos recortes en Sanidad y Educación, que para los ciudadanos catalanes representa aumentar la presión y precariedad sobre el Estado de Bienestar, hasta límites rotundamente inaceptables. Recordemos que en Catalunya, por iniciativa propia, ya existe un marco de austeridad impulsado por el Gobierno de la Generalitat, al que inexorablemente deberán sumarse las medidas impuestas desde el Estado Español. Puede afirmarse que estamos ante un auténtico desmantelamiento del Estado de Bienestar catalán. Asimismo, el ejecutivo de España considera que no debe rebajar salarios a los empleados públicos de la administración central, como sí ha hecho la Generalitat con los de su competencia,  cumpliendo las exigencias e imposiciones previas del gobierno central. Esto representa una nueva afrenta y discriminación para los funcionarios autonómicos catalanes.

La hostilidad que muestra el Gobierno de Madrid hacia las autonomías y singularmente hacia Catalunya, se traduce en unos Presupuestos Generales que pueden ser inequívocamente calificados como ofensivos y sobre todo, injustos. No contemplan ninguna asignación económica destinada a afrontar las deudas contraídas por el Estado con Catalunya, que ascienden alrededor de 11.000 millones de € -incluyendo las inversiones pendientes en la red de cercanías Barcelona-. Tampoco recogen ninguna dotación para la construcción del Corredor del Mediterráneo, infraestructura declarada como prioritaria por la UE. En su conjunto, la inversión en obra pública para Catalunya desciende un 45% respecto el año pasado -récord en todo el Estado autonómico-. Lo asignado equivale al 11% sobre el total de las inversiones estatales, ocho puntos por debajo de lo legalmente establecido. Resulta inutil denunciar que todas estas decisiones del Gobierno de España, se basan en un sistemático incumplimiento de Leyes españolas. Todo ello coronado por una obscena deslealtad institucional para con el Gobierno de Catalunya. Es altamente llamativo que esta hostilidad y deslealtad, cuando se trata de las todopoderosas entidades financieras, o de la Patronal, se transforma en complicidad, en comunión de intereses y recetas, para que el pato lo paguen los de siempre: las clases medias (en vías de extinción) y especialmente los ciudadanos catalanes. Una infamia de utilización habitual por parte de los políticos españoles. En definitiva, uso y abuso normalizado del españolismo ultramontano.

Comprensiblemente, CiU anuncia una enmienda de totalidad contra los presupuestos populares. Que sin duda provocará una airada reacción del señor Rajoy en Madrid, y de la señora Sanchez-Camacho en Barcelona. El PP pretendía el apoyo de los nacionalistas catalanes, en busca de una especie de plus de legitimidad, para no aparecer como solitarios adalides de las tijeras, contra el resto del mundo. Con todo, es previsible que cómplices no le falten. Son conocidas las dotes de persuasión que tiene los gobiernos españoles, independientemente del color político que luzcan. Si no persuaden con la seducción y las carantoñas, lo hacen con presiones, amenazas y chantajes, armas muy apreciadas en el escenario parlamentario español, junto a la infamia descrita anteriormente . 

Las primeras advertencias ya han sido anunciadas. Desde el Ministerio Hacienda alertan que "cualquier autonomía puede ser sometida a una intervención inmediata", caso de no ajustarse a los planes de austeridad dictados por Madrid. A semejanza de lo que Bruselas (Merkel) hace respecto España, que por cierto, le sirve de coartada perfecta. En esta ocasión, empero, sí utilizarán la legalidad española, la Ley de Estabilidad recién aprobada, como soporte y cobijo de decisiones y acciones desvergonzadamente adoptadas, sin miramientos ni remordimientos de ningún tipo. También se anuncia la intervención del tramo autonómico de la cesta de impuestos traspasados, que pasaría de nuevo a manos del Gobierno de Madrid. Por su parte, la señora Sanchez-Camacho anuncia una concertación de intereses lingüísticos castellanos, entre populares, Ciudadanos y Convivencia Cívica Catalana (¡del inefable Caja!). Les invita a sumar esfuerzos comunes en la innecesaria defensa de la lengua castellana, en Catalunya. ¡Curioso modo de presionar a la Generalitat!. Utilizando la cuestión lingüística, como no hace mucho tiempo hizo la oronda (satisfecha de sí misma) Alicia, manipulando a su propio hijo, con los mismos  ociosos y espurios fines.

Sin embargo, la realidad es tozuda y FUNCAS (Fundación de las Cajas de Ahorro) prevé que la tasa de paro alcance en todo el Estado, más del 26% y que la economía retroceda el 1,5% del PIB, el año 2013. La razón es que los primeros presupuestos del señor Rajoy no contemplan ninguna medida de estímulo para activar la economía; al contrario, provoca consolidación e incremento de la recesión. Recortar no favorece la creación de empleo; ni crecimiento económico; ni que fluya el crédito a las empresas. Pero permite aparecer ante los mercados como un aplicado y obediente alumno, que espera las merecidas palmaditas de aprobación de su severa profesora. Igualmente, consigue centrifugar el déficit público del Gobierno de Madrid hacia las autonomías (Catalunya), para que estas resulten culpables del déficit español, inviables financieramente y por tanto, perfectamente prescindibles previa torticera intervención.

Bien. Hasta aquí la actuación política del Partido Popular. Del señor Rajoy y la señora Sanchez-Camacho. Del Gobierno de Madrid. De España. Pero esta falsa apariencia de firmeza, de serenidad, de autoconfianza, que muestra el nacionalismo español en su conjunto, no oculta la escasez de ideas que tiene, la flaqueza del discurso que emplea, ni la debilidad de los argumentos que utiliza. Ni siquiera disimula los miedos, los temores, las inseguridades que envuelven su atribulado y desconcertado espíritu. Puesto que la realidad, es tozuda. Y en Catalunya, más.


dimarts, 17 d’abril del 2012

LA HISTORIA INACABABLE.

Desde que el Partido Popular obtuvo la contundente victoria electoral el pasado mes de noviembre, las noticias sobre el replanteamiento del Estado autonómico han aumentado considerablemente. La tarea iniciada por el último gobierno socialista (jacobino a ultranza) y el obsceno intento de culpabilizar a las comunidades autónomas (especialmente Catalunya) de todos los males que sufre la economía española, han dado lugar a la insostenible situación actual en que se encuentra el llamado problema catalán. En efecto, el Partido Popular ha retomado el rumbo de colisión y se ha abocado a la pura y dura confrontación contra Catalunya. Dirige todos sus esfuerzos hacia la recentralización y recuperación de competencias y recursos autonómicos. En esta renovada cruzada, recibe el inestimable apoyo e impulso de la prensa madrileña, decidida por lo visto a de-construir el Titulo VIII de la sacro-sancta Constitución Española. Encamina firmemente sus pasos hacia la imposición de la idea de España como única realidad nacionalista válida para los intereses del Estado. Se trata en definitiva, de proseguir la interminable consolidación de la hegemonía castellana, con sede en Madrid, tanto en ámbito idiomático y cultural, como económico y financiero.


Resulta evidente que la toma de La Moncloa por parte del Partido Popular, ha incrementado la hostilidad contra Catalunya. Ahogo financiero de la Generalitat; continuar incumpliendo las obligaciones presupuestarias contraídas; proseguir la histórica discriminación sobre Catalunya de inversiones estatales en infraestructuras; subasta y desmantelamiento del sistema financiero catalán; acoso judicial contra la lengua catalana; hostilidad y discriminación lingüística contra el catalán en el Pais Valenciano, Islas Baleares y Franja aragonesa. En definitiva, un sinfín de decisiones que hacen de la vida de los ciudadanos catalanes un auténtico infierno, lo cual nos afecta notablemente. No solo a causa de los estragos de la crisis económica general, sino también y sobretodo por las obscenidades y atropellos cometidos por el Gobierno Español contra los catalanes. La pregunta es, ¿porqué?. ¿Cual es la razón de tanta animadversión contra Catalunya?. ¿Se busca aniquilar cualquier atisbo de diferencia que pueda existir con la España castellana?. La respuesta es fácil. Estamos ante la inacabable construcción de la Nación Española, uniformemente castellana y geográficamente centralista. Y en este proyecto Catalunya es un incordio, una molestia. Excepto en aquellos frutos (catalanes) que puedan ser de provecho para España. Es decir, los impuestos sustraídos a los catalanes. Esta es la razón que Catalunya sea considerada por parte del Estado Español como una mera colonia a la cual explotar ilimitadamente. Como a cualquier colonia, se le niegan la libertad, la disponibilidad financiera, el desarrollo económico, la autonomía política y se la somete a una aplastante imposición cultural e idiomática, sustitutoria de la autóctona. Y como sea que el Estado de las Autonomías resulta un obstáculo para conseguirlo, se incrementan las hostilidades, tendentes a retomar las riendas en beneficio de la España eterna, es decir, centralista en lo económico, financiero, político, cultural, educativo, deportivo, etc... España una y no diecisiete; España grande con domicilio en Madrid; España libre y uniformemente castellana. Voilà!.

Artículos en la prensa madrileña, sesgados programas en TV pública y privadas, informes y dossieres de fundaciones partidistas y españolistas, sonoras y solemnes declaraciones políticas de representantes conservadores y/o progresistas y la impúdica irrupción en política por parte la judicatura, con ignominiosas resoluciones judiciales cargadas de corporativismo, parcialidad y nacionalismo español. Estos son algunos elementos que caracterizan la cruenta ofensiva anti-catalana en nuestros días. Destinada a poner punto final al experimento iniciado a finales de la década de los 70 del siglo pasado. La Constitución fué un intento -que ahora podemos calificar como rotundamente fallido-, para acomodar entre otras realidades nacionales, a Catalunya como parte de un proyecto plural, que entonces resultaba esperanzador y se mostraba integrador y respetuoso con sensibilidades no castellanas. Pronto apareció el desencanto y las tensiones contrapuestas. El golpe de Estado de Tejero y Milans truncó las ilusiones, por lo menos las catalanas. Se impulsó el café para todos para frenar y diluir el autogobierno de vascos y catalanes y se inició un proceso anti-autonómico in crescendo, que culmina en nuestros días. Por supuesto, la reformulación de las autonomías se hará de forma "que se consiga el  efecto sin que se note el cuidado" ("Instrucción secreta" del fiscal del Consejo de Castilla -1716- a los corregidores de la recién conquistada Catalunya).

La respuesta de Catalunya ha sido el notable incremento a favor del soberanismo entre sus ciudadanos.  En nuestros días, alcanza proporciones casi hegemónicas. Por lo menos, son claramente mayoritarias (y transversales) en la sociedad catalana. Consecuentemente, la independencia es la única alternativa que ofrece garantías para combatir y vencer la grave situación económica y socio-política en que nos encontramos. Y la extensión y profundidad de este movimiento soberanista es de tal magnitud, que hacen inútiles los intentos de la Santa Alianza en sus propósitos a favor del marchito y caduco unionismo pro-español. 


Este fracaso unionista se aprecia en la prensa madrileña, así como algunos periódicos al servicio del ideal español que se publican en Barcelona, en forma de artículos y comentarios supuestamente plurales y realmente uniformadores. También participan en esta ceremonia de indisimulada hispanofilia tertulianos de radio y TV, de derechas, centro e izquierdas. Palabras ambiguas, frases con doble sentido, conceptos engañosos, manifiestas falsedades y manipulación de estadísticas, son algunos de los recursos empleados por los unionistas. Las falacias y la desinformación son utilizados en favor de la unidad de España, contra las comunidades autónomas y apoyando y justificando las decisiones del Gobierno de Rajoy sin aceptar alternativas de ningún tipo. "Al fin y al cabo, hace lo que le mandan desde Europa". El objetivo: lograr la complicidad y apoyo de los ciudadanos españoles en la renacida cruzada nacionalista. Las consecuencias: promover la hostilidad contra Catalunya, atizar la catalanofobia, en definitiva, alentar la confrontación y división que generan conflicto social, internamente entre ciudadanos catalanes y especialmente entre españoles contra catalanes. 


Alicia Sanchez-Camacho ha dado ordenes en su partido para que se responda y rebatan contundentemente los argumentos soberanistas. Así, afirman que Catalunya pasaría a ser uno de los países más pobres de la Unión Europea. Amenazan veladamente con el boicot español a productos catalanes y con la implantación de onerosos aranceles a las exportaciones. Anuncian la exclusión de la Unión Europea y el veto español a las negociaciones de una hipotética adhesión de la Catalunya independiente. Advierten que se producirá una fractura en la sociedad catalana y consecuentemente, la generación de enfrentamientos y conflictos sociales, especialmente a causa de la persecución que por lo visto (?) sufrirán los ciudadanos castellano-parlantes. La Caverna Mediática también aporta su granito de arena a través de sesudos artículos para que los lectores reflexionen acerca de la gran aventura que es España. Tal es el caso de Bieito Rubido, de ABC, en el cual no dan cabida al desquiciado desafío de los nacionalismos periféricos de Catalunya y País Vasco -contra el nacionalismo centralista, se supone-Para alcanzar sus objetivos, apoyan incondicionalmente la profunda tarea reformista que Mariano Rajoy ha puesto en marcha -a pesar que ha llevado a España al borde del abismo, por méritos propios en tan solo tres meses-. Remachan el clavo afirmando pretenciosamente que España conforma un continente en pequeño. España encierra en sí un Universo: la unidad en la diversidad. Lo uno en lo vario. Tanto en la cultura como en la naturaleza, la diversidad es factor de riqueza, estabilidad y equilibrio. Una diversidad no destructiva ni exclusiva. ¡"Sabias", falaces y huecas palabras, frases y conceptos, los que exhiben desde España!. Comparto plenamente otra frase leída en La Razón y firmada por Jesús Fonseca, en su escrito Independencia a costa de España "(sic)": Catalunya proclamará su independencia más pronto que tarde. Añado que será así, a pesar de la mendacidad que caracteriza el proceder del nacionalismo más destructivo que existe en nuestro días: el español.

Lo que en realidad reflejan estas actitudes, por otro lado, tan hispanas, no es más que la certeza que tienen de lo que está aconteciendo en Catalunya. Que no es otra cosa que una imparable avalancha de soporte social a la constitución de un estado propio. La sola idea de la independencia de la Nación catalana, les pone de los nervios. Este irrefrenado temor inspira a la FAES -think tank que supuestamente alimenta de ideas al Partido Popular- a viajar hacia Escocia, donde analizarán el referéndum anunciado, para prevenir las repercusiones que pueda tener en Catalunya. Por fín aceptan que el soporte al estado propio ha pasado de ser un pensamiento sacrílego, a ser el tema entorno el cual gira la realidad catalana en nuestros días. ¡Y, además resulta ser la única alternativa válida!. Ahora solo falta, por su bien, que cambien la consideración que les merece Catalunya y los catalanes y empiecen a actuar como el Gobierno Británico respecto Escocia: con sentido común y de forma auténticamente democrática. Puesto que no hacen mella en nuestras firmes convicciones, las invectivas, mentiras, manipulaciones y amenazas con las cuales España pretende seguir siendo nuestra dueña. El peculiar modo de seducción empleado por España con Catalunya, rebosante de violencia y agresividad, ha resultado un rotundo fracaso. Las paparruchadas que encierran las afirmaciones de A. Sanchez-Camacho, Maria de los Llanos de Luna, M. Rajoy, el PP, A. Pérez-Rubalcaba, P. Navarro, C. Chacón, el PSOE-PSC, la FAES y la Caverna Mediática entre otros, no hacen más que alimentar y fortalecer el soberanismo catalán. Y la inacabable pugna entre España y Catalunya esta a punto de concluir. A favor de Catalunya. ¡Al fín!.



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dijous, 12 d’abril del 2012

LA VIRREINA.


Su excelencia, la señora María de los Llanos de Luna, es Delegada del Gobierno de España en Catalunya.  Se trata de una peripuesta dama de bien, que además es funcionario de carrera y tradición familiar. De origen andaluz y crianza murciana, taifa en la cual culminó sus estudios universitarios con el grado de  licenciada en Derecho. Decidió ampliar su currículum vitae en Catalunya, entre los años 1987 a 1993 como letrada de la Administración de la Seguridad Social. De 1996 a 2003 ascendió a subdirectora y es durante este período cuando alumbra la estrecha amistad con la pizpireta doña Alicia Sánchez-Camacho, actual, fotogénica, locuaz y preclara  líder del Partido Popular en Catalunya. 

No ha sido obstáculo para su rutilante carrera política en el Principado de Catalunya, la sólida formación funcionarial que ostenta, como muchos otros de sus correligionarios de partido. Al contrario, es normal en el sistema político español y especialmente entre los miembros del Partido Popular, iniciar el ciclo profesional, e incluso vital, después de un largo periodo de preparación para opositar y así alcanzar al fin la merecida recompensa de un puesto de trabajo vitalicio. Esto ofrece mucha tranquilidad y seguridad a los militantes de este partido que deciden implementar su vocación de servicio hacia "lo público", transitando alegremente hacia la representación política partidista. Si alguna vez pierden el escaño, siempre pueden retomar sus antiguos oficios en la Administración del Estado, puesto que disfrutan de la condición de empleados públicos per sécula seculórum. Al tiempo, también pueden optar a ingresar a la élite, al sancta sanctórum, donde culmina la vocación institucional de todo buen funcionario: el "aparato del partido" (preferiblemente, en el poder).  No es ocioso apuntar, así mismo, el hecho que entre la pléyade de brillantes miembros de la gran familia del funcionariado, está muy bien visto poseer tal blasón por tradición familiar. La culminación de esta circunstancia se halla en aquellas familias que remontan su historia "pública" a la época de la Restauración, entre 1875 y 1902. Período nítidamente galdosiano, conocido también como turno de partidos, o alternancia entre el conservador Antonio Cánovas del Castillo y el liberal Práxedes Mariano Mateo-Sagasta. (Un inciso: Diríase que esta es la ambición secreta que persiguen las actuales formaciones popular-conservadora y social-liberal. Alternarse ad eternum, hasta alcanzar el súmmum democrático como resulta ser la inefable "nueva" formación político-institucional española conocida como PPSOE).   

Tampoco ha sido un obstáculo en la trayectoria vital de la señora en cuestión, el hecho de haber nacido en Sevilla. Conocida es la entrañable anécdota protagonizada entre S.E. María de los Llanos de Luna y el insigne portavoz del grupo popular en la cámara catalana, señor Enric Millo en la cena navideña del PP catalán. Nuestra heroína sorprendió a los fascinados asistentes al ágape por sus buenas maneras en el cante andaluz, gracias la simpática complicidad del camaleónico portavoz parlamentario catalano-español. Como resulta evidente, puede afirmarse sin la menor duda que el funcionamiento del  ascensor social, en Catalunya, es notablemente eficiente. Como también  demostró en su día el Presidente de la Generalitat, M.H.S. José Montilla, casualmente hijo de Iznájar, allá por las soleadas tierras cordobesas; paisano andaluz (como S.E.) y catalán de adopción. Empero, cierto es que el M.H.S. no goza de los privilegios innatos a los  funcionarios, puesto que no posee tal condición, ni siquiera por tradición familiar. Con todo, ha conseguido estabilizar su carrera laboral, al amparo de las prebendas que, generosamente, dimanan del glorioso Senado español y gracias a las buenas maneras e intercesión del partido socialista, sección catalana.

El profundo arrobo que despierta la trayectoria vital de la señora Maria de los Llanos de Luna, no mengua un ápice los sólidos conocimientos económico-fiscal-identitarios que grácilmente exhibe la insigne dama, ante el asombro de la concurrencia. Efectivamente, recientemente se ha pronunciado sobre las consecuencias que acarrearía para los catalanes, la cacareada independencia de Catalunya. Con grandes dosis de autoconfianza, seguridad en si misma y vehemente contundencia en sus afirmaciones, opina que Catalunya “pasaría de ser una de las comunidades mas ricas de España, a uno de los países más pobres de Europa”. Sagaz cual lince de Doñana y legítimamente orgullosa de haber puesto la españolísina caperuza sobre la n de Cataluña, se permite contradecir al reputado economista Kenneth Rogoff, profesor de la Universidad de Harvard y ex alto empleado del Fondo Monetario Internacional que, por el contrario, afirma “que Catalunya aislada -por independiente- podría ser uno de los países más ricos del Mundo”. Opinión que incomprensiblemente comparten muchos miembros del exclusivo club de economistas con experiencia profesional y formación académica, plenamente contrastadas. 

No se anda con chiquitas cuando lanza sus invectivas contra la independentista bandera estelada, llegando a compararla con la enseña de una banda de música. Sin embargo, como rectificar es de sabios y ella lo es, no le han dolido prendas cuando reflexiona en voz alta, diciendo “no hay banderas ilegales, hay banderas oficiales o no oficiales”. Estas palabras zanjan la polémica que había iniciado y sostenido consigo misma, con motivo de los execrables incidentes ocurridos en el ayuntamiento de Sant Pol de Mar. Recordemos, unos desconocidos habían sustraído la enseña española, culminando la afrenta identitaria colocando en su lugar una estelada. Con todo, si bien no aclara si retirará la amenaza de perseguir judicialmente a los consistorios que no cumplan la Ley de Banderas, debe tenerse en cuenta la extremada generosidad y seny que ha demostrado en el devenir de su mandato institucional, hasta la fecha. Naturalmente, este proceder sobre los signos identitarios españoles se enmarcan dentro de la política que el Gobierno de España y singularmente el Partido Popular promueven, con la única intención de preocuparse intensa y exclusivamente de los problemas que "sí importan a los ciudadanos".

Dios me guarde de aparecer como excesivamente irónico, o incluso agrio y crítico, con las circunstancias que envuelven el proceder y decisiones, tanto de S.E. María de los Llanos de Luna, como por extensión del Partido Popular y el Gobierno de España. Al contrario, creo que es perfectamente entendible el grado de desasosiego, incluso frustración, que debe invadir los espíritus de las insignes personalidades e instituciones estatales, puesto que no resulta comprensible para estos esforzados responsables políticos, intrínsecamente españoles, que se informe impunemente a toda la sociedad que “el soporte a la independencia de Catalunya podría llegar al 70% el 2013”; según recientes estudios de algún reputado centro de opinión (sobre este centro de opinión, cabe destacar que no está domiciliado en la capital de España, por lo que se aconseja poner en cuestión la credibilidad de sus informes, ya que no goza del control y apoyo del PPSOE). Resulta pues explicable la turbación causada por tamaña muestra de desafecto hacia la Nación española. Turbación que se extiende transversalmente entre políticos conservadores y social-liberales. Y también en periodistas y medios de comunicación de la capital del Reino –por ejemplo el diario ABC y su director de cabecera, Bieito Rubido, entre otros-, siempre atentos todos ellos a cualquier tipo de inquietud que azore las formaciones políticas de sus amores. A las cuales intentan ayudar incondicionalmente, por ejemplo, señalando aquellos puntos más sensibles  a los intereses de España, especialmente en lo que hace referencia al Titulo VIII de la Constitución Española (Comunidades Autónomas, es decir, Catalunya y País Vasco), dictaminando la constitucionalidad o no, de las actividades y decisiones adoptadas por las autonomías. Denuncias, sentencias e informaciones que resultan de grande e inspiradora ayuda a los miembros del Tribunal Constitucional, integrado por conspicuos simpatizantes del PP y PSOE, y que les permite la adopción de las adecuadas resoluciones y dictámenes de constitucionalidad o no, en que puedan incurrir las distintas comunidades, especialmente la díscola Catalunya. Obviamente, siempre a favor de los justos y subjetivos intereses hispanos. 

Esta es, grosso modo, Su Excelencia María de los Llanos de Luna (y sus circunstancias). Una gran señora, si tuviera buenos siervos. A semejanza del Cid Campeador... Pero no es el caso. Por lo visto, los catalanes somos de la ceba, para desgracia y trastorno de la España castellana. Y encima, no pedimos perdón por ello. ¿¡Dios les/nos asista!?.

      



dilluns, 9 d’abril del 2012

HOJA DE RUTA PARA LA INDEPENDENCIA DE CATALUNYA (y 2)

PROPUESTAS.


Por si las fuerzas vivas catalanas pueden sacar provecho, ahí va mi propuesta, por otro lado nada original y compartida, sépanlo, por muchos ciudadanos tan impacientes y ansiosos como yo.

A)  Promover un debate en el Parlamento Catalán sobre la independencia. Tras las distintas toma de posición de las fuerzas parlamentarias, debatidos pros y contras en diálogo plural, fluido, sincero, abierto y profundo, proceder a la votación de resoluciones que:

1)  Una resolución que proclame la asunción de la plena soberanía por el pueblo de Catalunya y la exclusiva representación de esta soberanía por parte del Parlamento catalán y de sus legítimos representantes. La resolución deberá motivar nítidamente las causas de la decisión adoptada.
2) En el ejercicio de esta plenitud soberana, votar la independencia de Catalunya y proceder a proclamarla solemne y unilateralmente, caso de recibir el apoyo mayoritario de los parlamentarios.
3)  Consecuentemente con el punto anterior, asumir todas las competencias hasta ahora en manos del Estado Español, de forma exclusiva, excluyente y plena. En especial y prioritariamente, economía y finanzas, asuntos exteriores, trabajos, pensiones y justicia e interior.
4)  Nombramiento de un Gobierno de amplia base, de concentración nacional, que asuma los nombramientos gubernamentales más urgentes y necesarios y promulgue las disposiciones legales pertinentes para la buena marcha del País.


B)  El nuevo Gobierno deberá nombrar los cargos ejecutivos, así como también procederá a delegar en una comisión multipartidista, formada por representantes de las formaciones políticas, expertos y personalidades relevantes de la sociedad civil catalana, la capacidad de negociar con el Estado Español, la Unión Europea y las Naciones Unidas las consecuencias y efectos de la declaración de independencia. Esta comisión negociadora será coordinada por el Gobierno y rendirá cuentas ante el Parlamento Catalán, que será la única instancia con plena autoridad sobre ella. El número de componentes que formen parte de la comisión será lo más reducido que sea posible y su funcionamiento y jerarquía internos serán plenamente autónomos.

C) El nuevo ejecutivo catalán procederá a fijar una fecha convocando a los ciudadanos catalanes a Referéndum de ratificación,o no, de la independencia proclamada unilateralmente por el Parlamento de Catalunya. La fecha de esta consulta no debe ir más allá de tres meses, después de la declaración parlamentaria. La pregunta objeto de votación deberá ser clara y concisa.

D) La acción del Ejecutivo, durante este periodo comprendido entre la proclamación de la independencia y el referéndum de autodeterminación, deberá centrarse en la gobernación del día a día, así como hacerse con el control de todas aquellas instituciones, delegaciones, edificios, empleados públicos, así como cualquier tipo de empresas u organismos, que pudieran ser utilizados contra los intereses de la Catalunya independiente.


E) Siento previsible la reacción española hostil, ante la proclamación del Parlamento catalán, las conversaciones sobre el reparto de activos, pasivos, bienes y propiedades, reservas, patrimonio cultural, defensa, derechos, obligaciones, etc... entre ambas naciones, será sometida al arbitrio, legislación y tribunales internacionales.

F) Transcurridos al menos tres meses desde la proclamación de independencia y una vez celebrado el Referéndum de Autodeterminación, el Parlamento catalán deberá disolverse y el ejecutivo convocará elecciones constituyentes.




EPILOGO.


Todo cuanto antecede, como resulta evidente, es manifiestamente mejorable. Especialmente en los aspectos jurídicos. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que estamos ante un proceso inédito en nuestra historia. Y como los tiempos y circunstancias son singulares, únicos, la independencia de Catalunya también lo es. Comparar procesos soberanistas del pasado y en otros ámbitos geográficos, puede ser útil, aunque ello no sea determinante. Debemos hacer nuestro propio camino al andar.

En cuanto a la futura Constitución catalana, es bueno recordar que existen paises plenamente democráticos cuyas constituciones no se asemejan en nada a los modos y maneras que alumbraron la española. Por lo cual sería deseable huir del modelo español de 1978. Personalmente, preferiría que nuestra Constitución se pareciera a la del Reino Unido, es decir, fuera no escrita y en cualquier caso, fruto de la Historia, la cultura y las tradiciones, así como de la realidad actual, inequívocamente catalanas. No creo en el modelo español, cuyo resultado más evidente es el petrificado fracaso cosechado por el actual texto. Páginas trufadas de ampulosas frases y huecas palabras, conceptos y anhelos rimbombantes, absolutamente inocuos y cuyo cumplimiento, o bien es imposible, o improbable, o incluso indeseado. El actual modelo español ha quedado tan obsoleto como el que desprende la mitificada Constitución de Cadiz.

En definitiva, todo lo que antecede no es más que la lógica reacción por lo que Catalunya y los catalanes estamos sufriendo desde hace trescientos años y que me niego a seguir soportando. Creo que este razonamiento es mayoritariamente compartido por los ciudadanos de esta Nación. El hartazgo y agotamiento resultan ya insoportables. La mezquindad y actual frustración que sufrimos y las inútiles reivindicaciones de justicia y equidad que demandamos de la sorda España, deben dar paso a la esperanza, anhelos, exigencias y autoconfianza, que solo la próxima independencia de Catalunya brindará a los habitantes de este pequeño país, que incansablemente proclamamos nuestra voluntad de ser y sentirnos ciudadanos libres de la soberana Nación catalana.


                                      

    

HOJA DE RUTA PARA LA INDEPENDENCIA DE CATALUNYA (1)



PRÓLOGO.

Todos los indicios que se otean en el horizonte indican que Catalunya se encamina hacia la independencia, a pasos agigantados. Incluso los más recalcitrantes españolistas así lo entienden. El ejemplo más evidente se acaba de producir. El Gobierno del señor Rajoy ha presentado recientemente el anteproyecto de Presupuestos Generales del Estado, para este año 2012. Profundizando entre el alud de cifras consignadas en los mismos, puede observarse una total ausencia de cualquier partida dedicada a satisfacer la deuda que el Estado Español tiene contraída con Catalunya. Asimismo, las inversiones en obras públicas recogidas en ellos, equivalen tan solo al 11% sobre el total del Estado, contraviniendo el Estatuto de Autonomía de Catalunya, Ley Orgánica de España; el cual estipula que la inversión debe ser como mínimo igual a la aportación de Catalunya en el PIB del Estado, esto es, el 19%. Ni siquiera contempla asignación alguna para el Corredor Mediterráneo, que conectará en un próximo futuro, muy a pesar de la ministra Ana Pastor, las comunidades de Catalunya, País Valenciano, Murcia y Andalucía, con Europa.

Diríase que el Gobierno del Partido Popular considera más ventajoso para España el ahorro, en inversiones y otros gastos, de más de 11.000 millones de € acumulados a cuenta de Catalunya. Puesto que de llevarse a término, representarían un oneroso dispendio para España y por el contrario, resultaría altamente beneficioso para la futura Catalunya independiente. ¿Porqué debe España invertir recursos en una región secesionista?, parece preguntarse. Poco importa al Gobierno de Madrid que la totalidad de las inversiones que España ha realizado y realiza en territorio catalán, han sido en el pasado y son en el presente sufragadas íntegramente con los impuestos que los ciudadanos catalanes tributan obligatoriamente en la Hacienda Pública Española. Es más, sobre el total de la riqueza (recordemos, 19% PIB español) que se genera en Catalunya, entre un 8 y 10% anual pasa a formar parte de aquello que España considera como solidaridad interterritorial (forzosa), y que los más benévolos catalanistas califican de expolio fiscal. Vox populi (catalana) dice sentirse víctima de un auténtico robo, ya que esta inacabable sustracción está repercutiendo en el estado de bienestar, e incluso empobreciendo injustamente a la sociedad catalana, tanto a nivel individual, como colectivo. Ciertamente, el hecho que cada año desaparezcan de Catalunya entre 16.000 y 22.000 millones de €, en un largo, extenso e intenso viaje sin retorno ni mínima contrapartida, afecta muy negativamente los bolsillos de todos los catalanes, como también perjudicaría a cualquier otra nación, por más rica i plena que pudiera resultar.

Por todo ello, es entendible que España renuncie a invertir en un territorio, a favor de unos ciudadanos, que más pronto que tarde pasarán a formar parte del universo de naciones y ciudadanos libres y soberanos del Mundo. El castigo que por tamaña osadía impone el Estado Español a los catalanes, aunque comprensible, resulta profundamente injusto, además de odiosamente inmoral. Es la culminación de la depredación y dilapidación de recursos propios de la sociedad catalana, en manos del poder político de Madrid.

No es ocioso pensar que España está preparándose ante la inminente asunción de la independencia de Catalunya. Opinión que también va cogiendo forma allende la frontera pirenaica. Por ejemplo, en Francia. El diario Libération encabeza un artículo sobre Catalunya,  que reza así: Catalogne, le mirage de l’indépendance?. Leyendo el texto, puede afirmarse sin duda alguna que el autor del artículo (para más inri, el notable hispanista de la Universidad de Paris-Est-Créteil, Stéphane Pelletier), sí percibe lo que él califica como “perfume de independencia”.

Bien. Hasta aquí las sensaciones españolas y europeas. Pero, ¿y las percepciones catalanas?. ¿Qué ofrecen los partidos y los políticos catalanes ante la imparable avalancha independentista que se avecina?. Lo cierto es que no parece que tengan muy claras, ni  las ideas, ni el como, ni tan siquiera el cuando. No acaban de creer que ya ahora existe una amplia mayoría de ciudadanos catalanes que estamos dispuestos a aceptar la independencia de nuestra Nación, con absoluta normalidad. No perciben el “perfume de independencia” como lo que es: la única posibilidad que tenemos de alcanzar la libertad, dentro de Europa y fuera de España. También es la única posibilidad de ejercer el control sobre, y disponer de, la totalidad de los impuestos que generamos con nuestro trabajo. En definitiva, se trata de la única posibilidad de decidir sobre los instrumentos necesarios para combatir, con perspectivas de éxito, contra la grave crisis económica y social que sufrimos y que está repercutiendo perniciosamente en la vida diaria de las personas, especialmente, las más desfavorecidas. Además, la independencia es la más sólida garantía para que la lengua y la cultura que caracterizan Catalunya, puedan subsistir a la vorágine multicultural que se está desarrollando en nuestros días, Urbi et orbi. Con la estructura del Estado catalán como garante y protección, la preservación y consolidación de las señas identitarias de Catalunya, significarán la victoria sobre aquellos que durante los últimos siglos, han intentado incansablemente asimilar, prohibir y aniquilar la milenaria Nación catalana. En resumidas cuentas, la independencia en la única y tal vez última oportunidad de supervivencia de Catalunya como Nación. 

dijous, 5 d’abril del 2012

LLANTO, CRUJIR DE HUESOS Y RECHINAR DE DIENTES.

La presentación de los Presupuestos Generales del año 2012, han causado una auténtica conmoción en el mundo político y las instituciones, tanto públicas como privadas, de Catalunya. Por un lado, estos presupuestos contemplan una disminución de las inversiones en infraestructuras, hasta el 45% respecto el año anterior. Se trata del recorte más elevado de todas las comunidades autónomas del Estado. Tan llamativo resulta este hecho, que la Patronal catalana acusa al Gobierno de Madrid de "falta de lealtad hacia Catalunya". Debemos tener en cuenta que tampoco contabiliza los recursos que el Estado Español adeuda a esta Comunidad; 759 millones correspondientes al año 2008 y 219 millones del año 2009. En los actuales presupuestos, solo se destina el 11,1% del total de la inversión, cuando según en vigente Estatuto de Autonomía debería alcanzar el 18,7% sobre el total de inversiones territorializadas del Estado. Lo cual representa más de 1.000 millones que deben sumarse a la cuenta de la vergonzosa morosidad española. Por no figurar, no figura tampoco cantidad alguna dedicada al Corredor Ferroviario Mediterráneo, a pesar de que la UE considera este trazado como prioritario para la red europea. En total y solo en infraestructuras, el importe de la deuda estatal asciende a más de 2.100 millones de €. Para remachar el clavo, la Patronal catalana denuncia que el plan de inversiones en la red de Cercanías de Barcelona comprometido por el Gobierno de Madrid, solo lleva ejecutados en el presente ejercicio poco más del 1%, a dos años de cumplimiento del plazo establecido. Además, los 1.450 millones del Fondo de Competitividad están desaparecidos; de ellos, nunca más se supo. Recientes cálculos han cifrado el total de la deuda española con los catalanes, en más de 11.000 millones €.

La acumulación de impagados del Estado Español con Catalunya resulta escandalosa. Deudas que deben sumarse al inacabable expolio fiscal, en realidad robo, que padecemos los ciudadanos de esta Nación, uno de los últimos enclaves coloniales de Europa.

El portavoz del Gobierno catalán, se limita a constatar que los presupuestos del Estado "no nos gustan nada". Sin embargo, se muestra predispuesto a negociar con Madrid las cifras que ahora se niegan, puesto que "ahora comenzará una tramitación en las Cortes y el ejecutivo catalán utilizará todos los medios a su alcance". ¿Es esta la actitud (dignidad) que cabe esperar del ejecutivo catalán?. 

Me pregunto: ¿Qué más tiene que suceder para que los políticos catalanes se den cuenta que Madrid no ha sido, ni será nunca leal con Catalunya?. Al Gobierno de España, sea del partido que sea, no le importa nada incumplir la ley orgánica (española) que resulta ser el Estatuto de Autonomía catalán. Tampoco pone reparos en ignorar los propios compromisos contraídos, no importándole lo más mínimo la índole de los mismos. El sentido de justicia y solidaridad que tiene el Estado, es perfectamente descriptible: nacional-españolismo de tomo y lomo. Todo lo que se aparte de su percepción unidimensional y uniforme, debe ser combatido con saña y sin tregua; el castellano debe sustituir a las llamadas "lenguas vernáculas", por ser consideradas como una molestia y de rango infinitamente inferior a la universal y gloriosa lengua "española". Para el Estado Español, la auténtica Cultura -con mayúsculas- es la española, de raíz castellana. Cualquier otra manifestación cultural peninsular resulta una enojosa anomalía folclórica, que no merece el más mínimo respeto ni consideración. Así, los idiomas y las culturas no españolas, deben ser aniquiladas con todas las armas que estén a disposición del Estado: Leyes y reglamentos, decretos y normas, pronunciamientos constitucionales, persecución política, judicial, económica, etc... Repito: ¿Qué más tiene que suceder para que los políticos catalanes se den cuenta que Madrid no ha sido, ni será nunca leal con Catalunya y sus ciudadanos?.

Entre los años 1986 al 2009, el déficit fiscal -o expolio, o robo- acumulado por Catalunya, asciende a casi 215.000 millones de €, según fuentes absolutamente fiables. Por cierto, cantidad muy superior a la que Europa ha trasferido a España, hasta la fecha, en calidad de fondos estructurales. Es decir que, graciosamente, alrededor por lo menos el 8% del PIB anual de Catalunya, va a parar a las arcas españolas, sin contrapartida alguna. A esta cantidad deben sumarse las inversiones presupuestadas y nunca ejecutadas. No es un dato muy conocido, pero el promedio de incumplimiento presupuestario con Catalunya se eleva al 25% anual; es decir, cada cuatro años las inversiones del Estado en Catalunya, siempre y cuando se produzcan, salen gratis. Así se explica que las infraestructuras catalanas competencia del Gobierno de Madrid den auténtica pena, por falta inversiones. Son propias de un país tercermundista. Por otro lado, en Catalunya apenas existen autopistas libres de peaje. El 90% son de peaje. ¡Y recientemente la ministra de Fomento Ana Pastor se ha permitido amenazar con prolongar las concesiones de las autopistas catalanas, para que el Estado compense el rescate de las vías de peaje madrileñas, en situación de quiebra total por falta de usuarios!. Es la misma ministra que se empeña en priorizar el Corredor Ferroviario Central, descartado en dos ocasiones por la UE. ¿El desdén mostrado sobre el Corredor Mediterráneo en los presupuestos de este año, tal vez es la represalia de la señora ministra por la decisión adoptada en la Unión Europea sobre su corredor?.

Hace treinta años que luchamos en defensa de la lengua y cultura catalanas. El fracaso ha sido total. No se han logrado ni respeto, ni difusión, ni protección jurídica por parte de las instituciones del Estado Español. Al contrario, solo muestran desprecio y odio hacia el catalán; fomentan la división lingüística en el País Valenciano y en las Baleares; constriñen la difusión de la lengua catalana, a base de ignorar los derechos de los alumnos valencianos que así lo exigen en la enseñanza, o anulando la condición de requisito obligatorio para el catalán, en la administración pública de las Baleares. Censuran las emisiones de TV3 en Valencia. Y todo ello remachado con un absurdo e interminable acoso judicial, por parte de una judicatura decantada exclusivamente hacia el castellano y por lo visto, deudora de las mentiras lingüísticas que propalan desde la caverna mediática madrileña.

En este mismo periodo se han ido incrementando, año tras año, los déficit en obra pública de Catalunya que son de exclusiva competencia del Estado; lo cual ha pasado a formar parte de la típica tradición española y de su prolija Historia. Legislatura tras legislatura, el Gobierno de la Generalitat y los partidos políticos catalanes se han ganado una merecida fama de poseer un exacerbado (e inútil) sentido de Estado, que desde los medios madrileños no han dudado en calificar como puro mercadeo, chantaje, egoismo, insolidaridad, etc... No se les ha ocurrido pensar que cuando se gobierna en minoría, los pactos y acuerdos entre grupos son totalmente democráticos, necesarios y justos. Siempre, Incluso con formaciones catalanistas. La pedagogía desarrollada por la sociedad catalana, a la busca de comprensión, complicidad, simpatía, para Catalunya y los catalanes, ha resultado un monumental fiasco. La restauración de la Generalitat en los inicios de la frustrada transición, fue contestada con la nefasta LOAPA y el café para todos. El "si lo tienen los catalanes, yo también lo quiero" se ha convertido en una singular seña de identidad, que caracteriza la construcción del insostenible (por absurdo) estado autonómico español. Formaciones políticas que se auto-califican como liberales, pretenden estrangular el autogobierno catalán, despojándole las escasas competencias políticas que posee, eso sí, en aras de una supuesta amenaza a la cohesión social y la sagrada unidad de mercado de España. Otros se declaran fervientemente federalistas, al tiempo que se muestran partidarios de la uniformidad, de mendaz igualitarismo y de falaz solidaridad obligatoria, todo ello bañado con abundantes dosis de jacobinismo.

Presión lingüística y cultural. Estrangulamiento financiero del Govern de Catalunya. Múltiples incumplimientos presupuestarios, gubernamentales e institucionales. Acoso  político y social. Persecución judicial y constitucional. Y expolio a los ciudadanos catalanes, en nombre de una falsa y cínica solidaridad hispana, que nos está empobreciendo. Es cuanto podemos esperar del Gobierno e instituciones de España. A los hechos me remito. Los ciudadanos de este pequeño país que es Catalunya ansiamos, anhelamos libertad y justicia. No queremos seguir en esta especie de infierno que ahora padecemos. Estamos hartos de lágrimas amargas y dedazos ajenos en ojos catalanes. Nuestros huesos están cansados de soportar un peso tan descomunal, que nos impide respirar y nos aplasta. La desprotección y hostilidad del Estado Español cansa nuestras mandíbulas, agotadas de permanecer con los dientes eternamente apretados, en actitud de inagotable resistencia. ¿Qué más tenemos que soportar para que nuestros políticos se decidan a ser valientes de una vez?. ¿No se dan cuenta que nuestro aguante ha llegado al límite?. ¿Existe entre nosotros, los catalanes, algún iluso que siga creyendo que es posible permanecer unidos al Estado Español, sintiéndose, pensando, hablando y actuando, exclusivamente como catalán?. ¿Alguien conoce alguna alternativa válida, sustentada en la Justicia, Libertad y Democracia, distinta a la Independencia, que garantice prosperidad, desarrollo económico y social y auténtica equidad cultural, legislativa, fiscal, educativa y sanitaria?.

En el pasado, las autoridades francesas no supieron contestar a preguntas parecidas. El resultado fue una revolución. En la misma época, el hartazgo americano por los abusos de la metrópolis, desembocó en una épica guerra de independencia; los colonizadores no dieron respuesta a preguntas semejantes a las anteriores. Más recientemente, numerosas naciones europeas han recuperado la libertad y soberanía, que un imperio con pies de barro y escasos principios, les había hurtado durante décadas. Otras naciones, optaron por negociar la separación a base de diálogo, pactos y democracia. Algunas, desgraciadamente, alcanzaron la plena libertad después de crueles y fratricidas guerras. ¿Como logrará Catalunya la independencia?. Esperemos que sea ejerciendo la plenitud democrática. Solo depende de los políticos, las formaciones catalanas y las instituciones, públicas y privadas,  si son capaces de responder con valentía y determinación al tipo de preguntas como las que se han formulado más arriba. Si no es así, los acontecimientos acabarán sobrepasándoles. Y el tiempo se agota.

  

    

dilluns, 2 d’abril del 2012

DESPUÉS DE LA HUELGA GENERAL.

Jueves, 29 de marzo de 2012. Huelga General. Después de una jornada de cuasi-parálisis laboral en todo el Estado, al concluir el día, centenares de miles de ciudadanos se manifestaron pacíficamente por las calles de Barcelona para gritar un sonoro no a la Reforma Laboral aprobada por el Gobierno Español. Reforma que colma de plena satisfacción al mundo empresarial, a costa del recorte en derechos laborales. La magnitud de la involución que ello representa, se pone de manifiesto en algunos de los puntos que contempla la citada ley, de inspiración claramente ultra-conservadora. Contratos supuestamente indefinidos, con periodos de prueba de un año, es decir, reincidiendo en la precarización de la contratación; rebaja de las indemnizaciones por despido improcedente o no, y causas de rescisión de contratos absolutamente subjetivas; negociación de convenios de empresa, al margen de los sindicatos, de acuerdos sectoriales y del ámbito geográfico; potestad exclusiva del patrono para modificar unilateralmente las condiciones de trabajo del asalariado, incluyendo reducciones salariales, alteración de jornada y horarios, movilidad geográfica, etc...; despojar a los sindicatos de cualquier atisbo de fuerza y capacidad de actuación; y muchas cosas más.... Realmente se trata más bien de una contra-reforma laboral, puesto que otorga a los patronos una especie de derecho de pernada -siglo XXI- sobre los trabajadores. Estamos ante una nueva figura de empleados por cuenta ajena: esclavos misérrimamente remunerados, precarizados y judicialmente desprotegidos, en manos de la santa voluntad y caprichos del padre-patrono

Mientras se producía el multitudinario desfile sindical, algunos centenares de comandos revienta-marchas se dedicaron a agredir, destrozar, incendiar, amenazar e intimidar, con inusitado salvajismo y bajo una coordinación filo-militar, todo cuanto se les ponía por delante. En definitiva, una amalgama de supuestos activistas, formada por elementos antisistema, ultras de extrema derecha e izquierda en singular maridaje,  así como algunos ácratas y reputados okupas, que se dedicaron a cobrar protagonismo informativo, con la obscura pretensión de hacer buena la propaganda anunciando violencia, que desde medios ultraconservadores habian insinuado (e instigado) en días previos a la huelga. Los alborotadores, actuando como Judas, dieron pábulo a las peregrinas consignas presagiadas por la caverna mediática española, en un desesperado intento por desacreditar y demonizar a todo el movimiento sindical. Afortunadamente, ni siquiera la previsible sobreactuación de los fascistas al uso, ha logrado desdibujar el rotundo éxito cosechado en las movilizaciones sindicales del día 29 de marzo de 2012.

Viernes, 30 de marzo de 2012. El gobierno del señor Rajoy aprueba el proyecto de  Presupuestos Generales del Estado, que contemplan unos recortes en las cuentas públicas por importe de 27.300 millones de €, siguiendo el mandato de Mercozy, la UE y los mercados. Asimismo y entre otras medidas, anuncia una amnistía fiscal para aflorar 25.000 millones € de dinero negro y economía sumergida, que algunos estudios  fiables cuantifican entre 60.000 y 80.000 millones de € fuera de control de la Hacienda Pública española. Además de unos leves retoques en el impuesto de sociedades, el recorte por ministerio es aproximadamente del 17%. Esta es la respuesta que el gobierno del Partido Popular ha dado a la huelga general. Así como un cúmulo de declaraciones, más o menos autorizadas, creíbles y/o contradictorias, recordando  entre otras lindezas la plena disponibilidad de diálogo con las organizaciones sindicales sobre la reforma laboral. Excepto todo aquello que sea sustancial a la misma. Es decir, lo que resulte más lesivo (agresivo) para los intereses de los trabajadores, no será renegociado y consecuentemente, no se modificará. Merkel y los comisarios de la UE apremian la determinación del Gobierno español, mientras aplauden a rabiar hasta con las orejas.

Como puede suponerse, a causa de la ostentosa prepotencia exhibida, se otea en el horizonte un crudo y tosco enfrentamiento entre gobierno popular y sindicatos. Desmesura y egoismo frente justicia laboral y dignidad personal. Ante el vergonzoso entreguismo a las peticiones de la Patronal que tiene el Gobierno de todos los españoles, ¿podía esperarse otro tipo de reacción sindical?. Me temo que no; y esto es lo que precisamente me empuja a presuponer que, en realidad, este encontronazo es deseado, es buscado, por el Partido Popular. Será la excusa perfecta para que las medidas restrictivas que propugna, se extiendan más allá del mundo económico y laboral, abarcando toda la sociedad. Especialmente y por descontado, hacia las administraciones autonómicas, como es evidente desde el minuto uno de la presente legislatura. En definitiva, la alta conflictividad que presumiblemente padeceremos los próximos meses, será utilizada para dar una vuelta de tuerca definitiva a la maltrecha democracia española.

Lo más lamentable de todas estas medidas económicas y laborales, es que resultarán baldías. Estos recortes tan contundentes, 27.300 millones en los presupuestos, y la supresión de derechos laborales y sindicales, conducirán al Estado Español hacia una profunda y prolongada recesión económica, en realidad ya iniciada. También aumentará el grado de precarización en la contratación y provocará una rebaja salarial generalizada, además del aumento del número de desempleados. Siendo todo ello claramente contradictorio con las intenciones anunciadas desde el Poder, tanto español, como europeo. No se ha aprobado ni una sola medida que estimule el consumo; ni las inversiones en infraestructuras que pudieran servir como dinamizador de la actividad económica; ni que favorezcan el crédito bancario, ahora desaparecido, a las empresas que tanto  necesitan para su desarrollo; ni tan solo se ha aprobado medida alguna para combatir la lacra del desempleo desenfrenado que padece la sociedad española. Al contrario, el Gobierno, a medio plazo se verá obligado a modificar al alza el IVA, para compensar el descenso de la recaudación de impuestos causada por la recesión. Lo cual provocará una nueva disminución del consumo. Entretanto, es seguro que aumentarán los beneficios bancarios, puesto que las entidades financieras si son tratadas mimosamente por el poder político, con una deferencia y favoritismo realmente envidiables. A la vez, seguirá destruyéndose empleo. Y la economía del Estado Español se verá abocada irremisiblemente hacia el turismo de sol, playa y alpargata, pasando a ser el destino preferido de las clases medias de la  Europa opulenta, de alegres jubilados del norte y de conspicuos defensores de Eurovegas, juegos de azar y empleos poco cualificados. En definitiva, empleo escasamente retribuido. Trabajos basura y marcadamente serviles. Este es el inmediato y descorazonador futuro que espera a España.

Es un porvenir nada halagüeño. Es el ocaso de los derechos laborales, de salarios justos y suficientes para poder vivir dignamente, así como el fin de la esperanza en un futuro mejor. Recortes, rebajas y escasa protección jurídica. Empobrecimiento y precariedad. Este es el horizonte que tienen reservado los mercados y el capitalismo salvaje para los ciudadanos de todo el Estado Español. Y será así mientras las buenas gentes de este Estado no se decidan a poner espalda contra muro, para contener la actual avalancha que se les viene encima, e iniciar seguidamente el camino hacia adelante, sin pausas y con renovada ilusión. Y arrollando los bastardos intereses de los mercados y la inmoralidad de los mercaderes. Sin miramientos de ningún tipo.