El enésimo caso de corrupción ha estallado en Madrid. Como era previsible, el Partido Popular se encuentra pringado hasta las orejas. Cincuenta y una personas cercanas a ellos han sido detenidas o imputadas por el cobro de comisiones ilegales por adjudicación de obra pública en diversos municipios principalmente de la comunidad madrileña -también de Murcia y Castilla-, por un valor de al menos 250 millones de euros. Están implicados alcaldes y funcionarios, un presidente de diputación e incluso el que llegó a ser mano derecha de la presidenta de la comunidad, Esperanza Aguirre, la lideresa. El ex-secretario general de los populares en Madrid, Francisco Granados, es por ahora la personalidad más relevante implicada en esta exitosa trama, tan putrefacta y obscena como otras similares también cercanas a ellos, que ensucian desde hace tiempo a los conservadores españoles.
Pués bién, el partido alfa de España ya ha iniciado la consabida campaña propagandista de desinformación para esconder la vergüenza provocada por este nuevo caso de indecencia y deshonestidad desatado, que les afecta de arriba a bajo y de derecha a izquierda. En esta tarea de ocultación poseen una gran experiencia acumulada históricamente en asuntos similares anteriores, lo cual les facilita enormemente el maniobrar con absoluta desenvoltura sin que ello les cause ningún tipo de perjuicio político o penal. Ni siquiera quebranto económico alguno, pues sus arcas continúan repletas de dinero -blanco o negro, tanto da-. La gente, hasta ahora, les ha disculpado y han continuado votando -con la nariz tapada- la maltrecha marca política popular. El hecho de ostentar el poder absoluto sobre todo el Estado otorga esta especie de impunidad también absoluta. Además, la operación Púnica -así bautizada por la Guardia Civil- es peccata minuta si la comparamos con la trama Gürtel o el caso Bárcenas, que tan gratos recuerdos despierta en la cúpula popular. Por supuesto, dejando al margen el escándalo de las tarjetas negras de Bankia-Caja Madrid, o las retribuciones con dinero ilegal -tan negro como las tarjetas- dentro de virginales sobres blancos repartidos generosamente entre los más significados militantes populares, también conocidos como los 40 principales o la pandilla de Ali Babá. Además, con la sede de Génova -la cueva- reformada y financiada también con dinero tan negro como el carbón.
Como es de dominio público, los populares sienten un auténtico deleite al utilizar Catalunya y los catalanes para esconderse cómodamente detrás de la catalanofóbia desatada por ellos mismos, tan apreciada por los nacionalistas españoles y cariñosamente cultivada por toda la piel de toro con una dedicación verdaderamente exultante. La trama Púnica ha querido ser enmascarada tras una historia de ciencia ficción -así calificada por el interesado- cuyo principal protagonista es Xavier Trias, alcalde de Barcelona. El Mundo y su equipo habitual de intrépidos periodistas de investigación insinúan que el alcalde posee 13 millones de euros en Andorra, traspasados desde cuentas ubicadas en Suiza. La fuente, la UDEF bajo la máxima autoridad del ministro del Interior Jorge Fernández Díaz. Unidad policial experta en facilitar -filtrar- información verídica o falsa a El Mundo. Recordemos que la UDEF tambien insinuó en su día que Artur Mas tenia dinero acumulado en paraísos fiscales, y lo hizo en plena campaña electoral al Parlamento de Catalunya. Recordemos que la información fué publicada también por el periódico El Mundo y que el director de entonces, P.J. Ramírez, se jactó de haber ganado las elecciones catalanas con aquella noticia. Recordemos que CiU alcanzó unos resultados muy por debajo de los previstos en las encuestas. Recordemos que la noticia se basó en un informe apócrifo y obsceno, supuestamente confeccionado en las cercanías -las cloacas del Estado- del Gobierno de España y de la UDEF....¡Recordemos!. Recordemos y no olvidemos jamás la escasa credibilidad que tienen cuando se refieren a Catalunya y los catalanes, tanto la UDEF, como El Mundo y Jorge Fernández Díaz, casualmente hermano mayor de Alberto, el eterno candidato del Partido Popular a la alcaldía de Barcelona.
Por si no bastaba utilizar la coartada de Xavier Trias, los populares han decidido remachar el clavo impugnando el nuevo 9 de Noviembre, el cual permitirá a los ciudadanos catalanes manifestarse libremente sobre el futuro político de Catalunya. El Gobierno español, amamantado directamente de las ubres de la FAES y que inicialmente había declarado la consulta patrocinada por el señor Mas como una irrelevante costellada, ahora reacciona como si se tratara de un auténtico referéndum de autodeterminación. A pesar que no se cansan de repetir que es inconstitucional, ilegal y antidemocrático. Y como sea que el nuevo 9 de Noviembre en opinión de los populares no ofrece las mínimas garantias democráticas exigibles, han decidido que no pueden consentir que se celebre. Por ello instan al Tribunal Constitucional para que lo prohíba. Debe tenerse en cuenta que el Alto Tribunal jamas ha defraudado los deseos y caprichos del Gobierno de España. Por cierto, algún día el señor Rajoy tendrá que explicarnos como se puede celebrar una consulta con suficientes garantias democráticas si el Gobierno utiliza chapuceramente la brigada Aranzadi -el cuerpo de la abogacía del Estado-, para boicotear cualquier intento legal para hacerlo democráticamente.
A pesar de todo, ni las insinuaciones de El Mundo contra Xavier Trias, ni la recurrente utilización de la brigada Aranzadi y de su Tribunal Constitucional para impedir la decisión democrática de los catalanes sobre Catalunya, han conseguido difuminar el enésimo caso de corrupción que afecta al Partido Popular. Púnica, Gürtel, Bárcenas, Acebes, tarjetas black, sobres negros, cajas B.... Una buena colección de casos, tramas, asuntos, operaciones y mil escándalos más, imposibles de ocultar a la mirada del mundo mundial. Para vergüenza de todo el Estado y de sus aturdidos e indignados ciudadanos. Afortunadamente, los catalanes hemos decidido decir adiós a este gobierno putrefacto, al partido más corrompido de Europa y a un Estado en franca descomposición. Nos duele porque no deseamos ningún mal a los españoles, al contrario. Pero nosotros no podemos hacer nada más. Reconducir y enderezar la situación en que se encuentra España queda en manos de los españoles. Tienen toda nuestra simpatía y apoyo. Pero jamás a costa de la independencia de Catalunya.
Pués bién, el partido alfa de España ya ha iniciado la consabida campaña propagandista de desinformación para esconder la vergüenza provocada por este nuevo caso de indecencia y deshonestidad desatado, que les afecta de arriba a bajo y de derecha a izquierda. En esta tarea de ocultación poseen una gran experiencia acumulada históricamente en asuntos similares anteriores, lo cual les facilita enormemente el maniobrar con absoluta desenvoltura sin que ello les cause ningún tipo de perjuicio político o penal. Ni siquiera quebranto económico alguno, pues sus arcas continúan repletas de dinero -blanco o negro, tanto da-. La gente, hasta ahora, les ha disculpado y han continuado votando -con la nariz tapada- la maltrecha marca política popular. El hecho de ostentar el poder absoluto sobre todo el Estado otorga esta especie de impunidad también absoluta. Además, la operación Púnica -así bautizada por la Guardia Civil- es peccata minuta si la comparamos con la trama Gürtel o el caso Bárcenas, que tan gratos recuerdos despierta en la cúpula popular. Por supuesto, dejando al margen el escándalo de las tarjetas negras de Bankia-Caja Madrid, o las retribuciones con dinero ilegal -tan negro como las tarjetas- dentro de virginales sobres blancos repartidos generosamente entre los más significados militantes populares, también conocidos como los 40 principales o la pandilla de Ali Babá. Además, con la sede de Génova -la cueva- reformada y financiada también con dinero tan negro como el carbón.
Como es de dominio público, los populares sienten un auténtico deleite al utilizar Catalunya y los catalanes para esconderse cómodamente detrás de la catalanofóbia desatada por ellos mismos, tan apreciada por los nacionalistas españoles y cariñosamente cultivada por toda la piel de toro con una dedicación verdaderamente exultante. La trama Púnica ha querido ser enmascarada tras una historia de ciencia ficción -así calificada por el interesado- cuyo principal protagonista es Xavier Trias, alcalde de Barcelona. El Mundo y su equipo habitual de intrépidos periodistas de investigación insinúan que el alcalde posee 13 millones de euros en Andorra, traspasados desde cuentas ubicadas en Suiza. La fuente, la UDEF bajo la máxima autoridad del ministro del Interior Jorge Fernández Díaz. Unidad policial experta en facilitar -filtrar- información verídica o falsa a El Mundo. Recordemos que la UDEF tambien insinuó en su día que Artur Mas tenia dinero acumulado en paraísos fiscales, y lo hizo en plena campaña electoral al Parlamento de Catalunya. Recordemos que la información fué publicada también por el periódico El Mundo y que el director de entonces, P.J. Ramírez, se jactó de haber ganado las elecciones catalanas con aquella noticia. Recordemos que CiU alcanzó unos resultados muy por debajo de los previstos en las encuestas. Recordemos que la noticia se basó en un informe apócrifo y obsceno, supuestamente confeccionado en las cercanías -las cloacas del Estado- del Gobierno de España y de la UDEF....¡Recordemos!. Recordemos y no olvidemos jamás la escasa credibilidad que tienen cuando se refieren a Catalunya y los catalanes, tanto la UDEF, como El Mundo y Jorge Fernández Díaz, casualmente hermano mayor de Alberto, el eterno candidato del Partido Popular a la alcaldía de Barcelona.
Por si no bastaba utilizar la coartada de Xavier Trias, los populares han decidido remachar el clavo impugnando el nuevo 9 de Noviembre, el cual permitirá a los ciudadanos catalanes manifestarse libremente sobre el futuro político de Catalunya. El Gobierno español, amamantado directamente de las ubres de la FAES y que inicialmente había declarado la consulta patrocinada por el señor Mas como una irrelevante costellada, ahora reacciona como si se tratara de un auténtico referéndum de autodeterminación. A pesar que no se cansan de repetir que es inconstitucional, ilegal y antidemocrático. Y como sea que el nuevo 9 de Noviembre en opinión de los populares no ofrece las mínimas garantias democráticas exigibles, han decidido que no pueden consentir que se celebre. Por ello instan al Tribunal Constitucional para que lo prohíba. Debe tenerse en cuenta que el Alto Tribunal jamas ha defraudado los deseos y caprichos del Gobierno de España. Por cierto, algún día el señor Rajoy tendrá que explicarnos como se puede celebrar una consulta con suficientes garantias democráticas si el Gobierno utiliza chapuceramente la brigada Aranzadi -el cuerpo de la abogacía del Estado-, para boicotear cualquier intento legal para hacerlo democráticamente.
A pesar de todo, ni las insinuaciones de El Mundo contra Xavier Trias, ni la recurrente utilización de la brigada Aranzadi y de su Tribunal Constitucional para impedir la decisión democrática de los catalanes sobre Catalunya, han conseguido difuminar el enésimo caso de corrupción que afecta al Partido Popular. Púnica, Gürtel, Bárcenas, Acebes, tarjetas black, sobres negros, cajas B.... Una buena colección de casos, tramas, asuntos, operaciones y mil escándalos más, imposibles de ocultar a la mirada del mundo mundial. Para vergüenza de todo el Estado y de sus aturdidos e indignados ciudadanos. Afortunadamente, los catalanes hemos decidido decir adiós a este gobierno putrefacto, al partido más corrompido de Europa y a un Estado en franca descomposición. Nos duele porque no deseamos ningún mal a los españoles, al contrario. Pero nosotros no podemos hacer nada más. Reconducir y enderezar la situación en que se encuentra España queda en manos de los españoles. Tienen toda nuestra simpatía y apoyo. Pero jamás a costa de la independencia de Catalunya.
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