Si existía alguna posibilidad de entendimiento entre Catalunya y España, el gobierno de Madrit la está dilapidando de la forma más ruin e inmoral que se puede hacer. A la ya antigua amenaza hecha por el ministro Wert de querer imponer la españolización de los niños mediante el sistema educativo catalán, a través de la maldita LOMCE, y con la agotadora utilización meramente partidista de la Justicia española para atacar la inmersión en lengua catalana en los colegios, una nueva vuelta de rosca -del españolisimo garrote vil- ahoga la sociedad catalana. Antes, el collar de hierro que oprime el cuello de los ciudadanos y que nos estrangula ya había sido generosamente utilizado por nuestros aprendices (y resabiados) verdugos políticos. Ley del mercado único, Ley de racionalización y sostenibilidad de la administración local, Plan hidrológico de la cuenca del Ebro, Ley de cajas, Ley de acción exterior; la anunciada reforma de las administraciones públicas que implicaría la supresión del Síndic de Greuges, de la Sindicatura de Comptes, del Servei Meteorològic de Catalunya, o las agencias energéticas, de inspección aeroportuaria y de evaluación del ámbito universitario; la reforma fiscal anunciada para, entre otras razones, uniformar y re-centralizar (o boicotear si fuera menester) los tributos territoriales; y el cambio del sistema de cálculo de las balanzas fiscales para conseguir un resultado adecuado a los intereses de España, es decir, para esconder expolios, agravios y motivos de divorcio político entre el Estado español y Catalunya, son algunas de las vueltas de tuerca que ahogan a los catalanes. Pués bien, ahora el gobierno español quiere reorganizar la concesión de los canales de TDT hecha hace pocos años, de tal manera que TV3 perdería uno de los dos multiplex por los cuales emite. Según dice el ministerio de Industria es así porque lo manda la Unión Europea. Como siempre, la UE es la culpable de todo. Pero el Estado español, directamente responsable, no ofrece alternativas técnicas que por descontado sí existen y que evitarían la afectación sobre la televisión pública de Catalunya.
Sin embargo, la realidad es mucho más descarnada. La auténtica intención del gobierno popular es censurar y aniquilar TV3, porqué en su opinión adoctrina a la sociedad catalana en el independentismo. Inició su lucha contra la lengua y el pluralismo cultural en el País Valenciano, hace unos cuantos años. Al principio, optó por propiciar el secesionismo lingüístico propugnando que el catalán y el valenciano son lenguas distintas. Posteriormente, dificultando al máximo la educación en valenciano (catalán), suprimiendo líneas de enseñanza en la lengua propia del país, o no homologando los títulos de los maestros por haberlos obtenido en catalán en lugar de valenciano. Este tipo de mezquindad y juego sucio significa que tanto ayer como hoy, decenas de miles de familias valencianas no pueden escolarizar a sus hijos en su lengua materna. Para concluir (aunque no es el final) esta cruzada popular-españolista, hace poco tiempo ha finalizado sus emisiones Canal 9, la única emisora de televisión hecha en valenciano (catalán), después de haber prohibido la recepción de TV3 en toda la comunidad valenciana. Pasa lo mismo ahora en las Islas Baleares, con el agravante que allí más del 85% de los padres se habían manifestado favorables a que sus hijos recibieran la educación en catalán. ¡Y lo hicieron después que el gobierno balear se hubiera comprometido a respetar la opinión de los padres!. Naturalmente, los populares han incumplido el compromiso adquirido...., ¡como ya empieza a ser habitual en esta formación política!. Tampoco debemos olvidar la ingeniosa creación del Lapao en Aragón, para intentar conseguir que el idioma que se habla en la franja de poniente no sea reconocido como catalán. Entretanto, en Catalunya, si un alumno castellanoparlante exige -en realidad, sus traumatizados padres- la enseñanza en castellano, los jueces ordenan que toda la clase tiene la obligación de recibir las clases en el idioma de Cervantes, despreciando los derechos de los catalanoparlantes.
El Partido Popular tiene un verdadero problema psicológico con Catalunya. Por un lado, no paran de pregonar su estimación hacia el Principado. Dicen que nos aprecian y admiran, que nos respetan y no quieren que marchemos. "Catalunya es de España", exclaman con rabia. Pero a la vez, acosan a nuestros idioma y cultura de forma enfermiza. Quieren substituir nuestra lengua a cualquier precio por el castellano, cuando reclaman la aplicación del bilingüismo oficial que únicamente practicamos habitualmente los catalanoparlantes; o cuando se duelen amargamente por la supuesta persecución y discriminación lingüística que padecen (imaginariamente) los españoles, en manos de las hordas catalanistas. Desean relegar nuestra cultura e identidad nacional a un nivel meramente folclórico o provinciano, y quieren que abracemos un españolismo pasado de vueltas y cutre, además de estar basado en puro y duro castellanismo. Menosprecia nuestra historia milenaria imponiéndonos la española (castellana) como si se tratara de las Sagradas Escrituras, las cuales todo el mundo ha de obedecer y aceptar como la única verdad inmutable existente en el Universo. Y haciendo gala de una decrépita hidalguía, ofenden nuestra inteligencia cuando afirman que los catalanes cobramos las pensiones y los subsidios de paro gracias a la solidaridad de todos los españoles; o que la Generalitat subsiste financieramente con recursos que generosamente aporta Madrit; o que Catalunya -¿cuando ha sido independiente?, se preguntan- nunca ha gozado de un nivel de autogobierno como el actual.....¡Cuantas falacias!. ¡Cuantas tonterías!. Si tanto nos quieren y respetan, ¿porqué siguen aplicando la misma política lingüística que cuando aprobaron, allá por los principios del siglo XVIII, el Decreto de Nueva Planta?. Es bueno recordar ahora que conmemoramos el tricentenario de la Guerra de Sucesión, que el mencionado decreto fué fruto directo de la sangrienta conquista y posterior ocupación de Catalunya, en manos de los ejércitos borbónicos. Ya es hora de derogar la letra y el espíritu que lo inspiraron: "que se consiga el efecto sin que se note el cuidado". Y también va siendo hora de aceptar por fin que ya estamos en pleno siglo XXI. De paso, podrían reconocer que nosotros no somos castellanos, sino catalanes. Porqué queremos y nos gusta. Ni mejores, ni peores. ¡Pero somos catalanes!. Respeten nuestra lengua, cultura y tradiciones. Reconozcan de una puñetera vez que Catalunya es una Nación, porqué así lo queremos y sentimos la mayoría de catalanes. Dejen de manipular tanto la historia del pasado como la del presente y no mientan más. En cuanto a las pensiones y subsidios de paro de ahora, las pagamos con las cotizaciones de los trabajadores y empresas catalanes a la Seguridad Social, acumuladas tiempo atrás en el fondo de pensiones, fondo que por cierto también sirve para pagar a los parados y jubilados españoles, en buena parte gracias a la solidaridad catalana. ¡Y no al revés!. Y si nos centramos en la financiación de la Generalitat, ¿porqué no reconocen el expolio fiscal que imponen a los ciudadanos catalanes?. Más de 16.000 millones de euros anuales, cifra admitida incluso por el reconocido anticatalán Jose Antonio Monago, el actual presidente de Extremadura.
Lo más indignante de todo es esta afirmación que hacen tan desvergonzadamente, cuando dicen que nunca Catalunya ha gozado de más autogobierno como tiene ahora.... Entonces, ¿porqué aumenta día a día la voluntad y las decisiones recentralizadoras del gobierno de España?. ¿Porqué razón todas, absolutamente todas las nuevas normas, reglamentos, decretos, leyes, resoluciones y sentencias -judiciales o no- dictadas por el Estado español están encaminadas a invadir, recortar, condicionar, suprimir o descafeinar las competencias de las comunidades autónomas?. ¡Especialmente las catalanas!. La voluntad de harmonizar, de uniformar, de igualar, en definitiva de loapizar, es más grande que su voluntad de respetar la sagrada Constitución española, que manosean como y cuando quieren sin la menor contemplación.
Ciertamente, el entendimiento ya es imposible. Los intereses y objetivos de Madrit (de España) y Catalunya hace tiempo que no son coincidentes. El Estado español se encuentra en manos de altos funcionarios de larguísima tradición familiar como servidores públicos plenamente institucionalizados, de abogados de Estado (la nueva clase social), de una burguesía decadente de raíces aristocráticas, de acomodados burócratas, de militares de alta graduación, de jueces y magistrados de altas instancias, y de poderosos empresarios hijos del régimen (especuladores, banqueros, grandes constructores de obra pública) todos ellos drogodependientes del BOE y de los presupuestos generales del Estado. También se encuentra en manos de supuestos magnates de la comunicación y sus sicarios amarillentos, más preocupados de preservar su propio estatus e influencias, que no de informar con objetividad. Regularmente intercambian cromos y favores en el palco presidencial del Bernabeu. Son unos pocos miles de familias, pero cuidan denodadamente mantener sus privilegios y de repartirse el suculento pastel.... Es la insondable Villa y Corte de Madrit. La crème de la crème. Entretanto, en Catalunya existe un pueblo pacífico y alegre que lucha por vivir normalmente, para poder prosperar sin pagar peajes. Que tiene esperanzas, fuerzas y confianza en si mismo. Que se esfuerzan para llegar donde quieren llegar. Que está ansioso para conseguir la libertad. Que mayoritariamente quiere la independencia. Y se duele que los poderes fácticos españoles menosprecien sus demandas de democracia, cuando le niegan el derecho a votar sobre su futuro político. La Corte no quiere ceder poder para no perder privilegios y prebendas, mientras la mayoría de catalanes quieren decidir el futuro de Catalunya en paz y libertad para recuperar el respeto, la dignidad y los recursos que ahora nos niegan y que se hallan bajo control español. Es por todo esto que el entendimiento es imposible.... ¡Si Madrit ni siquiera reconoce el liderazgo de los ciudadanos en el proceso de secesión iniciado por la sociedad civil, de abajo arriba!. ¡Si creen que matando al presidente Artur Mas matarán los anhelos soberanistas!. ¡Si aún piensan que son los partidos políticos catalanes los que empujan en proceso!. No quieren, no pueden, ni saben que és lo que está pasando realmente en Catalunya. Ellos mismos se están metiendo en un callejón sin salida. Solo les queda el camino de la represión, de la violencia. Solo pueden mentir, manipular e insultar. Creen que los hechos y reivindicaciones políticas se resuelven en los tribunales, con la Policía Nacional, la Guardia Civil y la guerra sucia del CNI. Pero no a base de más democracia. Por todo ello fracasarán.
Tarde o temprano ganará la democracia por encima del autoritarismo y la agresividad de la Villa y Corte. Además, la Unión Europea no se puede permitir que en el flanco sur del continente se desate un proceso de inestabilidad económica e incertidumbre política que pueden derivar en enfrentamientos violentos entre agredidos -en defensa propia- y agresores provocado por la escasez de principios democráticos de España, y que pondría en peligro los intereses de la misma Unión.... Cuando España se vea empujada a respetar la democracia, habrá agotado la credibilidad y estima de los catalanes. Ya será demasiado tarde. Es por todo esto que el entendimiento político entre Catalunya y España, ahora y en el futuro, ya es imposible... ¡Pero continua siendo necesario!
Sin embargo, la realidad es mucho más descarnada. La auténtica intención del gobierno popular es censurar y aniquilar TV3, porqué en su opinión adoctrina a la sociedad catalana en el independentismo. Inició su lucha contra la lengua y el pluralismo cultural en el País Valenciano, hace unos cuantos años. Al principio, optó por propiciar el secesionismo lingüístico propugnando que el catalán y el valenciano son lenguas distintas. Posteriormente, dificultando al máximo la educación en valenciano (catalán), suprimiendo líneas de enseñanza en la lengua propia del país, o no homologando los títulos de los maestros por haberlos obtenido en catalán en lugar de valenciano. Este tipo de mezquindad y juego sucio significa que tanto ayer como hoy, decenas de miles de familias valencianas no pueden escolarizar a sus hijos en su lengua materna. Para concluir (aunque no es el final) esta cruzada popular-españolista, hace poco tiempo ha finalizado sus emisiones Canal 9, la única emisora de televisión hecha en valenciano (catalán), después de haber prohibido la recepción de TV3 en toda la comunidad valenciana. Pasa lo mismo ahora en las Islas Baleares, con el agravante que allí más del 85% de los padres se habían manifestado favorables a que sus hijos recibieran la educación en catalán. ¡Y lo hicieron después que el gobierno balear se hubiera comprometido a respetar la opinión de los padres!. Naturalmente, los populares han incumplido el compromiso adquirido...., ¡como ya empieza a ser habitual en esta formación política!. Tampoco debemos olvidar la ingeniosa creación del Lapao en Aragón, para intentar conseguir que el idioma que se habla en la franja de poniente no sea reconocido como catalán. Entretanto, en Catalunya, si un alumno castellanoparlante exige -en realidad, sus traumatizados padres- la enseñanza en castellano, los jueces ordenan que toda la clase tiene la obligación de recibir las clases en el idioma de Cervantes, despreciando los derechos de los catalanoparlantes.
El Partido Popular tiene un verdadero problema psicológico con Catalunya. Por un lado, no paran de pregonar su estimación hacia el Principado. Dicen que nos aprecian y admiran, que nos respetan y no quieren que marchemos. "Catalunya es de España", exclaman con rabia. Pero a la vez, acosan a nuestros idioma y cultura de forma enfermiza. Quieren substituir nuestra lengua a cualquier precio por el castellano, cuando reclaman la aplicación del bilingüismo oficial que únicamente practicamos habitualmente los catalanoparlantes; o cuando se duelen amargamente por la supuesta persecución y discriminación lingüística que padecen (imaginariamente) los españoles, en manos de las hordas catalanistas. Desean relegar nuestra cultura e identidad nacional a un nivel meramente folclórico o provinciano, y quieren que abracemos un españolismo pasado de vueltas y cutre, además de estar basado en puro y duro castellanismo. Menosprecia nuestra historia milenaria imponiéndonos la española (castellana) como si se tratara de las Sagradas Escrituras, las cuales todo el mundo ha de obedecer y aceptar como la única verdad inmutable existente en el Universo. Y haciendo gala de una decrépita hidalguía, ofenden nuestra inteligencia cuando afirman que los catalanes cobramos las pensiones y los subsidios de paro gracias a la solidaridad de todos los españoles; o que la Generalitat subsiste financieramente con recursos que generosamente aporta Madrit; o que Catalunya -¿cuando ha sido independiente?, se preguntan- nunca ha gozado de un nivel de autogobierno como el actual.....¡Cuantas falacias!. ¡Cuantas tonterías!. Si tanto nos quieren y respetan, ¿porqué siguen aplicando la misma política lingüística que cuando aprobaron, allá por los principios del siglo XVIII, el Decreto de Nueva Planta?. Es bueno recordar ahora que conmemoramos el tricentenario de la Guerra de Sucesión, que el mencionado decreto fué fruto directo de la sangrienta conquista y posterior ocupación de Catalunya, en manos de los ejércitos borbónicos. Ya es hora de derogar la letra y el espíritu que lo inspiraron: "que se consiga el efecto sin que se note el cuidado". Y también va siendo hora de aceptar por fin que ya estamos en pleno siglo XXI. De paso, podrían reconocer que nosotros no somos castellanos, sino catalanes. Porqué queremos y nos gusta. Ni mejores, ni peores. ¡Pero somos catalanes!. Respeten nuestra lengua, cultura y tradiciones. Reconozcan de una puñetera vez que Catalunya es una Nación, porqué así lo queremos y sentimos la mayoría de catalanes. Dejen de manipular tanto la historia del pasado como la del presente y no mientan más. En cuanto a las pensiones y subsidios de paro de ahora, las pagamos con las cotizaciones de los trabajadores y empresas catalanes a la Seguridad Social, acumuladas tiempo atrás en el fondo de pensiones, fondo que por cierto también sirve para pagar a los parados y jubilados españoles, en buena parte gracias a la solidaridad catalana. ¡Y no al revés!. Y si nos centramos en la financiación de la Generalitat, ¿porqué no reconocen el expolio fiscal que imponen a los ciudadanos catalanes?. Más de 16.000 millones de euros anuales, cifra admitida incluso por el reconocido anticatalán Jose Antonio Monago, el actual presidente de Extremadura.
Lo más indignante de todo es esta afirmación que hacen tan desvergonzadamente, cuando dicen que nunca Catalunya ha gozado de más autogobierno como tiene ahora.... Entonces, ¿porqué aumenta día a día la voluntad y las decisiones recentralizadoras del gobierno de España?. ¿Porqué razón todas, absolutamente todas las nuevas normas, reglamentos, decretos, leyes, resoluciones y sentencias -judiciales o no- dictadas por el Estado español están encaminadas a invadir, recortar, condicionar, suprimir o descafeinar las competencias de las comunidades autónomas?. ¡Especialmente las catalanas!. La voluntad de harmonizar, de uniformar, de igualar, en definitiva de loapizar, es más grande que su voluntad de respetar la sagrada Constitución española, que manosean como y cuando quieren sin la menor contemplación.
Ciertamente, el entendimiento ya es imposible. Los intereses y objetivos de Madrit (de España) y Catalunya hace tiempo que no son coincidentes. El Estado español se encuentra en manos de altos funcionarios de larguísima tradición familiar como servidores públicos plenamente institucionalizados, de abogados de Estado (la nueva clase social), de una burguesía decadente de raíces aristocráticas, de acomodados burócratas, de militares de alta graduación, de jueces y magistrados de altas instancias, y de poderosos empresarios hijos del régimen (especuladores, banqueros, grandes constructores de obra pública) todos ellos drogodependientes del BOE y de los presupuestos generales del Estado. También se encuentra en manos de supuestos magnates de la comunicación y sus sicarios amarillentos, más preocupados de preservar su propio estatus e influencias, que no de informar con objetividad. Regularmente intercambian cromos y favores en el palco presidencial del Bernabeu. Son unos pocos miles de familias, pero cuidan denodadamente mantener sus privilegios y de repartirse el suculento pastel.... Es la insondable Villa y Corte de Madrit. La crème de la crème. Entretanto, en Catalunya existe un pueblo pacífico y alegre que lucha por vivir normalmente, para poder prosperar sin pagar peajes. Que tiene esperanzas, fuerzas y confianza en si mismo. Que se esfuerzan para llegar donde quieren llegar. Que está ansioso para conseguir la libertad. Que mayoritariamente quiere la independencia. Y se duele que los poderes fácticos españoles menosprecien sus demandas de democracia, cuando le niegan el derecho a votar sobre su futuro político. La Corte no quiere ceder poder para no perder privilegios y prebendas, mientras la mayoría de catalanes quieren decidir el futuro de Catalunya en paz y libertad para recuperar el respeto, la dignidad y los recursos que ahora nos niegan y que se hallan bajo control español. Es por todo esto que el entendimiento es imposible.... ¡Si Madrit ni siquiera reconoce el liderazgo de los ciudadanos en el proceso de secesión iniciado por la sociedad civil, de abajo arriba!. ¡Si creen que matando al presidente Artur Mas matarán los anhelos soberanistas!. ¡Si aún piensan que son los partidos políticos catalanes los que empujan en proceso!. No quieren, no pueden, ni saben que és lo que está pasando realmente en Catalunya. Ellos mismos se están metiendo en un callejón sin salida. Solo les queda el camino de la represión, de la violencia. Solo pueden mentir, manipular e insultar. Creen que los hechos y reivindicaciones políticas se resuelven en los tribunales, con la Policía Nacional, la Guardia Civil y la guerra sucia del CNI. Pero no a base de más democracia. Por todo ello fracasarán.
Tarde o temprano ganará la democracia por encima del autoritarismo y la agresividad de la Villa y Corte. Además, la Unión Europea no se puede permitir que en el flanco sur del continente se desate un proceso de inestabilidad económica e incertidumbre política que pueden derivar en enfrentamientos violentos entre agredidos -en defensa propia- y agresores provocado por la escasez de principios democráticos de España, y que pondría en peligro los intereses de la misma Unión.... Cuando España se vea empujada a respetar la democracia, habrá agotado la credibilidad y estima de los catalanes. Ya será demasiado tarde. Es por todo esto que el entendimiento político entre Catalunya y España, ahora y en el futuro, ya es imposible... ¡Pero continua siendo necesario!
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