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divendres, 30 de maig del 2014

¡MÁS BIEN ES CUESTIÓN DE "FRIKIS"!.

Llantos. Angustia. Tristeza. Desazón. Estos son algunos de los sentimientos que se han desatado en España, después de las votaciones celebradas en toda Europa el pasado domingo, 25 de mayo. Tanto en el Estado como en la Unión la participación ha sido escandalosamente exigua y los resultados inquietantemente obscenos. La cámara europea estará repleta de parlamentarios estrafalarios y euro-escépticos, o cuanto menos muy críticos con la realidad europea de ahora que, no se olvide, es hija directa de la familia que componen el grupo popular -con Angela Merkel en calidad de matriarca-, y el socialista -con François Hollande en el papel de gran patriarca-. España, que no es más que un pésimo corolario de esta unión incestuosa conformada desde siempre en Europa, cuenta con Mariano Rajoy como madre superiora y Alfredo Pérez Rubalcaba como padre franciscano, ambos también popular-socialistas convencidos. Aparentemente, el Estado español se ve libre de esta pesadilla. "En España no hay euro-escépticos ni extrema derecha", proclaman orgullosamente.... ¡Por el contrario, está llena de frikis!. O así me lo parece.

Porqué, ¡vamos a ver!. ¿Como definiríamos un partido que se jacta de honestidad y transparencia y que se halla atrapado en las redes de la corrupción más escandalosa que nunca haya existido?. Gürtel, trapicheos y suculentas comisiones a espuertas; Bárcenas y sus millones de euros fugados a Suiza, contabilidad y caja B populares y sobres repletos de dinero negro a disposición de destacados militantes y dirigentes de este mismo partido; Jaume Matas, imputado por doce delitos de corrupción en la Baleares; Francisco Camps y la ruinosa -y turbia- megalomanía constructora valenciana; Carlos Fabra y su aeropuerto sin aviones -y su increíble suerte en la lotería-; la atemorizadora Sánchez Camacho, que viene a ser lo mismo que decir comadreo, espionaje y La Camarga; la virreina Llanos de Luna y su oneroso y cutre no-nacionalismo español; y la nefasta gestión de BANKIA, infectada por los populares hasta la médula, que arrastró tras de sí al sistema financiero de España hasta el punto de tener que ser rescatado -intervenido- por Europa. Por supuesto, según Mariano Rajoy con "un préstamo bancario en condiciones muy favorables"....¡Ecs!!!. Y que acabarán pagando incluso los tataranietos de todos los españoles....¡Buff!!!.

Hemos de tener presente que el Partido Popular es el que apoya parlamentariamente al gobierno de España. Posee una avasalladora mayoría absoluta en las Cortes. Controla todas las instituciones e instancias del Estado. Incluso aquellas que tendrían que ser teóricamente independientes o al menos neutrales. Pués bien: Este gobierno hace aguas por todas partes. Sigue a pies juntillas las demandas de la patronal española, y las de Merkel y la troika -es decir, Comisión Europea, Banco Central y Fondo Monetario-, incluidas aquellas que perjudican gravemente a jubilados, infancia, ocupados, parados y clases medias y populares, en general. Los diputados conservadores imponen sin contemplaciones el ideario político más retrógrado que jamás haya existido: LOMCE, aborto, seguridad ciudadana, amnistía fiscal para los poderosos, limitaciones y recortes en la sanidad pública, abolición de la justicia universal, para mayor gloria y fortuna de los traficantes de droga internacionales; leyes recentralizadoras y anti-autonómicas, etc.... El PP, además interfiere -manipula- el Tribunal Constitucional, el Consejo General del Poder Judicial, la fiscalía general y si se tercia, a jueces y magistrados que se pongan a tiro; y también a la policía y guardia civil, los cuales en muchos casos son utilizados como meros sicarios a las órdenes del partido hegemónico. Nombramientos de magistrados amigos y sumisos, policías que confeccionan informes contra adversarios políticos, fiscales que actúan más como abogados defensores de algunos imputados que no como acusadores, periodistas a disposición de los poderes fácticos mediante dossieres apócrifos y filtraciones interesadas de los aparatos del estado, guerra sucia desde las cloacas de este mismo estado contra políticos catalanes o contra la oposición.... Un sinfín de extravagancias y vesanias absolutamente autoritarias que definen con meridiana claridad la ínfima calidad democrática de la España popular. ¡Será por esta razón que en España no hay extrema derecha!. ¿Para que la necesitan, si la llevan por encima, por dentro y por todas partes?.

¿Que decir de los socialistas?. Como casi todas las formaciones políticas del estado también disfrutan de una buena dosis de corrupción propia. Principalmente -pero no únicamente- en Andalucía, con el escándalo de los ERE en su plenitud. A su vez, se esconden detrás de un supuesto federalismo que proponen como tercera vía -panacea-, como substituto del independentismo dominante en Catalunya. Como era previsible, el éxito cosechado ha sido realmente penoso.... ¡El federalismo socialista no se lo creen ni ellos mismos!. Lo que realmente pasa con esta formación supuestamente progresista es que ha olvidado -ha traicionado- sus orígenes y principios. La política económica y social que ha desarrollado cuando ha saboreado las mieles del poder son casi las mismas que las practicadas por el Partido Popular. El Partido Socialista Obrero Español ya no es socialista. Ni está a favor de los obreros; al contrario. Actualmente el PSOE, como el PP, no son más que vulgares correas de trasmisión de los intereses de los poderes fácticos domiciliados en Madrid, a los cuales se someten con gusto y placer. Madrit, para entendernos, ha conquistado para sí el bipartidismo español. Y lo ha trasformado en una seña de identidad de la nación española. Por supuesto, ambas formaciones no se reconocen como nacional-españolistas. O eso quieren que creamos, por cierto, sin ningún éxito.

Ante este panorama no debe extrañarnos que hayan surgido como setas nuevas o renovadas formaciones políticas, las cuales porfían denodadamente -y por el momento con éxito- para alcanzar su cuota de poder a costa del PP y del PSOE. En consecuencia, populares y socialistas tienen arcadas, sienten angustia y una inmensa tristeza, puesto que ahora tendrán que repartir el pastel con otros protagonistas. Y lo que resulta más escalofriante para ellos: confirma la tendencia a la baja de ambas formaciones. ¡Se ha acabado el bipartidismo!, se lamentan. ¡Y lloran desconsoladamente por que se cierne sobre ellos la irrelevancia política!.

Y como guinda del pastel, lo que ha hecho la Unión Europea estos últimos años no es muy diferente de lo hecho en España -excluyendo la inigualable corrupción nacional-. Además, mucho de lo hecho ha sido impuesto al Estado español -y a otros- por la misma Comisión Europea. Por tanto, no resulta extraño que la reacción de los votantes europeos haya sido similar. O viceversa. La debilidad del bipartidismo aumenta y se consolida también en el Parlamento europeo.... ¡Nunca una política de recortes sociales de inspiración ultra-liberal podría haber conseguido el suicidio político de la Unión Europea con mayor eficacia, contundencia y rapidez, sin la inestimable torpeza cometida por los jefes de estado o gobierno europeos, bajo el maternal mandato de Angela Merkel, el BCE y el FMI....!. ¡Así es la Europa de los estrafalarios!. ¡Esto es la Unión de los desdichados!. ¡Esta es la Comisión de los malnacidos....!. ¡Más bien es cuestión de frikis!. También en el Estado español.








divendres, 23 de maig del 2014

ENTENDIMIENTO POLÍTICO IMPOSIBLE.

Si existía alguna posibilidad de entendimiento entre Catalunya y España, el gobierno de Madrit la está dilapidando de la forma más ruin e inmoral que se puede hacer. A la ya antigua amenaza hecha por el ministro Wert de querer imponer la españolización de los niños mediante el sistema educativo catalán, a través de la maldita LOMCE, y con la agotadora utilización meramente partidista de la Justicia española para atacar la inmersión en lengua catalana en los colegios, una nueva vuelta de rosca -del españolisimo garrote vil- ahoga la sociedad catalana. Antes, el collar de hierro que oprime el cuello de los ciudadanos y que nos estrangula ya había sido generosamente utilizado por nuestros aprendices (y resabiados) verdugos políticos. Ley del mercado único, Ley de racionalización y sostenibilidad de la administración local, Plan hidrológico de la cuenca del Ebro, Ley de cajas, Ley de acción exterior; la anunciada reforma de las administraciones públicas que implicaría la supresión del Síndic de Greuges, de la Sindicatura de Comptes, del Servei Meteorològic de Catalunya, o las agencias energéticas, de inspección aeroportuaria y de evaluación del ámbito universitario; la reforma fiscal anunciada para, entre otras razones, uniformar y re-centralizar (o boicotear si fuera menester) los tributos territoriales; y el cambio del sistema de cálculo de las balanzas fiscales para conseguir un resultado adecuado a los intereses de España, es decir, para esconder expolios, agravios y motivos de divorcio político entre el Estado español y Catalunya, son algunas de las vueltas de tuerca que ahogan a los catalanes. Pués bien, ahora el gobierno español quiere reorganizar la concesión de los canales de TDT hecha hace pocos años, de tal manera que TV3 perdería uno de los dos multiplex por los cuales emite. Según dice el ministerio de Industria es así porque lo manda la Unión Europea. Como siempre, la UE es la culpable de todo. Pero el Estado español, directamente responsable, no ofrece alternativas técnicas que por descontado sí existen y que evitarían la afectación sobre la televisión pública de Catalunya.

Sin embargo, la realidad es mucho más descarnada. La auténtica intención del gobierno popular es censurar y aniquilar TV3, porqué en su opinión adoctrina a la sociedad catalana en el independentismo. Inició su lucha contra la lengua y el pluralismo cultural en el País Valenciano, hace unos cuantos años. Al principio, optó por propiciar el secesionismo lingüístico propugnando que el catalán y el valenciano son lenguas distintas. Posteriormente, dificultando al máximo la educación en valenciano (catalán), suprimiendo líneas de enseñanza en la lengua propia del país, o no homologando los títulos de los maestros por haberlos obtenido en catalán en lugar de valenciano. Este tipo de mezquindad y juego sucio significa que tanto ayer como hoy, decenas de miles de familias valencianas no pueden escolarizar a sus hijos en su lengua materna. Para concluir (aunque no es el final) esta cruzada popular-españolista, hace poco tiempo ha finalizado sus emisiones Canal 9, la única emisora de televisión hecha en valenciano (catalán), después de haber prohibido la recepción de TV3 en toda la comunidad valenciana. Pasa lo mismo ahora en las Islas Baleares, con el agravante que allí más del 85% de los padres se habían manifestado favorables a que sus hijos recibieran la educación en catalán. ¡Y lo hicieron después que el gobierno balear se hubiera comprometido a respetar la opinión de los padres!. Naturalmente, los populares han incumplido el compromiso adquirido...., ¡como ya empieza a ser habitual en esta formación política!. Tampoco debemos olvidar la ingeniosa creación del Lapao en Aragón, para intentar conseguir que el idioma que se habla en la franja de poniente no sea reconocido como catalán. Entretanto, en Catalunya, si un alumno castellanoparlante exige -en realidad, sus traumatizados padres- la enseñanza en castellano, los jueces ordenan que toda la clase tiene la obligación de recibir las clases en el idioma de Cervantes, despreciando los derechos de los catalanoparlantes.

El Partido Popular tiene un verdadero problema psicológico con Catalunya. Por un lado, no paran de pregonar su estimación hacia el Principado. Dicen que nos aprecian y admiran, que nos respetan y no quieren que marchemos. "Catalunya es de España", exclaman con rabia. Pero a la vez, acosan a nuestros idioma y cultura de forma enfermiza. Quieren substituir nuestra lengua a cualquier precio por el castellano, cuando reclaman la aplicación del bilingüismo oficial que únicamente practicamos habitualmente los catalanoparlantes; o cuando se duelen amargamente por la supuesta persecución y discriminación lingüística que padecen (imaginariamente) los españoles, en manos de las hordas catalanistas. Desean relegar nuestra cultura e identidad nacional a un nivel meramente folclórico o provinciano, y quieren que abracemos un españolismo pasado de vueltas y cutre, además de estar basado en puro y duro castellanismo. Menosprecia nuestra historia milenaria imponiéndonos la española (castellana) como si se tratara de las Sagradas Escrituras, las cuales todo el mundo ha de obedecer y aceptar como la única verdad inmutable existente en el Universo. Y haciendo gala de una decrépita hidalguía, ofenden nuestra inteligencia cuando afirman que los catalanes cobramos las pensiones y los subsidios de paro gracias a la solidaridad de todos los españoles; o que la Generalitat subsiste financieramente con recursos que generosamente aporta Madrit; o que Catalunya -¿cuando ha sido independiente?, se preguntan- nunca ha gozado de un nivel de autogobierno como el actual.....¡Cuantas falacias!. ¡Cuantas tonterías!. Si tanto nos quieren y respetan, ¿porqué siguen aplicando la misma política lingüística que cuando aprobaron, allá por los principios del siglo XVIII, el Decreto de Nueva Planta?. Es bueno recordar ahora que conmemoramos el tricentenario de la Guerra de Sucesión, que el mencionado decreto fué fruto directo de la sangrienta conquista y posterior ocupación de Catalunya, en manos de los ejércitos borbónicos. Ya es hora de derogar la letra y el espíritu que lo inspiraron: "que se consiga el efecto sin que se note el cuidado". Y también va siendo hora de aceptar por fin que ya estamos en pleno siglo XXI. De paso, podrían reconocer que nosotros no somos castellanos, sino catalanes. Porqué queremos y nos gusta. Ni mejores, ni peores. ¡Pero somos catalanes!. Respeten nuestra lengua, cultura y tradiciones. Reconozcan de una puñetera vez que Catalunya es una Nación, porqué así lo queremos y sentimos la mayoría de catalanes. Dejen de manipular tanto la historia del pasado como la del presente y no mientan más. En cuanto a las pensiones y subsidios de paro de ahora, las pagamos con las cotizaciones de los trabajadores y empresas catalanes a la Seguridad Social, acumuladas tiempo atrás en el fondo de pensiones, fondo que por cierto también sirve para pagar a los parados y jubilados españoles, en buena parte gracias a la solidaridad catalana. ¡Y no al revés!. Y si nos centramos en la financiación de la Generalitat, ¿porqué no reconocen el expolio fiscal que imponen a los ciudadanos catalanes?. Más de 16.000 millones de euros anuales, cifra admitida incluso por el reconocido anticatalán Jose Antonio Monago, el actual presidente de Extremadura.

Lo más indignante de todo es esta afirmación que hacen tan desvergonzadamente, cuando dicen que nunca Catalunya ha gozado de más autogobierno como tiene ahora.... Entonces, ¿porqué aumenta día a día la voluntad y las decisiones recentralizadoras del gobierno de España?. ¿Porqué razón todas, absolutamente todas las nuevas normas, reglamentos, decretos, leyes, resoluciones y sentencias -judiciales o no- dictadas por el Estado español están  encaminadas a invadir, recortar, condicionar, suprimir o descafeinar las competencias de las comunidades autónomas?. ¡Especialmente las catalanas!. La voluntad de harmonizar, de uniformar, de igualar, en definitiva de loapizar, es más grande que su voluntad de respetar la sagrada Constitución española, que manosean como y cuando quieren sin la menor contemplación.

Ciertamente, el entendimiento ya es imposible. Los intereses y objetivos de Madrit (de España) y Catalunya hace tiempo que no son coincidentes. El Estado español se encuentra en manos de altos funcionarios de larguísima tradición familiar como servidores públicos plenamente institucionalizados, de abogados de Estado (la nueva clase social), de una burguesía decadente de raíces aristocráticas, de acomodados burócratas, de militares de alta graduación, de jueces y magistrados de altas instancias, y de poderosos empresarios hijos del régimen (especuladores, banqueros, grandes constructores de obra pública) todos ellos drogodependientes del BOE y de los presupuestos generales del Estado. También se encuentra en manos de supuestos magnates de la comunicación y sus sicarios amarillentos, más preocupados de preservar su propio estatus e influencias, que no de informar con objetividad. Regularmente intercambian cromos y favores en el palco presidencial del Bernabeu. Son unos pocos miles de familias, pero cuidan denodadamente mantener sus privilegios y de repartirse el suculento pastel.... Es la insondable Villa y Corte de Madrit. La crème de la crème. Entretanto, en Catalunya existe un pueblo pacífico y alegre que lucha por vivir normalmente, para poder prosperar sin pagar peajes. Que tiene esperanzas, fuerzas y confianza en si mismo. Que se esfuerzan para llegar donde quieren llegar. Que está ansioso para conseguir la libertad. Que mayoritariamente quiere la independencia. Y se duele que los poderes fácticos españoles menosprecien sus demandas de democracia, cuando le niegan el derecho a votar sobre su futuro político. La Corte no quiere ceder poder para no perder privilegios y prebendas, mientras la mayoría de catalanes quieren decidir el futuro de Catalunya en paz y libertad para recuperar el respeto, la dignidad y los recursos que ahora nos niegan y que se hallan bajo control español. Es por todo esto que el entendimiento es imposible.... ¡Si Madrit ni siquiera reconoce el liderazgo de los ciudadanos en el proceso de secesión iniciado por la sociedad civil, de abajo arriba!. ¡Si creen que matando al presidente Artur Mas matarán los anhelos soberanistas!. ¡Si aún piensan que son los partidos políticos catalanes los que empujan en proceso!. No quieren, no pueden, ni saben que és lo que está pasando realmente en Catalunya. Ellos mismos se están metiendo en un callejón sin salida. Solo les queda el camino de la represión, de la violencia. Solo pueden mentir, manipular e insultar. Creen que los hechos y reivindicaciones políticas se resuelven en los tribunales, con la Policía Nacional, la Guardia Civil y la guerra sucia del CNI. Pero no a base de más democracia. Por todo ello fracasarán.

Tarde o temprano ganará la democracia por encima del autoritarismo y la agresividad de la Villa y Corte. Además, la Unión Europea no se puede permitir que en el flanco sur del continente se desate un proceso de inestabilidad económica e incertidumbre política que pueden derivar en enfrentamientos violentos entre agredidos -en defensa propia- y agresores provocado por la escasez de principios democráticos de España, y que pondría en peligro los intereses de la misma Unión.... Cuando España se vea empujada a respetar la democracia, habrá agotado la credibilidad y estima de los catalanes. Ya será demasiado tarde. Es por todo esto que el entendimiento político entre Catalunya y España, ahora y en el futuro, ya es imposible... ¡Pero continua siendo necesario!











divendres, 16 de maig del 2014

¿CRISPACIÓN....?

Según explica Alicia Sánchez Camacho -y otros muchos-, en Catalunya existe crispación. El proceso soberanista promovido por la mayoría de ciudadanos es, en su opinión, la principal causa del aumento de los incidentes, las peleas, los insultos y la violencia física desatados contra el unionismo españolista. Esta tesis es también defendida por Pere Navarro y Albert Rivera. Es decir, las formaciones políticas españolistas se quejan, con impostada amargura, que ellos no pueden defender públicamente sus opiniones políticas con la necesaria libertad, como sí pueden hacer los soberanistas.... Lisa y llanamente, mienten miserablemente.

Desde el Partido Popular siempre han lamentado que las sedes de su partido y los militantes en Catalunya sufren agresiones, insultos y persecución, por el mero hecho de defender las bondades y las banderas de España. Y ahora, además, extienden la queja a sus candidatos a las elecciones europeas, los cuales a menudo se hallan sometidos a humillantes escraches y sonoras broncas, injustificadas en su opinión, por defender una Catalunya española. Nunca reconocerán que la única razón por la cual son rechazados de forma tan estruendosa es a causa de las duras políticas de recortes sociales puestas en marcha por el gobierno del señor Rajoy que inciden especialmente sobre las clases populares y los más débiles, como pueden ser los cinco millones de desempleados; los jubilados, que ahora son el sostén de sus hijos sin trabajo con subsidios agotados, y de sus nietos desamparados, a base de una menguante pensión congelada por el ejecutivo español; y la infancia, a menudo desnutrida a causa de recortes forzados desde Madrit, por ejemplo en los comedores escolares, último recurso de muchas familias. Tampoco reconocerán jamás que el motivo de esta indignación ciudadana es por culpa del descontrolado aumento de los despidos rápidos y baratos que la reforma laboral aprobada por los populares permite a las grandes empresas, a pesar de los pingües beneficios que siguen obteniendo; o por el desmesurado incremento -ya crónico- del paro juvenil y de mayores de cincuenta años, a causa del mismo pecado original, la maldita reforma laboral popular. Mucho menos aceptarán que la indignación también está motivada por los constantes incumplimientos en el pago de becas y dependencia, mientras las entidades financieras -muchas de ellas en manos de vulgares especuladores- reciben la decidida atención y el generoso apoyo financiero del Gobierno de España, como no podía ser de otra forma; naturalmente, a cargo de los impuestos que pagamos todos los ciudadanos, y de la deuda pública avalada por el Estado, es decir, avalada por la gente corriente y normal. Tampoco admitirán que es a causa de los groseros intentos, algunos desgraciadamente cumplidos, de privatización en el ámbito de la sanidad pública, en seguridad ciudadana o las tasas judiciales, las cuales hacen que incluso la justicia gratuita quede fuera de los derechos ciudadanos -¡derecho reconocido explícitamente por la sagrada Constitución y por tanto, plenamente constitucional!-, por culpa de la elevada cuantía impuesta indiscriminadamente a todo el mundo. Al margen de las leyes del aborto -Ruíz Gallardón-, o de educación -la famosa ley Wert-, que nos retrotraen hasta los gloriosos años del tardofranquismo. Para los populares, nada de lo anteriormente expuesto tiene que ver con el cabreo y hartazgo que muestran todos los ciudadanos, sean catalanes o no; tanto dá. Prefieren atribuirlo a cuenta del independentismo catalán antes que reconocer que no tienen argumentos sólidos y válidos que contraponer al soberanismo, el cual se muestra además de irreductible, invencible. O prefieren comparar el proceso catalán con el violento desvarío que padece Ucrania, antes que compararnos con las sosegadas -y democráticas- Escocia y Quebec. Y no se cortan ni un pelo al descalificarnos diciendo -el ministro Margallo- que "si croa como un pato y nada como un pato, es un pato", cuando afirma que el proceso catalán y el ucraniano es lo mismo. ¡Pues no!. Porque si croa no és un pato, es una rana... A menudo esta obsesión antidemocrática y anticatalana les hace parecer escandalosamente ridículos.

¿Qué decir de los socialistas?. Desgraciadamente para Catalunya, el PSC ha pasado a ser poco menos que una simple sucursal del españolísimo PSOE. Pero esto tiene un elevado coste. Para defender una descafeinada alternativa pretenciosamente federalista necesita denigrar al independentismo. ¿Qué mejor manera existe si no es acusarnos de no querer dialogar con Madrit y de ser violentos?. Pere Navarro parece que no conoce otra forma de argumentar. Y manipulando un anecdótico empujón propinado por una señora de mediana edad al grito de "tu ya sabes de que va", aprovechó la oportunidad para apresurarse en acusar al independentismo de provocar violencia, división y crispación dentro de la sociedad catalana. Lo anunció a los cuatro vientos. A todo aquel que quiso regocijarse con las maldades que ocurren en Catalunya. Esta clara manipulación partidista -en realidad, victimista- se ha vuelto contra él mismo, como si de un boomerang se tratara. La supuesta agresora lo ha desmentido y ha explicado convincentemente, según la policía, las razones de la afrenta -un patético chascarrillo, al fin y al cabo- infligida a Pere Navarro. Pero esto no es lo más grave. Lo que resulta verdaderamente lamentable es que el Partido de los Socialistas de Catalunya ha abandonado definitivamente la posición central que durante tantos años ocupó dentro del catalanismo político, expulsando directa o indirectamente al sector catalanista y alejándose precipitadamente de los anhelos y esperanzas manifestados por la inmensa mayoría de catalanes que exigimos poder ejercer el derecho de autodeterminación. El socialismo catalán ha pasado a formar parte de aquellos que no dudan en utilizar torpemente a Catalunya y sus ciudadanos para obtener réditos electorales en las Españas, con cargo a la ya agotada paciencia y espaldas de los catalanes. Es por esta razón que fué especialmente locuaz, en particular con los medios informativos madrileños. Como era previsible, los populares no podían -ni querían- esconder su entusiasmo ante el impagable regalo político recibido de parte de aquellos que antaño
se consideraban progresistas catalanes. Los populares se apresuraron abrazar a sus nuevos compañeros de viaje, en la noble misión de busca y captura de irreductibles separatistas catalanes. Es la misma reacción que tuvo Albert Rivera, líder de Ciudadanos, aunque los lerrouxistas prefieren continuar, además, considerando a los soberanistas como unos redomados golpistas, dictatoriales, nazis, fascistas y ahora, xenófobos. Es muy cierto aquel refrán que dice: "Dios los cría y ellos se juntan". Y así, muy juntitos, se disponen a reconquistar las almas y los corazones de los descarriados catalanes. Ofrecen dialogo para no cambiar nada. Proponen reformas constitucionales para mantener el statu quo actual. Defienden terceras vías que en realidad son vías muertas. Pero sobre todo, desean y propician la crispación -inexistente-, para atemorizar y desmotivar a ciudadanos pacíficos que solo queremos votar nuestro destino político en paz y libertad.

Aunque pienso que no necesitan a Dios para juntarse contra el independentismo. Permanecen unidos por los mismos afanes e intereses de siempre: El nacionalismo español puro y duro -y nunca aceptado- y la servidumbre hacia los poderes mediáticos, económicos y financieros -el poderoso club Ibex 35, cuyos miembros frecuentan el palco del Bernabeu para hacer negocios bajo el paraguas de los aparatos (¡las tetas!) del Estado-. Son prisioneros de sus carencias ideológicas y la debilidad de sus principios democráticos. Y se esconden cobardemente tras la pétrea Constitución española con la vana esperanza de hacerla servir de muro de contención para detener a todos los catalanes que queremos desembarazarnos del yugo que nos esclaviza y de su patético y vergonzoso proceder.

La crispación por causas soberanistas no existe en Catalunya. Existe la impotencia de los unionistas ante la determinación mostrada por los independentistas. Esta impotencia les genera tensión y obnubilación mental. A populares, a progresistas y a lerrouxistas. Pero, ¡atención!: Si tensan demasiado la cuerda, puede que sí se desaten auténticas crispación y violencia. Sería bueno que antes de abrir la caja de Pandora se lo pensaran de nuevo. Porque cuando se liberan los fantasmas nunca se sabe lo que puede ocurrir. ¿O tal vez quieren que los deseos y esperanzas de los catalanes se canalicen de otra forma menos pacífica y democrática...?. No lo permitiremos. ¡Jamás!.

 

















divendres, 9 de maig del 2014

¿TAN DIFÍCIL ES DE ENTENDER?.

La estrategia que hasta el momento han venido utilizando los unionistas contra la independencia de Catalunya ha consistido en meter miedo, amenazar, insultar y mandarnos al infierno, lejos del paraíso por siempre jamás. Es decir, desterrados de la Unión Europea, vagar por el despiadado espacio sideral y condenados perpetuamente a la soledad reinante en la desolada isla de Robinson Crusoe. Pues bien, esta estrategia ha pasado a segundo término ya que ahora ha sido sobrepasada por las continuas apelaciones que hacen todos a supuestas crispación y violencia desatadas entre familias, amigos, vecinos y conocidos, y extendidas en toda la sociedad catalana, parece que por culpa del proceso soberanista puesto en marcha por los políticos catalanes. Pecado que en opinión del unionismo en general y de la caverna mediática madrileña en particular, debe recaer fundamentalmente sobre Artur Mas y Oriol Junqueras, ambos con la razón abducida por las perversas Muriel Casals, presidenta de Òmnium Cultural y Carme Forcadell, de la Assemblea Nacional Catalana. Como resulta previsible, sobre el impulso democrático de millones de ciudadanos que exigimos votar la autodeterminación y la consiguiente independencia -o no- de Catalunya, rien de rien. Dicen que es una exigencia que no existe, o que resulta minoritaria y que en realidad, nunca se ha producido.

Por tanto, resulta ocioso continuar negando que en Catalunya no existe ni violencia ni agresividad. Al menos, por parte del independentismo. Tanto dá. No hacen el menor caso. Esta incuestionable realidad no merece la menor consideración por parte del unionismo. Al contrario, insisten una y otra vez sobre la insoportable crispación que sienten en el cogote o que se respira en la atmósfera que envuelve la sociedad catalana. Se lamentan amargamente de supuestas restricciones en las libertades personales y del apabullante déficit en la libertad de expresión que parecen sufrir los catalanes. Afirman machaconamente que en Catalunya se intimida a quienes se declaran y se sienten españoles o hablan en castellano, que padecen persecución y reciben insultos y reproches impunemente, se falta al respeto ciudadano y se les hace el vacío en la vida cotidiana. Además, en la España popular se asimila nazismo y fascismo con el independentismo catalán; secesionismo pacífico con el terrorismo de ETA; y continuamente se contraponen Constitución española o estado de derecho frente principios democráticos; y legalidad castellana con la legitimidad universal de los pueblos. En España se ha desterrado del imaginario colectivo de los ciudadanos el concepto de nacionalismo español, como si nunca hubiera existido. Es como si se avergonzaran reconocer la agresividad histórica que a menudo se atribuye al nacionalismo españolista y que padecemos en nuestras propias carnes los pueblos no castellanos. Y por descontado, como decía el dictador Franco, de arreglar las relaciones y los problemas que surgen entre ciudadanos o sociedades distintas mediante la Política, nada de nada. "Haga Vd. como yo, que no hago política", sentenciaba el generalísimo mientras firmaba condenas de muerte; filosofía que ha sido adoptada por Mariano Rajoy Brey, el inefable presidente del real Gobierno de España... ¡Hey!. ¡Atención!. ¡Él no firma sentencias de muerte!. Al contrario: Tanto el líder popular como el socialista Pérez Rubalcaba, se muestran dispuestos a negociar una salida al atolladero que sufre el Estado español, a condición que no se plantee jamás la consulta reclamada por la ciudadanía catalana. Que, por otra parte, es lo verdaderamente importante y deseado por el 80% de ciudadanos catalanes.

Entonces, ¿de que podemos hablar....?. ¿Del Pacto Fiscal, planteado hace ya dos años por Artur Mas y displicentemente rechazado por Mariano Rajoy?. Ahora el concierto ya está superado; es insuficiente. ¿De una modificación constitucional propuesta por Pérez Rubalcaba y rechazada por los populares?. ¿No tienen presente que si así lo hicieran prolongarían esta maldita crispación que dicen padecer unos cuatro o cinco años más, como mínimo?. ¿Y qué garantias pueden ofrecernos de que el resultado final no será una nueva chapuza...?. ¡No!. El problema ya no es Pacto Fiscal sí o no. Menos aún se trata de cambiar la sagrada Constitución Española por otra que probablemente tampoco cumplirán, como pasa con la vigente. ¿Reformar el Senado, tal vez?. ¡Anda ya!. ¡Esto es ya muy viejo!. ¡Ya no cola!. Y mucho menos es un problema de un Estatuto de Autonomía como el anterior, nunca desarrollado ni cumplido en su totalidad; o como el nuevo, mutilado vergonzosamente por el Tribunal Constitucional y a menudo torpemente violado por el proceder recentralizador del Gobierno de España; además de constantemente despreciado por las más altas instituciones del Estado. ¿O es que debemos de olvidarnos tal vez de las transferencias nunca ejecutadas en su plenitud, por ejemplo en becas, lengua, comercio, cultura, ONG's, deporte, cercanías, aeropuertos....?. ¿O de la financiación expoliadora e insoportable en tiempos de crisis como los actuales?. ¿O los reiterados incumplimientos financieros y deslealtades políticas gubernamentales?. ¿Y de las despreciables sentencias pretenciosamente justas y ecuánimes de un Tribunal Constitucional esperpéntico?. Las leyes Wert, de Administración Local, de Unidad de Mercado, sentencias sobre lengua, absurdas guerras de banderas promovida por la virreina Llanos de Luna, boicots a los impuestos y tasas aprobadas por la Generalitat, o cargarse la iniciativa política del Parlament entre otras, son las inequívocas muestras de diálogo y ganas de entendimiento existentes en España contra Catalunya. Por no hablar de las constantes advertencias que hacen las fuerzas y cuerpos de seguridad españoles contra Artur Mas, con declaraciones de portavoces policiales o mediante informes o dossieres zafios convenientemente filtrados a la prensa del movimiento. La última hazaña proviene del sindicato de la Policía Nacional Unión Federal de la Policía, la cual avisa que están preparados y listos para detener a Artur Mas. O de la campaña desatada por la ultraderecha española para poner entre rejas al presidente de la Generalitat, y para intervenir la autonomía catalana y suspender el vigente estatutet.... ¿Es así como quieren dialogar y pactar con Catalunya?. ¡Madre mía....!. ¡Ja, ja, ja....!.

¿No se dan cuenta que la mayoría de ciudadanos catalanes no nos fiamos ya del Gobierno de España?. ¿No son conscientes que el anticatalanismo que ha practicado -y aún practica- el Partido Popular desata todas las prevenciones y ascos dentro de Catalunya?. La amoralidad política y la ausencia de autocrítica de los populares, el proverbial jacobinismo de los socialistas -¡por supuesto, super federalista!-, el indecoroso proceder del Tribunal Constitucional español con sentencias que parecen dictadas directamente desde las madrigueras partidistas de conservadores o progresistas, y la desinformación que practica la caverna mediática madrileña, nos mantiene en guardia permanente y en constante desconfianza y hartazgo. No queremos contagiarnos de la levedad democrática que exhibe esta España que sigue invertebrada, como en tiempos de Ortega y Gasset.

El Financial Times pide a Mariano Rajoy que se mueva y deje de esconderse detrás la Constitución. En el editorial del 6 de mayo apuesta por "una tercera vía entre secesión y el estatus quo". Reconoce que "el deseo de independencia de los catalanes no es una cosa pasajera...". ¡Es realmente conmovedor el voluntarismo del Financial Times y la bonhomía de sus editorialistas!. Se parecen a Duran i Lleida y su incansable búsqueda de terceras vías perdidas. Pero la tercera vía no aparece. No en España. En España solo existen vías de AVE; muchas, demasiadas; o de ancho Ibérico como la que construyen para el corredor Mediterráneo y que imposibilitará la conexión directa con la red ferroviaria europea. Tampoco será gracias a Mariano Rajoy que para moverse aún utiliza la diligencia, por aquello de que mientras dura el viaje, cuando llegue a su destino, ya se habrá resuelto el problema.... Al fin y al cabo, solo piden la rendición incondicional de Artur Mas y que retire la consulta y las preguntas acordadas por las distintas fuerzas políticas catalanas. Piensan que muerto el perro, se acabó la rabia.... Entonces, ¿porqué buscar la tercera vía?. ¿Porqué escuchar el clamor de los catalanes?. ¿Porqué hacer política si tienes a tu favor la justicia castellana?. ¿Porqué hablar y pactar, si dominas los medios de comunicación y desinformas y manipulas tanto como quieras?. Por su parte, The Economist del día 3 de mayo, se lamenta que España está fracasando a la hora de gestionar la crisis con Catalunya. Acusa a Mariano Rajoy de esperar que la lenta recuperación económica (¡¡??) haga desaparecer el problema, lo cual no pasará nunca. "Una idea más inmediata es que el señor Mas y el señor Rajoy tendrían que hablar. Pero parece improbable que pase después de las elecciones europeas este mes. El choque de trenes está más cerca", avisa alarmado el semanario.

El Financial Times y otros solo defienden sus propios intereses y no los catalanes. Y desgraciadamente para algunos, la mayoría de catalanes queremos la independencia. Ya estamos cansados de Rajoy, de Rubalcaba, de la justicia castellana, de la caverna y de las reminiscencias franquistas que aún perduran y reinan por Madrit. Es demasiado tarde para hablar sin escuchar, siguiendo el método Rajoy. Queremos vivir en paz, en libertad, con esperanza y prosperidad. Y dentro de España es imposible. Por tanto, solo podremos hablar y pactar para buscar el acuerdo en el como y el cuando del referendum y si procede, de la independencia. ¿Tan difícil es de entender?.



























diumenge, 4 de maig del 2014

LA LIBERTAD DE LOS CATALANES BIEN MERECE EL ESFUERZO.

Mientras el ministro de Asuntos Exteriores de España nos condenó hace pocos días "a vagar por el espacio... por los siglos de los siglos", el presidente Mariano Rajoy ahora nos anuncia que "Catalunya se convertirá en la Isla de Robinson Crusoe". Estos son algunos de los augurios que el Gobierno de España y el PP pronostican para los catalanes, a los cuales no dudan de calificar como nazis, golpistas, e ¡inconstitucionales!; o incluso terroristas. Y ahora además nos declaran como unos desventurados náufragos, condenados a la soledad perpetua más absoluta. También es cierto que estas consideraciones que tienen muchos españoles -no nacionalistas, por supuesto- hacia la mayoría de ciudadanos que nos declaramos soberanistas o independentistas -en su opinión peligrosos separatistas-, en realidad lo hacen apelando a los indestructibles vínculos de sangre que por lo visto existen entre Catalunya y España -como en las ex-colonias Iberoamericanas-, e insistiendo que aman a Catalunya y quieren y respetan a los catalanes, tanto o más que los propios catalanes. ¡Sí señor!. Toda una confesión rebosante de sinceridad y buenos deseos; y carente de hipocresía y cinismo.

El Congreso español se ha opuesto por enésima vez, en esta ocasión con gran pompa y boato, a trasferir a la Generalitat las competencias para convocar un referendum mediante el cual todos los catalanes podamos decidir el futuro político de nuestra nación, Catalunya. La solemnidad de la sesión parlamentaria no ha evitado que al rechazar la aspiración catalana se hayan evidenciado la fragilidad y escasez de principios democráticos que tienen los partidos políticos de ámbito español; ni tampoco el hecho que tamaño portazo en las narices haya resonado con tanto estruendo en el respetable hemiciclo; casi más que los disparos al aire de la Guardia Civil bajo mando de Tejero el 23F.

¿Cuales serán las consecuencias de las continuas negativas españolas ante las legítimas demandas catalanas?. Desde el prisma catalán solo sirven para reafirmar la hoja de ruta pactada por las formaciones catalanistas presentes en el Parlament y cuya aplicación prosigue inexorablemente hacia la meta final: la votación del 9 de noviembre. Es cierto que despiertan una ligera desazón, puesto que no es comprensible la cerrazón mental de conservadores y socialistas españoles ante lo que no es más que una exigencia catalana escrupulosamente democrática. Al fin y al cabo, después de tantos años de conllevancia entre España y Catalunya, por lo menos los catalanes desearíamos que los principios democráticos se hubieran fortalecido y consolidado entre los gobernantes españoles, y arraigado en las almas y mentes del resto de la sociedad. Y por lo menos, los que se autocalifican como partidos nacionales no muestran ni exhiben en demasía tales indicios.

España, de la mano de Mariano Rajoy y sus muchachos, está deslizándose peligrosamente hacia los yermos páramos del autoritarismo. Niegan el derecho al voto y no aportan soluciones a los problemas políticos que fustigan a la sociedad del siglo XXI; al contrario, los agravan. Apelan al diálogo pero no permiten hablar sobre lo que importa o preocupa realmente a la gente porque no conviene o no interesa, ni al partido ni a sus dirigentes. Afirman que la crisis económica está siendo superada, mientras el desempleo, la precariedad laboral, el desamparo social y la devaluación salarial están condenando a la miseria a muchos de sus compatriotas. Instan a todo el mundo a ser leales, honrados y decentes y entretanto su partido reparte sobres repletos de dinero negro, paga las reformas de la sede nacional en Madrid con los recursos financieros acumulados en una supuesta caja B y cuyo origen apunta a una supuesta financiación irregular; y el que fuera su tesorero amasa una auténtica fortuna de decenas de millones de euros, depositados en bancos suizos. Niegan, ¡en sede parlamentaria nada menos!, que existan problemas políticos entre Catalunya y España -Rajoy dixit-... Este es el buen gobierno de Mariano Rajoy Brey.

¿De verdad cree el Partido Popular que amordazando la democracia, dialogando sin  hablar en el vacío y apelando al miedo, con amenazas e insultos y manipulando y mintiendo impúdicamente, lograrán detener el proceso catalán?. Por más rocosa y pesada que sea la Constitución española, ello no hará que la mayoría de catalanes renunciemos a nuestras convicciones democráticas. Cuanto más amenazadora y parcial se muestre la justicia castellana, más fuertes seremos y mucho menos destruirán nuestras esperanzas. Por más condenas al frío espacio o inhóspitas y lejanas islas deshabitadas promuevan y deseen para el catalanismo, nunca lograrán que desistamos de nuestros anhelos de libertad.

Lo sucedido el día 8 de abril en el Congreso de España no es más que un nuevo eslabón desenganchado de la pesada cadena que nos sujeta a esta España casposa y cutre gobernada ahora por el Partido Popular, otrora por PSOE, ¿y mañana por UPyD?. El trámite celebrado en Madrid ha sido un inexcusable hito formal, culminado con éxito por el soberanismo hacia la cada vez más cercana independencia. Y la marcha prosigue a buen ritmo. Caminando resueltamente y con alegría. Cargados de ilusión y renovadas esperanzas. Confiando en nuestras propias fuerzas y sabedores de las dificultades que surgirán a nuestro encuentro y deberán ser vencidas. Lo hacemos y haremos en paz, pero inexorablemente. El Congreso español puede que haya enterrado definitivamente el diálogo y renegado del pactismo, pero el empuje de Catalunya continua incólume... Al fin y al cabo, dá lo mismo dialogar con una pared y pactar con una caterva, que hacerlo con tancredo Rajoy y una cuadrilla de raídos y trasnochados hidalgos. El resultado se ha demostrado que es el mismo. Pero... La libertad de los catalanes bien merece el esfuerzo.


divendres, 2 de maig del 2014

LA CULPA NO ES DE CATALUNYA.

Parece ser que tanto el ministro Jorge Fernández Díaz, como el delegado del PSOE en Catalunya Pere Navarro, han decidido que lo más favorable para sus intereses partidistas es denunciar haber sido objeto de agresiones violentas por parte de personas aparentemente obcecadas, dicen, por el proceso soberanista puesto en marcha en Catalunya. Tanto dá que no aporten pruebas que tales agresiones provengan de independentistas, ni que se trate de hechos esporádicos o circunstanciales, aislados y sin consecuencias físicas, más allá de leves molestias o la humillación sufrida. Incluso es igual que las causas de estas dos agresiones apunten más a simples reproches sobre decisiones tomadas en razón del cargo que ostentan -ministro del Interior, uno; primer secretario del PSC , el otro-, que no a motivaciones estrictamente independentistas. Tanto dá el origen de las agresiones. La cuestión es perjudicar y denigrar el independentismo para favorecer el unionismo.

Ante todo ello, ¿que debemos deducir de este comportamiento?. ¿Porqué actúan así?. La respuesta es obvia: carecen de argumentos políticos válidos que contraponer al soberanismo catalán. Las amenazas, meter miedo, mentir o manipular la información, no detienen la decidida marcha de la mayoría de catalanes hacia la cada día más cercana independencia. Por tanto, conviene propalar la idea que la secesión de Catalunya provoca la aparición de elementos fanatizados que acaban en insultos, intimidaciones y violencia física contra el unionismo. Y de este modo, el españolismo podrá enfrentarse al soberanismo catalán con las mismas armas y argumentos que han utilizado contra el terrorismo vasco. Parece que la única forma que saben emplear para combatir un movimiento democrático, pacífico, alegre, ciudadano, trasversal y mayoritario, es utilizar métodos represivos, policiales y penales. ¿Incluso el ejército...?. Nunca sabrán emplear soluciones simplemente democráticas, pues se hallan fuera de su comprensión y entendimiento. El pacifismo activo que practicamos los catalanes descoloca sus firmes convicciones e incrementa sus múltiples prejuicios puramente identitarios, por supuesto marcadamente españolistas.

Jorge Fernández Díaz se aprovechó de revuelo provocado por la agresión recibida por Pere Navarro y señaló que hace pocos días -¡un més ya!- fue insultado cuando salía de un restaurante acompañado de su familia. "Una mujer de mediana edad y de clase media -¡una medianía!- me cogió por el brazo y me dijo: ¡hijo de puta, fascista y cabrón!".... Y todo ello lo dijo -¡no podía ser menos que nadie!- porque Pere Navarro había denunciado previamente que otra mujer le había pegado un puñetazo, mientras le llamaba hijo de la gran puta. Un testigo presencial describió a esa mujer como "muy bien arreglada y enjoyada, de unos cincuenta años". Pero añadió que además de insultar, dijo: "Tu ya sabes de que va". Un segundo testigo declaró que la agresión había sido un simple bofetón y en ningún caso un puñetazo. Puesto que todo vale contra el independentismo, el dimisionario Jordi Cañas, ex-diputado de C's, quiso sumarse a la fiesta y espetó en twitter: "Doy todo mi soporte a Pere Navarro y mi absoluta repulsa a su agresión. La siembra del odio comienza a recoger sus frutos venenosos". Y Pere Navarro por fin acusa CiU, ERC e ICV -las tres formaciones además de la CUP, apoyan el referéndum de autodeterminación-, de convertir la víctima en sospechoso... ¡Madre mía!. ¡El jugo -corrompido- político  que se puede extraer de una auténtica tontería!. ¿Todo vale para conseguir un voto?.

Cuando la política es substituida por auténticas simplezas a las cuales se les dá una apariencia trascendente, los políticos que así lo hacen deberían ser considerados inhabilitados -incapaces- para ostentar cargos públicos. Es muy grave que se intente fabricar un clima pre-bélico para conseguir imponer la voluntad partidista por encima de los derechos inalienables de los ciudadanos. Es gravísimo crear artificialmente problemas donde no existen, para extraer rendimientos políticos -ya sea atacando la lengua catalana o al independentismo-. Más aún cuando se intenta manipular la realidad de forma tan burda... ¡Muy faltos de ideas y argumentos deben de estar para utilizar este tipo de armas tan groseras, y por otra parte, tan poco efectivas!.

Utilizando las mismas intuiciones que usan el ministro Fernández Díaz y el primer secretario Pere Navarro, que sirven para atribuir al independentismo esta agresividad y violencia denunciada y que consideran generalizada en Catalunya, yo puedo afirmar con la misma contundencia que la mujer que insultó al ministro era una persona resentida e indignada a causa de las políticas adoptadas por el Gobierno del Partido Popular referidas a la ley del aborto, a los recortes sociales o por el incesante incremento del número de despidos cuasi-libres y el consiguiente aumento de desempleados. O tal vez se trataba de una enfurecida víctima estafada por alguna entidad financiera con las preferentes. En cuanto a la bofetada recibida por Pere Navarro es consecuencia de las peleas internas desatadas dentro del socialismo catalán -por cierto, ahora más españolistas que nunca-, por la expulsión -de la formación auto-calificada como progresista- del sector catalanista, en una jugada absolutamente retorcida e impresentable llevada a término por la cúpula dirigente del partido de Josep Pallach (q.e.p.d.).... Si Josep Pallach levantara la cabeza estoy seguro que Pere Navarro y el resto de la dirección no se llevarían solo un simple cachete en la cara.

¿Tan mal están las cosas para el unionismo, que solo sabe utilizar el más patético victimismo -que a la mínima oportunidad no dudan en endosar al independentismo-, para defender la España una, grande y libre?. Parece que, efectivamente, las cosas no andan muy bien para ellos. ¿De verdad creen que llorando como magdalenas ganarán el envite al soberanismo?. ¿Tal vez utilizando política y groseramente hechos anecdóticos o irrelevantes es como conquistarán la voluntad mayoritaria de los catalanes?. ¡Pues no, rotundamente no!.

Sinceramente, creo que a los unionistas les está resultando más onerosa la defensa de sus intereses políticos a base de aporrearnos alocadamente con las leyes y la Constitución españolas, o manipulando la realidad, siendo llorones y fomentando el enfrentamiento y la violencia en el seno de la sociedad catalana, que no hacerlo con la verdad y la democracia. Es decir, haciendo sencillamente política de manera noble y sincera. Si no lo hacen, para España será una auténtica hecatombe. Pero lo hacen así, de esta forma tan cínica, por que con argumentos normales, contrastados, auténticos y reales, bien expuestos y debatidos, no lograrán absolutamente nada. Ahora, además, puede ser muy tarde para hacerlo correctamente. Han desperdiciado el tiempo de una forma realmente lamentable.

La culpa es de España. Mejor dicho, del Estado español. De populares y socialistas, y de las instituciones estatales que ambos dominan. No es culpa de los ciudadanos. Los españoles están siendo engañados permanentemente por el avasallador bi-partidismo que sufren. Y estos engaños reciben el entusiasta soporte de la caverna mediática madrileña, lo que significa desinformación a tutti pleni.... La culpa no es del independentismo. La culpa no está causada por la inevitable independencia de Catalunya. El pecado, la falta es de conservadores y progresistas, aun cuando ambos estén en franca decadencia. Pero la decadencia no exonera de los pecados cometidos. Al contrario, los agrava.