"Spagna campione d'Europa grazie alla Catalogna". Este es el provocador titular que encabeza el artículo publicado en el diario digital italiano Il Vostro Quotidiano, de fecha 2 de julio. Destaca que entre los jugadores de "La Roja" que participaron en la final, jugaron hasta cinco catalanes -Piqué, Jordi Alba, Xavi, Cesc y Busquets (a los que cabe añadir el portero suplente Victor Valdés y el defensa lesionado, Carles Puyol). Y no solo la mitad del equipo son catalanes. Si tenemos en cuenta en qué formaciones juegan los seleccionados, a los siete catalanes de origen, pueden sumarse Pedro, Iniesta y el convaleciente Villa y nos hallaremos ante un equipo semi desconocido en el concierto futbolistico mundial, el F.C. Barcelona.
No resulta extraño que el juego de la selección española se parezca al que practica en Barça, como tampoco resulta ajeno a ello que las cualidades de los jugadores -sencillez, solidaridad, unión y deportividad- sean las que caracterizan el club catalán. No se qué resultará mas odioso a los nacionalistas españoles: que su selección casi parezca la catalana, o que sea una copia del F.C. Barcelona.
Como resulta obvio, la prensa hispana y especialmente la Central Lechera madrileña, no reconoce en el juego del equipo español la impronta azulgrana; a la vez, intenta diluir la influencia y aportación de los jugadores catalanes en la consecución de los éxitos deportivos de La Roja. Mucho menos las autoridades político-deportivas de España estarían dispuestas a recoger el guante lanzado por la publicación italiana: propone que se juegue un partido amistoso entre ambas selecciones -española y catalana- para dilucidar la hegemonía continental.
Al contrario, utilizan el deporte como exponente identitario español. Impúdicamente, practican la peor politiquería cutre y barata que existe. "La Roja hace daño al independentismo", proclaman desde la tertulia deportiva de la cadena ultraconservadora Intereconomía TV. Cargan despiadadamente contra el alcalde de Barcelona, por negarse a instalar, por falta de esponsor, una pantalla gigante para que los aficionados españoles de la Ciudad Condal siguieran la final de la Eurocopa. "¡Miente!", exclaman. "Es un mal gobernante". "Hace política"."Hay un trasfondo político. La selección española al sector radical del independentismo catalán les hace un daño a sus ideales. Y eso es lo que está pasando. Porque es la oportunidad para los aficionados que se sienten españoles y catalanes de mostrarse", pontifican.
Algunos periódicos de Madrid, exacerban sus sentimientos patrióticos con las victorias deportivas: tenis, Fórmula 1, ciclismo.... y ahora fútbol. ABC, exhibe en la portada una bandera española y una única palabra: España. Nada más. La Razón prefiere disfrazar la selección española de Superman, titulando: "SuperEspaña", con el lema "España es nuestra razón". Incluso se han publicado editoriales en los cuales se afirma que la selección española es un antídoto contra el separatismo. Tal es el caso de El Mundo. "A unos la selección les ha permitido expresar en público su orgullo de ser españoles..... Otros, acomplejados, han sustituido sistemáticamente el nombre de España por el de La Roja, para no herir susceptibilidades de unos nacionalistas incómodos ante cualquier símbolo positivo de unidad". "Los nacionalistas tienen razón al temer el fútbol. Es un buen antídoto para el separatismo...". Prosigue, "Queremos creer que no habrá sinvergüenzas que intenten desunir estos jugadores con planteamientos mezquinos para romper una selección que ha demostrado que la suma de la diversidad y la unidad son decisivos para ser grandes en Europa".
¡Acabáramos!. ¡Por fín lo entiendo todo!. No se trata de un partido de fútbol, ni de ganar una competición deportiva. ¡Se trata ser grandes en Europa!. Y qué más grande que Superman sobrevolando la bandera de España, aventada por el resoplido de un enfurecido toro que se deja la piel hecha trizas "para que los patriotas que se sienten españoles y catalanes puedan mostrarse". Piel de toro uniformemente unitaria, que porfía denodadamente contra la utilización política que hacen los nacionalistas periféricos del deporte en general y del fútbol en particular. Lo cual resulta contrario al proceder propio de los buenos españoles...¡Ja, ja, ja...!.
Apenas tres mil españoles se concentraron tras la victoria de La Roja en la Plaza de España de Barcelona. Las celebraciones se prolongaron hasta más allá de la una de la madrugada. Alrededor de unos cuatrocientos individuos, enarbolando banderas con símbolos franquistas, dedicaron sus cánticos de "Puta TV3", brazo en alto y mano extendida al modo fascista, contra los periodistas que informaban de los incidentes. Coreando también, "yo soy español" y "Barcelona también es española". Mientras, un osado y valiente torero encaramado en el monumento de la plaza, daba unos muletazos ante un invisible morlaco, al tiempo que los asistentes entusiasmados, gritaban "¡olé...olé...olé!". Cuando la policía, previo aviso, procedía al desalojo de la plaza -que no del ruedo-, fueron recibidos con una lluvia de botellas de vidrio y vuelco de contenedores. Así como obscenas gesticulaciones y actitud desafiante, "¡Haber si te atreves!, vociferaban retadores; aunque siempre dispuestos a correr despavoridamente al menor signo de acoso. El resultado, el previsto: unos pocos detenidos y algún hospitalizado por coma etílico. Lo de siempre.
¿Existe alguna otra forma menos agresiva de celebrar la victoria española?. Si... y no. Veamos. La gerente del Ayuntamiento de Badalona, gobernado por el ínclito pepero Albiol, utilizó twitter para manifestar sus sentimientos: "que arda Barcelona y le hierva la sangre al alcalde", escribió, para disgusto de los damnificados valencianos víctimas de un pavoroso incendio forestal que calcinaba sus bosques, en aquellas mismas horas. Poco después, ardían contenedores de basura en la plaza utilizada por los aficionados de La Roja, en la propia Badalona, para celebrar la victoria ante Italia. Beatriz Diaz del Rio, tal es el nombre de la gerente badalonina, utiliza pacíficamente la red, para caldear los ánimos de sus compatriotas. Por lo visto, con total éxito.
Resulta auténticamente patético que para reafirmar el españolismo, determinados periodistas, opinadores, medios de comunicación, políticos y nacionalistas españoles en general, mezclen impunemente política y deporte, y alegres celebraciones con agresiones, insultos y violencia. Actúan de la peor manera posible (como en el caso BANKIA). Y acusan de sus propios defectos y carencias al prójimo, preferentemente al nacionalismo catalán. Estos ruines personajes proyectan sus complejos de inferioridad, la ausencia de argumentos y una supina estupidez, sobre determinados grupos de personas que se alimentan de ellos; al parecer, siempre están dispuestas a exhibir orgullosamente símbolos franquistas, agresividad verbal, violencia física e infinidad de odio, en ¿defensa? de..... ¡España!. ¿Es así como pretenden seducir a los catalanes, para que se olviden de la independencia?.
La Eurocopa, contra la opinión de la Caverna Mediática, ha servido para que los catalanes nos reafirmemos en nuestra inquebrantable búsqueda de la independencia para nuestra Nación. Entre otras razones, para poder disputar (solo) un partido de fútbol entre España y Catalunya. Y con la independencia, la victoria como selección y como sociedad, está próxima. Por supuesto, para Catalunya.
Como resulta obvio, la prensa hispana y especialmente la Central Lechera madrileña, no reconoce en el juego del equipo español la impronta azulgrana; a la vez, intenta diluir la influencia y aportación de los jugadores catalanes en la consecución de los éxitos deportivos de La Roja. Mucho menos las autoridades político-deportivas de España estarían dispuestas a recoger el guante lanzado por la publicación italiana: propone que se juegue un partido amistoso entre ambas selecciones -española y catalana- para dilucidar la hegemonía continental.
Al contrario, utilizan el deporte como exponente identitario español. Impúdicamente, practican la peor politiquería cutre y barata que existe. "La Roja hace daño al independentismo", proclaman desde la tertulia deportiva de la cadena ultraconservadora Intereconomía TV. Cargan despiadadamente contra el alcalde de Barcelona, por negarse a instalar, por falta de esponsor, una pantalla gigante para que los aficionados españoles de la Ciudad Condal siguieran la final de la Eurocopa. "¡Miente!", exclaman. "Es un mal gobernante". "Hace política"."Hay un trasfondo político. La selección española al sector radical del independentismo catalán les hace un daño a sus ideales. Y eso es lo que está pasando. Porque es la oportunidad para los aficionados que se sienten españoles y catalanes de mostrarse", pontifican.
Algunos periódicos de Madrid, exacerban sus sentimientos patrióticos con las victorias deportivas: tenis, Fórmula 1, ciclismo.... y ahora fútbol. ABC, exhibe en la portada una bandera española y una única palabra: España. Nada más. La Razón prefiere disfrazar la selección española de Superman, titulando: "SuperEspaña", con el lema "España es nuestra razón". Incluso se han publicado editoriales en los cuales se afirma que la selección española es un antídoto contra el separatismo. Tal es el caso de El Mundo. "A unos la selección les ha permitido expresar en público su orgullo de ser españoles..... Otros, acomplejados, han sustituido sistemáticamente el nombre de España por el de La Roja, para no herir susceptibilidades de unos nacionalistas incómodos ante cualquier símbolo positivo de unidad". "Los nacionalistas tienen razón al temer el fútbol. Es un buen antídoto para el separatismo...". Prosigue, "Queremos creer que no habrá sinvergüenzas que intenten desunir estos jugadores con planteamientos mezquinos para romper una selección que ha demostrado que la suma de la diversidad y la unidad son decisivos para ser grandes en Europa".
¡Acabáramos!. ¡Por fín lo entiendo todo!. No se trata de un partido de fútbol, ni de ganar una competición deportiva. ¡Se trata ser grandes en Europa!. Y qué más grande que Superman sobrevolando la bandera de España, aventada por el resoplido de un enfurecido toro que se deja la piel hecha trizas "para que los patriotas que se sienten españoles y catalanes puedan mostrarse". Piel de toro uniformemente unitaria, que porfía denodadamente contra la utilización política que hacen los nacionalistas periféricos del deporte en general y del fútbol en particular. Lo cual resulta contrario al proceder propio de los buenos españoles...¡Ja, ja, ja...!.
Apenas tres mil españoles se concentraron tras la victoria de La Roja en la Plaza de España de Barcelona. Las celebraciones se prolongaron hasta más allá de la una de la madrugada. Alrededor de unos cuatrocientos individuos, enarbolando banderas con símbolos franquistas, dedicaron sus cánticos de "Puta TV3", brazo en alto y mano extendida al modo fascista, contra los periodistas que informaban de los incidentes. Coreando también, "yo soy español" y "Barcelona también es española". Mientras, un osado y valiente torero encaramado en el monumento de la plaza, daba unos muletazos ante un invisible morlaco, al tiempo que los asistentes entusiasmados, gritaban "¡olé...olé...olé!". Cuando la policía, previo aviso, procedía al desalojo de la plaza -que no del ruedo-, fueron recibidos con una lluvia de botellas de vidrio y vuelco de contenedores. Así como obscenas gesticulaciones y actitud desafiante, "¡Haber si te atreves!, vociferaban retadores; aunque siempre dispuestos a correr despavoridamente al menor signo de acoso. El resultado, el previsto: unos pocos detenidos y algún hospitalizado por coma etílico. Lo de siempre.
¿Existe alguna otra forma menos agresiva de celebrar la victoria española?. Si... y no. Veamos. La gerente del Ayuntamiento de Badalona, gobernado por el ínclito pepero Albiol, utilizó twitter para manifestar sus sentimientos: "que arda Barcelona y le hierva la sangre al alcalde", escribió, para disgusto de los damnificados valencianos víctimas de un pavoroso incendio forestal que calcinaba sus bosques, en aquellas mismas horas. Poco después, ardían contenedores de basura en la plaza utilizada por los aficionados de La Roja, en la propia Badalona, para celebrar la victoria ante Italia. Beatriz Diaz del Rio, tal es el nombre de la gerente badalonina, utiliza pacíficamente la red, para caldear los ánimos de sus compatriotas. Por lo visto, con total éxito.
Resulta auténticamente patético que para reafirmar el españolismo, determinados periodistas, opinadores, medios de comunicación, políticos y nacionalistas españoles en general, mezclen impunemente política y deporte, y alegres celebraciones con agresiones, insultos y violencia. Actúan de la peor manera posible (como en el caso BANKIA). Y acusan de sus propios defectos y carencias al prójimo, preferentemente al nacionalismo catalán. Estos ruines personajes proyectan sus complejos de inferioridad, la ausencia de argumentos y una supina estupidez, sobre determinados grupos de personas que se alimentan de ellos; al parecer, siempre están dispuestas a exhibir orgullosamente símbolos franquistas, agresividad verbal, violencia física e infinidad de odio, en ¿defensa? de..... ¡España!. ¿Es así como pretenden seducir a los catalanes, para que se olviden de la independencia?.
La Eurocopa, contra la opinión de la Caverna Mediática, ha servido para que los catalanes nos reafirmemos en nuestra inquebrantable búsqueda de la independencia para nuestra Nación. Entre otras razones, para poder disputar (solo) un partido de fútbol entre España y Catalunya. Y con la independencia, la victoria como selección y como sociedad, está próxima. Por supuesto, para Catalunya.
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