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dimecres, 29 de febrer del 2012

EL "PROBLEMA" CATALÁN. (1)

Cierta prensa radicada en Madrid, también conocida como Caverna Mediática, insiste en considerar a Catalunya como un problema. Esta obsesión se está manifestando con mayor intensidad desde que el Partido Popular ha acaparado el poder absoluto, después de los distintos procesos electorales que el Estado Español ha vivido estos últimos meses. Parece que las prioridades mediáticas cavernarias pasan por dictar la agenda política al nuevo gobierno y lanzan todo el arsenal disponible, a modo de advertencia, para que los populares identifiquen las amenazas que se ciernen sobre su España, entre los que representan mayor peligro para la feliz conservación de las prebendas que han sido, hasta ahora, de libre disposición y disfrute de aquellos que han hecho de privilegios y abusos su modus vivendi. Históricamente, España prosperó gracias a las ilimitadas regalías que proporcionaron las colonias americanas. En el presente, además de los recursos financieros que tan generosamente aporta la Unión Europea y ante la ausencia de posesiones imperiales que expoliar, dirige sus exigencias y prerrogativas hacia la última colonia que posee. He ahí la razón de las obsesiones anticatalanas que exhiben los poderes fácticos asentados en Madrid. No es más que una reacción defensiva ante la real posibilidad de perder el control que ejercen y el provecho que obtienen, de la gallina de los huevos de oro que representa para ellos Catalunya.

Como ejemplo valga el artículo publicado en el periódico ABC, firmado por su director Bieto Rubido, que exige del Gobierno de España que "aborde el problema catalán con valentía". Este periodista opta por quitarse la careta y en un arrebato de sinceridad, abandona el mantra oficial madrileño y aclara lo que en realidad pretenden los nacionalistas españoles cuando se refieren a racionalizar -armonizar a la baja- el estado autonómico; no es otra cosa que recentralización y sobre todo, supresión de la autonomía de Catalunya. "El problema catalán, además de conllevarlo, como decía Ortega, habrá que abordarlo con valentía. Me atrevo a recordar a los nacionalistas de cualquier signo que no hay nada más que se parezca a un hombre que otro hombre", se permite proclamar, sin reconocer ni un ápice de cutre españolismo impregnando las sesudas frases que pueblan su trasnochado escrito. "España tiene un problema en Catalunya", prosigue; "cuando antes se pinche el globo secesionista con racionalidad y la ley en la mano, mejor transitaremos por los duros años que nos quedan por delante"; "la sociedad española anhela un horizonte de esperanza. Y para ello prefiere que la mano tendida, que Rajoy anunció tantas veces, sea con la otra gran fuerza de este país, el PSOE. Así evitará el error de volver a caer en el chantaje nacionalista". El preclaro periodista explica que "tampoco ahora se usurpa o se despoja a Catalunya de nada. Muy al contrario, su pertenencia histórica a España es la que ha hecho de ella su realidad actual, con sus luces y sus sombras, tras treinta años de autogobierno, aprovechados de manera irregular. No fue España la que quebró Banca Catalana o Spanair".


Repito. El autor de estas frases es periodista y además director de ABC. Cuando insta al Gobierno de España para que actúe con valentía, está diciendo que no debe mostrarse justo y tolerante con Catalunya. El Gobierno tiene que utilizar la ley (castellana) para combatir a los catalanes, que tan amenazadores resultan para preservar la hegemonía y supervivencia del nacionalismo español. Solo así los españoles recobrarán la esperanza. Es decir, combatiendo el catalanismo y buscando la complicidad del socialismo español, España dejará de depender del chantaje nacionalista catalán. Ni los apoyos políticos que CiU prestó (y sigue prestando actualmente) a los sucesivos gobiernos españoles, ni las continuas renuncias nacionales catalanas, ni la generosa aportación vía impuestos que forzadamente realizamos los catalanes a las arcas del Estado, sirven para que España se muestre al menos agradecida por la actitud que el catalanismo ha tenido desde la instauración de la democracia, hasta nuestros días. Cuando este "periolisto" afirma con supina desfachatez que tampoco ahora se usurpa o se despoja a Catalunya de nada, no debe recordar el interminable expolio (robo) fiscal que padecemos los catalanes a manos del gobierno español, que el propio ejecutivo reconoce se eleva a más de 16.000 millones de € anuales. Ni se acuerda que el déficit de inversiones comprometidas (pero no ejecutadas) para la red ferroviaria catalana, asimismo reconocido por el Estado Español, es de más de 5.500 millones de €; le falta memoria (y entendimiento) para explicar porqué la red de cercanías de Barcelona es propia de un país tercermundista y apenas recibe la debida atención gubernamental; ni como es posible que la mayoría de las autopistas de peaje, casi siempre colapsadas, se concentren en Catalunya, mientras en otros lugares de la península disfrutan de una red de autovías extensa, modernas y gratuitas y con una fluidez de tráfico envidiable; o porqué el Gobierno de España centrifuga una parte muy importante de su déficit publico hacia Catalunya, no asumiendo los pagos comprometidos -2.200 millones € el año 2011-. ¡Es precisamente la pertenencia histórica a España la causa principal de la persecución lingüística sufrida por el idioma catalán, en manos de políticos mendaces y juristas reaccionarios!. En definitiva, esa pertenencia, es la causa del expolio, discriminación y quiebra que venimos sufriendo los catalanes durante los últimos tres siglos!. Nada bueno ha reportado para Catalunya formar parte del Estado Español; al contrario. El claro beneficiario de las malditas y desventuradas relaciones entre España y Catalunya, ha sido España. Los catalanes no hemos sacado nada de provecho. He ahí el porqué del  anhelado y creciente sentimiento independentista que profesamos la mayoría de ciudadanos de Catalunya.


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