Entre los militantes de partidos españolistas se está produciendo un notable incremento de actitudes que podríamos calificar como inequívocamente antidemocráticas. Concretamente, en algunos dirigentes de la formación más hipernacionalista que existe en el Estado Español: el Partido Popular. Tal es el caso del presidente de las juventudes del PP en Sant Cugat del Vallés, Ignacio Fuentes Albesa. Recientemente, como corresponde -por inmadurez- a su edad, se ha manifestado mediante twitter afirmando que "un buen regalo para el 11 de septiembre sería la modificación de la ley de partidos, que permitiera ilegalizar a los que atenten contra la unidad de España". Este lenguaraz patriota español advierte furioso que "la soberanía nacional y el territorio nacional no se vota, se defienden con uñas y dientes, ante los posibles enemigos que la quieren destruir, porque es sagrada". No contento con todo ello este novel dirigente político, inexperto además de inmaduro, incluso se ha permitido amenazar con ridícula chulería al Reino Unido y a Gibraltar: "se pueden ir preparando porque se han acabado las tonterías. Las reglas del juego irán cambiando".
Por su parte, el actual ministro de Defensa, Pedro Morenés, acusa al soberanismo catalán de utilización política (¡!) del Ejercito español. Y aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, advierte que "en política, lo que es importante es el sentido de responsabilidad, y lo que es relevante en el ejercicio del poder es saber de verdad cuales son los objetivos de la política y como desde estos objetivos se sirve al interés general". Insiste que un discurso que no prevea el interés general "acaba siempre en un despertar triste y no soy partidario de estos despertares tristes cuando se puede vivir en una armonía evidente, como se ha vivido durante muchos años". Prosigue afirmando: "no soy partidario de buscar sistemas alternativos que no se sabe adonde nos llevan". Y concluye, sentenciando: "debilitar España como unidad política perjudica a todos los españoles, incluyendo a los catalanes".
Los comentarios del dirigente de Nuevas Generaciones se califican por sí mismo. Lo preocupante es que este jovencito conservador tiene bien aprendida la lección de sus mayores. Como ya resulta corriente, el partido Popular nunca ha dudado en utilizar la ley y retorcerla hasta desvirtuar el principio de Justicia, y de servirse de leguleyos impúdicos e infames, en beneficio propio, para obtener lo que el juego democrático le niega en buena lid. Así pues, manipular leyes y juristas, cambiar "las reglas del juego" a mitad del partido, amenazar "con uñas y dientes", e insultar impunemente a los supuestos enemigos, son algunos de los argumentos políticos que tan diligentemente ha aprendido Ignacio Fuentes Albesa y otros muchos correligionarios suyos. Del País Valenciano y Madrid por ejemplo, que constantemente se exhiben (en twitter, también) envueltos en banderas franquistas y saludando brazo en alto al modo fascista. Es una pena que los conservadores no enseñen a sus cachorros buenas maneras y unos mínimos principios democráticos. Lo cierto es que los políticos bisoños no tienen culpa alguna por sus limitaciones intelectuales, sus carencias ideológicas, ni por su falta de empatía con los adversarios políticos. Al fin y al cabo, no son más que un espejo amorfo que refleja la imagen que proyectan sus mayores. Desgraciadamente, la imagen que actualmente ofrece el partido Popular no puede ser más antidemocrática y cargada de procacidad. Algunos de sus dirigentes destacan entre los pícaros, truhanes y como presa fácil de corrupción. Basta con escuchar sus discursos, observar sus actuaciones públicas y leer lo que la prensa informa y opina sobre ellos y su partido, para que la vergüenza, incredulidad y estupefacción suscitadas se manifiesten con toda intensidad y crudeza.
Parece que el ministro Morenés estuviera pensando en los suyos cuando apeló al sentido de responsabilidad y a la verdad como objetivos al servicio del interés general. Es precisamente la mentira persistente, la irresponsabilidad manifiesta y la falta de armonía y lealtad, es decir, la disonancia entre España y Catalunya, lo que impide que el statu quo entre ambas naciones continúe inalterable como si nada hubiera ocurrido, y debiera seguir siendo así por los siglos de los siglos. Confiesa que no es partidario de buscar sistemas alternativos "que no se sabe adonde nos llevan", como si el ejercicio de la democracia fuera algo extraño a la realidad del Estado Español de nuestros días. Más no existe otro sistema mejor que sirva para solventar los desencuentros políticos que no sea permitir a los ciudadanos expresarse a través de las urnas, o mediante la votación en un referéndum de autodeterminación en el caso que nos ocupa. Pero el partido Popular carece, aparentemente, del sentido de responsabilidad que el ministro Morenés exige a los otros -a Catalunya-. Y Catalunya no busca debilitar España, como sentencia Morenés. Catalunya solo pretende subsistir como nación libre y soberana, sin renunciar a su naturaleza, sentimientos y recursos. Los que perjudican a los españoles no son ni los políticos catalanes, ni los ciudadanos catalanes, ni la nación catalana. Son los nacional-españolistas antidemócratas que utilizan, siempre a Catalunya y ahora también a Gibraltar, como excusa para ocultar sus felonías, sus trapicheos y su ilimitada avaricia pecuniaria y ansias de poder político, con los cuales satisfacer sus egos y afanes de dominación absoluta, sobre personas y territorios de un Estado que solo la fuerza ha mantenido bajo una apariencia de unidad, que en realidad jamás ha existido. La causa de esta falta de unidad no es otra que la pretenciosa hegemonía castellana históricamente impuesta sobre todos los pueblos y naciones del Estado. Y como sea que el Partido Popular ha abrazado esta preponderancia castellana como si de un acto de fe se tratara, con mayor ímpetu y desconsideración si cabe que en tiempos de Franco, el encontronazo está servido.
Así pues, el partido Popular se halla atrapado en una maraña de intereses económicos y políticos, de servidumbres y fidelidades espurias y de absoluta carencia de escrúpulos y empatia hacia los que no piensan o sienten como ellos.... ¡Pobres españoles en manos de vulgares trileros!. Como los que dicen "Catalunya t'estimo", pero en realidad acaban apuñalándola por la espalda. Que si Catalunya quedará fuera de la UE. Que si los productos catalanes no podrán venderse en España y Europa. Que tendrá que cambiar de moneda. Que se quedará sin sanidad, educación o pensiones para poder pagar su ejercito, los servicios secretos, diplomáticos, inspectores de hacienda o magistrados. Que si la secesión se consuma España sufrirá como mínimo un amago de golpe de Estado y no será contra los catalanes sino contra todos los españoles.... ¡Cuanta boutade, cuantas paradojas, cuanto cliché preestablecido!. Por enésima vez: Catalunya acapara una tercera parte de las exportaciones del Estado. A Europa y al resto del Mundo. ¿Porqué la UE desechará un socio solvente, fiable y contribuyente neto como será Catalunya, para satisfacer la mezquina voluntad de los que nos quieren fuera de Europa (los ultra-nacionalistas hispanos, por ejemplo)?. ¿Porqué deberemos cambiar de moneda?. El partido alemán AfD aboga porque España deje el euro, excepto Catalunya y el País Vasco. O si continua dentro de la eurozona, supedita la permanencia a que reduzca los salarios un 30%. Es decir, que aumente la miseria y precariedad de los españoles. Por cierto, ¿acaso los catalanes no pagamos ya ahora ejercito, servicios secretos y diplomáticos, inspectores de hacienda y jueces, todos ellos tan españoles como la mismísima fiesta nacional?.... Cualquier reproche que hace el unionismo sobre la independencia olvida sistemáticamente que ya ahora pagamos muchísimos más impuestos de los que nos tocan por población y por PIB aportado al Estado. ¡Cada año entre el 9 y el 11% de la riqueza generada por los catalanes se queda en Madrid y no vuelve jamás a Catalunya bajo ningún concepto ni condición!. ¡Incluso en estos tiempos de profunda crisis!. ¿Creen los unionistas que si los catalanes dispusiéramos de todos los recursos que generamos, nuestra sanidad, educación o pensiones sufrirían más de lo que actualmente sufren, bajo yugo español?. ¿La Generalitat no vería aliviadas sus estrecheces financieras, actualmente estranguladas por el gobierno de España?. Todas las dificultades que cause la independencia de Catalunya, serán vencidas por los catalanes. Con trabajo, dedicación y grandes dosis de realismo. Pero especialmente, con muchísima ilusión y esperanza en un futuro mejor.
En cualquier caso, peor que sometidos a España no estaremos. En lo que hace referencia al amago de golpe de Estado no busquen culpables entre los catalanes. Los encontrarán más cerca de lo que creen. Entre algunos destacados miembros de la caverna mediática madrileña. También entre aquellos que guardan en su corazón banderas con aguilucho incorporado, saludan brazo en alto o asignan 200.000 euros para obras de mejora en el Valle de los Caídos, el megalomaníaco mausoleo del dictador Franco. Y sobretodo, busquen entre algunos militares, retirados o no, que siempre se muestran dispuestos para salvar la Patria, aun a costa de no respetar la voluntad democrática de los ciudadanos expresada mediante votos. Ya sean catalanes o españoles.
Como dice el M.H.S. Jordi Pujol i Soley en su artículo Te tota la lògica (La Vanguardia, 14/8/2013) el gran incremento del sentimiento independentista entre el pueblo catalán es absolutamente lógico. Yo añado que además, es insoslayable e imparable. ¿Como no va a ser mayoritario el independentismo ante este acusado incremento del número de antidemócratas, truhanes y corruptos que pululan por el PP, así como el PSOE, o en instituciones básicas del Estado, como los partidistas TC y Consejo General del Poder Judicial, la patronal empresarial o los sindicatos clasistas?. ¿Como aceptar las afirmaciones de renombrados unionistas -por ejemplo Francesc de Carreras, padre putativo de C's- que niegan que exista falta de respeto hacia la cultura, la lengua y los sentimientos catalanes?. ¿Acaso no se acosa el catalán en el País Valenciano, las Baleares o la Franja aragonesa?. ¿No es cierto que los unionistas vituperan a instituciones como Òmnium Cultural, o el Instituto Ramón Llull a las cuales acusan de estar generosamente subvencionadas por la Generalitat, mientras guardan un vergonzoso silencio ante la financiación que consideran normal (pública, oficial y recogida en los PGE) de la Real Academia Española o el Instituto Cervantes?. En cuanto a los sentimientos catalanes, siempre topan con la santa Constitución española o el derecho del Estado (que no del Estado de Derecho) nacionalista español. El más reciente choque se está produciendo con la intolerable negativa española ante la petición de una consulta para decidir el futuro político de los catalanes. De todos los catalanes. De los que son partidarios de la independencia y los que son partidarios de la unión.
Esta es la principal diferencia que existe entre catalanes y españoles. Mientras los catalanes (más del 80%) exigimos poder ejercer el derecho de autodeterminación, la inmensa mayoría de españolistas reunidos en torno al PP, PSOE, C's y UPyD, niegan este anhelo, este sentimiento incontestáblemente democrático, con el peregrino argumento que no lo permite la Constitución ni el Estado de Derecho españoles. Excusas propias de antidemócratas, de trileros, de corrompidos.
Si. La independencia de Catalunya tiene toda la lógica. Lo irracional es permanecer como hasta ahora.... Esperemos que el próximo 11 de septiembre sea el último que Catalunya vea constreñidas sus ansias de libertad. A partir del 12, a por la soberanía plena. Por la independencia. Como diría el Presidente Obama: Yes, we can!.
Por su parte, el actual ministro de Defensa, Pedro Morenés, acusa al soberanismo catalán de utilización política (¡!) del Ejercito español. Y aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, advierte que "en política, lo que es importante es el sentido de responsabilidad, y lo que es relevante en el ejercicio del poder es saber de verdad cuales son los objetivos de la política y como desde estos objetivos se sirve al interés general". Insiste que un discurso que no prevea el interés general "acaba siempre en un despertar triste y no soy partidario de estos despertares tristes cuando se puede vivir en una armonía evidente, como se ha vivido durante muchos años". Prosigue afirmando: "no soy partidario de buscar sistemas alternativos que no se sabe adonde nos llevan". Y concluye, sentenciando: "debilitar España como unidad política perjudica a todos los españoles, incluyendo a los catalanes".
Los comentarios del dirigente de Nuevas Generaciones se califican por sí mismo. Lo preocupante es que este jovencito conservador tiene bien aprendida la lección de sus mayores. Como ya resulta corriente, el partido Popular nunca ha dudado en utilizar la ley y retorcerla hasta desvirtuar el principio de Justicia, y de servirse de leguleyos impúdicos e infames, en beneficio propio, para obtener lo que el juego democrático le niega en buena lid. Así pues, manipular leyes y juristas, cambiar "las reglas del juego" a mitad del partido, amenazar "con uñas y dientes", e insultar impunemente a los supuestos enemigos, son algunos de los argumentos políticos que tan diligentemente ha aprendido Ignacio Fuentes Albesa y otros muchos correligionarios suyos. Del País Valenciano y Madrid por ejemplo, que constantemente se exhiben (en twitter, también) envueltos en banderas franquistas y saludando brazo en alto al modo fascista. Es una pena que los conservadores no enseñen a sus cachorros buenas maneras y unos mínimos principios democráticos. Lo cierto es que los políticos bisoños no tienen culpa alguna por sus limitaciones intelectuales, sus carencias ideológicas, ni por su falta de empatía con los adversarios políticos. Al fin y al cabo, no son más que un espejo amorfo que refleja la imagen que proyectan sus mayores. Desgraciadamente, la imagen que actualmente ofrece el partido Popular no puede ser más antidemocrática y cargada de procacidad. Algunos de sus dirigentes destacan entre los pícaros, truhanes y como presa fácil de corrupción. Basta con escuchar sus discursos, observar sus actuaciones públicas y leer lo que la prensa informa y opina sobre ellos y su partido, para que la vergüenza, incredulidad y estupefacción suscitadas se manifiesten con toda intensidad y crudeza.
Parece que el ministro Morenés estuviera pensando en los suyos cuando apeló al sentido de responsabilidad y a la verdad como objetivos al servicio del interés general. Es precisamente la mentira persistente, la irresponsabilidad manifiesta y la falta de armonía y lealtad, es decir, la disonancia entre España y Catalunya, lo que impide que el statu quo entre ambas naciones continúe inalterable como si nada hubiera ocurrido, y debiera seguir siendo así por los siglos de los siglos. Confiesa que no es partidario de buscar sistemas alternativos "que no se sabe adonde nos llevan", como si el ejercicio de la democracia fuera algo extraño a la realidad del Estado Español de nuestros días. Más no existe otro sistema mejor que sirva para solventar los desencuentros políticos que no sea permitir a los ciudadanos expresarse a través de las urnas, o mediante la votación en un referéndum de autodeterminación en el caso que nos ocupa. Pero el partido Popular carece, aparentemente, del sentido de responsabilidad que el ministro Morenés exige a los otros -a Catalunya-. Y Catalunya no busca debilitar España, como sentencia Morenés. Catalunya solo pretende subsistir como nación libre y soberana, sin renunciar a su naturaleza, sentimientos y recursos. Los que perjudican a los españoles no son ni los políticos catalanes, ni los ciudadanos catalanes, ni la nación catalana. Son los nacional-españolistas antidemócratas que utilizan, siempre a Catalunya y ahora también a Gibraltar, como excusa para ocultar sus felonías, sus trapicheos y su ilimitada avaricia pecuniaria y ansias de poder político, con los cuales satisfacer sus egos y afanes de dominación absoluta, sobre personas y territorios de un Estado que solo la fuerza ha mantenido bajo una apariencia de unidad, que en realidad jamás ha existido. La causa de esta falta de unidad no es otra que la pretenciosa hegemonía castellana históricamente impuesta sobre todos los pueblos y naciones del Estado. Y como sea que el Partido Popular ha abrazado esta preponderancia castellana como si de un acto de fe se tratara, con mayor ímpetu y desconsideración si cabe que en tiempos de Franco, el encontronazo está servido.
Así pues, el partido Popular se halla atrapado en una maraña de intereses económicos y políticos, de servidumbres y fidelidades espurias y de absoluta carencia de escrúpulos y empatia hacia los que no piensan o sienten como ellos.... ¡Pobres españoles en manos de vulgares trileros!. Como los que dicen "Catalunya t'estimo", pero en realidad acaban apuñalándola por la espalda. Que si Catalunya quedará fuera de la UE. Que si los productos catalanes no podrán venderse en España y Europa. Que tendrá que cambiar de moneda. Que se quedará sin sanidad, educación o pensiones para poder pagar su ejercito, los servicios secretos, diplomáticos, inspectores de hacienda o magistrados. Que si la secesión se consuma España sufrirá como mínimo un amago de golpe de Estado y no será contra los catalanes sino contra todos los españoles.... ¡Cuanta boutade, cuantas paradojas, cuanto cliché preestablecido!. Por enésima vez: Catalunya acapara una tercera parte de las exportaciones del Estado. A Europa y al resto del Mundo. ¿Porqué la UE desechará un socio solvente, fiable y contribuyente neto como será Catalunya, para satisfacer la mezquina voluntad de los que nos quieren fuera de Europa (los ultra-nacionalistas hispanos, por ejemplo)?. ¿Porqué deberemos cambiar de moneda?. El partido alemán AfD aboga porque España deje el euro, excepto Catalunya y el País Vasco. O si continua dentro de la eurozona, supedita la permanencia a que reduzca los salarios un 30%. Es decir, que aumente la miseria y precariedad de los españoles. Por cierto, ¿acaso los catalanes no pagamos ya ahora ejercito, servicios secretos y diplomáticos, inspectores de hacienda y jueces, todos ellos tan españoles como la mismísima fiesta nacional?.... Cualquier reproche que hace el unionismo sobre la independencia olvida sistemáticamente que ya ahora pagamos muchísimos más impuestos de los que nos tocan por población y por PIB aportado al Estado. ¡Cada año entre el 9 y el 11% de la riqueza generada por los catalanes se queda en Madrid y no vuelve jamás a Catalunya bajo ningún concepto ni condición!. ¡Incluso en estos tiempos de profunda crisis!. ¿Creen los unionistas que si los catalanes dispusiéramos de todos los recursos que generamos, nuestra sanidad, educación o pensiones sufrirían más de lo que actualmente sufren, bajo yugo español?. ¿La Generalitat no vería aliviadas sus estrecheces financieras, actualmente estranguladas por el gobierno de España?. Todas las dificultades que cause la independencia de Catalunya, serán vencidas por los catalanes. Con trabajo, dedicación y grandes dosis de realismo. Pero especialmente, con muchísima ilusión y esperanza en un futuro mejor.
En cualquier caso, peor que sometidos a España no estaremos. En lo que hace referencia al amago de golpe de Estado no busquen culpables entre los catalanes. Los encontrarán más cerca de lo que creen. Entre algunos destacados miembros de la caverna mediática madrileña. También entre aquellos que guardan en su corazón banderas con aguilucho incorporado, saludan brazo en alto o asignan 200.000 euros para obras de mejora en el Valle de los Caídos, el megalomaníaco mausoleo del dictador Franco. Y sobretodo, busquen entre algunos militares, retirados o no, que siempre se muestran dispuestos para salvar la Patria, aun a costa de no respetar la voluntad democrática de los ciudadanos expresada mediante votos. Ya sean catalanes o españoles.
Como dice el M.H.S. Jordi Pujol i Soley en su artículo Te tota la lògica (La Vanguardia, 14/8/2013) el gran incremento del sentimiento independentista entre el pueblo catalán es absolutamente lógico. Yo añado que además, es insoslayable e imparable. ¿Como no va a ser mayoritario el independentismo ante este acusado incremento del número de antidemócratas, truhanes y corruptos que pululan por el PP, así como el PSOE, o en instituciones básicas del Estado, como los partidistas TC y Consejo General del Poder Judicial, la patronal empresarial o los sindicatos clasistas?. ¿Como aceptar las afirmaciones de renombrados unionistas -por ejemplo Francesc de Carreras, padre putativo de C's- que niegan que exista falta de respeto hacia la cultura, la lengua y los sentimientos catalanes?. ¿Acaso no se acosa el catalán en el País Valenciano, las Baleares o la Franja aragonesa?. ¿No es cierto que los unionistas vituperan a instituciones como Òmnium Cultural, o el Instituto Ramón Llull a las cuales acusan de estar generosamente subvencionadas por la Generalitat, mientras guardan un vergonzoso silencio ante la financiación que consideran normal (pública, oficial y recogida en los PGE) de la Real Academia Española o el Instituto Cervantes?. En cuanto a los sentimientos catalanes, siempre topan con la santa Constitución española o el derecho del Estado (que no del Estado de Derecho) nacionalista español. El más reciente choque se está produciendo con la intolerable negativa española ante la petición de una consulta para decidir el futuro político de los catalanes. De todos los catalanes. De los que son partidarios de la independencia y los que son partidarios de la unión.
Esta es la principal diferencia que existe entre catalanes y españoles. Mientras los catalanes (más del 80%) exigimos poder ejercer el derecho de autodeterminación, la inmensa mayoría de españolistas reunidos en torno al PP, PSOE, C's y UPyD, niegan este anhelo, este sentimiento incontestáblemente democrático, con el peregrino argumento que no lo permite la Constitución ni el Estado de Derecho españoles. Excusas propias de antidemócratas, de trileros, de corrompidos.
Si. La independencia de Catalunya tiene toda la lógica. Lo irracional es permanecer como hasta ahora.... Esperemos que el próximo 11 de septiembre sea el último que Catalunya vea constreñidas sus ansias de libertad. A partir del 12, a por la soberanía plena. Por la independencia. Como diría el Presidente Obama: Yes, we can!.
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