"Los catalanes se han visto obligados por las perversidades del sistema tributario de España a solicitar un rescate, aun cuando subvencionan al resto del país (España)". Esta es la denuncia que efectúa The Telegraph cuando analiza la situación económica del Estado Español, que considera "más sombría con cada informe". También recoge las palabras de presidente catalán, Artur Más, que "advirtió que la nación de Catalunya se levantaría si Madrid intenta aprovechar los acontecimientos para hacer retroceder los poderes regionales. Estamos entrando en aguas muy peligrosas".
El colectivo Coronel Escofet, del Servei d'Informaciò Català, alerta que la situación política y social se está tensando como nunca había ocurrido en los últimos 40 años. Insta a permanecer atentos porqué se han establecido coincidencias sospechosas en las actuaciones de los aparatos judiciales y las fuerzas de seguridad del Estado, que pueden atribuirse al hecho de encontrarnos ante una bien planificada ofensiva con el objetivo de "dar un toque" -ablandar- sobre algunos dirigentes y fuerzas soberanistas. Basa su fundamentada teoría en todo lo acontecido durante la huelga general del 29 de marzo, la detención del ex-consejero Ausàs (por presunto contrabando de tabaco), así como algunos operativos de las fuerzas de seguridad españolas y de la inteligencia del Estado, obsesionados con ciertas instituciones y personas; e informaciones convenientemente manipuladas y filtradas a la prensa sobre la policía catalana, culminado todo el proceso con la irrupción de un juez y la policía española en el complejo central de los Mossos d'Esquadra en Sabadell. Todo ello, según el SIC, crispa la situación y son elementos de desprestigio y ataque a la policía de Catalunya.
El diario catalán El Punt/Avui se hace eco de una serie de preguntas que se formula el periodista Jaume Clotet, acerca de las (increíbles) casualidades producidas sobre algunos hechos curiosos y que resultan cuanto menos sospechosos. Como podrían ser la fianza impuesta a CDC (3,2 millones €), sin aparecer siquiera como responsable en el caso Palau, más allá de las sesgadas y partidistas acusaciones periodísticas; y la filtración de la interlocutoria judicial a los medios de comunicación, antes que a Convergència Democrática. O la elevada fianza exigida contra el ex-consejero Ausàs (ERC) por supuesto contrabando de tabaco (145.000 €), en comparación a la exigida a dos terroristas del Grapo (10.000 €), acusados del secuestro y muerte de Publio Cordón. Estas y otras cuestiones merecen su atención, como por ejemplo las reacciones cosechadas por la prohibición de las corridas de toros en Catalunya, comparando la ausencia de críticas y escasa repercusión de esta misma prohibición en Canarias, ya hace años; o porqué todos los trenes de alta velocidad son prioritarios, excepto el que conecta Catalunya con Europa; o sobre las delegaciones catalanas en el extranjero etiquetadas como un despilfarro económico -con un coste por habitante y año de 4,59 €-, mientras las de Galicia (3,90 €), Andalucía (16,62 €), Valencia (6,29 €), o Madrid (4,91 €), son calificadas como una inversión. Por cierto, Navarra (38,28 €) y País Vasco (28,51 €), son caso a parte por disfrutar del concierto económico. Existe una pregunta cuya respuesta a mi también me intriga: "¿Porqué el Instituto Ramon Llull es cuestionado a causa del "despilfarro" que representa, por los mismos que ensalzan la actividad del Instituto Cervantes, cuyo presupuesto lejos de disminuir por la crisis, aumenta año tras año?". Jaume Clotet concluye su articulo: "Cuando yo era corresponsal de este diario en el País Vasco, las fuerzas de seguridad del Estado tenían desplegados 300 agentes en servicios especiales, es decir, sin uniforme y con la misión de espiar, infiltrar y torpedear el independentismo vasco. Los diarios han publicado que, con el fín de la actividad de ETA, el gobierno español ha girado los ojos hacia Catalunya y ha trasladado docenas de agentes desde tierras vascas hasta nuestro país. Ya han puesto manos a la obra".
No se trata de locas teorías de la conspiración, puesto que los interrogantes que se plantean ante este cúmulo de coincidencias, son reveladores. Por no mencionar los furibundos ataques catalanófobos desatados con inusitada frecuencia e intensidad en las redes sociales por cualquier excusa, atribuidos a los ultra-españolistas. Los últimos, con motivo del incendio del Alt Empordà. Existe el antecedente de la llamada Milicia Catalana -grupo de extrema derecha español-, que reivindicó los incendios provocados en Montserrat en 1986. Así mismo, las palabras recogidas en The Telegraph acerca de la advertencia del señor Mas, resultan altamente aclaratorias sobre la disyuntiva en que se encuentra la Generalitat de Catalunya. El señor Mas deberá elegir entre saltar el muro que ha levantado el Estado alrededor de Catalunya, o no hacerlo y rendirse ante el acorralamiento español. Diversos intelectuales catalanistas aconsejan que tenga el valor y la audacia suficientes y rompa con el gobierno del señor Rajoy y en definitiva, con el Estado Español.
En efecto, la única alternativa digna y justa que le queda a Catalunya es enfrentarse al acoso recentralizador español con absoluta contundencia. Así parece que lo entiende el propio señor Más, cuando afirma que una eventual intervención provocaría una "ola de cólera y de protestas" en el seno de la sociedad catalana. "No solo sería yo que me opondría, sino todo el pueblo de Catalunya. Sería el colmo que los territorios que más contribuyen y que más adelantados están aplicando políticas de austeridad, fueran los intervenidos políticamente". Concluyó advirtiendo que "estamos en un momento en que casi todo está amenazado y Madrid podría aprovechar la excusa de las grandes dificultades para ir a operaciones de recentralización".
Señor Mas: Catalunya ya está intervenida de facto (como España lo está por la UE). ¿No ha recibido el recado que ha mandado el señor Montoro a través de las conclusiones aprobadas -impuestas- en el último Consejo de Política Fiscal y Financiera de las comunidades autónomas?. Reunión tan rimbombante como prescindible. ¿No escuchó las conminaciones, requerimientos y amenazas que profirió este ministro, que cada día que pasa se parece más a Nosferatu el vampiro, tanto en el fondo como en las formas?. ¿Acaso no se ha percatado que el vampirismo que practica España con Catalunya nos conduce inexorablemente a la mortal inanición por desangramiento?. Resulta irrelevante plantar al Ministro de Hacienda y Administraciones Públicas. Es inutil exigir la rectificación del techo de déficit autonómico, apelando a la justicia y al sentido común; ambos atributos son notablemente extraños en el proceder del Gobierno de España. Cualquier pretensión de negociación y pacto entre Catalunya y España, está condenado al más rotundo fracaso. Incluido el pacto fiscal. Ya lo dice el señor Rajoy: "El problema de la Generalitat no es el sistema de financiación, es la menor recaudación de impuestos". Especialmente si, además, los menguantes impuestos recaudados sufren una abrupta minoración añadida a causa del expolio fiscal que sufrimos los catalanes. España hace días que ha iniciado su particular cruzada contra las crecientes ansias de soberanismo en Catalunya. Su guión, su hoja de ruta es tan clara e inamovible, como evidente e inquebrantable: ahogo financiero, acoso judicial, extorsión política, inmovilismo administrativo y el Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial de España aplastando cualquier pretensión soberanista de Catalunya. Esta particular guerra del ejecutivo español, no solo recibe el entusiasta apoyo del Partido Popular en pleno, también de buena parte de los socialistas e instituciones españolas. Es una batalla impulsada, guiada, bendecida y publicitada por los medios de comunicación recalcitrantemente españolistas. Por ejemplo La Razón, con la apabullante exhibición de la enseña española que efectúa cada dos por tres en primera plana, por mínimos motivos y abundantes sinrazones. Asimismo, el diario ABC y sus continuas denuncias sobre el supuesto victimismo catalán y la inexistencia de agravios comparativos entre comunidades y de estas con el Estado. No desaprovecha la ocasión, empero, para ensalzar la generosidad de la Comunidad de Madrid en la aportación (¿?) de 384 € por madrileño, frente los 95 € por catalán, a un desconocido fondo de garantía para los servicios básicos (¡¿?!). Concluye su disertación sobre los agravios comparativos con la siguiente frase: "No es bueno entrar en este debate de cifras, porqué prima el interés nacional, pero resulta inevitable ante los que siempre se creen acreedores". ¿No es bueno debatir sobre cifras, por ejemplo, sobre el expolio fiscal de más de 16.000 millones de € que sufrimos los catalanes cada año?. No es bueno, puesto que prima el interés nacional de.... ¡España!. Y porqué los expoliados (acreedores) son los ciudadanos catalanes. Por su parte, El Mundo insta al Gobierno de España a dejar de aportar liquidez a Catalunya y poner en marcha los mecanismos necesarios para su pertinente intervención. Se permite responsabilizar indirectamente a las comunidades autónomas, y especialmente a Catalunya, por la fuga de capitales en los cinco primeros meses de este año, que asciende a 160.000 millones de €. "Ante estos datos, es una provocación la respuesta de Catalunya -el plante catalán a las medidas impuestas en el último Consejo de Política Fiscal-. Pero es que, además, el gobierno está garantizando la solvencia de las comunidades y la Generalidad acaba de pedir el rescate del Estado, ante la imposibilidad de pagar siquiera las nóminas de sus funcionarios".
Banderas rojigualdas, acusaciones de victimismo, desprecio ante los evidentes agravios, restricciones a la liquidez catalana y mentiras. Muchas mentiras y manipulaciones. ¿Acaso el Gobierno de España garantiza la solvencia de la Generalitat a base de resultar moroso ante las obligaciones financieras del Estado para con Catalunya y los catalanes?. Estos son los argumentos nacionalistas que exhibe España. Esta es la política que emplea el Gobierno contra Catalunya. Y por lo visto, hasta el momento está resultando plenamente satisfactoria para España. El propio conseller Mas-Colell, recientemente declaró en sede parlamentaria: "O el Gobierno de España y la institución a la cual contribuimos con muchos impuestos -yo diría, con exceso de impuestos- nos envían liquidez, o los impagos se repetirán cada mes si el Estado no activa ya el fondo autonómico". ¡Déjà vu entre las relaciones de Catalunya y España y de España y la Unión Europea!
El Gobierno Catalán no puede seguir perdiendo el tiempo, a la espera de la buena voluntad de España. No mejorará la solvencia catalana con fondos de liquidez que todavía no existen. No puede esperar ni comprensión, ni justicia, ni ayuda del Estado. Antes al contrario, como resulta evidente, cabe esperar hostilidad, chantajes, coacciones, agresiones y mentiras. España está decidida a acabar, cuanto antes, con el autogobierno de Catalunya. Y a Catalunya solo le queda un camino, si quiere sobrevivir. Esto es, audacia, valentía, inteligencia y sentido de justicia. Es cuanto necesitamos para alcanzar la libertad, la soberanía. La independencia, que tanto nos apremia. Y lo primero, la puesta en marcha de la auténtica Hacienda propia de Catalunya, bajo control exclusivo catalán. Los catalanes, tanto las personas físicas como las jurídicas, nos encargaremos de pagar nuestros impuestos y cotizaciones sociales a ella; y la Generalitat se encargará de la redistribución, prescindiendo de la opinión del Gobierno de Madrid y de las altas instituciones españolas. La falta de liquidez quedaría borrada de un plumazo. Audacia, valentía e inteligencia. Es todo.
El colectivo Coronel Escofet, del Servei d'Informaciò Català, alerta que la situación política y social se está tensando como nunca había ocurrido en los últimos 40 años. Insta a permanecer atentos porqué se han establecido coincidencias sospechosas en las actuaciones de los aparatos judiciales y las fuerzas de seguridad del Estado, que pueden atribuirse al hecho de encontrarnos ante una bien planificada ofensiva con el objetivo de "dar un toque" -ablandar- sobre algunos dirigentes y fuerzas soberanistas. Basa su fundamentada teoría en todo lo acontecido durante la huelga general del 29 de marzo, la detención del ex-consejero Ausàs (por presunto contrabando de tabaco), así como algunos operativos de las fuerzas de seguridad españolas y de la inteligencia del Estado, obsesionados con ciertas instituciones y personas; e informaciones convenientemente manipuladas y filtradas a la prensa sobre la policía catalana, culminado todo el proceso con la irrupción de un juez y la policía española en el complejo central de los Mossos d'Esquadra en Sabadell. Todo ello, según el SIC, crispa la situación y son elementos de desprestigio y ataque a la policía de Catalunya.
El diario catalán El Punt/Avui se hace eco de una serie de preguntas que se formula el periodista Jaume Clotet, acerca de las (increíbles) casualidades producidas sobre algunos hechos curiosos y que resultan cuanto menos sospechosos. Como podrían ser la fianza impuesta a CDC (3,2 millones €), sin aparecer siquiera como responsable en el caso Palau, más allá de las sesgadas y partidistas acusaciones periodísticas; y la filtración de la interlocutoria judicial a los medios de comunicación, antes que a Convergència Democrática. O la elevada fianza exigida contra el ex-consejero Ausàs (ERC) por supuesto contrabando de tabaco (145.000 €), en comparación a la exigida a dos terroristas del Grapo (10.000 €), acusados del secuestro y muerte de Publio Cordón. Estas y otras cuestiones merecen su atención, como por ejemplo las reacciones cosechadas por la prohibición de las corridas de toros en Catalunya, comparando la ausencia de críticas y escasa repercusión de esta misma prohibición en Canarias, ya hace años; o porqué todos los trenes de alta velocidad son prioritarios, excepto el que conecta Catalunya con Europa; o sobre las delegaciones catalanas en el extranjero etiquetadas como un despilfarro económico -con un coste por habitante y año de 4,59 €-, mientras las de Galicia (3,90 €), Andalucía (16,62 €), Valencia (6,29 €), o Madrid (4,91 €), son calificadas como una inversión. Por cierto, Navarra (38,28 €) y País Vasco (28,51 €), son caso a parte por disfrutar del concierto económico. Existe una pregunta cuya respuesta a mi también me intriga: "¿Porqué el Instituto Ramon Llull es cuestionado a causa del "despilfarro" que representa, por los mismos que ensalzan la actividad del Instituto Cervantes, cuyo presupuesto lejos de disminuir por la crisis, aumenta año tras año?". Jaume Clotet concluye su articulo: "Cuando yo era corresponsal de este diario en el País Vasco, las fuerzas de seguridad del Estado tenían desplegados 300 agentes en servicios especiales, es decir, sin uniforme y con la misión de espiar, infiltrar y torpedear el independentismo vasco. Los diarios han publicado que, con el fín de la actividad de ETA, el gobierno español ha girado los ojos hacia Catalunya y ha trasladado docenas de agentes desde tierras vascas hasta nuestro país. Ya han puesto manos a la obra".
No se trata de locas teorías de la conspiración, puesto que los interrogantes que se plantean ante este cúmulo de coincidencias, son reveladores. Por no mencionar los furibundos ataques catalanófobos desatados con inusitada frecuencia e intensidad en las redes sociales por cualquier excusa, atribuidos a los ultra-españolistas. Los últimos, con motivo del incendio del Alt Empordà. Existe el antecedente de la llamada Milicia Catalana -grupo de extrema derecha español-, que reivindicó los incendios provocados en Montserrat en 1986. Así mismo, las palabras recogidas en The Telegraph acerca de la advertencia del señor Mas, resultan altamente aclaratorias sobre la disyuntiva en que se encuentra la Generalitat de Catalunya. El señor Mas deberá elegir entre saltar el muro que ha levantado el Estado alrededor de Catalunya, o no hacerlo y rendirse ante el acorralamiento español. Diversos intelectuales catalanistas aconsejan que tenga el valor y la audacia suficientes y rompa con el gobierno del señor Rajoy y en definitiva, con el Estado Español.
En efecto, la única alternativa digna y justa que le queda a Catalunya es enfrentarse al acoso recentralizador español con absoluta contundencia. Así parece que lo entiende el propio señor Más, cuando afirma que una eventual intervención provocaría una "ola de cólera y de protestas" en el seno de la sociedad catalana. "No solo sería yo que me opondría, sino todo el pueblo de Catalunya. Sería el colmo que los territorios que más contribuyen y que más adelantados están aplicando políticas de austeridad, fueran los intervenidos políticamente". Concluyó advirtiendo que "estamos en un momento en que casi todo está amenazado y Madrid podría aprovechar la excusa de las grandes dificultades para ir a operaciones de recentralización".
Señor Mas: Catalunya ya está intervenida de facto (como España lo está por la UE). ¿No ha recibido el recado que ha mandado el señor Montoro a través de las conclusiones aprobadas -impuestas- en el último Consejo de Política Fiscal y Financiera de las comunidades autónomas?. Reunión tan rimbombante como prescindible. ¿No escuchó las conminaciones, requerimientos y amenazas que profirió este ministro, que cada día que pasa se parece más a Nosferatu el vampiro, tanto en el fondo como en las formas?. ¿Acaso no se ha percatado que el vampirismo que practica España con Catalunya nos conduce inexorablemente a la mortal inanición por desangramiento?. Resulta irrelevante plantar al Ministro de Hacienda y Administraciones Públicas. Es inutil exigir la rectificación del techo de déficit autonómico, apelando a la justicia y al sentido común; ambos atributos son notablemente extraños en el proceder del Gobierno de España. Cualquier pretensión de negociación y pacto entre Catalunya y España, está condenado al más rotundo fracaso. Incluido el pacto fiscal. Ya lo dice el señor Rajoy: "El problema de la Generalitat no es el sistema de financiación, es la menor recaudación de impuestos". Especialmente si, además, los menguantes impuestos recaudados sufren una abrupta minoración añadida a causa del expolio fiscal que sufrimos los catalanes. España hace días que ha iniciado su particular cruzada contra las crecientes ansias de soberanismo en Catalunya. Su guión, su hoja de ruta es tan clara e inamovible, como evidente e inquebrantable: ahogo financiero, acoso judicial, extorsión política, inmovilismo administrativo y el Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial de España aplastando cualquier pretensión soberanista de Catalunya. Esta particular guerra del ejecutivo español, no solo recibe el entusiasta apoyo del Partido Popular en pleno, también de buena parte de los socialistas e instituciones españolas. Es una batalla impulsada, guiada, bendecida y publicitada por los medios de comunicación recalcitrantemente españolistas. Por ejemplo La Razón, con la apabullante exhibición de la enseña española que efectúa cada dos por tres en primera plana, por mínimos motivos y abundantes sinrazones. Asimismo, el diario ABC y sus continuas denuncias sobre el supuesto victimismo catalán y la inexistencia de agravios comparativos entre comunidades y de estas con el Estado. No desaprovecha la ocasión, empero, para ensalzar la generosidad de la Comunidad de Madrid en la aportación (¿?) de 384 € por madrileño, frente los 95 € por catalán, a un desconocido fondo de garantía para los servicios básicos (¡¿?!). Concluye su disertación sobre los agravios comparativos con la siguiente frase: "No es bueno entrar en este debate de cifras, porqué prima el interés nacional, pero resulta inevitable ante los que siempre se creen acreedores". ¿No es bueno debatir sobre cifras, por ejemplo, sobre el expolio fiscal de más de 16.000 millones de € que sufrimos los catalanes cada año?. No es bueno, puesto que prima el interés nacional de.... ¡España!. Y porqué los expoliados (acreedores) son los ciudadanos catalanes. Por su parte, El Mundo insta al Gobierno de España a dejar de aportar liquidez a Catalunya y poner en marcha los mecanismos necesarios para su pertinente intervención. Se permite responsabilizar indirectamente a las comunidades autónomas, y especialmente a Catalunya, por la fuga de capitales en los cinco primeros meses de este año, que asciende a 160.000 millones de €. "Ante estos datos, es una provocación la respuesta de Catalunya -el plante catalán a las medidas impuestas en el último Consejo de Política Fiscal-. Pero es que, además, el gobierno está garantizando la solvencia de las comunidades y la Generalidad acaba de pedir el rescate del Estado, ante la imposibilidad de pagar siquiera las nóminas de sus funcionarios".
Banderas rojigualdas, acusaciones de victimismo, desprecio ante los evidentes agravios, restricciones a la liquidez catalana y mentiras. Muchas mentiras y manipulaciones. ¿Acaso el Gobierno de España garantiza la solvencia de la Generalitat a base de resultar moroso ante las obligaciones financieras del Estado para con Catalunya y los catalanes?. Estos son los argumentos nacionalistas que exhibe España. Esta es la política que emplea el Gobierno contra Catalunya. Y por lo visto, hasta el momento está resultando plenamente satisfactoria para España. El propio conseller Mas-Colell, recientemente declaró en sede parlamentaria: "O el Gobierno de España y la institución a la cual contribuimos con muchos impuestos -yo diría, con exceso de impuestos- nos envían liquidez, o los impagos se repetirán cada mes si el Estado no activa ya el fondo autonómico". ¡Déjà vu entre las relaciones de Catalunya y España y de España y la Unión Europea!
El Gobierno Catalán no puede seguir perdiendo el tiempo, a la espera de la buena voluntad de España. No mejorará la solvencia catalana con fondos de liquidez que todavía no existen. No puede esperar ni comprensión, ni justicia, ni ayuda del Estado. Antes al contrario, como resulta evidente, cabe esperar hostilidad, chantajes, coacciones, agresiones y mentiras. España está decidida a acabar, cuanto antes, con el autogobierno de Catalunya. Y a Catalunya solo le queda un camino, si quiere sobrevivir. Esto es, audacia, valentía, inteligencia y sentido de justicia. Es cuanto necesitamos para alcanzar la libertad, la soberanía. La independencia, que tanto nos apremia. Y lo primero, la puesta en marcha de la auténtica Hacienda propia de Catalunya, bajo control exclusivo catalán. Los catalanes, tanto las personas físicas como las jurídicas, nos encargaremos de pagar nuestros impuestos y cotizaciones sociales a ella; y la Generalitat se encargará de la redistribución, prescindiendo de la opinión del Gobierno de Madrid y de las altas instituciones españolas. La falta de liquidez quedaría borrada de un plumazo. Audacia, valentía e inteligencia. Es todo.
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