El M.H.S Artur Mas i Gabarró, 129º Presidente de la Generalitat de Catalunya, ha hecho un llamamiento a toda la sociedad para que el próximo 11 de septiembre se manifieste masivamente para reclamar el pacto fiscal al Gobierno de España. Para desgracia del M.H.S., la mayoría de ciudadanos catalanes hemos decidido que la fiesta nacional de Catalunya esté dedicada a exigir la independencia de nuestra exhausta y hastiada Nación. Somos muchos los que no creemos posible que España atienda las reivindicaciones catalanas, puesto que hacerlo significaría que dejarían de disponer a su antojo y para sus caprichos, más de 16.000 millones de € en impuestos catalanes que van a Madrid y no retornan jamás. Año tras año. Por tanto, el llamado pacto fiscal catalán, nunca verá la luz en los mismos términos que disfrutan el País Vasco y Navarra. "El concierto para Catalunya haría inviable España", proclaman, no sin razón, sus más significados detractores. Al fín y al cabo, en la mentalidad del nacionalismo español, Catalunya solo puede alcanzar y disfrutar aquello que puedan emular el resto de autonomías. Es decir, si se concede el concierto a Catalunya, este deberá ser extensible al resto de comunidades. "Si Catalunya lo tiene, nosotros también", repiten mecánicamente. Lo cual resulta impracticable e inasumible para España. A la vista de todo ello, son comprensibles las preguntas que nos hacemos muchos catalanes: ¿Porqué perder el tiempo pidiendo algo imposible de conseguir, por las buenas?. ¿Porqué no ir directamente a la independencia, aunque sea de forma unilateral, por las malas?.
Además de estas imposibilidades económicas (y metafísicas) según el punto de vista español, existen otras de cariz estrictamente mediáticas. Como son las profusamente manifestadas en los medios de comunicación cavernarios. Por ejemplo, el diario ultra-liberal El Mundo -una vez más-, dedica su editorial para acusar a Artur Mas de ser irresponsable, ante el llamamiento efectuado para que los ciudadanos se manifiesten a favor del pacto fiscal. "Mas agita la calle de forma irresponsable". "Las palabras de Mas llamando a los catalanes hacer suyo el clamor a favor de un nuevo modelo fiscal y expresar su malestar en la calle es una grave irresponsabilidad". Considera que "Mas, que ha enviado una carta a Rajoy con sus exigencias, instiga al mismo tiempo a la sociedad catalana para que Madrid entienda que la suya es la petición de un país entero". "La política no se hace con disturbios sino con argumentos. Y existen, y poderosos, para negar las pretensiones de Mas". Pedro J. Ramirez dixit. Alea jacta est, para el pacto fiscal catalán. Por cierto, ¿cuales son los poderosos argumentos que existen para negar a los catalanes lo que PP y PSOE defiende encarnizadamente para vascos y navarros?.
El mismísimo Mariano Rajoy -no olvidemos, actual presidente del Gobierno de España- ya ha declarado como no prioritario el pacto del señor Mas. "Lo prioritario, lo que es necesario e imprescindible, es ir en la misma dirección, y el resto no tiene mucho sentido en este momento". "El problema de la Generalitat no es el sistema de financiación, sino que ha caído la recaudación de impuestos". Rajoy, como buen y socarrón gallego, remata: "Si alguien me quiere ver... en fín... yo ya me he visto con Artur Mas y no tengo ningún problema en volver a verlo, como a cualquier otro presidente de comunidad autónoma, ya los he visto a todos menos el de Asturias". Esta es la consideración que le merece al Gobierno de España el pacto fiscal para Catalunya: ninguna. Más claro, agua.
España tiene mucho que perder si Catalunya alcanza el concierto económico. España no está dispuesta a prescindir de la gallina de los huevos de oro. Sus egoístas intereses económicos prevalecen sobre el sentido común. Van más allá de lo que pueda ser justo, equitativo, cabal.... ¡Por Dios bendito!. ¿Cree el señor Mas por ventura que el hecho que Renfe invierta más en Madrid que en Barcelona, tiene algo que ver con un mínimo sentido de justicia o equidad?. ¿O tal vez cree que es producto de una simple casualidad?. En los últimos veinte años, en Madrid se han construido 84 km de nuevas líneas, 17 km. de nuevos túneles y 20 nuevas estaciones.Todo ello en la red ferroviaria de cercanías. El afán inversor del Ministerio de Fomento español en Barcelona, durante este mismo periodo de tiempo, se reduce a 5 estaciones; ni nuevas líneas, ni nuevos túneles. Cinco míseras estaciones, en veinte años. La inversión comprometida, trasmutada en deuda reconocida -y morosa- por el Ministerio de Fomento e incluyendo la disposición adicional tercera del todavía vigente Estatuto de Autonomía, asciende a día de hoy a 6.700 millones de €. ¡Y subiendo imparablemente mes a mes!.
Según titula el periódico nacional-españolista ABC, "CiU se atreve a amenazar a Rajoy con su dilema: O pacto fiscal o independencia". Recoge las declaraciones del dirigente convergente Josep Rull, quien afirmó que "la denegación por parte del Gobierno español del pacto fiscal sería la condición necesaria y suficiente para convocar un referéndum de autodeterminación... o unas elecciones anticipadas con carácter plebiscitario...". No es complicado adivinar qué tipo de comentarios provocaron estas afirmaciones, entre los lectores digitales del diario conservador por antonomasia de la caverna madrileña. Son sólo comparables a la locura catalanofóbica desatada con motivo del reciente incendio forestal acaecido en el Alt Empordà.
El Gobierno de la Generalitat y la coalición que lo sustenta, deben saber que es una total e indignante pérdida de tiempo seguir insistiendo en ofrecer pactos, acuerdos, negociaciones, propuestas y pedagogía, a quien solo está dispuesta -España- a imponer su santa voluntad y según sus particulares intereses. Con cargo y a expensas de Catalunya y de los catalanes. Si nos ceñimos al aspecto económico, esta deriva ridículamente pactista del catalanismo político, ha costado a todos los catalanes desde 1986 hasta 2009 -últimos datos conocidos-, la friolera de 214.000 millones de €, que se han evaporado de Catalunya y han licuado en España. La magnitud del expolio sufrido no admite comparación ni siquiera con los fondos europeos que España ha venido recibiendo tan generosamente desde que se adhirió a la Unión Europea. Cada ciudadano catalán pierde 43 céntimos, por cada euro que España recauda en Catalunya. El Gobierno de Madrid debe en la actualidad 8.700 millones de € comprometidos en infraestructuras, fondos de competitividad y disposición adicional tercera de los años 2008 y 2009; sin contar con el incumplimiento, ya sistemático, de esa misma disposición los años 2010, 2011 y 2012. El Estado español, al objeto de cumplir con los compromisos adquiridos en materia de déficit, además, ha decidido dejar de aportar a Catalunya 76 millones de € correspondientes a la Ley de Dependencia, puesto que España sí cumple con los objetivos de déficit, mientras la comunidades autónomas tienen el déficit descontrolado. El Estado español no solo roba a los catalanes; también es el principal causante de la morosidad que padece Catalunya. A los estudiantes universitarios catalanes, la matricula les aumentará un 51%. Asimismo, recibirán un 30% menos becas que el resto de estudiantes del Estado. La guinda del pastel son los peajes de las autopistas. Han aumentado un 7,5%, para compensar a las quebradas empresas concesionarias de las autopistas de peaje radiales madrileñas. Recordemos que en Catalunya apenas existen vias alternativas libres de peaje, como si ocurre en España, con las carreteras nacionales convertidas en autopistas gratuitas. Los catalanes pagamos a la fuerza 95 € cada año por peajes. La media de lo que pagan los españoles voluntariamente, apenas es de 30 €/año. ¿Se entiende ahora la campaña #novullpagar?.
La deuda total de Catalunya se eleva hasta los 42.000 millones de €. Los vencimientos de este año son 5.800 millones de €. Si Catalunya hubiera dispuesto del concierto económico a semejanza del País Vasco, entre 2007 y 2011, la Generalitat hubiera pagado al Estado Español poco más de 25.000 millones de €. Con el sistema de financiación vigente, en este mismo periodo, España ha sustraído de los bolsillos catalanes 71.000 millones de €. No hay color ni discusión posible sobre qué le interesa a Catalunya. Por supuesto, la plena soberanía fiscal. Con ella, se podría reducir al mínimo la deuda y seria innecesario proseguir los draconianos recortes en educación, sanidad, salarios de empleados públicos, dependencia, pensiones, subsidios de paro, etc....
La prensa internacional tiene muy asumido que el futuro de Catalunya pasa por conseguir la independencia. El último diario que así lo manifiesta es el milanés Il Vostro Quotidiano. "Madrid hunde Catalunya", titula. Se pregunta, "¿Como se salvará uno de los cuatro motores de Europa?. "... el principado paga muchos impuestos y recibe poco. ¿Pasar al régimen foral o decir adiós España?. Entretanto existe una marcha hacia Bruselas, para reclamar la independencia". En el articulo, firmado por Marco Gargini, se diferencia con nitidez entre la perversidad del régimen de financiación común -Catalunya- y las ventajas del foral -Pais Vasco y Navarra-. Escribe contundentemente que"Catalunya podría ser comparada con una vaca". Asegura que Madrid nos "ha ordeñado tanto que al final, de las ubres solo sale sangre". Concluye su análisis, afirmando: "No se puede ordeñar una vaca indefinidamente y, además, la vaca catalana ha de afrontar dos obligaciones: la propia, que no es específicamente por su negligencia -como así es, en cambio, en el caso de Sicilia- y la de España, que obliga a los catalanes a pagar los impuestos a Madrid y solo una pequeña parte vuelven a Barcelona". Yo me permito añadir que esta pequeña parte que vuelve, lo hace tarde, mal y notablemente menguada.
Pues bien. Si los catalanes sabemos que la solución a muchos de nuestros problemas se encuentra en la independencia. Si la prensa internacional se hace eco de las injusticias que sufrimos en manos de un Estado que nos resulta hostil, agresivo. Si la opinión más extendida es que la independencia de Catalunya es absolutamente viable. ¿Porqué seguir sufriendo en manos de gobiernos españoles, incapaces de resolver las contrariedades que se le presentan?. España necesitará la intervención de los hombre de negro europeos, de la mano del BCE, Merkel, FMI y UE, para que resuelva sus problemas político-económicos. ¿Porqué seguir negociando indefinidamente la utilización de recursos fiscales generados en Catalunya, con un Estado que sólo piensa en sus recentralizados intereses españoles, marginando a los ciudadanos y primando a los empresarios, incluso aquellos de demostrada negligencia e ineptitud profesional?. ¿Porqué seguir aguantando injusticias, expolios, acosos culturales, presiones judiciales (lingüísticas), falta de inversiones, agresividad mediática, extorsiones, discriminaciones e intolerancias políticas?. ¿Es que acaso somos masoquistas?. Por supuesto que no. Rotundamente, no. España no solo expropia nuestros impuestos. También persigue nuestra lengua, menosprecia nuestra cultura y desatiende nuestras necesidades, tanto individuales, como colectivas. España no reconoce la realidad nacional de Catalunya; quiere aniquilar la idiosincrasia, la personalidad y la identidad propias de Catalunya, puesto que no son castellanas. Es decir, Catalunya no es España. Catalunya, para nuestra desgracia, está en poder de España.
La Diada Nacional de Catalunya de este año marcará un hito en la lucha por la libertad del pueblo catalán. Esta lucha se inició en Barcelona el 12 de septiembre de 1714, el primer día de la ocupación de Catalunya, después del cruel asedio de las tropas castellanas de Felipe V. Casi trescientos años de ocupación española verán próximamente el final. Atrás quedarán los atropellos, las injusticias, las manipulaciones y falacias que España ha venido utilizando hasta nuestro días, contra Catalunya, en una macabra danza de seducción y sometimiento. El principio de la batalla para alcanzar la plena libertad nacional de Catalunya, se reiniciará nuevamente un 12 de septiembre.... de 2012. Ya que los catalanes, además de prosperidad, justicia y libertad e independencia, también queremos ser felices. Y dentro de España, es imposible.
Además de estas imposibilidades económicas (y metafísicas) según el punto de vista español, existen otras de cariz estrictamente mediáticas. Como son las profusamente manifestadas en los medios de comunicación cavernarios. Por ejemplo, el diario ultra-liberal El Mundo -una vez más-, dedica su editorial para acusar a Artur Mas de ser irresponsable, ante el llamamiento efectuado para que los ciudadanos se manifiesten a favor del pacto fiscal. "Mas agita la calle de forma irresponsable". "Las palabras de Mas llamando a los catalanes hacer suyo el clamor a favor de un nuevo modelo fiscal y expresar su malestar en la calle es una grave irresponsabilidad". Considera que "Mas, que ha enviado una carta a Rajoy con sus exigencias, instiga al mismo tiempo a la sociedad catalana para que Madrid entienda que la suya es la petición de un país entero". "La política no se hace con disturbios sino con argumentos. Y existen, y poderosos, para negar las pretensiones de Mas". Pedro J. Ramirez dixit. Alea jacta est, para el pacto fiscal catalán. Por cierto, ¿cuales son los poderosos argumentos que existen para negar a los catalanes lo que PP y PSOE defiende encarnizadamente para vascos y navarros?.
El mismísimo Mariano Rajoy -no olvidemos, actual presidente del Gobierno de España- ya ha declarado como no prioritario el pacto del señor Mas. "Lo prioritario, lo que es necesario e imprescindible, es ir en la misma dirección, y el resto no tiene mucho sentido en este momento". "El problema de la Generalitat no es el sistema de financiación, sino que ha caído la recaudación de impuestos". Rajoy, como buen y socarrón gallego, remata: "Si alguien me quiere ver... en fín... yo ya me he visto con Artur Mas y no tengo ningún problema en volver a verlo, como a cualquier otro presidente de comunidad autónoma, ya los he visto a todos menos el de Asturias". Esta es la consideración que le merece al Gobierno de España el pacto fiscal para Catalunya: ninguna. Más claro, agua.
España tiene mucho que perder si Catalunya alcanza el concierto económico. España no está dispuesta a prescindir de la gallina de los huevos de oro. Sus egoístas intereses económicos prevalecen sobre el sentido común. Van más allá de lo que pueda ser justo, equitativo, cabal.... ¡Por Dios bendito!. ¿Cree el señor Mas por ventura que el hecho que Renfe invierta más en Madrid que en Barcelona, tiene algo que ver con un mínimo sentido de justicia o equidad?. ¿O tal vez cree que es producto de una simple casualidad?. En los últimos veinte años, en Madrid se han construido 84 km de nuevas líneas, 17 km. de nuevos túneles y 20 nuevas estaciones.Todo ello en la red ferroviaria de cercanías. El afán inversor del Ministerio de Fomento español en Barcelona, durante este mismo periodo de tiempo, se reduce a 5 estaciones; ni nuevas líneas, ni nuevos túneles. Cinco míseras estaciones, en veinte años. La inversión comprometida, trasmutada en deuda reconocida -y morosa- por el Ministerio de Fomento e incluyendo la disposición adicional tercera del todavía vigente Estatuto de Autonomía, asciende a día de hoy a 6.700 millones de €. ¡Y subiendo imparablemente mes a mes!.
Según titula el periódico nacional-españolista ABC, "CiU se atreve a amenazar a Rajoy con su dilema: O pacto fiscal o independencia". Recoge las declaraciones del dirigente convergente Josep Rull, quien afirmó que "la denegación por parte del Gobierno español del pacto fiscal sería la condición necesaria y suficiente para convocar un referéndum de autodeterminación... o unas elecciones anticipadas con carácter plebiscitario...". No es complicado adivinar qué tipo de comentarios provocaron estas afirmaciones, entre los lectores digitales del diario conservador por antonomasia de la caverna madrileña. Son sólo comparables a la locura catalanofóbica desatada con motivo del reciente incendio forestal acaecido en el Alt Empordà.
El Gobierno de la Generalitat y la coalición que lo sustenta, deben saber que es una total e indignante pérdida de tiempo seguir insistiendo en ofrecer pactos, acuerdos, negociaciones, propuestas y pedagogía, a quien solo está dispuesta -España- a imponer su santa voluntad y según sus particulares intereses. Con cargo y a expensas de Catalunya y de los catalanes. Si nos ceñimos al aspecto económico, esta deriva ridículamente pactista del catalanismo político, ha costado a todos los catalanes desde 1986 hasta 2009 -últimos datos conocidos-, la friolera de 214.000 millones de €, que se han evaporado de Catalunya y han licuado en España. La magnitud del expolio sufrido no admite comparación ni siquiera con los fondos europeos que España ha venido recibiendo tan generosamente desde que se adhirió a la Unión Europea. Cada ciudadano catalán pierde 43 céntimos, por cada euro que España recauda en Catalunya. El Gobierno de Madrid debe en la actualidad 8.700 millones de € comprometidos en infraestructuras, fondos de competitividad y disposición adicional tercera de los años 2008 y 2009; sin contar con el incumplimiento, ya sistemático, de esa misma disposición los años 2010, 2011 y 2012. El Estado español, al objeto de cumplir con los compromisos adquiridos en materia de déficit, además, ha decidido dejar de aportar a Catalunya 76 millones de € correspondientes a la Ley de Dependencia, puesto que España sí cumple con los objetivos de déficit, mientras la comunidades autónomas tienen el déficit descontrolado. El Estado español no solo roba a los catalanes; también es el principal causante de la morosidad que padece Catalunya. A los estudiantes universitarios catalanes, la matricula les aumentará un 51%. Asimismo, recibirán un 30% menos becas que el resto de estudiantes del Estado. La guinda del pastel son los peajes de las autopistas. Han aumentado un 7,5%, para compensar a las quebradas empresas concesionarias de las autopistas de peaje radiales madrileñas. Recordemos que en Catalunya apenas existen vias alternativas libres de peaje, como si ocurre en España, con las carreteras nacionales convertidas en autopistas gratuitas. Los catalanes pagamos a la fuerza 95 € cada año por peajes. La media de lo que pagan los españoles voluntariamente, apenas es de 30 €/año. ¿Se entiende ahora la campaña #novullpagar?.
La deuda total de Catalunya se eleva hasta los 42.000 millones de €. Los vencimientos de este año son 5.800 millones de €. Si Catalunya hubiera dispuesto del concierto económico a semejanza del País Vasco, entre 2007 y 2011, la Generalitat hubiera pagado al Estado Español poco más de 25.000 millones de €. Con el sistema de financiación vigente, en este mismo periodo, España ha sustraído de los bolsillos catalanes 71.000 millones de €. No hay color ni discusión posible sobre qué le interesa a Catalunya. Por supuesto, la plena soberanía fiscal. Con ella, se podría reducir al mínimo la deuda y seria innecesario proseguir los draconianos recortes en educación, sanidad, salarios de empleados públicos, dependencia, pensiones, subsidios de paro, etc....
La prensa internacional tiene muy asumido que el futuro de Catalunya pasa por conseguir la independencia. El último diario que así lo manifiesta es el milanés Il Vostro Quotidiano. "Madrid hunde Catalunya", titula. Se pregunta, "¿Como se salvará uno de los cuatro motores de Europa?. "... el principado paga muchos impuestos y recibe poco. ¿Pasar al régimen foral o decir adiós España?. Entretanto existe una marcha hacia Bruselas, para reclamar la independencia". En el articulo, firmado por Marco Gargini, se diferencia con nitidez entre la perversidad del régimen de financiación común -Catalunya- y las ventajas del foral -Pais Vasco y Navarra-. Escribe contundentemente que"Catalunya podría ser comparada con una vaca". Asegura que Madrid nos "ha ordeñado tanto que al final, de las ubres solo sale sangre". Concluye su análisis, afirmando: "No se puede ordeñar una vaca indefinidamente y, además, la vaca catalana ha de afrontar dos obligaciones: la propia, que no es específicamente por su negligencia -como así es, en cambio, en el caso de Sicilia- y la de España, que obliga a los catalanes a pagar los impuestos a Madrid y solo una pequeña parte vuelven a Barcelona". Yo me permito añadir que esta pequeña parte que vuelve, lo hace tarde, mal y notablemente menguada.
Pues bien. Si los catalanes sabemos que la solución a muchos de nuestros problemas se encuentra en la independencia. Si la prensa internacional se hace eco de las injusticias que sufrimos en manos de un Estado que nos resulta hostil, agresivo. Si la opinión más extendida es que la independencia de Catalunya es absolutamente viable. ¿Porqué seguir sufriendo en manos de gobiernos españoles, incapaces de resolver las contrariedades que se le presentan?. España necesitará la intervención de los hombre de negro europeos, de la mano del BCE, Merkel, FMI y UE, para que resuelva sus problemas político-económicos. ¿Porqué seguir negociando indefinidamente la utilización de recursos fiscales generados en Catalunya, con un Estado que sólo piensa en sus recentralizados intereses españoles, marginando a los ciudadanos y primando a los empresarios, incluso aquellos de demostrada negligencia e ineptitud profesional?. ¿Porqué seguir aguantando injusticias, expolios, acosos culturales, presiones judiciales (lingüísticas), falta de inversiones, agresividad mediática, extorsiones, discriminaciones e intolerancias políticas?. ¿Es que acaso somos masoquistas?. Por supuesto que no. Rotundamente, no. España no solo expropia nuestros impuestos. También persigue nuestra lengua, menosprecia nuestra cultura y desatiende nuestras necesidades, tanto individuales, como colectivas. España no reconoce la realidad nacional de Catalunya; quiere aniquilar la idiosincrasia, la personalidad y la identidad propias de Catalunya, puesto que no son castellanas. Es decir, Catalunya no es España. Catalunya, para nuestra desgracia, está en poder de España.
La Diada Nacional de Catalunya de este año marcará un hito en la lucha por la libertad del pueblo catalán. Esta lucha se inició en Barcelona el 12 de septiembre de 1714, el primer día de la ocupación de Catalunya, después del cruel asedio de las tropas castellanas de Felipe V. Casi trescientos años de ocupación española verán próximamente el final. Atrás quedarán los atropellos, las injusticias, las manipulaciones y falacias que España ha venido utilizando hasta nuestro días, contra Catalunya, en una macabra danza de seducción y sometimiento. El principio de la batalla para alcanzar la plena libertad nacional de Catalunya, se reiniciará nuevamente un 12 de septiembre.... de 2012. Ya que los catalanes, además de prosperidad, justicia y libertad e independencia, también queremos ser felices. Y dentro de España, es imposible.
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