Si hablamos de la banda izquierdista española lo hacemos sobre PSOE y SUMAR. Sánchez, como líder del socialismo y presidente del gobierno suficiente trabajo tiene en defenderse de la acometida que PPVOX y los jueces, policía patriótica y prensa del movimiento afín al régimen -anterior-, tienen puesta en marcha contra él y su entorno. Supongo que será por eso que le cuesta tanto cumplir con los compromisos contraídos con el independentismo catalán. Sin olvidar que la carencia de coraje en defensa de estos compromisos adquiridos son también una seña de identidad propias de todos los políticos españoles, de derechas e izquierdas. Cuando se llega a un acuerdo con los catalanes sistemáticamente se incumplen. Ocurrió con el estatuto o la ejecución catalana de los PGE, con traspasos estatutarios, con inversiones nunca cumplidas y ahora con la financiación singular, el traspaso integral de las políticas migratorias y la ley de amnistía, tan inservible a ojos de los jueces como puede ser el cumplimiento de la obsoleta Constitución española. Las derechas e izquierdas españolas tienen exactamente el mismo interés en satisfacer y cumplir con Cataluña aquello que prometen: ¡ninguno!.
Yolanda Diaz ostenta el liderazgo de SUMAR y de su entorno, aunque PODEMOS, que también es de izquierdas, mantiene las distancias con ella, no sea que fueran absorbidos salvajemente. Lo que le ocurre a Díaz es una fuerte y sostenida bajada de su formación en las expectativas electorales. Por eso intenta marcar paquete, para diferenciarse del centrismo de izquierdas que exhibe el PSOE. Lo hace con prepotencia, con exceso de teatralidad y ganándose la antipatía de todos a causa de su intransigencia. Es decir, hacer de mosca cojonera formando parte de un gobierno de coalición no es la mejor forma de defender políticas de izquierdas, trabajadores, clases populares y desfavorecidos dentro de un mundo absolutamente capitalista, como pretende hacer SUMAR de forma absurdamente quijotesca. Creerse en posesión la verdad absoluta, no significa tener la razón ni te hace mejor que los demás. Como mucho, te debilita y con el tiempo te hace políticamente... ¡irrelevante!.
Como puede verse, el panorama de este reino borbónico no es demasiado atractivo. En los años 30 del siglo pasado este tipo de desavenencias políticas acabaron con un golpe de estado y una guerra cainita que dio lugar a una dictadura sangrienta y violenta la cual aún perdura en el espíritu y la memoria de muchas personas e instituciones de todo el estado. Hoy hay instituciones que añoran aquellos tiempos negros y autoritarios. Defienden revisar el pasado para volver a España Una Grande y Libre donde podían darlo Todo por la Patria desvergonzadamente. Hay políticos de derechas que se declaran franquistas, otros no hacen ascos al franquismo aunque lo disimulan; hay políticos de izquierdas que maman de las fuentes falangistas sin darse cuenta, como García Page o el ínclito y revenido Felipe Gonzalez, tan decantado hacia la derecha como José Maria Aznar. Existe una sociedad civil, funcionarial y militar impregnada de franquismo. Hay jueces, magistrados y cientos de estirpes de funcionarios acartonados desde el siglo XIX hasta hoy a una idea de España como su coto privado de caza, es decir, de privilegios y prebendas heredadas para toda la eternidad. Por no hablar de la prensa del movimiento y de muchos periodistas que no acaban de creerse la democracia y practican con notable soltura la manipulación y la desinformación. A toda esta caterva algunos le llaman neo-franquismo sociológico cuando basta decir sencillamente, ¡franquismo!.
También hay auténticos demócratas españoles aunque parece que van de retroceso y están embobados, al igual que los políticos catalanes. A los españoles, débiles y miedosos, hay que pedirles que no desfallezcan porque si lo hacen España acabará como el rosario de la aurora. ¡Mal!.
El peligro para Catalunya es que nos arrastrarán con ellos si la independencia no le pone remedio. Por tanto, ya sabemos que nos toca hacer.....
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