REPÚBLICA POPULAR DE CHINA.
Tengo que confesar que a mí el régimen chino no me gusta nada. Se ha vuelto en el único estado comunista donde el capitalismo ha enseñoreado absolutamente hasta el último rincón del país y de la sociedad. También es un estado que está adquiriendo todos los defectos y el comportamiento propios de un imperio de corte clásico. En este caso, comandado por un emperador absolutista y dictatorial llamado Xi Jinping y una corte parasitaria conocida como Partido Comunista.
En esta incesante búsqueda hacia la hegemonía imperial está cayendo en los mismos vicios que llevaron a Estados Unidos a ser el primer imperio capitalista del siglo XX, como antes había sido el Reino Unido en el siglo XIX. Prepotencia política, generosidad forzada, solidaridad interesada, humildad impostada, musculatura militar en desarrollo y hegemonía económica, financiera y comercial arrolladoras..... Y una diferencia capital con los imperios precedentes: sus ciudadanos no gozan de libertades ni de derechos. ¡Son súbditos de un imperio dictatorial!.
La República Popular China si que se ha manifestado mostrándose ante todo el mundo. No como otros que han decidido encerrarse en sí mismos. En busca de materias primas ha ido penetrando sin hacer demasiado ruido en África, América del Sur y el resto de Asia. Construyendo infraestructuras como líneas férreas, carreteras o puertos. Comprando voluntades políticas a cambio de explotar recursos naturales, seduciendo las poblaciones autóctonas con ayudas sanitarias o educativas, o imponiendo sus intereses y condiciones para hacer negocios en Europa y América, comprando empresas o invirtiendo ingentes cantidades de dinero en países europeos y del resto del Mundo. Facilitando o impidiendo que las empresas extranjeras se asienten en China para hacer negocio o, sencillamente, para copiar los productos de la competencia y venderlos como chinos. China no amenaza a cara descubierta. Le basta hacerlo sibilinamente. Si no le haces la rosca, no haces negocios con ellos.....
Hay que decir, sin embargo, que en el asunto del coronavirus si que se ha volcado en la ayuda al resto de países afectados. Ha enviado y vendido material sanitario y médico a quien lo haya pedido, ha ofrecido personal médico y sanitario a quien lo necesite y en definitiva ha ocupado el lugar que en otros tiempos hubiera ocupado la ayuda humanitaria de Estados Unidos. Así pues, ha impulsado la penetración en otras culturas, países y sociedades utilizando su experiencia en el combate contra la maldita pandemia. Quizás ha sido por la mala conciencia adquirida como país por haber sido la cuna de la infección. O tal vez ha sido un gesto altruista y cargado de solidaridad hacia el resto del Mundo. No lo sé. Lo que sí sé es que su lucha contra la Covid-19 ha servido de ejemplo a otros países para combatirlo con más o menos éxito. También ha servido para desplazar a los Estados Unidos al segundo lugar del ranking mundial de potencias humanitarias.....
Pero no todo son rosas ni parabienes para China. La gente empieza a preguntarse qué tipo de control sanitario efectúan sobre los productos cárnicos que ponen a la venta en los mercados chinos, ya que parece que fue un pangolín salvaje vendido para consumo humano -o un bicho parecido- lo que propició la transmisión del virus en cuestión de animal a persona. En cuanto a la infección en sí, también se duda de cómo es que siendo miles de millones de habitantes, las cifras de muertos se hayan elevado sólo a tres o cuatro mil, cuando en el resto de países Europeos o de América del Norte, con sistemas sanitarios más avanzados que el chino, los muertos se cuentan en miles o decenas de miles en cada uno de ellos. No es difícil suponer que las cifras oficiales chinas esconden una realidad más siniestra: Sólo en Wuhan, punto cero de la pandemia, observadores locales cifran el número de muertos en más de cuarenta mil, basándose en datos obtenidos en cementerios, por entierros y cremación de cadáveres.
Todos estos comportamientos sólo se explican por el tipo de régimen implantado en China. Toda dictadura, aunque sea una república popular, maquilla la verdad para quedar mejor ante su sociedad y el Mundo. También es por este motivo que dictaron un confinamiento de la población tan duro, sin ningún tipo de pesar ni oposición. Y como las noticias e informaciones que se publican en todos los medios y en todo el país están bajo férreo control del partido único, todo resulta mucho más eficaz y exitoso que en un estado verdaderamente democrático.
Así pues, el éxito de China en el combate contra la corona-crisis es más relativo -ficticio- que real. No así en la vertiente de solidaridad exterior, porque ha obtenido lo que quería: desplazar del primer lugar del ranking a la América de Trump. Respecto al interior del país el fracaso no tardará demasiado tiempo en evidenciarse.... El tiempo que tarden los ciudadanos chinos en despertar de su ensoñación sedientos por las ansias de libertad y justicia y las ganas de conocer la verdad, que ahora les roban el emperador y su corte de funcionarios y vividores comunistas. O quizás no son tan comunistas como pretenden ser.....
Decía Napoleón que "Cuando China despierte el mundo temblará". Yo añado "cuando los chinos despierten, China comunista se romperá".
Tengo que confesar que a mí el régimen chino no me gusta nada. Se ha vuelto en el único estado comunista donde el capitalismo ha enseñoreado absolutamente hasta el último rincón del país y de la sociedad. También es un estado que está adquiriendo todos los defectos y el comportamiento propios de un imperio de corte clásico. En este caso, comandado por un emperador absolutista y dictatorial llamado Xi Jinping y una corte parasitaria conocida como Partido Comunista.
En esta incesante búsqueda hacia la hegemonía imperial está cayendo en los mismos vicios que llevaron a Estados Unidos a ser el primer imperio capitalista del siglo XX, como antes había sido el Reino Unido en el siglo XIX. Prepotencia política, generosidad forzada, solidaridad interesada, humildad impostada, musculatura militar en desarrollo y hegemonía económica, financiera y comercial arrolladoras..... Y una diferencia capital con los imperios precedentes: sus ciudadanos no gozan de libertades ni de derechos. ¡Son súbditos de un imperio dictatorial!.
La República Popular China si que se ha manifestado mostrándose ante todo el mundo. No como otros que han decidido encerrarse en sí mismos. En busca de materias primas ha ido penetrando sin hacer demasiado ruido en África, América del Sur y el resto de Asia. Construyendo infraestructuras como líneas férreas, carreteras o puertos. Comprando voluntades políticas a cambio de explotar recursos naturales, seduciendo las poblaciones autóctonas con ayudas sanitarias o educativas, o imponiendo sus intereses y condiciones para hacer negocios en Europa y América, comprando empresas o invirtiendo ingentes cantidades de dinero en países europeos y del resto del Mundo. Facilitando o impidiendo que las empresas extranjeras se asienten en China para hacer negocio o, sencillamente, para copiar los productos de la competencia y venderlos como chinos. China no amenaza a cara descubierta. Le basta hacerlo sibilinamente. Si no le haces la rosca, no haces negocios con ellos.....
Hay que decir, sin embargo, que en el asunto del coronavirus si que se ha volcado en la ayuda al resto de países afectados. Ha enviado y vendido material sanitario y médico a quien lo haya pedido, ha ofrecido personal médico y sanitario a quien lo necesite y en definitiva ha ocupado el lugar que en otros tiempos hubiera ocupado la ayuda humanitaria de Estados Unidos. Así pues, ha impulsado la penetración en otras culturas, países y sociedades utilizando su experiencia en el combate contra la maldita pandemia. Quizás ha sido por la mala conciencia adquirida como país por haber sido la cuna de la infección. O tal vez ha sido un gesto altruista y cargado de solidaridad hacia el resto del Mundo. No lo sé. Lo que sí sé es que su lucha contra la Covid-19 ha servido de ejemplo a otros países para combatirlo con más o menos éxito. También ha servido para desplazar a los Estados Unidos al segundo lugar del ranking mundial de potencias humanitarias.....
Pero no todo son rosas ni parabienes para China. La gente empieza a preguntarse qué tipo de control sanitario efectúan sobre los productos cárnicos que ponen a la venta en los mercados chinos, ya que parece que fue un pangolín salvaje vendido para consumo humano -o un bicho parecido- lo que propició la transmisión del virus en cuestión de animal a persona. En cuanto a la infección en sí, también se duda de cómo es que siendo miles de millones de habitantes, las cifras de muertos se hayan elevado sólo a tres o cuatro mil, cuando en el resto de países Europeos o de América del Norte, con sistemas sanitarios más avanzados que el chino, los muertos se cuentan en miles o decenas de miles en cada uno de ellos. No es difícil suponer que las cifras oficiales chinas esconden una realidad más siniestra: Sólo en Wuhan, punto cero de la pandemia, observadores locales cifran el número de muertos en más de cuarenta mil, basándose en datos obtenidos en cementerios, por entierros y cremación de cadáveres.
Todos estos comportamientos sólo se explican por el tipo de régimen implantado en China. Toda dictadura, aunque sea una república popular, maquilla la verdad para quedar mejor ante su sociedad y el Mundo. También es por este motivo que dictaron un confinamiento de la población tan duro, sin ningún tipo de pesar ni oposición. Y como las noticias e informaciones que se publican en todos los medios y en todo el país están bajo férreo control del partido único, todo resulta mucho más eficaz y exitoso que en un estado verdaderamente democrático.
Así pues, el éxito de China en el combate contra la corona-crisis es más relativo -ficticio- que real. No así en la vertiente de solidaridad exterior, porque ha obtenido lo que quería: desplazar del primer lugar del ranking a la América de Trump. Respecto al interior del país el fracaso no tardará demasiado tiempo en evidenciarse.... El tiempo que tarden los ciudadanos chinos en despertar de su ensoñación sedientos por las ansias de libertad y justicia y las ganas de conocer la verdad, que ahora les roban el emperador y su corte de funcionarios y vividores comunistas. O quizás no son tan comunistas como pretenden ser.....
Decía Napoleón que "Cuando China despierte el mundo temblará". Yo añado "cuando los chinos despierten, China comunista se romperá".
Escribes bien, pero ser anticomunista no es tu mejor atributo, que hay una burocracia de partido es verdad, pero también hay millones de seres humanos que creen en el Socialismo, incluidos Chinos, ojalá reviente por parte del capitalismo, este no se reforma, se destruye, una expresión no mía, de don Pablo Iglesias Posse.
ResponEliminaCrec que si llegeixes acuradament l'article t'adonaràs que de anti-comunista no n'hi ha res. Tinc l'opinió que els anticomunistes són el PC xinés i que la cúpula d'aquest partit està conformada pels personatges més capitalistes que ha conegut l'humanitat. I malauradament, els milions de xinesos que son sincerament comunistes compartirien aquesta opinió que a tu no t'agrada. No es comunista tothom que se'n diu si no tothom que fa de comunista, no pas de capitalista.....
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