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dijous, 16 d’abril del 2020

4/ LA CORONA-CRISIS. CONCLUSIONES: LA HUMANIDAD.

LA HUMANIDAD.

Como decía al principio, después de la corona-crisis nada volverá a ser igual. Las grandes potencias mundiales subirán, bajarán o desaparecerán del ranking de hegemonía global. Los estados menos potentes e irrelevantes deberán adaptarse para subsistir o desaparecer. Los pequeños estados, siempre más ágiles y a la vez dúctiles, no hay ninguna duda que resistirán y se adaptarán con rapidez a la nueva situación creada a causa de la pandemia. Pero, ¿y la gente?.

¿Qué pasará con los ciudadanos?. ¿Qué incidencia tendrá en la vida cotidiana de las personas el cataclismo causado por coronavirus ?.

La Unión Europea ha vuelto a fallar. Los altos funcionarios que la gobiernan bajo el dictado de los jefes de estado y de gobierno de los diferentes socios que la integran, han vuelto a dejar pasar una oportunidad única -quizás la última- para hacer política social en mayúsculas en beneficio de los ciudadanos. En cambio, una vez más han preferido mostrarse solidarios y sanadores con empresas, banca y finanzas públicas. La solidaridad hacia las personas la han dejado en manos de cada estado y al arbitrio de las posibilidades sanitarias y financieras de cada uno. Y de solidaridad entre los estados fuertes y los más débiles, nada de nada. Así, tal vez conseguirán que el Covid-19 no dañe demasiado a poderosos y  ricos, pero sin duda esto será a cuenta de la vida de miles de ciudadanos enfermos por la infección, por el paro y pobreza consecuencia de la recesión agravada por la interrupción de la actividad económica y en definitiva debido a la falta de empatía hacia los ciudadanos europeos y de la miseria política y moral de los gobernantes de cada estado.

En cuanto a los Estados Unidos la cosa no pinta mucho mejor. Cabe decir, sin embargo, que los americanos podrán cargar toda la culpa a un solo hombre: Donald Trump y el equipo de arribistas que le rodean. Se ha evidenciado el carácter de este hombre, el cual si fuera dirigente de otro país recibiría el merecido calificativo de sátrapa. Un presidente que está escorando a sus compatriotas hacia posiciones ultraderechistas llenas de intolerancia, egoísmo, de odio y cargadas de violencia implícita y arrogancia explícita, mientras hunde el prestigio de Estados Unidos de la misma manera que el replicante Roy Batty desaparece de la vida bajo la lluvia, en la película Blande Runner: "He visto cosas que vosotros los humanos no os creeríais jamás..... He visto como atacaban naves incendiadas más allá de Orión.... . He visto rayos C que brillan en la oscuridad de la Puerta de Tannhäuser..... Todos estos... momentos seguro que se perderán... en el tiempo... como lágrimas... en la lluvia..... Es hora..... de morir."

Así es como el mayor imperio que nunca ha existido hasta ahora en la historia de la humanidad desaparecerá, quedándonos en la memoria sólo un triste y agridulce recuerdo de lo mucho que hizo bien o mal y de lo mucho que dejó de hacer gracias a la estupidez e incapacidad de un presidente altivo y nefasto.

De las cenizas del imperio Americano se alzará el ave Fénix en forma de renacido imperio, levantando el vuelo la República Popular de China. Como las cenizas imperiales son las mismas de antes el resultado también lo será, aunque de corto vuelo. Será mucho más breve. China está siguiendo punto por punto los pasos estadounidenses. Está adquiriendo los mismos tics, el mismo talante e incluso los mismos objetivos. Está cometiendo los mismos errores porque son inherentes a todo imperio y por tanto también son inevitables. Es el precio que se paga por ser el estado hegemónico mundial en todos los ámbitos. Es el coste que tiene ser el más grande, el más poderoso, el más fuerte y el más rico. Pero en este caso, con los pies de barro. Mantener mil trescientos millones de habitantes privados de libertades, de derechos y de democracia te hace débil aunque te sientas fuerte e invencible. Y si a esto le sumamos que la oligarquía capitalista china acabará condicionando y dictando la política estatal -¡ya lo está haciendo ahora!-, el derrumbe será más pronto que tarde. Y más estrepitoso.....

La historia continuará pero nada será lo mismo. La corona-crisis cambiará las relaciones internacionales pero sobre todo cambiará a la gente, la sociedad. Tomaremos conciencia de que los estados grandes y pesados ​​no nos sirven y por lo tanto tendremos que constituir estados más pequeños y ágiles, más a escala humana. Cuando la humanidad salió de las cavernas se constituyó en tribus reducidas de base familiar y poco a poco fueron agrandando el círculo hasta que se hizo necesario pasar del cabeza de familia al líder, al jefe de tribu, después al rey, al emperador, al dictador, al primer ministro, al presidente.... Todo se fue complicando porque sobrevivir no es fácil. Y cuando el jefe de la tribu necesita ayuda para mandar e imponerse surgen los listillos que se aprovechan. Son los que recogen las migajas de los que mandan, mientras que la gente normal empieza a sufrir el peso del poder y de la ambición de los mandones. Y es cuando estallan las revoluciones.

La revolución que se avecina no será necesariamente violenta o sangrienta pero sí será implacable. Quizás no será rápida o súbita pero si será inexorablemente pausada. También será demoledora. Los grandes estados desaparecerán porque son demasiado pesados ​​y por tanto incapaces de cobijar a todos. Serán sustituidos por entidades de tamaño humano, por estados más pequeños y eficientes. La democracia directa permitirá adoptar las decisiones que afecten a la colectividad según el mandato popular. Todos los gobernantes serán elegidos por votación universal y sometidos a escrutinio casi diario. Cuando se equivoquen o se muestren incapaces deberán marchar voluntariamente ipso facto o serán dimitidos sin contemplaciones. Las grandes corporaciones y los especuladores se desintegrarán porque tienen las mismas deficiencias que los estados que los sustentan y su lugar será ocupado por profesionales libres y pequeños emprendedores los cuales, unidos cuando convenga y sea pertinente, harán las grandes cosas necesarias en beneficio de toda la sociedad, no en beneficio de las élites.....

Sé que mis opiniones no son académicas, ni se basan en sesudos estudios sociológicos, ni están avaladas por un curriculum profesional o universitario abrumadores. Sencillamente son mis opiniones las cuales, a menudo, albergan errores más o menos grandes por los que anticipadamente pido disculpas. Pero todo lo que digo es lo que pienso y lo hago desde la mejor disposición y sinceridad que soy capaz de ofrecer..... Se que son más la expresión de mis deseos que no otra cosa, pero aunque no soy sobrehumano..... "He visto cosas que vosotros los humanos no os creeríais jamás".

Esperemos que el porvenir de la post corona-crisis permita que todos estos momentos no se pierdan como lágrimas en la lluvia. Es tiempo de vivir..... ¡Mucho mejor que hasta ahora!.







3/ LA CORONA-CRISI. ELUCUBRACIONES: CHINA.

REPÚBLICA POPULAR DE CHINA.

Tengo que confesar que a mí el régimen chino no me gusta nada. Se ha vuelto en el único estado comunista donde el capitalismo ha enseñoreado absolutamente hasta el último rincón del país y de la sociedad. También es un estado que está adquiriendo todos los defectos y el comportamiento propios de un imperio de corte clásico. En este caso, comandado por un emperador absolutista y dictatorial llamado Xi Jinping y una corte parasitaria conocida como Partido Comunista.

En esta incesante búsqueda hacia la hegemonía imperial está cayendo en los mismos vicios que llevaron a Estados Unidos a ser el primer imperio capitalista del siglo XX, como antes había sido el Reino Unido en el siglo XIX. Prepotencia política, generosidad forzada, solidaridad interesada, humildad impostada, musculatura militar en desarrollo y hegemonía económica, financiera y comercial arrolladoras..... Y una diferencia capital con los imperios precedentes: sus ciudadanos no gozan de libertades ni de derechos. ¡Son súbditos de un imperio dictatorial!.

La República Popular China si que se ha manifestado mostrándose ante todo el mundo. No como otros que han decidido encerrarse en sí mismos. En busca de materias primas ha ido penetrando sin hacer demasiado ruido en África, América del Sur y el resto de Asia. Construyendo infraestructuras como líneas férreas, carreteras o puertos. Comprando voluntades políticas a cambio de explotar recursos naturales, seduciendo las poblaciones autóctonas con ayudas sanitarias o educativas, o imponiendo sus intereses y condiciones para hacer negocios en Europa y América, comprando empresas o invirtiendo ingentes cantidades de dinero en países europeos y del resto del Mundo. Facilitando o impidiendo que las empresas extranjeras se asienten en China para hacer negocio o, sencillamente, para copiar los productos de la competencia y venderlos como chinos. China no amenaza a cara descubierta. Le basta hacerlo sibilinamente. Si no le haces la rosca, no haces negocios con ellos.....

Hay que decir, sin embargo, que en el asunto del coronavirus si que se ha volcado en la ayuda al resto de países afectados. Ha enviado y vendido material sanitario y médico a quien lo haya pedido, ha ofrecido personal médico y sanitario a quien lo necesite y en definitiva ha ocupado el lugar que en otros tiempos hubiera ocupado la ayuda humanitaria de Estados Unidos. Así pues, ha impulsado la penetración en otras culturas, países y sociedades utilizando su experiencia en el combate contra la maldita pandemia. Quizás ha sido por la mala conciencia adquirida como país por haber sido la cuna de la infección. O tal vez ha sido un gesto altruista y cargado de solidaridad hacia el resto del Mundo. No lo sé. Lo que sí sé es que su lucha contra la Covid-19 ha servido de ejemplo a otros países para combatirlo con más o menos éxito. También ha servido para desplazar a los Estados Unidos al segundo lugar del ranking mundial de potencias humanitarias.....

Pero no todo son rosas ni parabienes para China. La gente empieza a preguntarse qué tipo de control sanitario efectúan sobre los productos cárnicos que ponen a la venta en los mercados chinos, ya que parece que fue un pangolín salvaje vendido para consumo humano -o un bicho parecido- lo que propició la transmisión del virus en cuestión de animal a persona. En cuanto a la infección en sí, también se duda de cómo es que siendo miles de millones de habitantes, las cifras de muertos se hayan elevado sólo a tres o cuatro mil, cuando en el resto de países Europeos o de América del Norte, con sistemas sanitarios más avanzados que el chino, los muertos se cuentan en miles o decenas de miles en cada uno de ellos. No es difícil suponer que las cifras oficiales chinas esconden una realidad más siniestra: Sólo en Wuhan, punto cero de la pandemia, observadores locales cifran el número de muertos en más de cuarenta mil, basándose en datos obtenidos en cementerios, por entierros y cremación de cadáveres.

Todos estos comportamientos sólo se explican por el tipo de régimen implantado en China. Toda dictadura, aunque sea una república popular, maquilla la verdad para quedar mejor ante su sociedad y el Mundo. También es por este motivo que dictaron un confinamiento de la población tan duro, sin ningún tipo de pesar ni oposición. Y como las noticias e informaciones que se publican en todos los medios y en todo el país están bajo férreo control del partido único, todo resulta mucho más eficaz y exitoso que en un estado verdaderamente democrático.

Así pues, el éxito de China en el combate contra la corona-crisis es más relativo -ficticio- que real. No así en la vertiente de solidaridad exterior, porque ha obtenido lo que quería: desplazar del primer lugar del ranking a la América de Trump. Respecto al interior del país el fracaso no tardará demasiado tiempo en evidenciarse.... El tiempo que tarden los ciudadanos chinos en despertar de su ensoñación sedientos por las ansias de libertad y justicia y las ganas de conocer la verdad, que ahora les roban el emperador y su corte de funcionarios y vividores comunistas. O quizás no son tan comunistas como pretenden ser.....

Decía Napoleón que "Cuando China despierte el mundo temblará". Yo añado "cuando los chinos despierten, China comunista se romperá".

dimecres, 15 d’abril del 2020

2/ LA CORONA-CRISI. ELUCUBRACIONES: ESTADOS UNIDOS.

LOS ESTADOS UNIDOS.

¿Qué podemos decir de los Estados Unidos?. ¡En estos momentos nada bueno!. El gobierno estadounidense, comandado por Donald Trump, está siendo sobrepasado por la pandemia. Un miserable bicho está ganando la partida al estado que en tiempos no demasiado lejanos era considerado como la primera potencia mundial. Economía, ciencia, finanzas, ejercito, deportes, cultura..... ¡Primeros en todo!. ¡America First, exclamaba Trump!. Pero la Covid-19 ha decidido que hasta aquí podía llegar.....

Los Estados Unidos han tenido la desgracia de disfrutar del presidente más malo que nunca haya sido elegido, en la peor etapa de su historia. Un político racista y xenófobo, prepotente y chulo, clasista como pocos y enfermizamente ególatra. ¡Un verdadero bocazas!. Favorecedor de los ricos -su clase social preferida- y despreciativo del resto de la humanidad. Trump es el artífice de levantar un nuevo muro de Berlín en la frontera con México. También decidió que la incipiente puesta en marcha de la sanidad pública para los americanos -obra de Obama- era mala para América y la eliminó. Gastar billones de dólares -¡eh, billones americanos! - contra los migrantes y ahorrar en sanidad pública, es un buen resumen de la política de Donald Trump.

También forma parte de su política enfrentarse apabullantemente contra algunos estados de Europa, de América del Sur y de Asia. Por cuestiones económicas muchos estados del Mundo han recibido sanciones comerciales del gigante americano en forma de aranceles desmesurados para impedir la exportación hacia USA. Otros han sufrido y sufren castigos en forma de bloqueos por motivos políticos, tales como Rusia, Irán o Venezuela. China no se ha escapado de los castigos, a la vez por razones económicas y políticas. Algunos países han sufrido un brutal retroceso en las relaciones con Washington, como Cuba, la cual ha vuelto a una situación similar a la que existía antes del acercamiento iniciado por Obama. Trump reparte precariedad, miseria y desprecio a diestro y siniestro. Los ciudadanos de los países que tienen la desgracia de sufrir la ira de Trump la suman a la desgracia que sufren a manos de sus propios gobernantes.

Ahora los estadounidenses están pagando las consecuencias. Primero su presidente censuró agriamente a los gobernantes de los países que sufrían la pandemia. China recibió duro como causante de la crisis y Trump decidió bautizar la enfermedad como virus chino, en un claro sesgo xenófobo. Después criticó a Italia porque se convirtió en el principal foco de contagio europeo, desprestigiando y criticando las medidas y el combate que pusieron en marcha las autoridades del país transalpino. Asimismo le tocó recibir a España, Francia y el resto de Europa utilizando la cara más prepotente y fea que fue capaz de mostrar este nefasto personaje. Pero mientras se burlaba y despotricaba por la ineptitud e incapacidad del resto del mundo, su país fue invadido por el virus chino sumando día tras día nuevos ciudadanos infectados y muertos, mientras cambiaba de estrategia cada dos por tres porque no sabía si salvar vidas o guarecer empresas y ricos. Afortunadamente los Estados Unidos son una república federal y los gobiernos estatales tienen amplios poderes para combatir por su cuenta el ataque de la Covid-19 y suficiente cordura como para no seguir los pasos vacilantes de su malogrado presidente.

En estos momentos los Estados Unidos ya vuelven a ser el primer estado en un ranking mundial.... en el número de infectados por la pandemia y muy probablemente en el número de muertes.

Ahora los americanos echarán de menos el escaso sistema de salud pública iniciado por Obama. Quizás incluso comenzarán a arrepentirse por haber dado la presidencia a un personaje impresentable, nefasto e incapaz políticamente como es Donald Trump. Incluso pueden arrepentirse por no haberle echado afuera con el impeachment iniciado contra él por el chantaje efectuado contra el Presidente de Ucrania. Y por fin tal vez comenzarán a percatarse que como primera potencia mundial, el liderazgo de su país se encuentra seriamente amenazado. Porque ya no son hegemónicos en el planeta Tierra....

En otros tiempos, todos los países del Mundo afectados por una crisis de esta envergadura hubieran esperado la ayuda de América en forma de suministros, palabras de aliento, ayuda financiera, sanitaria, médica..... Quizás algunos países no hubieran considerado necesarios estos tipos de ayudas por motivos políticos o por considerarse capaces de solucionarlo por sí mismos, pero USA hubiera estado a su lado. Por motivos humanitarios o propagandísticos quizás, pero hubiera estado allí. Pero hoy USA está ausente, desaparecida del drama que azota la humanidad. ¡Los Estados Unidos está a la defensiva!. ¡Defendiéndose del empuje comercial de China!. ¡Defendiendo a los sátrapas del Golfo!. Apabullando cubanos, venezolanos, iraníes, latinoamericanos.... ¡Amenazando, chantajeando, boicoteando a diestro y siniestro a medio mundo!

En la cuestión de la gestión de la crisis sanitaria mundial el America First de Trump se ha tornado en América second -or disappeared-, porque durante y probablemente después de la pandemia, China le ha pasado la mano por la cara.



1/ LA CORONA-CRISIS. ELUCUBRACIONES: UNIÓN EUROPEA.


Con todo esto del confinamiento que estamos sufriendo debido a la infección que azota a toda la humanidad y como sea que disponemos de todo el tiempo del mundo para divagar y elucubrar sobre todo y todos, me ha dado por pensar y repensar sobre las respuestas que están ofreciendo las tres principales potencias de ámbito mundial y las consecuencias que de ellas se derivan de cara al futuro más próximo, con respecto a la Unión Europea, los Estados Unidos y la República Popular de China.

Es evidente que nada volverá a ser lo mismo. Quizás a nivel personal cambiarán nuestras prioridades. Incluso quizás modulemos nuestros principios y costumbres adaptándolas a la nueva realidad emergente. Y en consecuencia la sociedad se amoldará a esta nueva realidad, por ahora desconocida. Pero donde todo cambiará de arriba abajo es a nivel de los estados, de las potencias hegemónicas del planeta.

Para empezar, ¿qué pasará en la Unión Europea después de la pandemia?.

LA UNIÓN EUROPEA.

En la UE últimamente no puede decirse que las cosas le estén saliendo demasiado bien. Y lo que es más grave: las cosas que hace las está haciendo muy mal. Hasta ahora, se ha lucido con la crisis de los refugiados. Son un buen ejemplo los cientos de miles de migrantes que huyen de guerras y dictaduras que se encuentran atrapados en campos de refugiados -los campos de concentración de la segunda Guerra Mundial no diferían mucho de los actuales- en las fronteras de la Unión, en estéril espera de misericordia y generosidad de los estados miembros, mientras van consumiéndose por las enfermedades y miseria, muriéndose poco a poco de hambre por culpa de la mezquindad, el egoísmo y el cinismo de sus anfitriones. Antes la UE ya condenó a decenas de millones de ciudadanos europeos cuando decidió priorizar los intereses de las multinacionales, los bancos, el pago de la deuda soberana y los especuladores por encima de las necesidades y el interés de la gente, los cuales sufrimos directamente las consecuencias de la crisis provocada por el capitalismo salvaje desatado debido a la globalización y especulación incontroladas, propiciadas y cobijadas por estos mismos estados. Después se ha producido la consumación del Brexit, la fuga de uno de los estados más importantes del club y la consiguiente pérdida de musculatura de la Unión. Hay que preguntarse si el ejemplo británico no será seguido por otros miembros, indignados por la actual deriva sin norte que ha tomado la Unión o como consecuencia del éxito que sin duda logrará el Reino Unido por la liberación y alivio que representa para ella esta marcha. Y ahora, como continuación del comportamiento general que ha demostrado históricamente la irritante Unión Europea y sin haber superado las anteriores crisis, sufre el ataque de la Covid-19, popularmente conocida como coronavirus: ¡la madre de todas las crisis!. Dentro de la cual encontraremos la suma de la crisis de los refugiados agravada, la crisis económica y social aún no superadas y vueltas a desatar con mucha mayor intensidad y crudeza, la crisis de valores democráticos que muestran algunos de los políticos que manejan el cotarro del poder a Europa, como en Hungría, Rumanía o Bulgaria -y no son los únicos con manifiesta debilidad de principios democráticos-, así como las dudas e incertidumbres de otros miembros sobre el actual comportamiento de la Unión y las dudas que despierta sobre su viabilidad futura. Todo esto puede derivar en otros sonados exits.

Europa está enferma. De ser una esperanza de potencia económica y política global y de liderazgo a nivel mundial, ha pasado a ser una comparsa decadente y ridícula en la escena internacional. De defensora de los principios democráticos, a tolerante con el autoritarismo y antidemocracia. De ahí el auge de la extrema derecha y el fascismo en todo el continente. Incluso se permite taparse los ojos y la nariz ante dictaduras y dictadores por el bien de los negocios, claro. Es lo que pasa cuando perteneces a un club de estados sin alma ni decencia, defensores de poderosos, ricos, bancos, especuladores, de multinacionales arrolladoras y ser a la vez martillo aplastante de ciudadanos, de libertades y de justicia.

¡Europa se está deshilachando!. ¡No hay liderazgo político!. Hay líderes que hacen negocios. No hay política social, ni amparo de los derechos ciudadanos. Hay defensa cerrada de los derechos e intereses empresariales, financieros, comerciales. Las multinacionales son las grandes beneficiadas por el cobijo que les brinda la UE. Todo esto ocurre porque son los intereses de los estados los que dominan la escena continental. Y dentro de los estados, se imponen las políticas de los más poderosos, más grandes y más fuertes o más ricos y lozanos. El resto son meros comparsas sentados en sillas a la espera de que el más guapo del grupo les saque a bailar. Por ello, todas las instituciones europeas como son el Parlamento, o la Comisión, o el Banco Central Europeo están absolutamente supeditadas a lo que dicen y mandan los jefes de estado o de gobierno de los diferentes miembros de este club tan exclusivo y clasista dirigido -¡dominado!- por Alemania y en menor medida, también por Francia.

Ante todo esto, la llegada del coronavirus ha acentuado la mezquindad de los estados. Como los intereses ciudadanos no cuentan, todo se hace para que el maldito coronavirus no dañe demasiado los negocios. Y los mercaderes el templo europeo aconsejan que los estados no gasten demasiado y que cada uno se las componga como pueda. La solidaridad europea ni está ni se le espera. Así, los ciudadanos que pertenecen a los estados comparsas o principales, lo mismo da, van infectándose por cientos de miles y muriéndose por decenas de miles. Y los que tienen la suerte de estar sanos, se quedan sin dinero, sin trabajo y sin futuro .....

¡Europa no sirve para nada!. Sólo para hacernos enfadar e irritar ......