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dijous, 20 de novembre del 2014

¡DIOS SALVE EL REINO!

"Antes se romperá Catalunya que España". El expresidente de Gobierno José Maria Aznar López no se caracteriza precisamente por sus dotes de profeta. Ni siquiera como adivino de feria. Esta sentencia fué pronunciada hace unos meses, ante el continuo de actuaciones y pronunciamientos que se producían en Catalunya -y que aún se producen- y que tanta desazón desencadena entre los ultra-nacionalistas españoles más exaltados. Más que un pronóstico manifiestan un deseo. Es decir, querrían que los catalanes se dividiesen y por tanto se debilitaran para así poder vencer más fácilmente lo que ellos denominan despectivamente como desafío independentista.

Este tipo de malos augurios también son utilizados habitualmente por el ministro con más mala uva de todos aquellos que integran el actual gobierno del señor Rajoy: Jorge Fernández Díaz, ministro del Interior. Este personaje, de fácil jaculatoria, que vive y respira santidad y avemarías y que se precia de formar parte de aquello que algunos califican como secta -el Opus Dei-, está obsesionado en anunciar a diestro y siniestro un supuesto enfrentamiento entre hombres y mujeres, padres e hijos o los vecinos del primer piso contra los del cuarto -por descontado, todo esto solo pasa en Catalunya-, advirtiendo que podría derivar en auténtica violencia física. Jorge Fernández se lamenta amargamente -pero también con deleite- que el separatismo está dividiendo las familias y la sociedad catalana, y enfrentando los unos contra los otros, con la vana esperanza que llamando al mal tiempo se desatará la tormenta. Y para provocar e impulsar esta clase de reacciones viscerales cargadas de brutalidad e injusticias, no duda en utilizar chapuceramente todos los instrumentos que tiene a su alcance: la Policía Nacional y la Guardia Civil. Investigaciones disparatadas contra jueces aparentemente soberanistas, informes difamatorios oficiosos contra políticos catalanes filtrados sistemáticamente a periodistas sicarios del poder, así como mil y una amenazas contra los catalanistas que confían en los principios democráticos y en la Justicia, son diligentemente patrocinadas por este ministro el cual no sabe qué es la tradición judeocristiana, por más católico, apostólico y romano que considere su comportamiento, ya sea privado o público. Y a menudo, también la ética política y la decencia ciudadana, en él, brillan por su ausencia.

Así pues, los nacional-unionistas se deleitan por los inexistentes enfrentamientos y divisiones en el seno de la sociedad catalana. Pero, ¿y entre ellos?. ¿Qué efectos causa el desafío independentista?.

Los efectos más evidentes que padecen son no comprender absolutamente nada de lo que ocurre en Catalunya ni de lo qué queremos los catalanes. En consecuencia, hacer continuamente el ridículo de la forma más descarnada que es posible hacerlo es otra de sus señas de identidad. Aznar quería que Catalunya se rompiera y lo que pasa es que se está rompiendo su propio partido. Y es que la corrupción es muy destructiva. Bárcenas, Gürtel, sobres con dinero negro generosamente repartidos entre la cúpula popular, pagar las reformas de la sede del partido con dinero de origen desconocido, contabilidad y cajas B por doquier -en la sede central y sucursales en todo el Estado-, comisiones cobradas a las constructoras y financiación irregular del partido. BANKIA, estafa de las preferentes y una nefasta gestión financiera con un coste de más de 23.000 millones de euros en ayudas públicas, tarjetas de crédito opacas de libre disposición en manos de los políticos -en este caso conservadores- apalancados en el banco popular.... Y una constante utilización y manipulación de policías, jueces y fiscales en defensa de su ideología política. Policías extremadamente locuaces con la caverna. Jueces insensibles pero vulnerables al dictado de la prensa afín a los populares, y fiscales agradecidos y obedientes.... Hasta que digan basta.

Mariano Rajoy ahora dice que no sabe que hará la fiscalía general del Estado con la no consulta del 9 de noviembre y con Artur Mas y algunos consellers de la Generalitat. Afirma que no ha dado ninguna orden a la fiscalía, pero la omnipresente Soraya Sáenz de Santamaría insta -en realidad, ordena y manda- al fiscal Torres Dulce para que interponga una querella penal -criminal- contra Artur Mas. Torres se encomienda a la fiscalía de Catalunya y esta le contesta por dos veces que no existe base para la querella. Y.... ¡boom!. Estalla un enfrentamiento entre fiscales y con el Gobierno de España. Rajoy y compañía quieren empapelar -inhabilitar o encarcelar- a cualquier precio a Artur Mas para que no se vaya de rositas después del desafío celebrado el 9 de noviembre pasado. Pero en opinión de muchos juristas no existe delito que denunciar ni juzgar. Voilà la ruptura anunciada por Aznar. ¡Pero en su casa!. He aquí el violento enfrentamiento patrocinado por Fernández Díaz. ¡Entre jueces y fiscales castellanos contra el Gobierno!. Esta es la clase de ridículo que hace el Gobierno de España, de la mano de Mariano Rajoy Brey. Querer manipular la judicatura, la fiscalía o el Tribunal Constitucional tiene un precio: La extravagancia, la vergüenza ajena, el esperpento más valleinclanesco que se haya conocido desde hace mucho tiempo. Y el descrédito internacional añadido.

Uno de los pocos argumentos mínimamente sensatos que hacen servir Rajoy y los nacionalistas españoles contra los independentistas consiste en afirmar que los catalanes no podemos ejercer el derecho de autodeterminación porqué Catalunya jamás ha sido una colonia. Pués bién, parece que incluso este argumento no és defendido por todo el mundo con la misma convicción. El Jefe del Estado Mayor del Ejercito de Tierra español opina que "cuando la metrópoli es débil es cuando tiene lugar la caída". "Procesos de este tipo tienen lugar cuando el poder central es débil". Y comparó la situación actual con la España de 1898, cuando perdió sus últimas colonias: Cuba, Puerto Rico, Filipinas y Guam. Yo me permito añadir que la desconsideración, la falta de respeto y el trato que dá el Gobierno de Rajoy a Catalunya y a los catalanes desde siempre y especialmente durante la actual legislatura, son los mismos que dieron Cánovas y Sagasta a las colonias americanas y del Pacífico en las postrimerías del siglo XIX. Afortunadamente, el general Domínguez Buj también ha rechazado que el soberanismo pueda arreglarse con el uso de la fuerza o los tribunales, aunque añadiendo que "las fuerzas armadas son el instrumento que tiene el gobierno para hacer cumplir la ley y la constitución" y como tal han de obedecer las órdenes del Ejecutivo español.

La capacidad de autodestrucción de Mariano Rajoy y su gobierno por falta de coraje político, inteligencia legal y administrativa, y por un exceso de desidia gubernamental, de insolvencia democrática y manifiesta falta de empatía emocional hacia los ciudadanos, que exhibe tan profusamente, convenientemente arropado por sus incondicionales, están llevando al Estado Español a borde del abismo. Y no ayudan mucho personajes como Aznar, Fernández Díaz o la mismísima Alicia Sánchez Camacho, autodenominada portavoz de fiscales -de confianza- y jueces para poder evitar la catástrofe que se aproxima a toda velocidad. Más bién sus intervenciones aceleran la marcha hacia el agujero. Por no hablar de la corrupción que está carcomiendo irremediablemente el Partido Popular, o del asesinato que están perpetrando por enésima vez contra Montesquieu y la división de poderes. Anunciar catástrofes financieras y económicas para Catalunya, enfrentamientos y violencia dentro de la sociedad, querellas criminales contra políticos, dar por hecho que una suspensión provisional del TC equivale a una sentencia firme contra el proceso catalán y mil sandeces más, es llamar al mal tiempo y que el desastre arrase todo el Estado, sin que la pachorra del presidente del Gobierno puedan evitarlo. Antes al contrario.

Catalunya se va. Por méritos propios y porque merecemos la independencia. Nos la hemos ganado. Pero también por demérito del Partido Popular y de todos aquellos que aún le dan soporte. Y por encima de todo, de su presidente, el cual para desgracia de España también lo es del Gobierno del Reino.... ¡Dios salve el Reino!, porqué ni Mariano Rajoy ni el Partido Popular serán capaces de hacerlo. !Ni tan solo saben hacer POLÍTICA....!.







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