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dimecres, 20 de novembre del 2013

EL REFRANERO Y EL NACIONALISMO ESPAÑOL.

Uno de los argumentos utilizados por los más recalcitrantes españolistas (que no se reconocen como tales), consiste en afirmar que la lengua valenciana (y el mallorquín, fragatíno, alguerés, etc.) es (son) un idioma distinto al catalán. Consideran que defender este sinsentido es una fórmula inteligente que permite dividir y combatir lo que califican como pan-catalanismo imperialista propio del nacionalismo. Este descomunal despropósito contrario a la unidad de la lengua catalana, unidad defendida por renombrados lingüistas y filólogos, literatos y académicos, universidades y distintas instituciones concernidas del mundo de la música, la economía y la historia en particular y de la cultura en general, no es más que un patético intento político para tratar de destruir y menospreciar el dominio lingüístico catalán, con la sana intención de conquistar nuevos territorios y gentes para mayor gloria y esplendor del idioma castellano. En defensa de sus tesis no se avergüenzan de hacer el ridículo hasta la auto-caricatura. Por ejemplo, las Cortes de Aragón han aprobado hace pocos meses el nacimiento de una nueva lengua, el lapao, hablada en la franja limítrofe con Catalunya. Los naturales de la Franja, de secular habla catalana, califican a su lengua como una variante del catalán. Utilizan la gramática y ortografía catalanas. Se saben y sienten aragoneses catalano-parlantes. Pero los políticos de la ultra-derecha de Aragón que ahora gobiernan la comunidad, no quieren (ni aceptan) que en su tierra se hable el catalán. Por tanto, nada mejor que cambiar el nombre del maldito sujeto que provoca su incontenible ira (el catalán) y alumbrar el inefable lapao (lengua aragonesa propia del área oriental). Y así, el honor y gloria de Aragón han sido convenientemente restituidos.

Más hete aquí que el ejemplo del nacionalismo español ha fructificado allende los mares. Pero... ¡ailás!. En esta ocasión la víctima lingüística es el idioma castellano (español). En un manifiesto titulado Por la soberanía idiomática firmado por un buen número de filólogos argentinos, se reclama el derecho de Argentina y del conjunto de América latina de no aceptar la autoridad de la Real Academia Española: "España tiene todo el derecho del mundo a tener una política de Estado en relación a la lengua; lo insólito es que nuestro país (Argentina) no la tenga...". "Cuando el rey Juan Carlos le dice al director del Instituto Cervantes y expresidente de la Real Academia: "¡Ocúpese de América!", nosotros conocemos bien la naturaleza de esta ocupación". Definitivamente, se ha iniciado la batalla contra el pan-nacionalismo lingüístico español, que es percibido como un auténtico caballo de Troya al servicio de un renacido neo-colonialismo hispano. Y así, el mundo mundial verá florecer un sinfín de nuevos y jóvenes idiomas, como es el argentino; y también el mexicano, cubano, chileno, peruano, etc...Y andaluz, extremeño, canario, cántabro... ¡en la mismísima Piel de Toro!. "Donde las dan, las toman", podría decirse. Nunca un refrán adquirió tal grado de verosimilitud.

Esta antigua máxima debería ser tenida en cuenta por el ex-presidente español, Jose Maria Aznar López. Este atávico hidalgo castellano, ya retirado de la política activa pero machaconamente nostálgico de glorias pasadas, suele pontificar sobre Catalunya y los catalanes con formas y maneras notablemente ruines. En su opinión "cualquier tiempo pasado fue mejor" (y si este tiempo fue el suyo, mejor que mejor), por lo que si continuase siendo jefe del ejecutivo de España actuaría contra el proceso soberanista catalán aplicando agresiva y contundentemente la legalidad vigente (o derogada) con todas sus consecuencias, por más injustas y desproporcionadas que estas fueran. Concretamente, exige que se restablezca la ley aprobada bajo su mandato (actualmente revocada) que penaba con cinco años de cárcel la convocatoria de un referéndum aparentemente ilegal. Se trata de aplicar aquella norma ad hominem (destinada a llevar entre rejas al lehendakari Ibarreche), haciéndolo contra el M.H.S Artur Mas i Gabarró "por querer desbordar la legalidad y romper el país". Existe un dicho catalán que traducido viene a decir: "De puerco y de señor se llega a ser por naturaleza". Tal es el caso del señor Aznar, si cambiamos señor por demócrata, lo cual permite mayor atino en la descripción del sujeto en cuestión. Este personaje no cesa de abominar contra Catalunya, pues no se corta ni un pelo cuando hace reiterados llamamientos al enfrentamiento civil entre los ciudadanos catalanes: "antes se romperá Catalunya que la unidad de España"... ¡Jo, macho!"Cree el ladrón que todos son de su condición". Aquellos que viven amargados, en perpetuo mal humor, son agoreros y adustos nacionalistas, y rinden pleitesía a la mezquindad y al cinismo, tienen tendencia a pensar que todo el mundo es como ellos... ¡Pués no!. Muchos no saben lo que es tener mala leche. Y tener mala leche (o mala uva) es propio y habitual de este desvencijado hidalgo castellano, que jamás alcanzará el paraíso de los inmortales. Además, resulta inútil demandar al presidente Rajoy que pare los pies a las amenazas de Aznar (y adláteres) pues es de dominio público la actitud que tiene el registrador de la propiedad más popular que los tiempos han conocido, sustentada en un principio inamovible: esconder la cabeza bajo tierra como los avestruces y esperar a que escampe, todo el tiempo que sea necesario.

Cristobal Montoro, actual ministro de Hacienda, es el personaje más incomprendido que existe en la España de nuestros días. Cree firmemente en el viejo proverbio que reza: "Quién paga, manda". En su caso, paga con dinero ajeno procedente de los impuestos succionados especialmente de bolsillos catalanes. Por más que intenta convencernos que és el gobierno del PP y en consecuencia el Estado español, quién sale en socorro de las maltrechas finanzas de la Generalitat, no consigue su propósito. Sabemos que los recursos que dá al govern son fruto del expolio previo a los catalanes cometido año tras año; recursos que no son en absoluto gratuitos. Todo lo que transfiere Madrit a Catalunya para que puedan pagarse facturas atrasadas a farmacéuticos, o las deudas acumuladas a los hospitales, o nóminas de los funcionarios, etc. (el famoso Fondo de Liquidez Autonómico), es en calidad de préstamos gravados con sustanciosos intereses a favor de la hacienda pública española. El negocio para España es redondo. Presta el dinero de origen catalán, a los catalanes...¡y con intereses!. El ministro Montoro comulga con el pensamiento de los grandes financieros: "Para hacer negocios no se requiere ingenio, basta con no tener delicadeza". Ni escrúpulos. El problema que tiene este proceder es que durará hasta que Catalunya posea un Estado propio. Después de la independencia... ¿qué será de España, en manos de hidalgos vividores, anticuados y arruinados?. Ya no podrán afirmar lo que dice nosferatu Montoro (en un arrebato irreprimible de sinceridad): "Catalunya nos sacará de la crisis"... ¡Pues va a ser que no!. Al señor Montoro y semejantes les va como anillo al dedo un viejo refrán que reza: "Al que de ajeno se viste, en la calle lo desnudan".

En este breve repaso de refranes y dichos populares que describen fugazmente algunos rasgos característicos de distintas personalidades españolísimas, no podía faltar Mariano Rajoy Brey, actual presidente del Gobierno de España. ¿Que decir de Rajoy que no se haya dicho ya?. Cachazudo, parsimonioso, voluntariamente indeciso, tranquilamente inconmovible, maestro en disfrazar la verdad y ocultar las mentiras con gran naturalidad... Cuando dice (sobre el soberanismo catalán) que "espero que se imponga el seny y el sentido común" en realidad está diciendo que no se moverá ni un milímetro, como don Tancredo. "Después de cumplir el deber, el descanso es un placer", debe pensar. Amante de "ver los toros desde la barrera", opina que "quien bien está no se muda", en consecuencia avisa que "con la soberanía nacional y con los artículos 1 y 2 de la Constitución no se juega". Mariano Rajoy no duda en creerse sus propias fantasías cuando afirma que "Catalunya y España están unidas por cuestiones afectivas", mientras hace un llamamiento a "buscar nuestro lugar en el mundo, hemos de ser grandes porqué es la forma de pintar en el Mundo". ¿Grandes?... ¡Una, grande y libre!.... ¡Acabáramos!. Eso sí, siempre con permiso de los mercados. Y del BCE. Y de Merkel.

"Las riquezas no consisten tanto en la posesión de los bienes como en el uso que de ellos se hace". España ha poseído muchas riquezas en el pasado, pero se acabó. Malgastó los tesoros de América y explotó las colonias hasta que empezaron a incordiar con la soberanía y la libertad, pues los colonizados a su vez comenzaron a pensar por si mismo (pienso, luego estorbo -Forges dixit-). Los catalanes también pensamos y en consecuencia, queremos la independencia. No podemos seguir siendo explotados hasta la extenuación. No queremos ser considerados como la última colonia del Imperio Español, aquel en que nunca se ponía el sol. Sabemos que "Obrar es fácil, pensar es difícil; pero obrar según se piensa, es aún más difícil". Pero la independencia no es imposible. Y además, la necesitamos. Simplemente se trata de creer en los principios democráticos. Y los catalanes creemos firmemente en ellos, como Winston Churchill: "La democracia es el menos malo de los sistemas políticos"....¿Lo cree así España?. ¿O prefiere "quien bien está no se muda"?.











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