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divendres, 27 de setembre del 2013

"SI TU MAL TIENE REMEDIO, ¿POR QUÉ TE AFLIGES?. SI NO LO TIENE, ¿POR QUÉ TE AFLIGES?".

Felipe Gonzalez: "La independencia de Catalunya como objetivo es imposible, reitero imposible". 
José Luis Rodríguez Zapatero: "La consulta no es viable, ni política ni jurídicamente".
José Manuel García Margallo: "La secesión catalana no es posible".
Joaquín Almunia: "La parte segregada (Catalunya de España) no es (será) miembro de la UE".
José María Aznar: "Antes se romperá la unidad de Catalunya que la de España".
Mariano Rajoy: "Separar Catalunya de España va contra la evolución del mundo".

Solo son algunos ejemplos de las infinitas reacciones que los anhelos soberanistas catalanes han desatado en el mundo unionista español. Nos hallamos ante la etapa de negación absoluta de la realidad. En esta fase del duelo predominan la ira, el estupor y el desconcierto, así como la obnubilación del raciocinio, todas ellas características propias de las clases dirigentes españolas. Del presente y del pasado. Ya sean ex-presidentes (socialistas) o el actual ministro de Asuntos Exteriores (conservador); tanto dá que sea un vicepresidente de la CE (euro-burócrata), como si se trata de otro ex-presidente del Gobierno (redomado nacionalista español); y como guinda del pastel, incluso el apático primer ministro actual. Todos en apariencia investidos pomposamente de una supuesta autoridad intelectual, moral y política que les permiten anunciar lo que consideran ocurrirá a Catalunya en el futuro inmediato. Vaticinan una hecatombe, puesto que la independencia de Catalunya es inviable, inalcanzable, inasequible, inverosímil, insoportable, insufrible; es pura utopía, una ficción; es una absurdidad que provoca cólera y división... Me pregunto: si tan absurdo e inviable es el proceso que estamos protagonizando los catalanes, ¿de qué se preocupan?. Si tanta cólera despierta, ¿porqué los catalanes nos sentimos tan ilusionados?. Si la cohesión de la sociedad catalana se halla tan amenazada a causa de la independencia y provoca enfrentamientos entre los distintos miembros de las familias, ¿porqué tenemos tanta esperanza, manifestamos tanta alegría, no experimentamos temor alguno, confiamos en nuestras propias fuerzas y capacidades y actuamos tan pacíficamente, movidos exclusivamente por principios de libertad, justicia y democracia?. Si todas las amenazadoras desgracias que nos anuncian están provocadas por los desvarios independentistas, ¿porqué actualmente es la opción preferida por casi un 60% de los encuestados?. ¿Tan difícil de entender es que la torticera interpretación de la Constitución que hacen los unionistas (prohibiendo la celebración de un referéndum de autodeterminación), jamás podrá impedir que la consulta sea reclamada y apoyada por el 80% de la población catalana, según las últimas encuestas?. ¿Como evitará el Gobierno de España que los catalanes acaben pronunciándose a favor o en contra de la independencia de Catalunya?.

Basar toda la argumentación contra la autodeterminación en una supuesta falta de encaje constitucional es una auténtica necedad. Pensar que algo no ocurrirá apelando a la imposibilidad de que pueda ocurrir, porque no me gusta o no me interesa, es pueril. Aventurar la reacción de terceros sin tener en cuenta la disparidad de intereses y el libre albedrío de cada uno, es una tontería. Profetizar (desear) rupturas y enfrentamientos porque se carece de razones convincentes y continencia intelectual, es una absurda bravuconada.

Además, ¿como es posible que meros burócratas se permitan anunciar que Catalunya saldrá de la UE si se independiza?. ¿Acaso tomarán ellos las decisiones políticas al respecto?. ¿Lo hicieron así cuando se produjo la reunificación de Alemania, o fue una decisión política?. ¿Puede renunciar la UE a los recursos y solvencia que modestamente aportaría Catalunya?. ¿Prefieren un viejo Estado que es receptor neto de fondos europeos a cambio de uno joven y contribuyente nato?. Si Catalunya será un nuevo Estado, ¿la nueva España sin Catalunya no lo será?. Y finalmente, ¿están seguros que a los catalanes nos interesa permanecer dentro de la actualmente desprestigiada Unión Europea?. La Comunidad Europea ya no resulta atractiva, ni políticamente ni socialmente. Más bien al contrario. La voluntad y necesidades de los ciudadanos europeos están sometidas y condicionadas a los intereses de los lobbys que proliferan e imperan en Bruselas, y que además son los auténticos beneficiarios de los desvelos de la Comisión. Prima más el  interés de la gran banca (tan generosamente rescatada a cuenta de los impuestos pagados por los ciudadanos) que la justicia social, la educación y sanidad públicas de los países del sur del continente. Es más importante la estabilidad del Euro que el desarrollo y protección de las políticas de familia, las pensiones, dependencia o los subsidios de paro... ¿No es cierto que desde Bruselas (y desde Berlín, Londres, París...) se intentó influir (manipular) el resultado de las elecciones en Grecia, Italia, Portugal o España?. La UE actual ni siquiera es modelo a seguir de como deben respetarse los principios democráticos. La Unión está fracasando estrepitosamente. Europa se está suicidando mediante la exacerbada austeridad de inspiración claramente germánica que se impone a todos los países, con innumerables recortes en el estado de bienestar y sangrantes injusticias tipo minijobs, así como la marcada precariedad laboral y salarial que propicia, y cuyo resultado más evidente es una tasa de desempleo desbocado. Las decisiones que afectan a todos se toman de acuerdo con los intereses del DeutscheEuro, el BCE y frau Merkel.... En tales condiciones, no resulta extraño que gran parte de la sociedad catalana vea la Unión más como un problema que como una solución. Circunstancia que es compartida por muchos ciudadanos de Francia, Reino Unido, Italia, e incluso de la mismísima Alemania, entre otros países. De manera que la ambigüedad y amenazas vertidas desde Bruselas sobre la posible independencia de Catalunya no ayudan precisamente a siquiera mantener (y no digamos incrementar) el proverbial europeismo de los catalanes... No resulta vano imaginar la reacción de los mercados y el ejemplo que sería para otros países (medianos o pequeños), una posible negativa de Catalunya a permanecer en una Unión Europea tan debilitada e insensata como la actual, porque Europa no acepta que los principios democráticos prevalezcan sobre los intereses espurios de unos poderes fácticos cutres y decimonónicos, como los predominantes en la España de nuestros días (y no solo en España)... Además, más allá de la UE, del Euro y de España, también existe vida. En consecuencia los catalanes, si al fin acabamos optando por la libertad y plena soberanía, tenemos poco que perder y todo por ganar. Y francamente, no importa mucho si será dentro o fuera de la UE. En cualquier caso, ganaremos.

Aquellos que opinan que la independencia de Catalunya "va contra la evolución del mundo", nunca renunciarán a su propia soberanía. Tal vez la atenúen o compartan, pero jamás desistirán de la independencia alcanzada. Excuso decir que durante el último cuarto de siglo, las independencias se han prodigado como hongos en la vieja Europa. Y una buena parte de Estados (muchos sojuzgados por la antigua URSS) han recuperado su soberanía, que ahora comparten en el seno de la UE. Eslovenia, Croacia, República Checa, Estonia, Lituania, Eslovaquia, Hungría, Letonia, Polonia, etc... Y quien sabe si en el próximo futuro se unirán Escocia y Flandes, entre otros. Todas estás naciones, ¿también van contra la evolución natural del mundo?. Si así fuera, deseo que Catalunya vaya contra esa evolución natural del mundo. En las mismas condiciones disfrutadas por más de doscientos Estados de todo el orbe que, por muy absurdo que parezca, prefieren ser libres e independientes antes que rendir cuentas y escuchar cuentos constitucionales de otros estados, entre los que se encuentran unos pocos con una avasalladora vocación dominadora y marcado gusto por la (re)conquista territorial, la expoliación financiera y la imposición cultural y lingüística.

Creo que tanto a González, como a Zapatero, Margallo, Almunia, Aznar o Rajoy, harían bien en interiorizar y no olvidar jamás el sentido y las enseñanzas que brinda un viejo proverbio inglés: "Si tu mal tiene remedio, ¿por qué te afliges?. Si no lo tiene, ¿por qué te afliges?". Opino que cuando el 80% de ciudadanos de una nación apoyan y exigen la convocatoria de un referéndum de autodeterminación, nada ni nadie será capaz de impedir su celebración. Las continuas -y cansinas- apelaciones a la expulsión de la UE, o levantar la muralla constitucional como si de un nuevo Muro de Berlín se tratara, no detendrán el torrente de libertad y justicia que tan denodada y pacíficamente exigimos la inmensa mayoría de catalanes. La torpeza del proceder unionista y la aflicción que manifiestan acelerarán la arribada de la independencia de Catalunya. Este mal, para España, después de haber dilapidado 300 años de oportunidades, es inevitable... Entonces, ¿por qué se afligen?.

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