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dijous, 9 de maig del 2013

CAFRES POLÍTICOS vs. INDEPENDENCIA.

En el Estado español suceden algunas cosas que cuanto menos resultan un tanto peculiares. Por ejemplo, el ejecutivo de Extremadura se permite dar lecciones de buen gobierno a Catalunya, como respuesta a las intenciones anunciadas por el ministro Montoro de fijar distintos objetivos de déficit para las comunidades autónomas, atendiendo la realidad económica de cada una de ellas. Concretamente, pretende permitir un déficit superior a Catalunya en razón del mayor esfuerzo realizado (25% del total de ajustes hechos por las autonomías), considerando además los efectos altamente beneficiosos que ello reportará para el conjunto de la actividad económica del Estado. Pues bien, el presidente Monago se muestra contrario que la incumplidora Catalunya tenga un déficit a la carta, pues su comunidad si ha cumplido los objetivos requeridos por el gobierno central. Y la vicepresidenta de la comunidad, Cristina Teniente, remacha el clavo afirmando que "las lecciones sobre los objetivos del déficit no las pueden dar los últimos de la clase -Catalunya-, sino los primeros -Extremadura-".

Extremadura es la autonomía que recibe mayores recursos financieros, bajo el epígrafe de solidaridad interterritorial, de todas las comunidades del Estado. Según las (únicas) balanzas fiscales publicadas por el gobierno de España el año 2008, es la comunidad autónoma con el superávit fiscal (+17,78%) más alto de todas ellas. Este mismo año, Catalunya tuvo un déficit fiscal reconocido por el gobierno español del -8,70%, solo superada por las Islas Baleares (-14,20%). A modo de ejemplo, el año 2011 Extremadura dedicó 17,22 millones de € a política exterior (15,53 € por persona /año). Este mismo año, la aportación catalana  a política exterior fué de 4,59 € por persona/año. La política exterior de Catalunya permite que las exportaciones de esta comunidad  representen casi una tercera parte del total del Estado. Mientras que las exportaciones extremeñas representa el 0,4% del total español. Extremadura tiene 85 funcionarios por mil habitantes. Catalunya 40. Así pues, gobierno extremeño y bocazas tienen el mismo significado. Además, Monago anuncia una rebaja de impuestos para los ciudadanos de su comunidad. ¡Monago y desfachatez son la misma cosa!. Lo que resulta absolutamente inaceptable es que una comunidad que recibe tantas muestras de solidaridad del resto del Estado -en definitiva ingentes recursos económicos trasferidos directamente desde bolsillos catalanes, valencianos, baleares y madrileños hacia Extremadura-  sea capaz de acumular déficit en sus cuentas públicas. Lo más racional es que cosechara cuantiosos superávit. Entonces sí podría dar lecciones de buen gobierno. Y de humildad.

Decir que las declaraciones del presidente Monago y la vicepresidenta Teniente son pura hipocresía, según el señor Mas, es quedarse corto. Es hipocresía, indecencia y cinismo. Es una soberbia e inconsistente chulería. Todo a la vez. Solo equiparable al insulto de moda entre los nacional-españolistas más cafres que existen por predios hispanos. Un castizo restaurador de Ciudad Real opina que el Estado español "ahora es la escoria del mundo", y que "Hitler o Franco harían falta a España". ¡Los nacionalistas españoles tienen en mente, como una auténtica  fijación, la memoria icónica de Hitler, Franco, Mussolini y el nazismo!. Lo repiten incansablemente, como si de un mantra se tratara. Identifican a Catalunya, a la Generalitat, a los representantes políticos y partidos, al catalán como lengua vehicular en la escuela, a la bandera independentista, al soberanismo.... ¡a todo lo que huela o sea catalán!, con cariñosos epítetos tales como nazismo, hitleriano, totalitario, racismo, fascismo, etc... Incluso la televisión pública madrileña ha confeccionado un reportaje equiparando nacionalismo (por supuesto catalán) a una exótica mezcla de nazismo y estalinismo vintage. Imagenes de Stalin y Hitler contraponiéndolas con Artur Mas ilustraban la narración del chabacano reportaje pergeñado por la supuesta periodista Cristina Ortega, autora del publi-panfleto en cuestión. Lo más esperpéntico fué la advertencia revelada por esta señora: "colar eufemismos para rebajar el significado de las palabras es una estrategia común sobretodo en políticas totalitarias. Para imponer un proyecto nada mejor que una buena pirueta semántica. Así dejaremos de decir al pan, pan, y al vino, vino"... ¡Dicho y hecho!. ¡Y parió el infame informe!.... ¿Se refiere tal vez a desvirtuar el significado de nobles conceptos tales como derecho de autodeterminación, o normalización lingüística, equiparándolos con el holocausto judío o los pogrom rusos?. ¿Reconoce acaso que la imposición -por la fuerza- de la sacrosanta unidad del Estado español no es más que un eufemismo de esclavitud y/o colonialismo para Catalunya?. ¿Y esta señora ejerce de periodista?. En Alemania rendiría cuentas ante la justicia. Ella y otros muchos servidores públicos que ensucian la memoria de millones de víctimas del nazismo e insultan a millones de catalanes al utilizar como arma anti-independentista a Franco, Stalin, Hitler o Mussolini, cuya horrorosa memoria por lo visto despierta gran admiración en todos ellos y se encuentra muy arraigada en su fuero interno.

Cuando determinados políticos, periodistas, instituciones o simples ciudadanos de un país se muestran dispuestos a agredir con saña homónimos, ya sea por escrito, verbal o físicamente, por el mero hecho de defender anhelos e ideas políticas distintas, el país -en este caso, España-, tiene un grave problema (terminal). Utilizar la ruindad y mezquindad en defensa de una posición económica y política insostenible (Monago y los suyos, por ejemplo), define con mucha precisión la ínfima catadura moral del que así lo hace. Si en defensa de la sagrada unidad de la patria (española), alguien se muestra dispuesto a comparar el horror de los crímenes contra la humanidad cometidos por Hitler, Mussolini, Stalin o Franco, con anhelos plenamente democráticos como el derecho de autodeterminación o la independencia de una nación, se revela como rotundamente totalitario, antidemócrata y ferviente hijo del franquismo más extemporáneo que haya existido. Para desgracia de los españoles, la nómina de servidores públicos, instituciones y periodistas que utilizan tales argumentos aumenta día a día. Imparablemente. Son los que buscan el enfrentamiento entre ciudadanos y entre naciones. Fomentan la ira, el odio, la división y el enfrentamiento en la sociedad..... Son los únicos culpables que la brecha abierta entre España y Catalunya se agrande más y más, cada hora que pasa.

La existencia de estos personajes tiene un aspecto positivo, desde el punto de vista del soberanismo catalán. Con cada manifestación, con cada insulto, con cada agresión, aumenta exponencialmente el número de ciudadanos dispuestos abrazar la independencia como única alternativa posible para superar el marasmo e ignominia actuales, causados por el funesto Gobierno de España y su nefasto cómplice, el Partido Popular. Entre otras razones, para poner tierra de por medio entre Catalunya y estos abstrusos especímenes hispanos, auténticos cafres políticos.
  

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