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divendres, 11 de gener del 2013

DE SAQUEOS, ÍNFULAS Y PROVINCIANISMOS.

"España ha saqueado en silencio por las dificultades financieras la hucha más gorda del país, el fondo de reserva de la seguridad social. Casi desapercibido por el público, el gobierno ha comprado así sus propios títulos soberanos, deuda cada vez con mayor riesgo y utilizó parte del dinero para pagos urgentes e inmediatos". Así inicia Der Spiegel la información sobre "El gran saqueo" que Mariano Rajoy está haciendo al utilizar el fondo de pensiones para evitar el rescate financiero de España. Resulta cuanto menos paradójico que el Partido Popular aterrorice a los jubilados catalanes con el peligro que corren sus pensiones caso de independizarse de España, mientras sustrae los fondos de la seguridad social que sirven de cobertura de estas pensiones, para evitar la ignominia del rescate de la UE. Al Gobierno de España, ya sea con Rajoy, Zapatero, Aznar o González, puede aplicarse con absoluto acierto el refrán tan español de "Genio y figura hasta la sepultura". "Antes partía que doblá", o "más vale honra sin barcos que barcos sin honra", también reflejan fidedignamente la característica más acusada de la trasnochada hidalguía española: el (desmedido) orgullo; la soberbia; la arrogancia; la altanería; las ínfulas. En definitiva, el provincianismo.

Así pues, los pensionistas catalanes deberían temer más por la dependencia (de sus pensiones) de España, que por la independencia de Catalunya. Al fin y al cabo, parece más factible el cobro de las jubilaciones en un Estado próspero y joven, de nuevo cuño, que no de la vieja y arruinada España. Las amenazas del PP, las falsedades con las cuales pretende intimidar no tan solo a jubilados, sino también a empresarios, agricultores e incluso a universitarios, se muestran tan disparatadas que devienen increíbles. ¿Qué empresario preferirá permanecer unido a un Estado, cuyo mercado interior se está contrayendo a pasos agigantados?. La política económica que la UE impone al Reino de España va encaminada a devaluar los salarios, por tanto a disminuir el consumo y en consecuencia, a que las ventas de las empresas desciendan a tal velocidad, que resulta insostenible. Además la inflación no remite, sino que se mantiene o aumenta pertinazmente. La capacidad de consumo de los ciudadanos mengua y las empresas se ven obligadas a ajustar sus plantillas a la baja. Justo es reconocer que la reforma laboral aprobada por el Gobierno de Rajoy -ya se superan los seis millones de parados- ayuda muy mucho a que los despidos no tan solo sean más ágiles y útiles, también resultan más baratos.

Solo la banca merece la consideración y las carantoñas del ejecutivo español. Ha socializado las pérdidas privadas, transformándolas en públicas. El Tesoro Nacional avala sus cuantiosas deudas y asume toneladas de ladrillos para fortalecer la solvencia de las entidades financieras. A cambio, permite que el crédito a las empresas siga bajo mínimos. Las consecuencias: los acreedores internacionales -fundamentalmente germanos- ven sus intereses financieros salvaguardados y priorizados incluso ante los gastos en educación, sanidad y servicios sociales; y próximamente, ante las amenazadas y cada vez más precarias pensiones, las cuales merecerán en breves semanas la visita de las tijeras recortadoras. España no alcanzará la senda del crecimiento hasta que las políticas económicas que dispongan sus gobernantes prioricen los intereses de los ciudadanos antes que  los bancarios y de los especuladores. La única solución a la crisis vendrá de ralentizar y alargar los plazos del pago de la deuda (unilateralmente si fuera necesario) y priorizar la creación de empleo, el acceso al crédito para las empresas e iniciar un programa de obras públicas (con criterios exclusivamente económicos). Sin embargo, parece que Mariano Rajoy no tendrá redaños para enfrentarse a la UE, al FMI, a Merkel y al BCE. Entre otras cosas, porque comparte integrismo económico e intereses con todos ellos.

Las perspectivas españolas no son precisamente halagüeñas. Y si Catalunya continua sometida a España, tiene garantizado el desastre. Además, el Gobierno de Madrid sigue empeñado en utilizar todo tipo de recursos (lícitos e ilícitos) para detener y destruir el proceso soberanista catalán. La Asamblea Nacional Catalana avisa que el juego sucio de España se aplicará contra las finanzas de la Generalitat, impulsando el ahogo económico (lo que ya sucede en la actualidad), la inhabilitación del presidente Mas, la persecución mediático-judicial de políticos catalanes y la suspensión de la Autonomía. "El estado español está demostrando que no es democrático y hemos de estar preparados por lo que pueda pasar", advierte Carmen Forcadell, presidenta de la ANC. Entidad, por cierto, impulsora y organizadora de la multitudinaria manifestación del 11 de septiembre pasado.

El peor de los escenarios para Catalunya hace años que está aconteciendo. Al expolio que sufrimos los catalanes por parte del Estado Español, cifrado alrededor de 16.000 millones de € anuales, cabe añadir más de 9.000 millones correspondientes a la disposición adicional tercera, al fondo de competitividad y a otros conceptos -como son la inversión pendiente y comprometida para la red ferroviaria de cercanías-, acumulados ¡en apenas tres años! hasta el momento. La morosidad del Gobierno de España es la principal causa de los recortes en sanidad, educación y servicios sociales que la Generalitat ha tenido que ejecutar en las cuentas públicas catalanas estos últimos tiempos. España exige el cumplimiento del déficit a Catalunya, sin hacer frente a sus propios compromisos financieros y bajo la amenaza de intervención. El Gobierno de España es el campeón mundial de utilizar el cinismo como arma política. Baste decir que si el Estado Español no hubiera infrainvertido en Catalunya en el transcurso de los últimos quince años, el PIB catalán hubiera crecido el 1,3% más anualmente. Por ejemplo, según El Punt-Avui el año 2012 los presupuestos generales del Estado recogían una inversión per cápita para Catalunya de 191,67 € (inversión que jamás se ha ejecutado en su totalidad), frente a la media para toda España de 276 €. Si el Gobierno de España hubiera invertido en Catalunya el equivalente a la aportación de esta al PIB estatal -20%-, hubiera recibido 21.369 millones de € más entre 1995 y 2009, años de ausencia de problemas financieros en España. Si el lector se toma la molestia de sumar el expolio fiscal acumulado año tras año, la morosidad del Gobierno español hasta la fecha, las inversiones no ejecutadas y la infrainversión respecto al PIB catalán, el resultado se aproxima al oneroso coste económico de la dependencia de Catalunya respecto España. Y las consecuencias, desempleo creciente, sanidad, educación y servicios sociales en lánguido desmantelamiento e infraestructuras (cercanías y carreteras nacionales) tercermundistas.

A la asfixia financiera, debe añadirse el acoso que la brunete mediática hace contra relevantes personalidades políticas catalanas. En un burdo intento para-judicial el nacionalismo español, en calidad de juez y verdugo, promueve una ignominiosa campaña contra políticos del pasado y del presente, así como contra sus familiares -vivos o muertos- que pudieran resultar peligrosos para la sagrada unidad de España. Se inventan y filtran informes, buscan testigos -resulta intrascendente si son convictos, fiables, anónimos, despechados, hostiles, creíbles-, y se publican rumores, insinuaciones, habladurías, manipulaciones y falsedades. Utilizan los medios informativos escritos y/o en radios y TV afines e incansablemente intoxican a la ciudadanía (y a la judicatura), con supuestos casos de corrupción en lo que califican despectivamente como oasis catalán; acusan a la casta política de desviar recursos públicos, tráfico de influencias y mil delitos más, que ofertan a la ávida audiencia como visto para sentencia con implicados culpables, convictos y confesos.... antes que se hayan producido imputaciones judiciales, e incluso antes que se haya iniciado la pertinente investigación policial oficial. ¡No importa!. Así se abona el terreno de la siempre predispuesta judicatura española para que se abran diligencias y se hagan imputaciones, que sin duda concluirán con una sentencia de culpabilidad.... ¡al cabo de veinte años!. Tal es la eficacia del sistema judicial español. El peligro de este proceder tan cavernario es la poca credibilidad que tiene. Cuando se exagera, se manipula, se miente y se insiste hasta la extenuación, la desconfianza hacia los pseudoperiodistas y la metajudicatura se extiende entre los anonadados e incrédulos ciudadanos. Y un buen día, desconfiaremos también de cualquier denuncia verdadera que tenga como origen una supuesta investigación periodística de la caverna mediática.

"El gran saqueo" denunciado por la prensa internacional, "la mala leche" derrochada por la brunete mediática y la anticuada y provinciana hidalguía de los mandatarios españoles están hundiendo a España. Y con ella, a los españoles. ¿No es comprensible que los catalanes no queramos vernos arrastrados al abismo?. Nuestra nación, Catalunya, solo aspira a la prosperidad y a la libertad que ahora no podemos disfrutar a causa de las estupideces que hacen y dicen el Gobierno central y sus circunstancias (las élites hispano-madrileñas). Ellos anteponen los intereses de Merkel y compañía al de los sufridos ciudadanos españoles. Las decisiones económicas, laborales, mediáticas, judiciales y políticas que toma el Gobierno y las instituciones españolas, son tan nefastas y vergonzosas que resulta lógico que la mayoría de catalanes hayamos optado por la independencia. Anteponen su constitución a principios democráticos universalmente reconocidos. Y prosiguen su interminable marcha hacia el abismo.... ¡Por Dios bendito!. ¡Si todavía pretenden organizar los Juegos Olímpicos del 2020 en Madrid, capital de un estado arruinado, ciudad con una deuda acumulada de 7.000 millones de €!.

Genio y figura hasta la sepultura. Arrogancia e ínfulas. Puro provincianismo...... Características dominantes entre las élites españolas. Para desgracia de los españoles.


   


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