Prosigue con total contumacia la batalla nacionalista en pos de la unidad de España. Bien sea Rajoy, o bien Aznar. Aquí Sánchez-Camacho, acullá Pere Navarro. Ora Pedro J. Ramírez, ora Eduardo Inda. No son precisamente oraciones las que recitan todos estos personajes, tan entrañables y cercanos a Catalunya. Ya sea por firmes convicciones o por carencia de principios, lo cierto es que el ultraespañolismo reinante refuerza sus trompicados arsenales dialécticos contra aquellos a los cuales atribuye erróneamente la responsabilidad directa de la deriva soberanista emprendida por Catalunya. La familia Pujol, Artur Mas, Convergencia Democrática, ERC, Oriol Junqueras, son el objetivo indiscriminado de sus amenazas, invectivas, manipulaciones y falacias.... Es curioso, pero se guardan muy mucho de no mezclar churras con merinas, que diría el castizo. Así, intentan mantener a Duran i Lleida al margen del núcleo originario y supuestamente culpable del despropósito soberanista. Apelan al seny, a la moderación, incluso a la formación cristiana del líder de UDC, con la sana intención que sea él quien frene la marea independentista desatada en el Principado. Deben considerar a Duran como un super-hombre, capaz de mover montañas y desviar el curso de los ríos y, por tanto, de modificar la voluntad de millones de ciudadanos que tan alto y claro hablaron el pasado 25N. Por supuesto, obvian los auténticos orígenes del tsunami desatado, que no son otros que el agresivo, creciente e insoportable españolismo que la crisis económica y social ha desatado de forma tan general, transversal e intensa, en la España del siglo XXI. Hiper-nacionalismo hispano que dirige sus esfuerzos preferentemente hacia el estrangulamiento de las finanzas de la Generalitat, mediante el racionamiento de recursos financieros y el sistemático incumplimiento de las inversiones estatales en Catalunya. No se olvide que a día de hoy, el gobierno de España es moroso con la Generalitat de Catalunya en más de 9.000 millones de €, acumulados desde el inicio de la crisis y que el Estado Español considera que debe añadir a los 16.000 millones que, año tras año, sustrae de los bolsillos catalanes bajo el epígrafe de forzosa solidaridad interterritorial. Al fin y al cabo, si la cuantía del expolio disminuye como consecuencia de la debilidad económica que sufrimos, de algún lugar tienen que salir los recursos adicionales para compensar la perdida causada por esta pertinaz crisis. Si faltan, pues se sacan de las partidas de los presupuestos generales del Estado, asignadas a Catalunya y asunto arreglado. Aquí paz y después gloria. Tampoco podemos olvidar la ofensiva desencadenada contra la lengua catalana, cuya última consecuencia, además de la infumable ley Wert, ha sido vincular 191 millones de € que la Generalitat debería haber recibido para los cursillos de formación ocupacional de los parados, a la exigencia que, ¡como no!, también se impartan en castellano. Lo cual suena a excusas de mal pagador. Podemos suponer pues que estos 191 millones de € pasarán a incrementar los impagos que el Gobierno de España tiene contraídos con Catalunya.
Como sea que Duran i Lleida no parece muy dispuesto a colmar las expectativas depositadas en él, Mariano Rajoy se permite advertir a Artur Mas que no genere división e inestabilidad en España. Los ciudadanos, en su opinión, "no perdonarán a nadie que se adentre en caminos de incertidumbre que no conducen a ningún sitio". "Catalunya no puede distraer sus energías ni equivocar sus prioridades". "El debate independentista es un lujo que no nos podemos permitir", asegura impertérrito. Este buen señor debería saber que, para los catalanes, el único camino sembrado de minas que conocemos y padecemos es el que nos ofrece la unión con España. Las energías catalanas y nuestros recursos están actualmente en las distraídas manos del Estado español, que dispone de ellos a su antojo y en su propio beneficio. En tales circunstancias, es lógico que España no pueda permitirse el debate independentista, puesto que se expone a perder la gallina de los huevos de oro. Pero lo que el señor Rajoy califica como lujo, para los catalanes es una absoluta necesidad. Resulta ser el único sendero transitable para recuperar la libertad, así como el bienestar y la prosperidad hurtadas por el Gobierno de España, por lo menos durante los tres últimos siglos. El indefectible camino de la independencia es la tabla de salvación y esperanza para Catalunya. Y cuanto antes la alcancemos, mejor.
Por su parte, José María Aznar continua su particular cruzada contra lo que califica como ruptura de España. "España no se romperá", exclama con acritud. En su opinión, el referéndum de autodeterminación que exigimos los catalanes es un "chantaje político inaceptable". Prosigue la diatriba anticatalana acusando de "deslealtad las dos formaciones catalanas -CiU y ERC- y su voluntad de romper el pacto constitucional".... Y sigue, sigue, sigue... hasta el fin de los tiempos (que según el calendario Maya, concluyen el 21 de diciembre). Antes que acabe el Mundo, bueno será que el hidalgo castellano deje de amenazar con romper la cohesión de la sociedad catalana, sembrando cizaña en su seno sirviéndose de la subvencionada fundación FAES, a base de fomentar el enfrentamiento lingüístico o de instigar la recentralización del Estado. Debería tener muy presente que la única extorsión que se hace aquí y ahora, proviene del bando español. Chantajes económicos, fiscales, periodísticos, políticos, diplomáticos, educativos, lingüísticos, judiciales, ¡militares!... Incluso la Conferencia Episcopal Española toma partido (político) a favor de la sagrada unidad de la Patria (española), casi amenazando de excomunión y descenso a los infiernos a quien ose poner en duda la prevalencia castellana en el Estado español. Por cierto, el pacto constitucional ha sido vulnerado reiteradamente por el PP (recordemos su actuación respecto el Estatuto catalán y las maniobras en el Tribunal Constitucional), y por el PSOE (la reforma exprés de la Constitución). Son solo dos ejemplos entre muchos de la connivencia conservadora-progresista, en la sistemática manipulación y violación partidista de la Carta Magna española en defensa de los excluyentes intereses de España, sin reparar en las consecuencias que sus tropelías causan sobre todos los ciudadanos del Estado. La historia nos dice que para el Gobierno de Madrid y para el PPSOE, España, antes partía que doblá, que diría la ex-ministra de Fomento, Maleni Alvarez. O como dijo años ha el almirante Méndez Núñez, "más vale honra sin barcos, que barcos sin honra". En definitiva, el señor Aznar y sus acólitos prefieren que Catalunya desaparezca, antes que España pierda el honor y la unicidad.
Ahorraré al lector las falacias que continúan saliendo de las incansables y (re)torcidas plumas de Pedro J. Ramírez y Eduardo Inda. Puede adivinarse el contenido de sus escritos de supuesta investigación pretendidamente periodísticos. Sus fábulas no son precisamente un dechado de ingenio. Baste decir que este afán inquisitorial se ha extendido como la pólvora al resto de la nómina cavernaria madrileña. Entre los que se encuentran, además de El Mundo, La Razón, ABC y La Gaceta. Incluso se vierten estupideces catalonófobas desde la cadena católico-integrista 13TV, -como si de la COPE de Jiménez Losantos se tratara-, bien por parte del preclaro -pero confuso- presentador estrella Alfonso Merlos, así como también por el desquiciado comunicador Carlos Cuesta, el de los gloriosos momentos televisivos. El pasado día 18 de diciembre, dedicó muchos minutos en prime time a informar a los inagotables y asombrados espectadores que Jordi Pujol frecuentaba los servicios de una bruja en Andorra, a la que pedía consejos y conjuros, por supuesto, a cargo del erario catalán. ¡Y el programa no era humorístico, sino supuestamente informativo y de opinión!. ¡Manda güevos!, que diría Federico Trillo (en el pleno del Congreso de Diputados). Huelga decir que tanto la ultra 13TV como la ultra Intereconomía TV se sienten muy seguras -y satisfechas- de si mismo, por los programas que incansablemente dedican a la (i)realidad catalana. Parece que tienen las espaldas bien cubiertas. Para eso sirven los amigos: para dar seguridad jurídica y ofrecer garantías políticas. Así como para proteger a los mendaces de las estupideces que cometen, y que tan alegremente dicen y/o hacen.... ¡en las propias 13TV e Intereconomía TV!.
La inestabilidad promovida por España y los interminables chantajes contra Catalunya, son tan variopintos como persistentes. El Gobierno español anuncia un recurso ante su Tribunal Constitucional contra la tasa impuesta por la Generalitat sobre las recetas expedidas por la sanidad pública catalana. También interpone recurso contra las tasas judiciales aplicadas por el gobierno catalán. Mientras el alto tribunal se toma su tiempo antes de dictar sentencia, ambas tasas quedan en suspenso. Y el Estado promueve un impuesto sobre los depósitos bancarios -tipo 0- para impedir que lo recauden las comunidades autónomas. ¡El Gobierno Rajoy tiene vocación de perro del hortelano, que ni come ni deja comer!. Por supuesto, el gobierno del PP sigue exigiendo que se cumpla el compromiso de contención del déficit de las cuentas catalanas. A pesar de que el buenazo de Andreu Mas-Colell, actual consejero de Economía de Catalunya e insigne ex-profesor de las Universidades de Berkeley, Harvard y Pompeu Fabra, haya calificado como sarcástico el proceder del gobierno de España. "Resulta sarcástico que el gobierno español hable de equidad cuando acaba de decidir no actualizar las pensiones. Un jubilado catalán paga por receta un euro, como máximo 61 euros al año, mientras que por la no actualización de la pensión, dejará de ingresar 217 euros. El gobierno español hace populismo pagando Catalunya". Se pregunta, "si impugnando medidas como el euro por receta y las tasas judiciales, el gobierno español mantiene autoridad moral para exigir esfuerzos dirigidos al cumplimiento del déficit y de las políticas de austeridad indicadas por Bruselas". La respuesta a esta pregunta la da el mismo Mas-Colell: "Las actuaciones del gobierno central parecen ir dirigidas a torpedear el proceso presupuestario de la Generalitat de Catalunya, son un sabotaje a las finanzas catalanas. Minar la capacidad normativa y bloquear las medidas que afectan directamente el cumplimiento de los objetivos de déficit es una grave prueba de deslealtad entre administraciones que habrían de compartir el objetivo común de estabilidad, la recuperación económica y la creación de ocupación".
Molt Honorable Senyor presidente Artur Mas i Gabarró. Honorable Senyor Andreu Mas-Colell. Señoras y señores: El gobierno de España no dialoga. ¡Impone y conmina!. El gobierno del señor Rajoy, el Partido Popular, el Partido Socialista Obrero Español y el señor Rubalcaba jamás han sido, son o serán desleales. Solo ejercen y tienen sentido de Estado-Nación, a pesar de la precaria constitucionalidad de muchas de las decisiones que adoptan. La Constitución del Reino de España cobija y defiende a todo el mundo, a condición de ser y sentirse, bien del PP, bien del PSOE. Es decir: ser un buen español. Es decir, ser cultural y políticamente castellano -mejor viejo que nuevo-.
Expolio de 16.000 millones de € anuales; morosidad del Gobierno de España por valor -hasta el momento- de 9.000 millones de €; centrifugación del déficit público del Estado hacia las autonomías... ¡En plena crisis!. Exigencias de recorte de déficit imposibles de cumplir. Recursos contra tasas de la Generalitat. Sabotaje contra posibles impuestos de titularidad autonómica sobre los depósitos bancarios. Advertencias y chantajes judiciales, políticos, lingüísticos, económicos y periodísticos. Amenazas militares. Innumerables mentiras, manipulaciones, delirios y deslealtades. Y como colofón....¡Garrotazo con la Constitución!. Está ha sido la reacción de la España nacional-españolista y por supuesto constitucional, ante el resultado electoral del 25N. ¡Y lo bueno está por venir!. ¿Que cabe esperar de España ante el anuncio del referéndum de autodeterminación para el 2014, recientemente acordado entre CiU y ERC?. Me temo que el Estado español reaccionará como le dé la real gana, con la agresividad que guste y con las armas de todo calibre que tengan a bien emplear. Puede suceder todo, excepto dos cosas: que doblegue la voluntad y las ansias de libertad e independencia de los catalanes y que rompa nuestras firmes convicciones democráticas. Puesto que... ¡alea iacta est!.
Como sea que Duran i Lleida no parece muy dispuesto a colmar las expectativas depositadas en él, Mariano Rajoy se permite advertir a Artur Mas que no genere división e inestabilidad en España. Los ciudadanos, en su opinión, "no perdonarán a nadie que se adentre en caminos de incertidumbre que no conducen a ningún sitio". "Catalunya no puede distraer sus energías ni equivocar sus prioridades". "El debate independentista es un lujo que no nos podemos permitir", asegura impertérrito. Este buen señor debería saber que, para los catalanes, el único camino sembrado de minas que conocemos y padecemos es el que nos ofrece la unión con España. Las energías catalanas y nuestros recursos están actualmente en las distraídas manos del Estado español, que dispone de ellos a su antojo y en su propio beneficio. En tales circunstancias, es lógico que España no pueda permitirse el debate independentista, puesto que se expone a perder la gallina de los huevos de oro. Pero lo que el señor Rajoy califica como lujo, para los catalanes es una absoluta necesidad. Resulta ser el único sendero transitable para recuperar la libertad, así como el bienestar y la prosperidad hurtadas por el Gobierno de España, por lo menos durante los tres últimos siglos. El indefectible camino de la independencia es la tabla de salvación y esperanza para Catalunya. Y cuanto antes la alcancemos, mejor.
Por su parte, José María Aznar continua su particular cruzada contra lo que califica como ruptura de España. "España no se romperá", exclama con acritud. En su opinión, el referéndum de autodeterminación que exigimos los catalanes es un "chantaje político inaceptable". Prosigue la diatriba anticatalana acusando de "deslealtad las dos formaciones catalanas -CiU y ERC- y su voluntad de romper el pacto constitucional".... Y sigue, sigue, sigue... hasta el fin de los tiempos (que según el calendario Maya, concluyen el 21 de diciembre). Antes que acabe el Mundo, bueno será que el hidalgo castellano deje de amenazar con romper la cohesión de la sociedad catalana, sembrando cizaña en su seno sirviéndose de la subvencionada fundación FAES, a base de fomentar el enfrentamiento lingüístico o de instigar la recentralización del Estado. Debería tener muy presente que la única extorsión que se hace aquí y ahora, proviene del bando español. Chantajes económicos, fiscales, periodísticos, políticos, diplomáticos, educativos, lingüísticos, judiciales, ¡militares!... Incluso la Conferencia Episcopal Española toma partido (político) a favor de la sagrada unidad de la Patria (española), casi amenazando de excomunión y descenso a los infiernos a quien ose poner en duda la prevalencia castellana en el Estado español. Por cierto, el pacto constitucional ha sido vulnerado reiteradamente por el PP (recordemos su actuación respecto el Estatuto catalán y las maniobras en el Tribunal Constitucional), y por el PSOE (la reforma exprés de la Constitución). Son solo dos ejemplos entre muchos de la connivencia conservadora-progresista, en la sistemática manipulación y violación partidista de la Carta Magna española en defensa de los excluyentes intereses de España, sin reparar en las consecuencias que sus tropelías causan sobre todos los ciudadanos del Estado. La historia nos dice que para el Gobierno de Madrid y para el PPSOE, España, antes partía que doblá, que diría la ex-ministra de Fomento, Maleni Alvarez. O como dijo años ha el almirante Méndez Núñez, "más vale honra sin barcos, que barcos sin honra". En definitiva, el señor Aznar y sus acólitos prefieren que Catalunya desaparezca, antes que España pierda el honor y la unicidad.
Ahorraré al lector las falacias que continúan saliendo de las incansables y (re)torcidas plumas de Pedro J. Ramírez y Eduardo Inda. Puede adivinarse el contenido de sus escritos de supuesta investigación pretendidamente periodísticos. Sus fábulas no son precisamente un dechado de ingenio. Baste decir que este afán inquisitorial se ha extendido como la pólvora al resto de la nómina cavernaria madrileña. Entre los que se encuentran, además de El Mundo, La Razón, ABC y La Gaceta. Incluso se vierten estupideces catalonófobas desde la cadena católico-integrista 13TV, -como si de la COPE de Jiménez Losantos se tratara-, bien por parte del preclaro -pero confuso- presentador estrella Alfonso Merlos, así como también por el desquiciado comunicador Carlos Cuesta, el de los gloriosos momentos televisivos. El pasado día 18 de diciembre, dedicó muchos minutos en prime time a informar a los inagotables y asombrados espectadores que Jordi Pujol frecuentaba los servicios de una bruja en Andorra, a la que pedía consejos y conjuros, por supuesto, a cargo del erario catalán. ¡Y el programa no era humorístico, sino supuestamente informativo y de opinión!. ¡Manda güevos!, que diría Federico Trillo (en el pleno del Congreso de Diputados). Huelga decir que tanto la ultra 13TV como la ultra Intereconomía TV se sienten muy seguras -y satisfechas- de si mismo, por los programas que incansablemente dedican a la (i)realidad catalana. Parece que tienen las espaldas bien cubiertas. Para eso sirven los amigos: para dar seguridad jurídica y ofrecer garantías políticas. Así como para proteger a los mendaces de las estupideces que cometen, y que tan alegremente dicen y/o hacen.... ¡en las propias 13TV e Intereconomía TV!.
La inestabilidad promovida por España y los interminables chantajes contra Catalunya, son tan variopintos como persistentes. El Gobierno español anuncia un recurso ante su Tribunal Constitucional contra la tasa impuesta por la Generalitat sobre las recetas expedidas por la sanidad pública catalana. También interpone recurso contra las tasas judiciales aplicadas por el gobierno catalán. Mientras el alto tribunal se toma su tiempo antes de dictar sentencia, ambas tasas quedan en suspenso. Y el Estado promueve un impuesto sobre los depósitos bancarios -tipo 0- para impedir que lo recauden las comunidades autónomas. ¡El Gobierno Rajoy tiene vocación de perro del hortelano, que ni come ni deja comer!. Por supuesto, el gobierno del PP sigue exigiendo que se cumpla el compromiso de contención del déficit de las cuentas catalanas. A pesar de que el buenazo de Andreu Mas-Colell, actual consejero de Economía de Catalunya e insigne ex-profesor de las Universidades de Berkeley, Harvard y Pompeu Fabra, haya calificado como sarcástico el proceder del gobierno de España. "Resulta sarcástico que el gobierno español hable de equidad cuando acaba de decidir no actualizar las pensiones. Un jubilado catalán paga por receta un euro, como máximo 61 euros al año, mientras que por la no actualización de la pensión, dejará de ingresar 217 euros. El gobierno español hace populismo pagando Catalunya". Se pregunta, "si impugnando medidas como el euro por receta y las tasas judiciales, el gobierno español mantiene autoridad moral para exigir esfuerzos dirigidos al cumplimiento del déficit y de las políticas de austeridad indicadas por Bruselas". La respuesta a esta pregunta la da el mismo Mas-Colell: "Las actuaciones del gobierno central parecen ir dirigidas a torpedear el proceso presupuestario de la Generalitat de Catalunya, son un sabotaje a las finanzas catalanas. Minar la capacidad normativa y bloquear las medidas que afectan directamente el cumplimiento de los objetivos de déficit es una grave prueba de deslealtad entre administraciones que habrían de compartir el objetivo común de estabilidad, la recuperación económica y la creación de ocupación".
Molt Honorable Senyor presidente Artur Mas i Gabarró. Honorable Senyor Andreu Mas-Colell. Señoras y señores: El gobierno de España no dialoga. ¡Impone y conmina!. El gobierno del señor Rajoy, el Partido Popular, el Partido Socialista Obrero Español y el señor Rubalcaba jamás han sido, son o serán desleales. Solo ejercen y tienen sentido de Estado-Nación, a pesar de la precaria constitucionalidad de muchas de las decisiones que adoptan. La Constitución del Reino de España cobija y defiende a todo el mundo, a condición de ser y sentirse, bien del PP, bien del PSOE. Es decir: ser un buen español. Es decir, ser cultural y políticamente castellano -mejor viejo que nuevo-.
Expolio de 16.000 millones de € anuales; morosidad del Gobierno de España por valor -hasta el momento- de 9.000 millones de €; centrifugación del déficit público del Estado hacia las autonomías... ¡En plena crisis!. Exigencias de recorte de déficit imposibles de cumplir. Recursos contra tasas de la Generalitat. Sabotaje contra posibles impuestos de titularidad autonómica sobre los depósitos bancarios. Advertencias y chantajes judiciales, políticos, lingüísticos, económicos y periodísticos. Amenazas militares. Innumerables mentiras, manipulaciones, delirios y deslealtades. Y como colofón....¡Garrotazo con la Constitución!. Está ha sido la reacción de la España nacional-españolista y por supuesto constitucional, ante el resultado electoral del 25N. ¡Y lo bueno está por venir!. ¿Que cabe esperar de España ante el anuncio del referéndum de autodeterminación para el 2014, recientemente acordado entre CiU y ERC?. Me temo que el Estado español reaccionará como le dé la real gana, con la agresividad que guste y con las armas de todo calibre que tengan a bien emplear. Puede suceder todo, excepto dos cosas: que doblegue la voluntad y las ansias de libertad e independencia de los catalanes y que rompa nuestras firmes convicciones democráticas. Puesto que... ¡alea iacta est!.
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