Cabía esperar que tras las elecciones celebradas el pasado 25 de noviembre, el Gobierno del señor Rajoy hiciera algún movimiento táctico-político, al objeto de rebajar la tensión acumulada, así como la agresiva dureza empleada por el Partido Popular y sus compadres durante la campaña electoral, contra la Generalitat, contra CiU y en general contra el independentismo. Recordemos: la maravillosa Alicia Sánchez-Camacho acaparó el récord mundial de mentiras y falacias dichas en tan solo quince días, y también la mejor marca del año de aterrorizar a jubilados, estudiantes, agricultores, parados y empresarios. Lo hizo así -justo es reconocerlo- tratando de impedir que Catalunya emprendiera el camino hacia la libertad y la justicia, ambas cualidades muy alejadas del hiper-nacionalismo español defendido por el Partido Popular en particular y por las numerosas fuerzas ultra-conservadoras hispanas, en general. Entre las cuales, por cierto, se encuentra la Caverna madrileña (versión Brunete Mediática). No sería justo olvidar los titánicos y amarillentos esfuerzos que El Mundo, el capo Pedro J. Ramírez y su fiel lacayo, Eduardo Inda -en calidad de bufón-fabulador-, dedicaron a la defensa de la causa española, a base de esparcir abundante mierda indiscriminadamente sobre Artur Mas, Jordi y Oriol Pujol, Marta Ferrusola y las respectivas familias de todos ellos, que llevaron al intemperante Pedro J. Ramírez a auto-proclamar la victoria de España sobre el soberanismo catalán.
El movimiento táctico-político efectuado por el Gobierno de España ha consistido en anunciar el enésimo incumplimiento del programa electoral del PP. En esta ocasión, del Pacto de Toledo y las garantías que este establece para el mantenimiento del poder adquisitivo de los pensionistas. ¿Deberemos al fin dar la razón a Alicia Sánchez-Camacho y su anunció sobre el peligro que corren las pensiones de los jubilados catalanes?. Me temo que efectivamente, los jubilados del Principado verán seriamente amenazada su pensión, pero solo en caso de continuar sometidos a esta España tan deleznablemente gobernada por Mariano Rajoy Brey y sus procaces muchachos. Puesto que las finanzas españolas se hallan en quiebra y al borde del colapso. Otra reciente maniobra, en esta ocasión de la ministra de Trabajo, Fátima Báñez, al anunciar que el número de parados del Estado Español asciende ya a seis millones de personas, ha quedado empequeñecida ante la buena nueva vaticinada por Luis de Guindos, Ministro de Economía: el próximo año 2013 será laboralmente menos malo que el actual, aunque peor que el 2014. Es decir, 2012 será peor que 2013 y este, que 2014.... Haciendo las cuentas de la vieja y siendo optimistas, podemos calcular que alrededor del año 2025 el desempleo español se reducirá a la mitad. Realmente obsceno, ¿no?. Y esta rebaja en el número de desempleados será motivada por los centenares de miles, tal vez millones de ciudadanos que habrán emigrado del Estado español, para poder obtener el bienestar y la prosperidad que España les niega sistemáticamente. Como hicieran sus abuelos en las décadas 50 y 60 del siglo pasado. Nada nuevo bajo en sol.
Uno de estos indecorosos muchachos más activo -y altivo-, que forma parte del gobierno de España, es José Ignacio Wert, flamante Ministro de Educación, Cultura y Deportes -incompetente, por ausencia de atribuciones ministeriales-. Este ministerio, cuyas competencias están enteramente transferidas a las Comunidades Autónomas, tiene adscritos unos cuantos millares de funcionarios, que puede imaginarse no tienen muchas ocupaciones con las cuales entretenerse. A falta de carga de trabajo, el ministro se dedica a buscar tareas para que se distraigan durante las tediosas horas que dedican a la inevitable comparecencia y permanencia en las desangeladas oficinas ministeriales. Pues bien, después de avalar y propiciar el incremento del IVA de la Cultura a niveles propios de los artículos de lujo; después de haber representado junto a otros muchos, al Gobierno de España en la ceremonia de entrega de la Eurocopa de fútbol 2012 (con el aplastante concurso mayoritario de jugadores del Barça); después de esta dedicación a Cultura y Deporte, este probo funcionario, amamantado y criado entre las maternales carantoñas de José María Aznar López, actual presidente de la FAES, ha decidido centrar su atención en Educación y se ha mostrado dispuesto a poner en práctica toda la sabiduría acumulada durante años de estudio bajo el manto protector de la fundación nacional-conservadora, pariendo un borrador de Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa. Además, pretende restituir la asignatura de religión -católica, se entiende- en todo su pretérito esplendor; y la añorada reválida -como en los mejores tiempos del franquismo-, así como la sustitución de Educación para la Ciudadanía por otra asignatura más afín y acorde al pensamiento faista -de la FAES-. Con todo ello, amenaza inmiscuirse y sabotear la Ley de Educación de Catalunya y el modelo educativo catalán, para liquidar de un plumazo la inmersión lingüística vigente desde 1982. Inmersión apoyada por casi todas las fuerzas políticas parlamentarias catalanas -excepto las españolísimas PP y C's- y la inmensa mayoría de ciudadanos. Modelo por otra parte, avalado por instituciones internacionales, afamados lingüistas y notables pedagogos, de todo origen, condición y adscripción política y que, por supuesto, nada tiene que ver con la calidad educativa de la maltrecha enseñanza española.
¿Porqué el Ministro ha mezclado una ley de educación, que debería servir para combatir las carencias y deficiencias que presentan en la actualidad -en realidad, siempre- la enseñanza en el Estado, con la lengua vehicular empleada en el sistema educativo de Catalunya?. Recordemos que el ministro es incompetente; que la responsabilidad es de la Consejería de Educación catalana -y del resto de comunidades autónomas-. La respuesta es sencilla. El señor Wert, perfecto polichinella en la tragicomedia dirigida por Rajoy, pretende esconder vergonzántemente bajo las brumas de su probada ineptitud, los reiterados incumplimientos programáticos del Gobierno del Partido Popular. De todos, excepto de uno: la tan anhelada recentralización -en realidad, abolición- del sistema autonómico. Desvía la atención hacia lo que en España es ya un mantra institucionalizado: hurgar en la herida de Catalunya para aprovecharse de la indignación provocada entre la sociedad catalana y alentar la catalanofobia en la sociedad española. Además de haber cumplido la amenaza pronunciada en las Cortes Españolas: españolizar a los escolares catalanes. Se trata pues de alentar el enfrentamiento y división entre catalanes por razón de lengua, que España no duda en utilizar como un burdo instrumento de confrontación y sometimiento.
Han pasado dos semanas desde que los ciudadanos catalanes votamos masivamente a favor del derecho de autodeterminación. Concretamente, 2.150.000 (61%) votantes lo hicimos a favor; 1.350.000 (37%, incluyendo PSC) lo hicieron en contra. Es lógico suponer que tanto el Gobierno de España, como el Partido Popular y la Brunete Mediática se han dado cuenta que la supuesta victoria de unionismo no es tal. Son conscientes que las maniobras antidemocráticas empleadas durante la campaña electoral, no lograron su objetivo. No lo hicieron ni las mentiras de Alicia Sánchez-Camacho sobre pensiones, prestaciones de paro, subvenciones agrarias y títulos universitarios; ni las injuriosas insinuaciones de la vicepresidenta Sáenz de Santamaría y del ministro Montoro, dando pábulo a las falsedades publicadas por el panfleto El Mundo; ni tan solo el entorpecimiento al ejercicio del derecho a votar de los catalanes desplazados en el exterior; ni siquiera la chulería de Pedro J. Ramírez y la estulticia de Eduardo Inda, señeros -y falaces- cavernarios. Nada ha logrado alterar el resultado electoral del 25N. Lo cierto es que ahora estamos más cerca de la independencia que el 24 de noviembre. Esta es la evidencia que se muestra ante los ojos de la actual España, gobernada con rumbo errático por Mariano Rajoy Brey. Si todos los movimientos táctico-políticos que hacen las élites del Estado español se reducen a seguir mintiendo, manipulando, difamando y agrediendo -por el momento, verbalmente- como hasta el presente, la independencia de Catalunya se acercará irremisiblemente a gran velocidad. Entre otras razones, porque España se encuentra en manos de un puñado de personas torpes y/o poco inteligentes. Esto es, bajo la dirección de auténticos berzotas..... ¡Wertzotas!.
El movimiento táctico-político efectuado por el Gobierno de España ha consistido en anunciar el enésimo incumplimiento del programa electoral del PP. En esta ocasión, del Pacto de Toledo y las garantías que este establece para el mantenimiento del poder adquisitivo de los pensionistas. ¿Deberemos al fin dar la razón a Alicia Sánchez-Camacho y su anunció sobre el peligro que corren las pensiones de los jubilados catalanes?. Me temo que efectivamente, los jubilados del Principado verán seriamente amenazada su pensión, pero solo en caso de continuar sometidos a esta España tan deleznablemente gobernada por Mariano Rajoy Brey y sus procaces muchachos. Puesto que las finanzas españolas se hallan en quiebra y al borde del colapso. Otra reciente maniobra, en esta ocasión de la ministra de Trabajo, Fátima Báñez, al anunciar que el número de parados del Estado Español asciende ya a seis millones de personas, ha quedado empequeñecida ante la buena nueva vaticinada por Luis de Guindos, Ministro de Economía: el próximo año 2013 será laboralmente menos malo que el actual, aunque peor que el 2014. Es decir, 2012 será peor que 2013 y este, que 2014.... Haciendo las cuentas de la vieja y siendo optimistas, podemos calcular que alrededor del año 2025 el desempleo español se reducirá a la mitad. Realmente obsceno, ¿no?. Y esta rebaja en el número de desempleados será motivada por los centenares de miles, tal vez millones de ciudadanos que habrán emigrado del Estado español, para poder obtener el bienestar y la prosperidad que España les niega sistemáticamente. Como hicieran sus abuelos en las décadas 50 y 60 del siglo pasado. Nada nuevo bajo en sol.
Uno de estos indecorosos muchachos más activo -y altivo-, que forma parte del gobierno de España, es José Ignacio Wert, flamante Ministro de Educación, Cultura y Deportes -incompetente, por ausencia de atribuciones ministeriales-. Este ministerio, cuyas competencias están enteramente transferidas a las Comunidades Autónomas, tiene adscritos unos cuantos millares de funcionarios, que puede imaginarse no tienen muchas ocupaciones con las cuales entretenerse. A falta de carga de trabajo, el ministro se dedica a buscar tareas para que se distraigan durante las tediosas horas que dedican a la inevitable comparecencia y permanencia en las desangeladas oficinas ministeriales. Pues bien, después de avalar y propiciar el incremento del IVA de la Cultura a niveles propios de los artículos de lujo; después de haber representado junto a otros muchos, al Gobierno de España en la ceremonia de entrega de la Eurocopa de fútbol 2012 (con el aplastante concurso mayoritario de jugadores del Barça); después de esta dedicación a Cultura y Deporte, este probo funcionario, amamantado y criado entre las maternales carantoñas de José María Aznar López, actual presidente de la FAES, ha decidido centrar su atención en Educación y se ha mostrado dispuesto a poner en práctica toda la sabiduría acumulada durante años de estudio bajo el manto protector de la fundación nacional-conservadora, pariendo un borrador de Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa. Además, pretende restituir la asignatura de religión -católica, se entiende- en todo su pretérito esplendor; y la añorada reválida -como en los mejores tiempos del franquismo-, así como la sustitución de Educación para la Ciudadanía por otra asignatura más afín y acorde al pensamiento faista -de la FAES-. Con todo ello, amenaza inmiscuirse y sabotear la Ley de Educación de Catalunya y el modelo educativo catalán, para liquidar de un plumazo la inmersión lingüística vigente desde 1982. Inmersión apoyada por casi todas las fuerzas políticas parlamentarias catalanas -excepto las españolísimas PP y C's- y la inmensa mayoría de ciudadanos. Modelo por otra parte, avalado por instituciones internacionales, afamados lingüistas y notables pedagogos, de todo origen, condición y adscripción política y que, por supuesto, nada tiene que ver con la calidad educativa de la maltrecha enseñanza española.
¿Porqué el Ministro ha mezclado una ley de educación, que debería servir para combatir las carencias y deficiencias que presentan en la actualidad -en realidad, siempre- la enseñanza en el Estado, con la lengua vehicular empleada en el sistema educativo de Catalunya?. Recordemos que el ministro es incompetente; que la responsabilidad es de la Consejería de Educación catalana -y del resto de comunidades autónomas-. La respuesta es sencilla. El señor Wert, perfecto polichinella en la tragicomedia dirigida por Rajoy, pretende esconder vergonzántemente bajo las brumas de su probada ineptitud, los reiterados incumplimientos programáticos del Gobierno del Partido Popular. De todos, excepto de uno: la tan anhelada recentralización -en realidad, abolición- del sistema autonómico. Desvía la atención hacia lo que en España es ya un mantra institucionalizado: hurgar en la herida de Catalunya para aprovecharse de la indignación provocada entre la sociedad catalana y alentar la catalanofobia en la sociedad española. Además de haber cumplido la amenaza pronunciada en las Cortes Españolas: españolizar a los escolares catalanes. Se trata pues de alentar el enfrentamiento y división entre catalanes por razón de lengua, que España no duda en utilizar como un burdo instrumento de confrontación y sometimiento.
Han pasado dos semanas desde que los ciudadanos catalanes votamos masivamente a favor del derecho de autodeterminación. Concretamente, 2.150.000 (61%) votantes lo hicimos a favor; 1.350.000 (37%, incluyendo PSC) lo hicieron en contra. Es lógico suponer que tanto el Gobierno de España, como el Partido Popular y la Brunete Mediática se han dado cuenta que la supuesta victoria de unionismo no es tal. Son conscientes que las maniobras antidemocráticas empleadas durante la campaña electoral, no lograron su objetivo. No lo hicieron ni las mentiras de Alicia Sánchez-Camacho sobre pensiones, prestaciones de paro, subvenciones agrarias y títulos universitarios; ni las injuriosas insinuaciones de la vicepresidenta Sáenz de Santamaría y del ministro Montoro, dando pábulo a las falsedades publicadas por el panfleto El Mundo; ni tan solo el entorpecimiento al ejercicio del derecho a votar de los catalanes desplazados en el exterior; ni siquiera la chulería de Pedro J. Ramírez y la estulticia de Eduardo Inda, señeros -y falaces- cavernarios. Nada ha logrado alterar el resultado electoral del 25N. Lo cierto es que ahora estamos más cerca de la independencia que el 24 de noviembre. Esta es la evidencia que se muestra ante los ojos de la actual España, gobernada con rumbo errático por Mariano Rajoy Brey. Si todos los movimientos táctico-políticos que hacen las élites del Estado español se reducen a seguir mintiendo, manipulando, difamando y agrediendo -por el momento, verbalmente- como hasta el presente, la independencia de Catalunya se acercará irremisiblemente a gran velocidad. Entre otras razones, porque España se encuentra en manos de un puñado de personas torpes y/o poco inteligentes. Esto es, bajo la dirección de auténticos berzotas..... ¡Wertzotas!.
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