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dijous, 23 d’agost del 2012

NOSFERATU Y EL TIMO DEL PRESO ESPAÑOL.

"El timo del prisionero español" tiene sus orígenes en el siglo XVI. Hace alusión a un supuesto caballero británico, cautivo del rey de España Felipe II, para el que se solicitaba mediante una dramática carta personal, un donativo para su liberación. A cambio, la familia del preso prometía una generosa recompensa, tras su liberación. Como es natural, no existía cautivo, ni recompensa, ni familia, ni nada de nada. Los caritativos e ingenuos caballeros que movidos por su altruismo -y avaricia, por la tentadora recompensa prometida- participaban de buen grado en el pago del rescate, recibían un contundente y oneroso varapalo en su maltrecho, estafado y señorial ego.

La historia de "Nosferatu" (1922)  arranca cuando el protagonista, un agente inmobiliario de la época que responde por el nombre de Hutter, arriba al tétrico castillo del Conde Orlok (Nosferatu) en misión de negocios, siendo recibido por el siniestro aristócrata. Durante la bienvenida, nuestro joven protagonista se corta accidentalmente un dedo. A la vista de la sangre, el conde se excita, al tiempo que relame sus labios, sin apenas poder controlar la gula que le tortura. A partir de ahí, mordeduras, succiones, hipnosis, desvaríos y lujurioso acoso a Ellen, la inocente esposa de Hutter. Después de un sangriento viaje por mar camino hacia su nuevo hogar, el conde, único superviviente de la travesía, llega a Wisborg, la ciudad donde vive Ellen. Hutter, ya curado de las sangrías causadas por Nosferatu, retorna a su vez a la ciudad. Ellen conoce entonces la verdad sobre Nosferatu. Sabe que sólo el sacrificio de una mujer libre de pecado, que haga que el vampiro olvide el primer canto del gallo, puede librarles de su azote. En consecuencia, abre la ventana de su dormitorio y propicia la llegada de Nosferatu, que cae fulminado con los primeros rayos del sol.

Cristóbal Ricardo Montoro Romero, jienense, economista y actual Ministro de Hacienda del Gobierno del Reino de España, viene a ser un remedo de Nosferatu. Los negocios de maese Montoro no son, empero, inmobiliarios, sino que recuerdan al "Timo del preso español" -en su variante castiza: hidalgo español preso en mazmorra tunecina-. Este caballero, otrora eurodiputado y catedrático de Hacienda Pública, que guarda un innegable parecido con el conde Orlok -con antiparras-, se ha dedicado estos últimos meses a la noble tarea de cultivar amistad y empatía, ya sea de colegas autonómicos como el reputado Consejero de Economía catalán, Andreu Mas-Colell, o con el Ministro de Economía, Luis De Guindos. Y últimamente, con José Manuel Soria, Ministro de Industria. Pues bien. Este político de risa inconteniblemente fácil y nerviosa, es el principal autor de la desafinada sinfonía fiscal que se escucha por los trastabillados y yermos páramos económicos y financieros del Estado español.

Primero, impulsó un aumento de los tipos "altos" en el IRPF, que los más benévolos detractores han calificado cuanto menos de inoportuno. Prosiguió con una amnistía fiscal que llevó, nuevamente a sus más benévolos detractores, a calificarla no solo de inoportuna, sino también de ineficaz e incluso desvergonzada. Y remató su política recaudatoria con un aumento del IVA, tan indiscriminado como ilógicamente absurdo. Compartió con el Ministro de Economía, Luis De Guindos, la responsabilidad en la gestión del escándalo BANKIA, que desde la UE fué descrito con un hiriente "peor no se podía haber hecho". Nombró como secretario de Estado a Antonio Beteta, el mismo que aconsejó a los funcionarios que tenían que olvidarse del cafetito y de leer el periódico. Este Secretario de Estado, este gran profesional de la cosa pública mano derecha de Montoro, entre otras medallas luce la de colaborador necesario y responsable político de la ocultación del 50% déficit de la Comunidad de Madrid. Sin embargo, Cristóbal Montoro será recordado, sobretodo, por su incansable lucha contra el déficit público de las comunidades autónomas, ya que en su incontrovertible opinión, son estas las principales causantes del descontrol en las cuentas públicas del Estado Español. Son culpables de un crimen de lesa humanidad, a pesar que ha sido el Gobierno español el que ha centrifugado su propio descontrol financiero hacia la periferia del Estado. Además de acumular morosidad y deslealtades por doquier con las administraciones autonómicas y municipales.

Las similitudes entre Nosferatu y Montoro son evidentes. El vampiro chupa la sangre de sus víctimas hasta provocarles casi la muerte. Montoro succiona los recursos económicos de las comunidades, llevándolas al borde de la consunción financiera. Uno utiliza la hipnosis para controlar y aprovecharse de la fuente de su sustento, mientras que el ministro utiliza el ahogamiento fiscal para paralizar a los desamparados mártires de sus desmanes financieros. Ambos manipulan, engañan, intentan la vil seducción y sometimiento de las almas inocentes, para alcanzar sus espurios objetivos alimentarios, que no son otros que incrementar sus henchidos, insaciables y trasnochados egos. Otra cosa que tienen en común  es que ambos sucumben ante la luz solar. Nosferatu, víctima de su lujuria, olvida la hora y los rayos del sol matutino lo convierten en humo y cenizas. Montoro se marchitará cuando la luz del final del túnel disipen las tinieblas que ahora nos envuelven. Bajo la luz del sol, ambas criaturas no son nada.

Montoro, como otros, además es peón principal en el juego del "timo del preso español", en su variante castiza. El rehén, los rehenes que en este caso sí existen, son muchos millones de ciudadanos españoles (y griegos, italianos, portugueses, irlandeses...) que se hacinan, desesperados, en las mazmorras del castillo del BCE. Este se halla bajo el yugo y la bota de la todopoderosa hada germánica frau Merkel, asistida por su fiel servidor Mario Draghi, ex-monseñor de los predios Goldman Sachs de la legendaria Europa. La familia del supuesto rehén son Rajoy el gallego, Monti el romano, Passos Coelho el portugués o el heleno Samarás, entre otros. En realidad, se trata de una familia numerosa que aumenta día a día. Es una familia unida, no por el Santo Rosario -recordemos, la familia que reza unida, permanece unida-, sino por los mercados, la prima riesgo y las agencias de especulación, también conocidas con el nombre de agencias de calificación. Todos ellos tienen en común un amor desmesurado a las tijeras y a los recortes presupuestarios. El rescate pecuniario que se exige a los ingenuos e inocentes ciudadanos es el recorte del Estado de Bienestar Europeo, en sus versiones nacionales. En consecuencia, un torrente de centenares de miles de millones de euros discurren desde la sanidad y la educación públicas, las pensiones, los subsidios de paro y de bienestar social, hacia las insaciables entidades financieras, poseedoras de la deuda acumulada por los distintos países, después de haberla propiciado, tanto en el sector público como principalmente el sector privado, el más oneroso de todos. ¿Y porqué este incesante flujo monetario transita desde los bucólicos prados de los derechos ciudadanos, hacia el infernal abismo sin fin de las entidades financieras?. Pues para garantizar el cobro de las deudas en poder de la banca, fundamentalmente alemana. Las pérdidas bancarias conviene que se socialicen, por el bien y subsistencia futura del estado de bienestar, defienden desvergonzadamente los adalides del libertinaje económico.

Los caritativos e ingenuos ciudadanos de Europa, esquilmados por las mágicas artes del hada Ángela y sus pérfidos siervos, con las bolsas vacías de miserables pesetas, dracmas, libras, escudos o liras  y la esperanza y seguridad truncadas por el forzado altruismo -en Euros- que les han impuesto, empiezan a sentir una creciente indignación. Este nuevo estado de alteración anímica que manifiestan puede desembocar, a poco que se les provoque, en un estallido de incontenible furia. Y en Europa, la furia acaba cuajando en belicosidad. Los culpables serán, además de Nosferatu, los timadores Merkel, Schäuble, Juncker, Draghi, Monti, Rajoy, Montoro y otros. Prefirieron chupar la sangre de sus conciudadanos y someterlos al "timo del rehén", para mayor gloria y beneficio de bancos, mercados, prima de riesgo y agencias de especulación, antes que salvaguardar los avances, la seguridad y la justicia social que representan el estado de bienestar europeo. Pero cuando amanezca, cuando el sol comience a disipar las tinieblas que ahora nos envuelven, todos ellos se esfumarán y apenas dejarán como herencia de su paso por este Mundo, míseras y sucias cenizas.




dilluns, 20 d’agost del 2012

CONFRONTACIÓN, CHIRRIDOS Y CHOQUES.

El nerviosismo entre las filas del nacionalismo español va in crescendo. El Partido Popular es plenamente consciente que el catalanismo ha decidido tomar las riendas de su propio destino. Las ansias de independencia en Catalunya no paran de crecer y robustecerse. Resultan ya imparables. En consecuencia, los populares no tienen más argumentos políticos para combatir lo inevitable que la amenaza, la critica desmesurada y una desaforada demonización contra aquellos que solo deseamos que nuestra nación, Catalunya, alcance por fín la libertad, la justicia y recuperar la prosperidad económica y social, hurtadas y malbaratadas durante los pasados trescientos años, a causa de los intereses coloniales españoles. Los últimos tres siglos han sido para Catalunya un auténtico via crucis, jalonado de persecución lingüística, colonialismo cultural, acoso judicial, expolio económico, imposiciones administrativas y sometimiento político a la España genuinamente castellana. Catalunya, como cualquiera otra colonia que haya existido, ha tomado plena conciencia del perjuicio que la metrópolis española, ha causado y causa a los ciudadanos que la habitan. Ha sido y es imposible convivir en paz, con respeto, prosperidad, libertad y justicia, subsumidos dentro de un estado agresivo y profundamente hostil. Un estado ensimismado en sus complejos, intolerante a la diferencia y avasallador con las lenguas y culturas no castellanas. Un estado egoísta, ávido de riquezas ajenas y predispuesto a la ostentación, ensoberbecido por un pasado construido por la fuerza de la espada y la cruz. Mandobles y estacazos como argumentos de conquista, dominación e imposición.

El nacionalismo ultramontano que practica el Partido Popular, en la actualidad sin el menor disimulo, deviene como una interminable sucesión de amenazas y chantajes hacia Catalunya, en un desesperado y vano intento de parar lo imparable. Rajoy, Montoro, Cospedal, Sanchez-Camacho, Beteta, ... Todo personaje popular que se precie y se crea minimamente legitimado, por el partido o el Gobierno, no ahorra críticas, reconvenciones, impertinencias y manipulaciones contra Catalunya y la Generalitat, a la espera que sirvan para frenar los impulsos soberanistas que tan desinhibidamente manifestamos los catalanes. Al fín y  al cabo, los catalanes hablan catalán, para fastidiar, piensan algunos españoles con el estupor reflejado en el rostro. ¿Como es posible que prefieran su idioma, pudiendo utilizar el castellano?, se preguntan estupefactos. ¡En el Estado solo existe la nación española!, exclaman con feroz altanería. En definitiva, ante el catalanismo, los nacionalistas españoles ven alterados sus esquemas mentales, sienten violentadas sus creencias y principios y perturbada la cosmovisión de su irreal mundo.

Alicia Sanchez-Camacho ha lanzado el enésimo ultimátum a Artur Mas. Amenaza con retirar el soporte parlamentario si no abandona la agenda de confrontación. "No juegue con fuego", espeta. Por fín parece que se ha dado cuenta cuales son los vientos que soplan en Catalunya. "Si el Gobierno de CiU solo tiene como prioridad una agenda de confrontación y enfrentamiento con el Gobierno de España y una agenda donde la prioridad sea llevar a Catalunya a la separación de España, el PP no podrá dar soporte". La señora Sanchez-Camacho muestra con estas palabras la desazón que la acongoja. Afloran en ella todas las frustraciones y complejos inherentes a la condición de genuino nacionalista español. Catalunya, no olvidemos, es considerada por los españoles de bien, como una mera región de España, a la cual debe extirparse cualquier signo visible que pudiera ser percibido como no estándar, es decir, fuera de los cánones secularmente establecidos como propios de la hispanidad. Por ejemplo, siempre y a toda hora, la lengua catalana -odiosa característica a eliminar-. Y en nuestros días, además, el non nato pacto fiscal. Esta reivindicación ha pasado al primer lugar en el secreto ranking de espantos españoles. Así parece desprenderse por las reacciones desatadas en muchos dignatarios populares. Por ejemplo, la atribulada secretaria general de PP, María Dolores de Cospedal: "Ahora no es el momento de las reivindicaciones nacionalistas ni de los chantajes y las amenazas". "Estas actitudes son las que tanto daño hacen a la imagen exterior de España", proclama sin ruborizarse, al tiempo que afirma que no es momento "de la desunión, sino que es tiempo de la unidad y de luchar todos juntos". 

La petición de justicia fiscal para Catalunya es calificada como chantaje y amenaza. ¡Y tanto el uno, como la otra son de utilización habitual y normalizada en el seno del Gobierno de España y del partido que lo sustenta!. ¡Qué son sino las invectivas del ministro Montoro, las advertencias del secretario Beteta o las indefiniciones del señor Rajoy!. El secretario de Estado, Antonio Beteta acusa a las comunidades autónomas de "cometer el error de querer ser mini-Estados". ¡Y lo dice uno que fué virrey de finanzas en el Gobierno de la Comunidad de Madrid  (cuna del escándalo BANKIA y escenario principal del inconmensurable caso Gürtel)!. Consejero responsable (y artífice necesario) de la ocultación del 50% del déficit público de la autonomía madrileña. Mano derecha e izquierda de la presidenta de la comunidad auto-calificada como faro, guía y ejemplo de buen gobierno, bajo el reinado de la aristocrática y dicharachera Esperanza Aguirre. Del daño a la imagen exterior de España saben un montón  Montoro, De Guindos y el mismísimo Rajoy, además de Aguirre y Beteta. La idea de unas comunidades autónomas culpables de todos los despilfarros, excesos y déficit del mundo mundial, la han exportado especialmente estas personalidades con la ayuda del resto del ejecutivo español, bajo la guía, estímulo y publicidad de la prensa de ámbito nacional y destacados periodistas de ámbito madrileño, adscritos a la popular caverna mediática. Todos ellos más dispuestos a vaporizar el título VIII de la Constitución, que trabajar a favor de la superación del crac económico del Estado. Crisis económica que merced a su inestimable participación, ha devenido también como política, social e institucional. Y es bueno recordar que el rescate europeo solo afecta a las finanzas. La política -los políticos-, la sociedad y las instituciones deberán ser rescatadas por los españoles. Y por el momento, esto parece fuera de su alcance e intenciones.

Y bien. Después de toda esta ostentación nacional-españolista, rancia y cutre, exhibida por el Gobierno de España, por los populares y también por muchos supuestos socialistas, ¿como reaccionan la Generalitat y las formaciones políticas inequívocamente catalanistas?. En principio, los partidos denuncian el burdo intento de dividir a la sociedad catalana para propiciar la confrontación en su seno. Los argumentos utilizados por las huestes conservadoras (y progresistas) en su combate anti-pacto fiscal, ha merecido la contundente respuesta de Jordi Turull, portavoz de CiU en el Parlamento catalán: "Yo les invitaría a enseñar este argumentario a sus compañeros del País Vasco, a ver qué piensan ellos". El resto de formaciones catalanas se muestran asimismo inflexibles con las intenciones españolas de aplicar la vieja táctica de divide y vencerás dentro de la sociedad catalana. Ante la previsible ruptura de las relaciones políticas entre populares y convergentes, el gobierno catalán está explorando nuevas alianzas -fundamentalmente con ERC- para afrontar el duro embate con el Estado español, durante la posible negociación del pacto fiscal y, caso de fracaso (lo más probable), la convocatoria de elecciones anticipadas de carácter plebiscitario, que servirán para recavar de la ciudadanía los apoyos mayoritarios para la consecución del anhelado estado propio. "Una opción ante esta posibilidad -el fracaso- sería la expresión de la soberanía del pueblo de Catalunya y un posible escenario sería avanzar las elecciones", ha declarado Josep Rull, secretario de organización de CDC. Este proceso hacia la autodeterminación del pueblo catalán, resulta el escenario más factible -y más honesto- ante el encontronazo que se está produciendo entre la Generalitat y el Gobierno del Estado. Entre Catalunya y España.

Este escenario de confrontación también es contemplado por periódicos como El País  y La Vanguardia, en sendos artículos publicados el domingo 6 de agosto. Incluso el Financial Times, el 15 de agosto, bajo la firma de David Gardner, publica un largo y documentado articulo titulado España: La autonomía bajo el fuego, que menciona el revisionismo autonómico del PP como la causa principal de las tensiones entre regiones y gobierno central, política que aviva el independentismo. Denuncia que los populares ideologicamente detestan el sistema autonómico, que quieren reducir y recentralizar. Estas intenciones "pueden socavar el acuerdo constitucional que llevó a España de la dictadura de Franco a una democracia vibrante y avivar la demanda de independencia del País Vasco y de Catalunya". David Gardner añade "en Catalunya el clamor por la independencia se ha desplazado de la periferia política a las personas con corbata". El periodista explica que el déficit fiscal catalán asciende a 18.000 millones de € y recoge opiniones de políticos y economistas que afirman que el Gobierno catalán quiere unas competencias que no caben en España y que el Gobierno del Estado no solo rechaza esta mayor demanda de autogobierno, sinó que aprovechará para reducirlo.

Todo nos conduce al choque de trenes. No es probable que nadie quiera aflojar la marcha. El  agudo chirrido de máquinas a toda velocidad sobre los raíles se empezará a oir con nitidez y creciente estruendo a partir del próximo 12 de septiembre, día después de la gran manifestación independentista celebrada en la Diada Nacional de Catalunya.  Y será así puesto que España no frenará; por egoismo, por intransigencia y por soberbia. Los catalanes no lo haremos por avidez de justicia, por dignidad nacional y por perentoria necesidad económico-financiera. Catalunya no puede continuar como hasta ahora. Hacerlo, seria el fín como nación. Y España deberá aprender a vivir sin Catalunya. Es de esperar (y desear) que los españoles aprovechen la coyuntura para regenerar la vida política, económica, social e institucional de su Estado. Por nuestra parte, en Catalunya estaremos muy ocupados en aprender a vivir disponiendo de la totalidad de nuestros propios recursos económicos, con una legislación y una judicatura a nuestro favor, con una renovada actividad política y con un nuevo y joven Estado favorable, al servicio de nuestra Nación. En paz y libertad. Soberanos e independientes. Como nuestros vecinos, franceses y españoles. Como el resto de las naciones libres y soberanas de Europa y del resto del Mundo.

dilluns, 13 d’agost del 2012

12 DE SEPTIEMBRE DE 2012.

El M.H.S Artur Mas i Gabarró, 129º Presidente de la Generalitat de Catalunya, ha hecho un llamamiento a toda la sociedad para que el próximo 11 de septiembre se manifieste masivamente para reclamar el pacto fiscal al Gobierno de España. Para desgracia del M.H.S., la mayoría de ciudadanos catalanes hemos decidido que la fiesta nacional de Catalunya esté dedicada a exigir la independencia de nuestra exhausta y hastiada Nación. Somos muchos los que no creemos posible que España atienda las reivindicaciones catalanas, puesto que hacerlo significaría que dejarían de disponer a su antojo y para sus caprichos, más de 16.000 millones de € en impuestos catalanes que van a Madrid y no retornan jamás. Año tras año. Por tanto, el llamado pacto fiscal catalán, nunca verá la luz en los mismos términos que disfrutan el País Vasco y Navarra. "El concierto para Catalunya haría inviable España", proclaman, no sin razón, sus más significados detractores. Al fín y al cabo, en la mentalidad del nacionalismo español, Catalunya solo puede alcanzar y disfrutar aquello que puedan emular el resto de autonomías. Es decir, si se concede el concierto a Catalunya, este deberá ser extensible al resto de comunidades. "Si Catalunya lo tiene, nosotros también", repiten mecánicamente. Lo cual resulta impracticable e inasumible para España. A la vista de todo ello, son comprensibles las preguntas que nos hacemos muchos catalanes: ¿Porqué perder el tiempo pidiendo algo imposible de conseguir, por las buenas?. ¿Porqué no ir directamente a la independencia, aunque sea de forma unilateral, por las malas?.

Además de estas imposibilidades económicas (y metafísicas) según el punto de vista español, existen otras de cariz estrictamente mediáticas. Como son las profusamente manifestadas en los medios de comunicación cavernarios. Por ejemplo, el diario ultra-liberal El Mundo -una vez más-, dedica su editorial para acusar a Artur Mas de ser irresponsable, ante el llamamiento efectuado para que los ciudadanos se manifiesten a favor del pacto fiscal. "Mas agita la calle de forma irresponsable". "Las palabras de Mas llamando a los catalanes hacer suyo el clamor a favor de un nuevo modelo fiscal y expresar su malestar en la calle es una grave irresponsabilidad". Considera que "Mas, que ha enviado una carta a Rajoy con sus exigencias, instiga al mismo tiempo a la sociedad catalana para que Madrid entienda que la suya es la petición de un país entero". "La política no se hace con disturbios sino con argumentos. Y existen, y poderosos, para negar las pretensiones de Mas".  Pedro J. Ramirez dixitAlea jacta est, para el pacto fiscal catalán. Por cierto, ¿cuales son los poderosos argumentos que existen para negar a los catalanes lo que PP y PSOE defiende encarnizadamente para vascos y navarros?.

El mismísimo Mariano Rajoy -no olvidemos, actual presidente del Gobierno de España- ya ha declarado como no prioritario el pacto del señor Mas. "Lo prioritario, lo que es necesario e imprescindible, es ir en la misma dirección, y el resto no tiene mucho sentido en este momento". "El problema de la Generalitat no es el sistema de financiación, sino que ha caído la recaudación de impuestos". Rajoy, como buen y socarrón gallego, remata: "Si alguien me quiere ver... en fín... yo ya me he visto con Artur Mas y no tengo ningún problema en volver a verlo, como a cualquier otro presidente de comunidad autónoma, ya los he visto a todos menos el de Asturias". Esta es la consideración que le merece al Gobierno de España el pacto fiscal para Catalunya: ninguna. Más claro, agua.

España tiene mucho que perder si Catalunya alcanza el concierto económico. España no está dispuesta a prescindir de la gallina de los huevos de oro. Sus egoístas intereses económicos prevalecen sobre el sentido común. Van más allá de lo que pueda ser justo, equitativo, cabal.... ¡Por Dios bendito!. ¿Cree el señor Mas por ventura que el hecho que Renfe invierta más en Madrid que en Barcelona, tiene algo que ver con un mínimo sentido de justicia o equidad?. ¿O tal vez cree que es producto de una simple casualidad?. En los últimos veinte años, en Madrid se han construido 84 km de nuevas líneas, 17 km. de nuevos túneles y 20 nuevas estaciones.Todo ello en la red ferroviaria de cercanías. El afán inversor del Ministerio de Fomento español en Barcelona, durante este mismo periodo de tiempo, se reduce a 5 estaciones; ni nuevas líneas, ni nuevos túneles. Cinco míseras estaciones, en veinte años. La inversión comprometida, trasmutada en deuda reconocida -y morosa- por el Ministerio de Fomento e incluyendo la disposición adicional tercera del todavía vigente Estatuto de Autonomía, asciende a día de hoy a 6.700 millones de €. ¡Y subiendo imparablemente mes a mes!.

Según titula el periódico nacional-españolista ABC"CiU se atreve a amenazar a Rajoy con su dilema: O pacto fiscal o independencia". Recoge las declaraciones del dirigente convergente Josep Rull, quien afirmó que "la denegación por parte del Gobierno español del pacto fiscal sería la condición necesaria y suficiente para convocar un referéndum de autodeterminación... o unas elecciones anticipadas con carácter plebiscitario...". No es complicado adivinar qué tipo de comentarios provocaron estas afirmaciones, entre los lectores digitales del diario conservador por antonomasia de la caverna madrileña. Son sólo comparables a la locura catalanofóbica desatada con motivo del reciente incendio forestal acaecido en el Alt Empordà.

El Gobierno de la Generalitat y la coalición que lo sustenta, deben saber que es una total e indignante pérdida de tiempo seguir insistiendo en ofrecer pactos, acuerdos, negociaciones, propuestas y pedagogía, a quien solo está dispuesta -España- a imponer su santa voluntad y según sus particulares intereses. Con cargo y a expensas de Catalunya y de los catalanes. Si nos ceñimos al aspecto económico, esta deriva ridículamente pactista del catalanismo político, ha costado  a todos los catalanes desde 1986 hasta 2009 -últimos datos conocidos-, la friolera de 214.000 millones de €, que se han evaporado de Catalunya y han licuado en España. La magnitud del expolio sufrido no admite comparación ni siquiera con los fondos europeos que España ha venido recibiendo tan generosamente desde que se adhirió a la Unión Europea. Cada ciudadano catalán pierde 43 céntimos, por cada euro que España recauda en Catalunya. El Gobierno de Madrid debe en la actualidad 8.700 millones de € comprometidos en infraestructuras, fondos de competitividad y disposición adicional tercera de los años 2008 y 2009; sin contar con el incumplimiento, ya sistemático, de esa misma disposición los años 2010, 2011 y 2012. El Estado español, al objeto de cumplir con los compromisos adquiridos en materia de déficit, además, ha decidido dejar de aportar a Catalunya 76 millones de € correspondientes a la Ley de Dependencia, puesto que España sí cumple con los objetivos de déficit, mientras la comunidades autónomas tienen el déficit descontrolado. El Estado español no solo roba a los catalanes; también es el principal causante de la morosidad que padece Catalunya. A los estudiantes universitarios catalanes, la matricula les aumentará un 51%. Asimismo, recibirán un 30% menos becas que el resto de estudiantes del Estado. La guinda del pastel son los peajes de las autopistas. Han aumentado un 7,5%, para compensar a las quebradas empresas concesionarias de las autopistas de peaje radiales madrileñas. Recordemos que en Catalunya apenas existen vias alternativas libres de peaje, como si ocurre en España, con las carreteras nacionales convertidas en autopistas gratuitas. Los catalanes pagamos a la fuerza 95 € cada año por peajes. La media de lo que pagan los españoles voluntariamente, apenas es de 30 €/año. ¿Se entiende ahora la campaña #novullpagar?.

La deuda total de Catalunya se eleva hasta los 42.000 millones de €. Los vencimientos de este año son 5.800 millones de €. Si Catalunya hubiera dispuesto del concierto económico a semejanza del País Vasco, entre 2007 y 2011, la Generalitat hubiera pagado al Estado Español poco más de 25.000 millones de €. Con el sistema de financiación vigente, en este mismo periodo, España ha sustraído de los bolsillos catalanes 71.000 millones de €. No hay color ni discusión posible sobre qué le interesa a Catalunya. Por supuesto, la plena soberanía fiscal. Con ella, se podría reducir al mínimo la deuda y seria innecesario proseguir los draconianos recortes en educación, sanidad, salarios de empleados públicos, dependencia, pensiones, subsidios de paro, etc....

La prensa internacional tiene muy asumido que el futuro de Catalunya pasa por conseguir la independencia. El último diario que así lo manifiesta es el milanés Il Vostro Quotidiano. "Madrid hunde Catalunya", titula. Se pregunta, "¿Como se salvará uno de los cuatro motores de Europa?. "... el principado paga muchos impuestos y recibe poco. ¿Pasar al régimen foral o decir adiós España?. Entretanto existe una marcha hacia Bruselas, para reclamar la independencia". En el articulo, firmado por Marco Gargini, se diferencia con nitidez entre la perversidad del régimen de financiación común -Catalunya- y las ventajas del foral -Pais Vasco y Navarra-. Escribe contundentemente que"Catalunya podría ser comparada con una vaca". Asegura que Madrid  nos "ha ordeñado tanto que al final, de las ubres solo sale sangre". Concluye su análisis, afirmando: "No se puede ordeñar una vaca indefinidamente y, además, la vaca catalana ha de afrontar dos obligaciones: la propia, que no es específicamente por su negligencia -como así es, en cambio, en el caso de Sicilia- y la de España, que obliga a los catalanes a pagar los impuestos a Madrid y solo una pequeña parte vuelven a Barcelona". Yo me permito añadir que esta pequeña parte que vuelve, lo hace tarde, mal y notablemente menguada.

Pues bien. Si los catalanes sabemos que la solución a muchos de nuestros problemas se encuentra en la independencia. Si la prensa internacional se hace eco de las injusticias que sufrimos en manos de un Estado que nos resulta hostil, agresivo. Si la opinión más extendida es que la independencia de Catalunya es absolutamente viable. ¿Porqué seguir sufriendo en manos de gobiernos españoles, incapaces de resolver las contrariedades que se le presentan?. España necesitará la intervención de los hombre de negro europeos, de la mano del BCE, Merkel, FMI y UE, para que resuelva sus problemas político-económicos. ¿Porqué seguir negociando indefinidamente la utilización de recursos fiscales generados en Catalunya, con un Estado que sólo piensa en sus recentralizados intereses españoles, marginando a los ciudadanos y primando a los empresarios, incluso aquellos de demostrada negligencia e ineptitud profesional?. ¿Porqué  seguir aguantando injusticias, expolios, acosos culturales, presiones judiciales (lingüísticas), falta de inversiones, agresividad mediática, extorsiones, discriminaciones e intolerancias políticas?. ¿Es que acaso somos masoquistas?. Por supuesto que no. Rotundamente, no. España no solo expropia nuestros impuestos. También persigue nuestra lengua, menosprecia nuestra cultura y desatiende nuestras necesidades, tanto individuales, como colectivas. España no reconoce la realidad nacional de Catalunya; quiere aniquilar la idiosincrasia, la personalidad y la identidad propias de Catalunya, puesto que no son castellanas. Es decir, Catalunya no es España. Catalunya, para nuestra desgracia, está en poder de España.

La Diada Nacional de Catalunya de este año marcará un hito en la lucha por la libertad del pueblo catalán. Esta lucha se inició en Barcelona el 12 de septiembre de 1714, el primer día de la ocupación de Catalunya, después del cruel asedio de las tropas castellanas de Felipe V. Casi trescientos años de ocupación española verán próximamente el final. Atrás quedarán los atropellos, las injusticias, las manipulaciones y falacias que España ha venido utilizando hasta nuestro días, contra Catalunya, en una macabra danza de seducción y sometimiento. El principio de la batalla para alcanzar la plena libertad nacional de Catalunya, se reiniciará nuevamente un 12 de septiembre.... de 2012. Ya que los catalanes, además de prosperidad, justicia y libertad e independencia, también queremos ser felices. Y dentro de España, es imposible.








dimarts, 7 d’agost del 2012

PERVERSIÓN, DESESTABILIZAR, PLANTES Y SOBERANÍA PLENA.

"Los catalanes se han visto obligados por las perversidades del sistema tributario de España a solicitar un rescate, aun cuando subvencionan al resto del país (España)". Esta es la denuncia que efectúa The Telegraph cuando analiza la situación económica del Estado Español, que considera "más sombría con cada informe". También recoge las palabras de presidente catalán, Artur Más, que "advirtió que la nación de Catalunya se levantaría si Madrid intenta aprovechar los acontecimientos para hacer retroceder los poderes regionales. Estamos entrando en aguas muy peligrosas".

El colectivo Coronel Escofet, del Servei d'Informaciò Català, alerta que la situación política y social se está tensando como nunca había ocurrido en los últimos 40 años. Insta a permanecer atentos porqué se han establecido coincidencias sospechosas en las actuaciones de los aparatos judiciales y las fuerzas de seguridad del Estado, que pueden atribuirse al hecho de encontrarnos ante una bien planificada ofensiva con el objetivo de "dar un toque" -ablandar- sobre algunos dirigentes y fuerzas soberanistas. Basa su fundamentada teoría en todo lo acontecido durante la huelga general del 29 de marzo, la detención del ex-consejero Ausàs (por presunto contrabando de tabaco), así como algunos operativos de las fuerzas de seguridad españolas y de la inteligencia del Estado, obsesionados con ciertas instituciones y personas; e informaciones convenientemente manipuladas y filtradas a la prensa sobre la policía catalana, culminado todo el proceso con la irrupción de un juez y la policía española en el complejo central de los Mossos d'Esquadra en Sabadell. Todo ello, según el SIC, crispa la situación y son elementos de desprestigio y ataque a la policía de Catalunya.

El diario catalán El Punt/Avui se hace eco de una serie de preguntas que se formula el periodista Jaume Clotet, acerca de las (increíbles) casualidades producidas sobre algunos hechos curiosos y que resultan cuanto menos sospechosos. Como podrían ser la fianza impuesta a CDC (3,2 millones €), sin aparecer siquiera como responsable en el caso Palau, más allá de las sesgadas y partidistas acusaciones periodísticas; y la filtración de la interlocutoria judicial a los medios de comunicación, antes que a Convergència Democrática. O la elevada fianza exigida contra el ex-consejero Ausàs (ERC) por supuesto contrabando de tabaco (145.000 €), en comparación a la exigida a dos terroristas del Grapo (10.000 €), acusados del secuestro y muerte de Publio Cordón. Estas y otras cuestiones merecen su atención, como por ejemplo las reacciones cosechadas por la prohibición de las corridas de toros en Catalunya, comparando la ausencia de críticas y escasa repercusión de esta misma prohibición en Canarias, ya hace años; o porqué todos los trenes de alta velocidad son prioritarios, excepto el que conecta Catalunya con Europa; o sobre las delegaciones catalanas en el extranjero etiquetadas como un despilfarro económico -con un coste por habitante y año de 4,59 €-, mientras las de Galicia (3,90 €), Andalucía (16,62 €), Valencia (6,29 €), o Madrid (4,91 €), son calificadas como una inversión. Por cierto, Navarra (38,28 €) y País Vasco (28,51 €), son caso a parte por disfrutar del concierto económico. Existe una pregunta cuya respuesta a mi también me intriga: "¿Porqué el Instituto Ramon Llull es cuestionado a causa del "despilfarro" que representa, por los mismos que ensalzan la actividad del Instituto Cervantes, cuyo presupuesto lejos de disminuir por la crisis, aumenta año tras año?". Jaume Clotet concluye su articulo: "Cuando yo era corresponsal de este diario en el País Vasco, las fuerzas de seguridad del Estado tenían desplegados 300 agentes en servicios especiales, es decir, sin uniforme y con la misión de espiar, infiltrar y torpedear el independentismo vasco. Los diarios han publicado que, con el fín de la actividad de ETA, el gobierno español ha girado los ojos hacia Catalunya y ha trasladado docenas de agentes desde tierras vascas hasta nuestro país. Ya han puesto manos a la obra".

No se trata de locas teorías de la conspiración, puesto que los interrogantes que se plantean ante este cúmulo de coincidencias, son reveladores. Por no mencionar los furibundos ataques catalanófobos desatados con inusitada frecuencia e intensidad en las redes sociales por cualquier excusa, atribuidos a los ultra-españolistas. Los últimos, con motivo del incendio del Alt Empordà. Existe el antecedente de la llamada Milicia Catalana -grupo de extrema derecha español-, que reivindicó los incendios provocados en Montserrat en 1986. Así mismo, las palabras recogidas en The Telegraph acerca de la advertencia del señor Mas, resultan altamente aclaratorias sobre la disyuntiva en que se encuentra la Generalitat de Catalunya. El señor Mas deberá elegir entre saltar el muro que ha levantado el Estado alrededor de Catalunya, o no hacerlo y rendirse ante el acorralamiento español. Diversos intelectuales catalanistas aconsejan que tenga el valor y la audacia suficientes y rompa con el gobierno del señor Rajoy y en definitiva, con el Estado Español.

En efecto, la única alternativa digna y justa que le queda a Catalunya es enfrentarse al acoso recentralizador español con absoluta contundencia. Así parece que lo entiende el propio señor Más, cuando afirma que una eventual intervención provocaría una "ola de cólera y de protestas" en el seno de la sociedad catalana. "No solo sería yo que me opondría, sino todo el pueblo de Catalunya. Sería el colmo que los territorios que más contribuyen y que más adelantados están aplicando políticas de austeridad, fueran los intervenidos políticamente". Concluyó advirtiendo que "estamos en un momento en que casi todo está amenazado y Madrid podría aprovechar la excusa de las grandes dificultades para ir a operaciones de recentralización".


Señor Mas: Catalunya ya está intervenida de facto (como España lo está por la UE). ¿No ha recibido el recado que ha mandado el señor Montoro a través de las conclusiones aprobadas -impuestas- en el último Consejo de Política Fiscal y Financiera de las comunidades autónomas?. Reunión tan rimbombante como prescindible. ¿No escuchó las conminaciones, requerimientos y amenazas que profirió este ministro, que cada día que pasa se parece más a Nosferatu el vampiro, tanto en el fondo como en las formas?. ¿Acaso no se ha percatado que el vampirismo que practica España con Catalunya nos conduce inexorablemente a la mortal inanición por desangramiento?. Resulta irrelevante plantar al Ministro de Hacienda y Administraciones Públicas. Es inutil exigir la rectificación del techo de déficit autonómico, apelando a la justicia y al sentido común; ambos atributos son notablemente extraños en el proceder del Gobierno de España. Cualquier pretensión de negociación y pacto entre Catalunya y España, está condenado al más rotundo fracaso. Incluido el pacto fiscal. Ya lo dice el señor Rajoy: "El problema de la Generalitat no es el sistema de financiación, es la menor recaudación de impuestos". Especialmente si, además, los menguantes impuestos recaudados sufren una abrupta minoración añadida a causa del expolio fiscal que sufrimos los catalanes. España hace días que ha iniciado su particular cruzada contra las crecientes ansias de soberanismo en Catalunya. Su guión, su hoja de ruta es tan clara e inamovible, como evidente e inquebrantable: ahogo financiero, acoso judicial, extorsión política, inmovilismo administrativo y el Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial de España aplastando cualquier pretensión soberanista de Catalunya. Esta particular guerra del ejecutivo español, no solo recibe el entusiasta apoyo del Partido Popular en pleno, también de buena parte de los socialistas e instituciones españolas. Es una batalla impulsada, guiada, bendecida y publicitada por los medios de comunicación recalcitrantemente españolistas. Por ejemplo La Razón, con la apabullante exhibición de la enseña española que efectúa cada dos por tres en primera plana, por mínimos motivos y  abundantes sinrazones. Asimismo, el diario ABC y sus continuas denuncias sobre el supuesto victimismo catalán y la inexistencia de agravios comparativos entre comunidades y de estas con el Estado. No desaprovecha la ocasión, empero, para ensalzar la generosidad de la Comunidad de Madrid en la aportación (¿?)  de 384 € por madrileño, frente los 95 € por catalán, a un desconocido fondo de garantía para los servicios básicos (¡¿?!). Concluye su disertación sobre los agravios comparativos con la siguiente frase: "No es bueno entrar en este debate de cifras, porqué prima el interés nacional, pero resulta inevitable ante los que siempre se creen acreedores". ¿No es bueno debatir sobre cifras, por ejemplo, sobre el expolio fiscal de más de 16.000 millones de € que sufrimos los catalanes cada año?. No es bueno, puesto que prima el interés nacional de.... ¡España!. Y porqué los expoliados (acreedores) son los ciudadanos catalanes. Por su parte, El Mundo insta al Gobierno de España a dejar de aportar liquidez a Catalunya y poner en marcha los mecanismos necesarios para su pertinente intervención. Se permite responsabilizar indirectamente a las comunidades autónomas, y especialmente a Catalunya, por la fuga de capitales en los cinco primeros meses de este año, que asciende a 160.000 millones de €. "Ante estos datos, es una provocación la respuesta de Catalunya -el plante catalán a las medidas impuestas en el último Consejo de Política Fiscal-. Pero es que, además, el gobierno está garantizando la solvencia de las comunidades y la Generalidad acaba de pedir el rescate del Estado, ante la imposibilidad de pagar siquiera las nóminas de sus funcionarios".


Banderas rojigualdas, acusaciones de victimismo, desprecio ante los evidentes agravios, restricciones a la liquidez catalana y mentiras. Muchas mentiras y manipulaciones. ¿Acaso el Gobierno de España garantiza la solvencia de la Generalitat a base de resultar moroso ante las obligaciones financieras del Estado para con Catalunya y los catalanes?. Estos son los argumentos nacionalistas que exhibe España. Esta es la política que emplea el Gobierno contra Catalunya. Y por lo visto, hasta el momento está resultando plenamente satisfactoria para España. El propio conseller Mas-Colell, recientemente declaró en sede parlamentaria: "O el Gobierno de España y la institución a la cual contribuimos con muchos impuestos -yo diría, con exceso de impuestos- nos envían liquidez, o los impagos se repetirán cada mes si el Estado no activa ya el fondo autonómico". ¡Déjà vu entre las relaciones de Catalunya y España y de España y la Unión Europea! 


El Gobierno Catalán no puede seguir perdiendo el tiempo, a la espera de la buena voluntad de España. No mejorará la solvencia catalana con fondos de liquidez que todavía no existen. No puede esperar  ni comprensión, ni justicia, ni ayuda del Estado. Antes al contrario, como resulta evidente, cabe esperar hostilidad, chantajes, coacciones, agresiones y mentiras. España está decidida a acabar, cuanto antes, con el autogobierno de Catalunya. Y a Catalunya solo le queda un camino, si quiere sobrevivir. Esto es, audacia, valentía, inteligencia y sentido de justicia. Es cuanto necesitamos para alcanzar la libertad, la soberanía. La independencia, que tanto nos apremia. Y lo primero, la puesta en marcha de la auténtica Hacienda propia de Catalunya, bajo control exclusivo catalán. Los catalanes, tanto las personas físicas como las jurídicas, nos encargaremos de pagar nuestros impuestos y cotizaciones sociales a ella; y la Generalitat se encargará de la redistribución, prescindiendo de la opinión del Gobierno de Madrid y de las altas instituciones españolas. La falta de liquidez quedaría borrada de un plumazo. Audacia, valentía e inteligencia. Es todo.