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dimarts, 8 de maig del 2012

BRISAS DE ESPERANZA, VIENTOS DE LIBERTAD.

"Merkozy ha muerto. ¡Viva Hollande!". Esperemos que las drásticas medidas económicas restrictivas que hasta ahora exigía el recién fenecido directorio europeo, pasen a formar parte de los (malos) recuerdos y sean sustituidas por esperanzadores nuevos impulsos, que prioricen y fomenten la actividad económica y la creación de puestos de trabajo, ante las draconianas y unívocas políticas de recortes y austeridad mantenidas hasta la fecha. En definitiva, que permita a los ciudadanos de Unión Europea vislumbrar, por lo menos, una tenue luz al final del túnel en que nos encontramos metidos, para aliviar el explosivo y creciente malestar que nos invade a todos. A los del sur, por los recortes en las políticas de bienestar. A los del norte, por los elevados costes económicos de esas políticas. A todos, víctimas de la intransigencia y avaricia ilimitada de los mercados.

En Catalunya, el previsible cambio positivo que monsieur Hollande impulsará junto frau Merkel, aunque sea somero, vendrá condicionado por la voluntad, criterios y prioridades del Gobierno de Madrid. El señor Rajoy tiene una peculiaridad que le caracteriza. Y no me refiero solo a su condición de gallego. Además del galleguismo que exhibe el presidente, el Gobierno español y el Partido Popular están aprovechando la feroz crisis que padecemos, para cambiar (amputar) el modelo de Estado de Bienestar Social, los derechos y relaciones laborales y sindicales y las comunidades autónomas. Estos paradigmas que hasta la fecha han regido el devenir entre ciudadanos y administraciones, y estas entre sí, son los que están siendo cuestionados por el Partido Popular. Es previsible que las intenciones iniciales gubernamentales no sufran grandes cambios por causa de las nuevas prioridades europeas, puesto que las privatizaciones anunciadas (en sanidad, autopistas, emisoras de TV autonómicas, ferrocarriles, AVE, aeropuertos, etc...) y la recentralización de competencias autonómicas -ya iniciada bajo el nombre de coordinación-, no guardan mucha relación con la crisis bancaria e inmobiliaria estatal (junto a la incompetencia de algunos políticos españoles), auténticas bestias negras causantes de los gravísimos problemas económico-financieros españoles y pesadilla de los mercados internacionales. Más bien forman parte de lo que algún avispado dirigente popular llegó a calificar como "regeneración de la idea de España". De ahí el poco provecho que la feliz coyuntura europea provocará especialmente entre los catalanes. Recordemos que estamos sometidos a una indisimulada ofensiva nacionalista española, sin tregua ni cuartel de ningún tipo.

Catalunya no puede esperar del Gobierno de Madrid y del partido nacionalista que lo sustenta, ningún aligeramiento en los cuantiosos peajes que satisfacemos a cuenta de la sangrante dependencia que venimos sufriendo, por los siglos de los siglos. En nuestros días, la hispano-dependencia influye onerosamente no solo en peajes de autopistas catalanas. Bueno será recordar que el 47,5% de las vías catalanas son de peaje, mientras que, por ejemplo en Madrid, solo el 14,7% lo son; y además, deficitarias. También incide en la tasa de paro -22% en Catalunya, frente 13% en el País Vasco o 18% en Madrid-; en el incremento del IPC catalán -2,20% frente 1,9% en las dos comunidades citadas-; o el crecimiento (decrecimiento) medio del PIB en los últimos tres años (-0,88% en Catalunya, frente -0,67% el País Vasco y -0,60% la Comunidad de Madrid). Por no hablar del precio de las matriculas universitarias, muy superior en las universidades catalanas. O el trato que recibe Catalunya en los Presupuestos Generales del Estado, sin inversiones en el corredor mediterráneo, ni en la red de cercanías de Barcelona. Sin embargo, España prosigue la desenfrenada inversión en la Alta Velocidad (por ejemplo en Galicia y Extremadura), aunque resulte ignominiosamente antieconómica. En el caso de Extremadura, esta inversión (no prioritaria) nos permite entender la auténtica catadura política de su presidente, señor Monago -si tienes "collons", ven y me lo dices a la cara- (respuesta a las críticas del alcalde de Barcelona señor Trias, con motivo de la antieconómica inversión de AVE Madrid-Lisboa, en suspenso por parte portuguesa). En realidad, lo escandaloso es que las inversiones estatales en Catalunya hayan sido recortadas en un 45%. Curiosamente, tanto en Galicia como en el País Vasco, aumentan. ¿Será por ventura debido a las próximas elecciones a celebrar en ambas autonomías?. ¿De qué sirve a los catalanes ser ciudadanos de la comunidad que más contribuye al PIB del Estado -20%-, la más dinámica y exportadora y desgraciadamente, la más discriminada colectiva e individualmente?. Tal vez el señor Más deba convocar elecciones anticipadas para merecer la atención prioritaria en las inversiones ordenadas desde Madrid.

Todo esto no es lo más grave que nos ocurre. Lo realmente peligroso es el incesante drenaje de recursos que sufrimos a causa del perenne expolio fiscal que practica España contra Catalunya, contra los catalanes. Robo fiscal aderezado con acoso judicial, político y mediático, contra la lengua y la cultura de nuestro pequeño país. En definitiva, contra toda la sociedad catalana.

En tales circunstancias, resulta indignante que A. Sanchez-Camacho, presidenta del PP de Catalunya se permita declarar, sin vergüenza ni mínimo rubor, que "de ninguna manera aceptará una Hacienda propia" para Catalunya. Estas manifestaciones, unidas a otras, piden se priorice desde Catalunya la lucha contra la crisis económica (¡con las armas para hacerlo en poder del Gobierno de Madrid!); deploran que CiU haya asumido un desafío supuestamente rupturista por mor de la transición nacional anunciada por el señor Mas; o acusan que "se ha envuelto con la bandera estelada". Estos mensajes, lanzados en la clausura del 13º congreso popular celebrado este pasado fín de semana en Barcelona, no denotan otra cosa que el incremento de las hostilidades españolas, contra la Generalitat y por extensión, contra la gran mayoria de ciudadanos catalanes.

¿Como interpretar sino, la férrea defensa que los populares hacen del Concierto Económico Vasco-Navarro, y la hostilidad  que muestran hacia la Hacienda propia para Catalunya?. ¿Porqué no hay fondos  para atender la reivindicación de las deudas financieras del Estado con Catalunya y sí para inyectar 10.000 millones de € públicos a BANKIA (Caja Madrid) -buque insignia de Esperanza Aguirre?. Estos miles de millones de euros destinados a cubrir las pérdidas bancarias, equivalen justamente a los últimos recortes aprobados por el Gobierno de España, en Sanidad y Educación; a cargo curiosamente de las comunidades autónomas. ¿Qué es más rupturista, el desafío de la transición nacional del señor Mas, o el desmantelamiento (para su posterior privatización parcial) del estado de bienestar impulsada por el PP?. ¿Es feo envolverse con la estelada, pero no lo és con la rojigualda?. ¿Como puede el señor Rajoy afirmar que no es tiempo de hablar del pacto fiscal porqué no puede negociarse el reparto de miseria, a la vez que aumenta las inversiones en la construcción del mastodóntico AVE a Extremadura, a Galicia, al País Vasco...?. Y suma y sigue......

Las brisas de esperanza que soplan por Europa, aventadas por la victoria de François Hollande, llegarán a la Península Ibérica notablemente atenuadas. En Catalunya, absolutamente viciadas. El paso a través de los filtros del PP, transformarán en irrespirable para los catalanes cualquier molécula que escape a la nefasta influencia del nacionalismo español. Y esto será así hasta que Catalunya asuma que puede respirar por si misma, sin necesidad de la respiración asistida y controlada por el Estado Español; nos está asfixiando irremisible y premeditadamente. Hora es que el Gobierno de la Generalitat de Catalunya asuma sus propias responsabilidades, rompa con el Partido Popular, con el Gobierno de España, con el señor Rajoy y la señora Sanchez-Camacho y se sume a la abrumadora mayoria de ciudadanos catalanes, sabedores que gran parte de la solución a nuestros problemas (fiscales, económicos, sociales, culturales y lingüísticos), pasan por la declaración unilateral de la plena soberanía de nuestra Nación. Y la independencia es urgente y necesaria, antes que nos quedemos sin aliento. Es hora que estas brisas de esperanza se transformen en vientos de libertad.





  

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