La situación política, tanto en Catalunya como en España, esta evolucionando de manera muy dinámica. En España, el PSOE está inmerso en una vorágine sucesoria a la vez que en dictar las medidas económicas que el "directorio europeo" y los "mercados" le vienen imponiendo al gobierno español. Es realmente penoso el efecto que estas ordenes causan en España. De una parte, se pliegan a sus deseos de una forma ridículamente sumisa y servil. De otra parte, proyectan su hispana soberbia sobre los sindicatos (tan sumisos y soberbios como el propio gobierno), sobre los pensionistas y el resto de ciudadanos en general.
El PP también tiene sus propios demonios. No le basta que el señor Aznar reniegue del estado de las autonomías, es decir, del estatuto de Catalunya. El mismo señor Rajoy insta a las autonomías a sumarse a una especie de aquelarre pro-España, para que vuelva a ser UNA única nación, GRANDE y uniforme y LIBRE en el seno protector y generoso de Europa. España no olvida su glorioso pasado y el PP recuerda con nostalgia y venera a su bien remunerado líder "Ansar", pensionista y asalariado de una empresa que el mismo terminó de privatizar. Mientras, el señor Arenas se dedica a advertir a los padres andaluces que ellos no tolerarán que sus hijos sean discriminados por tener una formación exclusivamente en castellano o que "los trabajadores no puedan trabajar" por motivos lingüísticos.
El señor Arenas se dedica a mentir, ya que nadie puede obligar a los niños de Andalucía a estudiar en catalán, por ejemplo. Y que se sepa, en ninguna empresa andaluza se exige idioma distinto al castellano (y a veces el inglés, o el francés, o el mandarín). No se pide ni el maldito catalán, ni el abrupto vasco, ni el meloso gallego.
Espero que el señor Arenas no pretenda inmiscuirse en los asuntos propios de, por ejemplo, Catalunya y los catalanes, ya que si así fuera, no nos dejaría otra opción que meternos con los muchos funcionarios que "trabajan" en Andalucía, o con las subvenciones que reciben algunos terratenientes, o con el supuesto fraude que dicen se produce en el PER y mil cosas más.
Esta es la situación en España. En cambio, en Catalunya, la cosa anda mas revuelta de lo normal, entre otras razones, por las declaraciones supuestamente independentistas del M.H.S. Jordi Pujol y por los recortes que el M.H.S. Artur Mas ha anunciado, así como la conversión en banco de La Caixa.
En cuanto al señor Pujol, parece que por fin va llegando a la conclusión que el único camino que como catalanes nos queda es el de la independencia. No lo afirma taxativamente, pero no lo descarta. Pues bien, durante 23 años hizo lo posible por encajar Catalunya en España, haciendo que muchos ciudadanos de esta país rechazaran la independencia. No tengo muy claro que no se trate de un nuevo intento en ese sentido, a modo de advertencia a España de lo que "podría pasar" en caso de que no atiendan los lamentos victimistas que el señor Duran esta dispuesto a dar con el único objeto de lograr nuevamente "peix al cove".
Los recortes que ha anunciado el señor Mas parece ser que son necesarios, a la vista de la herencia que dejaron el señor Montilla y sus socios. Pero lo que no dice el señor Mas es que el principal obstáculo que tiene el gobierno de Catalunya y por tanto, los ciudadanos catalanes, es España, con su errática política económica, con la prepotencia que nos trata, con ese inaguantable desdén que muestra su gobierno hacia las necesidades de los ciudadanos catalanes. ¿Es que no sabe que el expolio que sufrimos los catalanes (22.000 millones de euros al año) significan siete veces más que lo que aporta el primer estado federal alemán en concepto de solidaridad interestatal en su país? ¡ Y se quejan al Tribunal Constitucional alemán para que revise esta excesiva contribución hacia los estados mas "pobres"!
No. Lo que Catalunya necesita urgentemente es proclamar unilateralmente la independencia. Tenemos que lograr el control de todos nuestros recursos, tanto económicos, como políticos y culturales. Necesitamos el instrumento adecuado para poder salir de esta vorágine española, que nos arrastra hacia la más absoluta de las nimiedades. Necesitamos un estado propio que nos permita vivir en paz y prosperidad. Libres y soberanos. Independientes.