Actualmente el mundo gira alocadamente alrededor de un peligroso sátrapa, megalómano, grosero y chantajista que no sabe tener la boca cerrada para dejar de proferir amenazas, insultos y desprecio hacia el resto de la humanidad. Digo que es peligroso porque parece que sus decisiones están tomadas más por el estómago que por el intelecto ni con el cerebro, como hace cualquier hombre de cualquier raza de la Tierra que sea suficientemente sensato y medianamente inteligente. Se mueve por estímulos viscerales absolutamente irreflexivos, sin calibrar las consecuencias hacia los demás, ni hacia sí mismo, que provocan esa idea fija que guía su desenfrenado talante. Detrás del America first! se esconde un terrible complejo de inferioridad que está llevando a su país a la cima de las naciones más odiadas del mundo mundial.... America alone!.
Después de todo lo expuesto ya se sabrá que me estoy refiriendo a Donald Trump, 47º presidente electo de Estados Unidos. Trump tiene declarada la guerra contra China por mantener la hegemonía económica, financiera, política y militar que se le está escapando entre los dedos. Una guerra, por cierto, que extiende al resto del mundo para fortalecerse frente al imperio chino. En definitiva, se trata de una guerra entre imperios, uno en recesión y otro en crecimiento. El arma preferida por Trump consiste en chantajear y atemorizar a todo el mundo. Incluyendo a los que hasta ahora han sido sus fieles y mejores socios y aliados: Europa y particularmente, la Unión Europea. Y lo hace cogido de la mano de Vladimir Putin, otro acomplejado con ínfulas tan imperialistas como las de Trump y Xi Jinping. En definitiva nos encontramos en manos de los tres sátrapas mayores que nunca han existido en toda la historia de la humanidad.
Pero la realidad siempre acaba imponiéndose. Trump se está viendo obligado a recular aunque sea silbando y mirando al techo. Lo de los aranceles para todos está siendo un disparo a su propio pie, porque los mercados bursátiles mundiales se hunden, las empresas de USA empiezan a desconfiar y los países están reaccionando buscándose la vida en otros lugares, lejos del inestable país gobernado por un no menos inestable gobernante. En cuanto al espacio militar, viendo que Putin se está pasando por el forro sus propuestas de tregua en la guerra de Ucrania, ahora amenaza con abandonar la mediación que dice estar haciendo. Por cierto, mediación que implicaba la rendición de Ucrania y la cesión de casi un tercio de su territorio en manos del sátrapa agresor.
En cuanto a la alianza entre Trump y Putin, toda la ventaja está siendo para el zar ruso. Putin tira la piedra -los misiles- y esconde la mano -la tregua-. Sabe que tiene todo el apoyo de Trump y nada de ganas de detener la agresión contra Ucrania, hasta conseguir aniquilarla. Por cierto, con la maligna intención de aniquilar de paso a la UE y al resto de Europa.
Mientras, el emperador chino dice que le resbalan los aranceles del 245% impuestos por Trump y prefiere ignorarlos a la manera china, a la vez que fortalece vínculos económicos y diplomáticos con otros países para sortear olímpicamente a Trump -y acólitos- que están facilitándole las cosas para culminar el adelanto hegemónico sobre su descentrado enemigo.
Una de dos: o Trump deja de escuchar su estómago y empieza a utilizar el cerebro o acabará hundiendo a USA y su hegemonía en la papelera de la historia.
El problema es que si no utiliza el cerebro, acabará desmoronando al resto del mundo con él. Es el mal que tienen los ególatras que son alentados por los serviles que le ríen las gracias.... Acaban destruyendo todo lo que les rodea.
Los dioses no lo quieran, por cierto.
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