Esquerra Republicana está vendiendo como un gran éxito fruto de la mesa de diálogo el cambio propuesto por el Gobierno sobre el delito de sedición. Parece que ahora se llamará delito de desórdenes públicos agravados. Dicen rebajar las penas impuestas y a partir de la nueva redacción los sentenciados podrán ser condenados a un máximo de 5 años de prisión y 8 de inhabilitación. El presidente Sánchez, la vicepresidenta Calviño y el portavoz socialista Patxi López coinciden y precisan que el nuevo delito favorecerá la extradición de Carles Puigdemont y de otros exiliados para que pasen cuentas ante los jueces españoles. Asimismo, ERC anuncia que está negociando con el Gobierno una modificación sobre el delito de malversación, tal y como antes había hecho con la negociación del indulto de los presos políticos, según reconocimiento explícito de Joan Tardà.
Es decir, la mesa de negociación está sirviendo para justificar ante el Mundo que los días 6-7 de septiembre (leyes de desconexión), 20 de septiembre (concentración ante la consejería de Economía) y 1 de octubre (día del referéndum) del año 2017, se produjeron unos hechos que nunca hemos reconocido como delictivos aunque por este motivo se ejecutó la destitución ilegítima del Gobierno de la Generalitat y la detención y enjuiciamiento de los consejeros que permanecieron en Cataluña, los cuales fueron condenados en un juicio farsa a decenas de años de prisión e inhabilitación. Y que al mismo tiempo provocó el exilio del presidente Carles Puigdemont y de otros consejeros que marcharon al extranjero, en calidad de exiliados políticos. Todo ello rematado con la disolución ilegal del Parlament y posterior convocatoria de elecciones, hechos que sólo podían ser tomados por el presidente legítimo de la Generalitat, el único legalmente habilitado para hacerlo.
Esto ocurrió como consecuencia de la aplicación retorcida del artículo 155 de la Sagrada Constitución Española, interpretada por políticos y jueces españoles sin principios ni ética, así como el más mínimo atisbo de ejercer verdadera Justicia ni mostrar humanidad de ningún tipo ... Fue la aplicación a la vez de la ley del embudo y del derecho de pernada, versiones 4.0.....
¿Por qué el Gobierno de Pere Aragonès, tutelado por Oriol Junqueras, acepta estas modificaciones de un Código Penal que ya ha sido manoseado antes por unos jueces inquisitoriales, que han impartido venganza en lugar de verdadera justicia?. ¿Creen que si fuera necesario no volverían a hacerlo, a pesar de todas las reformas actuales o futuras que se pudieran pactar y legislar?. ¿Por qué estas negociaciones de gobierno a gobierno, que debían centrarse en el derecho de autodeterminación y la amnistía, se han transformado en un intercambio de cromos -yo apoyo los presupuestos del estado y tú los de la Generalitat-?. ¿Por qué quieren que nos traguemos que todo esto se hace para favorecer la desjudialización de los imputados por ser independentistas, cuando la represión policial no se detiene ni en broma, ni la fiscal o judicial y que ya afecta a más de 3000 ciudadanos independentistas amenazados por estado de derecho español?.
Hay tantos porqués sin respuestas que nos impiden entender qué quiere y qué pretende el Gobierno de la Generalitat, riéndole las gracias a un Gobierno que a la mínima te levanta la camisa o te roba derechos y libertades.
Algunos dirán que lo hacen porque prefieren apoyar a un Gobierno español de izquierdas, antes de que las derechas extremas -PP, C's y VOX- lleguen a gobernar. Otros dirán que lo hacen para favorecer que Oriol Junqueras pueda presentarse en las próximas elecciones. Hay malpensados que creen que quieren adormecer el independentismo y resucitar el autonomismo, como si de una nueva ave Fénix se tratara. Incluso opinan que lo hacen para aniquilar políticamente a Carles Puigdemont, porque es el enemigo común a batir para ERC, el Gobierno, los jueces y todo el Estado y quieren que sea extraditado y condenado por la Santa Inquisición Española....
También hay bien pensantes que creen que ERC está haciendo lo correcto, por pragmatismo y para gobernar el día a día de los ciudadanos y de la nación, aunque eso no quiere decir que se olvide del objetivo de la independencia a pesar de que la posponga para más adelante. Incluso los hay que dan por bueno que haga como la antigua CiU de Roca y Duran, pactando todo con el Gobierno de Coalición más progresista de la historia, a cambio del pájaro en mano o de unas migajas políticas más aparentes que sustanciales.
Yo personalmente, que algunas veces también soy malpensado, creo que se trata de una mezcla de todas estas pensadas pero coronadas por una aún más grave, impropia de cualquier gobierno y particularmente el de la Generalitat: Son pardillos, incapaces de gobernar sensatamente y que no tienen en cuenta ni los deseos de la mayoría de catalanes ni la pesada historia de incumplimientos y violencia que arrastran los poderosos de España sobre sus hombros.
Y sobre los nuestros, ¡que siempre acabamos pagando los platos rotos!.
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