Decíamos que Pedro Sánchez se ha sometido a una investidura, que ha ganado a trompicones, a pesar de la agresiva oposición de la extrema derecha españolista. O podríamos decir a pesar de la mala educación mostrada, el odio destilado y la violencia empleada por los nacional-católicos, todo ello según los parámetros utilizados por la Guardia Civil, fiscalía y el Tribunal Supremo durante el juicio farsa celebrado recientemente contra Catalunya.
Las sesiones se desarrollaron entre aspavientos de Casado, Abascal y Arrimadas. Las hordas nacional-católicas, con sus tres caudillos al frente, se dedicaron a insultar, amenazar, gritar, interrumpir y gesticular teatralmente de una forma que no se vió ni siquiera los días 6 y 7 de septiembre de 2017 en el Parlamento de Catalunya durante las sesiones de aprobación de las llamadas leyes catalanas de desconexión. Entonces los protagonistas del filibusterismo parlamentario -en aquel caso aunque escandalosos, más bien fueron con toques florentinos y amaneradamente impostados- corrió a cargo del PSC, C's y PP. Y ahora, después de la experiencia acumulada por la extrema derecha desatada, las estrellas del drama han sido PP, VOX y Ciudadanos, estos últimos en un rol vergonzoso pero secundario, en franca y próxima desaparición .....
Se ha extorsionado a diputados para que cambiaran su voto favorable a P. Sánchez. Se les ha amenazado. Algunos han tenido que recibir protección policial ante las amenazas recibidas, ellos y sus familias. Los tres caudillos se han dedicado, desde la tribuna del Congreso, a pronosticar la venida del anticristo y el azote de todas las plagas bíblicas sobre el Estado español, como Dios hizo con Egipto, utilizando un lenguaje descarnadamente guerra-civilista. Arrimadas ha incitado a hacer un tamayazo -¡comprar el voto!- a los diputados socialistas sin que se le cayera la cara de vergüenza. Abascal invocó al ejército y la policía ante la traición que según él se estaba consumando, mientras despotricaba contra los inmigrantes, las feministas y los independentistas. Casado a su vez que se rasgaba las vestiduras melodramaticamente ante su enardecido público, mientras amenazaba con utilizar aquello que mejor sabe hacer: manipular e impeler a la judicatura y la fiscalía contra los violadores de la sagrada carta magna española y contra el non nato gobierno frankenstein de coalición. Y configurando un trío coral con Arrimadas y Abascal, los tres condenaban enfurecidos a todo aquel que osara criticar al Rey o la pétrea Constitución española absolutamente resquebrajada y definitivamente caducada. Mientras, los encendidos sicarios de las tres formaciones se dedicaban a gesticular teatralmente e insultar enloquecidos, con gritos de asesinos, traidores y otros epítetos más gruesos -que ahorraré el lector- todas las intervenciones de los representantes democráticos de las formaciones que defendían el voto a favor del SÍ a P. Sánchez o la abstención.....
Y todo ello aderezado y bendecido con las severas advertencias de los poderes fácticos, tanto los económicos -el Ibex 35-, como eclesiales -con algunos obispos en cabeza de la procesión- y el cuarto poder -con periodistas y medios de comunicación de todo el reino-, empeñados en impedir y boicotear un gobierno de coalición de izquierdas legítimo y respetuoso con los principios democráticos, configurado gracias entre otros a la abstención de los independentistas catalanes de ERC.
Pedro Sánchez invocó un supuesto problema de convivencia entre los catalanes antes que uno de independencia entre Catalunya y España. Y lo hacía para no reconocer la existencia del conflicto político y la condición de sujetos políticos al gobierno de la Generalitat y a Catalunya. Espero que se haya dado cuenta que la falta de convivencia está más bien arraigando en España, no en Catalunya. Es el Estado español que tiene un problema tan o más gordo que no el conflicto con Catalunya. Al fin y al cabo, el asunto catalán se arreglará cuando se acepte resolverlo políticamente y respetando la democracia. Pero en España no sólo existe de un conflicto político. El problema de España es el franquismo que pervive inmutable a lo largo de los años, década tras década y que se puede proyectar hacia toda la eternidad infectando políticos, instituciones, funcionarios y desde aquí, invadiendo y conquistando el resto de la sociedad española. Nos lo demuestran las insensatas reacciones populares que se han producido tanto en las calles y plazas de pueblos y ciudades españolas, como en las redes sociales y la prensa de todo tipo, a raíz de las conversaciones entre PSOE, PODEMOS y ERC. También se demuestra y acrecienta con el odio que se destila en buena parte de la sociedad española, atizada por la prensa y el franquismo, con motivo del anuncio de la mesa de negociación entre los gobiernos español y catalán.
Todos sabemos qué puede pasar en España cuando los encendidos nacionalistas y los franquistas atávicos toman protagonismo en la sociedad..... El problema se volverá conflicto y después el conflicto en enfrentamiento. Y si no se pone remedio, la confrontación ciudadana atizada por los tres enloquecidos caudillos, se volverá violencia incontrolada.....
Las sesiones se desarrollaron entre aspavientos de Casado, Abascal y Arrimadas. Las hordas nacional-católicas, con sus tres caudillos al frente, se dedicaron a insultar, amenazar, gritar, interrumpir y gesticular teatralmente de una forma que no se vió ni siquiera los días 6 y 7 de septiembre de 2017 en el Parlamento de Catalunya durante las sesiones de aprobación de las llamadas leyes catalanas de desconexión. Entonces los protagonistas del filibusterismo parlamentario -en aquel caso aunque escandalosos, más bien fueron con toques florentinos y amaneradamente impostados- corrió a cargo del PSC, C's y PP. Y ahora, después de la experiencia acumulada por la extrema derecha desatada, las estrellas del drama han sido PP, VOX y Ciudadanos, estos últimos en un rol vergonzoso pero secundario, en franca y próxima desaparición .....
Se ha extorsionado a diputados para que cambiaran su voto favorable a P. Sánchez. Se les ha amenazado. Algunos han tenido que recibir protección policial ante las amenazas recibidas, ellos y sus familias. Los tres caudillos se han dedicado, desde la tribuna del Congreso, a pronosticar la venida del anticristo y el azote de todas las plagas bíblicas sobre el Estado español, como Dios hizo con Egipto, utilizando un lenguaje descarnadamente guerra-civilista. Arrimadas ha incitado a hacer un tamayazo -¡comprar el voto!- a los diputados socialistas sin que se le cayera la cara de vergüenza. Abascal invocó al ejército y la policía ante la traición que según él se estaba consumando, mientras despotricaba contra los inmigrantes, las feministas y los independentistas. Casado a su vez que se rasgaba las vestiduras melodramaticamente ante su enardecido público, mientras amenazaba con utilizar aquello que mejor sabe hacer: manipular e impeler a la judicatura y la fiscalía contra los violadores de la sagrada carta magna española y contra el non nato gobierno frankenstein de coalición. Y configurando un trío coral con Arrimadas y Abascal, los tres condenaban enfurecidos a todo aquel que osara criticar al Rey o la pétrea Constitución española absolutamente resquebrajada y definitivamente caducada. Mientras, los encendidos sicarios de las tres formaciones se dedicaban a gesticular teatralmente e insultar enloquecidos, con gritos de asesinos, traidores y otros epítetos más gruesos -que ahorraré el lector- todas las intervenciones de los representantes democráticos de las formaciones que defendían el voto a favor del SÍ a P. Sánchez o la abstención.....
Y todo ello aderezado y bendecido con las severas advertencias de los poderes fácticos, tanto los económicos -el Ibex 35-, como eclesiales -con algunos obispos en cabeza de la procesión- y el cuarto poder -con periodistas y medios de comunicación de todo el reino-, empeñados en impedir y boicotear un gobierno de coalición de izquierdas legítimo y respetuoso con los principios democráticos, configurado gracias entre otros a la abstención de los independentistas catalanes de ERC.
Pedro Sánchez invocó un supuesto problema de convivencia entre los catalanes antes que uno de independencia entre Catalunya y España. Y lo hacía para no reconocer la existencia del conflicto político y la condición de sujetos políticos al gobierno de la Generalitat y a Catalunya. Espero que se haya dado cuenta que la falta de convivencia está más bien arraigando en España, no en Catalunya. Es el Estado español que tiene un problema tan o más gordo que no el conflicto con Catalunya. Al fin y al cabo, el asunto catalán se arreglará cuando se acepte resolverlo políticamente y respetando la democracia. Pero en España no sólo existe de un conflicto político. El problema de España es el franquismo que pervive inmutable a lo largo de los años, década tras década y que se puede proyectar hacia toda la eternidad infectando políticos, instituciones, funcionarios y desde aquí, invadiendo y conquistando el resto de la sociedad española. Nos lo demuestran las insensatas reacciones populares que se han producido tanto en las calles y plazas de pueblos y ciudades españolas, como en las redes sociales y la prensa de todo tipo, a raíz de las conversaciones entre PSOE, PODEMOS y ERC. También se demuestra y acrecienta con el odio que se destila en buena parte de la sociedad española, atizada por la prensa y el franquismo, con motivo del anuncio de la mesa de negociación entre los gobiernos español y catalán.
Todos sabemos qué puede pasar en España cuando los encendidos nacionalistas y los franquistas atávicos toman protagonismo en la sociedad..... El problema se volverá conflicto y después el conflicto en enfrentamiento. Y si no se pone remedio, la confrontación ciudadana atizada por los tres enloquecidos caudillos, se volverá violencia incontrolada.....
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