El último pleno celebrado en el Parlamento de Catalunya se inició con un incidente de aquellos que definen a quién lo provoca. Carlos Carrizosa, mano derecha de Inés Arrimadas dentro del grupo de C's, exigió airadamente que se retirara un lazo amarillo que había sido colocado en uno de los escaños reservados a los consejeros del govern de la Generalitat encarcelados en Madrid o expatriados en Bruselas. Después que el president Roger Torrent negara la autoridad para retirarlo al ominoso parlamentario, este decidió actuar unilateralmente y así lo hizo, lanzándolo teatralmente fuera del escaño donde había sido depositado. Después de este gesto tan lamentable y la falta de respeto mostrada hacia la presidencia, Roger Torrent suspendió el pleno.
El autodenominado Partido de la Ciudadanía nació para confrontarse con el resto de ideologías. Nos hallamos ante un partido político hiper nacionalista y super españolista el cual reniega de tales condiciones como el que huye, avergonzado y despavorido, de esta peste que atribuye a los adversarios. Se trata de una formación fundamentada en el rencor y odio hacia todo aquello que tenga relación con la identidad catalana y especialmente, con la lengua propia del país. Su misión principal consiste en preservar la hegemonía castellana en Catalunya utilizando y aprovechando para conseguirlo las numerosas armas y recursos lícitos o ilícitos que pone a su disposición el abrumador e inmemorial Estado español..... Incluso no duda de invocar y promover, con total impunidad judicial, la violencia verbal y física, como haría cualquier movimiento colonial implantado en un territorio de ultramar conquistado a sangre y fuego y expoliado hasta la consunción de los pobres indígenas, colonizados y esclavizados por las mesnadas castellanas. En nuestro caso el objetivo ha sido y aún es hoy en dia Catalunya y los catalanes.
El lazo amarillo es un símbolo de apoyo y estima hacia unos políticos secuestrados y presos por el Estado español o exiliados en nombre de la Constitución de la metrópoli y objeto de una vendetta hispano-mafiosa implementada por policías, fiscales y jueces, encargados por el poder político dominante en la capital del imperio para salvaguardar los privilegios y prebendas de los colonos y el honor mancillado de unas instituciones herederas del omnipresente y secular franquismo sociológico que aún perdura en esta atribulada España del siglo XXI. Todo esto nos recuerda el lazo amarillo. Y por ello es objeto de la ira y agresividad del unionismo hispanófilo, como el enarbolado con saña y furia por Ciudadanos.
Con el menosprecio mostrado, Carlos Carrizosa y el Partido de la Ciudadanía no solo han rechazado la simbología representada por el color amarillo, puesto que también enardecieron a los energúmenos que armados con cutters, palos, escaleras y furgonetas se dedican a sacar todos los símbolos que los catalanistas colocan en la vía pública haciendo uso del derecho a expresarse libremente. Muchos de esos basureros dedicados a limpiar las calles, plazas y playas de Catalunya de lazos, cruces o bufandas amarillas son militantes de C's. Autóctonos o venidos del resto del Estado. Algunos son sicarios pagados para que eliminen tantos lazos y pancartas que demandan libertad y democracia como sean capaces de retirar. Tanto los militantes como los sicarios van embozados con pasamontañas y se encaran con aquellos que les recriminan su intolerancia. Actúan como comandos paramilitares o terroristas. No negaré, empero, que existe gente de buena fe que sin ser de extrema derecha han sido embaucados por el discurso intolerante y manipulador que utilizan Rivera, Arrimadas, Girauta o Carrizosa, aunque ello no exime a que estas acciones puedan ser calificadas como un ataque a la libertad de expresión, de ir contra los principios democráticos y de ser terriblemente agresivas e incluso, cargadas de amenazas, odio y violencia.
¡Esto es lo que ha evidenciado Carrizosa al sacar el lazo amarillo de la bancada gubernamental!. Agresividad, violencia, odio, intolerancia, autoritarismo, chulería.... ¡Al fin y al cabo, falta de principios democráticos!. Y encima tienen la desvergüenza de acusar al independentismo de ser supremacista, xenófobo, racista, autoritario y antidemocrático. Sus intenciones resultan muy evidentes. Ya lo dijo amenazadoramente el destacado ciudadano de esta formación Jordi Cañas: "Os vamos a montar un Ulster que os vais a cagar". Desde entonces las provocaciones menudean. Ya no esconden ni disimulan la realidad ni las apariencias. Insultan como nunca habían hecho hasta ahora, se exhiben como auténticos camaradas al lado de Falange española, Somatemps, VOX, Societat Civil y Democracia Nacional bajo banderas anticonstitucionales o directamente fascistas, coreando consignas cargadas de odio e insultos contra los independentistas y contra el president de la Generalitat. Se regocijan por el destierro y secuestro del president Puigdemont y los consellers, y exigen que se bombardee Catalunya puesto que España puede hacerlo porque tiene aviones. Y esta pandilla tiene la cara dura de decir que el independentismo ha dado un golpe de estado contra la democracia, a la vez que defienden ardientemente la aplicación más intensa, si cabe, del artículo 155 para terminar de aplastar los anhelos de libertad, justicia y democracia del pueblo catalán.....
Cuando una ideología nace para ir a la contra, con agresividad extrema, manipulaciones, mentiras, amenazas y odio sin límites como únicas guías, esta ideología está condenada a la violencia, ya sea verbal o la siguiente, la violencia física. C's dejará de ser un partido populista y lerrouxista para acabar siendo un partido de extrema derecha, fascistoide, violento y antidemocrático. Puesto que es un partido sin principios ni ética y por tanto no tiene futuro a medio plazo ni en Catalunya ni siquiera en España. Pero a corto plazo son un auténtico peligro. Para la democracia y también para los auténticos ciudadanos de todo el Estado.
Hasta que la realidad abra los ojos y la razón de los embaucados que les votan. Ya que a pesar de todo, el franquismo está muerto y enterrado..... ¡Aunque los franquistas no se hayan percatado!.
El autodenominado Partido de la Ciudadanía nació para confrontarse con el resto de ideologías. Nos hallamos ante un partido político hiper nacionalista y super españolista el cual reniega de tales condiciones como el que huye, avergonzado y despavorido, de esta peste que atribuye a los adversarios. Se trata de una formación fundamentada en el rencor y odio hacia todo aquello que tenga relación con la identidad catalana y especialmente, con la lengua propia del país. Su misión principal consiste en preservar la hegemonía castellana en Catalunya utilizando y aprovechando para conseguirlo las numerosas armas y recursos lícitos o ilícitos que pone a su disposición el abrumador e inmemorial Estado español..... Incluso no duda de invocar y promover, con total impunidad judicial, la violencia verbal y física, como haría cualquier movimiento colonial implantado en un territorio de ultramar conquistado a sangre y fuego y expoliado hasta la consunción de los pobres indígenas, colonizados y esclavizados por las mesnadas castellanas. En nuestro caso el objetivo ha sido y aún es hoy en dia Catalunya y los catalanes.
El lazo amarillo es un símbolo de apoyo y estima hacia unos políticos secuestrados y presos por el Estado español o exiliados en nombre de la Constitución de la metrópoli y objeto de una vendetta hispano-mafiosa implementada por policías, fiscales y jueces, encargados por el poder político dominante en la capital del imperio para salvaguardar los privilegios y prebendas de los colonos y el honor mancillado de unas instituciones herederas del omnipresente y secular franquismo sociológico que aún perdura en esta atribulada España del siglo XXI. Todo esto nos recuerda el lazo amarillo. Y por ello es objeto de la ira y agresividad del unionismo hispanófilo, como el enarbolado con saña y furia por Ciudadanos.
Con el menosprecio mostrado, Carlos Carrizosa y el Partido de la Ciudadanía no solo han rechazado la simbología representada por el color amarillo, puesto que también enardecieron a los energúmenos que armados con cutters, palos, escaleras y furgonetas se dedican a sacar todos los símbolos que los catalanistas colocan en la vía pública haciendo uso del derecho a expresarse libremente. Muchos de esos basureros dedicados a limpiar las calles, plazas y playas de Catalunya de lazos, cruces o bufandas amarillas son militantes de C's. Autóctonos o venidos del resto del Estado. Algunos son sicarios pagados para que eliminen tantos lazos y pancartas que demandan libertad y democracia como sean capaces de retirar. Tanto los militantes como los sicarios van embozados con pasamontañas y se encaran con aquellos que les recriminan su intolerancia. Actúan como comandos paramilitares o terroristas. No negaré, empero, que existe gente de buena fe que sin ser de extrema derecha han sido embaucados por el discurso intolerante y manipulador que utilizan Rivera, Arrimadas, Girauta o Carrizosa, aunque ello no exime a que estas acciones puedan ser calificadas como un ataque a la libertad de expresión, de ir contra los principios democráticos y de ser terriblemente agresivas e incluso, cargadas de amenazas, odio y violencia.
¡Esto es lo que ha evidenciado Carrizosa al sacar el lazo amarillo de la bancada gubernamental!. Agresividad, violencia, odio, intolerancia, autoritarismo, chulería.... ¡Al fin y al cabo, falta de principios democráticos!. Y encima tienen la desvergüenza de acusar al independentismo de ser supremacista, xenófobo, racista, autoritario y antidemocrático. Sus intenciones resultan muy evidentes. Ya lo dijo amenazadoramente el destacado ciudadano de esta formación Jordi Cañas: "Os vamos a montar un Ulster que os vais a cagar". Desde entonces las provocaciones menudean. Ya no esconden ni disimulan la realidad ni las apariencias. Insultan como nunca habían hecho hasta ahora, se exhiben como auténticos camaradas al lado de Falange española, Somatemps, VOX, Societat Civil y Democracia Nacional bajo banderas anticonstitucionales o directamente fascistas, coreando consignas cargadas de odio e insultos contra los independentistas y contra el president de la Generalitat. Se regocijan por el destierro y secuestro del president Puigdemont y los consellers, y exigen que se bombardee Catalunya puesto que España puede hacerlo porque tiene aviones. Y esta pandilla tiene la cara dura de decir que el independentismo ha dado un golpe de estado contra la democracia, a la vez que defienden ardientemente la aplicación más intensa, si cabe, del artículo 155 para terminar de aplastar los anhelos de libertad, justicia y democracia del pueblo catalán.....
Cuando una ideología nace para ir a la contra, con agresividad extrema, manipulaciones, mentiras, amenazas y odio sin límites como únicas guías, esta ideología está condenada a la violencia, ya sea verbal o la siguiente, la violencia física. C's dejará de ser un partido populista y lerrouxista para acabar siendo un partido de extrema derecha, fascistoide, violento y antidemocrático. Puesto que es un partido sin principios ni ética y por tanto no tiene futuro a medio plazo ni en Catalunya ni siquiera en España. Pero a corto plazo son un auténtico peligro. Para la democracia y también para los auténticos ciudadanos de todo el Estado.
Hasta que la realidad abra los ojos y la razón de los embaucados que les votan. Ya que a pesar de todo, el franquismo está muerto y enterrado..... ¡Aunque los franquistas no se hayan percatado!.
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