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dijous, 4 de gener del 2018

¿Y AHORA, QUÉ?.

Hace ya dos semanas que votamos los nuevos diputados elegidos para representar la soberanía popular en nuestro Parlament. El parlamento es la parte de la Generalitat que mejor recoge la forma de hacer y ser del pueblo catalán. Controla el poder ejecutivo y confecciona las leyes que regulan la vida y milagros de todos los ciudadanos..... Dentro del viejo edificio erguido en el parque de la Ciudadela se parlamenta, se acuerda, se vota y se aprueban textos legales y declaraciones políticas que ayudan a la convivencia de todos los hombres y mujeres que viven y trabajan en Catalunya. Es esta la tarea más importante de todas las que se desarrollan en las diversas instituciones conocidas desde ya hace un montón de siglos, con el apropiado nombre de Generalitat de Catalunya.

¡Pués bién!. Es conocido que el uno de octubre pasado los catalanes votamos en referéndum si queriamos o no ser una república independiente. El resultado, muy contundente, recogió alrededor del 90% de votos afirmativos -más de dos millones de votantes-, a pesar de la violencia empleada por las fuerzas de ocupación desplegadas por el estado español, al grito de "a por ellos", para intentar impedirlo. Lo cual, por cierto, no pudieron lograr..... Ello desencadenó una retahíla de actuaciones totalmente arbitrarias por parte del gobierno de Mariano Rajoy, como respuesta al ejercicio de un derecho absolutamente democrático, al tomar un conjunto de decisiones ciertamente autoritarias, más propias de una dictadura que no de un estado de derecho inequívocamente democrático. El "a por ellos" se tradujo en una especie de vendetta siciliana destinada a reparar el honor mancillado de las autoridades e instituciones españolas. Decidieron utilizar todas las armas legales, ilegales y alegales contra aquella insoportable ofensa infligida por unos ciudadanos los cuales solo tenían para defenderse un voto y unas urnas. Y aplicaron su Constitución de la única forma genuinamente española que saben hacer: Por la fuerza bruta, por imposición y sometimiento a la justicia castellana mediante un verdadero golpe de estado, recurso que goza de larga tradición dentro de la historia del reino de España.

A partir de aquí, detenciones, encarcelamientos, exilios, imputaciones, multas, destitución del Govern legítimo, disolución del Parlament y convocatoria de elecciones. Y la consiguiente apertura de una Causa General contra el independentismo..... como ya hiciera Franco después de la Guerra Civil contra la España republicana. Todo el mundo puede imaginar qué tipo de campaña electoral se ha podido desarrollar, bajo esta especie de estado de excepción decretado por Madrit. Las fuerzas unionistas han disfrutado de la complicidad de todos los medios de comunicación, públicos y privados, para desarrollar su campaña electoral con notable fluidez y eco mediático ilimitado. Incluso C's ha gozado de una disponibilidad financiera adicional que le ha permitido inundar la via pública con unas alfombras y unos tapices de carteles publicitarios que han escondido o suplantado la propaganda electoral del resto de partidos. especialmente de los independentistas. Pero, ¡ni por esas!. Por más apoyo mediático e institucional, por más carteles y dinero empleado -alguien debería investigar si se han utilizado correctamente los recursos legalmente establecidos y regulados por la ley electoral-, por más actuaciones partidistas de la Junta Electoral en funciones de auténtica Junta de Censores contra el soberanismo -y contra la libertad de expresión y opinión-, por más recursos financieros dilapidados por los poderes económicos y financieros de España y por más golpes de estado ejecutados, disfrazados de artículo 155 de la sagrada Constitución, las fuerzas independentistas han ganado holgadamente. Más de dos millones de votos y hasta setenta diputados elegidos, lo cual se traduce en una mayoría absoluta en el Parlament. Me pregunto: Si las formaciones independentistas en lugar de hacer campaña electoral con las dos manos atadas a la espalda, con candidatos exiliados y encarcelados, amordazados por la censura de Madrit, hubieran gozado de las mismas condiciones y recursos que las formaciones unionistas -ahora autocalificadas constitucionalistas-, ¿qué resultado hubieran obtenido?. ¿Setenta y cinco escaños?. ¿Ochenta?. ¿Dos millones y medio de votos?.....?.

El hecho es que a duras penas se ha producido un cambio en la correlación de fuerzas. El independentismo ha ganado, obteniendo más votos que la anterior contienda. El unionismo ha reconcentrado los votos alrededor de lerrouxismo conservador y retrógrado representado por Ciudadanos. Los populares prácticamente han sido expulsados del Parlament. Los socialistas continúan en el limbo de la representatividad por su dependencia y sometimiento a la inflamada derecha españolista. Y els Comuns van por la senda de pagar su indefinición política, obteniendo un magro resultado acorde con su obstinada apuesta en la búsqueda de un acuerdo imposible con el Estado español.

¿Y ahora, qué?. ¿Dimitirá Rajoy tras el fracaso cosechado?. ¿Persistirán en la aplicación del golpe de estado?. ¿Respetaran la investidura de un presidente y un gobierno independentistas?. ¿Restablecerán la legitimidad usurpada por Madrit?. ¿Continuará la Causa General contra el catalanismo político?. No me atrevo a hacer un vaticinio sobre qué hará Mariano Rajoy. Es capaz de hacer lo que más le convenga o le dé la gana.... ¡Es capaz de todo!.. No tiene manías y está furioso. Tampoco tiene la inteligencia política suficiente para reconocer la realidad catalana. Incluso prefieren ilusoriamente inventarse una nueva realidad catalana llamada Tabarnia, que és la parte de Catalunya que votó al PPSOEC's, sin tener en cuenta los que votaron independencia, es decir, la mayoría...... ¡Esta es su fantasmagórica realidad!.

Desde el punto de vista del independentismo solo se puede hacer una cosa. Continuar el camino iniciado el uno de octubre. ¡Implementar la República!. Buscar, una vez más, la negociación y el pacto con las instituciones españolas y europeas, pero sin supeditar el avance republicano a un acuerdo, a día de hoy imposible con España. No quieren un acuerdo. ¡Buscan la rendición!. Así pues, deben de promulgarse las leyes y decretos preparados por el ejecutivo anterior y defenderlos encarnizadamente con todas las herramientas a nuestro alcance. Deben nombrarse los mismos consejeros, vicepresidente y presidente cesados por Mariano Rajoy, para restablecer la legitimidad pertinente. Nombrar todos los altos cargos que Mariano Rajoy ha destituido aplicando el articulo 155. Debe revertirse la supresión de los organismos de la Generalitat aniquilados por el gobierno de Madrit.

En definitiva, continuar haciendo República y pidiendo el apoyo incondicional de todos los que votamos República, con las mismas armas que siempre hemos utilizado: los votos, las urnas, la democracia y la desobediencia ciudadana si hiciera falta..... La república, como la independencia, son irrenunciables.....








  





   

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