Se ha producido un nuevo pronunciamiento a la contra del llamado Tribunal Constitucional de España en su calidad de policía represora, fiscalía inquisitorial, juzgado de guardia y verdugo berlanganiano..... Ahora ha suspendido el acuerdo alcanzado en el Parlament de Catalunya referido al referéndum de autodeterminación a celebrar el otoño del año 2017. Hasta aquí, nada nuevo. Se sabe que cuando los españoles se pronuncian sobre el desafío catalán entran en juego todos los automatismos habidos y por haber en manos del Estado, para torpedear más y mejor el ejercicio de la libertades de las personas en general y de los más elementales principios democráticos universalmente aceptados, en particular.... ¡No fuera el caso que ganaran las aspiraciones catalanas!.
Repito: ¡Nada nuevo bajo el Sol!. El TC -ahora en funciones de poder absoluto- ha asumido con sumo placer las nuevas armas represivas que el ejecutivo popular ha puesto a su alcance permitiéndole actuar política y judicialmente sobre todo aquello que el gobierno y el partido de Rajoy no ganan en buena lid democrática para poder ganarlo manoseando la constitución. Por cierto, constitución que añade a la condición de sagrada, la de pétrea. Ahora ya es como las Tablas de la Ley, que Yahvé entregó a Moisés en el Sinaí. En el caso de la constitución, a Mariano en plena meseta......
Francamente, considero que ha llegado la hora de poner en marcha el colchón de seguridad del vehículo que nos está transportando por el camino de la libertad. ¡El choque España-Catalunya ya se ha producido!. Bajo el título de operación diálogo el gobierno español está activando todos los recursos disponibles para aplastar la operació independència de Catalunya. Por ejemplo: La deriva constitucional, mediante los ilegítimos miembros de su alto tribunal, dictando resoluciones amenazadoras y chantajistas inverosímilmente antidemocráticas. La deriva judicial, con persecución incluida contra el soberanismo catalán, a base de imputaciones que en cualquier país democrático del mundo harían avergonzar a todo jurista decente que se precie -no castellanos, por supuesto-. La deriva represora, obligando que la policía catalana actúe contra el independentismo bajo amenaza de ponerla a las órdenes del sinistrerio del Interior, o utilizando la policía pretoriana adiestrada por Fernández Díaz. Y las cloacas del Estado bajo mando de Soraya Sáenz de Santamaría -¡presunta comisionada de la operación diálogo!-, para enmierdar a raudales a todo catalanista que se les ponga a tiro, o pasando dossieres más falsos que un año de cuatrocientos días a la prensa marcadamente amarillenta que se publica en Madrit -y, desgraciadamente, algunos también en Barcelona-. Esta, la deriva mediática, es la que a cualquier periodista mínimamente decente y con la ética profesional en plena vigencia, le avergüenza más, a la vez que hace más daño a la credibilidad de la información honesta y a la libertad de expresión. Por supuesto, también los lectores en general pueden sentirse ofendidos ante la manipulación a la que son sometidos..... Hablar de tertulias o entrevistas donde las voces favorables a la independencia son sistemáticamente ignoradas o silenciadas, donde los supuestos especialistas a los que se pide análisis u opinión sobre Catalunya y el soberanismo no son catalanes, o no viven aquí y por tanto no conocen la realidad del país, o son entusiastamente contrarios a la independencia, es la norma de la casa.
Pero lo más significativo de esta ofensiva unionista es la deriva política..... ¡inexistente!. ¡Aparentemente!. Si rascamos un poco en las derivas constitucionales, judiciales, represivo-policiales, en las cloacas del estado llenas de ratas y en las mediáticas amarillentas apreciaremos la inmensa tarea que ha desarrollado la vertiente política ante lo que ellos denominan el desafío independentista. ¡Han abolido la separación de poderes!. Montesquieu, además de muerto, está enterrado bajo una capa de cuarenta años de falso estado de derecho y de falsa democracia. Todas las derivas mencionadas se resumen en una única e inabastable deriva: ¡la corrupta deriva nacional-católica!. Deriva inventada por el franquismo de primera hora, que contaminó la -infausta- transición española y que acaba impregnando con mayor o menor intensidad todas las formaciones políticas, instituciones públicas y privadas, magistraturas y lobbys de todo tipo y condición que hoy configuran el Reino de España.....
Ante este nacional-catolicismo español revivificado, los catalanes solo podemos oponer el airbag de la democracia. Y la legitimidad que ampara nuestra causa. Por tanto, podemos ejercer el derecho a reunirnos, a opinar y hablar sobre todo aquello que nos plazca y votar en libertad todo aquello que creamos conveniente. Tenemos todo el derecho del mundo a defendernos ante las acometidas españolas. Podemos -¡y debemos!- desobedecer a los tribunales castellanos politizados que no nos ofrecen garantía de imparcialidad ni nos imparten verdadera justicia, así como ignorar todas aquellas leyes y sentencias que sean injustas. Podemos dejar de pagar nuestros impuestos a España. Por el bien de nuestra causa, podemos..... ¡hacer lo que se nos ocurra!.
No creo equivocarme si afirmo que ha llegado la hora del adiós definitivo. Hemos de ser valientes, consecuentes y permanecer firmes. Hemos de comenzar a desobedecer. Porque si no lo hacemos, moriremos en el intento como país. Ellos no tendrán piedad y nosotros no queremos su misericordia. Nosotros anhelamos algo que se halla a nuestro alcance..... y que solo depende de nuestra voluntad: ¡La independencia!.
Por tanto, ¡adelante conciudadanos!. ¡Vamos allá!.
Repito: ¡Nada nuevo bajo el Sol!. El TC -ahora en funciones de poder absoluto- ha asumido con sumo placer las nuevas armas represivas que el ejecutivo popular ha puesto a su alcance permitiéndole actuar política y judicialmente sobre todo aquello que el gobierno y el partido de Rajoy no ganan en buena lid democrática para poder ganarlo manoseando la constitución. Por cierto, constitución que añade a la condición de sagrada, la de pétrea. Ahora ya es como las Tablas de la Ley, que Yahvé entregó a Moisés en el Sinaí. En el caso de la constitución, a Mariano en plena meseta......
Francamente, considero que ha llegado la hora de poner en marcha el colchón de seguridad del vehículo que nos está transportando por el camino de la libertad. ¡El choque España-Catalunya ya se ha producido!. Bajo el título de operación diálogo el gobierno español está activando todos los recursos disponibles para aplastar la operació independència de Catalunya. Por ejemplo: La deriva constitucional, mediante los ilegítimos miembros de su alto tribunal, dictando resoluciones amenazadoras y chantajistas inverosímilmente antidemocráticas. La deriva judicial, con persecución incluida contra el soberanismo catalán, a base de imputaciones que en cualquier país democrático del mundo harían avergonzar a todo jurista decente que se precie -no castellanos, por supuesto-. La deriva represora, obligando que la policía catalana actúe contra el independentismo bajo amenaza de ponerla a las órdenes del sinistrerio del Interior, o utilizando la policía pretoriana adiestrada por Fernández Díaz. Y las cloacas del Estado bajo mando de Soraya Sáenz de Santamaría -¡presunta comisionada de la operación diálogo!-, para enmierdar a raudales a todo catalanista que se les ponga a tiro, o pasando dossieres más falsos que un año de cuatrocientos días a la prensa marcadamente amarillenta que se publica en Madrit -y, desgraciadamente, algunos también en Barcelona-. Esta, la deriva mediática, es la que a cualquier periodista mínimamente decente y con la ética profesional en plena vigencia, le avergüenza más, a la vez que hace más daño a la credibilidad de la información honesta y a la libertad de expresión. Por supuesto, también los lectores en general pueden sentirse ofendidos ante la manipulación a la que son sometidos..... Hablar de tertulias o entrevistas donde las voces favorables a la independencia son sistemáticamente ignoradas o silenciadas, donde los supuestos especialistas a los que se pide análisis u opinión sobre Catalunya y el soberanismo no son catalanes, o no viven aquí y por tanto no conocen la realidad del país, o son entusiastamente contrarios a la independencia, es la norma de la casa.
Pero lo más significativo de esta ofensiva unionista es la deriva política..... ¡inexistente!. ¡Aparentemente!. Si rascamos un poco en las derivas constitucionales, judiciales, represivo-policiales, en las cloacas del estado llenas de ratas y en las mediáticas amarillentas apreciaremos la inmensa tarea que ha desarrollado la vertiente política ante lo que ellos denominan el desafío independentista. ¡Han abolido la separación de poderes!. Montesquieu, además de muerto, está enterrado bajo una capa de cuarenta años de falso estado de derecho y de falsa democracia. Todas las derivas mencionadas se resumen en una única e inabastable deriva: ¡la corrupta deriva nacional-católica!. Deriva inventada por el franquismo de primera hora, que contaminó la -infausta- transición española y que acaba impregnando con mayor o menor intensidad todas las formaciones políticas, instituciones públicas y privadas, magistraturas y lobbys de todo tipo y condición que hoy configuran el Reino de España.....
Ante este nacional-catolicismo español revivificado, los catalanes solo podemos oponer el airbag de la democracia. Y la legitimidad que ampara nuestra causa. Por tanto, podemos ejercer el derecho a reunirnos, a opinar y hablar sobre todo aquello que nos plazca y votar en libertad todo aquello que creamos conveniente. Tenemos todo el derecho del mundo a defendernos ante las acometidas españolas. Podemos -¡y debemos!- desobedecer a los tribunales castellanos politizados que no nos ofrecen garantía de imparcialidad ni nos imparten verdadera justicia, así como ignorar todas aquellas leyes y sentencias que sean injustas. Podemos dejar de pagar nuestros impuestos a España. Por el bien de nuestra causa, podemos..... ¡hacer lo que se nos ocurra!.
No creo equivocarme si afirmo que ha llegado la hora del adiós definitivo. Hemos de ser valientes, consecuentes y permanecer firmes. Hemos de comenzar a desobedecer. Porque si no lo hacemos, moriremos en el intento como país. Ellos no tendrán piedad y nosotros no queremos su misericordia. Nosotros anhelamos algo que se halla a nuestro alcance..... y que solo depende de nuestra voluntad: ¡La independencia!.
Por tanto, ¡adelante conciudadanos!. ¡Vamos allá!.
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