Artur Mas ha renunciado al acta de diputado electo del Parlament de Catalunya. Previamente lo había hecho como candidato de Junts pel Si a la presidencia de la Generalitat, a causa de las exigencias impuestas por la CUP como condición para cerrar el acuerdo de gobernabilidad subscrito entre ambas formaciones independentistas para los próximos dieciocho meses....
Es hora de agradecer el trabajo desarrollado por el señor Artur Mas como destacado líder -¡aunque no el único!- del proceso soberanista emprendido por la ciudadania catalana, singularmente los últimos cinco años. Pero este liderazgo ha sido precisamente una de las causas que han precipitado su renuncia. La CUP es alérgica a los liderazgos. Los rechaza frontalmente y reniega de ellos sin contemplaciones. Los desdibuja -y caricaturiza- con imágenes inverosímiles. Proponen liderazgos corales, rotativos o indefinidos, porque consideran que todo debe girar alrededor de las decisiones tomadas por una asamblea ciudadana abierta.... Sin embargo, nos hallamos ante una flagrante contradicción, ya que toda asamblea elige -¡y ensalza!- unos líderes que a menudo conducen y condicionan los debates, las votaciones y los resultados hacia aquello previamente acordado por un reducido grupo de asambleístas.... ¡Los cuales devienen auténticos líderes!.
No deseo criticar las contradicciones o la actuación de los cupaires. Solo quiero significar las injusticias cometidas por ellos, hacia la persona de Artur Mas. Una de las más injustas acusaciones tienen que ver con hacerle responsable de los recortes practicados en el estado de bienestar catalán -educación, sanidad, bienestar social- practicadas por su gobierno, sin tener en cuenta el atenuante de la situación financiera que heredó después de los dos gobiernos tripartitos y que podemos calificar de hallarse en quiebra técnica. Es cierto que lo hizo siguiendo las recomendaciones demandadas urbi et orbe por la Comisión Europea antes de las exigencias hechas por Madrit, aunque fue así por una cuestión de tempus politicus. Recordemos: las elecciones españolas fueron posteriores a las catalanas y los recortes en épocas electorales, sobretodo en España, no son jamás ni bien vistas, ni bien llevadas, ni aceptadas. Por tanto, los recortes en el resto del Estado comenzaron un año después..... Con el agravante que el gobierno de Madrit acabó decidiendo que los ajustes en las cuentas públicas estatales fueran a cargo exclusivamente de las finanzas autonómicas. Es decir, se había de recortar la sanidad universal, la educación pública, la ley de dependencia.... Por cierto, materias de competencia exclusiva de las comunidades autónomas, no del Estado central. Todos sabemos que cómodo resulta recortar gastos de los otros, no los propios. Por no hablar del flagrante incumplimiento legal cometido por el Estado al no revisar el modelo de financiación autonómico de acuerdo con la ley....¡Su ley!. Por descontado, al margen de las exigencias que suele hacer el gobierno de España para que otros si cumplan al pie de la letra la legislación vigente, que tan alegremente incumple el propio gobierno cuando y cómo quiere....
Por descontado podrá esgrimirse el carácter liberal y centrista de Artur Mas y por tanto, de su comportamiento más o menos favorable a los intereses privados por encima de lo público.... ¡O al revés!. Pero no se le puede atribuir la culpabilidad de aquellas acciones, cuya responsabilidad recae en el gobierno español, a favor de la banca, del IBEX 35, del desamparo legal de los trabajadores por culpa de la reforma laboral aprobada, casi de cariz esclavista, de favorecer las grandes empresas, de la burbuja inmobiliaria y financiera, de los desahucios masivos o de los recortes en dependencia, jubilaciones, subsidios de paro, etc..... Todo esto es culpa exclusiva de Mariano Rajoy Brey y de su gobierno, del Partido Popular y del palco del Bernabeu..... Es de justicia añadir también las culpas del gobierno central por las políticas de recentralización, de invasión de competencias, de intromisión administrativa y política, del estrangulamiento financiero y del asedio y acoso judicial y policial, puestos en marcha por Madrit y que han degenerado como absolutamente sectarias y anticatalanas.
Artur Mas, como todos, se ha equivocado. Sus decisiones no siempre han sido acertadas. Pero no es juicioso cargarle errores o maldades cometidas por otros. Ha sido un presidente que ha tenido que comerse unos cuantos sapos y moverse en una situación de crisis generalizada, en el Estado y en el Mundo, nada fácil de combatir y muy difícil de soportar. Estoy seguro que hubiera preferido no hacer recortes, así como favorecer a los más desvalidos -¡todos aquellos que verdaderamente han padecido o padecen aún la crisis!-, pero Catalunya no tenia ni tiene competencias legales para hacerlo y lo que resulta más indignante, aunque generamos suficientes recursos financieros para mantener un muy buen nivel de estado de bienestar, Madrit expolia nuestros impuestos, también en épocas de crisis, hasta unos niveles escandalosos e insoportables.
Los próximos meses veremos un nuevo president, Carles Puigdemont, y nuevos consellers de Junts pel Si -de CDC, ERC e independientes- sorteando la crisis, toreando la acometida de un Estado hostil y chapucero carente de escrúpulos, negociando con la asamblea de la CUP y gobernando el día a día de Catalunya. Todo ello sin desviarse del camino que nos debe conducir a la libertad, a la independencia. Porqué este es el objetivo último que queremos alcanzar y que justifica la tarea hecha por todo el mundo, incluyendo Artur Mas.
Hemos de estar agradecidos por el comportamiento del president Mas. ¡Todos!. ¡Incluso los cupaires!. Al lado de esta muestra de gratitud debemos preguntarnos si estamos dispuestos a renunciar a su ejemplo y liderazgo. La tarea que nos queda por delante es muy ardua, inconmensurable. ¡Necesitaremos todos los brazos y todas las cabezas!. Especialmente los de nuestros referentes políticos. ¡De nuestros líderes!. Cada uno dentro de sus posibilidades. ¡Con derroche de valentía y trabajo!. El actual president tomando decisiones y cumpliendo sus compromisos. Los consellers gobernando el día a día y preparando el futuro. Los parlamentarios, legislando. Y los ciudadanos, apoyando a la Generalitat y caminando decididamente hacia Ítaca, sin desfallecer. Dispuestos cuando sea la hora de cumplir y obedecer solo nuestras propias leyes, de apoyar a nuestro gobierno y defendernos con uñas y dientes de las violentas acometidas que sin duda nos lanzarán -¡ya lo hacen!- desde Madrit.
Renunciar a Artur Mas seria lo mismo que dar la razón a aquellos que lo han querido aniquilar a base de asedio judicial, chantajes policiales, injurias políticas y calumnias de la caverna mediática madrileña. Como sea que no quiero que José Maria Aznar y sus colegas acaben saliéndose con la suya, doy sinceramente las gracias al Molt Honorable Senyor Artur Mas i Gavarro, ciento veintinueve president de la Generalitat y le pido que continúe a nuestro lado para ayudarnos a transitar por el escarpado camino que nos conduce hacia la independencia de Catalunya..... ¡Gracias, señor Mas!.
Es hora de agradecer el trabajo desarrollado por el señor Artur Mas como destacado líder -¡aunque no el único!- del proceso soberanista emprendido por la ciudadania catalana, singularmente los últimos cinco años. Pero este liderazgo ha sido precisamente una de las causas que han precipitado su renuncia. La CUP es alérgica a los liderazgos. Los rechaza frontalmente y reniega de ellos sin contemplaciones. Los desdibuja -y caricaturiza- con imágenes inverosímiles. Proponen liderazgos corales, rotativos o indefinidos, porque consideran que todo debe girar alrededor de las decisiones tomadas por una asamblea ciudadana abierta.... Sin embargo, nos hallamos ante una flagrante contradicción, ya que toda asamblea elige -¡y ensalza!- unos líderes que a menudo conducen y condicionan los debates, las votaciones y los resultados hacia aquello previamente acordado por un reducido grupo de asambleístas.... ¡Los cuales devienen auténticos líderes!.
No deseo criticar las contradicciones o la actuación de los cupaires. Solo quiero significar las injusticias cometidas por ellos, hacia la persona de Artur Mas. Una de las más injustas acusaciones tienen que ver con hacerle responsable de los recortes practicados en el estado de bienestar catalán -educación, sanidad, bienestar social- practicadas por su gobierno, sin tener en cuenta el atenuante de la situación financiera que heredó después de los dos gobiernos tripartitos y que podemos calificar de hallarse en quiebra técnica. Es cierto que lo hizo siguiendo las recomendaciones demandadas urbi et orbe por la Comisión Europea antes de las exigencias hechas por Madrit, aunque fue así por una cuestión de tempus politicus. Recordemos: las elecciones españolas fueron posteriores a las catalanas y los recortes en épocas electorales, sobretodo en España, no son jamás ni bien vistas, ni bien llevadas, ni aceptadas. Por tanto, los recortes en el resto del Estado comenzaron un año después..... Con el agravante que el gobierno de Madrit acabó decidiendo que los ajustes en las cuentas públicas estatales fueran a cargo exclusivamente de las finanzas autonómicas. Es decir, se había de recortar la sanidad universal, la educación pública, la ley de dependencia.... Por cierto, materias de competencia exclusiva de las comunidades autónomas, no del Estado central. Todos sabemos que cómodo resulta recortar gastos de los otros, no los propios. Por no hablar del flagrante incumplimiento legal cometido por el Estado al no revisar el modelo de financiación autonómico de acuerdo con la ley....¡Su ley!. Por descontado, al margen de las exigencias que suele hacer el gobierno de España para que otros si cumplan al pie de la letra la legislación vigente, que tan alegremente incumple el propio gobierno cuando y cómo quiere....
Por descontado podrá esgrimirse el carácter liberal y centrista de Artur Mas y por tanto, de su comportamiento más o menos favorable a los intereses privados por encima de lo público.... ¡O al revés!. Pero no se le puede atribuir la culpabilidad de aquellas acciones, cuya responsabilidad recae en el gobierno español, a favor de la banca, del IBEX 35, del desamparo legal de los trabajadores por culpa de la reforma laboral aprobada, casi de cariz esclavista, de favorecer las grandes empresas, de la burbuja inmobiliaria y financiera, de los desahucios masivos o de los recortes en dependencia, jubilaciones, subsidios de paro, etc..... Todo esto es culpa exclusiva de Mariano Rajoy Brey y de su gobierno, del Partido Popular y del palco del Bernabeu..... Es de justicia añadir también las culpas del gobierno central por las políticas de recentralización, de invasión de competencias, de intromisión administrativa y política, del estrangulamiento financiero y del asedio y acoso judicial y policial, puestos en marcha por Madrit y que han degenerado como absolutamente sectarias y anticatalanas.
Artur Mas, como todos, se ha equivocado. Sus decisiones no siempre han sido acertadas. Pero no es juicioso cargarle errores o maldades cometidas por otros. Ha sido un presidente que ha tenido que comerse unos cuantos sapos y moverse en una situación de crisis generalizada, en el Estado y en el Mundo, nada fácil de combatir y muy difícil de soportar. Estoy seguro que hubiera preferido no hacer recortes, así como favorecer a los más desvalidos -¡todos aquellos que verdaderamente han padecido o padecen aún la crisis!-, pero Catalunya no tenia ni tiene competencias legales para hacerlo y lo que resulta más indignante, aunque generamos suficientes recursos financieros para mantener un muy buen nivel de estado de bienestar, Madrit expolia nuestros impuestos, también en épocas de crisis, hasta unos niveles escandalosos e insoportables.
Los próximos meses veremos un nuevo president, Carles Puigdemont, y nuevos consellers de Junts pel Si -de CDC, ERC e independientes- sorteando la crisis, toreando la acometida de un Estado hostil y chapucero carente de escrúpulos, negociando con la asamblea de la CUP y gobernando el día a día de Catalunya. Todo ello sin desviarse del camino que nos debe conducir a la libertad, a la independencia. Porqué este es el objetivo último que queremos alcanzar y que justifica la tarea hecha por todo el mundo, incluyendo Artur Mas.
Hemos de estar agradecidos por el comportamiento del president Mas. ¡Todos!. ¡Incluso los cupaires!. Al lado de esta muestra de gratitud debemos preguntarnos si estamos dispuestos a renunciar a su ejemplo y liderazgo. La tarea que nos queda por delante es muy ardua, inconmensurable. ¡Necesitaremos todos los brazos y todas las cabezas!. Especialmente los de nuestros referentes políticos. ¡De nuestros líderes!. Cada uno dentro de sus posibilidades. ¡Con derroche de valentía y trabajo!. El actual president tomando decisiones y cumpliendo sus compromisos. Los consellers gobernando el día a día y preparando el futuro. Los parlamentarios, legislando. Y los ciudadanos, apoyando a la Generalitat y caminando decididamente hacia Ítaca, sin desfallecer. Dispuestos cuando sea la hora de cumplir y obedecer solo nuestras propias leyes, de apoyar a nuestro gobierno y defendernos con uñas y dientes de las violentas acometidas que sin duda nos lanzarán -¡ya lo hacen!- desde Madrit.
Renunciar a Artur Mas seria lo mismo que dar la razón a aquellos que lo han querido aniquilar a base de asedio judicial, chantajes policiales, injurias políticas y calumnias de la caverna mediática madrileña. Como sea que no quiero que José Maria Aznar y sus colegas acaben saliéndose con la suya, doy sinceramente las gracias al Molt Honorable Senyor Artur Mas i Gavarro, ciento veintinueve president de la Generalitat y le pido que continúe a nuestro lado para ayudarnos a transitar por el escarpado camino que nos conduce hacia la independencia de Catalunya..... ¡Gracias, señor Mas!.
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