Estas últimas semanas, después de celebradas las elecciones españolas, el escenario mediático se ha vuelto más unionistas como nunca antes había sido. En efecto, todas las tertulias están dedicadas al atolladero en que se encuentra la política estatal, una vez digeridos los endemoniados resultados electorales producidos el 20 de diciembre. Como la digestión está resultando muy pesada, todas las informaciones de la prensa y todas las opiniones de los tertulianos giran alrededor de la nueva y fragmentada composición del Congreso de los Diputados.
¡Los números no cuadran!. La suma de las derechas -PP y C's- es de 163 escaños. Las presuntas izquierdas -PSOE, PODEMOS e IU- suman 161. Los vascos -PNV- y catalanes -DiL y ERC-, 23 escaños. Y el resto, 2 de Bildu -extrema izquierda- y 1 de Coalición Canaria -derecha-, son 3 escaños. Recordemos que la mayoría absoluta se consigue con 176 escaños....
Casi nadie quiere pactar con los populares. Algunos socialistas -y todos los populares- quieren emular la grosse koalition alemana y apoyar un gobierno PP-PSOE, mientras que otros quieren pactar con PODEMOS un gobierno progresista. En cualquier caso, todos coinciden que ambas decisiones serian un suicidio político para el PSOE. PODEMOS, que hizo campaña anunciando que no gobernaría jamás con los socialistas, ahora dice que si e incluso se pide la vicepresidencia del gobierno para Pablo Iglesias. También han declarado como no prioritario y absolutamente negociable el referéndum de autodeterminación catalán, cuando hasta hace poco era irrenunciable. Por su parte, una vez repuestos del desengaño por los magros resultados obtenidos -pensaban que serian determinantes y la segunda fuerza del Parlamento y han quedado en cuarto lugar-, Ciudadanos quieren abstenerse aunque jamás favorecerán un gobierno que incluya PODEMOS o que reciba los votos de catalanes y vascos.... A su vez, los partidos y los periodistas intercambian presiones, reproches e incluso insultos, trazan lineas rojas y levantan muros infranqueables o hacen política de baja estopa con una tan grande facilidad y ligereza que nada ni nadie puede substraerse al ambiente enrarecido y desmadrado que se respira por toda España....
¡Pués bien!. A pesar que pueda entenderse la atención y relevancia informativa que merecen los hechos políticos españoles, sin embargo no se entiende el silencio informativo y de opiniones que el mundo de la prensa española guarda sobre el proceso catalán, siendo como es de importancia capital para España.... ¡Bueno!. ¡Sí se entiende!. Hasta hace pocos días el escenario político catalán era objeto de burla, escarnio i alocada crítica entre los sesudos analistas políticos de la caverna mediática madrileña. Los hechos políticos catalanes, para ellos, eran un desastre. Una clara demostración de la ineptitud de los políticos para hacer política de altura, auténtica. Resultaba una muestra fehaciente que el proceso catalán devenía un terremoto que desestabiliza la economía, las finanzas, que detiene y hace recular inversiones extranjeras, a la vez que profundiza la fractura entre buenos -unionista españoles- y malos catalanes hasta llevarnos a todos al borde de un abismo insondable. "Antes se romperá Catalunya que España", rezongaba Aznar.... Naturalmente, no querían entender que lo que pasaba en Catalunya es lo que suele pasar cuando la gente vota libremente diferentes opciones políticas, sin otorgar una mayoría clara a ninguna de ellas siendo una inequívoca prueba de la pluralidad existente en toda sociedad democrática avanzada.... Ahora, cuando las fuerzas políticas catalanas se han puesto de acuerdo para investir un President, para alumbrar un nuevo gobierno, para re-emprender la hoja de ruta que nos ha de llevar a la independencia y para iniciar la desconexión de España, ahora, repito, se dan cuenta que ellos se hallan en una situación igual o peor a la que tan despiadadamente criticaban de Catalunya. Con el agravante añadido que a las formaciones españolas no les resulta grato pactar con los adversarios, sino que prefieren vencerles, derrotarles y humillarles...... España no está hecha para ser gobernada mediante coaliciones, porqué no quiere aparecer como débil, ni tolerante, ni comprensiva con los otros. ¡Cosas de la altanería hispana....!. Y además, la Constitución española no contempla ni de lejos las coaliciones políticas como instrumentos apropiados para la gobernación.....
Bromas aparte, actualmente España resulta ingobernable. Los populares no saben -¡ni quieren!- hacer política. Solo saben apelar a la Constitución, a la ley, a los jueces o a la policía para que les hagan el trabajo, a base de sentencias y resoluciones judiciales favorables a ellos, o informes policiales convenientemente filtrados a la prensa para imponer sus objetivos y creencias, por la fuerza bruta si hiciera falta. Naturalmente, la corrupción estructural y endémica del Partido Popular queda al margen de cualquier consideración.... Los socialistas tienen miedo de aparecer como tales, para no incomodar a los poderes fácticos. Son demasiados años prosperando a su lado y demasiados intereses compartidos con populares y con el poder económico y financiero que hace negocios en el palco del Bernabeu, para echar ahora por la borda este íntimo compañerismo. En su caso, quedan al margen las luchas intestinas y cainitas que a menudo sacuden los fundamentos del partido, desatadas para acaparar y monopolizar el máximo poder político posible en toda clase de instituciones del Estado, ya sean públicas o privadas.... Ciudadanos no acaba de dar la talla para aquellos que los han querido elevar desde la irrelevancia política catalana hasta el glorioso paraíso de la villa y corte, con la centralidad ideológica inocua y vacua que les caracteriza y desde el anticatalanismo más exaltado del que presumen, a base de soporte mediático gratuito y financiación indirecta -¡y directa!- ilimitados, sin obtener los resultados esperados de acuerdo con la inversión hecha por los mismo poderes fácticos -¡si, si, los mismos!- que nutren populares y socialistas. A pesar de que suelen alinearse con notable rapidez hacia allá donde sopla el viento. Si durante la campaña electoral dijeron que nunca apoyarían a Mariano Rajoy ni se aliarían con los populares, ahora afirman que jamás darán apoyo a un gobierno progresista en el que intervenga PODEMOS o que resulte respaldado por los separatistas. Porfían como si fueran adictos al poder por un entendimiento entre PP, C's y PSOE para combatir la ruptura de España en manos de los independentistas catalanes.... En esta actitud de veletas se parecen mucho a la otra formación que ha irrumpido con mucha fuerza en el escenario político español: PODEMOS. Su líder, Pablo Iglesias, también sabe poner y sacar lineas rojas y desdecirse tantas veces como sea necesario, sin apenas inmutarse. ¡Todo sea por el bien de la causa!. Negar durante la campaña electoral cualquier tipo de apoyo o acercamiento a un gobierno socialista y proponer, después de entrevistarse con el Jefe de Estado, un gobierno progresista encabezado por el PSOE, apoyado por IU y con PODEMOS como eje central, ¡ofreciéndose él como vice-presidente!, ha sido una cabriola digna de un político de la antigua escuela más que de uno que desea cambiar la vieja casta por una nueva .... ¡costra!.
Estas son las formaciones políticas nacionales llamadas a gobernar el Estado Español para devolver la prosperidad dilapidada -por ellos- a los ciudadanos. Todos quieren combatir la corrupción endémica y generalizada que lo ensucia todo; desean mantener la estabilidad política, económica y financiera para tranquilizar a los mercados y no tanto a los ciudadanos; algunos quieren hacer las reformas estructurales que pide la UE y se comprometen a continuar pagando la deuda publica por encima de cualquier otra necesidad de la gente, para agradar a frau Merkel y a la gran banca internacional; también quieren disminuir el paro creando millones de nuevos puestos de trabajo ajustadamente -es decir, a la baja- remunerados; e incluso quieren reformar la petrificada Constitución española, unos un poco, otros toda, para que todo el mundo este contento. Pero todas, absolutamente todas las formaciones aspirantes a gobernar quieren conformar y apoyar un gobierno fuerte, estable y eficiente, capaz de preservar y mantener la sagrada unidad de la patria.... Por supuesto, sin prisas y con muchas pausas.....
Bueno seria que el govern y los partidos soberanistas catalanes no se dejaran hipnotizar por los convulsos asuntos españoles. El atolladero del Estado no puede detenernos en nuestro camino hacia la libertad. Hemos de aprovechar la ocasión para avanzar unas cuantas millas y para comenzar a dejar atrás los cantos de sirena que desde la derecha inmovilista hasta la izquierda supuestamente progresista nos cantan para hacer que nos estrellemos contra las rocas de una nueva constitución lampedusiana -¡nada cambiará en el Estado!- que sin duda nos plantaran delante para detenernos. Ni populares, ni socialistas, ni regeneracionistas de derechas o izquierdas pueden ofrecernos nada que a los catalanes nos pueda satisfacer..... ¡Como ha estado pasando hasta el presente!.
Además, si alguna cosa puede sacudir en positivo el sentimiento de España y el comportamiento de los españoles, ello es la independencia de Catalunya. Por lo menos, en España alumbrará una nueva Generación del 98 como la de finales del XIX, consecuencia de la pérdida de las últimas colonias del Imperio.... Ahora, al principio del siglo XXI puede surgir la Generación del 16 como resultado de la deseada e inevitable Independencia de Catalunya.
Así sea y suceda por siempre jamás.....
¡Los números no cuadran!. La suma de las derechas -PP y C's- es de 163 escaños. Las presuntas izquierdas -PSOE, PODEMOS e IU- suman 161. Los vascos -PNV- y catalanes -DiL y ERC-, 23 escaños. Y el resto, 2 de Bildu -extrema izquierda- y 1 de Coalición Canaria -derecha-, son 3 escaños. Recordemos que la mayoría absoluta se consigue con 176 escaños....
Casi nadie quiere pactar con los populares. Algunos socialistas -y todos los populares- quieren emular la grosse koalition alemana y apoyar un gobierno PP-PSOE, mientras que otros quieren pactar con PODEMOS un gobierno progresista. En cualquier caso, todos coinciden que ambas decisiones serian un suicidio político para el PSOE. PODEMOS, que hizo campaña anunciando que no gobernaría jamás con los socialistas, ahora dice que si e incluso se pide la vicepresidencia del gobierno para Pablo Iglesias. También han declarado como no prioritario y absolutamente negociable el referéndum de autodeterminación catalán, cuando hasta hace poco era irrenunciable. Por su parte, una vez repuestos del desengaño por los magros resultados obtenidos -pensaban que serian determinantes y la segunda fuerza del Parlamento y han quedado en cuarto lugar-, Ciudadanos quieren abstenerse aunque jamás favorecerán un gobierno que incluya PODEMOS o que reciba los votos de catalanes y vascos.... A su vez, los partidos y los periodistas intercambian presiones, reproches e incluso insultos, trazan lineas rojas y levantan muros infranqueables o hacen política de baja estopa con una tan grande facilidad y ligereza que nada ni nadie puede substraerse al ambiente enrarecido y desmadrado que se respira por toda España....
¡Pués bien!. A pesar que pueda entenderse la atención y relevancia informativa que merecen los hechos políticos españoles, sin embargo no se entiende el silencio informativo y de opiniones que el mundo de la prensa española guarda sobre el proceso catalán, siendo como es de importancia capital para España.... ¡Bueno!. ¡Sí se entiende!. Hasta hace pocos días el escenario político catalán era objeto de burla, escarnio i alocada crítica entre los sesudos analistas políticos de la caverna mediática madrileña. Los hechos políticos catalanes, para ellos, eran un desastre. Una clara demostración de la ineptitud de los políticos para hacer política de altura, auténtica. Resultaba una muestra fehaciente que el proceso catalán devenía un terremoto que desestabiliza la economía, las finanzas, que detiene y hace recular inversiones extranjeras, a la vez que profundiza la fractura entre buenos -unionista españoles- y malos catalanes hasta llevarnos a todos al borde de un abismo insondable. "Antes se romperá Catalunya que España", rezongaba Aznar.... Naturalmente, no querían entender que lo que pasaba en Catalunya es lo que suele pasar cuando la gente vota libremente diferentes opciones políticas, sin otorgar una mayoría clara a ninguna de ellas siendo una inequívoca prueba de la pluralidad existente en toda sociedad democrática avanzada.... Ahora, cuando las fuerzas políticas catalanas se han puesto de acuerdo para investir un President, para alumbrar un nuevo gobierno, para re-emprender la hoja de ruta que nos ha de llevar a la independencia y para iniciar la desconexión de España, ahora, repito, se dan cuenta que ellos se hallan en una situación igual o peor a la que tan despiadadamente criticaban de Catalunya. Con el agravante añadido que a las formaciones españolas no les resulta grato pactar con los adversarios, sino que prefieren vencerles, derrotarles y humillarles...... España no está hecha para ser gobernada mediante coaliciones, porqué no quiere aparecer como débil, ni tolerante, ni comprensiva con los otros. ¡Cosas de la altanería hispana....!. Y además, la Constitución española no contempla ni de lejos las coaliciones políticas como instrumentos apropiados para la gobernación.....
Bromas aparte, actualmente España resulta ingobernable. Los populares no saben -¡ni quieren!- hacer política. Solo saben apelar a la Constitución, a la ley, a los jueces o a la policía para que les hagan el trabajo, a base de sentencias y resoluciones judiciales favorables a ellos, o informes policiales convenientemente filtrados a la prensa para imponer sus objetivos y creencias, por la fuerza bruta si hiciera falta. Naturalmente, la corrupción estructural y endémica del Partido Popular queda al margen de cualquier consideración.... Los socialistas tienen miedo de aparecer como tales, para no incomodar a los poderes fácticos. Son demasiados años prosperando a su lado y demasiados intereses compartidos con populares y con el poder económico y financiero que hace negocios en el palco del Bernabeu, para echar ahora por la borda este íntimo compañerismo. En su caso, quedan al margen las luchas intestinas y cainitas que a menudo sacuden los fundamentos del partido, desatadas para acaparar y monopolizar el máximo poder político posible en toda clase de instituciones del Estado, ya sean públicas o privadas.... Ciudadanos no acaba de dar la talla para aquellos que los han querido elevar desde la irrelevancia política catalana hasta el glorioso paraíso de la villa y corte, con la centralidad ideológica inocua y vacua que les caracteriza y desde el anticatalanismo más exaltado del que presumen, a base de soporte mediático gratuito y financiación indirecta -¡y directa!- ilimitados, sin obtener los resultados esperados de acuerdo con la inversión hecha por los mismo poderes fácticos -¡si, si, los mismos!- que nutren populares y socialistas. A pesar de que suelen alinearse con notable rapidez hacia allá donde sopla el viento. Si durante la campaña electoral dijeron que nunca apoyarían a Mariano Rajoy ni se aliarían con los populares, ahora afirman que jamás darán apoyo a un gobierno progresista en el que intervenga PODEMOS o que resulte respaldado por los separatistas. Porfían como si fueran adictos al poder por un entendimiento entre PP, C's y PSOE para combatir la ruptura de España en manos de los independentistas catalanes.... En esta actitud de veletas se parecen mucho a la otra formación que ha irrumpido con mucha fuerza en el escenario político español: PODEMOS. Su líder, Pablo Iglesias, también sabe poner y sacar lineas rojas y desdecirse tantas veces como sea necesario, sin apenas inmutarse. ¡Todo sea por el bien de la causa!. Negar durante la campaña electoral cualquier tipo de apoyo o acercamiento a un gobierno socialista y proponer, después de entrevistarse con el Jefe de Estado, un gobierno progresista encabezado por el PSOE, apoyado por IU y con PODEMOS como eje central, ¡ofreciéndose él como vice-presidente!, ha sido una cabriola digna de un político de la antigua escuela más que de uno que desea cambiar la vieja casta por una nueva .... ¡costra!.
Estas son las formaciones políticas nacionales llamadas a gobernar el Estado Español para devolver la prosperidad dilapidada -por ellos- a los ciudadanos. Todos quieren combatir la corrupción endémica y generalizada que lo ensucia todo; desean mantener la estabilidad política, económica y financiera para tranquilizar a los mercados y no tanto a los ciudadanos; algunos quieren hacer las reformas estructurales que pide la UE y se comprometen a continuar pagando la deuda publica por encima de cualquier otra necesidad de la gente, para agradar a frau Merkel y a la gran banca internacional; también quieren disminuir el paro creando millones de nuevos puestos de trabajo ajustadamente -es decir, a la baja- remunerados; e incluso quieren reformar la petrificada Constitución española, unos un poco, otros toda, para que todo el mundo este contento. Pero todas, absolutamente todas las formaciones aspirantes a gobernar quieren conformar y apoyar un gobierno fuerte, estable y eficiente, capaz de preservar y mantener la sagrada unidad de la patria.... Por supuesto, sin prisas y con muchas pausas.....
Bueno seria que el govern y los partidos soberanistas catalanes no se dejaran hipnotizar por los convulsos asuntos españoles. El atolladero del Estado no puede detenernos en nuestro camino hacia la libertad. Hemos de aprovechar la ocasión para avanzar unas cuantas millas y para comenzar a dejar atrás los cantos de sirena que desde la derecha inmovilista hasta la izquierda supuestamente progresista nos cantan para hacer que nos estrellemos contra las rocas de una nueva constitución lampedusiana -¡nada cambiará en el Estado!- que sin duda nos plantaran delante para detenernos. Ni populares, ni socialistas, ni regeneracionistas de derechas o izquierdas pueden ofrecernos nada que a los catalanes nos pueda satisfacer..... ¡Como ha estado pasando hasta el presente!.
Además, si alguna cosa puede sacudir en positivo el sentimiento de España y el comportamiento de los españoles, ello es la independencia de Catalunya. Por lo menos, en España alumbrará una nueva Generación del 98 como la de finales del XIX, consecuencia de la pérdida de las últimas colonias del Imperio.... Ahora, al principio del siglo XXI puede surgir la Generación del 16 como resultado de la deseada e inevitable Independencia de Catalunya.
Así sea y suceda por siempre jamás.....
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