Pedro era un pastor de ovejas vivaracho y bromista. Solía sacar su rebaño a pastorear por los prados de la montaña. Para divertirse, a menudo gritaba: ¡El lobo!. ¡Que viene el lobo!. Al principio los campesinos, cuando oían aquellos gritos de auxilio, dejaban de lado lo que estuvieran haciendo y acudían raudos dispuestos a socorrer al aterrado pastorcillo..... Sin embargo, pronto le tomaron la matricula. Así que después de unas cuantas falsas alarmas ya no hacían caso de los gritos de Pedro. Pero hete aquí que un buen día el lobo si que atacó de verdad su rebaño. Entonces, asustado, se puso a gritar: ¡Auxilio!. ¡Socorro!. ¡Ayuda!. ¡El lobo está matando mis ovejas....!. Ningún campesino acudió a la llamada del pobre pastor, pensando que no eran ciertos los alaridos proferidos por él pidiendo desesperadamente ayuda. Así pues, por su mala cabeza, el pastorcillo sufrió la matanza de su rebaño entre las fauces del lobo y se arruinó....
Este cuento de tradición rusa viene al caso por lo que está ocurriendo con las muchas veces que policías, fiscales y medios de comunicación españoles denuncian casos de corrupción que afectan a partidos, políticos e instituciones catalanas los cuales, a menudo, quedan en nada. Ya pasó con Artur Mas durante las anteriores elecciones al Parlament, cuando un informe más falso que un sello de la República de Inglaterra y Gales, fue convenientemente filtrado -desde fuentes próximas a la UDEF, de la Policía Nacional- al medio de comunicación y al periodista que más falacias, exageraciones y manipulaciones anti-catalanas cosechan por página publicada -El Mundo y Eduardo Inda-. Naturalmente, mientras el ministro del Interior se sacudía las pulgas políticas de encima, el medio en cuestión se escondía detrás de una supuesta libertad de prensa y en la reserva de las fuentes de información, de manera que nadie asumió la responsabilidad ética, moral y/o profesional por las mentiras publicadas. Naturalmente, la justicia castellana no creyó conveniente intervenir. Desdichadamente, los antidemócratas españoles consiguieron alterar el resultado de las elecciones de la única forma posible que podían hacerlo: ¡Con la manipulación de la verdad!. Una vez más, la impunidad ganó la partida a la decencia.... Y a la justicia. Como a menudo siempre acaba ocurriendo en España cuando se trata de proteger a los allegados-afectos al régimen. Otro ejemplo de guerra sucia lo sufrió Xavier Trias, por entonces alcalde de Barcelona, cuando los mismos sujetos le acusaron de poseer cuentas corrientes en la banca andorrana y en Suiza. Otra vez se perjudicó la trayectoria pública y privada de una buena persona como es el alcalde Trias, honrado, decente y creíble como pocos, por parte de algunos indeseables dispuestos a decir más mentiras que el diablo cuando habla de la buena temperatura que reina en el infierno...... ¡Para dañar la reputación y buen nombre de personas honradas, por motivos exclusivamente políticos!.
Cada vez que se acercan elecciones -municipales, autonómicas, europeas o generales- y que la ciudadanía se quiere manifestar a favor de personalidades o formaciones políticas comprometidos con la independencia de Catalunya, surgen por arte de magia nuevos casos de corrupción los cuales son sospechosamente aireados en las fechas próximas al acontecimiento electoral en cuestión, y son publicitados en los medios cavernarios madrileños -y de la Santa Alianza de Barcelona- incluso antes que la Guardia Civil y/o la Policía Nacional empiecen los consabidos registros en domicilios, sedes de partidos, ayuntamientos y/o empresas presuntamente corruptos -aunque los tratan como si ya hubieran sido declarados culpables- todo ello con toda la parafernalia y aparatosidad mediática que sea posible ofrecer. Lo llaman la pena del telediario, la peor de las condenas que pueda recibir un inocente.... ¡Y con verdugos que saben de su inocencia!.
Esta ausencia de presunción de inocencia, esta utilización de la prensa amarilla cavernaria para provocar miedo, de informes policiales falsos para atemorizarnos, de filtraciones judiciales a la prensa para manipularnos, de dossieres para chantajearnos, de las cloacas del Estado y de auténticas ratas profesionales de la guerra sucia generalizada contra el independentismo, son los únicos argumentos que esgrimen los unionistas. Meter miedo, insultar, mentir y unionismo es decir lo mismo.
¡Artur Mas es un corrupto!, chilla exaltado y enrabiado Pedro el periodista. ¡Los convergentes cobran el 3% de comisiones!, brama Pedro el gobernante popular, sin aportar ningún tipo de prueba, después de estar diez largos años buscándolas inútilmente. ¡Catalunya es un sumidero repleto de mafiosos y nazis!, dicen los Pedro ratas profesionales, rebozados de mierda hasta las cejas mientras hacen la guerra sucia en nombre de España. ¡Vamos a registrar la sede de los partidos independentistas!, sentencian juristas sectarios fieles al régimen autoritario vigente, acompañados de una comitiva de cámaras y periodistas convenientemente alertados -¡y aleccionados!- para dar cobertura al espectáculo...... ¡Ya no les creemos!. ¡A ninguno de ellos!. ¡Y en nada!. Son tantas las veces que han gritado ¡que vine el lobo! sin que fuera cierto. Solo lo hacen para hacer daño y acongojarnos......
Esta falta de ética, de principios democráticos, de sentido de auténtica Justicia, de valores como son la tolerancia, la honestidad, el respeto al pluralismo, esta ausencia de valores humanos y de empatía hacia los catalanes, que tienen los unionistas más exaltados -y más poderosos-, es la primera causa que ha llevado a muchos ciudadanos a la conclusión de que junto a España, Catalunya no gana nada y pierde mucho. No existe esperanza si permanecemos unidos. Ni ilusiones, Ni futuro, Ni prosperidad.... ¡Ni libertad!.
¡Adiós, España!. Tal vez las dos naciones serán más felices separadas.... En Catalunya al menos lo intentaremos. En España dependerá de los españoles..... ¡Y que el lobo acabe zampándose a Pedro, el mentiroso y deje en paz a las ovejas!.
Este cuento de tradición rusa viene al caso por lo que está ocurriendo con las muchas veces que policías, fiscales y medios de comunicación españoles denuncian casos de corrupción que afectan a partidos, políticos e instituciones catalanas los cuales, a menudo, quedan en nada. Ya pasó con Artur Mas durante las anteriores elecciones al Parlament, cuando un informe más falso que un sello de la República de Inglaterra y Gales, fue convenientemente filtrado -desde fuentes próximas a la UDEF, de la Policía Nacional- al medio de comunicación y al periodista que más falacias, exageraciones y manipulaciones anti-catalanas cosechan por página publicada -El Mundo y Eduardo Inda-. Naturalmente, mientras el ministro del Interior se sacudía las pulgas políticas de encima, el medio en cuestión se escondía detrás de una supuesta libertad de prensa y en la reserva de las fuentes de información, de manera que nadie asumió la responsabilidad ética, moral y/o profesional por las mentiras publicadas. Naturalmente, la justicia castellana no creyó conveniente intervenir. Desdichadamente, los antidemócratas españoles consiguieron alterar el resultado de las elecciones de la única forma posible que podían hacerlo: ¡Con la manipulación de la verdad!. Una vez más, la impunidad ganó la partida a la decencia.... Y a la justicia. Como a menudo siempre acaba ocurriendo en España cuando se trata de proteger a los allegados-afectos al régimen. Otro ejemplo de guerra sucia lo sufrió Xavier Trias, por entonces alcalde de Barcelona, cuando los mismos sujetos le acusaron de poseer cuentas corrientes en la banca andorrana y en Suiza. Otra vez se perjudicó la trayectoria pública y privada de una buena persona como es el alcalde Trias, honrado, decente y creíble como pocos, por parte de algunos indeseables dispuestos a decir más mentiras que el diablo cuando habla de la buena temperatura que reina en el infierno...... ¡Para dañar la reputación y buen nombre de personas honradas, por motivos exclusivamente políticos!.
Cada vez que se acercan elecciones -municipales, autonómicas, europeas o generales- y que la ciudadanía se quiere manifestar a favor de personalidades o formaciones políticas comprometidos con la independencia de Catalunya, surgen por arte de magia nuevos casos de corrupción los cuales son sospechosamente aireados en las fechas próximas al acontecimiento electoral en cuestión, y son publicitados en los medios cavernarios madrileños -y de la Santa Alianza de Barcelona- incluso antes que la Guardia Civil y/o la Policía Nacional empiecen los consabidos registros en domicilios, sedes de partidos, ayuntamientos y/o empresas presuntamente corruptos -aunque los tratan como si ya hubieran sido declarados culpables- todo ello con toda la parafernalia y aparatosidad mediática que sea posible ofrecer. Lo llaman la pena del telediario, la peor de las condenas que pueda recibir un inocente.... ¡Y con verdugos que saben de su inocencia!.
Esta ausencia de presunción de inocencia, esta utilización de la prensa amarilla cavernaria para provocar miedo, de informes policiales falsos para atemorizarnos, de filtraciones judiciales a la prensa para manipularnos, de dossieres para chantajearnos, de las cloacas del Estado y de auténticas ratas profesionales de la guerra sucia generalizada contra el independentismo, son los únicos argumentos que esgrimen los unionistas. Meter miedo, insultar, mentir y unionismo es decir lo mismo.
¡Artur Mas es un corrupto!, chilla exaltado y enrabiado Pedro el periodista. ¡Los convergentes cobran el 3% de comisiones!, brama Pedro el gobernante popular, sin aportar ningún tipo de prueba, después de estar diez largos años buscándolas inútilmente. ¡Catalunya es un sumidero repleto de mafiosos y nazis!, dicen los Pedro ratas profesionales, rebozados de mierda hasta las cejas mientras hacen la guerra sucia en nombre de España. ¡Vamos a registrar la sede de los partidos independentistas!, sentencian juristas sectarios fieles al régimen autoritario vigente, acompañados de una comitiva de cámaras y periodistas convenientemente alertados -¡y aleccionados!- para dar cobertura al espectáculo...... ¡Ya no les creemos!. ¡A ninguno de ellos!. ¡Y en nada!. Son tantas las veces que han gritado ¡que vine el lobo! sin que fuera cierto. Solo lo hacen para hacer daño y acongojarnos......
Esta falta de ética, de principios democráticos, de sentido de auténtica Justicia, de valores como son la tolerancia, la honestidad, el respeto al pluralismo, esta ausencia de valores humanos y de empatía hacia los catalanes, que tienen los unionistas más exaltados -y más poderosos-, es la primera causa que ha llevado a muchos ciudadanos a la conclusión de que junto a España, Catalunya no gana nada y pierde mucho. No existe esperanza si permanecemos unidos. Ni ilusiones, Ni futuro, Ni prosperidad.... ¡Ni libertad!.
¡Adiós, España!. Tal vez las dos naciones serán más felices separadas.... En Catalunya al menos lo intentaremos. En España dependerá de los españoles..... ¡Y que el lobo acabe zampándose a Pedro, el mentiroso y deje en paz a las ovejas!.
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